PAB04: Plantas Bajas

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PLANTAS BAJAS / GROUNDFLOORS

GRUPO pab . PROYECTOS VII-VIII. DEPARTAMENTO DE PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS DE BARCELONA. ETSAB/upc. Diagonal 649, 5ª planta. Despacho 5.4

P L A N T A S B A J A S G R O U N D F L O O R S

pab

04


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Edita:

grupo pab Departamento de Proyectos Arquitectónicos, ETSAB, UPC Comité editorial:

Responsable: Félix Solaguren-Beascoa. Equipo docente: Luís Alegre, Antoni Barceló, Elena Fernández, Gustau Gili, Cristina Gastón, Jaume Sanmartí, Carlos Vinardell. Colaboradores: Berta Bardí, Joan Curós, Josep M. Fort, Daniel García-Escudero, Miguel Ángel Alcalde. pab 04. 1ª edición: febrero de 2012. © 2012 pab y los autores de los textos. © 2012 Paul Hammond, por la traducción. Publicación de ámbito académico sin ánimo de lucro. Agradecimientos: al Archivo Histórico del CoAC, a Fargas Associats Arquitectes y al fondo Architeca por su aportación de parte del material gráfico que ilustra estos artículos. Impresión: ETSAB ISBN: 978-84-615-5623-6

Proyectos VII - VIII ETSAB, campus sur UPC Av. Diagonal, 649 – 08028 Barcelona Despacho 5.4 Telf. 93 401 64 08 / 93 401 63 88 Foto de portada: Bajo el Rolex Learning Center.


PLANTAS

BAJAS

G R O U N D F LO O R S


Esgrafiado de Picasso en la Sede del Colegio de Arquitectos de Barcelona Picasso’s engravings at the headquarters of the College of Architects in Barcelona


ÍNDICE

Introducción - Introduction

pg. 6

Pabellón de baile en Yläne - Ballroom in Yläne

pg. 8

Edificio para Banca Catalana - Banca Catalana Building

pg. 16

Edificio Girasol - Girasol Building

pg. 24

Palau de la Virreina - Vicereine’s Palace

pg. 32

Centro de aprendizaje Rolex - Rolex Learning Center

pg. 40

Dispensari antituberculós - Antituberculosis clinic

pg. 48

Casa del Brasil - Brazil House

pg. 56

Sede del Colegio de Médicos - Medical college headquarters

pg. 64

Sede de Jespersen - Jespersen’s Headquarters

pg. 72

Sede del Colegio de Arquitectos - Arquitects college headquarters

pg. 80

Belvedere Georgina - Belvedere Georgina

pg. 88

Félix Solaguren-Beascoa Berta Bardí y Daniel García-Escudero Cristina Gastón

Jaume Sanmartí Joan Curós Gustau Gili

Josep Maria Fort Antoni Barceló Luis Alegre

Félix Solaguren-Beascoa Elena Fernández Carlos Vinardell


INTRODUCTION Surely the first architectonic act was born of the need for protection. Caves and shelters were places for gathering in, too. But the first architectonic deed is represented by the horizontal plane. The diaspora would enter into crisis and permanent settlements be born. Later on, walled enclosures appeared as elements of defence, focussing the attention on the concept of place and finally stabilizing relationships and civilization. As well as being an abstract concept, the horizontal plane, the ground plane, is, generally speaking, the main exigency of all construction. Everything stems from the ground, everything is supported on the ground. The relationship between Architecture and the originary plane largely defines the characteristics of any project. Analyzing the ground floor of a building requires us to think about that relationship. The problems of this encounter are clearly visible in high rise buildings that have recourse to a low body to resolve said encounter. But the circumstances of the site are many and varied in many cases requiring a permeability that helps to formalize the ideal meeting place used in ancient times, this space for of relations demanded by any culture, and to which Architecture must respond.

FĂŠlix Solaguren-Beascoa

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INTRODUCCIÓN Seguramente el primer acto arquitectónico nazca por la necesidad de resguardo. Cuevas y refugios serían, además, lugares de encuentro. Pero el primer hecho arquitectónico lo representa el plano horizontal. La diáspora entraría en crisis y nacerían los asentamientos permanentes. Posteriormente aparecerían los recintos como elementos de defensa que centrarían la atención en el concepto de lugar, estabilizando definitivamente las relaciones y la civilización. El plano horizontal, el plano del suelo, además de ser un concepto abstracto es, en términos generales, la principal exigencia de toda construcción. Todo nace del suelo, todo se apoya en el suelo. La relación entre la arquitectura y el plano originario define en gran medida las características de todo proyecto. Analizar las plantas bajas exige reflexionar sobre esa relación. La problemática de ese encuentro es claramente visible en los edificios en altura que recurren a un cuerpo bajo para solucionar ese encuentro. Pero las circunstancias del emplazamiento son múltiples y variadas exigiendo en muchos casos una permeabilidad que ayuda a formalizar de manera idónea ese lugar de encuentro utilizado en la antigüedad, ese espacio destinado a las relaciones exigidas por toda cultura y a la que la arquitectura debe responder. Félix Solaguren-Beascoa

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PABELLÓN DE BAILE. 1967 Arq: Ola Laiho. Yläne, Finlandia. 8


Plano de emplazamiento Site plan

En 1955 los bomberos voluntarios del municipio de Yläne, en la costa sudoeste de Finlandia, encargan la construcción de una pequeña sala de baile en la zona de Valasranta. Esta sala, de planta octogonal (habitual en la zona en esa época), se sitúa en una pequeña bahía en el extremo sur del lago Pyhäjärvi. La bahía queda delimitada a norte por el lago y a sur por un frondoso bosque, por el cual se accede. Doce años después, le encargan a Ola Laiho ampliar la sala con una construcción anexa y una sauna. Los bomberos piden una edificación ligera, fácilmente extensible y muy vinculada al entorno inmediato. El proyecto parte de la formación de un suelo artificial, una plataforma elevada que establece una nueva “cota cero” donde fundar la ampliación. Frente a un terreno natural discontinuo y heterogéneo, formado por zonas de arena y las aguas del lago, el arquitecto opta por una construcción tipo palafito, es decir, apoyada en un conjunto de pilares o estacas sobre el agua. Con esta solución se pone de manifiesto una de las estrategias básicas de la modernidad: la desmaterialización de los elementos pesados de la arquitectura clásica y tradicional. En este caso, resulta de vital importancia en la entrega del edificio con el terreno. La solidez propia del zócalo y del basamento clásico -que garantizaban la horizontalidad y la estabilidad de los edificios antiguos- da paso al vacío y a la sombra de la plataforma moderna. Esta plataforma incorpora dos rampas en sus extremos que aseguran la continuidad con el suelo natural y facilitan la accesibilidad. Bastará la definición de un techo sobre ella para acabar de generar el espacio principal de la nueva sala de baile: un pabellón netamente aislado del suelo que persigue la visión dilatada y la apertura hacia el horizonte. Una estrategia opuesta a la sala de baile 9


existente, construida a partir de una forma cerrada, en la que no se busca la mediación con el terreno a través de un elemento intermedio. Definida la plataforma, Laiho procede a organizar la estructura de cubrición a partir de once pórticos de acero colocados transversalmente según una retícula cuadrada de 3,65m de lado. Ortogonalmente se coloca el entramado secundario de vigas de madera que soportan el techo. Revistiendo a los pórticos se dispone una subestructura que permite construir las fachadas y estabilizar el conjunto. Se trata de la carpintería que asume la imagen del pabellón, igual en sus cuatro caras. Esta carpintería continúa con el módulo de 3,65m y se subdivide verticalmente en cuatro tramos de 1m que integran la cornisa de la cubierta. Pese a la direccionalidad propia de las estructuras porticadas, el volumen se concreta como una construcción isótropa, además de modulada y transparente. El pabellón final es un volumen paralelepipédico elevado del terreno natural, sobre la orilla del lago y adyacente al octógono existente (futura cafetería del conjunto). Sus dimensiones respetan la retícula base: 10 módulos en el sentido longitudinal (36,5m) y 4 en el transversal (14,6m). Se relaciona con el edificio antiguo a través de un pequeño volumen de un módulo de lado y 2m de altura. Junto al camino de acceso, al oeste, se sitúa la sauna: una construcción independiente con una cubierta transitable que actúa como atalaya sobre el paisaje. El planteamiento estructural inicial permite liberar el interior del pabellón de baile de la presencia de cualquier soporte, propiciando su fluidez, que persiste hacia el exterior gracias al cerramiento transparente de la envolvente y a la continuidad de la plataforma. En el interior tan sólo las dependencias de servicio y los camerinos se cierran por completo, organizándose como cajas autónomas 1. El resto del espacio queda dominado por el suelo continuo de madera natural. El entramado de jácenas y vigas del techo y las oscuras carpinterías quedan en un segundo plano, haciendo del entorno el verdadero límite de la sala de baile. Con esta solución, el arquitecto convierte la bahía de Valasranta en la auténtica “planta baja” del conjunto. La plataforma elevada (suelo) y la cubierta (techo) no hacen más que demarcar ámbitos parciales dentro de un espacio más amplio delimitado por el bosque y el lago. La intervención consigue definir con precisión los elementos y las relaciones que hacen posible incorporar el lugar a la arquitectura que se está proponiendo. Berta Bardí i Milà y Daniel García-Escudero 1 Estas cajas no se construyeron tal y como fueron proyectadas. Una desaparece y la otra disminuye en superficie, tal y como demuestran las fotografías comparadas con la planta.

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Planta del conjunto: 1. Pabell贸n viejo; 2. Pabell贸n nuevo; 3. Sauna Groundfloor plan: 1.Old pavillion; 2. New Pavillion; 3. Sauna

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Planta, alzados y sección del pabellón Pavillion’s plan, elevations and section


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Arriba: Vista desde el lago; Abajo (izquierda a derecha): Estructura de p贸rticos de acero que pautan el espacio y las fachadas. - Sauna - Terraza Top: View from the lake; Bottom (left to right): Side view of the steel frames structure that guide the space and the fa莽ade carpentry- Sauna - Terrace


Rampa lateral de acceso y a la sala suspendida sobre el terreno Lateral access ramp to the room over the plot

Conexi贸n con el edificio existente Linking space to the existing building

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In 1955 the volunteer firemen of the town of Yläne, on the southwest coast of Finland, commissioned the building of a small dancehall in the Valasranta area. The hall, with its octagonal footprint—habitual in the area at the time—is situated on a small bay at the south end of Lake Pyhäjärvi. The bay is delimited to the north by the lake and to the south by dense woodland, through which one arrives. Twenty-two years later they commissioned Ola Laiho to extend the hall with an annexe and a sauna. The firemen requested a lightweight building, easily extendible and closely linked to the immediate surroundings. The design had its starting point in the formation of an artificial ground surface, a raised platform that established a new “level zero” on which to base the extension. Facing a discontinuous and heterogeneous natural terrain consisting of areas of sand and the waters of the lake, the architect opted for a stilthouse-type construction; that is, one supported on a set of piles or posts above the water. This platform incorporates a ramp at each end that guarantees continuity with the terrain. The defining of a roof over the platform was to be enough to generate the main space of the new dancehall: a pavilion clearly isolated from the ground that aimed at an extended open view towards the horizon. Once the platform was defined, Laiho proceeded to organize the structure on the basis of eleven steel porticos positioned transversally according to a square grid with a 3.65 m side. The secondary framework of wooden beams that support the roof was positioned orthogonally. By facing the porticos he arrived at a substructure that enabled the façades to be constructed and the whole entity to be stabilized. This was the carpentry, which assumed the image of the pavilion, identical on all four sides. This carpentry carried on with the module of 3.65 m and was subdivided vertically in four sections of 1 m that integrate the cornice of the roof. Notwithstanding the directionality typical of porticoed structures, the volume was consolidated as an isotropic, as well as modulated and transparent, construction. The final pavilion is a parallelepiped volume raised above the natural terrain, on the banks of the lake and adjacent to the existing octagon (the complex’s future café). Its dimensions respect the base grid: 10 modules in the longitudinal direction (36.50 m) and four in the transversal (14.60 m). It related to the old building through a small volume one module long and 2 m tall. Located next to the entrance pathway to the west is the sauna: an independent construction with a transitable roof that acts as a lookout point over the landscape. The initial structural plan enabled the inside of the dance pavilion to be free from the presence of any support, thus favouring its fluidity, which persists towards the outside thanks to the transparent outer wall of the wrapper and to the continuity of the platform. Inside, only the service facilities and the dressing rooms are completely closed off, being organized as autonomous boxes. The rest of the space is dominated by the continuous floor of natural wood. Then framework of roof girders and beams and the dark-coloured carpentry remain in the background, turning the setting into the true boundary of the dancehall. With this solution the architect turned the bay of Valasranta into the real “ground floor” of the complex. The raised platform (ground surface) and the roof (ceiling) do no more than demarcate partial areas within a more ample space delimited by the wood and the lake. The intervention managed to precisely define the elements and relationships that make it possible to incorporate the location in the architecture that is being proposed. Bibliografía - ”Tanssilavan laajennus”. Arkkitehti/The Finnish Architectural Review, Abril 1968, p.54. - ”Salle de reunions et bal Valasrante, Ylane”. Architecture d’Aujourd’hui, 1973, p. 20. - Kirmo Mikkola, [et al.]. Forma y estructura: el constructivismo en el arte moderno, en la arquitectura y en las artes aplicadas finlandesas. Madrid: Dir. Gral. Patrimonio Artístico, Archivos y Museos, 1980. [Exposición en Madrid del 18 sep. al 16 nov. de 1980]

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EDIFICIO PARA BANCA CATALANA. 1964-1968 Arq: Enrique Tous Carb贸 y Josep Maria Fargas Falp Paseo de Gracia 84. Barcelona 16


