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Proceso germinal de la Escuela de Diseño

Proceso germinal de la Escuela de Diseño y Decoración

Creada la institución en 1958, resta organizarla. El ciclo fundacional de la Escuela de Diseño y Decoración (edd) de la uncuyo no transcurre sin complejidades; algo lógico si se toma en cuenta que es la primera experiencia universitaria de su tipo en Argentina y parte de una ola latinoamericana que tiene como punta de lanza a algunos centros análogos en Brasil. El triunfo de las gestiones de César Jannello y Abdulio Giudici, respaldadas por el director de la Academia Provincial de Bellas Artes (apba), Juan Carlos Silva, es apenas el preludio de un largo camino. Su permanencia dependerá del planteamiento de una currícula de contenidos atractiva, un equipo docente capacitado y el acceso a los fondos económicos suficientes para hacer de esta una iniciativa sustentable. Originalmente, los cursos se brindan en el inmueble de la apba, en la avenida San Martín 872 de la capital mendocina.

A un año de abrir las puertas, la dirección de la Escuela Superior de Artes Plásticas (esa), encabezada por Silva y Daniel Ramos Correas, designa una comisión para evaluar el funcionamiento de la edd. Los elegidos son los arquitectos Gerardo Andía –quien recibe una formación de primacía artística en la Universidad Nacional de Córdoba (unc)– y Manuel Luis Berti –uno de los primeros graduados del Departamento de Arquitectura y Urbanismo (dau) de la uncuyo sanjuanina, de predominio técnico-ingenieril–.

Por esos días, el país experimenta una corriente renovadora imparable: la proliferación de noveles centros académicos, dirigidos por personas calificadas, ofrece un abanico de programas de profesionalización acordes con un mundo nuevo.

1. Taller de Visión-Diseño II, dd, esa, uncuyo (c. 1964). A través de la modalidad teórico-práctica, se aborda la forma con fundamentos científicos. En el primer nivel, se tratan los aspectos bidimensionales; en el segundo, los tridimensionales: espacialidad, volumen, formas matemáticas y topología. Calle Rodríguez 737, Ciudad de Mendoza. Director y profesor: Samuel Sánchez de Bustamante.

2. Taller de Visión-Diseño II, dd, esa, uncuyo (c. 1964). El inmueble donde se lleva a cabo la totalidad de las clases teórico-prácticas, en su segunda sede, corresponde a una antigua casona de dos pisos ubicada en el centro capitalino. Calle Rodríguez 737, Ciudad de Mendoza. Director y profesor: Samuel Sánchez de Bustamante.

En San Juan, el Taller de Plástica del dau, iniciado por Jannello y continuado por José Carrieri, añade conceptos funcionalistas a sus ejercicios de morfología generativa. Dentro de la materia, en el Laboratorio de Color que dirige Leonor Rigau, los estudiantes experimentan la coloración de planos bidimensionales, volúmenes tridimensionales y proyecciones efímeras –estas últimas, originadas por los juegos de luces que emite la Máquina de color-luz, montada en colaboración con la carrera de Ingeniería Química de la misma universidad–.

El artista Jorge Vila Ortiz dirige en Rosario el flamante Instituto de Diseño Industrial (idi), nacido en 1962 en el seno de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Nacional del Litoral y pionero en acercar el diseño a la producción. Su misión es el asesoramiento de la industria en las etapas de proyecto y fabricación. Tiene como antecedente el Instituto de Diseño (id), abierto dos años antes para reflexionar sobre la funcionalidad de las formas.

Al este del mapa nacional, La Plata también es parte de la transformación. Allí, en 1963, Daniel Almeida Curth, Roberto Rollié y Jorge Pereyra motorizan la apertura de las carreras de Diseño Industrial y Diseño en Comunicación Visual –ya diferenciadas, una prueba de la claridad estratégica de su programa de estudio– en la Escuela Superior de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata (unlp).

Buenos Aires, si bien no ofrece formación universitaria de diseño, alberga la Escuela Panamericana de Arte (epa), que suma a sus conocidos cursos de Dibujo Publicitario los módulos de Diseño y Comunicación dictados por Pino Migliazzo y Nicolás Jiménez.

En la Universidad de Buenos Aires (uba), los intentos por impartir la enseñanza de la disciplina son reiterados. Aunque resulta llamativo y pese a las acciones encaradas por personajes como Jannello, Rodolfo Möller, Gerardo Clusellas, Hirsz Rotzait, Pablo Tedeschi y Rafael Iglesia, todavía ninguno prospera. Recién en 1985, 27 años después de establecida la edd, la insistencia de Ricardo Blanco, Julio Colmenero, Carmen Córdova, Arnoldo Gaite, Guillermo González Ruiz, Hugo Kogan, Reinaldo Leiro, Carlos Méndez Mosquera y Carlos Salaberry conseguirá instaurar las carreras afines en su Facultad de Arquitectura y Urbanismo (fau).

