Evolución IARSE Nº 44 - Edición Junio 2016

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El Estado del Arte*de la RS&S**en

La Gestión Ambiental

(*) Su origen se le atribuye a Aristóteles en su primer libro de Metafísica. Hace referencia al nivel más alto de desarrollo conseguido en un momento determinado sobre cualquier aparato, técnica o campo científico plural. (**) Responsabilidad Social y Sustentabilidad.


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SUMARIO 01 ESPECIALES Los Desafíos Empresariales para la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 Por Alicia Jiménez Elizondo, Directora de Programas Secretaría de la Carta de la Tierra Internacional, Costa Rica

“Garantizar el Bienestar de las Generaciones Presentes y Futuras” Por Mercedes Beatriz Gómez Lazarte, Directora de la Carrera de Gestión Ambiental Empresarial de la Universidad San Ignacio de Loyola de Perú

El Desafío Empresarial en Materia Ambiental Por Pablo A. Cortínez, Coordinador de Negocios y Ambiente de Fundación Vida Silvestre Argentina

02 GESTIÓN Sustentabilidad en la Industria Siderúrgica: La Importancia del Factor Ambiental Por Andrea Dala, Gerente de Comunicaciones Externas y Responsabilidad Corporativa de Acindar

Los Programas de Reciclaje y la necesidad de un Compromiso Voluntario Indagatorio Por Hugo Raulet, Fundador y Director de Ando Reciclaje


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Camino hacia una Empresa Sustentable

Por Diego Moyano, Gerente de Bioplástico S.A.

“Buscamos crecer de manera equilibrada” Por Marcela Cominelli, Gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Newsan

Buscando la Sustentabilidad en la Producción Agrícola Por Javier Eduardo Amuchástegui, Socio fundador y Director de Tecnocampo

03 ESCENARIOS Y TENDENCIAS Apuntes para una Agenda Empresaria en Materia Ambiental: El Cuidado de la Casa Común Por Juan José Gilli, Profesor Consulto e Investigador en UBA y Director del Doctorado en ESEADE

04 DESTACADOS Una Reflexión sobre los Retos Ambientales y el Impacto en los Negocios en las PYMES Por Victoria Rubio, Responsable del Departamento de Industria y Medio Ambiente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Castellón, España


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05 DOCUMENTOS RECOMENDADOS 06 SITIOS DE INTERÉS

COMITÉ EDITORIAL Alejandro Roca Director Ejecutivo IARSE

Luis Ulla Director de Investigación + Desarrollo IARSE

Jimena Mercado Directora Editorial IARSE

Laura Massari Directora de Relaciones Institucionales IARSE

Alicia Rolando Colaboradora Externa – Experta en Reportes y Fundadora del IARSE

Los artículos y opiniones vertidas en esta publicación son de absoluta y exclusiva responsabilidad de los autores. Las opiniones expresadas no reflejan necesariamente la visión y el espíritu del IARSE.


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01 ESPECIALES LOS DESAFÍOS EMPRESARIALES PARA LA AGENDA DE DESARROLLO SOSTENIBLE 2030 Por Alicia Jiménez Elizondo, Directora de Programas Secretaría de la Carta de la Tierra Internacional de Costa Rica www.cartadelatierra.org

La Agenda de Desarrollo 2030, o también conocida como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es la Agenda que desde el 2015 está orientando las políticas y acciones sobre temas relacionados al desarrollo de los Gobiernos firmantes y de las distintas agencias de las Naciones Unidas. Desde los años 1960, la ONU ha adoptado metas de desarrollo en esta línea, recordamos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que precedieron a la Agenda 2030, y que algunos (2) los han considerado como la iniciativa más exitosa que ha tenido la ONU, en temas de desarrollo, aunque en ciertos aspectos fueron criticados, por ejemplo, por la forma en que fueron diseñados, su alcance en términos de metas y que solo se dirigían a países en desarrollo, además de la débil consideración de aspectos ambientales en forma integral. Para el diseño de los ODS actuales se usaron muchas de las lecciones aprendidas con los ODM, por lo tanto, tienen interesantes peculiaridades. Los ODS aplican a todos los países del mundo y fueron desarrollados a través de un proceso de consulta multisectorial. Según menciona el Reporte del Fondo de los ODS (3), nunca antes en la historia de la ONU habían estado tan involucrados los líderes del sector privado en aportar ideas sustantivas para el desarrollo de estos objetivos. La responsabilidad para brindar soluciones a los retos actuales


10 no puede recaer solo en los Gobiernos, es necesaria la acción colectiva, por esto, el haber incluido una gran cantidad de voces es un aspecto clave de la naturaleza más integral de los ODS. La Agenda 2030 está constituida por 17 metas, con 169 metas conexas. Considera como objetivo primero el acabar con la pobreza extrema y el hambre en el 2030 e incluye el tema de desigualdad (específicamente en el ODS 10), que no había sido atendido en los ODM. Las metas en relación a la educación también son mucho más ambiciosas que en los ODM. Los temas de empleo decente y crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible están desarrollados en los ODS 8 y 9. En relación a la sostenibilidad ambiental, los siguientes objetivos tratan el tema directamente: ODS 6 (Agua y saneamiento), ODS 7 (Energías renovables), ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), ODS 12 (Producción y Consumo Responsables); ODS 13 (Acción por el Clima); ODS 14 (Vida Submarina) y ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestre).

“LA RESPONSABILIDAD PARA BRINDAR SOLUCIONES A LOS RETOS ACTUALES NO PUEDE RECAER SOLO EN LOS GOBIERNOS…” La implementación de los ODS debe hacerse en forma concertada e integrada, a través de alianzas de colaboración en primera instancia, a nivel local y nacional, y desde ahí alcanzar otros niveles. El sector empresarial es uno de los actores importantes para la implementación de la Agenda 2030, es importante resaltar que el involucrarse en estos procesos les ayudará a proteger su valor, así como manejar los riesgos, al mismo tiempo que crea valor o fortalece las oportunidades de la compañía y sus accionistas. Otros actores relevantes son el Gobierno y su institucionalidad (nacional, federal, local), de quienes se espera tomar el liderazgo; la academia; la sociedad civil organizada y grupos religiosos. ¿Cuál es el rol del sector empresarial en la implementación de la Agenda 2030? Cada compañía, pequeña o grande, tiene el potencial de hacer una contribución significativa hacia la sostenibilidad. Esto se puede hacer a través de sus operaciones básicas y sus cadenas de valor, haciendo inversión social, contribuciones filantrópicas y con esfuerzos de incidencia política. Estas acciones son muy importantes, sin embargo, considero que el gran desafío del sector empresarial es el de implicarse de una forma más directa, en usar sus habilidades para la generación de soluciones innovadoras para enfrentar los retos globales. Es repensar su accionar, y actuar bajo los principios de: cuidado de sus acciones, responsabilidad, reparación y conservación, siguiendo en la medida de lo posible una ética del respeto y cuidado a toda forma de vida, con especial consideración a la vida humana.


11 El repensar su accionar implica ser actores regeneradores de la naturaleza y de la sociedad. Un primer paso en este proceso es reflexionar sobre los valores y principios éticos que guían las acciones de las empresas. Este proceso de reflexión debería ir acompañado por un proceso de educación sobre qué es sostenibilidad, y cómo ésta se puede poner en práctica en el contexto no solo específico dentro de la empresa, sino en el contexto ampliado del lugar donde opera y existe. La reflexión ética, sobre cuáles son los principios que guían las acciones de la empresa, y el conocimiento de la sostenibilidad dará una claridad sobre cómo mejor implicarse en la implementación de la Agenda 2030. La Carta de la Tierra es un marco ético que está disponible para ser usado como guía en la toma de decisiones hacia la sostenibilidad en el sector empresarial. Muchas empresas han logrado tener un impacto positivo y transformador hacia la sostenibilidad, donde sus tecnologías, productos, servicios y modelos de negocio han podido mejorar la vida de productores, consumidores y trabajadores de bajos ingresos. Con su ejemplo, estas empresas podrán tener una importante incidencia en la implementación de la Agenda 2030. Por su parte, los inversionistas podrían modificar su toma de decisiones para no invertir en acciones de corto plazo donde se maximice el lucro, sino en acciones que crean valor a largo plazo, alineando sus portafolios de inversión con prioridades de interés público. Los retos para alcanzar las metas de la Agenda 2030 parecen muy difíciles de superar, sin embargo, como se afirmó en la Tercera Conferencia para el Financiamiento del Desarrollo (ONU, 2015), estos retos no son imposibles ya que las inversiones públicas y privadas pueden ser suficientes si y solo si los recursos financieros se invierten en forma alineada con el desarrollo sostenible. Para lograr esto se requiere de un liderazgo ético de los distintos actores de la sociedad, y nuevos modelos de diálogo entre ellos.

REFERENCIAS (1) José Antonio Sanahuja. “De los Objetivos del Milenio al desarrollo sostenible: Naciones Unidas y las metas globales post-2015”. En: Focos de tensión, cambio geopolítico y agenda global. Anuario 2014-2015. Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI) (2) UNIDO, Global Compact. 2014. “Engaging the Private Sector in the Post-2015 Agenda”. Consolidated Report on 2014 Consultations. (3) SDG Fund, Harvard Kennedy School CSR Initiative and Business Fights Poverty. 2015. Business and the United Nations. Working Together Towards the Sustainable Development Goals: A Framework for Action.