Vista aérea de situación del edificio. Aerial situation view of the building

El edificio que acogió inicialmente las oficinas de Banca Catalana –ahora Banco Bilbao Vizcaya- se encuentra situado en el Paseo de Gracia a escasos 50m de la Pedrera de Gaudí -ocupando el tercio central de la manzana vecina. Al aproximarse desde la acera el potente vaciado de la planta baja retiene la atención. El hueco, una insólita interrupción del continuo frente de fachada pétrea, es el resultado de retrasar el frente de puertas casi 6m respecto la alineación y de eliminar los apoyos verticales intermedios. La concavidad queda resaltada por el contraste con el cerramiento de muro cortina de las plantas superiores en el que se alternan elementos moldeados en polyester con módulos planos de vidrio reflectante. La solución estructural tiene como objeto favorecer la conexión del edificio con el paseo: la planta baja se beneficia de reducir el número de pilares a pie de calle y del desdoblar de la altura libre del vestíbulo en dos entreplantas. El suelo del porche exterior queda elevado 0’45m respecto la acera. La altura libre restante, unos 4’5m, permite desdoblar la planta e intercalar altillo y semisótano aumentado la superficie de acceso al público. El recurso contribuye a ampliar el dominio visual sobre el paseo desde el fondo del espacio –el exterior se hace presente mejor que si se hubiera mantenido la cota constante – tal como lo atestiguan las fotografías de Català-Roca. Mesas bajas, asientos y soportes de vegetación cuidadosamente dispuestos sustituyen a las barandillas en el canto de los forjados. El plano inferior de los techos recibe un tratamiento singular: se reviste con plafones de madera algunos de los cuales tienen un corte central en forma de cruz que permite alabear su superficie para abrir paso a la lámpara alojada en su trasdós. La estrategia se desvela en las secciones transversal y longitudinal- que además descubren un volumen construido mayor de lo que cabe esperar: con cuatro sótanos y dos áticos-. La reducción del número de pilares en la planta baja se consigue al apear en la primera planta la estructura de los pisos superiores mediante unas vigas tipo cercha

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de una planta de altura paralelas a la fachada. La interposición de la cercha, que en principio comprometería la distribución de la primera planta, se solventa con ingenio, de modo que los perfiles diagonales dejan un paso longitudinal libre de obstáculos y las divisiones interiores en este nivel van siempre en paralelo a la estructura, pero dejando los perfiles a la vista desde uno de los lados, lo que da un carácter distintivo a esta planta. En la crujía más ancha se sitúan las salas que requieren amplitud y en la menor el núcleo de comunicaciones verticales, aseos y algunos despachos interiores. La presencia del volumen a la calle se resume en un muro cortina que forma un lienzo de fachada de perímetro cuadrado, con ocho plantas de altura, autónomo respecto lo que sucede debajo y lo que sucede detrás y que contrasta cromáticamente con los vecinos. Encuadrado por un prominente marco de acero inoxidable queda subdividido en franjas horizontales correspondientes a cada piso, separados por bandas de chapa de cobre horizontales. Los módulos de vidrio se alternan con ligeros paneles de poliéster de 3 cm de grosor con aislante interior, modelados según la geometría de paraboloides, y contenidos por un discreto perfil de acero inoxidable. Como es habitual en los autores, todos los elementos del edificio responden a la disciplina de una pauta de dimensiones regular cuya referencia aparece claramente grafiada en todas las plantas: un tercio de 2’5m igual a 0’833 m que se corresponde bien con el ancho de una puerta y que da lugar a una retícula de referencia, en planta y también en altura. Respecto a ella se acuerda la luz de la estructura, el despiece de la fachada, la distribución de tabiques, los revestimientos interiores y la disposición y el diseño del mobiliario, etc. En la versión previa de mayo de 1964, tanto la estructura como las piezas de fachada de geometría paraboloide se contemplaban en hormigón armado y las plantas superiores se apeaban en seis grandes pilares de hormigón con ménsulas en la planta baja. De haberse construido la inicial solución pétrea la alusión gaudiniana se hubiera confirmado irresistible. Puede que los arquitectos se sintieran comprometidos por intervenir en el Paseo de Gracia, a pocos metros de la casa Milá. Hay quien considera que la crítica local de esos años a favor “del nuevo realismo” tenía a los arquitectos abrumados y quizás vieran la ocasión de demostrar una más amplia capacidad de respuesta. Aparte de eso, resulta paradójico que, a pesar de la aparente coerción que se imponen los arquitectos a sí mismos con la disciplina modular, el tresbolillo de la disposición de los elementos del muro cortina se avanza a las soluciones ahora habituales en las que las aberturas se desmarcan de la alineación vertical. Cristina Gastón

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Plantas del edificio: semis贸tano, baja y primera Building floors: basement, groundfloor and first floor

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Izquierda : Secci贸n del edificio ; Derecha: Esquema del p贸rtico de estructura Left: Building section ; Right: Structural frame sketch


Vest铆bulo de acceso - continuidad espacial con la calle Acces hall - spatial continuity of the street

Escalera de conexi贸n entre las plantas baja, altillo y semis贸tano Connection stairs between groundflor, mezzanine and basement

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Vista desde la planta baja al altillo View from groundfloor to mezzanine

Vista desde la planta baja a la semis贸tano a trav茅s de la escalera View from groundfloor to basement through the stairs

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The building that initially housed the offices of Banca Catalana—now Banco Bilbao Vizcaya—is situated on Paseo de Gracia some 50 m from Gaudí’s La Pedrera building, occupying the middle third of the adjacent city block. When approaching from the pavement the manifestly empty look of the ground floor grabs the attention. The opening, an unusual break in the continuous “hard” façade, is due to moving the front doors 6 m back in terms of the alignment and to eliminating the intermediary vertical supports. The concavity is emphasized by its contrast with the curtain wall frontage of the upper floors, in which components moulded in polyester alternate with flat modules of reflective glass. The structural resolution sets out to privilege the building’s connection with the avenue: the ground floor benefits from reducing the number of pillars at street level and from doubling the clearance of the lobby in two mezzanine floors. The floor of the outside porch is raised 0.45 m above the pavement. The remaining clearance, some 4.50 m, permits the floor plan to be doubled and a mezzanine and semi-basement to be inserted, thus augmenting the area of access to the public. This resource helps increase visual command of the avenue from the far end of the space—the exterior becomes more present than if a constant ground level had been maintained—as Català-Roca’s photographs demonstrate. Low tables, seats and carefully arranged plant holders take the place of handrails on the edge of the floor slabs. The underneath of the ceilings is handled in a striking manner: they are faced with wooden panels, some of which have a central incision in the form of a cross that enables their surface to be warped to make way for the inset light. The strategy is shown in the cross- and longitudinal sections—which, moreover, reveal a volume that is better built than one might expect, with four basements and two penthouses. The reduction in the number of pillars on the ground floor is arrived at by shoring up the structure of the upper levels on the first floor. The shoring consists of inserting, at the height of the first floor, a truss with the entire floor-to-ceiling height in each portico parallel to the façade. This rests on the party-wall pillars and on the single central pillar, which divides the span into two and three parts. The insertion of the truss, which in principle would complicate the distribution of the first floor, is resolved ingeniously. On the one hand, it is designed in such a way that the diagonal profiles leave a longitudinal passageway that is free of obstacles, and on the other, the interior divisions on this level are always parallel to the structure, yet leaving the profiles visible from one of the two sides, thus giving a distinctive appearance to this floor. Situated in the widest bay are the rooms that need space and in the narrowest the vertical communications core, toilets and a number of interior offices. The volume’s street presence is down to a curtain wall that forms a square-shaped frontage, eight floors in height, which is autonomous in relation to what is both below and behind it, and contrasts chromatically with its neighbours. Contained within a prominent stainless-steel frame, it is subdivided into horizontal bands, corresponding to each floor, separated by horizontal strips of copper sheeting. The glass modules alternate with 3 cm-thick lightweight panels of polyester with interior insulation, modelled according to the geometry of paraboloids and contained within a discreet profile of stainless steel. As is customary with these architects, all the features of the building keep to a standard sizing, whose frame of reference is clearly inscribed on each floor: one-third of 2.50 m, 0.833 m, which accords well with the width of a door and gives rise to a basic grid, both in plan and in height. The span of the structure is arrived at in accordance with it, as is the segmentation of the façade, the layout of partition walls, the interior facings, and the placing and design of the furniture, etc. In the earlier version of May 1964 both the structure and the paraboloid façade components were envisaged in reinforced concrete and the upper floors were supported on six big concrete pillars with brackets on the ground floor. If the initial “hard” idea had been built the Gaudí allusion would have proved irresistible. It may be that the architects felt awkward about intervening on Paseo de Gracia, just a few metres from Casa Mila. There are those who consider that the local critical opinion of the time in favour of the “new realism” proved oppressive to the architects and that they perhaps saw an opportunity to demonstrate greater latitude when it came to responding. Apart from that, it is paradoxical that, despite the apparent discipline the architects imposed upon themselves with the modular system, the quincunx-type layout of the components of the curtain wall moves in the direction of now-habitual solutions in which the openings are out of line with the vertical alignment. Bibliografía - Domènech, L. Arquitectura Española Contemporánea, Ed. Blume. Barcelona 1968, pp.204-207. - Serrano Freixas, Angel. Un edificio diseñado: Banca Catalana, de Tous y Fargas, Cuadernos de Arquitectura, 70, Barcelona 1967, pp. 24-29. -“Banca di Catalunya”, Hogar y Arquitectura, 78, Madrid, octubre 1968, pp. 15-25.

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EDIFICIO GIRASOL. 1964-1966 Arq: José Antonio Coderch de Sentmenat C/Lagasca esq C/José Ortega y Gasset. Madrid 24


Fotoplano de situación con el Paseo de la Castellana a la izquierda Aerial situation view with the Paseo de la Castellana in the left side

El basamento siempre ha sido cuestión importante en el proyecto de arquitectura. El lugar donde el edificio se entrega con el suelo, como el remate, su opuesto, son partes singulares que tienen una especial incidencia en su forma. Aquí es donde el edificio se relaciona con la ciudad, se emplazan los diferentes accesos y se localizan ciertas funciones específicas. Un basamento de explícita expresividad formal es premisa compartida por muchos edificios de reconocido valor arquitectónico a tenor de los anteriores argumentos. El edificio residencial que proyecta Coderch para una inmobiliaria en la madrileña calle de Lagasca ocupa la finca del palacete de Francisco Silvela construido el año 1898 y se reconoce por su especialísima morfología derivada de una singular planta. El solar forma esquina con dos fachadas de muy diferente longitud y está condicionado por una limitada profundidad edificable. Esta atipicidad parcelaria sugiere al arquitecto “dar la vuelta a la planta” con lo que el estrecho patio de manzana desaparece para transformarse en unas expresivas penetraciones del espacio viario siguiendo la directriz diagonal de la buena orientación. El resultado son unas viviendas urbanas con unas magníficas condiciones de zonificación y privacidad más propias de la residencia unifamiliar, impensables en las usuales tipologías urbanas. La organización de la planta comporta un sistema de accesos verticales individuales para cada vivienda, como ya había experimentado en Barcelona el año 1957 en la casa de la calle del Compositor Bach. El ascensor principal se coloca en el ámbito central de la planta y el secundario se une a la escalera de servicio con lo que la vivienda se libera de los cruces en sus circulaciones internas. La disposición en planta de las viviendas y de sus elementos de acceso requiere un espacio exclusivo a nivel de la primera planta que es otra referencia inequívoca de este singular proyecto. Se trata de un vestíbulo ajardinado, un espacio cubierto y abierto sobre la calle a modo de un porche de notables dimensiones, un lugar tranquilo que relaciona

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los puntos de acceso desde la calle con los núcleos verticales de las diferentes viviendas, y los locales comerciales situados a un nivel inferior, solución también atípica que busca optimizar el uso comercial de las plantas próximas a la calle tal como el estatus comercial del barrio aconseja. El basamento juega un papel decisivo en la expresividad formal del edificio Girasol al estar formado por el cerramiento alternado de

las tiendas a nivel de la calle a la que se superpone la línea de

sombra del espacio cubierto de la planta entresuelo. Este conjunto impone una fuerte horizontalidad sobre la que flotan los volúmenes retranqueados de las viviendas en una composición de inequívoca verticalidad, que se acentúa con la forma y disposición de sus terrazas escalonadas, ventanales, protecciones y demás elementos que componen cada agrupación vertical de viviendas. El sentido de la composición se refuerza con la disposición de los espacios exteriores a los que se abocan las viviendas y que se prolonga hacia el subsuelo para iluminar la calle de acceso a los locales comerciales. Este interesante espacio libre de carácter privado que forma parte del basamento del edificio se trata a modo de jardín interior con plantas, bancos y láminas de agua, accediéndose al mismo desde las dos calles y desde las plantas de garaje mediante unas escaleras exteriores siendo el lugar idóneo donde ubicar la conserjería del edificio y los vestíbulos de acceso a las viviendas. Nos encontramos ante un modelo recurrente en la arquitectura residencial del arquitecto Coderch que se repite en el edificio Monitor, construido en la misma época en Barcelona, en la Vía Augusta esquina Amigó. En este edificio

los locales comerciales se

sitúan en planta baja señalando la esquina el acceso al magnífico porche ajardinado, que siguiendo una solución similar a la adoptada en Madrid da entrada a las viviendas y a las tiendas y locales. Las entradas de servicio y al garaje se separan claramente, realizándose por la calle Amigó a una cota inferior. Una sobria y elegante escalera

comunica estos dos niveles facilitando el acceso al edificio. El proyecto de Coderch para Barcelona visto en su con-

junto no es tan brillante como el que firmó en Madrid, sin embargo el basamento del edifico Monitor adquiere un inusitado interés puesto que el arquitecto aprovechó la notable pendiente de la calle Amigó y el importante retranqueo que la planta adopta para mejor entregarse con su vecino, el magnífico edificio del arquitecto Francesc Mitjans construido nada menos que en el año 1941.