Todos estos centros de conocimiento alimentan una perceptible sinergia, manifiesta en el intercambio y la contribución que existe entre sus protagonistas. En este esquema, es crucial el rol que ocupan los profesionales de Buenos Aires que, al no encontrar en la capital del país un espacio pedagógico propicio, se trasladan a las provincias.

Concluye 1961 y, en la Galería Tonsa mendocina, los alumnos de la edd exponen por primera vez bajo la temática «Formas Visuales». Presentan tallas en madera, maquetas y croquis pertenecientes a los tres cursos dados, centrados en los aspectos elementales de la especialidad: el análisis de las figuras, el dibujo técnico y la composición. En el evento, los jóvenes de la cátedra de Julio Ochoa advierten al diario Los Andes sobre la situación por la que atraviesa el centro: «La Escuela se ha creado hace tres años aumentando sus cursos simultáneamente. La inscripción del último fue de alrededor de 40 alumnos, muchos de los cuales no terminaron por falta de profesores. Ahora, para quienes han finalizado el tercer año, se plantea un gran problema: desean naturalmente proseguir sus estudios en el campo práctico pero no se han concretado

los programas y cursos respectivos. Existe el proyecto. Falta realizarlo para que no se dispersen años de estudio y se logre por fin una carrera acabada». La muestra tiene un objetivo claro: llamar la atención de las autoridades sobre la urgencia de apoyar su funcionamiento y evitar, tal como se rumorea, el cierre de la oferta académica.

La demanda es escuchada. En 1962, la edd empieza una etapa de formidable robustecimiento institucional, con la contratación del arquitecto Samuel Sánchez de Bustamante como director-organizador y único docente de las materias medulares de la carrera hasta 1966. Ese mismo año, la Escuela deviene en Departamento de Diseño y Decoración (ddd) y se muda a la calle Rodríguez 737 de la Ciudad de Mendoza, su primera sede propia.

En una carta dirigida a actores relevantes de la época, el intelectual afirma que, desde su fundación y hasta fines de 1961, la edd «no puede funcionar por falta de dirección y orientación definida».¹ Entre los destinatarios se encuentran el director del Departamento de Diseño de Siam Di Tella y profesor de la Facultad de Ingeniería de la uba, Tedeschi, y el director de la esa, Zdravko Dučmelić.

Sánchez de Bustamante pertenece al grupo Austral, y viene de trabajar en el Instituto de Vivienda y Planeamiento de Chaco y en la Facultad de Arquitectura de la Universidad del Nordeste, en Resistencia. Con él, desembarca su esposa, Beatriz Penny, quien enseña contenidos asociados a la decoración.

Su gestión pretende dejar atrás el proceso embrionario, signado por la inestabilidad, y dar un verdadero salto. Por eso, a poco de tomar el cargo, formula un plan de estudios basado en un minucioso análisis de decenas de universidades americanas y europeas, entre las que figuran la Escuela Superior de Diseño Industrial de Río de Janeiro (Brasil), la Escuela de Ulm (Alemania), el Instituto Pratt de Brooklyn, el Instituto de Diseño de Chicago y la Escuela de Bellas Artes y Artes Aplicadas de Illinois (ee.uu.). Para su armado, tiene en cuenta las posibilidades profesionales de la carrera en la región y el desarrollo industrial del país.

En el programa, el arquitecto se centra en el análisis de la Visión, la experimentación con superficies, cuerpos y espacios topológicos, el conocimiento de los materiales y su posible aplicación en los talleres y las industrias regionales. La bibliografía propuesta es extensa, mientras que las temáticas abordadas giran alrededor de los títulos «Diseño y Visión», «Teorías científicas del color», «Técnica y Ciencia», «Análisis matemático», «Morfología y Topología», «Tecnología», «Aspectos sociológicos del Arte y la Técnica» e «Historia general y del Arte». Entre los autores abordados aparecen Max Bill, Walter Gropius, Le Corbusier, Mies van der Rohe, Vasili Kandinski, László Moholy-Nagy, Henry van de Velde y Bruno Zevi.