12 (4) United Nations. 2015. Outcome of the Third International Conference on Financing for Development, Report of the Secretary-General. http://snipbfp.org/1OJhNn0

Alicia Jiménez Elizondo Bióloga, con una Maestría en Desarrollo de Recursos Naturales, de la Universidad Estatal de Michigan. Ha trabajado desde el año 1999 en proyectos e iniciativas sobre conservación de la naturaleza y la sostenibilidad, en instituciones como la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), y la Universidad Nacional de Costa Rica. En el 2006 se unió a la Secretaría de la CTI y está a cargo de promover tan ampliamente como sea posible la Carta de la Tierra, especialmente en África, Oriente Medio, Asia Pacífico y América Latina. Además, está involucrada con los proyectos de educación para el desarrollo sostenible de la Secretaría. En los últimos 3 años ha colaborado como profesora en la Universidad para la Paz.


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“GARANTIZAR EL BIENESTAR DE LAS GENERACIONES PRESENTES Y FUTURAS” Por Mercedes Beatriz Gómez Lazarte, Directora de la Carrera de Gestión Ambiental Empresarial de la Universidad San Ignacio de Loyola

En la última década la relación entre la empresa y la forma de gestionar sus recursos es un punto importante a tener en cuenta en dos aspectos principalmente: la planificación estratégica y el planeamiento financiero. Ambos aspectos deben ir de la mano para lograr la sostenibilidad financiera igualada a la sostenibilidad ambiental. Claro está que en esta era de tecnología e innovación, no basta en cumplir la legislación y parecer una empresa socialmente responsable, sino que es necesario demostrar con indicadores las acciones que tiene cada empresa y/u organización, así como su nivel de compromiso y cumplimiento. Asimismo, debemos señalar que en los últimos años el mundo empresarial ha ido girando hacia una transición positiva que va desde empresas con visión tradicional -donde el tema ambiental es considerado como un gasto, la gestión es reactiva no proactiva, no se tienen en cuenta a los stakeholders con los que se rodean y la actitud de la empresa es negativa hacia los ambientalistas-, hasta empresas con una visión innovadora que son estrategas y analíticas, que valoran diferentes enfoques relacionados a la triple entente, que reconocen los beneficios de ser ambiental y socialmente responsables, entienden que los problemas ambientales y sociales pueden causar que su negocio vaya gradualmente a pérdida, y ven que las buenas relaciones con los grupos de interés; así como los planes de gestión ambiental; son ventaja competitiva, que les permite insertarse en mercados mundiales donde cada vez son más exigentes. Esta transición se ha visto favorecida por los efectos del cambio climático, los cuales estamos afrontando a nivel mundial, y por la lucha de los países para lograr implementar estrategias de sostenibilidad de manera conjunta hacia una economía baja en carbono. El cambio climático es un problema que pone en riesgo las economías de los


14 diferentes países, las diferentes industrias, la disponibilidad de fuentes de agua, la salud, la seguridad alimentaria, la biodiversidad y los diferentes ecosistemas; entre otros efectos. Asimismo, cabe señalar que estos efectos serán más visibles en América Latina y el Caribe por la variabilidad y los extremos climáticos propios de la región.

“EL CAMBIO CLIMÁTICO ES UN PROBLEMA QUE PONE EN RIESGO LAS ECONOMÍAS DE LOS DIFERENTES PAÍSES, LAS DIFERENTES INDUSTRIAS, LA DISPONIBILIDAD DE FUENTES DE AGUA, LA SALUD, LA SEGURIDAD ALIMENTARIA, LA BIODIVERSIDAD Y LOS DIFERENTES ECOSISTEMAS; ENTRE OTROS EFECTOS”. Dado este escenario, cada país tiene un rol importante en la sumatoria de esfuerzos a nivel mundial para abordar estos problemas con el fin de garantizar el bienestar de las generaciones presentes y futuras. Y bajo el marco del reciente Acuerdo Climático de París 2015, los países deben alinearse y seguir enrumbándose en un camino de desarrollo, basado en tecnologías limpias, procesos de ecoeficiencia, producción más limpia, economía verde, uso sostenible de recursos, consumo responsable; así como planes de adaptación y de mitigación orientados a sectores como energía, transporte, biotecnología, industria, manejo de desechos, forestal y uso de suelos, etc. Ejemplos de ello, tenemos la creación de parques eólicos que generan energía limpia, la aplicación de la biotecnología para el beneficio de la biósfera con procesos de biorremedación orientados a descontaminar relaves y derrames de petróleo; el desarrollo de biocombustibles; las propuestas de ecodiseño orientadas a crear un bien teniendo en cuenta los impactos ambientales desde sus insumos hasta que se convierte en basura; el uso de la herramienta de análisis de ciclo de vida, ya que cada vez los mercados demandan más productos bajo este estándar; las ecoetiquetas, que garantizan que un producto sea social o ambientalmente responsable, sirven para informar al consumidor de cuáles son las opciones más éticas, etc. Por otro lado, está el tema del carbono neutral, donde las empresas realizan tres acciones: 1) miden el número de toneladas de CO2 que producen por sus actividades para saber cuál es el impacto que generan y puedan tomar decisiones sobre cómo manejarlo, 2) gestionan para reducir el impacto generado tomando acciones en base a los resultados de la medición, y 3) compensan para neutralizar las emisiones y el impacto que no se ha podido reducir mediante la gestión, donde los más beneficiados son los bosques que pueden ser protegidos y conservados.


15 Asimismo, los “econegocios” han determinado una pauta importante en la economía, orientados a generar rentabilidad económica, a ser ecoeficientes, a producir igual o mayor riqueza con menos desperdicios, a generar empleo local, a manejar los recursos escasos y reponer los deteriorados de bajo riesgo a futuro; por lo cual generan mayor valor en la empresa al aumentar su competitividad y orientarse a mercados verdes en crecimiento. De la misma forma, enfocados en la conservación de la biodiversidad y la promoción del bienestar para actores locales, están el biocomercio y el comercio justo. Entonces, analizando el panorama de retos ambientales y manejo de impactos que deben afrontar las empresas es relevante implementar y consolidar la vinculación entre la gestión corporativa empresarial y el enfoque de sostenibilidad a través de los nuevos estándares a nivel internacional y nacional. Ello con la finalidad de reconocer las oportunidades y riesgos que enfrentan las empresas como consecuencia de esta nueva visión de una economía resiliente al cambio climático global y el desarrollo bajo en emisiones.

“…ES RELEVANTE IMPLEMENTAR Y CONSOLIDAR LA VINCULACIÓN ENTRE LA GESTIÓN CORPORATIVA EMPRESARIAL Y EL ENFOQUE DE SOSTENIBILIDAD A TRAVÉS DE LOS NUEVOS ESTÁNDARES A NIVEL INTERNACIONAL Y NACIONAL”. Conocer las diversas formas en que las variables e indicadores socioambientales repercuten en los negocios y los diferentes incentivos y fuentes de financiamiento cada vez mayores para proyectos de mitigación y adaptación al cambio climático en el mundo, es tarea de todos los empresarios que desean lograr la sostenibilidad financiera de sus negocios de la mano de la sostenibilidad ambiental de los mismos. Finalmente, la importancia que tienen las herramientas de gestión ambiental y su impacto en las finanzas ambientales pasan por identificar los beneficios de la mejora de procesos en operaciones a diferente escala; la reducción del costo por concepto de uso de energía, agua y combustibles; así como el cumplimiento de la legislación para evitar sanciones. Asimismo, agrega valor a sus servicios y productos, mejora su posicionamiento en el mercado, satisface los requerimientos de sus clientes o inversionistas, mejora su imagen como compañía y son incluidos en mercados mundiales cada vez más exigentes.


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Mercedes Beatriz Gómez Lazarte Magíster. Especialista en RSE de la Universidad Castilla La Mancha. Especialista en Gestión de Calidad y Auditoría Ambiental. Ingeniero Forestal de la UNALM. Consultor ambiental y forestal de proyectos de desarrollo sostenible. Experiencia en implementación, supervisión, capacitación y auditoría de Sistemas de Gestión bajo los lineamientos de Normas Internacionales. Elaboración de estudios de impacto ambiental, asesoría técnica sobre calidad ambiental para la actividad Ecoturística en la región de Madre de Dios. Análisis y desarrollo de propuestas alternativas económicas sostenibles y de temática relacionada a RSC. Formulación de proyectos de desarrollo. Miembro activo de Caminos a la Producción Más Limpia en las Américas: Un Enfoque Colaborativo a la Educación en Desarrollo Industrial Sustentable. Directora de la Carrera de Gestión Ambiental Empresarial de la Universidad San Ignacio de Loyola. Ex Becaria del Programa “International Visitor Leadership Program” del Departamento de Estado de EE.UU.


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EL DESAFÍO EMPRESARIAL EN MATERIA AMBIENTAL Por Pablo A. Cortínez, Coordinador de Negocios y Ambiente de Fundación Vida Silvestre Argentina www.vidasilvestre.org.ar

Desde hace tiempo y de manera creciente, los empresarios, además de lidiar con las realidades micro, macroeconómicas y de financiación (entre otras), han debido incorporar a su agenda la cuestión ambiental. Esto se debe a varias razones. Las empresas precursoras en esto probablemente lo hicieron por motivación de su CEO o principales accionistas. A esta razón debe sumarse las compañías que comprendieron que ser sustentable puede implicar un incremento de sus ganancias al disminuir los costos en el mediano y largo plazo. Compañías orientadas a los mercados externos descubrieron que se trata de un modo de acceder o de permanecer en mercados cada vez más exigentes que requieren certificaciones de sustentabilidad, como los casos de FSC, RTRS y MSC relacionados con productos forestales, soja y pescado, respectivamente. Otras compañías actúan en base a ciertas tendencias del mercado, como los casos de Ikea y Home Depot que, ya en 1999 habían manifestado su preferencia por productos madereros FSC, o más recientemente Mc Donald’s, cuyo McFish ya tiene certificación MSC en Brasil. En el ámbito local, según una encuesta realizada por Vida Silvestre y Poliarquia, el 85% de los consultados manifestó su predisposición a comprar productos sustentables aun siendo más caros que los productos tradicionales. Aun pudiendo tratarse de una respuesta políticamente correcta, resulta un dato contundente. Los resultados de la COP21 celebrada en París en diciembre de 2015 fortalece y ratifica esa tendencia. Ahora bien, una vez cerrada la COP21, del lado de los países quedan pendientes una serie de “deberes” para que el acuerdo tenga efecto. Uno de ellos es de carácter más bien formal: para entrar en vigor, el acuerdo debe ser aprobado por al menos 55 países cuyas emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), en conjunto, representen 55% del total de emisiones.


