Evolución IARSE Nº 34 - Edición Junio 2015

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El Estado del Arte*de la RS&S** en

El Sector Agronegocios, Forestales y Construcción (*) Su origen se le atribuye a Aristóteles en su primer libro de Metafísica. Hace referencia al nivel más alto de desarrollo conseguido en un momento determinado sobre cualquier aparato, técnica o campo científico plural. (**) Responsabilidad Social y Sustentabilidad.






SUMARIO 01 ESPECIALES Las Empresas frente al desafío de la Sustentabilidad

Por Pablo Cortínez, Coordinador de Negocios y Ambiente de Fundación Vida Silvestre Argentina

La Responsabilidad Social en Empresas Forestales

Por Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la Oficina para América Latina y el Caribe de la FAO

“Construir en términos de Sustentabilidad implica Acciones Responsables”

Por Florencia Mercado Luna, Co-fundadora del Equipo de Responsabilidad Social del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba Regional 1

02 GESTIÓN “La Relación con nuestros Grupos de Interés es fundamental en la construcción de Valor Sustentable para el Negocio”

Por Ángeles Alonso, Jefe de Comunicaciones Institucionales de Arauco Argentina

“Nuestro desafío es consolidarnos referentes en la práctica de la Agricultura Sustentable”

Por Matías Sebastián Carozzo, Responsable del Sistema Integrado de Gestión de Maniagro Argentina


02 GESTIÓN La Sustentabilidad inserta en el Negocio

Por Javier García Moritán, Gerente de Sustentabilidad de Nidera

03 ESCENARIOS Y TENDENCIAS Los Bosques: Claves para la Sustentabilidad Global

Por María Virginia Vilariño, Coordinadora de Energía y Clima del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible (CEADS)

“Aplicando Buenas Prácticas Agrícolas, aseguramos una Agricultura Sustentable” Por Federico Landgraf, Director Ejecutivo de la Cámara de Sanidad y Fertilizantes (CASAFE)

Construcción y Sustentabilidad Por Adriana Norma Martinez, Docente de posgrado en temáticas Ambientales, de Turismo y Responsabilidad Social Por Adriana Rosenfeld, Coordinadora a nivel nacional, regional e internacional de temas de Responsabilidad Social para IRAM


04 DESTACADOS RSE: Una Responsabilidad de Todos

Por Olga Valle, Coordinadora de Alianzas Corporativas Regionales de TECHO

05 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Publicaciones Recomendadas, desarrolladas por el IARSE: El Gran Chaco Americano: Primera aproximación a los Negocios Verdes, Inclusivos y Responsables. Ulla, Luis y Musso, Natalia (Coordinadores). IARSE, Fundación AVINA y el Church World Service (CWS). Año 2010, Argentina.

Referencias bibliográficas sobre RSE & Sustentabilidad identificadas por el Programa de Capacitación Ejecutiva en Responsabilidad Social y Sustentabilidad Empresaria de la Universidad de San Andrés: Vinculando RSE y Competitividad en América Latina. Dossier III: Las Oportunidades del Cambio Climático. CRS Innolabs. Dossier, ForÉtica (versión en castellano), Madrid. España. Año 2013.

Los temas de Sostenibilidad para los Sectores: ¿Qué quieren saber los Grupos de Interés? Global Reporting Initiative (GRI). Ámsterdam: GRI. Año 2013. Voluntariado Corporativo para el Desarrollo. Una herramienta estratégica para integrar empresa y empleados en la lucha contra la pobreza. Canals, Jordi, Carlos Costa y otros. Madrid: Fundación CODESPA. Año 2012.


06 DOCUMENTOS RECOMENDADOS 07 SITIOS DE INTERÉS

COMITÉ EDITORIAL Alejandro Roca Director Ejecutivo IARSE Luis Ulla Director de Investigación + Desarrollo IARSE Jimena Mercado Directora Editorial IARSE Laura Massari Directora Relaciones Institucionales IARSE Alicia Rolando Colaboradora Externa – Experta en Reportes y Fundadora del IARSE Los artículos y opiniones vertidas en esta publicación son de absoluta y exclusiva responsabilidad de los autores. Las opiniones expresadas no reflejan necesariamente la visión y el espíritu del IARSE.

ISSN 2451-5787



ESPECIALES LAS EMPRESAS FRENTE AL DESAFÍO DE LA SUSTENTABILIDAD Por Pablo Cortínez, Coordinador de Negocios y Ambiente de Fundación Vida Silvestre Argentina www.vidasilvestre.org.ar

El avance del consumismo y de modos de producción que perjudican innecesariamente la naturaleza no constituye una novedad. En el año 2008, la Huella Ecológica mostraba una tendencia persistente de consumo excesivo al haber excedido por encima del 50% la biocapacidad de nuestro planeta1. Si a esto se le suma el escenario que, proyectado por WWF a 2050, muestra una población adicional de entre 2.000 y 3.000 millones, con el 70% del total viviendo en ciudades y con niveles de consumo crecientes, el panorama luce poco alentador. Pero no todas son malas noticias: el Informe Planeta Vivo2, sin dejar de advertir sobre la dura realidad del estado de la naturaleza, destaca que estamos a tiempo para revertir las tendencias actuales. Para ello es necesario situar al mundo natural en el centro de las economías, los modelos empresariales y los estilos de vida. Los modelos empresariales determinan en parte el qué, el cómo y cuánto producir (la oferta de productos), en tanto que la capacidad adquisitiva y los estilos de vida, entre otros, tienen injerencia en los productos (y servicios) que los consumidores adquieren (la demanda de productos). Ahora bien, para que ese mercado exista realmente, oferta y demanda deben confluir. Esto aplica a los diversos mercados, incluyendo el mercado de productos sustentables. Área de tierra disponible para producir recursos renovables y absorber emisiones de CO2 2 WWF, 2012 1


Para esta confluencia, es necesario que varios factores y actores coincidan. La oferta y la demanda de productos están típicamente representadas por los productores y los consumidores. No obstante, el rol del Estado resulta insoslayable. Además de las funciones que le son propias, en un sentido más amplio, el Estado puede también diseñar mecanismos para incentivar tanto la producción como el consumo sustentable.

“…ESTAMOS A TIEMPO PARA REVERTIR LAS TENDENCIAS ACTUALES. PARA ELLO ES NECESARIO SITUAR AL MUNDO NATURAL EN EL CENTRO DE LAS ECONOMÍAS, LOS MODELOS EMPRESARIALES Y LOS ESTILOS DE VIDA”. Organizaciones de la sociedad civil, por su parte, brindan información y realizan grandes esfuerzos para sensibilizar respecto de la importancia de contar con productos sustentables. Los esfuerzos en la concientización orientada hacia el consumidor son probablemente los que gozan de mayor visibilidad. Sin embargo, puede ocurrir que esos consumidores -ya concientizados- no necesariamente encuentren la oferta de productos acorde. En ese caso, al no existir oferta, el mercado en sí no existe. La falta de convergencia por razones vinculadas con la oferta de productos sustentables puede tener origen, entre otros, en la falta de ciertos productos o en el precio excesivo de los mismos, dado el poder adquisitivo promedio. Por su lado, el consumidor responsable es susceptible de recibir gran cantidad y variedad de información que indican ―prima fascie” que se trata de productos verdes. Es allí cuando surge la duda respecto de cómo diferenciar un producto realmente sustentable, de otros que dicen o sugieren serlo. En este caso, así como las ONG’s han tenido históricamente un rol en cuanto a concientizar al consumidor, desde hace un tiempo algunas también cumplen el rol de concientizar al empresario que desea abastecer un (nicho de) mercado de productos verdaderamente sustentables. Como consecuencia de todo esto, en los últimos años surgieron una serie de certificaciones de sustentabilidad que gozan de la credibilidad, tanto de empresarios como de consumidores. Consecuencia de largas y complejas negociaciones que involucran una variedad de actores con intereses diversos, estos procesos han tenido y tienen lugar con el objetivo de acordar protocolos por tipo de producto. Con los años, se han transformado en una serie de certificaciones que gozan de amplio reconocimiento, producto del consenso alcanzado entre los diversos actores, incluyendo ONG’s ambientalistas. La más conocida por el público en general es Forest Stewardship Council (FSC), vinculada al manejo de productos de base


forestal y a su cadena de custodia. Lanzada en 1997, esta certificación fue la primera de su clase. La creciente concientización y la cada vez mayor exigencia de los consumidores; la toma de conciencia por parte de empresas que se involucran introduciendo cambios transformacionales y a su vez exigiendo cambios análogos en sus proveedores, sumados a la credibilidad de las certificaciones, constituyen un círculo virtuoso que ha logrado que, a enero de 2015, el 54% de la producción de pulpa y papel reciclado en todo el mundo tenga certificación FSC. Con relación a la madera, si bien la incidencia ha sido inferior, muestra un gran crecimiento en el último lustro: pasó de 8,4% en 2009 a alcanzar 14,5% en la actualidad, en ambos casos de acuerdo a información de WWF. Resulta oportuno destacar que, sin el apoyo de grandes empresas, el camino hubiera sido más complejo y más lento. En efecto, acompañando esta tendencia, y con importante poder para traccionar en favor de ella a sus propios grupos económicos y a sus cientos de proveedores, grandes empresas de carácter global han adquirido compromisos respecto de la adopción de estos estándares. En lo que respecta a productos forestales, ya en 1999 Home Depot e Ikea, dos gigantes vinculados con los sectores de la construcción y de los muebles/decoración, respectivamente, habían anunciado su preferencia por productos FSC. Argentina ocupa un lugar destacado en cuanto a cantidad de certificados FSC, aunque aún existe mucho por hacer y difundir.