Fuera del ámbito universitario y en pos de la difusión del alcance práctico de la carrera y de su injerencia en el medio productivo y social, el director-organizador escribe decenas de artículos en los periódicos de mayor tirada, donde marca la importancia del diseño industrial en la vida contemporánea y la trascendencia de su enseñanza. Impulsa, a su vez, ciclos temáticos en Radio Nacional y participa del 1er Simposio Argentino de Comunicaciones de Masas con su conferencia «El diseño industrial como vehículo de comunicación estética de masas».

3. Programa 25º Aniversario para la uncuyo (1964). Serigrafía a dos tintas sobre cartulina, 21 x 15,5 cm (cerrado). Pieza realizada con variantes de color azul-rojo y gris-rojo. Impresión: Gildo D'Accurzio. Se estrena el logotipo institucional con motivo de la conmemoración. Diseño: dd, esa, uncuyo.

Allí afirma: «El diseño industrial ya no sirve al rey o a la corte para complacencia de sus exigencias eclécticas sibaríticas, sino a una comunidad que busca equipar rigurosamente sus necesidades vitales. La técnica y la funcionalidad esencial dictan las formas y el objeto se transforma en un vehículo portador de un concepto, que es, al fin de cuentas, la estética racional de nuestro tiempo».²

Es acaso en ese objetivo, el de explicar y de visibilizar un término casi desconocido, donde más esfuerzo pone. Entre las actividades de extensión universitaria desarrolladas se encuentran desde el diseño y la construcción de un zócalo-mural para un colegio primario, ejecutado por la cátedra de Visión que dirige, hasta el despliegue de numerosas muestras estudiantiles en espacios extraacadémicos. De estas últimas, se pueden mencionar la concretada en 1962 en la Galería Tonsa y la efectuada en conmemoración del 25º aniversario de la uncuyo en la Galería Sarmiento, en 1964. Asimismo, invita a docentes externos, como Vila Ortiz, a dar cursos temáticos de amplia convocatoria.

En 1964, la aprobación de un nuevo plan de estudios afianza el rumbo tomado hasta el momento y ajusta imperfecciones. Síntoma de la autonomía adquirida, se elimina la palabra «decoración» de su nombre, ahora Departamento de Diseño (dd). El actual programa consta de cinco años: al concluir cuarto se otorga el título de diseñador y, al completar el ciclo, el de diseñador industrial.

Finalmente, llega el día: el 24 de octubre de 1966, la alumna Haydée Strittmatter recibe su título intermedio y se transforma en la primera diseñadora del país, razón por la que se institucionalizará esa fecha, tiempo después y mediante un acuerdo entre la uncuyo y la unlp, como el Día del Diseñador.

Pasados apenas dos años, un rimbombante titular del diario Mendoza anuncia que «son mendocinos los dos únicos egresados en diseño industrial». En rigor, son mendocinas, únicas y egresadas quienes lo conquistan: son Martha Passera y Raquel Perales.

Durante su gestión, Sánchez de Bustamante genera lazos sólidos con diversas instituciones y personas influyentes de la provincia. El reconocimiento alcanzado se explica también por su responsabilidad en la creación en 1964 del Museo de Arte Moderno de Mendoza (mamm), la organización de una muestra sobre la Bauhaus en la Biblioteca Pública General San Martín y su asidua colaboración en los medios gráficos a través de artículos periodísticos, crónicas y notas culturales.

En 1967, luego de ser desvinculado de su cargo universitario a causa –dice– «de trenzas e intereses bastardos que se juegan en estos casos tan codiciados»,³ el arquitecto dirige la 1a Exposición Internacional de Etiquetas Vitivinícolas en la Bolsa de Comercio de Mendoza (bcm).

Con la ayuda de las alumnas Haydée Palomo, Perales y su hija, Silvia Sánchez de Bustamante, formula para la exhibición una abstracción metálica de una parra. Sostenidas por una inmensa estructura tubular Acrow, las botellas de vino cuelgan como racimos. Los estands y los elementos de menor peso están montados con el sistema Juvelo, creado por Jacobo Glanzer y distinguido con el Sólido de Cobre, el máximo premio del Centro de Investigación del Diseño Industrial (cidi), dependiente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (inti).

A la gestión de Sánchez de Bustamante, le siguen, por un tiempo breve, las de Heriberto Hualpa y del plástico Edgardo Robert, reconocido pintor de obras geométricas y ópticas.

En 1967, la entrada de Amado Muñoz impulsa nuevamente el dd hacia una orientación concreta: el carácter industrial del diseño. Muñoz arriba desde Buenos Aires, donde integra junto a Walter Moore el Departamento de Diseño Industrial de Agens, la agencia cautiva del grupo Siam Di Tella. Además, acaba de ganar, en 1967 y con el Televisor Siam M-238 B, el Sólido de Plata del cidi.

