Queer, antimilitarismo y noviolencia

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Queer, antimilitarismo y noviolencia1 Andreas Speck

En esta presentación intento explorar las relaciones entre lo queer y el antimilitarismo, tanto al nivel teorético como al nivel práctico, de la lucha antimilitarista y/o queer. Lo hago, porque soy activista antimilitarista desde hace muchos años, y también soy queer entendido no como un término más “hip” para decir que soy gay, sino entendido como un rechazo del sistema binario del género y de las sexualidades. En mi propio activismo a veces siento una tensión entre estas dos identidades, sobre todo, aunque no solamente por esto, porque en su vida y lucha diaria los colectivos antimilitaristas son demasiados heterosexuales, con una falta de conciencia de su heteronormatismo y sus privilegios como heterosexuales y personas bastante “cisgénero”, es decir, personas con una identidad de género que es la misma que su sexo y apariencia de género, pero que no deja de ser asignado por las autoridades posteriormente a su nacimiento. Antes de continuar quiero definir cómo entiendo y uso los términos “antimilitarismo”, “noviolencia” y “queer”. Antimilitarismo El militarismo es un sistema que defiende la necesidad del uso de la fuerza para la resolución de conflictos, lo que exige preparar la sociedad para el uso de la fuerza (ejércitos, industria militar, etc.). El militarismo no se limita a proyectarse en conflictos externos – entre estados o unidades paraestatales (como los territorios palestinos) – sino que se extiende a conflictos internos, en forma de una policía militarizada y una doctrina del “crimen” y de lxs delincuentes como enemigos. El antimilitarismo es la lucha – en gran parte noviolenta – contra el sistema del militarismo. Noviolencia Mientras el antimilitarismo se centra en la crítica del militarismo, la noviolencia incluye una propuesta alternativa. El manual de campañas noviolentas de la IRG tiene una definición básica de la noviolencia, que tiene su fundamento en el deseo de acabar con la violencia, sea violencia física o lo que se conoce como violencia estructural (privación, exclusión social y opresión) o cultural, acabar con todo tipo de violencias pero sin recurrir a más violencia2. La declaración de principios de la IRG incluye esta 1

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Este articulo se basa en una presentación en Las Palmas al 10 de abril de 2014. Agradecimientos especiales a Carmen Magallón Portolés por sus comentarios y correcciones, a Pelao Carvallo, Alvine Andersson y a todxs que participaron en la charla del 10 de abril de 2014 en Las Palmas. Agradecimientos además a todxs lxs miembros del grupo de trabajo sobre la revisión de la sección sobre género del Manual para Campañas Noviolentas de la IRG – nuestros debates eran muy importante y enreciando. Agradecimientos muy especiales a Hilal Demir, feminista antimilitarista de Turquía, co-fundadora del grupo de trabajo queer de la IRG, y una muy buena y importante amiga. Internacional de Resistentes a la Guerra: Manual para Campañas Noviolentas, 2009, http://wriirg.org/es/pubs/ManualNoviolencia