FSC: Cantidad de has. por País

Argentina 0.2% Resto (<1%) 14% China 2%

Congo 2% Belarus 2.1%

Canadá 29%

Brasil 4% Polonia 5% Suecia 8%

Estados Unidos 9%

Rusia 20%

Estos estándares son el producto de largos años de negociación de procesos multi-stakeholder (empresas productoras, retailers, bancos, ONG’s3). Con el transcurso de los años surgieron certificaciones para diversos tipos de productos. Existen estándares para otros commodities, como la soja, azúcar, algodón, pescado, aceite de palma, entre otros, con diverso grado de desarrollo y penetración en el mercado mundial. La certificación RTRS (Round Table of Responsible Soy) es de reciente creación, y se encuentra en pleno crecimiento. En función de la importancia mundial de Argentina como productor sojero, nuestro país se encuentra entre los países con mayor cantidad de hectáreas certificadas. Si bien Brasil produjo en 2014 poco más del 60% del total de soja certificada RTRS, Argentina en el mimo año casi duplicó su producción de 2013. A nivel global, y gracias a una considerable cantidad de compradores de diferentes sectores y latitudes, en 2014 se alcanzó la compra récord de soja responsable. El volumen comprado

Vida Silvestre tiene activa participación en los procesos que conducen a certificaciones, acompañando desde el inicio los capítulos locales de estos protocolos, ya sea integrando sus consejos o realizando aportes técnicos. 3


de soja certificada RTRS creció de 891.000 toneladas en 2013 a más de 1.300.000 toneladas en 2014.

“EN FUNCIÓN DE LA IMPORTANCIA MUNDIAL DE ARGENTINA COMO PRODUCTOR SOJERO, NUESTRO PAÍS SE ENCUENTRA ENTRE LOS PAÍSES CON MAYOR CANTIDAD DE HECTÁREAS CERTIFICADAS”. En el caso de la carne vacuna, el proceso para lograr acuerdo internacional/regional entre los diversos actores del sector está en marcha. A nivel local, con la participación de Vida Silvestre, se ha logrado establecer un conjunto de buenas prácticas ganaderas que no sólo garantizan el cuidado de los pastizales autóctonos, sino que también han demostrado favorecer incrementos en la productividad. Resulta fundamental que productores y consumidores tengan la oportunidad de elegir qué y cómo producen y consumen. La existencia de certificaciones de sustentabilidad dotan de credibilidad los esfuerzos por producir sin dañar el ambiente. A su vez, permiten diferenciar productos sustentables, habiéndose transformado en elementos clave para ingresar o permanecer en ciertos mercados del exterior. Estos estándares no son un fin en sí mismos. Constituyen una herramienta más para contribuir a la conservación de la biodiversidad, y el análisis de su evolución es una manera de medir de manera objetiva su desarrollo a través del tiempo. Como entidad pionera en nuestro país, Vida Silvestre continúa trabajando con el objetivo de contribuir a que estas prácticas alcancen mayor escala, permitiendo generar impactos relevantes que puedan ser capitalizados por las próximas generaciones.

Pablo A. Cortínez Lic. en Economía de la Universidad Nacional de Córdoba. Master en Finanzas de UCEMA. Profesional con amplia experiencia en el sector financiero (bancos, fondo de pensión, brokers). Docente en instituciones varias. Consultor de organismos multilaterales de crédito. Se unió a Vida Silvestre en 2013 para coordinar el área Negocios y Ambiente.


LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN EMPRESAS FORESTALES Por Jorge Meza, Oficial Forestal Principal de la Oficina para América Latina y el Caribe de la FAO www.fao.org

Las empresas pueden ser clasificadas por el tamaño de su negocio, siendo grandes, medianas, pequeñas y microempresas, de acuerdo a límites establecidos en función del ―porte económico‖, y otros aspectos como el número de funcionarios, montos de facturación, nivel de rentabilidad, etc. Con la amplia difusión del concepto ―sostenibilidad‖, aplicable a casi todas las actividades humanas, las empresas pueden ser clasificadas utilizando además de los parámetros económicos- otros parámetros como los sociales y ambientales. Mientras los parámetros económicos para clasificar las empresas, son utilizados por los Estados con fines legales, de imposición tributaria, de aplicación de políticas públicas, etc., los parámetros sociales y ambientales son utilizados de manera menos amplia con dichos fines. La clasificación de las empresas en base a estos parámetros, corresponde más al ámbito gremial empresarial, del reconocimiento social, de las organizaciones no gubernamentales y de empresas certificadoras internacionales. No existe una definición internacionalmente acordada para el término ―Responsabilidad Social Empresarial‖. En todo caso, las empresas con responsabilidad social son aquellas que se destacan del conjunto de empresas, por ciertas prácticas y políticas empresariales que favorecen -en mayor medida que sus similares- el bienestar social de los trabajadores, la comunidad local y la población en general. Cuidar del medio ambiente, protegerlo o recuperarlo, también es parte del ejercicio de la Responsabilidad Social Empresarial. Dos aspectos de la responsabilidad social de empresas forestales deben ser cuidadosamente atendidos: la protección del trabajador y la conservación del recurso “bosque” y sus servicios ecosistémicos. Es importante la protección del trabajador, teniendo como base el cumplimiento de la legislación laboral y de la seguridad en el trabajo,


para ir más allá, buscando la generación de bienestar laboral y el progreso familiar. De la misma manera, en el abastecimiento de la madera y de productos no madereros del bosque, se debe promover el cumplimiento de la ley en cuanto a la extracción y movilización del recurso forestal, y además, el aseguramiento de la sostenibilidad de la actividad, y conservación de dicho recurso, sobre todo cuando se trata de bosques naturales. Empresas con responsabilidad social, deberían incluso exigir al Estado, cuando corresponda, la revisión de los parámetros técnico-legales de la producción primaria forestal, buscando la mencionada sostenibilidad del recurso. También es sumamente importante la reducción de las emisiones, efluentes, contaminantes y desperdicios, sobre todo en ciertos tipos de industrias forestales, que generalmente afectan a la población y el medio ambiente local y global. Lo anterior implica invertir más en el trabajador y su familia, generando costos adicionales o repartiendo utilidades (como en algunos países es posible) y por otro lado, mejorar la eficiencia productiva que se manifiesta en el incremento de la relación materia prima y producto acabado, o incluso, limitar las extracciones de bosques naturales, cuando sea necesario, para atender la sostenibilidad de dichos bosques. Estas dos acciones implican decisiones que muchas empresas no están dispuestas a asumir, por el riesgo que genera una posible reducción de la rentabilidad del negocio forestal.

“DOS ASPECTOS DE LA RESPONSABILIDAD SOCIAL DE EMPRESAS FORESTALES DEBEN SER CUIDADOSAMENTE ATENDIDOS: LA PROTECCIÓN DEL TRABAJADOR Y LA CONSERVACIÓN DEL RECURSO „BOSQUE‟ Y SUS SERVICIOS ECOSISTÉMICOS”. Dependiendo del tipo de empresa, del tamaño del negocio, del entorno empresarial, de los incentivos del Estado y del mercado; pequeñas, medianas y grandes empresas, pueden asumir en niveles diferenciados los costos adicionales que implica una mayor responsabilidad social. No obstante, el gran promotor de la responsabilidad social de las empresas forestales es el Estado y el mercado. Sin adecuados incentivos o mecanismos de fomento por parte del Estado, será muy difícil cambiar el entorno empresarial para promover una mayor responsabilidad social. Además de los incentivos se requieren normas básicas, que en lo laboral por ejemplo, no son específicas para el sector forestal. Sin estas normas y sin los incentivos, la responsabilidad social en las empresas forestales se constituirá en un ejercicio de buena voluntad, en el cual el parámetro de ―lo social‖ será


puesto por el empresario de manera discrecional, en atención a consideraciones personales o societarias. El mercado es otro elemento importante. Si bien no es una regla, grandes empresas forestales con productos con alto valor agregado, que compiten en un mercado global de productos forestales, están más dispuestas a promover la responsabilidad social que empresas menores en mercados nacionales o locales. Estas grandes empresas están motivadas, sobre todo, por evitar problemas de imagen que pueden afectar la comercialización de sus productos, o porque efectivamente están convencidas que políticas empresariales, sociales o ambientales, pueden mejorar su rentabilidad y competitividad. Empresas productoras de papel y celulosa para mercados internacionales, pueden llegar a alcanzar muy interesantes niveles de responsabilidad social en su actividad productiva. En un sentido más amplio y global, la responsabilidad del sector forestal y agropecuario en su conjunto, ha sido fuertemente llamada la atención por la comunidad internacional, por las emisiones de dióxido de carbono causadas por la deforestación y degradación forestal. La extracción de madera de forma no sostenible, y la conversión del uso del suelo de bosque a otros usos, son dos de las principales causas de este problema.

“…TRESCIENTOS MILLONES DE PERSONAS, LA MAYORÍA MUY POBRES, DEPENDEN DE MANERA SUSTANCIAL DE LOS ECOSISTEMAS FORESTALES PARA SU SUBSISTENCIA E INCLUSO SUPERVIVENCIA”. En este contexto, es importante considerar que los bosques proveen anualmente más de 3,3 billones de metros cúbicos de madera, de los cuales alrededor de 1,8 billones de metros cúbicos corresponden a leña y carbón. Este nivel de actividad es el que preocupa al mundo por la falta de sostenibilidad. El Panel Intergubernamental de Cambio Climático ha estimado que la deforestación y la degradación forestal contribuyen con aproximadamente el 17% de todas las emisiones anuales de gases de efecto invernadero. Por otro lado, 300 millones de personas, la mayoría muy pobres, dependen de manera sustancial de los ecosistemas forestales para su subsistencia e incluso supervivencia; y alrededor de 60 millones de indígenas son especialmente dependientes de los bosques. La forma en la cual se está promoviendo el desarrollo forestal y agropecuario, principalmente en varios países en desarrollo, está afectando de manera decisiva a esta población.


Aquí tenemos un ejemplo claro en el cual, responsabilidad social y responsabilidad ambiental van de la mano. Si bien las empresas forestales no son responsables en su totalidad por el problema mencionado, es el escenario y el entorno en el cual se desarrollan y operan, y por lo tanto, es parte de su responsabilidad social, buscar activamente junto a los Estados y la sociedad civil, soluciones que promuevan la sostenibilidad y el bienestar de todos. En un entorno empresarial mundial, se sigue midiendo el éxito o fracaso de una empresa por la rentabilidad económica o por el precio de sus acciones, y aún no por el número de empleos generados o por el nivel de bienestar de sus trabajadores, o por la reducción de sus emisiones o huella de carbono. Hay que trabajar para cambiar esta medida de éxito empresarial. En el sector hay importantes retos y oportunidades en ese sentido.