Su experiencia concede a la carrera, durante su dirección, un perfil desarrollista con énfasis en el mercado. «Si pensamos en el proyecto acelerado de los próximos años en el desarrollo energético, energía hidráulica, minería y demás, obviamente estamos ante una vía de industrialización: para ello hay que formar diseñadores industriales», dice el también profesor titular de los cinco cursos del dd al diario Mendoza en una nota de 1968.

Esta postura coincide con las premisas de la época, atentas a los requerimientos de la esfera productiva nacional. Uno de los puntos principales debatidos meses antes en el seminario internacional «Enseñanza del Diseño Industrial», organizado en Buenos Aires por el cidi y al que Muñoz asiste, es la vinculación de las escuelas con la industria. La creación de centros regionales, la instrucción en otros países latinoamericanos y el futuro de la profesión completan la agenda discutida en la sede central del inti por Möller, Vila Ortiz, Tomás Maldonado, Basilio Uribe, Misha Black, Josine des Cressonnières, Arthur Pulos, Alexandre Wollner y una veintena de delegados de establecimientos sudamericanos.

4. 1a Exposición Internacional de Etiquetas Vitivinícolas en la bcm (1967). Estructura modular Juvelo, de Jacobo Glanzer, y envases suspendidos. Calle Sarmiento 165, Ciudad de Mendoza. Diseño expositivo: Samuel Sánchez de Bustamante y alumnos del dd, esa, uncuyo. 5. Zócalo-mural del Colegio Compañía de María (1963). Venecita sobre pared. Geometrización de un motivo floral. Av. San Martín 2494, Ciudad de Mendoza. Diseño: alumnos de la cátedra de Visión-Diseño, ddd, esa, uncuyo. Profesora: Beatriz Penny.

6. Maqueta de estudio para la cátedra de Metodología de Diseño, dd, esa, uncuyo (1971). Cartón corrugado. Domo geodésico realizado en el marco del programa de análisis de los sistemas constructivos. Galpones de Maestranza, Centro Universitario, Ciudad de Mendoza. Director: Amado Muñoz (der.). Profesora: Élida Pastor. Jefe de Taller: Ramón Villarroel. Alumnos: María del Carmen Silva y Gerardo Díaz.

7. Forma visual con luz, movimiento y sonido para la cátedra de Diseño I, dd, esa, uncuyo (1968). Metal cromado, papel fluorescente, acrílico, luz incandescente, circuito electrónico de audio y motor de tocadiscos con engranajes de reducción. Director y profesor: Amado Muñoz. Alumna: María Inés López. 8. Trabajo final de grado «Automóvil eléctrico urbano Acutrón» para la cátedra de Diseño V, dd, esa, uncuyo (1968). Desarrollo de chasis, puesto de comando y carrocería. Director y profesor: Amado Muñoz. Alumno: Marcel Vernhes.

El programa propuesto por Muñoz para las materias medulares consiste en la interrelación de la forma, la ergonomía, la función y una alta complejidad técnicoconstructiva. Empresas como la argentina Siam Di Tella y la italiana Olivetti son referencias frecuentes a seguir entre el alumnado. En primer año, los estudiantes transitan desde la intuición expresiva, por medio de la talla de madera, hacia lo reflexivo, con el armado de figuras donde intervienen la luz, el sonido y el movimiento. Desde segundo a cuarto año, trabajan con los sistemas y la ergonomía –a partir del trazado de tableros para aviones–, productos tridimensionales, equipamiento infantil y envases y gráfica para productos. En quinto y último año, presentan sus trabajos finales: un auto eléctrico, un ómnibus, un sistema de televisión en circuito cerrado para educación y un sistema de viviendas adaptables a diversas situaciones son algunos.

Las actividades emprendidas durante su fase al frente de la carrera guardan el carácter industrialista de su impronta docente. Desde la dirección, promueve la visita de los estudiantes a ferias de envergadura en otras ciudades, como la «Exposición Internacional del Confort Humano» de 1971 en la Sociedad Rural Argentina. En el ámbito expositivo, incorpora productos comercializados y libros de la disciplina a la ya usual exhibición de trabajos académicos, como sucede en «Diseño Industrial Exposición», dispuesta en 1969 en el Museo Municipal de Arte Moderno (mmam, ex mamm).