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definición: Para algunas personas, la noviolencia constituye una forma de vida. Para todas nosotras y nosotros, es una forma de acción que afirma la vida, habla en contra de la opresión y reconoce el valor de cada persona. La noviolencia puede combinar la resistencia activa, incluyendo la desobediencia civil, con el diálogo; puede combinar la no cooperación — retirar el apoyo a un sistema de opresión-- con el trabajo de construir alternativas en positivo. En ocasiones, y como forma de comprometerse en el conflicto, la noviolencia intenta aportar elementos de reconciliación: reforzar el tejido social, dar poder a quienes se encuentran en los márgenes de la sociedad e implicar a gentes de distintos bandos a la hora de buscar una solución 3. Queer Realmente es muy difícil definir queer, porque en sí es un concepto que precisamente intenta rechazar cualquiera definición o categoría fija. La teoría queer rechaza la clasificación de los individuos en categorías universales y fijas, como "hombre" o "mujer", "heterosexual" u "homosexual", "transexualidad" o "travestismo". Considera que estas categorías están sujetas a restricciones impuestas por una cultura en la que la heterosexualidad es obligatoria (heteronormatividad), y sostiene que estas categorías esconden un número enorme de variantes. La teoría y la practica queer rechazan el sistema de binario de género o sexualidades. Queer significa "una posición de crítica atenta a los procesos de exclusión y de marginalización que genera toda ficción identitaria", tanto dentro de sociedades heterosexuales como en la cultura gay4. Además, la teoría queer critica las clasificaciones sociales de la psicología, la filosofía, la antropología y la sociología tradicionales, basadas habitualmente en el uso de un solo patrón de segmentación — sea la clase social, el sexo, la etnia o la nacionalidad poscolonial— y sostiene que las identidades sociales se construyen de manera más compleja como intersección de múltiples grupos, corrientes y criterios5. En el contexto de la identidad política occidental, la práctica política queer suele buscar situarse aparte del discurso, la ideología y el estilo de vida que tipifican las grandes corrientes en las comunidades LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales), que consideran opresivas o con tendencia a la asimilación. La política queer incluye otro aspecto importante, algo que Jabir Puar llama homonacionalismo6: la idea de que personas lgbtiq en todo el mundo experimentan, practican y son motivadas por los mismos deseos, y que sus políticas están basadas en un entendimiento que conecta 1) la direccionalidad de su amor y deseo con una identidad estable y 2) que esa identidad estable está conectada con la base desde donde unx formula sus demandas políticas7. El “homonacionalismo” está basado en ideologías "homonormativas" muy similar a las heteronormativas, replicando los mismos ideales jerarquizados relacionados con el mantenimiento de la dominación basada en la raza, la clase, el género, y la nación/estado.

“El eje del mal es heterosexual” Como dice Cynthia Enloe, no podemos luchar contra el militarismo y la militarización sin un análisis de género. Una de las fuerzas más importantes que mantienen el militarismo es el patriarcado, y más en concreto las formas de masculinidades militarizadas y hegemónicas. El eje del mal, entendido no en el sentido de George W Bush pero como el eje del militarismo capitalista de EE.UU., la Unión Europa, y 3 4 5 6 7

Internacional de Resistentes a la Guerra: Declaración de Principios, junio de 1997, http://wriirg.org/es/statemnt/sop-es.htm Beatriz Preciado: “Queer”: Historia de una palabra, 2009, http://paroledequeer.blogspot.mx/2012/04/queerhistoria-de-una-palabra-por.html Kosofsky Sedgwick, Eve (2002). «A(queer) y ahora (1993)». Sexualidades transgresoras, una antología de estudios queer. Barcelona: Icaria. pp. 24-54. Jabir Puar: Terrorist Assemblages: Homonationalism in Queer Times. 2007 Maya Mikdashi: Gay Rights as Human Rights: Pinkwashing Homonationalism, 16 de diciembre de 2011, http://www.jadaliyya.com/pages/index/3560/gay-rights-as-human-rights_pinkwashing-homonationa%3B