Jorge Meza Ingeniero Forestal graduado en la Universidad Federal de Paraná (Brasil). Especialista en Ingeniería Económica con Maestría en Silvicultura Tropical por la George August Universität de Gottingen, Alemania. Se desempeña actualmente como Oficial Forestal Senior de la Oficina de FAO para América Latina y el Caribe. Fue Representante de FAO en Paraguay y ha trabajado como consultor internacional en temas forestales y recursos naturales para proyectos de varias organizaciones como el Banco Interamericano de Desarrollo, la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica, la Agencia de Cooperación Técnica Alemana, la Organización de Maderas Tropicales, entre otras.


“CONSTRUIR EN TÉRMINOS DE SUSTENTABILIDAD IMPLICA ACCIONES RESPONSABLES” Por Florencia Mercado Luna, Cofundadora del Equipo de Responsabilidad Social del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba Regional 1

El término Desarrollo Sustentable definió hace ya décadas en informe que hacía referencia desarrollo ambiental integral respetuoso con el presente y futuro.

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Hablar de Sustentabilidad infiere vanguardia, pero la realidad es que la situación requiere de ideas y nuevas lógicas de acción, donde los conceptos estén internalizados dentro de los mecanismos de gestión cotidianos. Ser sustentable es ser responsable y para lograr el deseado equilibrio de las tres esferas de la sustentabilidad en el contexto actual se debiera hablar de niveles o grados de la misma. Ahora bien, actualmente existe un enorme desarrollo de investigación ligado al tema de la sustentabilidad en la construcción. En ámbitos académicos se han construido emprendimientos inmobiliarios embanderados bajo el nombre ―desarrollos sustentables”. Se habla de bio-construcción, eco-construcción y arquitectura verde. Hay urbanizaciones que consiguieron incorporar un código de edificación con pautas ambientales. Existen ya organismos que certifican los edificios en grados de amigabilidad con el ambiente. Hay desarrollos arquitectónicos que aplican muchos de estos conceptos y también ya tenemos en el mercado materiales y tecnologías que generan un gran aporte en estos términos. Algunos municipios tienen legislaciones que favorecen a los emprendimientos que generan energías limpias o prevén un sistema de tratamiento de efluentes que no contamine las napas. En fin, estamos en el camino correcto. El paso que sigue es hacer un cambio consiente y sistemático que incorpore la sustentabilidad como


meta concreta y realizable. Pensar de manera integral e inclusiva desde el comienzo. Entonces, ¿qué hacer? Construir en términos de sustentabilidad implica acciones responsables: desde la toma de decisiones en la instancia proyectual, hasta la entrega de la obra, teniendo en cuenta el monitoreo del funcionamiento de los objetos construidos y sus posibles adaptaciones para mejorar de manera continua. La difusión de los logros y la comunicación son herramientas fundamentales que generan impacto positivo. Entre las principales líneas estratégicas a tener en cuenta, se pueden mencionar: Calidad espacial y confort. Cada construcción tiene expectativas concretas de uso. La percepción de cada espacio depende del universo sensorial de los usuarios. Habitar espacios útiles, confortables, acogedores y adaptables sería un buen comienzo. La relación con el entorno, el dominio de visuales y las transiciones habitables (terrazas, pérgolas, galerías) potencian la iluminación, ventilación y generan empatías comunicacionales internas y externas. Tener en cuenta la calidad espacial es tener en cuenta la calidad de vida. De la consideración de este punto resultarán espacios confortables; de formas regulares, colores y temperaturas agradables, de buenas visuales y de ventilaciones e iluminaciones correctas (no mínimas). Son muy interesantes las intervenciones de técnicas bioclimáticas para lograr mejores resultados.

“CONSTRUIR EN TÉRMINOS DE SUSTENTABILIDAD IMPLICA ACCIONES RESPONSABLES: DESDE LA TOMA DE DECISIONES EN LA INSTANCIA PROYECTUAL, HASTA LA ENTREGA DE LA OBRA, TENIENDO EN CUENTA EL MONITOREO DEL FUNCIONAMIENTO DE LOS OBJETOS CONSTRUIDOS Y SUS POSIBLES ADAPTACIONES…” Localización y entorno. La localización de las obras es muy importante no sólo para los usuarios sino también por el impacto que el edificio generará en el lugar de su emplazamiento. En situaciones urbanas, es pertinente pensar en reutilizar espacios construidos y adaptarlos. Este tipo de intervenciones pueden generar toda una revitalización de un sector generando impactos secundarios de gran valor. Aquí es preciso tener en cuenta la actividad que se realizará en el objeto construido y quiénes serán las personas que lo utilizarán para evaluar las mejores posibilidades de acceso. Considerar la diversidad y las capacidades diferentes. Contemplar el impacto de los edificios en el entorno, es mirar la congestión del tráfico, las sombras arrojadas, las visuales conseguidas


y las obstruidas, las infraestructura, etc.

necesidades

de

conexiones

a

redes

de

La energía. La situación del país en términos energéticos es un tema de suma importancia en la agenda. Hay que diseñar de manera inteligente en términos creativos y tecnológicos. Una obra bien orientada, aislada y protegida contra los factores climáticos, disminuye considerablemente la energía que utiliza y aumenta el bienestar interior. Hay en el mercado materiales y artefactos que favorecen el aprovechamiento de la energía de la naturaleza. Materiales. Hacer compras responsables nos permite generar impactos sociales que superan los alcances de nuestra vivienda. El uso de materiales (y mano de obra) locales reduce los costos y la contaminación debidos al transporte y facilita su reposición. Debe considerarse el ciclo de vida, su procedencia, su empleo en obra, y su destino como escombro o reciclaje. Tener en cuenta la reutilización de materiales en obra de remodelación, la incorporación de materiales reciclados y que los materiales nuevos puedan ser reutilizados o reciclados para futuros usos. En el caso de la compra de materiales nuevos es importante tener en cuenta el ―ciclo de vida‖ de cada componente. Agua. El ahorro, el reuso y el reciclado son los pilares de la gestión eficiente del agua. La selección de materiales y técnicas aplicables ―en seco‖, así como el reuso del agua gris, economizan importantes caudales de agua potable y son ejemplos de aplicación. El riego es el sector aliado, donde se puede cerrar el círculo. Se reutiliza el agua que se desecha por un lado y se reutiliza en sectores verdes de ajardinamiento que mejoran los entornos en términos estéticos y climáticos.

“UNA OBRA BIEN ORIENTADA, AISLADA Y PROTEGIDA CONTRA LOS FACTORES CLIMÁTICOS, DISMINUYE CONSIDERABLEMENTE LA ENERGÍA QUE UTILIZA Y AUMENTA EL BIENESTAR INTERIOR”. Gestión de residuos. Existen medios y métodos para utilizar y disminuir el volumen de residuos. Todos los residuos generados en obra pueden ser reutilizados en otros sectores, para compactación de terrenos mejoramiento de caminos o rellenos. Es importante pensar cuál va a ser el destino de los materiales seleccionados para que, cuando dejen de cumplir la función por la cual han sido colocados, puedan ser utilizados para otra cosa. Por ejemplo, para solados de grandes superficies exteriores es interesante la colocación de elementos trabados que no


requieran de morteros de asiento u hormigón. Esto permitirá la remoción -de ser necesario- y así también colaborará a la escorrentía y escurrimiento de las aguas de lluvia. Mano de Obra. La idoneidad y la seguridad son prioritarias. Todas las medidas de higiene y seguridad colaboran a que los usuarios hagan de manera correcta y segura la tarea, consiguiendo mejores resultados y más rápidos. La tendencia es variada aún. Muchos emprendimientos son motivados por una certificación que califique las obras con niveles de sustentabilidad. Otros, en cambio, intentan hacer un viraje quizás hacia un entorno más natural, incluso con técnicas casi artesanales. Existe un sinnúmero de acciones que, combinadas, devienen en una gestión sustentable en la construcción. Muchos mecanismos y diversos motivos. Lo cierto es que todos queremos vivir bien. Todo gesto que intente hacer una diferencia responsable es pertinente. Es en la suma de gestos donde estará la diferencia.

Florencia Mercado Luna Arquitecta (UNC -1999). Magister en Gestión Ambiental del Desarrollo Urbano (UNC). Se desempeñó como docente adscripta en las cátedras de Diseño Turístico Sustentable, Diseño Sustentable, Arquitectura Nivel V y Nivel VI (tesis). Post Grado en temas de Sustentabilidad, Diseño, Impacto ambiental, etc. Fue colaboradora en trabajos de investigación. Fue Directora Técnica del Proyecto ―Desarrollo de Calentadores de Agua Solares para Sectores Sociales de Bajos Ingresos‖, con subsidio del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Córdoba. Docente del curso ―Diseño Sustentable‖ del Colegio de Arquitectos. Co-fundadora del Equipo de Responsabilidad Social del Colegio de Arquitectos de la Pcia. de Cba. Regional 1. Actualmente desarrolla su actividad independiente como arquitecta y consultora en Diseño Sustentable. Miembro del Equipo de Responsabilidad Social del Colegio de Arquitectos.



GESTIÓN “LA RELACIÓN CON NUESTROS GRUPOS DE INTERÉS ES FUNDAMENTAL EN LA CONSTRUCCIÓN DE VALOR SUSTENTABLE PARA EL NEGOCIO” Por Ángeles Alonso, Jefe Comunicaciones Institucionales Arauco Argentina

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Formamos parte del Grupo Arauco, una empresa internacional en el sector foresto-industrial, con un liderazgo de negocio que implica una orientación a la sustentabilidad. Nuestra compañía se caracteriza por una fuerte presencia territorial en la provincia de Misiones, que nos vincula con numerosas comunidades y partes interesadas, un componente ambiental muy fuerte y un nivel de incidencia en la economía local muy grande. Somos un actor relevante en la economía local y regional, y eso nos genera grandes responsabilidades y desafíos, así como oportunidades de generación de valor. Por la particularidad de nuestro negocio, la relación con nuestros grupos de interés es un aspecto fundamental en la construcción de valor sustentable para la compañía y nuestras partes interesadas. Nuestra política de Responsabilidad Social y Sustentabilidad se orienta al concepto de ―VALOR COMPARTIDO‖. Éste es el desafío que asumimos: aportar valor a las comunidades, mejorando sus condiciones económicas y sociales, ya que ello a su vez nos agrega valor al desarrollo de nuestro negocio.