18 El plazo para lograrlo vence en abril de 2017. En lo relativo a la Argentina en particular, además de la aprobación del Acuerdo, las asignaturas pendientes podrían sintetizarse en dos aspectos: por un lado, parece existir consenso entre los diversos actores con injerencia en la temática respecto de que las contribuciones nacionales previstas y determinadas (INDC por su sigla en inglés) presentadas por nuestro país son demasiado conservadores respecto del verdadero potencial que podría tener nuestro país en función de lo ya realizado hasta el momento y de los objetivos que podrían realmente ser alcanzados. En esta línea, y más aun considerando que las INDC fueron elaboradas por la anterior administración federal, se espera que el nuevo gobierno introduzca modificaciones que coadyuven a alcanzar metas más ambiciosas y que, a la vez, sean el producto de un proceso de análisis y toma de decisiones que involucre la participación del sector privado, de las organizaciones de la sociedad civil, y de organismos subsoberanos. En la misma línea de pensamiento, se debe acordar cuál será el rol que estos otros actores deberán jugar para llevar a la práctica las contribuciones asumidas. Algunos países han tomado el liderazgo en cuanto a compromisos logrados de parte del sector privado. El American Business Act on Climate Change tuvo lugar incluso previo al Acuerdo de París: trece de las compañías más importantes de Estados Unidos tanto por su nivel de facturación como por su capitalización bursátil, firmaron ante el Presidente de ese país sus compromisos con el cambio climático, estableciendo metas individuales concretas en términos de disminución de emisión de gases efecto invernadero, inversiones en energías renovables y la financiación de actividades relacionadas con el combate al cambio climático. Entre los firmantes figuran empresas del sector tecnológico (Apple, Google, Microsoft); empresas del sector real incluyendo Coca Cola, General Motors y Cargill; retailers como Walmart; entidades relevantes del sector financiero como Bank of America y Goldman Sachs, y Berkshire Hathaway Energy. Empresas francesas como L’Oreal, Michelin, PSA. Renault, EDF y Airbus también han manifestado públicamente sus compromisos con el ambiente. En la misma línea lo hicieron productores de energía como Engie, EDF, y Primagaz, y grandes empresas de construcción, entre las cuales se cuentan Schneider, Saint-Gobain o Bouygues Immobilier.

“(…) CON POSTERIORIDAD AL ACUERDO DE PARÍS, LOS DOS ÚNICOS SECTORES QUE INCREMENTARON LA CANTIDAD DE INICIATIVAS PRESENTADAS FUERON LAS EMPRESAS Y LOS INVERSORES (10% Y 6%, RESPECTIVAMENTE)”.


19 Resulta importante considerar que este compromiso del mundo empresarial no comenzó en 2015. A partir de la COP20, realizada en 2014 en la capital peruana, surgió la Agenda de Acción de Lima a París, cuyo objetivo es incentivar que los diversos actores registren de manera voluntaria iniciativas concretas, y brinda una manera objetiva de comparar propuestas de distintos países. Esos actores están agrupados en ciudades, regiones, empresas, inversores y organismos de la sociedad civil. Hacia principios de junio de 2016, el 47% de los 5.305 entes registrados, eran empresas e inversores; y de las 11.615 iniciativas registradas a ese momento, casi el 50% provenían del sector privado. Un dato relevante es que, con posterioridad al Acuerdo de París, los dos únicos sectores que incrementaron la cantidad de iniciativas presentadas fueron las empresas y los inversores (10% y 6%, respectivamente). Analizado por país, los diferentes entes de Estados Unidos aportaron casi el 15% del total, en tanto los 11 países con mayor cantidad de iniciativas concentran dos tercios del total. Las iniciativas argentinas totalizaban trece, ocupando el lugar número 54 entre los 130 países que presentaron al menos una iniciativa, y por debajo de países de la región como Brasil, México, Colombia, Perú y Chile. Debe considerarse que más de 60 países presentaron sólo entre 1 y 5 iniciativas. La comparación con otros países ciertamente no favorece a la Argentina. Ahora bien, ¿qué razón justificaría poner el foco en el accionar del sector privado? Si bien el rol del Estado continuará siendo relevante en cuanto a brindar un marco con reglas claras de largo plazo, eventualmente estableciendo incentivos con el objetivo de alcanzar las metas previstas, la importancia del rol del sector privado deriva de que serán las empresas quienes, en gran medida, deberán llevar adelante las mejoras para combatir el cambio climático. Asimismo, muchos de los cambios y transformacionales necesarios requerirán un período de maduración, y demandarán grandes sumas de dinero. Uno de los objetivos del Acuerdo de París es elevar las corrientes financieras para alcanzar un desarrollo resiliente al clima y con bajas emisiones de GEI. Estamos hablando de la movilización de USD100.000 millones anuales hasta 2020 para mitigación y adaptación. Esas inversiones de mediano y largo plazo demandarán la presencia de un sector financiero dinámico y consciente de las nuevas tendencias. En este sentido, los resultados de la encuesta a bancos realizada en Argentina en 2014 por Vida Silvestre y el BID dan cuenta, por un lado, de acotadas acciones específicas con relación al financiamiento del cuidado del ambiente, a la vez que revelan un gran interés del sector en involucrarse en la temática. Según la encuesta, sólo 1 de cada 5 bancos ha desarrollado líneas de crédito orientadas a la sustentabilidad. Sin embargo, el 88% estuvo “muy de acuerdo” con la importancia de desarrollar políticas de sustentabilidad en los bancos.


20 Los resultados de la COP21 implican un punto de inflexión trabajosamente alcanzado por más de 190 países y un llamado de atención para el sector privado. Resulta claro que tanto las empresas como las entidades financieras deberán incluir definitivamente la cuestión ambiental en su agenda.

Pablo A. Cortínez Coordinador del Programa Ambiente y Negocios de Fundación Vida Silvestre.


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02 GESTIÓN SUSTENTABILIDAD EN LA INDUSTRIA SIDERÚRGICA: La Importancia del Factor Ambiental Por Andrea Dala, Gerente de Comunicaciones Externas y Responsabilidad Corporativa de Acindar www.acindar.com.ar

Durante la última década el sector empresario argentino ha hecho significativos avances en lo que respecta a responsabilidad corporativa, aunque todavía le queda un largo trecho por recorrer. Particularmente, la industria siderúrgica se encuentra hoy en día en una situación de vulnerabilidad a causa de la sobreoferta de acero existente a nivel mundial; y lo que marca la diferencia es una gestión responsable por parte de las empresas. Por tal motivo, una de las claves en esta industria consiste en trabajar sobre el eje de gestión medioambiental, en pos de producir un acero cada vez más sustentable, lo que se consigue a través de un proceso productivo más eficiente basado en cuatro pilares fundamentales: agua, aire, energía y biodiversidad. En los últimos años hubo dos desafíos que se instalaron en la agenda de la industria de forma prioritaria: la reducción de emisión de humos y gases, y la disminución del consumo de agua durante los procesos productivos. Para ambos casos, la solución estaría asociada con la investigación y desarrollo de nuevas tecnologías. En cuanto a la optimización del consumo de agua, es importante invertir en soluciones que permitan su reutilización, como también en sistemas de monitoreo continuo de efluentes, que permitan procesos cada vez más eficientes para el uso responsable de este recurso. Implementando la


23 tecnología adecuada, es posible lograr una reducción de más del 95% del consumo. Respecto a la reducción de emisiones y mejora en la calidad del aire, una posible solución es la instalación de sistemas de aspiración de gases, que consisten en sistemas de filtrado compuestos de dos elementos: por un lado, el filtro que se encarga de aspirar los gases y humo y, por el otro, la campana que cumple la función de contener los gases para que sean aspirados y filtrados posteriormente.

“EN LOS ÚLTIMOS AÑOS HUBO DOS DESAFÍOS QUE SE INSTALARON EN LA AGENDA DE LA INDUSTRIA DE FORMA PRIORITARIA: LA REDUCCIÓN DE EMISIÓN DE HUMOS Y GASES, Y LA DISMINUCIÓN DEL CONSUMO DE AGUA DURANTE LOS PROCESOS PRODUCTIVOS”. Ahora bien, abordando el tema desde el aspecto social, la educación, entendida como el motor de transformación en las comunidades donde las empresas estamos presentes, es un tema fundamental y que incluye también a nuestros propios empleados. En ese contexto es importante trabajar para ayudar a garantizar el acceso a la educación brindando igualdad de oportunidades e innovación en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Asimismo, un desafío relevante es generar conciencia sobre la importancia del reciclaje y generar vínculos entre los distintos actores de la comunidad en pos de este objetivo. El acero es uno de los materiales más reciclables del mundo, y el correcto reciclaje de éste ofrece grandes ventajas a nivel medioambiental y económico. Su reutilización no sólo representa una reducción de costos para las compañías, sino que además, disminuye significativamente el impacto ambiental gracias al ahorro de agua y energía durante el proceso productivo.