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sus aliados, no solamente es heterosexual, también representa unas masculinidades bastante hegemónicas, independientemente del género y la sexualidad de sus proponentes. Es decir, el hecho de que Angela Merkel lidera Alemania y su ministro de asuntos exteriores en el gobierno anterior, Guido Westerwelle, es homosexual no cambia el carácter patriarcal, masculino y heterosexual del sistema. Lo importante no es si son heterosexuales o tienen o no un pene, lo importante son sus valores masculinos que representan. El “eje del mal” también podemos entender como el eje que conecta el estado, el militarismo, los masculinidades militarizadas, el patriarcado, el heteronormatismo y la homofobia. El militarismo necesita las masculinidades, y especialmente las masculinidades militarizadas, para mantenerse. Jeff Hearn escribe: “Decir que los hombres, el militarismo y el ejército están histórica, profunda y ostensiblemente interconectados es quedarse corto” (Hearn 2003). Y también señala: “La naturaleza exacta de las conexiones entre el sexo masculino y el ejército es plural y variada; es decir, que existen masculinidades militares y no una sola masculinidad castrense”.8 Pero, mientras existen varias masculinidades militares o militarizadas, todas tienen en común el aspecto de que son masculinidades heterosexuales, que dependen de la homofobia. Como dice Halil Savda, un objetor de conciencia de Turquía: “En Turquía, el servicio militar es un laboratorio en el que se reproduce la masculinidad. El sistema patriarcal se solidifica a través de él. Yo objeté al servicio militar porque también estoy en contra de esta masculinidad artificial, de laboratorio. La lucha contra el militarismo definido en términos heterosexistas, a través de las estructuras sexistas, encuentra su expresión fundamental en el antimilitarismo.”9 Este vínculo entre el militarismo, la violencia y la masculinidad no es en absoluto “natural”: se tuvo que construir, y aquello que se ha construido, también se puede deshacer. De hecho, desde el punto de vista histórico, se trata de un proceso bastante reciente. Joanne Nagel muestra que, en los Estados Unidos, la conexión entre las formas militarizadas de la masculinidad - la idea de servir como soldado se remonta a finales del siglo XIX y comienzos del XX.10 En Alemania, este proceso se dio a comienzos del XIX: la masculinidad burguesa alemana, a quien no convencía el servicio militar, tuvo que pasar por un proceso de reestructuración y militarización. En esa época, como explica Ute Frevert, “el carácter del sexo masculino iba adoptando rasgos cada vez más castrenses: los valores y las nociones militares del orden... y paulatinamente se fue convirtiendo en el ideal de la nación masculina”.11 Se pueden exponer argumentos similares para la construcción de las masculinidades judías a través del proyecto sionista. Desde hace décadas, las feministas han investigado y denunciado la relación entre el militarismo, las masculinidades dominantes, y la violencia sexual, que va desde la desvalorización y el maltrato cotidiano hasta la violación y el femicidio. Por ejemplo, Eileen L Zurbriggen muestra que las características de las masculinidades militarizadas son las mismas que favorecen violencia contra mujeres, no solamente porque las violaciones son endémicas en tiempo de guerra. Según Zurbriggen, los aspectos de masculinidades militarizadas que contribuyen o apoyan la violencia sexual son, entre otros, el estatus, la valoración del éxito, dureza y agresión, una emocionalidad restricta, y el deseo de poder, dominación y control12. Mientras comparten la mayoría de los aspectos con las masculinidades hegemónicas, las masculinidades militarizadas no llegan a ser hegemónicas, pero son subordinadas a ellas. Las masculinidades hegemónicas se basan mas en el uso de habilidades técnicas y directivo para ejercer su poder y dominación, y por eso son mas accesible para mujeres y personas lgbt (Merkel o Westerwelle), necesitan las masculinidades militarizadas (o “hypermasculinidades”) basadas mas en 8 9 10 11 12

Jeff Hearn, Prefacio: “On Men, Women, Militarism, and the Military”. En: Paul Highgate (ed.): Military Masculinities. Identity and the State, Westport and London, 2003 Halil Savda: Carta de Halil Savda, 14 de abril de 2009, http://wri-irg.org/node/7216; más información sobre Halil Savda en http://wri-irg.org/node/829. Joane Nagel: “Masculinity and nationalism: gender and sexuality in the making of nations”. Ethnic and Racial Studies Vol 21, nº 2, marzo 1998. Ute Frevert: Soldaten. Staatsbürger. Überlegungen zur historischen Konstruktion von Männlichkeit. En: ThomásKühne (ed.): Männergeschichte – Geschlechtergeschichte. Frankfurt/Nueva York, 1996 Eileen L Zurbriggen: Rape, War, and the Socialization of Masculinity: Why Our Refusal to Give Up War Ensures That Rape Cannot Be Eradicated. Psychology of Women Quarterly, 34 (2010), pp 538-549


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la violencia física para el mantenimiento del orden patriarcal y capitalista 13. Entonces, para Zurbriggen, el trabajo por la paz y contra la violencia sexual están muy entrelazados 14.