Jaume Sanmartí

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A

Viviendas Dwellings

sección A section A

Vestíbulo (planta 1) Lobby (1st floor) Calle Lagasca Lagasca street

Comercio (calle) Shop (street) Calle interior Inner street

Comercio (sótano) Shop (basement)

Planta de acceso (1a) - Planta de viviendas - Esquema de sección del zócalo por un patio Access floor (1st) - Dwellings floor - Scheme section of the basement through a courtyard

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Entrada desde la Calle Lagasca Acces from Lagasca Street

Vista en el porche hacia la escalera de servicio en Lagasca Porch view looking towards service stairs in Lagasca

Vista desde el interior del porche hacia la conserjería Inner view of the porch towards the porter’s lodge

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Primer patio y calle comercial del s贸tano vistos desde la calle Lagasca First courtyard and shopping street in the basement from Lagasca street

Izq: Z贸calo desde Ortega y Gasset; Der: Vista del s贸tano comercial Left: Basement from Ortega y Gasset; Right: Shopping basement view

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Edificio Monitor, en Barcelona. Basamento, acceso, y el edificio de Mitjans Monitor Building, in Barcelona. Basement, access and Mitjans building.

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The plinth has always been an important issue in the designing of architecture. The place in which the building yields to the ground, in a similar way to the crown, its opposite, are exceptional parts of the building that have a special impact on its form. Here is where the building makes contact with the city, where the different entrances are sited, and a number of unique functions are located; for the reasons stated above, a plinth with an explicit formal expressiveness is a premise shared by many buildings of recognized architectural value. The apartment building Coderch designed for a property company in Calle de Lagasca in Madrid occupies the grounds of Francisco Silvela’s mansion built in 1898 and is known for its very special morphology, deriving from a singular floor plan. The land lot is on a corner, with two façades of very different length, and is conditioned by a limited depth available for building. To the architect the atypical quality of the plot suggested the idea of “turning the floor plan round,” due to which the narrow city-block courtyard disappears and turns into expressive openings of the road space, following the diagonal directrix of the good orientation. The result is a group of urban apartments with the magnificent zoning and privacy typical of the single-family house, unthinkable in usual urban typologies. The organization of the floor plan involves a system of vertical individual entrances for each apartment, as had already been tried out in Barcelona in 1957 in the house in Calle del Compositor Bach. The main lift is positioned in the central area of the floor and the secondary lifts forms part of the service stair, due to which the apartment is free of intersections in its internal circulations. The layout in plan of the apartments and their basic elements of access calls for an exclusive space at first-floor level, which is another unequivocal point of reference in this outstanding design. This is a landscaped lobby, a covered open space over the street akin to a porch of notable size, a tranquil spot that relates the point of access from the street to the vertical cores of the different apartments, and to the shops situated on a lower level, a likewise atypical solution that aims to optimize the commercial use of the floors near to the street, as the commercial status of the neighbourhood advises. The plinth plays a decisive part in the formal expressiveness of the Girasol Building by being formed of the alternate walling of the shops at street level, to which is added the shadow line of the covered space of the mezzanine floor. This pairing imposes a strong sense of horizontality, above which float the tiered volumes of the apartments in a composition of unequivocal verticality, which is accentuated by the shape and layout of its overlapping terraces, picture windows, protective features and other elements that go to form each vertical grouping of apartments. The sense of composition is reinforced with the layout of the external spaces onto which the apartments give and which is prolonged vertically towards the substratum in order to illuminate the commercial premises by means of alternating English patios. The interesting private open space that forms part of the building’s plinth is treated as an interior garden with plants, benches and reflective pools, with access to this from the street and from the garage levels provided by external stairs; this being the ideal spot to site the porter’s office and the entrance areas to the apartments We are in the presence of a recurring model in the residential architecture of Coderch, one repeated in the Monitor Building, constructed during the same period in Barcelona on Vía Augusta at its intersection with Calle Amigó. In that building the shops are located on the ground floor, with the corner stressing the entrance to the magnificent landscaped porch, which, following a solution similar to the one adopted in Madrid, gives access to the apartments and the service entrances of the shops and premises. The service and garage entrances are clearly separated, materializing further down Calle Amigó. A sober and elegant stairway connects these two levels, thus facilitating access to the building. Taken as a whole, Coderch’s design for Barcelona is not as brilliant as the one he put his name to in Madrid—however, the plinth of the Monitor Building assumes a certain amount of interest due to the fact that the architect made use of the notable slope of Calle Amigó and the significant setback the plan adopts so as to yield all the better to its neighbour, the magnificent building by the architect Francesc Mitjans built in 1941, no less. Bibliografía - A.Capitel y J Ortega. JA Coderch. Xarait ediciones 1978 - Enric Soria. Coderch de Sentmenat. Conversaciones. Editorial Blume 1979 - Carles Fochs. Coderch. Editorial G.Gili 1989 - A.Armesto; R.Díez. José Antonio Coderch. Ed. Belloch. Santa y Cole 2008

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PALAU DE LA VIRREINA. 1772-1777 Mestre d’obres Josep Ausich/Escultura: Carles Grau La Rambla, 99. Ciutat Vella. Barcelona 32


Fotoplano de situación junto a las Ramblas y el mercado de la Boquería Aerial situation next to las Ramblas and the Boquería market

El siglo XVIII representó para la ciudad de Barcelona un período de transformaciones importantes lo cual la convirtió, a partir del primer tercio de siglo XIX, en una ciudad moderna. La urbanización de la Rambla fue promovida por las autoridades militares siguiendo el modelo francés siguiendo un plan de alineaciones con un paseo central arbolado. La construcción del palacio se inició en el año 1772 previo el derribo de las anteriores edificaciones manteniendo la misma ocupación. En 1840 la alineación edificatoria de la Rambla se avanza 9m debido a la construcción del conjunto de la plaza-mercado de Sant Josep, apareciendo en consecuencia el singular vestíbulo urbano retrasado respecto a la nueva alineación que proporciona notoria singularidad al edificio. El eje del pasaje de la Virreina, colateral con la plaza Sant Galdric, se proyecta en el mismo sentido: a lo largo del propio pasaje interior que atraviesa la planta baja hasta llegar a la antesala que se suma a la Rambla. Esta permeabilidad de la planta baja de paso público influyó tanto en la proximidad del mercado como en la potenciación y revalorización de las tiendas que había en su interior. El recorrido a través de la planta baja del Palau de la Virreina atraviesa longitudinalmente el edificio atravesando los dos patios de diferente dimensión y significado que componen un variado e interesante escenario incorporando partes singulares del interior del edificio, en un contraste entre la luz natural que reciben los patios y la sombra de la zona cubierta con forjados de bóveda de arista. Es interesante señalar el encuentro entre la penumbra horizontal que parte del acceso principal y la luz cenital que aporta el patio grande, compuesto con aberturas sencillas y elegantes columnas. Los dos patios interiores del Palau tienen un diferente carácter. 33


El patio de mayor dimensión muestra su condición de gran centralidad tanto por sus dimensiones como la calidad de su iluminación natural.Las esquinas tienen sus ángulos redondeados en planta baja y en el nivel correspondiente a la galería quedando enfatizados con los relieves del Virrey. El patio pequeño tiene una composición más habitual en la arquitectura vernácula, con un lenguaje mucho más sencillo, por su propia condición y utilidad.Este contraste que se percibe en el tratamiento de los patios debido a su diferente carácter se repite cuando analizamos la composición de las dos fachadas, la fachada principal a la Rambla y la posterior a la plaza de Sant Galdric, y en este sentido es interesante señalar que el acceso desde la Rambla coincide con el eje de simetría de la fachada principal, mientras que es asimétrico en la fachada posterior. En el pasaje abovedado, próximo al patio grande se encuentra una escalera con doble arranque, con bóvedas y arcos conopiales que realzan el recorrido de la planta baja. La escalera se halla situada simétricamente en los laterales del pasaje interior de donde parten los dos arranques que se fusionan en la planta noble en un solo tramo, el cual coincide con el punto central de la anchura del pasaje. Esta escalera es un elemento importante que armoniza con la notoriedad el patio principal y que configura un cuadrado con el patio y la propia escalera. La planta baja de este palacio actúa como una extraordinaria articulación entre dos espacios públicos, como son la Rambla y el Pasaje de la Virreina que desemboca y se funde con la plaza Sant Galdric. Este pasaje interior del palacio que se incorpora al sistema de espacios públicos de la ciudad es un ejemplo único en la arquitectura civil de este período. Nos encontramos frente un recorrido que muestra unas secuencias espaciales atractivas gracias a la permeabilidad de la planta baja del edificio cuyo recorrido nos aporta percepciones contrastadas entre la luz y sombra, una perspectiva frontal donde se perciben los exteriores de la calle al fondo de la misma y la escalera que se insinúa con el ensanchamiento del patio principal. Un conjunto monumental próximo que exhibe unas características similares al Palacio de la Virreina tanto por la ambivalencia como por la permeabilidad urbana de su planta baja, es el Antiguo Hospital de la Santa Creu. El edificio se encuentra entre las adyacentes calles del Carme y Hospital, uniéndose ambas calles a través del antiguo claustro y convertidos en los jardines de Rubió i Lluch, un espacio que la ciudad también ha hecho suyo como espacio de paso, de estancia o al servicio de los diferentes edificios públicos que ahora ocupan tan venerable institución. Joan Curós

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Planta noble del palacio Palace main floor

Planta baja del palacio Palace groundfloor

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Secuencia espacial desde el acceso en las Ramblas hasta el patio principal Spatial sequence from the entry at Ramblas till the main courtyard

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Secuencia espacial del patio principal al paso posterior a la plaza Sant Galdric Spatial sequence from the main courtyard till the rear exit to Sant Galdric square

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Antiguo Hospital de la Santa Creu Old Santa Creu’s Hospital

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The 18th century represented a period of major changes that turned Barcelona into a modern city from the first third of the following century onwards. In this context the military authorities adopted the French model for the urbanization of the Rambla in following a plan of alignments with a central tree-lined walkway. Following demolition of the earlier building, construction of the palace began in 1772, keeping to the same footprint. In 1840 the alignment on the Rambla was brought forward by 9 m on the occasion of the construction of Plaça Sant Josep and the market, resulting in a striking urban vestibule that is set back in relation to the new alignment, a circumstance that gives the building its positive singularity. The axis of the Passatge de la Virreina, adjacent to Plaça Sant Galdric, is prolonged along the interior passage crossing the ground floor until arriving at an exterior space which, like an anteroom, joins the Rambla. The permeability of the ground floor is largely explained by the proximity of the market and effectively plays its part in the survival and revaluation of the shops located within. This ground-floor route crosses the building longitudinally, incorporating the interior courtyards of different size and meaning. The larger of the two courtyards demonstrates its centrality through its size as well as the quality of its natural lighting. The organization of the piano nobile is logically subordinate to the same. The corners have their angles rounded on both the ground floor and the level corresponding to the gallery, being emphasized by the Viceroy reliefs. The smaller courtyard displays the habitual composition of the local architecture, utilizing a simpler language on account of its specific condition and utility. In the interesting itinerary incorporating the singular parts of the building, the visitor perceives the encounter between the semi-dark horizontal plane that emerges in the main entrance and the bright vertical illumination that bathes the main courtyard, consisting of simple openings and columns, a spatial sequence made all the more magnificent by the splendid proportions of its constituent elements. The contrast perceived in the treatment of the courtyards, due to their different character, recurs when we analyze the composition of the two façades, the main façade on the Rambla and the rear one on Plaça Sant Galdric, and in that respect it is interesting to point out how the entrance door from the Rambla coincides with the symmetrical axis of the main façade, while on the rear façade it is asymmetrical. Adjacent to the main courtyard we find a double vaulted stairway that lends solemnity to the tour of the ground floor, being located symmetrically on the sides of the interior passage and converging on the piano nobile in a single flight situated in the centre of the passage. The ground floor of this palace felicitously articulates two public spaces, the Rambla and the Passatje de la Virreina, which runs into and becomes one with Plaça Sant Galdric. This interior palace passage, which is incorporated in the system of public spaces in the city, sets an example in the civic architecture of this period. It offers a tour with some very attractive spatial sequences thanks to the permeability of the building’s ground floor, whose itinerary presents us with contrasting perceptions of light and shadow and some frontal perspective views with exteriors in the background, as well as the magnificent stairway that makes its appearance in the wide part of the main courtyard. Near the Palau de la Virreina there is a monumental complex with similar characteristics, due to its ambivalence and the urban permeability of its ground floor: the Antic Hospital de la Santa Creu. The building stretches between Carrer del Carme and Carrer de l’Hospital, linking the two streets via the onetime cloister and its adjacent spaces. This is another space the city has made its own as a spot for passing through or lingering in, or in the service of the different public buildings that now occupy such a venerable institution. Bibliografía - AAVV. El Palau de la Virreina. Ajuntament de Barcelona. Barcelona, 1995 - FLORENSA FERRER, A. El Palacio de la Virreina del Perú en Barcelona. Ajuntament de Barcelona. Barcelona, 1961.