“EL ACERO ES UNO DE LOS MATERIALES MÁS RECICLABLES DEL MUNDO, Y EL CORRECTO RECICLAJE DE ÉSTE OFRECE GRANDES VENTAJAS A NIVEL MEDIOAMBIENTAL Y ECONÓMICO”. Concluyendo, respecto a todo lo planteado anteriormente, es posible afirmar que la industria siderúrgica tiene varios retos en materia de sustentabilidad, no sólo a nivel medioambiental sino también desde la gestión integral del negocio y, pese a que se están realizando grandes avances, aún queda un camino por recorrer. El sector ha comprendido la necesidad de articular sinérgicamente los objetivos de negocios y la sustentabilidad. Ahora el gran desafío es convocar e involucrar a todos los que formamos parte de la industria a mirar en la misma dirección,


24 permitiéndonos pensar en la sustentabilidad y su impacto positivo en el negocio. La responsabilidad, entonces, consiste en sostener este camino aunque no siempre sea cómodo y fácil. La sustentabilidad de un negocio es algo que se construye con la gestión del día a día, y se consigue gracias al esfuerzo y compromiso de todos los involucrados. El reto está en avanzar todos en la misma dirección, hasta que llegue el día en que no concibamos cómo era posible la sociedad antes de que la sustentabilidad atravesara trasversalmente nuestras vidas.

Andrea Dala Licenciada en Economía (UBA), con más de 20 años de experiencia en Acindar Grupo ArcelorMittal, y a cargo del área de Responsabilidad Corporativa desde 2012. Previamente se desarrolló en áreas financieras de la compañía, donde fue adquiriendo mayores responsabilidades hasta ser Gerente de Tesorería. Posee un Máster en Finanzas Corporativas y ha realizado estudios de posgrado en Gestión de Asuntos Corporativos en la UCA, Programa de Desarrollo Directivo y Programa de Responsabilidad Social y Sustentabilidad Empresaria de la Universidad de San Andrés, entre otros.


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LOS PROGRAMAS DE RECICLAJE Y LA NECESIDAD DE UN COMPROMISO VOLUNTARIO INDAGATORIO Por Hugo Raulet, Fundador y Director de Ando Reciclaje www.andoreciclaje.com

Unos de los pilares de la sustentabilidad ambiental es la gestión de los residuos y su reciclaje. Las razones por las cuales empresas u otras instituciones deciden implementar un programa de reciclaje varían bastante. Algunas lo hacen desde la necesidad de cumplir con una norma ambiental, otras por el compromiso personal del directorio en mejorar el impacto de la actividad de la empresa, sin importar los aspectos comunicacionales. Ando Reciclaje nació ante la falta del eslabón importante entre las voluntades de reciclar y la imposibilidad de hacerlo en la práctica. Adquirimos mucha experiencia a lo largo de los últimos cuatro años ayudando a barrios cerrados, consorcios, empresas locales y multinacionales a implementar programas de reciclaje. Según la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, la sustentabilidad es “el abastecimiento de las necesidades actuales sin comprometer las necesidades de las futuras generaciones”. Trabajamos tomando esa definición como un lema, aplicándolo a la vida cotidiana de nuestras operaciones. De la misma forma, todas las normas actuales van en ese sentido. Todas las intenciones apuntan a ese resultado. Sin embargo, en el rubro del reciclaje, los logros son bajos: en promedio, las tasa de residuos que evitan destinarse al relleno sanitario o basural a nivel municipal fluctúa entre el 3% y el 6%, a pesar de las inversiones costosas en plantas de separación e intensivos programas de comunicación. ¿Dónde fallan las buenas intenciones?


26 Partiendo de nuestra experiencia, como consultores en la implementación de programas de reciclaje podemos sacar varias conclusiones: 1. Hacerse cargo de los residuos es un aspecto nuevo que requiere un pensamiento integral. 2. Lograr un equilibrio entre cambiar las costumbres y acercar las novedades a los usuarios. 3. Reciclar es una carrera de fondo, no una carrera de velocidad. 4. Reciclar requiere mucho marketing, involucramiento y juego. 5. La disposición sustentable de los residuos no debe limitarse a los materiales secos. 1. Hay que repensar el enfoque de la gestión de residuos y aplicar un pensamiento más vertical, donde el inicio del análisis no sea el “cómo reciclar el residuo”, sino “por qué se generó ese residuo”. ¿Se puede evitar su generación? ¿Se puede reemplazar el material? ¿Se puede reducir? ¿Se puede reutilizar? La integración debe darse tanto a nivel analítico como ejecucional. Es crucial el compromiso de todos los actores generadores de residuos, entendiéndose como generador a todas las personas, que por el hecho de pertenecer a una comunidad, empresa, o barrio, generan desperdicios. De ahí que la concientización sea el primer desencadenante de la participación, seguido por el empoderamiento y sentimiento de pertenencia a un grupo ambientalmente responsable y orgulloso de serlo.

“ES IMPRESCINDIBLE ESTUDIAR LA COMUNIDAD Y SU GRADO DE ACEPTACIÓN, Y APLICAR LAS TAREAS RELACIONADAS CON EL RECICLAJE DE MANERA GRADUAL, CONCIENTIZANDO Y EDUCANDO AL MISMO TIEMPO”. 2. La resistencia al cambio es uno de los grandes obstáculos del reciclaje. Los nuevos hábitos de separación y acondicionamiento de los materiales -requeridos para facilitar la cadena de reciclaje- son, muchas veces, considerados engorrosos, y pueden ser llevados a cabo con desgano. Sin embargo, estos nuevos hábitos en algún momento dejarán de ser “nuevos” para transformarse en actos de la vida cotidiana. Así como antes ni se nos cruzaba por la cabeza ponernos el cinturón de seguridad al manejar, hoy no se concibe otra manera de hacerlo. El “nuevo” hábito del cinturón, ya se ha transformado en vida cotidiana. Y en unos años sucederá lo mismo con la separación y acondicionamiento de residuos in-situ. Sin embargo, la imposición de tareas no es la solución. Es imprescindible estudiar la comunidad y su grado de aceptación, y aplicar las tareas relacionadas con el reciclaje de manera gradual, concientizando y educando al mismo tiempo.


27 3. Observamos un pico de cantidad reciclable recolectada en las primeras recolecciones luego del comienzo del programa, pero esa cantidad va bajando con el tiempo hasta estabilizarse en un piso que puede representar hasta solamente el 30% del principio. Dos factores influyen en este evento: 1) el alto volumen de material reciclable acumulado antes de arrancar el programa, y 2) las buenas intenciones van disminuyendo con el tiempo. Un buen programa de reciclaje implica un análisis permanente con medidas de mejora continua y con comunicación sobre los resultados alcanzados. 4. La operativa de separación debe ser llamativa y disruptiva para instalarse en el tiempo hasta que sea un panorama invisible. Para los chicos, que aprenden la separación en origen en la escuela, es en general un panorama faltante fuera del colegio. La operativa funciona mejor cuando hay que aplastar la lata o hacer pasar la botella por un orificio específico que cuando hay solamente un cesto para reciclables. Y por qué no, incluir nuevas tecnologías con pantallas LED y premios instantáneos al gesto de reciclar.

“UN BUEN PROGRAMA DE RECICLAJE IMPLICA UN ANÁLISIS PERMANENTE CON MEDIDAS DE MEJORA CONTINUA Y CON COMUNICACIÓN SOBRE LOS RESULTADOS ALCANZADOS”. 5. Limitar un programa de reciclaje a la fracción seca de los residuos es imponer metas muy bajas desde el principio ya que representa solamente un promedio de 40% de los residuos. El tratamiento por separado de la fracción orgánica contribuye de manera muy importante a obtener mejores resultados. El reciclaje (o buena disposición cuando las tecnologías de tratamiento no están disponibles) de los residuos especiales, tales como las pilas o los tubos de neón, contribuyen no en forma directa a indicadores sobre las cantidades, pero sí impactan sobre la contaminación evitada. Todas estas medidas requieren un compromiso voluntario y activo que va mucho más allá de la simple colocación de un cesto con un calco “reciclables”. La contratación de un servicio profesional es el principio de un camino destinado a ser la ruta principal.


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Hugo Raulet Fundador y Director de Ando Reciclaje, empresa de asesoramiento y gestión de residuos reciclables. Ex-Director de ventas y de la política de RSE en una empresa de turismo en Inglaterra. Apasionado por los temas de valorización energética de los residuos.


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CAMINO HACIA UNA EMPRESA SUSTENTABLE Por Diego Moyano, Gerente de Bioplástico S.A.