Y lo queer? Desde una perspectiva queer es bastante obvio que nos vemos confrontados con la homofobia, heteronormatismo, pero también la “normalización” del movimiento mainstream lgbt que tiene sus raíces en el patriarcado. Lo queer surgió como consecuencia de la normalización del movimiento lgbt y en resistencia contra ella – como un rechazo de la “respetabilidad”. Se desarrolló en la práctica de movimientos como ACT UP en Estados Unidos o Radikal Gai en España en respuesta a la crisis del VIH/SIDA en los años 1990. Mientras desde una perspectiva antimilitarista llegamos al patriarcado por la relación militarismo – masculinidades – patriarcado, desde una perspectiva queer llegamos a una crítica del patriarcado por la relación heteronormatividad – binario de género y sexualidades – patriarcado. Desde las dos perspectivas, que son bastante distintas, llegamos a una misma causa – no necesariamente la causa única, ni del militarismo, ni de la homofobia – pero una causa clave para ambos.

Tensiones Entre lo queer y el antimilitarismo también existen ciertas tensiones, y voy a explorar algunas. No estoy intentando desarrollar una lista exhaustiva de las tensiones, pero sino solamente presentar unos ejemplos. ¿Qué hacer ante la discriminación de personas lgbtiq en los ejércitos? Una tensión viene desde nuestra respuesta a la discriminación de personas lgbtiq en el ejército. En unos países esta discriminación viene parcialmente de un marco legal – la prohibición de la homosexualidad en las FF.AA., y como consecuencia la exclusión de personas lgbtiq del servicio militar. Ejemplos son Turquía, con bastante patológización de las personas lgbtiq, y una práctica de humillación durante el proceso del reclutamiento. Gran parte del movimiento lgbtiq mainstream – sus organizaciones más conocidas – han hecho campañas bastante fuertes por un fin de la persecución de personas lgbtiq en las FF.AA – con éxito en muchos países, como el Reino Unido, Alemania, y más recientemente también los Estados Unidos. Mientras no estoy de acuerdo con la discriminación de personas lgbtiq en las FF.AA., mi queja – y la queja de muchxs activistas queer – es sobre la importancia y el perfil de las campañas “por el derecho a matar” – para decirlo de forma polémica. Estas campañas, vienen desde un deseo de ser aceptado, respetado e incluido en el sistema patriarcal y militarista de nuestros estados capitalistas e imperialistas. El servicio militar – sea obligatorio o no – todavía es un marcador importante – clave – de la ciudadanía, como era históricamente, entonces “el derecho a matar”, a alistarse a las FF.AA. de un país, significa la aceptación como ciudadanx completx, no de segunda clase. Nosotros, como antimilitaristas o insumisxs, estamos luchando en contra del militarismo y del servicio militar, y nos excluimos voluntariamente. En consecuencia, hay una tensión entre nuestra postura antimilitarista y la parte mainstream del movimiento lgbtiq. Pero “legalizar” la homosexualidad en el ejército no significa que las FF.AA. realmente aceptan la diversidad, y la valoran. Simplemente significa un fin de la persecución jurídica, y la privatización de la sexualidad. Privatización en el sentido de que ahora oficialmente la sexualidad de un soldado o una soldada es parte de su “mundo privado”, y – oficialmente – ya no es de interés público. Como señala la 13 Janie L. Leatherman: Violencia sexual y conflictos armados. Institut Català Internacional per la Pau, Barcelona, 2013 14 Eileen L Zurbriggen: Rape, War, and the Socialization of Masculinity: Why Our Refusal to Give Up War Ensures That Rape Cannot Be Eradicated. Psychology of Women Quarterly, 34 (2010), pp 538-549