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ROLEX LEARNING CENTER. 2011 Arq: SANAA, Kazuyo Sejima, Ryue Nishizawa Lausanne, Suiza. 40


Fotoplano de situación Aerial situation plan

¿Planta baja?, ¿estamos ante un edificio de planta baja?, ¿se trata de un edificio de una sola planta?, ¿es una planta baja elevada?. Es difícil responder a estas preguntas sin antes analizar la definición de planta baja. El término “Planta baja” define un vínculo con el lugar, viene a referirse a la parte del edificio que toca con el suelo, con la cota 0, con la cota del transeúnte y es en ella donde se establecen los contactos con la topografía y se definen normalmente los accesos al edificio, poniéndolo en relación con el contexto circundante. “Planta baja” es el lugar donde se producen gran parte de los nexos físicos entre el interior del edificio y lo que queda fuera de él. “Planta baja”, no es una planta cualquiera, sino aquella que cuenta con todas las especificidades que conlleva la conexión del edificio con el espacio público. Sin embargo, ese lugar de relación no siempre coincide con el término “planta” como acostumbra a ocurrir en edificios de geometrías euclidianas. En el edificio de SANAA no podemos identificar claramente el concepto de planta, de corte horizontal, pues estamos frente a una abstracción geométrica, un modo

inhabitual de repre-

sentación del espacio no aplicable en geometrías como la que nos ocupa. Las plantas que dibuja SANAA utilizan las técnicas de representación de la cartografía topográfica, definiendo unas curvas de nivel representadas a intervalos de alturas sucesivas. Hablar de planta baja puede ser adecuado para ciertas arquitecturas donde impere la ortogonalidad y la superposición de planos horizontales. Sin embargo en el caso que nos ocupa la relación del edificio con su entorno se desarrolla a través de múltiples y matizados mecanismos. 41


El Rolex Learning Center es un equipamiento universitario que alberga un programa variado (biblioteca, sala de usos múltiples, oficinas, cafeterías y un restaurante) y que nace con la voluntad de convertirse en punto de encuentro del campus. Para ello se dispone en una posición central un espacio de planta rectangular de medidas 166,5 x 121,5 m. que se moldea, se ondula, y se agujerea hasta conseguir liberar pasos a su través creando diversos espacios de acceso y relación. Estos espacios

confluyen en el vestíbulo general del edifico que se

ubica precisamente en la parte central. Esta fluidez espacial, de suaves transiciones, unida a la luz natural otorgada por sus múltiples patios, da lugar a un espacio vestibular, a veces cubierto a veces al aire libre, de insólita expresividad. Cabe remarcar que este edificio de gran complejidad espacial y formal se inscribe deliberadamente un sencillo rectángulo que increíblemente delimita una masa ondulante que parece haberse solidificado a partir de un estado anterior, semilíquido y deformable. Las distintas partes del programa que conforman el espacio interior se distribuyen aprovechando las depresiones y elevaciones topográficas a modo de valles y colinas, sutilmente sectorizadas para conseguir un espacio fluido, abierto, accesible y continuo. Mediante diversos patios se aligera la extensa masa construida

asegurándose

la iluminación y ventilación con el exterior.

Dos forjados de tipologías muy distintas definen estructuralmente el edificio. El primero es una doble losa ondulada hueca de hormigón armado de gran canto que cubre luces de 80 m, mientras que la cubierta es un forjado metálico ligero apoyado sobre esbeltos pilares de acero dispuestos configurando una malla de 9 x9 m. que descansan sobre la gran losa inferior. Si bien no podemos hablar de “planta baja” en sentido convencional, sí podemos afirmar que se trata de un edificio que retoma un clásico y gran tema de la historia de la arquitectura, el contacto con el suelo, haciendo de ello uno de sus principales temas de investigación formal. En este sentido es fácil imaginar una lectura del mismo enlazándolo con algunas obras paradigmáticas del siglo XX (desde Le Corbusier a Rem Koolhas) donde las plantas bajas, sean sobre pilotis o no, constituyen toda una declaración de intenciones y una parte fundamental del proyecto. Gustau Gili

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Plantas de acceso y superior Access and upper floor

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Vistas a travĂŠs de la planta de acceso Views trought the ground floor


Vistas interiores del edificio Building inner views

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Ground floor? Are we before a ground-floor building? Is this a building with a single floor? Is it a raised ground floor? It’s hard to reply to these questions without first analyzing the definition of a ground floor. The term “ground floor” defines a link with the location, it refers to the part of the building that touches the ground, at zero level, at the level of a passer-by, and it is in it that contact with the topography is established and the entrances to the building are normally defined, placing it in a relationship with the surrounding context. “Ground floor” is the spot where many of the physical nexuses are produced between the interior of the building and what remains outside of it. “Ground floor” is not just any floor—it is the one that has all the specificities involved in the connection of the building with public space. All the same, this place of relation does not always coincide with the word “floor,” as usually occurs in buildings with a Euclidian geometry. In the SANAA building we cannot clearly identify the concept of a floor of a horizontal kind since we are in the presence of a geometric abstraction, an unusual mode of representation of space that does not apply in geometries such as the one before us. The floors SANAA designs use the techniques of representation of topographical cartography, defining contour lines represented at intervals of successive heights above sea level. To speak of a floor may be appropriate for certain architectures governed by orthogonality and the superimposing of horizontal planes. However, in the case before us the relationship of the building to its surroundings develops through many nuanced mechanisms. The Rolex Learning Center is a university facility that houses a varied programme (library, multi-use hall, offices, cafeterias and a restaurant) and is born with the aspiration to become an on-campus meeting place. Consequently, it has a centrally positioned space with a 166.50 x 121.50 m rectangular plan that is moulded, undulated and holed to make room for passageways across it, thus creating different spaces of access and intercommunication. These spaces converge in the building’s general lobby, which is right in the middle of it. This spatial fluidity, with its gentle transitions, plus the natural light provided by its many patios, gives rise to a vestibular space, at times roofed, at other times open-air, of unwonted expressiveness. It is worth pointing out that the great spatial and formal complexity of this building is deliberately inscribed within a simple rectangle that, incredibly, delimits an undulating mass that seems to have gone solid following a semi-liquid and deformable earlier state. The different parts of the programme that go to form the interior space are distributed by making use of topographical depressions and elevations, akin to valleys and hills, which are subtly divided into sectors to arrive at a fluid, open, accessible and continuous space. The extensive built mass is made lighter by different patios, thus guaranteeing illumination and ventilation with the outside. Two floor slabs of very different typologies define the building in structural terms. The first is a very long, undulating, hollow double decking of reinforced concrete with spans of 80 m, while the roof is a light metal slab supported on slender steel pillars laid out in a 9 x 9 m grid that rest on the vast lower decking. Although we cannot speak of a “ground floor” in the conventional sense of the word, we can say that this is a building that revives a classic, major issue in the history of architecture, a building’s contact with the ground, turning it into one of its main themes of formal investigation. In that sense, it is easy to imagine a reading of the building linking it to some paradigmatic works of the twentieth century (from Le Corbusier to Rem Koolhas) in which the ground floors, on pilotis or not, amount to a declaration of intent and a fundamental part of the design. Bibliografía - El Croquis, num. 155, SANAA 2008-2011 - 3D Video de Wim Wenders: “ If buildings could talk” Biennale di Venezia II http://youtube.com/cYA8Tykc6Bc

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DISPENSARI ANTITUBERCULÓS. 1934-1937 Arq: J.L.Sert, J.Torres Clavé y J.B.Subirana-GATPAC Passatge Sant Bernat, 10. El Raval, Barcelona 48


Situación en el barrio del Raval Building position at Raval’s neighborhood

El “Dispensario Antituberculoso” de Ciutat Vella en Barcelona puede considerarse como una de las obras más representativas del Movimiento Moderno en Catalunya. Proyectado en 1934 por los miembros del GATCPAC: Josep Lluis Sert, Josep Torres Clavé y Joan Baptista Subirana, a partir de un encargo de la Generalidad de Cataluña republicana, incorpora aspectos fundamentales de la modernidad. Como mostró el GATCPAC en su participación en el IV Congreso del CIRPAC, el Distrito V (Ciutat Vella) de Barcelona era el de mayor densidad de las 31 ciudades estudiadas lo que explicaba, entre otras cosas, la existencia de epidemias de tuberculosis, motivo por el cual este edificio se incluyó en el plan republicano de nuevos equipamientos. La ordenación general refleja el doble objetivo: creación de un edifico funcionalmente referencial y liberar espacio en un barrio muy congestionado sin que el entorno inmediato perdiera su carácter. Un edificio “en L” con dos cuerpos de distinta configuración recogen un gran patio central desde donde se accede al edificio y que, formando parte del sistema urbano, puede ser atravesado dando continuidad a la red de recorridos peatonales que lo ligan estrechamente al lugar. El cuerpo longitudinal acoge la atención a los enfermos, mientras que el frontal se destina a la prevención y divulgación. La vivienda de portería, planteada como volumen aislado, tiene un papel clave al centrar de forma equilibrada la entrada al patio, completando el conjunto. La propuesta arquitectónica respondía a un estudio médico pionero dirigido por el Dr. Luis Sayé, e incorpora a su vez unos planteamientos constructivos y formales totalmente nuevos, resueltos con un grado de madurez, coherencia y equilibrio destacables. Se aprecia en todos sus aspectos, pero se hace especialmente evidente en la resolución de la planta baja. La estructura metálica porticada y la fachada no portante, sino suspendida, permiten una composición acorde con los postulados modernos. Se concibe el edificio como un volumen que flota visualmente, apoyándose levemente en unos pilares de planta baja, quedando liberada de la geometría general del edificio y pudiendo cerrar el espacio según sus propias exigencias. En sintonía con ello, la envolvente del edificio referida a la estructura adopta una situación particular en la planta inferior. La fachada 49


en las plantas altas se apoya en los extremos de los voladizos, pasando por delante de la estructura, mientras que en la baja se mueve libremente en relación a ésta, dejando algunos pilares exentos. Ello permite diferenciar ambas partes y enfatizar el contraste entre la rotunda volumetría de la parte superior y el movimiento más libre de los cerramientos en la planta baja, independizándose de la estructura, variando la proporción y carácter de los porches, y creando los accesos y espacios específicos como la garita del conserje, los aseos u otros servicios. Una acertada elección de los materiales realza la composición del edificio. La imagen de solidez y unidad del volumen superior contrasta con la de la planta baja que se esfuerza por desaparecer visualmente. Este efecto se logra con el uso de materiales mates y por la disposición de las carpinterías y cristales en el plano exterior de fachada arriba, mientras que en la planta baja los pilares se pintan de color oscuro, las paredes se revisten con piezas cerámicas de pequeña dimensión, brillantes y también oscuras y las partes acristaladas son totalmente transparentes, reforzándose el efecto de sombra que produce el vuelo del primer forjado. Se consigue con ello despegar visualmente la planta baja del volumen superior. Debemos señalar un punto crítico del proyecto y a la vez parte fundamental de su éxito. Nos referimos a la parte de forjado que une ambas fachadas y que tiene una incidencia formal mucho mayor de lo que inicialmente podría parecer. Por un lado pertenece al volumen superior definiéndolo inferiormente y por otro es el elemento que cubre la planta baja y, junto con el plano del suelo, es la superficie contra la que se entregan los cerramientos inferiores. Y es justamente en este el punto donde la maestría de los autores se muestra en toda su magnitud, ofreciendo abundantes y acertadas soluciones para un problema en aquellos momentos inédito, sin repertorio de soluciones procedentes de arquitecturas anteriores. La observación detallada de cómo el plano de la fachada superior gira para convertirse en el techo del porche, y como ello va ocurriendo de manera diversa en las distintas partes del edificio, incluidas aquellas en las que no hay porche, muestra la claridad y conciencia con que se desarrolló el proyecto. Es posible distinguir la situación de esta arista a lo largo de todo el edificio, excepto en los volúmenes que contienen las escaleras, donde los planos verticales se prolongan con rotundidad hasta el suelo, sin ningún tipo de distracción ni duda. La planta baja del Dispensari muestra gran variedad de situaciones resueltas con brillantez. Situados en el espacio de acceso, el porche de la vivienda aparece libre, mientras que el del cuerpo longitudinal muestra toda la variedad de casos que demanda el programa; en el cuerpo frontal en cambio no hay porche en la fachada al patio, aunque si lo hay en la parte posterior. Sin embargo, como hemos dicho, no hay la menor duda sobre qué se pretende y cuales son las estrategias necesarias para conseguirlo. En este magnífico edificio los arquitectos elaboraron un lúcido repertorio de soluciones de las cuales mucha arquitectura posterior es deudora. Josep Maria Fort

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Plantas: baja y primera y secci贸n por la sala de actos Groundfloor, first floor and section across the conferences hall

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Calle Torres i Amat Torres i Amat street

Fachada a la calle Torres i Amat Street faรงades to Torres i Amat

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Fachada posterior Rear faรงade

Fachada principal al espacio de acceso Main facade to the access space

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Detalle del porche en planta baja Detail of the ground floor porch

Pasillo de consultorios Corridor to the doctor’s offices Bibliografía - “GATCPAC. 1928-1939. Una nova arquitectura per a una nova ciutat”. Ed. COA de Catalunya i MHCB. (versió català-anglès). - FORT, Josep M. “Dispensario Antituberculoso, Barcelona”. Artículo en: DISEÑO INTERIOR Nº 23. MARZO 1993. Pàg. 64-75. - PIZZA, A. “Dispensario antituberculoso de Barcelona, 1933-1937 : J.Ll. Sert, J.B. Subirana y J. Torres Calvé”. Ed.COA de Almería, 1993.(inc. rehabilitación)