Su afán por generar un eslabón entre los estudiantes y las empresas deriva en la firma de convenios de asesoramiento. Los alumnos concretan, por ejemplo, programas gráficos para el Banco de Mendoza, las bodegas Giol y la alimenticia Isidro Peña; también, carrocerías para Colonnese y equipamiento doméstico para Sima y Diez Hnos. En 1970, estos se presentan en la Municipalidad de Mendoza en «Diseño Industrial Expone», junto a electrodomésticos Siam, muebles de Jens Risom fabricados por Only, cubiertos Perel y cristales finlandeses de Tapio Wirkkala y Timo Sarpaneva comercializados por la tienda El Guipur.

El avance del diseño en la escena social es sostenido y llega, incluso, a intervenir en el evento más preciado por los mendocinos: la Fiesta de la Vendimia. En un hecho sin precedentes, los alumnos de la uncuyo idean la totalidad de los carruseles departamentales de la «Vendimia de Cristal» de 1971. Con un solo equipo al mando –conformado por Raúl Calot, María Inés López, Elena Inés Mariotti y Alfredo Rodríguez– el carácter distintivo de la propuesta reside en su estética: alejada de los esquemas históricos, reforzadores de las particularidades de cada región mendocina, esta edición cuenta con carros abstractos lumínicos que, una vez planteados, se adjudican por sorteo. La abstracción forzada y la eliminación de alegorías se escapa del contenido tradicional de la Fiesta. No por esto, deja de ser una verdadera ampliación de los horizontes de la práctica profesional.

Entre 1969 y 1978, la presencia del artista Luis Quesada, primero como docente y luego como director de la esa, es capital para el impulso definitivo del dd. En su mandato refuerza una planta externa que eleva el nivel educativo: hasta el golpe de Estado a Salvador Allende en 1973, cruzan desde Chile Gui Bonsiepe, Rodrigo Walker, Waldo González Hervé y José Korn Bruzzone y, desde Buenos Aires, acuden Norberto Coppola, Julio Colmenero, Eduardo López, Ricardo Blanco y Rubén Fontana.

La aceptación del plan de estudios de 1970 le otorga mayor definición a la carrera. Diagramado por Quesada, propone un ciclo básico común a los departamentos de Artes Plásticas, Cerámica y Diseño, con foco en la experimentación material y el paso de dos a tres dimensiones. Una vez finalizado, la currícula contempla la correlatividad desde el diseño gráfico, estudiado en los primeros años, hasta el diseño industrial, impartido en los años superiores.

Como respuesta a un sólido planteo de una comisión especial, instrumentada para evaluar su viabilidad, en 1974 el dd se independiza de la esa y se crea la Escuela Superior de Diseño (esd). El documento firmado por el profesor Quesada, la diseñadora Palomo y los alumnos Stella Bianchi, Tiberio Ruggiero y Luis Sarale, entre otros, argumenta sobre la importancia del diseño en relación a otras disciplinas subordinadas al arte y la urgencia de emanciparlo. Sus cursos tienen lugar en un galpón proyectado para maestranza, dentro del Centro Universitario de la uncuyo, ubicado a tres kilómetros de la plaza Independencia.

La secuencia embrionaria termina en 1976, con la separación de Diseño Gráfico y Diseño de Productos. El programa plantea dos años básicos comunes a ambas carreras –orientados a los problemas de la percepción, procesos industriales, implementación técnico-formal y materias humanísticas–, dos años específicos para cada área y un año destinado al trabajo final.

Una singularidad de la esd es que, a diferencia de todos los establecimientos del tipo en el país, el título otorgado es el de Diseñador Industrial con orientación en una u otra rama. Esto surge de una base conceptual en la que lo «industrial» no refiere únicamente a una condición objetual, estructural o material sino a la posibilidad de ser producido en serie.

1. Sánchez de Bustamante, Samuel. «Departamento de Diseño. Reseña de su situación». Mendoza, 1966. Manuscrito no publicado. 2. Sánchez de Bustamante, Samuel. «El diseño industrial como vehículo de comunicación estética de masa». 1er Simposio Argentino de Comunicaciones de Masa, Mendoza. Abril de 1965. Ponencia. 3. Sánchez de Bustamante, Samuel. Comunicación personal a las autoridades de la uncuyo.

Mendoza, 1967. 9. Cátedra de Artes Aplicadas, esa, uncuyo (1969-1978). Taller teóricopráctico orientado a la investigación de las formas bidimensionales y tridimensionales. Los estudiantes ejecutan trabajos con diferentes técnicas para la producción de arte seriado, piezas de comunicación y objetos utilitarios. Director y profesor: Luis Quesada.