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Roedores. Descifrando sus códigos y mapeando sus riesgos – Ing. Agr. Marcelo

Ing. Agr. Marcelo Hoyos

Gerente de Higiene Ambiental BASF Argentina SA marcelo.hoyos@basf.com

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Los roedores comensales o sinantrópicos son especies que conviven con el hombre y la actividad productiva. Las tres especies Rata de noruega, Rata de tirante y Laucha común son las que pueden colonizar una planta de acopio de granos, terminal portuaria de cereales o depósitos de almacenaje de semillas.

En estos ambientes los roedores encuentran todo lo necesario para vivir sin limitaciones de alimento y reproducirse sin restricciones. Los ambientes a su vez establecen áreas o sitios más limitados con bioambientes a su vez más específicos. O sea, podemos encontrar diferentes colonias en cada lugar y a su vez diferentes especies.

Vías de ingreso de los roedores a las plantas: ¿Cómo llegan los roedores a una planta? Acceden por dos vías.

Una es el ingreso activo a través de migraciones de individuos o colonias de sitios vecinos o próximos a la planta. Incluso fuera del perímetro donde colonias presentes en zanjas de caminos vecinales o rutas pueden buscar un mejor sitio dentro de la planta. Así acceden a sitios con más abastecimiento de alimento y refugio.

La otra vía de ingreso es la pasiva. Esta es a partir del ingreso de ejemplares individuales o partes de una colonia dentro de los insumos que ingresan a la planta (granos, bolsas con semilla, materiales para embalaje, bolsas, pallets, etc.). Esto explica muchas veces los problemas en el descenso de poblaciones que intentan realizar las empresas controladoras de plagas.

Poder monitorear permanentemente estos ingresos ayudará a establecer estrategias de mitigación tempranas y más contundentes. Los ingresos recientes dificultan detectar los patrones de anidación y alimentación hasta tanto el o los individuos se instalen y desarrollen su estrategia de demarcación territorial que realizan con heces y orina o sea sus propios olores.

Códigos de adaptación y marcación de territorios.

Este patrón territorial que define cada colonia permitirá descifrar los códigos de adaptación. Estos son: El sitio de anidación bajo tierra para Rata de noruega y en estructuras altas o maquinarias para Rata de tirante, sitios de tránsito desde su madriguera al sitio de alimenta- ción. Si en el camino al alimento los roedores tienen que ingresar a un sitio cerrado, agregamos un punto adicional que es el sitio de ingreso que conecta la madriguera con el alimento. Este será el trayecto que los adultos alfa y algunos roedores beta realizarán permanentemente. La actividad de acarreo permite trasladar el alimento al seno de su madriguera y poder ser compartido entre congéneres. En caso de que los nidos o madrigueras estén muy próximos al alimento (granos o semilla derramada) esto permitirá que gran parte de la colonia se pueda alimentar en lo que muchos autores indican como zona de seguridad.

El patrón o código de colonización con transito ida y vuelta sería:

Nido/madriguera > caminos marcados > aberturas o vulnerabilidades edilicias > alimento

Si los roedores colonizan ambientes cerrados tendrán un patrón de actividad

Nido/madriguera > caminos marcados > alimento

El rol del hombre dentro del proceso de colonización. Encontramos también que, el ambiente, la actividad productiva, la presencia del hombre con sus hábitos culturales, procesos productivos y costumbres, y otros animales predadores van definiendo los hábitos sobre colonización de las distintas especies sinantrópicas en lo que respecta a la construcción de sus madrigueras, el tránsito, el ingreso a las instalaciones y el consumo de alimento.

Por eso no podemos dejar de incorporar al hombre dentro de este diagnóstico. Todos estos factores dependen mucho de la actividad humana que modifica el ambiente y dispone de sitios para anidar, transitar, ingresar y alimentarse.

Todo descuido, error o negligencia, parecería favorecer a los roedores. Pero todo tiene su código, es posible descifrarlo y encontrar los puntos débiles donde podemos trabajar de manera más enfocada.

El rol del hombre en la colonización han sido claves a lo largo de la historia, porque el mismo define los ambientes, estructuras, relieves, zanjas, cúmulos de tierra, presencia de malezas, portones abiertos, obras que implican movimiento de tierra, cableados aéreos o subterráneos, derrames de grano y todo lo relacionado con el ordenamiento y la limpieza. Todo esto agrega una complejidad al ambiente.

Analizamos el mapa de riesgo y los puntos críticos:

El mapeo de riesgos es algo que desarrollamos en nuestro diagnostico en estos ambientes. Hay dos tipos de mapas.

Uno es el relacionado con la posible (riesgos) colonización de los roedores según la especie. • sitios de riesgo de colonización o anidación. • sitios de riesgo de tránsito / senderos • Sitios o puntos ingreso al interior de la planta. (aberturas, cableado aéreo y subterráneo)

• sitios riesgo de alimentación sectores con derrames de grano.

El otro es el mapa de riesgos de daños en la planta. • Sitios con cableado eléctrico, motores y tableros eléctricos. Donde un roedor puede generar un siniestro crítico. • Sitios considerados de contaminación a la materia prima o producto final. Excrementos y orina. • Sitios de posibles daños a materiales finales como bolsas de semilla. Rotura • Otro riesgo que esté ligado a la salud de los operarios y personal por la posibilidad de contraer enfermedades que potencialmente transmiten los roedores. Leptospirosis, salmonelas, Fiebre Hemorrágica Argentina o Hantavirus. (estas últimas virosis corresponden a especies de roedores de campo)

De esa manera es posible identificar y mapear de manera eficiente las posibles especies de roedores (Rata de noruega, Rata de tirante, Laucha común) que pueden estar presentes en ese ambiente o también poder dimensionar el riesgo que estas colonizaciones ocurran en el corto mediano o largo plazo. El manejo preventivo a través de puntos de riesgo y al descifrar los códigos de colonización puede dejarnos en una mejor posición y poder estar delante de los roedores y no detrás. Esta es la base y el sentido del Manejo Integrado de Plagas (MIP).

“Sin un diagnóstico previo no es posible elaborar estrategias eficaces”.

Para realizar un buen diagnóstico hay que capacitarse previamente. Para esto BASF pone a disposición de los usuarios de nuestros productos, capacitaciones personalizadas y atención de consultas (telefónica, WhatsApp, mail o visitas en caso de que se requieran).

En BASF pretendemos compartir experiencias de terreno que permite promover el “real valor del conocimiento”. ambiental-ar@basf. com

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