Nuestro objetivo consiste en construir relaciones permanentes y de mutua colaboración con las comunidades en donde se encuentran las operaciones de la compañía, incorporando sus inquietudes y necesidades en la toma de decisiones y apoyando su desarrollo. Trabajamos en conjunto con las comunidades y otros sectores, buscando alternativas de largo plazo que generen impacto positivo en la calidad de vida de nuestra gente. Damos lugar a la participación de otros actores, buscando el esfuerzo compartido y la sustentabilidad, como eje de las acciones que llevamos adelante.

“NUESTRO OBJETIVO CONSISTE EN CONSTRUIR RELACIONES PERMANENTES Y DE MUTUA COLABORACIÓN CON LAS COMUNIDADES EN DONDE SE ENCUENTRAN LAS OPERACIONES DE LA COMPAÑÍA…” Hace tres años empezamos a construir un proceso de cambio cultural transversal en toda la compañía, por ende, en todos los que formamos parte de Arauco Argentina. Conscientes del valor de construir buenas relaciones con las comunidades y actores vinculados a nuestra actividad, en 2012, en conjunto con una consultora externa, realizamos un diagnóstico, que nos permitió relevar y analizar de manera profunda y sistemática las percepciones de los principales grupos de interés de la empresa sobre nuestro desempeño económico, social y ambiental. Esta iniciativa, marcó el inicio de la estrategia de relacionamiento con grupos de interés impulsada por la Gerencia de Asuntos Corporativos. Los resultados del diagnóstico fueron incorporados y tenidos en cuenta para las decisiones relativas al relacionamiento con grupos de interés, los programas de inversión social y la comunicación corporativa, así como a las decisiones de negocio. Es un proceso progresivo que no hemos acabado, pero confiamos estar avanzando a un ritmo considerable. Desde el 2013 iniciamos un Plan de Relacionamiento con Grupos de Interés, liderado por la Gerencia de Asuntos Públicos y gestionado en forma articulada con las unidades de negocio, para alinear y potenciar nuestros esfuerzos en esta línea. Este proceso, que involucra a toda la empresa, nos permite identificar mejor a las partes interesadas en nuestra operación, las influencias mutuas e intereses que existen, y a partir de allí trabajar en la construcción y fortalecimiento de una relación basada en el diálogo y la confianza.


Desde la estrategia de comunicación corporativa, se contribuye a generar espacios de diálogo con las comunidades, estableciendo contactos uno a uno, con el objetivo de logar vínculos positivos y de mutua colaboración; identificar preocupaciones y temas clave a abordar con las partes interesadas; dar a conocer información relevante y adecuada sobre la operación de la compañía y aumentar y mejorar el nivel de información a través del diálogo y la apertura.

“DESDE LA ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN CORPORATIVA, SE CONTRIBUYE A GENERAR ESPACIOS DE DIÁLOGO CON LAS COMUNIDADES, ESTABLECIENDO CONTACTOS UNO A UNO…” Todos los programas y proyectos que apoyamos están orientados a la empleabilidad y emprendimientos productivos; educación y formación; salud y calidad de vida; cultura, recreación y deportes; y a la conservación y desarrollo ambiental. En 2012 lanzamos nuestro Proyecto Educativo, con el objetivo de fomentar y promover la participación de los alumnos de escuelas del norte de Misiones en el cuidado del medio ambiente y la prevención de incendios rurales, y de esta manera formarse como ciudadanos comprometidos y responsables con su entorno. A lo largo de tres jornadas se trabaja sobre el funcionamiento del ecosistema forestal y su rol en la biodiversidad, los beneficios de la actividad forestal, el reciclado de basura, el riesgo e impacto de los incendios forestalesentre otros ejes- acercando a los chicos a temas muy presentes en su vida cotidiana. El año pasado, 4.131 niños y niñas de 50 escuelas participaron del proyecto. Si bien el Programa de visitas a la Reserva San Jorge siempre lo tuvimos, durante el 2013 decidimos potenciar esta acción con el objetivo de involucrar a nuevos grupos de interés en la concientización de la preservación del medio ambiente (Colaboradores y sus familias, contratistas, alumnos participantes del Proyecto Educativo de Alto Paraná y otras instituciones interesadas). Este programa permite visitar uno de los ecosistemas más extraordinarios, conociendo las maravillosas especies de flora y fauna que allí habitan. En 2014, encaramos el Proyecto “Nuevos Vecinos”. La idea de este proyecto fue involucrar a un tercero especialista, la Fundación Sagrada Familia, para resolver el tema de 200 viviendas, propiedad de la compañía que representaban un importante gasto y ya no tenían un valor estratégico. El resultado fue muy exitoso y permitió que 200 familias


puedan tener su casa propia, con el compromiso y esfuerzo que eso significa, convirtiéndose en protagonistas de su desarrollo. Este proyecto logró incrementar el protagonismo de los propios vecinos y mejoró la articulación de diferentes: empresa, Municipalidad de Wanda, Fundación Sagrada Familia y vecinos. La propuesta permitió el desarrollo de una metodología de trabajo por consenso, lo que generó mayor iniciativa de los vecinos, fomentó la conformación de espacios vecinales con fines de mejora, y generó valor agregado y compartido para todos los actores involucrados. Recientemente, en febrero de este año, sumamos un nuevo espacio para seguir consolidando nuestra presencia y vínculo con las comunidades del norte misionero. “Mundo Forestal” es un innovador proyecto con el que buscamos concientizar sobre los desafíos y beneficios de la actividad forestal a través de una dinámica divertida y participativa para todas las edades. Es una iniciativa concebida para poder recorrer la provincia y acercarnos a los habitantes de distintas localidades, particularmente de aquellas en donde operamos o de las que nos encontramos alejados de los centros urbanos. Apunta a reforzar el vínculo con la comunidad en la cual desarrollamos nuestra actividad. Se trata de una divertida fábula sobre un reino forestal, una competencia en equipos para poner a prueba ciertos conocimientos sobre el bosque, sustentados con dispositivos de alta tecnología que correrán sobre un acoplado de 16 metros ploteado con imágenes de árboles y animales de la selva misionera. ―Mundo Forestal‖ está pensado para generar un espacio de encuentro entre Arauco Argentina y sus grupos de interés, y ofrecer una propuesta didáctica y de entretenimiento sobre la actividad forestal. Confiamos que a través de este tipo de acciones, estamos construyendo valor compartido, generando beneficios para la empresa y también contribuyendo a mejorar las condiciones económicas y sociales de las comunidades de las que formamos parte. El éxito de nuestro negocio va de la mano de la conservación ambiental, el desarrollo de las comunidades donde operamos y la rentabilidad económica.


Ángeles Alonso Licenciada en Comunicación Social de la Universidad Austral. Comenzó su carrera laboral en medios de comunicación para luego desempeñarse varios años en consultoría, manejando temas de comunicación y asuntos públicos de diversas empresas de primera línea. Actualmente lleva adelante tareas de comunicación y RSE en Arauco Argentina.


“NUESTRO DESAFÍO ES CONSOLIDARNOS REFERENTES EN LA PRÁCTICA DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE” Por Matías Sebastián Carozzo, Responsable del Sistema Integrado de Gestión de Maniagro Argentina www.maniagroargentina.com.ar

Desde MANIAGRO ARGENTINA hace tiempo que venimos desarrollando diversas iniciativas vinculadas con una gestión socialmente responsable. Una de estas acciones con las cuales empezamos este camino fue la implementación de un Sistema Integrado de Gestión (SIG) certificado bajo los lineamientos de Buenas Prácticas de Manufactura (GMP), y del Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP), alcanzados entre 2008 y 2009 respectivamente. El SIG también se certificó de acuerdo a los requisitos establecidos en la Norma Mundial de Seguridad Alimentaria (BRC), recibiendo hasta el día de la fecha sucesivas auditorías de re-certificación anuales. La relevancia de estas certificaciones es que a través de ellas garantizamos la provisión de alimentos inocuos, sanos y saludables, cuestión de suma responsabilidad por parte de la empresa. El impacto positivo de estas acciones llevó a la dirección de MANIAGRO ARGENTINA a realizar en 2012 un viraje necesario, enfocado en una mejora sustancial de los aspectos relativos a derechos humanos, derechos laborales, aspectos ambientales y la ética comercial. Para ello se tomaron como base los 9 Principios establecidos en la Iniciativa de Comercio Ético (ETI). En consecuencia, se decidió llevar a cabo una Política de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), que actualmente se encuentra inserta en el Manual de RSE de MANIAGRO ARGENTINA. La misma establece los lineamientos necesarios para trabajar en el ámbito cotidiano de la compañía con el fin de crear valor sostenible sobre tres ejes: el económico, el social y el ambiental.


La materialización de la política de RSE se logra mediante el traslado de los preceptos a la gestión diaria de la empresa. Para ello se tienen en cuenta las inquietudes y el compromiso social y solidario que comparten todos los colaboradores, y se revisan continuamente los sistemas de gestión de procesos para adaptarlos a los cada vez más exigentes requerimientos normativos. Esto se logra a través de la evaluación de impactos de nuestras actividades sobre la sociedad y el medio ambiente. En este sentido, por ejemplo, en 2012 la compañía culminó con éxito el proceso de Medición de la Huella de Carbono Corporativa y de Producto, transformándose de esta manera en la primera empresa del sector en formalizar su inventario de Gases de Efecto Invernadero (GEI´s). A través del conocimiento de la huella de carbono de producto podemos ofrecer hoy a nuestros clientes un producto diferencial, reducido o neutro en emisiones de GEI´s, mediante la compensación obtenida a través de la adquisición de los denominados bonos de carbono. Asimismo y con el objeto de verificar la implementación de cada uno de los Principios establecidos por el Código ETI, efectuamos en 2012 una auditoría, cuyos resultados fueron altamente satisfactorios. Muestra de ello es que la firma obtuvo la Membresía B en SEDEX, una plataforma basada en internet, desarrollada para compartir y visualizar información acerca de normativas laborales, prevención de riesgos laborales, así como sobre el medio ambiente y la ética comercial. Como parte del compromiso de la empresa con este tema, se elaboró un ―Código de Conducta Ética‖, el cual fue enviado vía e-mail a la cartera de proveedores de la firma con el objeto de ser leído y aceptado, de manera que todas las transacciones comerciales entre las partes sean regidas por los Principios establecidos en dicho Código.