Bioplástico es una start-up muy joven, aunque ya con múltiples accionistas, incluyendo emprendedores originales, líderes empresarios, venture capital, y tecnología, y también con un portfolio de clientes corporativos que están migrando sus productos plásticos de petro a bio, y así, desarrollando el mercado de los biomateriales en América Latina. Pero en 2013 la situación era muy diferente. En enero de ese año festejamos el tercer cumpleaños de Pedro, mi hijo, y una vez más, me encontraba atónito frente a la montaña de residuos que generábamos en cada fiesta. Y más aún, con 15 años de trabajo en múltiples proyectos y empresas de impacto y promoviendo la sustentabilidad, no se me ocurría un sólo referente con una propuesta práctica para mitigar el impacto de nuestro festejo. En ese momento llevaba 6 años de trabajo intenso en gestión de residuos, y sabía que reciclar los platos sucios con torta, vasos laminados y otros descartables de una fiesta tiende a ser poco práctico, ambientalmente complicado (por el consumo de otros recursos), o económicamente inviable. (Más aún lo sería después de 2014, cuando la caída del petróleo haría que muchos plásticos reciclados se volvieran más caros que el insumo virgen). En febrero de 2013, un amigo apoyó delante de mí una cuchara blanca que había traído de Europa. Era biodegradable. Esta cuchara, después de usada, al colocarse en un ambiente adecuado como la tierra, se convertiría en agua, dióxido de carbono, y un pequeño resto de sólidos que se encuentran naturalmente en el suelo. La primera reacción fue de entusiasmo, ideas, preguntas, deseo de compartirlo y de incorporarlo a mi vida. Con los días entendí que estaba lejísimo de tener bioplásticos en mi vida cotidiana. Se me ocurrió que en mi recorrido por la sustentabilidad había tenido la suerte de trabajar en alimentos sustentables, energías limpias, servicios como gestión de


30 residuos, inversión con impacto, etc. Éstas son dimensiones de la sustentabilidad que avanzan con muy buen ritmo en América Latina. Pero veía una dimensión ausente: la sustentabilidad en los insumos industriales. Las actividades que había desarrollado hasta ese momento escasamente podían resolver la gran isla de plásticos en el centro del Océano Pacífico, ni la contaminación del Riachuelo, ni las dioxinas que emana un basural en combustión, ni el residuo del cumple de Pedro. Y en ese momento se combinaron la fascinación por la cuchara biodegradable, con un razgo personal: el de querer influir en la realidad. Yo quería que “sucediera” la opción de usar materiales biodegradables aquí, donde vivimos. El primer paso fue entender qué había detrás de esa cuchara europea: ¿cómo es la química o la tecnología de los biomateriales? ¿qué se puede lograr y migrar hoy a bio? ¿cuán sustentables son? ¿cómo funcionan la industria y el mercado del plástico? ¿quiénes son los jugadores relevantes a nivel mundial en biomateriales? ¿qué saben nuestras universidades sobre el tema? ¿cuál es el marco normativo y de certificación? Mucha investigación online, y después mucha más cara a cara. Muchos meses así, y en el proceso de imaginar cómo hacer suceder una opción concreta de bioplásticos en el mercado local nos asociamos con Lucas Campodónico, Luis Picat y Pedro Friedrich, porque cada uno traía elementos complementarios para la empresa que construimos. La estrategia concreta tuvo que ver con varios factores: 1. No existía demanda, pero hay potencial gigante. El público no demanda aquello que no sabe que existe. Mucha gente decía, "dentro de 15 años tendremos plásticos biodegradables". Había que comunicar que ya están aquí. 2. Prácticamente no existía oferta de tecnología, entendida por materia prima + know-how de diseño y procesamiento. Era necesario un socio tecnológico muy sólido. Nos aliamos con Rodenburg Biopolymers, de Holanda. 3. Sentimos que el timing era justo, por la irritación del público con los plásticos tradicionales, y por el increíble desarrollo del mercado LOHAS, o de estilos de vida sustentable, en el que los consumidores son coherentes en su comportamiento, y lo demandan de las empresas. Nos definimos como proveedores de soluciones en biomateriales. Bioplástico provee materia prima (bioplásticos) y know-how para que marcas y sus cadenas de proveedores migren sus productos de petro a bio. En vez de desplazar a proveedores, queremos ayudar a todos a subirse al barco.


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“BIOPLÁSTICO PROVEE MATERIA PRIMA (BIOPLÁSTICOS) Y KNOW-HOW PARA QUE MARCAS Y SUS CADENAS DE PROVEEDORES MIGREN SUS PRODUCTOS DE PETRO A BIO. EN VEZ DE DESPLAZAR A PROVEEDORES, QUEREMOS AYUDAR A TODOS A SUBIRSE AL BARCO”. Esta estrategia, a su vez, parte de algo previo y muy simple que compartimos los socios: como consumidores y como empresarios queremos apasionadamente cambiar nuestros hábitos en relación a los plásticos, y la pasamos muy bien asumiendo el desafío. Bioplástico es una gran aventura, muy preocupada por no despegar los pies del suelo. Tiene forma de empresa porque necesita generar recursos, y porque la gestión empresaria es más eficiente para este tipo de objetivos. Bioplástico no es una organización generadora de dinero que se pregunta cómo ser más sustentable, sino que es una organización generadora de soluciones ambientales e industriales que elige ser una empresa porque se ajusta a sus fines. De todo esto surge una misión: facilitar a las personas la incorporación de nuevos hábitos de consumo más sustentables. Elegir un alimento con packaging sustentable debería ser tan fácil como cerrar el grifo para conservar agua cuando nos lavamos los dientes. Muchas empresas quieren ir junto con el consumidor en esa dirección, y Bioplástico quiere facilitar el proceso a esas empresas. En términos de impacto ambiental, cuando un producto se migra a bioplástico, ofrecemos realizar un Análisis de Ciclo de Vida, a los fines de cuantificar la mejora en la huella ambiental.

“ELEGIR UN ALIMENTO CON PACKAGING SUSTENTABLE DEBERÍA SER TAN FÁCIL COMO CERRAR EL GRIFO PARA CONSERVAR AGUA CUANDO NOS LAVAMOS LOS DIENTES”. Como resultados, vemos a diferentes stakeholders preparados para el mercado de biomateriales, desde empresas hasta el Estado. Además de haber productos bio ya en la calle, creemos que en los últimos dos años hemos ayudado a instalar a los bioplásticos como parte del presente, y no una quimera de la sustentabilidad. En los próximos cinco años el segmento de consumo sustentable va a inclinar notablemente la cancha. También, el costo de imagen entre empresas que lideran prácticas sustentables y los rezagados se va a monetizar de manera mucho más notoria que ahora. Esta presión desde el consumidor va a estar acompañada por presión normativa, como por ejemplo, la ley de envases, que ya existe en Brasil, y que acelera el proceso de adopción de biomateriales en packaging.


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Diego Moyano Gerente de Bioplรกstico SA.


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“BUSCAMOS CRECER DE MANERA EQUILIBRADA” Por Marcela Cominelli, Gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Newsan www.newsan.com.ar

En Grupo Newsan estamos convencidos de que la noción de desarrollo está directamente asociada a la de sustentabilidad, es ese proceso por el cual buscamos crecer de manera equilibrada, seguros de que cuando hablamos de desarrollo sostenible, nos referimos al cuidado del ambiente y reciclado, pero también a la capacidad de trabajar en pos del desarrollo y empoderamiento de la comunidad, con crecimiento financiero ético y transparente, entre otros. En Newsan promovemos el diálogo con nuestros grupos de interés y buscamos siempre que nuestras acciones creen valor para nuestros clientes, colaboradores, proveedores, accionistas y, por sobre todas las cosas, para la comunidad. Hoy por hoy, hemos logrado insertar la noción de sustentabilidad en el corazón de nuestra organización, con lo cual, todos los procesos están atravesados por este paradigma. A su vez, seguimos trabajando fuertemente en el cuidado del ambiente, garantizando la manufactura de productos libres de sustancias restringidas o peligrosas; la mejora continua del desempeño energético; la adquisición y diseño de productos, servicios y procesos energéticamente eficientes y no contaminantes; y la reducción de la generación de residuos y sus impactos a través del tratamiento, la recuperación y el reciclado de los mismos. En línea con este objetivo, contamos con una planta industrial enteramente dedicada al reciclado de materiales de descarte, y eso nos llena de orgullo. Nuestros aires acondicionados utilizan gas refrigerante “R410”, amigable con el entorno; nuestras heladeras son las de mejor eficiencia energética del mercado local, además de utilizar un gas ecológico que no daña la capa de ozono; la totalidad de las pantallas de display de televisión y monitores que fabricamos cumplen con las normas europeas


34 RoHS, garantizando la no utilización de sustancias nocivas para el ambiente.

“…CONTAMOS CON UNA PLANTA INDUSTRIAL ENTERAMENTE DEDICADA AL RECICLADO DE MATERIALES DE DESCARTE…” En nuestra planta de reciclado de materiales, durante 2015 hemos recuperado más de 2.000 toneladas de cartón, 300 toneladas de plástico y 200 toneladas de telgopor. Los materiales recuperados se reincorporan a la cadena productiva, minimizando así la huella ambiental. Manejamos responsablemente nuestras sustancias peligrosas, como por ejemplo el estaño, el cual reinsertamos en la cadena productiva hasta tres veces, y luego disponemos responsablemente. En nuestra planta industrial de la ciudad de Campana en la provincia de Buenos Aires, invertimos más de 2 millones de pesos en 16 molinos de pie de máquina, garantizando así que la totalidad del plástico se reutilice en el proceso productivo. En 2015, reciclamos más de 40 toneladas de plástico. Con el proceso de enfardado de cartón, hemos logrado recuperar más de 415 toneladas de este material. En Avellaneda, hemos reciclado más de 1.900 kilogramos de poliestireno, más de 51 mil kilogramos de cartón, más de 20 mil pallets y más de 267 kilogramos de nylon. Las gomas de los vehículos de nuestra compañía se entregan al “Programa Ushuaia Recicla”, reutilizándolas para el armado de muros de contención de las montañas.