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investigadora Victoria Basham con respecto a la experiencia del ejército británico, “privatizar la homosexualidad refuerza la cultura heterosexista que hizo posible la prevalencia de la política anterior (prohibición de gays y lesbianas en el ejército)"15. No desaparece ni la homofobia ni el heteronormatismo de las FF.AA., y tampoco el carácter patriarcal del ejército. Desde una perspectiva antimilitarista existe una tendencia a ignorar la realidad de las personas que han optado por el servicio militar, especialmente en países donde no es obligatorio. Ejemplo: Un ejemplo positivo es el desarrollo más reciente en la organización pacifista y feminista Israelí New Profile. Como resultado de su trabajo con jóvenes que se ven confrontados con el servicio militar obligatorio en Israel, New Profile también ha recibido experiencias de discriminación homofóbica y transfóbica en el ejercito israelí. Ahora New Profile está cuestionando la presentación de la objeción de conciencia de forma “tradicional”, normalmente de jóvenes Israelíes blancos y privilegiados, como un acto “heroico”. Además, la organización está desarrollando un trabajo con la organización trans* Gila Project, intercambiando información sobre la resistencia de jóvenes trans* al servicio militar obligatorio, y formando voluntarios del Gila Project en el proceso de la obtención de exenciones del servicio militar y otros temás relacionadas con la burocracia militar israelí 16. Mensajes homofóbicos en el movimiento anti guerra Recuerdo una caricatura de Bush y Blair durante la guerra de Irak que fue bastante popular en Inglaterra. En la caricatura Bush penetraba a Blair, y ambos lo disfrutaban. Podemos decir: dos hombres disfrutando el sexo. Pero obviamente este no era el mensaje de la caricatura. Era una crítica de la sumisión de Blair, de la participación del gobierno de Blair en la guerra contra Irak. Pero el mensaje tampoco era que Bush estaba violando a Blair – en la caricatura Blair claramente estuvo disfrutando la penetración, el sexo. Si no es una violación, y son dos hombres disfrutando el sexo consensual, el mensaje anti guerra depende de un contexto homofóbico – sin este contexto no hay un mensaje anti guerra, ni hay una critica de Bush, ni de Blair. Y parte del mensaje era que Bush penetra a Blair, lo que significa en la crítica que establece una relación de poder del poder – Blair como persona penetrada, también como persona inferior17. Representación lgtbiq en el movimiento antimilitarista Pero el deseo de respetabilidad no está limitado al movimiento lgbtiq. También lo vemos en el movimiento antimilitarista, en una práctica el excluir representantes lgbtiq o huir de la homosexualidad de sus representantes. Como explica Daniel Conway, en la campaña por un fin de la conscripción (End Conscription Campaign - ECC) durante el tiempo del apartheid en Sudáfrica la pregunta por los objetores gay era un problema. Confrontado con una estrategia por parte del gobierno de difamar a los objetores como afeminados o homosexuales, la mayor parte de la campaña no tenía voluntad de cuestionar la masculinidad hegemónica como parte de su lucha contra el servicio militar obligatorio y el sistema de la apartheid. Cuando aparecía un objetor abiertamente gay como Ivan Toms, quien quería usar su orientación sexual como uno de sus argumentos contra el servicio militar, la ECC tenia miedo y convencía a Toms para que escondiera su homosexualidad. El deseo de una “respetabilidad” del ECC – y de una imagen masculina – vencía sobre un análisis de discriminación que relaciona el sistema de apartheid, el racismo, con la homofobia18. 15 16 17 18