“A TRAVÉS DEL CONOCIMIENTO DE LA HUELLA DE CARBONO DE PRODUCTO PODEMOS OFRECER HOY A NUESTROS CLIENTES UN PRODUCTO DIFERENCIAL, REDUCIDO O NEUTRO EN EMISIONES DE GEI´S…” También en el transcurso del año 2012 y a nivel de la producción primaria, la dirección de MANIAGRO decidió comenzar a trabajar en la implementación de los lineamientos del estándar GLOBAL G.A.P. Versión 4. Ésta es una norma referida a las Buenas Prácticas Agrícolas, la cual incluye además numerosos requisitos relacionados al cuidado y mejores prácticas de gestión ambiental, de higiene y seguridad laboral del trabajador rural. En este marco, la empresa alcanzó la certificación del estándar Global G.A.P., convirtiéndose en la primera y única compañía del sector en contar con dicho reconocimiento internacional,


recibiendo además en el mismo año un premio por los Global GAP Awards. Con el objetivo de contribuir a la promoción y difusión del concepto y la práctica de la RSE, nos sumamos como empresa miembro en 2012 al Instituto Argentino de Responsabilidad Social Empresaria (IARSE) para promover y manifestar nuestro apoyo a que más empresas puedan conocer y encaminarse en el desarrollo de una gestión socialmente responsable. Continuando con la misma visión desde los inicios, la dirección de MANIAGRO ARGENTINA decidió además fijar como objetivos, a nivel organizacional, la adhesión y respaldo a los 10 Principios establecidos en el Pacto Global de Naciones Unidas (ONU). También se fijó formalizar el aval a la Iniciativa de la Carta de la Tierra Internacional. Todo ello con la finalidad de continuar contribuyendo a la promoción de valores y de mejores prácticas empresariales enfocadas en la sustentabilidad económica, social y ambiental del negocio a largo plazo. En materia de comunicación con los diversos públicos, MANIAGRO ARGENTINA ha establecido diversas metodologías con la finalidad de fomentar la concienciación acerca de la implementación de prácticas socialmente responsables. Entre estas metodologías pueden mencionarse diferentes publicaciones en redes sociales (facebook y twitter), en medios radiales, en su página web, en el blog de la empresa y a través del uso del correo electrónico. En el mismo sentido, ante cada visita de clientes actuales y/o potenciales, se procede a la entrega del ―Tríptico sobre Prácticas Ambientalmente Sustentables‖. Principales Desafíos A nivel de la producción primaria, los principales desafíos radican en la consolidación de la empresa como un referente en la práctica de la agricultura sustentable. Ello implica la reducción en la utilización de fitosanitarios y agroquímicos; el uso adecuado y eficiente de manejo integrado de plagas; la disminución en la generación y correcta gestión de los envases vacíos, así como de otros residuos resultantes de las operaciones; el desarrollo de nuevas tecnologías y sistemas de laboreo que reduzcan al mínimo posible la erosión y agotamiento de las tierras cultivables; entre otras muchas acciones posibles.

“A NIVEL DE LA PRODUCCIÓN PRIMARIA, LOS PRINCIPALES DESAFÍOS RADICAN EN LA CONSOLIDACIÓN DE LA EMPRESA COMO UN REFERENTE EN LA PRÁCTICA DE LA AGRICULTURA SUSTENTABLE”.


A nivel industrial, los principales desafíos pasan por el uso eficiente de la energía (tanto eléctrica como calórica), ya que ésta es uno de los principales factores contribuyentes de nuestra huella de carbono corporativa. En este sentido, la empresa posee un proyecto de revalorización de la cáscara de maní (biomasa generada en una etapa del proceso), mediante la cual se pretende cambiar la matriz energética de la planta industrial por una energía limpia, neutra en emisiones de GEI´s. Además, debemos continuar fomentando la separación de residuos hacia el interior de la planta, con el fin de alcanzar el 100% de residuos sólidos reciclables clasificados, para su posterior recolección diferenciada por parte del municipio. Otro importante desafío en la materia, se centra en la redacción y publicación de la primera Comunicación de Progreso (CoP). Ésta es una medida de integridad del Pacto Global de la ONU, de presentación anual obligatoria, de forma tal de evidenciar las prácticas implementadas por la organización en pos del cumplimiento de los 10 Principios establecidos por la Iniciativa.

Matías Sebastián Carozzo Responsable del Sistema Integrado de Gestión de Maniagro Argentina. Licenciado en Bromatología de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER). Especialista en Sistemas de Gestión Integrados. Auditor Líder-Norma ISO 22000:2005 (Seguridad Alimentaria). Auditor Interno-Norma ISO 9001:2008 (Gestión de Calidad). Auditor Interno en Sistemas de Gestión de Seguridad Alimentaria. Medición y Análisis de Huella de Carbono. Disertante en Jornadas sobre Buenas Prácticas Agrícolas en Cultivo de Maní (organizadas por Delegación Córdoba de SENASA). Interpretación de las Normas: ISO 14001:2004 (Gestión Ambiental), SA 8000 (RSE), Iniciativa de Comercio Ético (RSE).


LA SUSTENTABILIDAD INSERTA EN EL NEGOCIO Por Javier García Moritán, Gerente de Sustentabilidad de Nidera www.nidera.com.ar

En Nidera comprendemos nuestra misión de acuerdo a la idea de que ―no hay empresas exitosas en sociedades que fracasan‖. Es por ello llevamos adelante una gestión integral de nuestros negocios en donde tenemos en cuenta nuestros impactos y buscamos generar permanentemente contextos más propicios de desarrollo, tanto dentro como fuera de la compañía. Si bien la historia de Nidera en sus más de 80 años en el país, siempre estuvo vinculada con un espíritu de compromiso comunitario, hace cuatro años iniciamos un nuevo proceso en materia de gestión responsable, con la creación de una gerencia de Sustentabilidad. Dado ese paso, nos propusimos sistematizar las acciones que veníamos impulsando y estructurarlas en función de políticas corporativas (Código de Conducta, Política de Derechos Humanos, de Responsabilidad Social, de Medio Ambiente, de Seguridad y Salud, Estándares para socios comerciales, etc.). Es decir, definimos lineamientos institucionales para que nuestra gestión no dependa solo del espíritu o estilo de nuestros líderes locales, sino en función de un compromiso previamente establecido. De ahí en adelante, cada año nos vamos proponiendo nuevos objetivos en materia socio-ambiental, con todos nuestros públicos de interés y con la intención explícita de converger cada vez más en Responsabilidad Social y negocios.

“…DEFINIMOS LINEAMIENTOS INSTITUCIONALES PARA QUE NUESTRA GESTIÓN NO DEPENDA SOLO DEL ESPÍRITU O ESTILO DE NUESTROS LÍDERES LOCALES, SINO EN FUNCIÓN DE UN COMPROMISO PREVIAMENTE ESTABLECIDO”. Iniciativas en marcha


Estamos convencidos de que podemos hacer la diferencia cuando aportamos nuestro ―saber hacer” y maximizamos las posibilidades de incidir positivamente en la sociedad. Nuestras semillas (con una genética de avanzada) son un activo esencial para incrementar la producción de alimentos, satisfacer las expectativas de nuestros clientes y también pueden ser un recurso extraordinario para la inclusión de aquellos productores que van quedando al margen del desarrollo. En el contexto de un despoblamiento creciente del ámbito rural y sus implicancias sociales y productivas decidimos poner nuestros recursos al servicio para implementar un negocio inclusivo, que apunte a revertir esta tendencia. La propuesta busca apoyar a los pequeños productores para que puedan acceder a los insumos que produce Nidera y contribuir a la seguridad alimentaria. Para esto, la empresa debe ajustar su proceso comercial, de modo de llevar adelante un negocio que privilegie a estos agricultores, en contexto de vulnerabilidad económica y social. La propuesta de la compañía es luchar contra la tendencia, de alcance mundial, que hace que cada vez más los pequeños chacareros abandonen sus tierras y migren a centros urbanos. Para llevar adelante la iniciativa, realizamos una alianza con una organización de la sociedad civil con trayectoria en la temática como es Ashoka. Esta ONG, además de ayudarnos a avanzar en este proceso, permite garantizar la transparencia de una experiencia absolutamente nueva para nuestra empresa en materia de sustentabilidad. El programa es reciente pero ya hemos dado varios pasos. Uno de los ejes principales fue establecer un equipo multidisciplinario dentro de Nidera para que no sea sólo un proyecto del área de sustentabilidad sino que realmente esté inserto en el negocio. Así, conformamos un grupo con profesionales de distintas áreas, todos comprometidos por igual para el avance del proyecto.