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The Anti-Tuberculosis Clinic in Barcelona’s Ciutat Vella is arguably one of the most representative works of the Modern Movement in Catalonia. Designed in 1934 by GATCPAC members Josep Lluis Sert, Josep Torres Clavé and Joan Baptista Subirana as a commission from the Republican Generalitat de Catalunya, it incorporates some of the basic features of modernism. As the GATCPAC showed when participating in the 4th Congress of the CIAM, Barcelona’s District 5 (Ciutat Vella) had the highest density of any of the thirty-one cities studied, which, among other things, explained the existence of outbreaks of tuberculosis. This was the reason why the building was included in the Republican plan for new amenities. The general layout reflects the twin objective: to create a functionally referential building and to liberate space in a heavily congested barrio without the immediate surroundings losing their special character. An L-shaped building with two bodies of different configuration, it includes a large central patio from which one accedes to the building. Forming part of the urban system, this patio can be crossed, lending continuity to the network of pedestrian routes that bind it closely to the location. The longitudinal body houses the facilities for caring for the sick, while the front one is given over to prevention and information. The porter’s accommodation, posited as a freestanding volume, has a central role in centring and balancing the entrance to the patio, thus completing the overall complex. The architectural scheme corresponded to a pioneering medical study directed by Dr. Luis Sayé, and in turn incorporates a number of completely new constructional and formal ideas, resolved with a notable degree of maturity, coherence and equilibrium. This is appreciated in many different ways, but is especially obvious in the resolution of the ground floor. The porticoed metal structure and the non-loadbearing, suspended façade lead to a composition complying with modern postulates. The building is conceived as a visually floating volume, being lightly supported on ground-floor pillars. Said floor is thus freed from the general geometry of the building and manages to close the space off according to its actual requirements. In harmony with it, the building envelope relative to the structure assumes a particular situation on the lower floor. The façade on the top floors is supported on the ends of the juts, passing in front of the structure, while on the ground floor it moves freely in relation to the latter, leaving a few stand-alone pillars. This enables the two parts to be differentiated and to emphasize the contrast between the forthright volumetry of the top part and the freer movement of the façades on the ground floor, being made independent of the structure, thus varying the proportion and character of the porches, and creating the accesses and specific spaces like the porter’s lodge, toilets and other services. An appropriate choice of materials enhances the composition of the building. The image of the solidity and unity of the upper volume contrasts with that of the ground floor, which attempts to visually disappear. This effect is arrived at by the use of matte materials and by the disposition of the window frames and glazing on the outer plane of the upper façade, while on the ground floor the pillars are painted a dark colour, the walls are faced with small ceramic tiles, shiny and also dark, and the glazed parts are totally transparent, thereby reinforcing the effect of shade produced by the projection of the first floor slab. With it, the ground floor visually detaches itself from the top volume. We must draw attention to a critical point in the project, one that is also basic to its success. We are referring to the part of the floor slab that links both façades and which has a much greater formal coefficient that it might initially seem to have. On the one hand it pertains to the upper volume by defining it lower down, and on the other it is the feature that covers the ground floor, and, along with the ground plane, it is the surface against which the lower façades give way. And it is precisely at this point that the mastery of the architects is revealed in all its glory, in offering many an apposite solution to a hitherto unknown problem, without a list of solutions from earlier architectures. Careful observation of how the upper façade plane swivels to become the roof of the porch, and how this occurs in different ways in various parts of the building, including those parts where there is no porch, shows the clarity and awareness with which the project was handled. It is possible to distinguish the position of this arris throughout the building, except in the volumes containing the stairs, where the vertical planes are emphatically prolonged until the ground, without distraction or doubt of any kind. The ground floor of the Clinic exhibits a great variety of situations that are brilliantly resolved. Situated in the entrance space, the porch of the housing unit is seemingly free, while the porch of the longitudinal body exhibits the wide range of cases the programme demands. In the front body, on the other hand, there is no porch on the patio façade, although there is in the part to the rear. All the same, as we have said, there is not the slightest doubt about what the aim is and what the strategies necessary to arrive at it are. In this magnificent building the architects elaborated a lucid repertoire of solutions, to which much later architecture is indebted.

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MAISON DU BRÉSIL. 1957 Arq: Le Corbusier con Lucio Costa Cité Universitaire. Boulevard Jourdan. París 56


Fotoplano de situación Aerial situation view

La Casa de Brasil alberga una Residencia de estudiantes en la ciudad universitaria de París. En su fachada Este el Edificio da frente a la Av. Pierre de Coubertin, vía que conecta con el Boulevard Períphérique que rodea la ciudad, y en su fachada Norte linda con las calles menores del Campus universitario. La solución del conjunto en relación al emplazamiento nos dará las claves del proyecto, que propone claramente dos elementos diferenciados en morfología, posición y distribución del programa de necesidades: Por un lado el volumen de cinco plantas de altura, contenedor del programa residencial específico que se resuelve en planta buscando la mejor orientación, sur-este, sobre las habitaciones. Este volumen se desvincula de los límites del solar y será la imagen lejana del conjunto. Su tratamiento formal retoma las referencias de otros proyectos reconocidos de Le Corbusier, la profundidad de la fachada resuelta a modo de “brise-soleil”, el uso del color y la rotundidad de los materiales, son recursos reconocibles en proyectos residenciales de las “Unités d’habitation”, entre otros. Por otro, la Planta Baja, que aglutina los servicios comunes del edificio y en consecuencia está más vinculada al uso del Campus. En su composición formal, reconoce los límites de la parcela y se convierte en el acceso principal desde las diferentes llegadas a través del espacio libre del Campus. La definición de las alineaciones establecen una singular continuidad con los caminos y accesos que forman parte del recinto universitario, en pro de formular una promenade architecturale, entendiendo el espacio arquitectónico, como ocurre en otras obra del mismo autor, formando parte de un recorrido.

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La independencia del plano de cerramiento, que envuelve las dependencias situadas en Planta Baja, respecto de la estructura del volumen principal, proporciona ingravidez y establece una. clara dualidad en el tratamiento diferencial de los dos elementos que forman la intervención; la Planta Baja y el conjunto “suspendu”. El espacio definido por la Planta Baja será la transición entre el Campus Universitario y el interior del edificio. Sus alineaciones y dimensiones posibilitan un espacio más dinámico, permeable, multiaccesible y con ámbitos habitables en algunos de sus rincones. Los límites entre interior y exterior se diluyen y en la continuidad de las losas del pavimento se entiende la prolongación del porche con el vestíbulo. El vacío, elemento de relación entre la edificación y el plano del suelo, provoca la discontinuidad del sistema estructural en la entrega del edificio con el terreno y define un imponente porche bajo el volumen suspendido sobre los pórticos de hormigón, dos de ellos apantallados en los testeros. Estos pórticos y las jácenas cruzadas que resuelven la estructura, se convierten en protagonistas formales del espacio y favorecen la continuidad de la actividad peatonal del Campus en la parcela que ocupa la Casa de Brasil. En la planta baja la disposición del programa en el interior de la parcela, se definirá por el uso, colocando más cerca del Campus las salas de estudio, sala de actos y zonas de exposición, mientras que en una posición con mayor privacidad se distribuyen los despachos y ámbitos administrativos, equilibrando a ambos lados del bloque lineal la ocupación de la parcela. La solución de la cubierta ajardinada, en los volúmenes que están en contacto con el terreno, favorece la relación con el espacio libre en el que se insertan. La forma y definición de estos volúmenes contrastan con la sencillez y rotundidad de un volumen principal que domina el paisaje.

Antoni Barceló

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Secci贸n - Planta baja - Planta tipo Section - Ground floor - Type floor

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Porche de acceso Entrance porch

Basamento y volumen principal Basement and main volume

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Conexi贸n en planta baja de los cuerpos que forman el basamento Spatial connection at the basement

Acceso principal Main access

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Arriba: Detalles de planta baja - Abajo: Detalles de las fachadas Top: Ground floor details - Bottom: Facades details

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The Maison du Brésil houses a students’ residence in the Cité Universitaire in Paris. Its east façade gives onto Avenue Pierre de Coubertin, a thoroughfare that joins the Boulevard Períphérique that runs around the city, and its north façade abuts on the minor streets of the university campus. The solution of the whole in relation to the location will give us the keys to the design, which clearly proposes two differentiated elements in the morphology, position and distribution of the programme of needs. Firstly, the five-storey volume, a container for the particular residential programme, which is resolved in plan, especially in terms of the southeast orientation over the bedrooms. This volume is cut off from the boundaries of the land lot and will provide the distant image of the whole. Recognizable in its formal treatment are references to other well-known projects of Le Corbusier’s: the depth of the façade resolved as a brise-soleil, the use of colour and the forcefulness of the materials are resources recognizable in the residential projects for the Unités d’habitation, among others. Secondly, the ground floor, which subsumes the shared services of the building and is therefore more closely allied to the use of the campus. In its formal composition it recognizes the boundaries of the land and becomes the main access from different points of arrival across the open space of the campus. The definition of the alignments establishes exceptional continuity with the paths and entrances that form part of the university area, in favour of formulating a promenade architecturale, by understanding architectonic space, as occurs elsewhere in the oeuvre of this architect, as forming part of a tour. The independence of the plane of the outer walling—which envelops the annexes on the ground floor—vis-à-vis the structure of the main volume, gives a feeling of weightlessness and establishes a clear duality in the differential treatment of the two elements that make up the intervention: the ground floor and the suspendu whole. The space defined by the ground floor will form the transition between the university campus and the inside of the building. Its alignments and dimensions provide a more dynamic, permeable, multi-accessible space, with habitable areas in some of its corners. The boundaries between inside and outside are blurred and in the continuity of the paving slabs one grasps the prolongation of the porch with the vestibule. The void, a feature relating building and ground plane, creates the discontinuity of the structural system in the delivery of the building with the terrain and defines an imposing porch beneath the volume suspended over the porticos of concrete, two of them screened off in the end walls. These porticos and the girders that resolve the structure become formal protagonists of the space and favour the continuity of the pedestrian activity of the campus in the piece of land occupied by the Maison du Brésil. On this ground floor the position of the particular programme in relation to the land lot will be defined by use. Closer to the campus are the studies, lecture hall and exhibition areas, while set out in a position with greater privacy are the offices and administration areas, thus balancing the occupation of the land on both sides of the linear block. The solution of the landscaped roof in the volumes that are in contact with the terrain is conducive to a rapport with the open space in which they are inserted. The shape and definition of these volumes contrasts with the simplicity and forcefulness of a main volume that dominates the landscape. Bibliografía - Boesiger, Willy : Le Corbusier, Barcelona, Gustavo Gili, 1982. - Le Corbusier et son atelier rue de Sèvres 35 : Œuvre complète de 1952-1957. Boesiger Zurich, Willy. Les Editions D´Architecture Zurich. Switzerland,1995.

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SEDE DEL COLEGIO DE MÉDICOS. 1968 Arq: Robert Terradas Vía y Jordi Adroer Iglesias Calle Vilana - Paseo Bonanova. Barcelona 64


Fotoplano de situación Aerial situation plan

En el principio fue la construcción del plano horizontal, la plataforma. Dos planos horizontales a distinta cota y relacionados entre sí estructuran y organizan la planta. Situado en el barrio de la Bonanova, en la zona alta de Barcelona, en el extremo oriental de una manzana formada por bloques, sobre una parcela rectangular alargada y estrecha, dando frente a tres calles, con su lado menor a la calle principal y con una pendiente continua del 4%, el Colegio de Médicos es un edificio exento, con carácter de edificio representativo y formado por una serie de volúmenes prismáticos superpuestos, unos cuerpos volados con distinta presencia según la planta y el programa. Una arquitectura determinada por la diferenciación de la actividad que se va a desarrollar en ella, con un programa complejo y heterogéneo y una volumetría que relaciona forma y uso. La planta baja está en el origen del desarrollo del proyecto. Las perspectivas y los dibujos que acompañan a este escrito nos muestran una construcción elevada que permite la continuidad de una planta libre, permeable y fluida. El espacio, en apariencia único y generado a través del movimiento, se entiende como suma de estratos horizontales, con el núcleo de comunicación desplazado en el centro de la planta, acompañando al recorrido. La posición y tamaño de los pilares, los paneles móviles que incorporan la sala de actos a la de exposiciones, la escalera, el núcleo y la continuidad de forjado y pavimento configuran un espacio amplio, abierto, en una secuencia visual que permite estar siempre en contacto con el exterior del edificio. Dos accesos y dos maneras de significarse respecto a la ciudad. El del paseo Bonanova es un porche bajo y profundo, perpendicular a la calle, un espacio representativo, en apariencia estático desde el exterior, pero al que la posición y el tamaño de la retícula estructural, el parterre y el estanque convierten en un espacio dinámico, un espacio que encamina o encauza al usuario hacia el vestíbulo, hacia el centro del edificio donde escaleras y ascensores garantizan la organización del programa en las plantas superiores.