“DURANTE 2015 LLEVAMOS PLANTADOS MÁS DE 6.200 ÁRBOLES, PARA COMPENSAR EL IMPACTO AMBIENTAL DE NUESTRO CRECIMIENTO”. Por otro lado, implementamos acciones de “3R” en todas nuestras oficinas, con una fuerte apuesta a la concientización respecto a la importancia de estas acciones en la vida cotidiana. Tal es el caso del “Programa 1.000 contenedores” donde clasificamos y procesamos los materiales sobrantes de producción (plástico, cartones, chapas, displays, placas y compresores). Hasta hoy, se han vaciado más de 650 contenedores. Hemos distribuido campanas de reciclado por toda Ushuaia, localizándolas en puntos estratégicos de la ciudad en colores distintivos: verdes para vidrio, amarillos para plástico y azules para papel. Acompañamos el uso de las mismas con fuertes campañas de


35 concientización en medios, del mismo modo que trabajamos en programas de sensibilización en la materia en centros educativos. En nuestras oficinas, tenemos varios programas para uso responsable del papel: todos los papeles que utilizamos poseen certificaciones de origen de fuentes responsables; contamos con recibos de haberes digitales, reemplazando el uso de papel; nuestras impresoras están configuradas por defecto en doble faz y tenemos un software que permite llevar un registro de las impresiones y su impacto, planteando metas para lograr la reducción del uso de la misma. También reemplazamos la utilización de las botellas de plástico en nuestros comedores por máquinas expendedoras, logrando una considerable disminución de residuos PET. Durante 2015 llevamos plantados más de 6.200 árboles, para compensar el impacto ambiental de nuestro crecimiento. Estamos convencidos que el camino de la innovación es el futuro. Por eso seguimos trabajando en el aumento de la vida útil de nuestros productos, optimizando el uso de materiales en el packaging, desarrollando IOT en nuestros productos, entre otras importantes iniciativas. Todas estas acciones, nos fortalecen como empresa y nos permiten llegar al futuro que queremos alcanzar más rápido de lo que creemos.

Marcela Cominelli Gerente de Relaciones Institucionales de Grupo Newsan. Se incorporó a la compañía en el año 2013. Es abogada, graduada de la Universidad de Buenos Aires en 2005. Siempre estuvo muy involucrada en actividades de voluntariado con la comunidad y con organizaciones del tercer sector.


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BUSCANDO LA SUSTENTABILIDAD EN LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Por Javier Eduardo Amuchástegui, Socio fundador y Director de Tecnocampo www.tecnocampo.com

“Lo que somos hoy se funda en nuestros pensamientos de ayer, y nuestros pensamientos de hoy construyen la existencia del mañana” BIHOTZ

El concepto de sustentabilidad involucra el “satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las generaciones futuras”. Desde esta perspectiva, debe conciliarse el progreso económico, el desarrollo social y la preservación del medio ambiente. Para afirmar que un sistema es sustentable, dichos aspectos deberían permanecer en equilibrio. Desde los inicios en el año 1992, en Tecnocampo nos hemos planteado como un desafío constante el de lograr y mantener sistemas de producción que fueran sustentables en el tiempo. El paradigma predominante en aquella época indicaba que los sistemas productivos para ser “sustentables”, debían intercalar ciclos de agricultura que "deterioraban el suelo", con otros de ganadería en base a pasturas permanentes que "regeneraban" las propiedades físicas y la fertilidad química del mismo. Con la aparición de la Siembra Directa, surgió un nuevo paradigma, el de una agricultura continua sin remoción del suelo, que permitiría mejorar la productividad de los cultivos y a la vez preservar el recurso suelo. Sin embargo, la Siembra Directa, como técnica en sí, no asegura la estabilidad productiva, si no es acompañada por un conjunto de buenas prácticas agrícolas, como una adecuada rotación y fertilización de cultivos y un manejo integrado de plagas, malezas y enfermedades.


37 Es así como comenzamos con este sistema en la zona centro-norte de Córdoba y seguimos su evolución en el tiempo, pudiendo observar los impactos del manejo que íbamos realizando. En el transcurso de estos casi 25 años, los desafíos fueron cambiando constantemente, lo que nos impulsó a recorrer un sostenido camino basado en la mejora continua, a través del cual fuimos aprendiendo y a la vez incorporando esos aprendizajes a nuestra gestión cotidiana. Posteriormente, ese camino de mejora continua quedó plasmado en un Sistema de Gestión de Calidad, logrando la certificación de protocolos nacionales como Agricultura Certificada (AC) e internacionales como Producción de Soja Responsable (RTRS), que se basan en la adopción de Buenas Prácticas Agrícolas, Ambientales y Empresariales. Realizamos el seguimiento de las Buenas Prácticas del sistema productivo mediante indicadores de suelo y de agua, uso de fitosanitarios, consumo de combustible, gestión de residuos, medimos la eficiencia de uso de agua de los cultivos, realizamos el relevamiento de flora y fauna nativa, establecemos áreas de restricción y de reserva para preservación de las mismas. También utilizamos indicadores de adopción de Buenas Prácticas Empresariales, tanto para las Relaciones Laborales, como para el Relacionamiento con la Comunidad, que directa e indirectamente promueven la sustentabilidad social y ambiental. Periódicamente revisamos los indicadores, analizamos los resultados y nos proponemos nuevas metas, que año tras año nos desafían a seguir mejorando los distintos aspectos de nuestra gestión.

“REALIZAMOS EL SEGUIMIENTO DE LAS BUENAS PRÁCTICAS DEL SISTEMA PRODUCTIVO MEDIANTE INDICADORES…” Entre los resultados obtenidos, lo primero que pudimos comprobar es que un sistema producción agrícola bajo siembra directa, con una adecuada rotación y fertilización de cultivos, puede mantener las propiedades físicas y químicas del suelo aún después de 25 años de agricultura continua. También que mediante un manejo integrado de plagas y adecuada selección de fitosanitarios logramos disminuir el impacto ambiental, debido a la disminución en el número de aplicaciones y la utilización de principios activos más amigables para el ambiente.


38 A través de las capacitaciones a nuestros colaboradores y nuestros contratistas, pudimos implementar procedimientos más seguros para las personas y también para el ambiente. Finalmente logramos tener una visión más global y entender mejor la mirada que otros tienen sobre nosotros y nuestros sistemas productivos. También comenzamos a comunicarnos más y mejor con la sociedad. La difusión “más allá de las tranqueras” hacia clientes, proveedores, colegas y la comunidad en general ha impulsado a más personas a interesarse en cuestiones de sustentabilidad y a otras empresas a implementar Buenas Prácticas Agrícolas.

“A TRAVÉS DE LAS CAPACITACIONES A NUESTROS COLABORADORES Y NUESTROS CONTRATISTAS, PUDIMOS IMPLEMENTAR PROCEDIMIENTOS MÁS SEGUROS PARA LAS PERSONAS Y TAMBIÉN PARA EL AMBIENTE”. Creemos que para poder desarrollar estrategias exitosas en materia de sustentabilidad en las empresas, lo primero que se necesita es el compromiso y la convicción de la dirección. Para ello, antes que nada debemos “darnos cuenta”, tomar conciencia, y luego ir concientizando y sensibilizando a todos los colaboradores, los contratistas y a todas aquellas personas relacionadas directamente con las operaciones de la empresa. Y de esta manera ir involucrando a las diferentes partes interesadas, cuyo rol es fundamental en la en las cuestiones de sustentabilidad. Es muy importante que estos temas sean incorporados como parte de la gestión de la empresa, abarcándola transversalmente, comenzando con lo estratégico hasta lo cotidiano, y que se le asignen los recursos humanos y económicos necesarios. En el sector agroalimentario se están observando importantes avances en temas ambientales, entre los cuales podemos destacar:  Certificaciones de los sistemas productivos: éstas van a jugar un rol fundamental como garantía de procesos cada vez más sustentables. También se ve una clara tendencia a evidenciar la trazabilidad de los alimentos a lo largo de las cadenas productivas.  Cultivos cada vez más eficientes: se incrementará la adopción de biotecnología para mejorar la cantidad y calidad de los alimentos y a la vez lograr mayor eficiencia en la utilización de los recursos naturales.  Disminución del impacto ambiental en el uso de fitosanitarios: ya se viene observando una tendencia muy clara tanto en el desarrollo


39 como en la utilización de principios activos mucho más amigables con el ambiente, complementado con la adopción de otras herramientas de control integrado de plagas, malezas y enfermedades. No caben dudas que la búsqueda permanente de la sustentabilidad en sus tres ejes y no sólo en lo productivo-económico, va a ser algo cada vez más necesario para las empresas que quieran seguir siendo competitivas globalmente, y en un plazo no muy lejano es algo que probablemente sea exigido por los clientes y la sociedad en su conjunto.

Javier Eduardo Amuchástegui Ingeniero Agrónomo, Universidad Católica de Córdoba (1990). Es socio fundador y Director de Tecnocampo, empresa dedicada a la Producción de Granos, Venta de Insumos, Acopio, Riego y Agricultura de Precisión. Tecnocampo fue pionera en la implementación de Agricultura Certificada, logrando su primera certificación en el año 2010. Actualmente produce bajo la norma europea RTRS de Soja Sustentable en más de 50 establecimientos, totalizando una superficie de más de 20.000 has certificadas.


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03 ESCENARIOS Y TENDENCIAS APUNTES PARA UNA AGENDA EMPRESARIA EN MATERIA AMBIENTAL: El Cuidado de la Casa Común Por Juan José Gilli, Profesor Consulto e Investigador en UBA y Director del Doctorado en ESEADE.