“LA PROPUESTA DE LA COMPAÑÍA ES LUCHAR CONTRA LA TENDENCIA, DE ALCANCE MUNDIAL, QUE HACE QUE CADA VEZ MÁS LOS PEQUEÑOS CHACAREROS ABANDONEN SUS TIERRAS Y MIGREN A CENTROS URBANOS”. Convencidos de que esta iniciativa agrega valor, nos abocamos a definir con qué pequeños productores íbamos a trabajar, a quiénes íbamos a consultar a ver si les interesaba realmente esta propuesta de Nidera. En un primer relevamiento nos dimos cuenta de que la mayoría de los pequeños agricultores cercanos a nuestras plantas, en las zonas más productivas de la Argentina, ya han desparecido. Entonces


empezamos a indagar otras localidades y llegamos finalmente al norte de la provincia de Córdoba como el lugar para desarrollar el proyecto. Actualmente nos encontramos en una instancia inicial, en la que después de haber realizado un mapeo de actores con reuniones junto a instituciones públicas, privadas y de la sociedad civil, efectuamos entrevistas a más de 20 productores locales —siguiendo la metodología de la observación etnográfica— que nos permite arribar a un primer diagnóstico y avanzar con la implementación. Con mirada a largo plazo Nidera es una empresa con una trayectoria de muy bajo perfil que hoy está experimentando un cambio de cultura en aspectos que hacen por ejemplo a la comunicación. Sabemos que hay temas sobre los cuales debemos expedirnos y que si nosotros no lo hacemos, no rendimos cuentas de nuestro desempeño, van a haber otros que hablen por nosotros. Estamos convencidos del valor de asumir una política de responsabilidad social, en su expresión más cabal, que implica, entre otras cosas, dar cuentas de quiénes somos, hacía donde vamos y cómo hacemos nuestro trabajo. En función de ello, recientemente, a partir de una consulta realizada a los grupos de interés (más de 290 empleados, clientes, distribuidores y ONG’s), definimos 12 temas centrales de nuestro negocio. Estos temas surgen del análisis de materialidad que efectuamos y sobre los cuales vamos a desarrollar la Estrategia de Sustentabilidad 2015-2020. Los mismos son: 1. Cumplimiento y Gobierno Corporativo. 2. Estrategia para los Mercados Emergentes y la Creciente demanda de Alimentos. 3. Innovación Agrícola. 4. Gestión Responsable de la Cadena de Valor. 5. Atracción y retención de talentos. 6. Prácticas laborales justas y respeto por los Derechos Humanos. 7. Desarrollo y Seguridad Ocupacional. 8. Aseguramiento de la Calidad de los Productos. 9. Reducción del uso de energía. 10. Gestión de Residuos. 11. Gestión del Agua. 12. Participación y desarrollo de las comunidades locales. Hoy el gran desafío tiene que ver con alinear nuestros objetivos en función de los temas materiales y las expectativas de nuestros públicos. Desafío que no lo hacemos como Nidera Argentina de manera aislada, sino que trabajamos en el marco de un equipo global. Un reflejo de que


hoy más que nunca que la sustentabilidad está inserta en nuestro negocio y en la toma de decisiones más alta de la empresa.

Javier García Moritán Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, especializado en Educación. Cuenta con estudios de posgrado en Comunicación Institucional (Universidad Austral) y RSE (UDESA). Desde hace más de 10 años lleva adelante procesos de Responsabilidad Social en empresas multinacionales. Actualmente es Gerente de Sustentabilidad de Nidera, empresa en la que trabaja desde 2011. En el plano académico-cultural, es miembro del Instituto Emmanuel Mounier, colabora con "Persona. Revista Iberoamericana de Personalismo Comunitario" y escribe artículos y ensayos filosóficos de corte humanista. "Acto y potencia" (www.actoypotencia.com.ar) es su plataforma web desde donde divulga su pensamiento.



ESCENARIOS Y TENDENCIAS LOS BOSQUES: CLAVES PARA LA SUSTENTABILIDAD GLOBAL Por María Virginia Vilariño, Coordinadora de Energía y Clima del CEADS www.ceads.org.ar

Hay diferentes clases de bosques, desde los naturales hasta las plantaciones. Todos son de vital importancia y se complementan entre sí para satisfacer diferentes necesidades de la sociedad. Por ejemplo, la demanda de madera, la cual se proyecta que se triplicará hacia 2050 superando los 10 mil millones de m3 anuales, cifra equivalente a 4 millones de piscinas olímpicas llenas de madera cada año. Los bosques deben ser manejados y utilizados sustentablemente para satisfacer esta demanda de forma responsable, porque las sociedades dependen de los servicios que proporcionan los bosques: madera, fibras y recursos genéticos para una amplia gama de productos tradicionales y soluciones innovadoras en bio-productos. Alimentos y energía renovable. Pero también proporcionan servicios como la protección de cuencas hidrográficas, la purificación del agua y el control de la erosión. Son fundamentales para la producción de oxígeno y la regulación del clima gracias a la captura y almacenamiento de carbono. Son el hogar del 80% de la biodiversidad terrestre. Todos servicios que redundan en beneficios y/o daños evitados para nuestra sociedad. Es por ello que la gestión sustentable de los recursos forestales ha cobrado tanta relevancia en la industria forestal a nivel mundial, que hoy trabaja en múltiples plataformas de colaboración con los grupos de interés clave de su cadena de valor, para generar soluciones de escala


que permitan obtener una mayor productividad y mejorar la eficiencia de los recursos forestales. Tal es el caso del Forest Solutions Group del Consejo Empresario Mundial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), que nuclea a las empresas líderes del sector foresto-industrial a nivel mundial, junto a entidades científicas/ académicas referentes como The Forests Dialogue (TFD) y el National Council for Air and Stream Improvement (NCASI). Junto a los principales actores de su cadena de valor, trabajan para sumar más bosques bajo un modelo de gestión sustentable, que brinde servicios ecológicos, beneficios sociales y desarrollo económico sobre la base de recursos renovables. Y apuntan a expandir los mercados para estos productos forestales producidos de forma sustentable.

“…LA GESTIÓN SUSTENTABLE DE LOS RECURSOS FORESTALES HA COBRADO TANTA RELEVANCIA EN LA INDUSTRIA FORESTAL A NIVEL MUNDIAL, QUE HOY TRABAJA EN MÚLTIPLES PLATAFORMAS DE COLABORACIÓN CON LOS GRUPOS DE INTERÉS CLAVE DE SU CADENA DE VALOR, PARA GENERAR SOLUCIONES DE ESCALA”. Entre las herramientas que este grupo promueve para apoyar la gestión sustentable de bosques, se destaca la ―Guía para compra sustentable de productos forestales‖, elaborada junto al Instituto de Recursos Mundiales (WRI). Esta guía es una caja de herramientas diseñadas para ayudar a los directivos de empresas a tomar decisiones informadas, comprender los desafíos y encontrar los mejores consejos sobre cómo comprar productos forestales de fuentes sostenibles, tales como papel o envases, madera, muebles. Asimismo, junto a PwC desarrollaron el ―Sustainable Forest Finance Toolkit‖, un set de herramientas diseñado para apoyar al sector financiero en la financiación sostenible de las industrias que afectan a los bosques. Porque esto es un desafío para todos los actores que participan en la cadena de valor, desde los productores forestales, comercializadores, procesadores y compradores finales, hasta las entidades que financian la actividad. No solo las empresas forestales, sino el sector empresario en general, ha empezado a hacer la conexión entre la salud de los ecosistemas y la salud del negocio. El WBCSD hoy tiene identificadas una serie de soluciones empresariales que contribuirán a la valoración y gestión sustentable de los ecosistemas. Cada año crece el porcentaje de directivos empresarios que manifiestan su preocupación por el efecto


de la pérdida de biodiversidad sobre las perspectivas de crecimiento de sus empresas. Las últimas ediciones de la Convención de Naciones Unidas para la Biodiversidad han sido testigo de la contribución del sector empresario no sólo por su activa participación sino también por la compilación y presentación de numerosos estudios de caso que muestran cómo las alianzas efectivas de gobiernos y empresas pueden dar lugar a operaciones de negocios sustentables basados en una mejor gestión del capital natural. Recientemente, bajo el Convenio sobre la Diversidad Biológica, se lanzó la Iniciativa sobre Indicadores Globales de Impacto sobre la biodiversidad para la producción de commodities, en alianza con WWF, IUCN, WBCSD. Se busca formular indicadores de performance que permitirán a los productores de materias primas identificar sus impactos en la biodiversidad y aplicar prácticas para reducirlos.

“CADA AÑO CRECE EL PORCENTAJE DE DIRECTIVOS EMPRESARIOS QUE MANIFIESTAN SU PREOCUPACIÓN POR EL EFECTO DE LA PÉRDIDA DE BIODIVERSIDAD SOBRE LAS PERSPECTIVAS DE CRECIMIENTO DE SUS EMPRESAS”. Vemos cómo hoy las empresas cuentan con una serie de enfoques y herramientas idóneas para evaluar su dependencia de los ecosistemas como un proceso integrado en sus sistemas existentes de gestión. Y cómo se siguen desarrollando más y mejores herramientas para medir, valorar, gestionar y mitigar los impactos y dependencias de los ecosistemas.

María Virginia Vilariño Lic. en Ciencias Ambientales con especializaciones en Políticas e instrumentos de Gestión Ambiental y Evaluación de Proyectos de Inversión. Coordina el Área de Energía y Clima del CEADS así como las iniciativas Agro Sustentable y Ecosistemas de dicha institución. Autor líder y miembro del grupo de expertos en mitigación del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC). Miembro del Stakeholder Advisory Group del World Resources Institute.


“APLICANDO BUENAS PRÁCTICAS AGRÍCOLAS, ASEGURAMOS UNA AGRICULTURA SUSTENTABLE” Por Federico Landgraf, Ejecutivo de CASAFE www.casafe.org

Director

El sector agrícola es muy dinámico, debe adaptarse constantemente a las condiciones climáticas y reinventarse tecnológicamente para mejorar la calidad y los rindes sin afectar al medio ambiente y así alimentar a un mundo en crecimiento. En el caso de la Argentina, se suma que el campo es un pilar fundamental en la economía del país. Respondiendo a este dinamismo y aceptando el desafío que conlleva, las empresas socias de la Cámara de Sanidad y Fertilizantes (CASAFE) han avanzado en materia de gestión sustentable desde varios aspectos: desarrollando nuevas tecnologías cada vez más amigables con las personas y formando parte los programas de Responsabilidad Social y Ambiental que lleva a cabo nuestra organización: Depósito OK, AgroLimpio y Capacitaciones; proyectos que promueven el buen uso de los productos para la protección de cultivos. Esto es parte del avance del sector en materia de gestión responsable. CASAFE, camina a paso firme y considera que el desafío de toda la cadena agroindustrial es implementar las Buenas Prácticas Agrícolas en todo el país. Para ello, acompaña todo el desarrollo tecnológico con capacitaciones, promoviendo el uso responsable de los productos fitosanitarios. Creemos que las buenas prácticas agrícolas engloban todo el proceso productivo, con lo cual, además del programa de capacitaciones para aplicadores, productores y público en general también trabajamos desde hace tiempo en un programa de certificación de seguridad de depósitos de fitosanitarios (―Depósito OK‖) y en AgroLimpio. El desarrollo de estos programas marca parte del avance en la gestión de sustentabilidad.