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La entrada lateral permite la independencia de uso de la sala de actos, y queda señalada por el vuelo de un cuerpo de madera desde la distancia larga y por la contraposición entre lleno y vacío, entre muro y vidrio -dialéctica de opuestos- y por la acertada posición del rótulo respecto al plano macizo en la proximidad. Pero volvamos a la estructura formal: los planos horizontales están relacionados con el programa, con los accesos y con la pendiente de calle y solar. La estructura metálica es una malla estructural producto de la relación con los elementos volados y se deposita en el suelo a modo de finos puntales que mantienen el orden con independencia de los límites de la plataforma en el acceso norte y se incorporan al cerramiento del vidrio en el resto. El estudio de la planta baja precisa, además, una mirada atenta a los detalles, a las pequeñas variaciones. El espacio está preparado para estar vacío: los pilares, por su tamaño y su forma y pintados de negro, tienden a desaparecer, a que exista sólo techo y suelo; lo mismo pasa con los objetos que lo ocupan: mostradores, muebles, mamparas -sintéticos y texturados- se depositan en el suelo a modo de piezas provisionales que no interfieren en el paso del espacio. La escalera sin contrahuella está formada por unos planos paralelos que flotan y permiten la continuidad visual de los dos niveles que conforman la planta. La posición del plano de la puerta de acceso es fundamental, determinará la medida del porche y del resto de la planta, también su dimensión de suelo a techo, así como su relación con la estructura, en el mismo plano. El estanque, el agua, los reflejos sobre el paramento de madera contribuyen a movilizar la circulación y permiten esa doble lectura, por una parte el macizo remarca las puertas de entrada, y al mismo tiempo desaparece ya que el reflejo del agua la desmaterializa. Quedan temas abiertos para el que quiera estudiar a fondo la planta baja del edificio: el espesor de la carpintería de madera, las visiones diagonales, el pavimento continuo pero con matices, la relación con el panot de la calle, los reflejos del vidrio, y la relación del muro de mampostería con la horizontal. Del resto de este magnífico edificio, olvidarse de las reformas interiores ajenas al espíritu de su concepción, y hacer hincapié en la distancia con el edificio vecino, el paso lateral, el valor distinto de las fachadas, la urbanidad respecto al paseo Bonanova, y también en el equilibrio inestable de los volúmenes que potencia la expresividad del edificio sin gritos innecesarios debido a la ajustada resolución de la estructura metálica. Pasados los años cuesta datar este edificio que tan poca repercusión mediática tuvo en su momento; el edificio circuló por el arcén de la vía principal, y suponemos la extrañeza, el estupor que produjo a los portaestandartes de la arquitectura catalana cuando vieron que llegó el futuro y el edificio ya estaba allí. Luis Alegre Heitzmann

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Planta Baja: Estado actual y planta - Esbozo del proyecto Groundfloor: Recent view and plan - Project’s sketch

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Fachada a la calle Dalmases - Pespectiva del paso de exposiciones y sala de actos Dalmases street faรงade - Conference room and exposition corridor sketch

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Fachada al paseo de la Bonanova - Imagen y perspectiva Paseo de la Bonanova faรงade - Picture and sketch

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Vista actual de la planta baja - Perspectiva del edificio Nowadays view of the groundfloor - Building general sketch

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The construction of the plane, the platform, came first. Two interrelated horizontal planes at a different height structure and organize the floor plan. Located in the Bonanova area in uptown Barcelona, on the eastern edge of a city block consisting of housing units, on a long and narrow rectangular piece of land giving onto three streets, with its shorter side on the main street and on a continuous 4% slope, the Medical College is a freestanding generic building consisting of a series of stacked prismatic volumes, projecting bodies with a differing presence according to plan and programme. An architecture determined by the differentiation of the activity that is to be undertaken in it, with a complex, heterogeneous programme and a volumetry that connects form and use. The ground floor is at the origin of the evolution of the design. The perspective views and drawings that accompany this text depict a raised construction that is conducive to the continuity of a permeable and fluid open plan. Generated through movement, the apparently single space is understood as the sum of horizontal strata, and with the communications core displaced, in the centre of the floor plan accompanying the routing. The position and size of the pillars, the movable panels that incorporate the lecture hall into the exhibitions area, the stairway, the core and the continuity of the deck and flooring configure an ample open space in a visual sequence that leads to permanent contact with the outside of the building. There are two entrances and two ways of signifying vis-à-vis the city. The one on Paseo Bonanova is an extended low porch perpendicular to the street, a generic space, seemingly static from the outside, but which the position and size of the structural grid, flower bed and pool turn into a dynamic space, a space that directs or guides the user towards the vestibule, towards the centre of the building, where stairways and lifts assure the organization of the programme on the upper floors. The side entrance allows the lecture hall to be used independently, and is indicated by the projecting of a wooden body from something of a distance and by the contrast between solid and void, wall and glass—a dialectic of opposites—and by the correct positioning of the lettering with regard to the nearby massive plane. Going back to the formal structure: the horizontal planes are related to the programme, to the entrances and the sloping street and land. The metal framework is a structural grid resulting from the relationship with the jutting elements and is set down on the ground by way of slender supports that maintain the order independently of the boundaries of the platform in the northern access area and are incorporated in the glass frontage in the rest. Study of the ground floors calls, moreover, for a vision that is attentive to detail, to small variations. The space is set up in order to be empty: due to their size and shape, and painted black, the pillars tend to disappear, with only floor and ceiling seeming to exist. The same thing occurs with the objects that occupy it: counters, furniture, partitions—synthetic and textured -are set down on the floor surface like temporary features that do not interfere with the flow of space. The riserless stairway consists of parallel planes that float and lend visual continuity to the two levels that go to form the floor. The position of the plane of the entrance door is fundamental; it will determine the measurement of the porch and of the rest of the ground plan, its height from floor to ceiling, as well, on the same plane, as its relationship to the structure. The pool, the water and the reflections on the wood cladding all help to make circulation more mobile and permit that double reading—on the one hand the mass emphasizes the entrance doors, and at the same time it disappears, given that the reflection of the water dematerializes it. There are issues that remain open for the person who wishes to study the ground floor of the building in depth: the thickness of the wooden carpentry, the diagonal views, the continuous, albeit nuanced, flooring, the relationship with the paving stones of the street, the reflections in the glass, and the relationship of the masonry wall to the horizontal. Of the rest of this magnificent building—forget the interior alterations at odds with the spirit of its conception, and pay attention to the distance from the neighbouring building, the side passageway, the different value of the façades, the building’s urban quality in terms of Paseo Bonanova, and also the unstable equilibrium of the volumes that promotes the expressiveness of the building without unnecessary stridency due to the precise resolution of the metal framework. With the passing of the years it is hard to date this building, which had very little media repercussion in its time; the building kept to the hard shoulder of the main road, and we can but imagine the strangeness, the stupor, it produced in the standard bearers of Catalan architecture when they saw the future had arrived and the building was already there. Bibliografía - Col·legi d’arquitectes de Catalunya. Robert Terradas i Via. COAC, 2000. - TA: temas de arquitectura y urbanismo N. 117 (mar. 1969)

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EDIFICIO DE LA SEDE DE JESPERSEN. 1955 Arq: Arne Jacobsen Nyropsgade, 18. Copenhagen 72


Fotoplano de situación, junto al lago Building site plan, next to the lake

En el lado oeste del centro de Copenhague aparece un gran vacío urbano que a modo de paréntesis abraza el núcleo de la ciudad. Esta zona se conoce como la de los “cinco lagos”. Son cinco lagos artificiales abastecían molinos de agua y facilitaban la defensa de la ciudad por su lado de poniente. Posteriormente sirvieron como depósitos de agua. Hoy son un importante área de recreo de la ciudad. Su agua proviene del pantano de Utterslev y de los lagos de Emdrup y del Damhus Sø. De los cinco, los dos primeros tienen el mismo nombre: Skt. Jørgens Sø. En el lado este del segundo, el de Vester Søgade, una alargada manzana configura su fachada principal. En ella se encuentran dos obras significativas danesas: mirando al lago, el edificio de viviendas Vestersøhus de Kay Fisker y C. F. Møller (1935-39) y, en la calle paralela, Nyropsgade, las oficinas para Jespersen de Arne Jacobsen (1952-55). Ambos edificios se dan la espalda. Mientras la fachada principal del edificio de oficinas mira al este, el largo inmueble lo hace al oeste. La barra construida junto al lago es peculiar. Está formada casi en su totalidad por el largo edificio de viviendas de unos trece metros de profundidad y trescientos de largo. Consta de diecisiete núcleos idénticos. Su fachada, de una repetición obsesiva, parece infinita. La planta baja está sobreelevada medio nivel con respecto a la calle. Por encima cinco plantas piso con balcones individuales y una sexta de remate con un balcón corrido. La tipología edificatoria es de un núcleo de escalera y dos viviendas por rellano, una de dos habitaciones y la otra de tres. La planta no es simétrica a pesar de que la posición de la escalera invita a ello. La fachada nos confirma su condición seriada: balcón, ventana, macizo; balcón, ventana, macizo. Cada tres balcones, una portería ligeramente rehundida respecto al plano de la fachada; simetría en planta baja y seriación en las superiores. La larga pantalla edificada parece una gran barrera que segrega el gran vacío urbano. Su imagen así lo expresa y cualquier alteración rompería su estricta disposición de orden. Pero Fisker y Møller generan un paso en planta baja, un vaciado equivalente al ancho de las porterías y equidistante a los dos núcleos. En un punto central de la planta baja, el ritmo portería-macizo-portería es alterado por portería-vacío-portería en el mismo plano rehundido de los accesos a las viviendas. Se respeta el ritmo y se mantiene el estricto orden y la pantalla edificada permite el paso peatonal al centro de la manzana.En la barra opuesta de la manzana se encuentra el edificio de oficinas Jespersen, uno de los proyectos más significativos de Arne 73


Jacobsen. Se sitúa en un solar rectangular en la calle Nyropsgade. Una de las premisas iniciales del proyecto era la de mantener una servitud de paso a unos garajes situados en el interior del conjunto y dar continuidad al acceso existente bajos del edificio de viviendas y que permiten atravesar la manzana transversalmente. El solar donde se ubica el edificio es horizontal. Pero esta aparente característica es visualmente engañosa pues existen superficies de acuerdo y sutiles pendientes que resuelven, en este caso, la topografía desde un aspecto meramente funcional. Pero el elevado volumen de oficinas es tan potente que ese esfuerzo topográfico pasa prácticamente desapercibido. La decisión de levantar el edificio responde a esa premisa inicial de proyecto: dejar un paso franco para a vehículos y personas. Al posicionarlo frontalmente respecto a la calle Dahlerupsgade y elevarlo se manifiesta su compromiso urbano. El plano de emplazamiento muestra la renuncia a la ocupación total del solar para adaptarse a las condiciones del lugar: la relación con el ámbito público, con el entorno edificado. En los alzados y perspectivas de Jacobsen se recogen la presencia de los edificios contiguos que están desalineados unos once metros entre sí. La parcela definitiva tiene forma de L y está formada por la suma de dos rectángulos: el primero y principal de 23,88 m por 14,27m, y el segundo –perpendicular al anterior, de 4,12 m por 15,08 m y con una esquina achaflanada. Jacobsen coloca el núcleo de comunicación vertical en este segundo rectángulo, desnudando la medianera vecina. El edificio consta de nueve plantas: una subterránea (el almacén general, archivos e instalaciones), una libre en planta baja (acceso y paso), seis de oficinas, y la superior destinada a bar y área de descanso. La planta baja desvela la lógica del edificio. Aparecen cuatro elementos: el núcleo de acceso, una escalera circular de evacuación encerrada en un cilindro de cristal, y dos importantes pilares de 1,40 m por 3,50 m que soportan y levantan el edificio y generan, a su vez, el cuarto elemento, el gran vacío que permite el paso. Su lógica organizativa estructural es clara. Mientras las oficinas basan su actividad en un desarrollo horizontal, la zona de servicios – escalera, ascensor y servicios- se segrega y lo hace en vertical evitando una interrupción de la continuidad funcional exigida por la anterior. Separar las partes clarifica el proyecto y elude su interferencia. En los pisos superiores los dos pilares se convierten en cuatro sobre los que se apoyan dos jácenas longitudinales y cuya separación de 168 cm define el ámbito del pasillo central que atraviesa la planta. El forjado es una losa nervada. Los refuerzos se repiten cada 107 cm, y su sección es menguante. El encuentro del forjado con la fachada queda disimulada por la carpintería, un muro cortina de tecnología artesanal que tiene una doble misión. Por un lado es el cerramiento del edificio; por otro, unifica las posibles deformaciones en punta de los osados forjados. La fachada opaca del núcleo de comunicación vertical contrasta con la acristalada de las oficinas. Al anexionarse al edificio vecino, este volumen que aparece como un negro lienzo abstracto pasa a un segundo plano y desaparece para generar una falsa simetría, una puerta vacía de acceso a la zona de los cinco lagos. Félix Solaguren-Beascoa de Corral

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Paso a travÊs de la planta baja dentro de la manzana de Fisker Pass trough the ground floor into Fisker’s block

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Plantas baja y superior - Secci贸n Ground and upper plans - Section

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Escalera circular vidriada en planta baja Rounded glazed staircase in the ground floor

Vista de la planta baja - dos grandes pilares en la planta libre Groundfloor view - Two big pilars into the free plan