Victoria Basham, ‘Harnessing Social Diversity in the British Armed Forces: The Limitations of ‘Management’ Approaches’, Commonwealth & Comparative Politics, 47:4, pp. 411-429 Sahar Vardi: Correo electrónico al autor, 30 de marzo de 2014 Otro ejemplo bastante homofóbico: http://deadanarchistphil.wordpress.com/2011/03/20/the-invasion-of-iraq-whatreally-happend-warning-strong-content/ Daniel Conway: "All these long-haired fairies should be forced to do their military training. Maybe they will become men". The End Conscription Campaign, Sexuality, Citizenship and Military Conscription in Apartheid South Africa. South African Journal on Human Rights, Vol 20 part 2, 2004,


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Afortunadamente, desde entonces algo ha cambiado en el mundo antimilitarista. Más recientemente tenemos las historias de objetores de conciencia como Mehmet Tarhan de Turquía, Stephen Funk de los Estados Unidos, o Idan Halili de Israel, que han conectado su orientación sexual con su resistencia a la guerra y su objeción de conciencia.

La experiencia de la IRG En la historia de la IRG ha habido bastantes personajes lgbtiq en posiciones importantes. Algunos de ellos y ellas son: Bayard Rustin (1912-1987), objetor de conciencia estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial. Hombre negro y gay, fue detenido por su homosexualidad en 1953. Rustin estuvo involucrado en el Movimiento Internacional de Reconciliación (MIR) de los EE.UU. y en la War Resisters' League, la sección estadounidense de la IRG. Además, fue uno de los organizadores de los “Freedom Rides” en 1947, y una de las personas que desarrollaron las estrategias de algunas de las campañas importantes de Martin Luther King y del movimiento de derechos civiles desde 1955 hasta 1968 19. Myrtle Solomon (1921-1987), lesbiana, pacifista y durante mucho tiempo involucrado en la Peace Pledge Union, la sección del Reino Unido de la IRG. Myrtle Solomon fue secretaria general de la PPU desde 1965 hasta 1972, y presidenta de la IRG desde 1975 hasta 1986 20. David McReynolds, nacido en 1929 en Nueva York, y durante muchísimos años un personaje importante de la War Resisters League, también como asalariado. Desde 1986 hasta 1989 David McReynolds fue presidente de la IRG. Bojan Aleksov de Serbia, (Mujeres de Negro Belgrado, Casa de los desertores en Hungria) Y es posible añadir más personas a esta lista, por ejemplo Barbara Deming (1917-1982), también de los Estados Unidos, activista pacifista, feminista, y lesbiana. Deming contribuyo mucho a la teoría de la noviolencia desde su perspectiva feminista21. Para Deming, “para las mujeres la noviolencia requiere que rechazamos los roles que nos se han asignado y, efectivamente, 'hacer huelga' en contra de la mentira doble y muy elaborada del patriarcado: que las mujeres son de hombres y que las mujeres y los hombres son esencialmente distintas por su naturaleza.” Pese a todo, aunque la IRG tiene bastante historia de personajes lgbtiq con un papel importante para la organización, todavía hay poca consciencia sobre el heteronormatismo en la IRG, y dentro de los grupos de la IRG. Estamos en una situación similar a la que tenían las mujeres de la IRG en los años 1970 – el problema de la heteronormatividad y la perspectiva queer “no es una cosa suficientemente importante” para la mayoría de la IRG, y falta no solamente la conciencia de la relación entre militarismo y heteronormatividad, sino además el interés de investigarla. Personalmente no tengo ninguna experiencia de homofóbia en la IRG, pero si tengo experiencias de la falta de interés y conciencia. Ejemplo: Preparación de la conferencia internacional sobre noviolencia y empoderamiento social en la India en 2001. Cuando había preocupaciones del grupo organizador de la India sobre la posibilidad de ataques por la participación de GALZ en el programa de la conferencia, algunxs miembros del comité de preparación dijeron que “podemos quitar la cosa de la agenda” – en una conferencia sobre empoderamiento social. Por fin, no lo hicimos, y no hubo ningún problema durante la conferencia, una conferencia con bastante participación gay y lesbiana desde la India, Serbia, Zimbabue, y Alemania. Ejemplo: La sección sobre el tema del género en la primera edición del Manual para Campañas Noviolentas de la IRG trata el tema de género desde una perspectiva feminista “tradicional”, muy binaria, y no incluye una perspectiva queer, ni menciona homofobia o heteronormatismo. 19 20 21