La iniciativa denominada “Depósito Ok” fue lanzada en 2003. Constituye un gran avance en materia de sustentabilidad ya que certifica y brinda normativas de seguridad para los depósitos que almacenan productos para la protección de cultivos a fin de evitar riesgos. El principal objetivo es lograr que los depósitos se constituyan en centros de almacenamiento seguro, y así resguardar al personal, el ambiente y toda la comunidad. Este programa se apoya en normas aplicadas en Canadá, EE.UU. y en postulados de CropLife International. Con más de 12 años de experiencia, en 2014 auditamos 240 depósitos para garantizar su máxima seguridad y este año esperamos superar ese número. En 2004 CASAFE decidió abordar, en parte, la problemática de los envases vacíos de los productos fitosanitarios y desarrolló AgroLimpio. Un programa de Responsabilidad Social y Ambiental destinado a concientizar y colaborar en la elaboración de un sistema de recolección y transformación de envases vacíos de plástico rígido que involucre a todas las entidades civiles, públicas y privadas del sector agropecuario. El programa se lleva a cabo en las provincias de Córdoba, Neuquén, Río Negro, Mendoza, San Juan, Corrientes, Chaco, Buenos Aires, Salta, Jujuy, Entre Ríos, Santa Fe, La Rioja, La Pampa, Chubut, entre otras. Cabe destacar que AgroLimpio no se limita solo a la problemática de los envases. Su objetivo es promover prácticas que neutralicen riesgos en la manipulación de fitosanitarios, el cuidado de los seres humanos y el ambiente y la prevención de intoxicación accidental por un manejo inadecuado. En este marco, es importante destacar la existencia de un proyecto de Ley de Envases Vacíos que actualmente se encuentra en el Senado para su tratamiento. Esto conforma parte de los desafíos del hoy. El año pasado (2014), por primera vez se puso en importancia la necesidad de una legislación que regule el posterior tratamiento de envases y la aplicación responsable de los productos para la protección de cultivos. Si bien desde CASAFE ya nos mostramos comprometidos con el tratamiento de envases al desarrollar nuestro Programa AgroLimpio desde 2004, decidimos acompañar estos avances brindando información y acercando la experiencia de otros países, como Brasil, más avanzados en esta materia. De todas formas, desde la Cámara, trabajamos independientemente para concientizar y mejorar la aplicación de productos con especial atención en el cuidado de la salud.


“EL AÑO PASADO, POR PRIMERA VEZ SE PUSO EN IMPORTANCIA LA NECESIDAD DE UNA LEGISLACIÓN QUE REGULE EL POSTERIOR TRATAMIENTO DE ENVASES Y LA APLICACIÓN RESPONSABLE DE LOS PRODUCTOS PARA LA PROTECCIÓN DE CULTIVOS”. En cuanto a las capacitaciones, en 2014 llegamos a más de 16.000 personas de todo el país con nuestras diversas charlas que buscan una mayor concientización y eficiente uso de los productos en el campo, tocando temas como las buenas prácticas agrícolas, la utilización responsable de fitosanitarios, legislación sobre estos insumos y toxicología, entre otros. Respecto al 2013, se aumentó un 23,5% la cantidad de personas capacitadas y se realizaron 196 jornadas, lo cual significó un 42% más que en el año anterior. Los cursos se dictaron a lo largo de todo el país, con principal incidencia en la provincia de Córdoba, Buenos Aires, zona de Alto Valle, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis, Santiago del Estero y La Rioja. Los principales asistentes estuvieron representados por grupos de productores (24%), asesores técnicos (22%) y aplicadores (20%). También se destacó la presencia de trabajadores rurales, docentes, estudiantes, médicos, distribuidores y público en general. En estas acciones impulsadas por la Cámara, se destaca la sinergia público-privada con la co-organización de las capacitaciones por parte del gobierno (50%), instituciones públicas (39%) y entidades privadas (4%). Para 2015, el programa de capacitaciones va a seguir siendo central en la estrategia de CASAFE. En este caso se buscará generar un vínculo con el público para que la concientización sea más profunda y que ellos mismos puedan ser viralizadores de las buenas prácticas agrícolas. No dudamos en que alcanzaremos a más productores, técnicos y público general en los lugares más recónditos del país. Porque no sólo vemos al agro como la Pampa Húmeda sino que todas las regiones productivas son importantes para CASAFE. Nuestro objetivo es seguir avanzando, generando herramientas que gracias a la tecnología, ayuden al productor argentino a superarse día a día cuidando los recursos naturales y al medio ambiente.


Federico Landgraf Licenciado en Administración de Empresas con un Master in Business Administration, y Especialización en Propiedad Intelectual en Vegetales y Registración. Se desempeñó como Responsable del Área de Economía en la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (CONINAGRO). Actualmente ejerce como Director Ejecutivo de CASAFE, Cámara de Sanidad Agraria y Fertilizantes.


CONSTRUCCION Y SUSTENTABILIDAD Por Adriana Norma Martinez, Docente de posgrado en temáticas Ambientales, de Turismo y Responsabilidad Social

Por Adriana Rosenfeld, Coordinadora a nivel nacional, regional e internacional de temas de Responsabilidad Social para IRAM

En la actualidad es imposible pensar en el desarrollo de cualquier tipo de actividad sin la incorporación del concepto de ―sustentabilidad‖, que incluye la consideración de las dimensiones económica, ambiental y social. Por lo tanto todo proyecto de construcción, para resultar sostenible, debe abordarlas. Integrar los aspectos de la sustentabilidad supone desarrollar acciones que van más allá del cumplimiento de las obligaciones legalmente vinculantes. En materia ambiental, en particular, existe un marco normativo aplicable a la construcción. A partir de la reforma constitucional de 1994, nuestro país ha consagrado el derecho de todos los habitantes a gozar de un ambiente sano, equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las actividades productivas satisfagan las necesidades presentes sin comprometer las de las generaciones futuras, y el correlativo deber de su preservación. Asimismo, establece la obligación prioritaria de la recomposición del daño ambiental y la obligación de las autoridades (nacionales, provinciales y municipales) de proveer el derecho reconocido. (Artículo 41 CN). Asimismo, se ha determinado el esquema de reparto de competencias en materia ambiental, que comprende la distribución de roles y responsabilidades entre las autoridades de distintos órdenes gubernamentales en nuestro régimen federal. Las competencias en materia ambiental son concurrentes entre Nación y provincias, con un criterio de complementariedad: corresponde a la Nación el dictado de la normativa que incluya niveles mínimos de protección y a las provincias las facultades de complementar y enriquecer dicha normativa, no pudiendo legislar por debajo de estos niveles mínimos de protección. También se reconocen las facultades de los municipios, en virtud del poder de policía que les es propio, en el marco de su autonomía.


En ejercicio de su competencia en la materia, la Nación ha dictado a la fecha, diez leyes de presupuestos mínimos. Nueve de ellas son sectoriales y una tiene un alcance general. Ella es la ley 25.675 -Ley General del Ambiente (LGA). Ésta es una ley marco en materia de presupuestos mínimos de protección ambiental, establece los objetivos, principios e instrumentos de la política ambiental nacional; constituye el andamiaje institucional básico de interpretación de las leyes sectoriales dictadas y las que se dicten en el futuro; pero también reviste el carácter de ley mixta, ya que regula la responsabilidad por la recomposición del daño ambiental de incidencia colectiva. De acuerdo a la organización federal del Estado argentino, las diferentes actividades de la construcción quedan regidas por el marco ambiental nacional, las normativas ambientales provinciales, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, municipales de aplicación, y aún de órganos interjurisdiccionales (ejemplo de ello son las facultades otorgadas a ACUMAR en la materia), según el lugar de radicación de la empresa y de desarrollo de los distintos proyectos. Las normas jurídicas de protección ambiental prevén, para el caso de incumplimiento, sanciones que corresponden a los regímenes de responsabilidad administrativo, civil y penal. Es por ello que resulta de fundamental importancia, a los fines de conocer las responsabilidades que conlleva el desarrollo de sus actividades y evitar incurrir en incumplimientos que acarreen consecuencias jurídicas, identificar el marco normativo ambiental aplicable a cada emprendimiento particular. La responsabilidad administrativa es la que se deriva de la infracción de la norma administrativa, sus normas complementarias y su reglamentación, y se concreta en la aplicación de una sanción administrativa por la acción u omisión infractora. La responsabilidad penal es la que se deriva de una conducta tipificada como delito y se concreta en la aplicación de una pena por la acción u omisión dolosa o culposa del autor de una u otra.

“…RESULTA DE FUNDAMENTAL IMPORTANCIA, A LOS FINES DE CONOCER LAS RESPONSABILIDADES QUE CONLLEVA EL DESARROLLO DE SUS ACTIVIDADES Y EVITAR INCURRIR EN INCUMPLIMIENTOS QUE ACARREEN CONSECUENCIAS JURÍDICAS, IDENTIFICAR EL MARCO NORMATIVO AMBIENTAL APLICABLE A CADA EMPRENDIMIENTO PARTICULAR”.


La responsabilidad civil es la que surge ante una acción que reuniendo los presupuestos establecidos por la legislación, provoca una lesión a un derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico. En materia ambiental, el régimen general de responsabilidad civil rige los supuestos de daño ambiental indirecto o personal (cuando se lesionan derechos personales o patrimoniales) e impone la obligación de su reparación, mientras que el régimen especial de responsabilidad ambiental rige en la especie de daño ambiental de incidencia colectiva, o daño ambiental directo, que exige la recomposición del ambiente dañado. A este respecto, no puede dejar de ponerse de resalto que el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, establece un régimen general de responsabilidad civil –al que atribuye función de prevención, además de la tradicional de reparación del daño- que adquiere particular relevancia ante el caso de la reparación del daño ambiental indirecto (en especial al consagrar la responsabilidad por actividades riesgosas) y mejora la redacción de la normativa anterior en lo relacionado a las inmisiones. Junto a él, mantiene su vigencia el régimen de responsabilidad ambiental por daño colectivo, sistema especial establecido por la citada LGA. Dado que en la actualidad existen aspectos de la sustentabilidad que no se encuentran plenamente contemplados en campo obligatorio, adquiere fundamental relevancia la adopción de normas que integran el campo voluntario, por parte de todos los actores de la actividad de la construcción. Uno de los aportes de la normalización en el campo ambiental, es la serie ISO 14000. Las normas que integran la serie, una vez implementadas, resultan una contribución a la adecuada gestión ambiental de las organizaciones. El principal aporte de la normalización en el campo de la sustentabilidad es la Norma Argentina IRAM-ISO 26000:2010 – Guía de Responsabilidad Social, que tiene por objeto ayudar a las organizaciones a contribuir al logro del desarrollo sustentable. Es un documento que condensa acuerdos globales sobre definiciones y principios de Responsabilidad Social (RS), materias fundamentales y asuntos a abordarse y orientación sobre cómo integrar la RS en todas las operaciones. Las materias fundamentales, entre las que se incluye una específicamente ambiental, cubren los impactos más probables, tanto de tipo económico, como ambiental y social que deberían abordar tanto las organizaciones en general como las empresas del sector de la construcción en particular.