La encíclica Laudato si del papa Francisco no es solo un llamado de alerta ante las consecuencias desastrosas del cambio climático actual, también reclama acciones concretas ante la degradación social que se ha producido en los últimos dos siglos. En ese sentido el documento dice que la crisis ambiental es una consecuencia de la crisis ética, cultural y espiritual de la modernidad y llama a una “conversión ecológica” de los actores económicos y a un cambio radical en el comportamiento social con un estilo de vida más sobrio, menos acelerado y consumista, que considera insostenible desde distintos puntos de vista. Se han hecho evidentes los efectos del cambio climático sobre el hábitat, la producción de alimentos y, en definitiva, sobre la misma vida humana. El deterioro ambiental no es consecuencia de un accidente ni de un error de cálculo, es consecuencia de decisiones tomadas sin considerar sus implicancias futuras. Si bien una de las características de la acción humana es la utilización de recursos de su entorno y, en consecuencia, la modificación del mismo; a partir de la revolución industrial y a lo largo de todo el siglo XX el deterioro del ambiente se ha acelerado en forma exponencial. Según advierte el sociólogo alemán Ulrich Beck1 la humanidad enfrenta una 1

Beck, Ulrich (2008) La sociedad del riesgo mundial. México: Paidós.


43 nueva clase de catástrofes, diferente de las naturales clásicas porque resultan de la conjunción del saber técnico y el cálculo económico.

“EL DETERIORO AMBIENTAL NO ES CONSECUENCIA DE UN ACCIDENTE NI DE UN ERROR DE CÁLCULO, ES CONSECUENCIA DE DECISIONES TOMADAS SIN CONSIDERAR SUS IMPLICANCIAS FUTURAS”. Con el advenimiento del consumismo, el viejo concepto según el cual la función central de la empresa era satisfacer necesidades sociales parece trocarse en generar nuevos deseos. Los productos nuevos necesitan de nuevos deseos y la inestabilidad de las necesidades impulsa un consumo instantáneo y una inmediata eliminación de productos y servicios que deben ser reemplazados por otros diferentes y novedosos. Un efecto típico del principio de inmediatez y recambio lo constituye la rápida obsolescencia que suma varias toneladas diarias de desechos y provoca serias dificultades para darle un tratamiento ambientalmente sustentable, especialmente en los países en desarrollo. Ha llegado la hora de que las compañías productoras se preocupen del destino del producto al finalizar su efímera vida útil. Bauman 2 considera al consumismo un fenómeno “líquido” caracterizado por una renegociación del significado del tiempo; éste no es cíclico ni lineal sino una multitud de instantes –eventos, incidentes, episodios– puntuales y carentes de un sentido único. No hay lugar para la idea de progreso ni de que el esfuerzo humano pueda alcanzar un resultado más sólido y valioso que el mero goce del instante. Cuando hacemos referencia a lo ambiental es necesario precisar que no nos estamos refiriendo solo al medio físico que posibilita la vida en todas sus formas, sino también a los seres humanos y a sus relaciones en sentido amplio, es decir las económicas, culturales y políticas. En otras palabras, el ambiente es todo: el medio físico que posibilita la vida y la vida misma.3 Por eso el problema debe abordarse necesariamente desde una perspectiva interdisciplinaria que comprenda el estudio de los efectos sobre el medio físico, el análisis económico y la reflexión ética. En el caso de las empresas no se trata solo de imponer productos o servicios al consumidor, se trata de combinar la rentabilidad económica con una Bauman, Z. (2007) Vida de consumo. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica. Horacio Fazio (2001) Racionalidad económica, ética ambiental y generaciones futuras aparecido en “Ambiente, economía y sociedad”, Buenos Aires: FLACSO LIBRONAUTA. 2 3


44 guía para avanzar en el camino de la sustentabilidad y que abarque desde el desarrollo de los productos o servicios y las prácticas asociadas a su fabricación o prestación, hasta colaborar y educar para el consumo responsable. Del Crecimiento al Desarrollo Sostenible De acuerdo con el modelo económico tradicional, la responsabilidad del empresario es asignar recursos a actividades que provean mayores beneficios, lo cual supone satisfacer las necesidades de los clientes y con parte del beneficio obtenido, volver a invertir, crear nuevos empleos y nuevos consumidores que demandarán bienes y servicios. La consecuencia esperada de este modelo es el crecimiento económico y éste la clave del progreso. La revolución industrial iniciada a fines del siglo XIX constituyó un ejemplo impulsor de la producción y en consecuencia del crecimiento. Pero este razonamiento tuvo sus críticos: así, Malthus, señaló que los economistas no consideraban en su ecuación el crecimiento de la población; Marx, por su parte, critica las desigualdades que implica el modelo y, finalmente, para Keynes se ignora la incertidumbre ante el futuro y las limitaciones en la generación del pleno empleo. El paradigma de las políticas económicas de los últimos cincuenta años del siglo pasado fue producir más y consumir más, entendiendo que el crecimiento económico automáticamente provee el desarrollo necesario. Esta lógica utilitarista y de corto plazo actuó como si los recursos naturales no tuvieran límites y los efectos de una actividad sin control no afectara al medio ambiente y en definitiva la calidad de la vida humana. El espejismo del crecimiento ilimitado es extremadamente atractivo, ya que parece, desde una perspectiva cuantitativa, contribuir al desarrollo. Pero desde una perspectiva cualitativa, los resultados no son los mismos. La lógica del crecimiento tiene sus limitaciones: la actividad intensiva consume recursos naturales no renovables, degrada el medio ambiente y, en definitiva, no contribuye a una mejora de la sociedad.

“EL ESPEJISMO DEL CRECIMIENTO ILIMITADO ES EXTREMADAMENTE ATRACTIVO, YA QUE PARECE, DESDE UNA PERSPECTIVA CUANTITATIVA, CONTRIBUIR AL DESARROLLO. PERO DESDE UNA PERSPECTIVA CUALITATIVA, LOS RESULTADOS NO SON LOS MISMOS”.


45 Daly 4 desde una perspectiva ecológica critica a los economistas tradicionales por no tomar en cuenta los límites ambientales y sociales del crecimiento: confunden el crecimiento del PBI con el crecimiento económico y no consideran la posibilidad de que éste pueda ser antieconómico cuando los costos ambientales y sociales superan los beneficios de la producción. La propuesta de Daly se basa en la distribución de la riqueza, el control poblacional y el mejor uso de los recursos naturales; los dos primeros aspectos son políticamente polémicos pero, el último, es viable desde una perspectiva técnica y científica. En la actualidad se han hecho evidentes las falencias del dogma del crecimiento sin límite y comienza a haber consenso sobre la necesidad de un desarrollo de base sustentable; es decir que procure una mejora en la calidad de vida humana y que tenga en cuenta el ecosistema de forma de no afectar la disponibilidad de recursos ni las condiciones de vida de las generaciones futuras. El desarrollo sustentable debe procurar además del desarrollo económico, la equidad social y el soporte ambiental. Cabría preguntarse entonces si es posible una economía que, con igual escala, pueda tener mayor capacidad de satisfacción de las necesidades, obteniendo mejoras en el rendimiento y en el aprovechamiento de los recursos y mejorando las condiciones sociales de la población. Desde una perspectiva ecológica, un elemental sentido común y también un razonamiento económico indican que el uso de recursos naturales debe realizarse a un ritmo que no exceda la capacidad del sistema de reaprovisionarse y también que la generación de residuos sea compatible con la capacidad del ecosistema de asimilarlos. El fundamento ético de la sustentabilidad económica la hace deseable y la realidad en materia ambiental la hace imprescindible.

“…EL USO DE RECURSOS NATURALES DEBE REALIZARSE A UN RITMO QUE NO EXCEDA LA CAPACIDAD DEL SISTEMA DE REAPROVISIONARSE Y TAMBIÉN QUE LA GENERACIÓN DE RESIDUOS SEA COMPATIBLE CON LA CAPACIDAD DEL ECOSISTEMA DE ASIMILARLOS”. Apuntes para una agenda En los títulos anteriores se analizó la coyuntura: cómo la sociedad ha pasado de un estadio de producción a otro de consumo y cómo el Daly, H. (1987) The economic growth debate: what some economists have learned but many have not. Journal of Enviroment Economics and Management. 4


46 mero crecimiento no asegura un desarrollo económico sustentable. Dichas circunstancias ponen en evidencia una realidad donde el medio ambiente parece relegado por el uso irresponsable de los recursos naturales no renovables, el estímulo artificial del consumo, la contaminación y el desperdicio. En la intersección de los fenómenos descriptos aparece la empresa como factor central en la economía de mercado y como impulsora del consumo. Esta circunstancia lleva a reflexionar acerca de su rol como agente económico y como institución social. A primera vista parece existir una contradicción intrínseca entre la generación de ganancia y la capacidad de la empresa de realizar una contribución social. La forma de cumplir con la responsabilidad social en materia ambiental es por medio de los productos y servicios que satisfagan necesidades prioritarias, como alimentos saludables, productos amigables con el medio ambiente o de bajo costo accesibles a sectores de menores ingresos. Otra forma de contribuir al progreso social es reconsiderar la cadena de valor, reduciendo el uso de recursos no renovables, reemplazando envases y empaque excesivo o no reciclable, reconsiderando las rutas de abastecimiento o distribución para disminuir los gases de invernadero.