http://www.wits.ac.za/files/res2c2bfdbf719e441cbf689200c5a65660.pdf Matt Meyer: Remembering Bayard Rustin at 100, 17 de marzo de 2012, http://wagingnonviolence.org/feature/revisiting-rustin-on-his-centennial/ Mitzi Bales (ed.): Opening doors for peace. War Resisters' International, 1991, http://wriirg.org/books/ms/openingdoors.htm Véase http://www.innatenonviolence.org/readings/2013_01.shtml)


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En cuanto a mí, cuando trabajaba en la oficina de la IRG, una experiencia que tuve durante un entrenamiento en Paraguay sobre el tema noviolencia, antimilitarismo y género fue clave para iniciar un grupo de trabajo queer en la IRG. Durante el entrenamiento entendíamos como equipo dinamizador que las dinámicas y herramientas que tenemos sobre el tema género no son adecuadas para tratar del tema desde una perspectiva queer. Entonces, durante la reunión del consejo de la IRG en el norte de Suecia en 2011 lanzamos el grupo de trabajo queer de la IRG. Desde entonces, hemos tenido algunos éxitos, como: •

una edición del Fusil roto sobre Queer y antimilitarismo en agosto de 201222

la perspectiva queer fue un parte importante y muy visible de la conferencia “Militarización de la juventud” en Alemania en junio de 2012

durante el consejo electrónico de la IRG en 2013 hubo también una reunión virtual del grupo queer.

En estos momentos, la IRG está revisando su manual de campañas noviolentas. Tenemos un pequeño grupo de trabajo para revisar la sección sobre género, y lo hemos hecho desde una perspectiva queer. Lo interesante es que algunas personas que forman parte del grupo hoy también fueron parte del grupo que elaboró la primera edición. Y no hemos tenido ningún problema en reconocer la necesidad de reescribir la sección desde una perspectiva queer y no binaria sobre género, más bien muchos debates constructivos sobre cómo hacerlo. Pienso que cuando la IRG publique la segunda edición de su manual, será el primer manual noviolento que trate del tema de género desde una perspectiva queer. Todavía hay mucho de hacer. Todavía nos falta un repertorio de dinámicas sobre género, antimilitarismo y noviolencia desde una perspectiva queer. Todavía nos falta una conciencia del heteronormatismo en los grupos miembros de la IRG, y un esfuerzo sincero de combatirlo.

Conclusiones El antimilitarismo necesita lo queer

Luchar contra el militarismo no solamente necesita una perspectiva de género, como dice Cynthia Enloe, sino también una perspectiva queer, porque el militarismo depende del patriarcado, de las masculinidades militarizadas y heterosexuales, y además de la homofobia. Como dice Daniel Conway sobre una oportunidad perdida en Sudáfrica en el caso del objetor gay Ian Toms: “[...] por medio de sexualizar abiertamente su objeción, [Toms] hubiera abrazado su identidad como persona extraña y hubiera personificado una identidad profundamente destabilizante en el espacio público. La ECC hubiera tenido que confrontar el discurso estigmatizante del estado directamente y este hubiera tenido la oportunidad de neutralizarlo y deconstruirlo.”23 El análisis queer del poder ánade perspectivas importantes al análisis noviolento del poder 24, y es una herramienta política que nos puede ayudar a desafiar estas normas. La liberación queer no trata de la igualdad dentro de un sistema patriarcal y militarista, sino que trata de ir más allá de la política de inclusión y crear unas sociedades futuras justas que no se dediquen simplemente a recrear sistemas de poder con distintos nombres. El militarismo depende de, y recrea, un orden mundial racista y jerárquico que nos dice la vida de quién 22 23