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Esbozo Sketch

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Appearing on the western edge of the centre of Copenhagen is a huge urban void that, like a bracket, embraces the nucleus of the city. This area is known as The Lakes and consists of five artificial lakes that used to supply a number of watermills and facilitate the defence of the city on its west side. Later on, they served as reservoirs. Today, they are an important recreation area for the city. Their water comes from the Utterslev Reservoir and the lakes of Emdrup and Damhus Sø. Of the five, the first two have the same name: Sankt Jørgens Sø, or Saint George’s Lake. On the eastern side of the second lake, Vester Søgade, an elongated city block configures its main frontage. On it are to be found two important works of Danish architecture: facing the lake, the Vestersøhus Apartment Building by Kay Fisker and C. F. Møller (1935-39), and, on the street parallel to it, the Jespersen Office Building by Arne Jacobsen (1952-55). The two buildings turn their backs towards one another. While the main façade of the office building faces east, the long horizontal block of apartments faces west. The block built next to the lake is unusual. It consists almost entirely of the long apartment building, 13 m deep and 300 m long. It has seventeen identical cores. With its obsessive repetition, the façade seems infinite. The ground floor is raised half a level above the street. Above, five floors of apartments with individual balconies, and a final sixth floor with a continual balcony. The building typology is of a stairway core and two apartments per landing, one two-bedroom and the other three-bedroom. The floor plan is not symmetrical, despite the fact that the position of the stairway might hint at this as a solution. The façade emphasizes its serial quality: balcony, window, walling; balcony, window, walling. Every three balconies, a doorway that is slightly recessed with respect to the façade plane; symmetry on the ground floor and seriation on the upper floors. The extended built screen is, it would seem, a barrier segregating the huge urban void. Its image suggests this and any alteration would destroy its strict, ordered layout. But Fisker and Møller generate a passageway on the ground floor, a void equivalent to the width of the doorways and equidistant from the two cores. Midway along the ground floor, the doorway/walling/doorway rhythm is altered by a doorway/void/doorway one on the same recessed plane as the entrances to the apartments. The rhythm is respected and the strict order maintained, and the screen wall permits pedestrians to get to the centre of the block. On the opposite side of the block is the Jespersen Office Building, one of Arne Jacobsen’s most important works. It is situated on a rectangular piece of ground on Nyropsgade Street. One of the initial premises of the project was to maintain a right of way to some garages situated on the inside of the block and to give continuity to the existing entrance to the apartment building, thus permitting the city block to be crossed diagonally. The plot on which the building is accommodated is horizontal. This apparent characteristic is visually misleading, however, for there exist agreed surfaces and gentle slopes that in this instance resolve the topography from a merely functional point of view. But the elevated volume of offices is so powerful that this topographical effect goes almost unnoticed. The decision to raise the building responds to one of the project’s initial premises: to leave a passage free so that vehicles and people can get to the inside of the city block. Positioning it frontally with regard to Dahlerupsgade Street and raising it above the ground is evidence of its urban commitment. On the site plan we can observe the decision not to occupy all the land so as to adapt to the conditions of the location: the relation to public space, to the built environment. Jacobsen’s elevations and perspective views include the presence of the adjacent buildings, which are out of alignment by some 11 m. The original plot is Lshaped and formed by the sum of two rectangles: the first and principal one of 23.88 x 14.27 m, and the second, perpendicular to the first, of 4.12 x 15.08 m, with the inner corner chamfered.Jacobsen places the vertical communications core in this second rectangle, denudes the neighbouring party wall, thus renouncing total occupation of the plot. The building has nine floors: one underground (general warehousing, archives and installations), a ground floor that is open plan (entrance and passageway), six of offices, and a top one with bar and rest area. The ground floor reveals the logic of the building. Four features emerge: the entrance core, a spiral escape stairway inside a glass cylinder, and two big pillars of 1.40 x 3.50 m that support and elevate the building, thus generating the fourth feature, the huge void that permits access. The building’s structural logic is clear. While the offices base their activity on developing horizontally, the service area—stairway, lift and services—is segregated and extends vertically, thus avoiding any interruption to the functional continuity required by the former. Separating the two parts clarifies the design and avoids their mutual interference. On the upper levels the two pillars become four. Supported on these are two longitudinal girders whose 168 cm separation defines the confines of the central passageway that crosses the floor.The floor-plate is a ribbed slab. Its ribs repeat every 107 cm and its section is a diminishing one. The meeting of floor-plate and façade is concealed by the carpentry, a curtain wall of handcrafted technology, which has a double mission. On the one hand it forms the building envelope; on the other, it unifies the potential pointed deformations of the daring floor-plates. The façade of the vertical communications core contrasts with the glazed frontage of the offices. By being annexed to the neighbouring building, this volume, which is like a black abstract canvas, moves into the background and disappears, generating a false symmetry, an open access door to the area of the five lakes. Bibliografía - Kay Fisker. AAVV, Arkitektens Forlag, Copenhague, 1995. - Danske Arkitektur 250. AAVV, Arkitektens Forlag, Copenhague, 2004. - Arne Jacobsen. Revista 2G-N4 Barcelona

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SEDE DEL COLEGIO DE ARQUITECTOS. 1959 Arq: Xavier Busquets Sindreu Pรง.Nova, 5. Barcelona 80


Catedral Plano de emplazamiento Site plan

Los dos proyectos presentados por Xavier Busquets en los dos concursos, convocados en 1957 y 1959, para construir la nueva sede del Colegio de Arquitectos de Cataluña son muestra ineludible de las aspiraciones de un país que anhelaba superar, de una vez por todas, el ostracismo de la posguerra. Así, mientras la sociedad del momento empezaba a intuir los primeros vestigios de estabilidad económica y modernización, una nueva generación de arquitectos buscaba la oportunidad propicia para romper con el academicismo oficial imperante. La coyuntura brindada por la modalidad del concurso fue utilizada por algunos de ellos como la ocasión propicia para ejercer la reflexión arquitectónica y urbana que un país en vías de desarrollo y modernización necesitaba. Entre las propuestas presentadas en sendas convocatorias, el trabajo presentado por Xavier Busquets mereció la adjudicación del encargo por responder con instrumentos nuevos a cuestiones tan atemporales como las contextuales, las programáticas, las técnicas y las simbólicas. Todas ellas, herramientas aprendidas tras sus cuatro años de experiencia profesional en Sao Paulo1 de la mano del arquitecto polaco Lukjan Korngold y del discípulo de Le Corbusier, Franz Heep. Un periodo que sin duda alguna le permitió consolidar la formación clásica que acababa de recibir en Barcelona, con nuevos conocimientos técnicos ligados a procedimientos industrializados mucho más modernos. Partiendo de este perfil profesional, es comprensible que Busquets, lejos de aferrarse a la propuesta con la que ganó la primera convocatoria, aprovechase la modificación de las bases que rigieron su segunda vuelta para trabajar con un instrumental de proyecto más afín a su trayectoria. Así que, una vez liberado del corsé volumétrico impuesto por la normativa anterior, basada en “la alineación de vial”, el trabajo del arquitecto se centró en investigar las posibilidades formales que le brindaba el programa para encontrar la solución arquitectónica mas acorde al tejido urbano existente. Esta búsqueda por la optimización entre es1 En estos años gana el Gran Premio de Arquitectura en la III Bienal de Arquitectura Hispano Americana del Arte por el Edificio de Viviendas Araraunas, en Sao Paulo.

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tructura funcional, urbana y portante le condujo a proponer un edificio compuesto por dos volumetrías: un cuerpo bajo que, a modo de zócalo, construía la fachada a las calles perimetrales y un cuerpo alto que, a modo de torre, consolidaba la única medianera del solar. Con esta disposición, no solo consiguió solucionar la difícil geometría dibujada por la propiedad del suelo, sino que, al colocar la torre en el fondo del zócalo, limitaba la presencia del edificio en la Plaza Nueva al frente definido por el cuerpo apaisado. Una vez resuelta la volumetría, su empeño se centró en exigir al diseño de sus cerramientos la coherencia debida en función de su situación y contenido. De esta manera, mientras que la torre de treinta metros y medio de altura satisfacía las exigencias técnicas propias de un edificio administrativo, el zócalo debía resolver las exigencias simbólicas de un contenedor cultural. Así que, mientras para la torre se recurría al “muro cortina” como solución de fachada idónea para una tipología que exige flexibilidad, el zócalo se resolvía con un juego de llenos y vacíos dictados por las funciones públicas que contenía: sala de actos en la coronación y sala de exposiciones en la base. A pesar de las diferencias volumétricas existen, entre las dos propuestas planteadas, algunas coincidencias relevantes que explican la adjudicaron de sendos premios. La primera es técnica, ya que la solución de cerramiento de la torre procede de la envolvente que daba forma a la solución planteada por alineación de vial presentada en el primer concurso: una caja de vidrio que pretendía aportar la huella contemporánea a un lugar construido por la suma de diferentes estratos históricos. La segunda es formal y deriva de concebir la planta baja mas como la prolongación del espacio público adyacente, que como un recinto vestibular. A pesar de las semejanzas, hay que reconocer que la versión presentada en 1959 consiguió potenciar con creces los valores apuntados en la entregada en 1957 gracias a las siguientes decisiones de proyecto: 1.El entender el zócalo del edificio como un volumen opaco, levitante sobre un vacío cerrado con vidrio, le ayudó a potenciar la relación del peatón con el espacio interior, tanto desde el punto de vista perceptivo como el presencial. El primero emana de la cualidad transparente del cerramiento acristalado, un requisito necesario para despertar la curiosidad del peatón. El segundo, sería consecuencia de la inflexión dibujada por su trazado, un gesto sutil con el que se pretende definir el ámbito previo que precisan los accesos de cualquier edificio público y que en este caso introduce al transeúnte en el interior sin que apenas se dé cuenta. A través de estos dos mecanismos se satisfacía con éxito uno de los objetivos que pretendía el concurso: que los eventos expositivos y conferencias desarrollados en el interior se entendieran como actos culturales abiertos a toda la ciudadanía. En definitiva, utilizar el edificio como un catalizador capaz de acercar la arquitectura a la sociedad. 2.El descomponer la superficie de la planta baja en dos niveles diferentes le permitió, no tan solo diferenciar el espacio vestibular del uso expositivo, sino que también le posibilitaba aumentar la percepción visual de las calles aledañas y abrir la vista cruzada entre los dos niveles que abarcaba la sala de exposiciones original. Junto a estas 82


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torre P. 01

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P. Torre

P. Alt


consideraciones sensitivas podrían establecerse otras de carácter mas reflexivo, que nos llevarían a interpretar la sala de exposiciones como la prolongación de la plaza, mientras que el vestíbulo se puede llegar a entender como una calle transversal cubierta, un atajo que conecta las dos calles limítrofes a la volumetría que atraviesa. Aceptar estas últimas consideraciones implica admitir que la planta baja del COAC, más que el vestíbulo de un edificio institucional es un espacio público cubierto. 3.El apoyarse en la secuencia espacial dibujada por el desdoblamiento de la planta baja le permitió plantear la sección longitudinal del cuerpo del zócalo en medios niveles. Este planteamiento no tan solo posibilitaba la inserción de una planta altillo sobre la sala de exposiciones, sino que además cualificaba el vestíbulo desde el punto de vista espacial al aumentar su altura con media planta. A parte de estas ventajas, la disposición y ocupación de esta entreplanta optimizaba, con la introducción de la doble altura, el potencial formal y funcional del espacio expositivo, al tiempo que multiplicaba las posibilidades de percepción del espacio interior. 4.El plantear esta estratificación horizontal de espacios le permitió acortar el trayecto necesario para conectar los diferentes usos públicos. De esta manera, la conexión del vestíbulo con la sala de conferencias colocada en la parte opaca del zócalo, se solucionaba a través del recorrido trazado por una escalera abierta y resuelta en dos tramos que cosían cada uno de los niveles. Con este planteamiento, al quedar sustituidos los descansillos propios de este tipo de escalera por los forjados de cada uno de los niveles a los que este elemento daba acceso se conseguía alterar la conciencia espacial del visitante. Estas cuatro decisiones de proyecto hacen de la planta baja del COAC una espacio ambiguo e intenso, un lugar que brinda hospitalidad tanto al profesional que acude al edificio por motivos laborales, como al turista o paseante que cruza su umbral abducido por una exposición, una maqueta o un video. Esta capacidad de acogida, sin discriminación alguna, otorga a este recinto las connotaciones propias de cualquier espacio público, una cualidad que convierte a este lugar en una prolongación cubierta de la Plaza Nueva. Aceptar esta interpretación supone admitir la alteración de la geometría cuasi rectangular de este espacio urbano. El proyecto trasciende así de la pura dimensión arquitectónica para incidir, de forma consciente, en la estructura urbana del lugar que lo acoge. Con esta redefinición de límites, el arquitecto pretende compensar el desequilibrio espacial producido por el rehundido urbano que dibuja la alineación de la fachada de la catedral en el extremo diagonalmente opuesto al lugar que ahora nos ocupa. De esta manera, la antesala descubierta que precisa el edificio religioso con respecto a la plaza se entiende como equivalente al área cubierta que necesita el edificio institucional para relacionarse con este mismo espacio público. Como consecuencia de ello, la disposición que presenta la torre de la sede institucional con respecto al perímetro de la plaza actúa como hito equiparable, aunque no equivalente, al que dibuja la situación de la fachada de la catedral en relación al espacio urbano que los relaciona. Se trata pues de dos cambios de plano premeditados, dos gestos que generan dos vacíos urbanos que persiguen succionar un flujo humano errante hacia experiencias espaciales que solo la buena arquitectura es capaz de provocar. Elena Fernández

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Arriba: Vista de la escalera y el hall; Abajo: Acceso desde la calle Capellans Top: View of the stairs and hall; Bottom: Entry from Capellans street

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The two projects presented by Xavier Busquets in the two competitions, convoked in 1957 and 1959, for the new headquarters of the COAC are undeniable proof of the aspirations of a country that was yearning to overcome, once and for all, the ostracism of the posguerra, the period after the Spanish Civil War. So, while the society of the time was beginning to glimpse the first traces of economic stability and modernization, a new generation of architects looked for a chance to break with the official academicism that prevailed. The opportunity provided by the type of competition was used by some of them as the occasion to put into practice the architectural and urban thinking a developing and modernizing country needed. Among the schemes presented in the two calls for submissions, the work presented by Xavier Busquets deserved to be awarded the commission due to the way it responded with new tools to such timeless issues as context, programme, technique and symbolism—tools picked up during his four years of professional experience in São Paulo (1) thanks to Polish architect Lukjan Korngold and Le Corbusier’s disciple, Franz Heep. A period that undoubtedly permitted him to consolidate the classical training he had recently received in Barcelona with a new technical knowledge relating to much more modern industrialized methods. Proceeding from this professional profile, it is understandable that, far from sticking to the scheme with which he’d won the first round, Buquets would profit from the modified competition rules that applied in the second round to work with a set of design tools more in keeping with his trajectory. Hence, once free of the volumetric straitjacket imposed by the earlier set of rules, based on “the road alignment,” the architect chose to investigate the formal possibilities the programme offered him to find the architectonic solution most in keeping with the existing urban fabric. This wish to optimize the functional, urban and loadbearing structure led him to propose a building consisting of two volumetries: a low, plinth-like body that constructed the façade on the perimetral streets, and a tall, tower-like body that consolidated the site’s single party wall. With this layout not only did he manage to solve the difficult geometry described by the land lot, but by placing the tower to the rear of the plinth he limited the building’s presence on Plaça Nova to the frontage defined by the oblong body. Once the volumetry was resolved, his efforts went into requiring from the design of his façades due coherence in terms of their situation and content. And so, while the 30.5 m tall tower satisfied the technical requirements typical of an administrative building, the plinth had to resolve the symbolic requirements of a cultural container. Thus, while the tower had recourse to the curtain wall as an ideal façade solution for a typology that requires flexibility, the plinth was resolved with a play of solids and voids dictated by the public functions it contained: an auditorium in the crown and an exhibition space in the base. Notwithstanding their volumetric differences, a number of pertinent coincidences exist between the two proposals that explain the awarding of the respective prizes. The first is technical, since the resolution of the tower’s façade proceeds from the outer skin that gave form to the solution planned for the road alignment presented in the first competition: a glass box that sought to give a contemporary imprint to a location constructed by the sum of different historic strata. The second is formal, and derives from conceiving the ground floor more as a prolongation of the public space next to it than as a vestibular enclosure. Despite the similarities, it has to be said that the version presented in 1959 managed to develop to the full the values indicated in the one submitted in 1957 thanks to the following design decisions: 1. Understanding the plinth of the building as an opaque volume levitating above a void closed off with glass helped Busquets to privilege the relationship of the pedestrian to the interior space, from the perceptual as well as the physical point of view. The first emanates from the transparent quality of the glazed frontage, something necessary to awakening the curiosity of the pedestrian. The second would be a consequence of the inflection described by its layout, a subtle gesture with which it is hoped to define the preliminary area that the entrances to any public building need and which in this instance brings the passer-by inside without him being aware of it, almost. Through these two mechanisms he successfully satisfied one of the objectives the competition set itself: that the exhibitions