“LA FORMA DE CUMPLIR CON LA RESPONSABILIDAD SOCIAL EN MATERIA AMBIENTAL ES POR MEDIO DE LOS PRODUCTOS Y SERVICIOS QUE SATISFAGAN NECESIDADES PRIORITARIAS…” Para la confección de una agenda empresaria en materia ambiental puede servir de referencia la Agenda Global para el Desarrollo Sustentable5 aprobada por los Estados miembros en la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Sostenible, que tuvo lugar del 25 al 27 de septiembre de 2015 en la sede de la ONU en Nueva York. La nueva Agenda Global comprende 17 Objetivos y 169 metas que deberán ser cumplidos de aquí al 2030. Si bien todos los objetivos se relacionan en forma directa o indirecta con la actividad empresarial y su función social, en materia ambiental el objetivo 12 propone: “Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles” y supone hacer más y mejores cosas con menos recursos, evitando la contaminación y asegurando al mismo tiempo una mejor calidad de vida. Se trata de adoptar un enfoque sistémico que abarca toda la cadena de suministro, desde el productor hasta el consumidor final. La empresa puede contribuir a sensibilizar a los consumidores mediante información adecuada a través de etiquetas o avisos. 5

www.pactomundial.org/tag/objetivos-de-desarrollo-sostenible/


47 El objetivo 12 fija distintas metas a lograr en materia de consumo y producción sostenibles, uso eficiente de los recursos naturales, reducción del desperdicio y fortalecimiento de la capacidad científica y tecnológica, entre otras. Y, específicamente: “Alentar a las empresas, en especial las grandes empresas y las empresas transnacionales, a que adopten prácticas sostenibles e incorporen información sobre la sostenibilidad en su ciclo de presentación de informes”. Como otros objetivos en los cuales el rol y la colaboración de la empresa son requeridos pueden mencionarse el 6 que implica la gestión sostenible del agua; el 7 referido a energía segura y sostenible; el 8 que promueve el crecimiento económico inclusivo y sostenible y el trabajo decente; el 9 sobre infraestructura resilientes, industrialización inclusiva y fomento de la innovación; el 10 acerca de la reducción de las desigualdades (por ejemplo en materia de ingresos); el 13 de adopción de medidas para el control del cambio climático, y el 15 que promueve el uso sostenible de los ecosistemas, la lucha contra la desertificación y la pérdida de la diversidad biológica. En la dirección que indica la Agenda Global sobre el Desarrollo Sostenible, un número creciente de empresas ya orientan sus esfuerzos en materia de responsabilidad social a alinear el desempeño corporativo con las necesidades de la comunidad donde operan, y para ello utilizan sus habilidades y capacidades de gestión para impulsar el cuidado del ambiente y el progreso social junto con las organizaciones sociales y las entidades gubernamentales.

Juan José Gilli Doctor en Ciencias Económicas (Universidad de Buenos Aires). Magister en Alta Dirección Pública (Universidad Menéndez Pelayo, España). Profesor Consulto e Investigador en UBA y Director del Doctorado en ESEADE. Dicta cursos de doctorado y posgrado en universidades argentinas y extranjeras. Realizó tareas de consultoría para empresas privadas, organismos públicos y proyectos de organismos internacionales. Es autor de libros y recibió premios por su trayectoria.


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04 DESTACADOS UNA REFLEXIÓN SOBRE LOS RETOS AMBIENTALES Y EL IMPACTO EN LOS NEGOCIOS EN LAS PYMES Por Victoria Rubio, Responsable del Departamento de Industria y Medio Ambiente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Castellón (España).

A lo largo de las dos últimas décadas, hemos visto cómo el respeto por el medio ambiente se ha implantado en nuestra sociedad. Ciudadanos y empresas han adoptado esa perspectiva y se han concienciado ante ese nuevo reto, modificando sus actitudes, comportamientos y hábitos, e incorporándolos en sus rutinas diarias. Industrias, comercios y empresas de todos los sectores se han ido adaptando a medida que la legislación se fue haciendo más restrictiva, pero también es importante destacar que el sector empresarial se ha marcado metas medioambientales más exigentes que la propia legislación. En general, el diagnóstico de nuestro tiempo revela el importante esfuerzo que las PyMES han realizado reconvirtiendo sus instalaciones y procesos para hacerlos más respetuosos con el medio ambiente, empleando energías menos contaminantes, materias primas que generen menos residuos, incorporando el ecodiseño en sus productos y en el ciclo de vida de los mismos, etc. Factores Clave. Motivación y retos A la hora de valorar la incidencia de las medidas que adoptan las empresas ante temas ambientales, destacan dos factores clave. Uno de estos factores es la legislación. Aunque parezca una obviedad, el cumplimiento de la normativa resulta decisivo para que las empresas


49 tomen conciencia de la necesidad de respetar los estándares ambientales. El otro factor a destacar está en relación a la presión que ejercen tanto clientes como grupos de opinión, y más aún en la actualidad, ya que la información a través de redes sociales tiene una repercusión y un alcance global. Y cuando estos dos factores se ven reforzados por la voluntad de la propia empresa y su compromiso de mejorar productos y servicios con procesos que cuidan su impacto en el medio ambiente, el resultado es importante y pronostica un futuro a medio y largo plazo coherente con ese compromiso de sostenibilidad y de avanzar hacia un medio ambiente en buen estado de salud. La implantación de un sistema de gestión medioambiental ayuda a que las empresas puedan establecer y programar sus metas y compromisos para proteger el medio ambiente, a sistematizar su gestión integrando la planificación de las tareas de supervisión y verificación de parámetros ambientales en sus rutinas enfocadas a la mejora ambiental, y no centrarse únicamente en cumplir con la legislación. Además las empresas son conscientes de las ventajas que les puede reportar la integración de los indicadores ambientales en su día a día, y sobre todo también valoran los posibles efectos adversos que podría conllevar el incumplimiento de la legislación, puesto que podría ser origen de multas y sanciones por delito ecológico.

“…LA IMPLEMENTACIÓN DE POLÍTICAS AMBIENTALES PUEDE CONVERTIRSE EN UN ELEMENTO DIFERENCIADOR DE LA EMPRESA RESPECTO DE SUS COMPETIDORES, PUESTO QUE CONTRIBUYE A AFIANZAR SU PERCEPCIÓN SOCIAL ANTE CLIENTES Y PÚBLICO OBJETIVO”. Uno de los mayores problemas que afecta a las empresas es la gestión de sus residuos y de sus aguas residuales y emisiones. Sin embargo, este hecho puede tornarse en oportunidad, dado que ante estas nuevas necesidades ha aparecido un nuevo sector formado por empresas y profesionales que ofrecen servicios vinculados con el medio ambiente, y es éste un sector en crecimiento. Qué pueden hacer las PyMES Resulta sencillo establecer como punto de partida el análisis de la actividad desarrollada por la empresa y a partir de ahí identificar áreas estratégicas de mejora en las que aplicar buenas prácticas medioambientales, y conseguir avances significativos en sus metas ambientales. Ello pasa ineludiblemente por fomentar la participación y la formación de los trabajadores de la empresa, puesto que a través del


50 capital humano se conseguirá detectar esas áreas de mejora e implantar actuaciones sencillas y económicas que ayudarán a optimizar el comportamiento ambiental vinculado a la actividad. Otro aspecto que ayuda a integrar la gestión medioambiental en la empresa es que las PyMES pueden ver resultados a los esfuerzos realizados. En materia de residuos, vertidos y emisiones, el producirlos en menor cantidad y disminuyendo su peligrosidad conlleva a una reducción en los costes de su gestión, lo que siempre actúa como refuerzo positivo. Por otra parte, la implementación de políticas ambientales puede convertirse en un elemento diferenciador de la empresa respecto de sus competidores, puesto que contribuye a afianzar su percepción social ante clientes y público objetivo. También el empleo de materiales reciclados en sus aprovisionamientos y el ecodiseño, la reducción de la contaminación acústica, el uso de energías renovables y la aplicación de medidas de eficiencia energética, y un sinfín de medidas innovadoras en materia ambiental contribuyen a afianzar el compromiso con el medio ambiente. Es recomendable que las PyMES incorporen toda esa información en sus políticas de comunicación, de manera que sus logros ambientales lleguen a sus clientes y contribuyan a una decisión de compra favorable. Las PyMES están invirtiendo tanto en medidas correctoras como en preventivas, y además han obtenido sellos y certificaciones que así lo avalan. Hoy por hoy en las corporaciones hay buenos técnicos bien asesorados y que conocen las diferentes soluciones tecnológicas existentes. Con todo ello, nuestro medio ambiente tiene futuro.

Victoria Rubio Calduch Ingeniero Superior Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia. Responsable del Departamento de Industria y Medio Ambiente de la Cámara de Comercio, Industria y Navegación de Castellón, donde desarrolla tareas relacionadas con el asesoramiento en marketing del punto de venta y a emprendedores. También es Profesora Asociada en el Departamento de Ingeniería Mecánica y Construcción de la Universitat Jaume I de Castellón.


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05 DOCUMENTOS RECOMENDADOS Cuidando el Clima. Naciones Unidas Argentina. Pacto Mundial Argentina. Año 2015.

La empresa del nuevo milenio. De los valores a la acción. Guía práctica para la contribución de la empresa a los Objetivos de Desarrollo del Milenio- ODM 7: Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente. Programa de sensibilización sobre la RSE y los objetivos del milenio, dirigido a las empresas españolas con intereses en América Latina. Kinigsberg, Yanina; Mercedes Korin y Lía Pichon Riviére. Fundación Ecología y Desarrollo. Zaragoza, España. Marzo, 2010.

06 SITIOS DE INTERÉS Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente Pacto Global de las Naciones Unidas Carta de la Tierra Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible Carbon Disclosure Project COP 21 Cambio Climático y Pobreza Grupo Intergubernamental de Climático (IPCC) Agenda de Acción Lima-París

Expertos sobre el Cambio


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