La actividad de la construcción resulta un actor clave en el avance hacia el desarrollo sustentable. Es por ello que la integración de la dimensión ambiental en la operatoria diaria de cada uno de los actores que la componen, a través del cumplimiento con el marco obligatorio y de la adopción de normas voluntarias, resulta un paso imprescindible hacia la incorporación de la sustentabilidad por parte de las empresas del sector. Adriana Norma Martínez Procuradora, abogada y escribana (Facultad de Derecho de la UBA). Magister en Ambiente Humano (Instituto Latinoamericano de Políticas Sociales -ILAPS-, U.N.L.Z.). Posgraduada en el Programa de Actualización en Derecho de Turismo de la Facultad de Derecho de la UBA. Posgraduada del I Programa Iberoamericano de Formación de Formadores en RSE (Fondo Fiduciario España-PNUD y Escuela de Posgrado de la Fac. de Cs. Económicas, UBA). Se desempeña en la docencia universitaria desde 1984. Actualmente es profesora asociada ordinaria y Jefa de la División Derecho del Depto. de Cs. Soc. de la UNL y adjunta regular de la Facultad de Derecho y Cs. Soc., Departamento de Derecho Económico y Empresarial, Cátedra Régimen Jurídico de los Recursos Naturales y Protección del Medio Ambiente. Se desempeña como directora y codirectora de proyectos de investigación interdisciplinarios e integra equipos que desarrollan actividades de extensión, vinculación tecnológica y consultorías. Docente de posgrado en diversas universidades nacionales en temáticas ambientales, de turismo y responsabilidad social. Autora de diversas publicaciones. Conferencista en congresos, jornadas en el país y en el exterior.


Adriana Rosenfeld Computadora Científica/UBA. Lic. en Información Ambiental/Universidad Nacional de Luján. Auditora ambiental/European Organization for Quality. Experta en 26000:2010/IRAM y Formadora de formadores en RSE/Red Iberoamericana de Universidades por la RSE. En la UNL es Profesora adjunta ordinaria del Depto. de Cs. Soc., Coordinadora de la Lic. en Información Ambiental e integra equipos interdisciplinarios de investigación, extensión y vinculación tecnológica. Docente de grado y posgrado en diferentes universidades en temáticas ambientales y de responsabilidad social. Autora de libros y artículos en publicaciones especializadas. Se ha desempeñado como colíder del equipo encargado del diseño y la implementación de la política comunicacional del grupo internacional a cargo del estudio de la norma ISO 26000:2010-Guía de RSE y como integrante del Comité Espejo Argentino. Actualmente integra el grupo internacional encargado de velar por el correcto uso de la ISO 26000:2010, co-lidera el grupo específico para la Comisión Panamericana de Normas Técnicas y está a cargo de la coordinación a nivel internacional, regional y nacional para IRAM.


DESTACADOS RSE: UNA RESPONSABILIDAD DE TODOS Por Olga Valle, Coordinadora de Alianzas Corporativas Regionales de TECHO olga.valle@techo.org www.techo.org

Ciento sesenta y siete millones es la cifra que entregó la CEPAL sobre la cantidad de personas que viven bajo la línea de la pobreza en América Latina. De los cuales, alrededor de 113 son los que habitan en asentamientos informales, sin acceso a agua, luz y saneamiento y tierra de manera regular, de acuerdo a lo que alerta ONU-Hábitat. Es esta situación de emergencia que enfrentan quienes habitan en estos espacios lo que queremos cambiar desde TECHO, pero no solos. Queremos que los diferentes actores de la sociedad conozcan esta realidad y que trabajemos en conjunto para cambiarla. En el marco de los comportamientos socialmente responsables de las empresas, TECHO invita a las corporaciones a que nos acompañen y sean parte de la superación de la pobreza a través de alianzas estratégicas en las que el sector privado realice inversiones sociales de alto impacto alineadas a sus ejes de RSE y que les permita a su vez trabajar con todos sus stakeholders. Para lograr nuestro objetivo a través de alianzas corporativas, nuestro principal desafío es encontrar la alineación del core business de las empresas con nuestros programas sociales. También, a involucrar a la mayor cantidad de grupos de interés en el relacionamiento con la comunidad y desarrollar programas de voluntariado corporativo basado en las habilidades profesionales de los colaboradores. Sabemos


que las empresas las componen las personas y apelamos a su voluntad para contribuir al desarrollo de sociedades más justas. Ejemplos que ilustran nuestro modelo de trabajo con la empresa son: empleados de bancos regionales capacitando a pobladores en emprendimientos, importantes cadenas de hoteles impartiendo cursos de gastronomía o compañías de automóviles financiando cursos de mecánica automotriz. Semana a semana, se desarrollan programas en las cerca de 400 comunidades organizadas con las que trabaja TECHO. Algunos ejemplos son: Reforzamiento Escolar, Alfabetización, Inserción Laboral, Capacitación en Oficios, Desarrollo Empresarial, Microcréditos, Vivienda e Infraestructura. Estos programas son desarrollados entre voluntarios y pobladores en nuestras comunidades, los cuales en gran parte son implementados gracias al trabaja articulado entre TECHO y el sector privado. De esta manera hemos llegado a 19.895 participantes en el programa de educación; hemos construido 523 salones comunitarios, 102.000 viviendas de emergencia y 5.521 definitivas; todo esto gracias a los 610.419 voluntarios movilizados. Es por eso que resulta tan importante para nosotros que cada día se sumen nuevos actores corporativos a nuestro trabajo permanente en las comunidades.

“…NUESTRO PRINCIPAL DESAFÍO ES ENCONTRAR LA ALINEACIÓN DEL CORE BUSINESS DE LAS EMPRESAS CON NUESTROS PROGRAMAS SOCIALES”. En los programas de Vivienda e Infraestructura, que se destacan por la movilización masiva de voluntarios universitarios y corporativos, también hemos logrado que las empresas impacten desde su core business. El Grupo Elementia, especializado en materiales de construcción a través de su Fundación se ha comprometido a apoyar la mejora y el rediseño de la vivienda de emergencia de 18 m2 que construimos. El cambio de materialidad que se ha concretado en 3 países de la región (6 más en pruebas pilotos y evaluaciones) nos ha permitido brindar una solución habitacional de mayor durabilidad e impermeabilidad y con costos de mantención bajos. También contamos con un nuevo modelo de vivienda que alcanza los 25 m2 gracias al apoyo del equipo técnico de Eternit. La Fundación Kaluz además se ha comprometido a proporcionarnos los mejores precios disponibles en el mercado y a retornar un porcentaje de los montos facturados para poder desarrollar más programas y proyectos en las comunidades. También a través de nuestro programa de Voluntariado Corporativo, el grupo ha empezado a involucrar a sus colaboradores en la construcción de viviendas.


De esta manera, la sostenibilidad ha enmarcado de manera integral la alianza entre TECHO y Fundación Kaluz, fomentando la mejora de nuestras viviendas gracias a la asesoría de sus colaboradores, facilitándonos una oferta comercial acorde a nuestras capacidades, llevando a sus colaboradores al terreno de trabajo y permitiéndonos impactar a través de otros programas en las comunidades. Otro ejemplo es la alianza regional con CATERPILLAR, la empresa fabricante de maquinaria de construcción más grande del mundo, y con algunos de sus dealers locales en América Latina (Finning, IIASA, GECOLSA, GENTRA y COGESA). Gracias al trabajo conjunto con estas empresas hemos podido construir más de 500 viviendas y recientemente desde su programa de RSE ―Community Machine‖ se han sumado con sus colaboradores y sus activos -máquinas- en la construcción de un parque comunitario en Panamá. El objetivo es que CATERPILLAR desde la naturaleza de su negocio pueda impactar positivamente en las comunidades y que TECHO pueda actuar como su aliado en la identificación de necesidades comunitarias y la gestión de los proyectos. Desde TECHO hacemos extensiva la invitación al sector privado a realizar inversiones sociales que realmente transformen e impacten en las comunidades, para así hacer de la responsabilidad corporativa una estrategia transversal a su naturaleza, y no acciones de filantropía aisladas del core business. Y que de esta manera seamos más los que trabajemos por la superación de la pobreza en asentamientos, pues tenemos un reto tan difícil como posible.

Olga Valle Nicaragüense, 24 años, Ingeniera Industrial y actual Coordinadora de Alianzas Regionales de TECHO. Participó como voluntaria en el equipo de TECHO en Nicaragua aportando al cumplimiento de las estrategias de sustentabilidad de la organización en el país. Desde 2014 coordina el trabajo de los 19 equipos locales de TECHO en Latinoamérica para la vinculación con empresas en función de sus programas de Responsabilidad Social Corporativa.



DOCUMENTOS RECOMENDADOS Informe Planeta Vivo 2014. World Wide Fund for Nature. Colombia. Año 2014.

Abastecimiento Sostenible de Productos Madereros y de Papel. Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sostenible (WBCSD), y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI). Versión 3.1 Actualizada. Diciembre, 2013.

Responsabilidad Social Empresarial en el Sector de la Construcción. Botero Botero, Luis Fernando. AD-minister, núm. 14, enerojunio, 2009, pp. 105-123. Universidad EAFIT. Medellín, Colombia. Año 2009.

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