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and lectures presented within would be understood as cultural acts open to the citizenry as a whole. In short, to utilize the building as a catalyst capable of bringing the architecture closer to society. 2. Splitting the surface of the ground floor into two different levels permitted Buquets not only to differentiate the vestibule from the exhibition space, but also enabled him to augment one’s visual perception of the adjoining streets and to open up the cross-view between the two levels which the original exhibition hall embraced. Along with these sensitive considerations, others of a more reflexive nature could be established that would lead us to interpret the exhibition space as the prolongation of the square, while the vestibule may be understood as a covered cross-street, a short cut which connects the two streets conterminous with the volumetry that it traverses. Accepting these last few considerations means admitting that the ground floor of the COAC is a covered public space more than the vestibule of an institutional building. 3. Relying on the spatial sequence described by the dividing in two of the ground floor permitted Busquets to plan the longitudinal section of the plinth body in half levels. This approach not only made the insertion of a mezzanine floor above the exhibition area possible, it also qualified the vestibule from the spatial point of view by increasing its height by half a floor. Aside from these advantages, with the introduction of the double height, the layout and occupation of this mezzanine optimized the formal and functional potential of the exhibition space, at the same time as it increased the perceptual possibilities of the interior space. 4. Planning this horizontal stratification of space permitted Busquets to reduce the distance needed to connect the different public uses. Like this, the connection of the vestibule with the lecture hall located in the opaque part of the plinth was solved through the itinerary defined by an open stairway and resolved in two sections that united each of the levels. With this setup, when replacing the landings typical of this type of stairway with the floor slabs of each of the levels to which this feature gave access he managed to alter the visitor’s spatial awareness. These four design decisions turn the ground floor of the COAC into an ambiguous, intense space, a place that offers hospitality to the professional who comes to the building for professional reasons, as well as to the tourist or passerby who crosses its threshold to view an exhibition, a model or a video. This ability to be welcoming and non-discriminatory confers on this enclave the connotations typical of any public space, a quality that turns the place into a covered prolongation of Plaça Nova. To accept this interpretation is to accept the alteration of the almost rectangular geometry of this urban space. The design thus transcends the purely architectural dimension and knowingly affects the urban structure of the location that receives it. With this redefining of boundaries the architect seeks to compensate for the spatial imbalance produced by the urban deepening described by the alignment of the façade of the cathedral at the far end of the square, diagonally opposite the building under discussion here. Thus, the open antechamber the religious building requires with regard to the square is understood as being equivalent to the covered area the institutional building needs in order to relate to this same public space. As a result of this, the disposition the tower of the institutional headquarters has vis-à-vis the perimeter of the square acts as a landmark comparable, although not equivalent, to the one the situation of the cathedral façade describes in relation to the urban space that connects them. It is a question, then, of two premeditated changes of plan, two gestures that generate two urban voids that seek to draw an itinerant human flow towards the kinds of spatial experience that only good architecture is capable of producing. (1) During those years he won the First Prize for Architecture at the 3rd HispanoAmerican Biennial of Architecture for the Araraunas Apartment Building in São Paulo. Bibliografía -“La seu del Col.legi d’Arquitectes de Catalunya Barcelona 1962-1987” Comissió Organizadora XXV Aniversari Construcció Seu COAC. BCN 1987. -“COACatalunya:1958-1962. Busquets Sindreu, X. 1917-1990” Actar,BCN 1995 - Fons Xavier Busquets i Sindreu.CatàlegCOAC-Demarc.BCN-Arxiu Històric.

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BELVEDERE GEORGINA. 1972 Arq: Studio PER - Òscar Tusquets i Lluís Clotet Llofriu (Palafrugell). Girona 88


Fotoplano de situación al sur de los jardines de la casa de Oriol Regàs Aerial situation at the south part of Oriols Regàs’s house gardens

El Belvedere Georgina es el resultado del encargo de una pequeña vivienda de una superficie aproximada de 60 m2 útiles, emplazada en el jardín de la casa de Oriol Regàs en Llofriu, pedanía de Palafrugell. La pequeña superficie del programa motiva que el proyecto adopte una iconografía distinta a la de casa, para evitar el efecto miniatura; así, los arquitectos escogen como repertorio formal el correspondiente al de los miradores o belvederes, edificación de pequeño tamaño propia de los jardines tradicionales. Éstos son pequeñas construcciones no cerradas, a veces cubiertas y protegidas del sol o de la lluvia, emplazadas en puntos elevados con vistas de interés. En función de su relación con el terreno circundante y atendiendo a la entrega al suelo del mirador, disponen generalmente de zócalo o basamento. El tema que nos ocupa en este número monográfico es el de la planta baja. La planta baja es aquel nivel de la edificación que la pone en relación con el espacio exterior de acceso. En el caso que analizamos, una vez escogido el emplazamiento concreto “ad-hoc”, el acceso se produce desde una cota tal que posibilita la existencia de un belvedere dotado de basamento de tres metros de altura, que resuelve la entrega al suelo, sobre el cual se dispone propiamente el mirador, al que se accede mediante un paso elevado y construido sobre muros, que lo conecta con el camino de discurre por la finca. Es dentro de este zócalo donde se sitúa todo el programa de vivienda. Así, la planta baja, el acceso al edificio, se sitúa, en este caso, en la posición de la cubierta del programa funcional principal. Por el contrario, en el mencionado nivel se manifiesta el sobreimpuesto programa de mirador, así como se posibilita un desmaterializado aparcamiento, protegidos por una pérgola. El acceso a la vivienda se resuelve como escala-hendidura, dispuesta entre las bandas en las que rodaría el vehículo en su paso a las posiciones de

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aparcamiento. El programa de vivienda desaparece, puesto que se dispone en un nivel inferior al de acceso y bajo el mismo. Objetivo cumplido. El proyecto se resuelve mediante una disposición en planta de un cuadrado de nueve metros, con cuatro pilastras por lado siguiendo una retícula de tres metros a ejes. Las pilastras tienen una base cuadrada de sesenta centímetros de lado y una altura de ocho metros cincuenta, soportando una gran pérgola. Ésta se construye disponiendo sobre las pilastras, coronándolas, un cuadro y una retícula de jácenas de madera de escuadría 25*7 centímetros. Sobre la mencionada estructura primaria se dispone otra de secundaria, formada por viguetas de 15*5 centímetros cada metro veinte, que gira mediante la disposición de una vigueta diagonal en sus cuadros extremos. Dicha estructura forma un óculo cuadrado en el centro de la pérgola y es rematada, en su perímetro, mediante un zuncho corrido. El conjunto soporta una malla de jardinero de listones de 2,5*5 centímetros de cuadro veinte centímetros a ejes, girado respeto a las directrices inferiores, lo que conforma el emparrado de la pérgola. El plano del mirador-aparcamiento se recinta con una balaustrada cerámica. El zócalo del mirador aloja el programa de vivienda. Se resuelve, dentro del cuadrado, en forma de L y éste manifiesta la sustracción virtual de la que es objeto, mediante la marca en añil en los planos correspondientes a los recortes efectuados. El proyecto autoimpone, además, otro mecanismo de orden. En el basamento del mirador, los vanos de muro, dispuestos entre las pilastras, alojan huecos cerrados por contraventanas balconeras opacas de madera que cierran enrasadas al plano del muro. Los espacios de muro entre jambas y pilastras – de sesenta centímetros de ancho- ofrecen el alojamiento suficiente y necesario a las contraventanas en posición abierta. Sin embargo, el orden de los huecos-contraventana que ofrece el alzado no se corresponde con el de los huecos-ventana a los que protegen. Así, todo el espacio posterior de muro es pintado en oscuro –añil- para camuflarse de hueco, mientras que la dimensión y posición del hueco-ventana o su desaparición viene determinada por los requerimientos programáticos interiores. Constituyen así los que sus diseñadores denominan ventanas mondrianescas. Gracias

a

estos

brillantes

juegos

conceptuales,

el

difí-

cil pequeño encargo se ha resuelto con elegancia, maestría y atención al lugar, mediante tecnologías elementales -pilastras y muros revocados y pintados, rústicas contraventanas, sencillas y económicas mallas de jardinero, tradicionales balaustradas- aplicadas a una materia prima que parece cada vez más escasa: la inteligencia. Carles Vinardell

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Arriba: acceso al edificio; abajo: Alzado lateral Top: Access to the building; Bottom: Lateral elevation

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Plantas del edificio Building plans


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Fachada Sur South elevation

Secci贸n transversal Transversal section

Fachada Este East elevation

Fachada Norte North elevation


2 superiores: Huecos y porticones; inferiores: perspectiva y situaci贸n en el bosque 2 at top: Hollows and enclosing doors; bottom: Sketch and view into the forest

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The Belvedere Georgina is the outcome of a commission for a small dwelling with an area of approximately 60 usable m2, located in the garden of Oriol Regàs’ house in Llofriu, part of Palafrugell. The reduced area of the programme meant that the design would adopt a different iconography to that of the house, in order to avoid the miniature look. As a result, the formal repertoire the architects chose was the one corresponding to miradors or belvederes, a small building type typical of traditional gardens. These are petit, open-sided constructions, sometimes roofed and protected from sun and rain, sited on high ground with interesting views. Depending on their relationship to the surrounding terrain and bearing in mind their contact with the floor of the mirador, they generally have a plinth or base. The subject we are concerned with in this monographic number is the ground floor. The ground floor is that level of the building that interrelates it with the exterior access. In the case we are analyzing, once the actual ad hoc site was chosen, access is produced from a datum such that the existence is made possible of a belvedere with a 3 m high base that resolves the contact with the ground. Arranged on top of this is the belvedere per se, to which one accedes via a raised walkway built on walls, which connects it to the path that meanders through the property. It is inside this plinth that the entire house programme is situated. As a result, the ground floor, the access to the building, is situated, in this instance, in the position of the roof of the main functional programme. Meanwhile, made manifest in the aforesaid level is the superimposed mirador programme, as well as a dematerialized parking space, both of them protected by a pergola. The entrance to the house is resolved as a stairway-cum-fissure, set out between the bands in which the car would run in getting to the parking position. The house programme disappears, since it is laid out at a level both lower than and beneath the access level. Objective fulfilled. The design is resolved through the disposition in plan of a square with a 9 m side, with four piers per side, keeping to a 3 m grid at the axes. The piers have a square base with a 60 cm side and a height of 8.50 m, and support a large pergola. This is constructed by placing on the piers, to crown them, a frame and a grid of wooden beams with a squaring of 25 x 7 cm. Arranged on this primary structure is a secondary one, consisting of 15 x 5 cm joists every 1.20 m, which swivel through the arrangement of a diagonal joist in their end frames. This structure forms a square opening in the centre of the pergola and is finished at its outer edge by a running tie beam. The whole thing supports a garden trellis with 2.5 x 5 cm laths with a 20 cm square at the axes, swivelled in relation to the lower directrixes, which goes to form the arbour of the pergola. The plane of the mirador-cum-parking place is enclosed by a ceramic balustrade. The plinth of the mirador accommodates the house programme. Within the square, it is resolved in an L shape and this manifests the virtual subtraction it is subject to through the indigo colouring in the planes corresponding to the setbacks effected. The design imposes on itself, moreover, another mechanism of order. In the mirador base, the stretches of wall between the piers accommodate blind recesses for opaque wooden balcony shutters that close flush to the wall plane. The 60 m wide wall spaces between jambs and piers provide the right amount of room necessary for the shutters, when open. For all that, the order of the shutter recesses that the elevation provides does not correspond to that of the window recesses they protect. Hence, all the rear wall space is painted a dark colour (indigo) to camouflage the recess, while the size and position of the window recess or the lack of it is determined by the programmatic requirements of the interior. In this way what its designers call a “Mondrianesque window” is formed. Thanks to these brilliant conceptual ploys, this problematic minor commission has been resolved with elegance, mastery and attention to the location through the use of elementary technologies—piers and stuccoed painted walls, rustic shutters, simple and cheap garden trellis, traditional balustrades—applied to a raw material that appears ever more scarce: intelligence. Bibliografía - Balldellou, Miguel Ángel; Capitel, Antón. Summa Artis vol.XL: Arquitectura española S.XX – Espasa-Calpe 1995. pp.542-543 - Mann, Claudia. Clotet/Tusquets – Ed.Gustau Gili 1983. pp.54-59 - Muntañola, Josep. Topogénesis I – Ed.Oikos-Tau 1979. pp.56-60

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NĂšMEROS PUBLICADOS

PAB00: DK Volvemos a Dinamarca

PAB03: Park Avenue Streetscape

PAB01: Nueve edificios de grandes luces

PAB02: Edificios modulares


PLANTAS BAJAS / GROUNDFLOORS

GRUPO pab . PROYECTOS VII-VIII. DEPARTAMENTO DE PROYECTOS ARQUITECTÓNICOS DE BARCELONA. ETSAB/upc. Diagonal 649, 5ª planta. Despacho 5.4

P L A N T A S B A J A S G R O U N D F L O O R S

pab

04


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