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El Fusil Roto no 93, agosto de 2012, http://wri-irg.org/es/pubs/br93-es.htm Daniel Conway: "All these long-haired fairies should be forced to do their military training. Maybe they will become men". The End Conscription Campaign, Sexuality, Citizenship and Military Conscription in Apartheid South Africa. South African Journal on Human Rights, Vol 20 part 2, 2004, http://www.wits.ac.za/files/res2c2bfdbf719e441cbf689200c5a65660.pdf Por ejemplo: Gene Sharp: Como funciona la lucha noviolenta. La Institución Albert Einstein, Boston 2014, http://www.aeinstein.org/wp-content/uploads/2014/02/C%C3%93MO-funciona.pdf, véase también: Andreas Speck: Noviolencia y Poder. Texto escrito para la segunda edición del Handbook for Nonviolent Campaigns, Internacional de Resistentes a la Guerra, Londres, 2014


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merece ser defendida y la de quién no. La imagen “del otro” debe existir además del “nosotrxs” (blanco, heterosexual, sin discapacidad, hombre, clase media o alta) cuya vida merece ser defendida. El análisis queer que resalta, cultiva y nutre la diferencia es un reto a la existencia de este “nosotrxs” homogéneo y, por lo tanto, supone un reto a la lógica que existe no solamente tras el ejército, pero mas amplio en un mundo militarizado. Además, la perspectiva queer nos puede ayudar en evadir la trampa de la (re)creación de un “nosotrxs” y “otro” alternativo, que produce nuevos procesos de la dominación y exclusión, o de nuevo una jerarquía que nos dice la vida de quien merece ser defendida o lamentado. Y lo queer necesita el antimilitarismo

Con los logros del movimiento lgbt de las ultimas décadas ha llegado la normalización, y lo lgbt ha dejado de ser “raro” o queer – el “otro”. A un precio: mientras identidades lgbt que copian el modelo heterosexual – el matrimonio y la convivencia en parejas “estables” combinado con la marginalización de otras identidades lgbtiq25, y además la militarización de lo queer. El militarismo no solamente perpetúa las rígidas normas de género y está basado en ideas heterosexistas de género que definen la masculinidad como físicamente poderosa y agresiva, mientras que la femineidad es sumisa y dócil. Aunque la gente queer y transgénero, así como el análisis y el activismo queer, desafían la legitimidad de dichas normas y, por lo tanto, retan las bases y las ideas del militarismo, la perspectiva antimilitarista y noviolenta puede servir para una critica del mainstream de los movimientos y organizaciones lgbt y su política de integración y normalización de lo lgbt. Miles Tanhira del grupo Gays y Lesbianas de Zimbabue escribió: “La guerra y el militarismo imponen las normas y papeles de género, y castigan aquellos que los rompen, así que la población LGBTI es excluida y atacada.”26 La militarización fortaleza las masculinidades militarizadas con su dependencia en la violencia para ejercer su poder que realmente las falta y que se expresa en la dominación de y violencia en contra del “otro”, incluyendo lo queer. El intento del militarismo, de los ejércitos, de incluir las comunidades lgbtiq, de abrazarlos con el fin del reclutamiento, conjunto con el deseo de la respetabilidad del mainstream del movimiento lgbtiq, requieren herramientas de lucha contra ambos que necesitan un análisis del militarismo y de la violencia. Para concluir: “Cualquier cambio comienza en casa. Una cultura heterosexista y patriarcal promueve y legitima la guerra. Un movimiento en contra de la guerra debe desafiar estas normas en sus propios movimientos y comunidades además de en la sociedad como un todo. Tenemos que abordar todos los problemas de violencia íntima, personal y estructural donde quiera que existan para crear unas culturas verdaderamente seguras y sostenibles que promuevan la paz y la justicia.” Y: “Claro está, los movimientos en los cuales la gente queer o trans* – o cualquier otro grupo – se sienten excluidos, ignorados o no tomados en serio, fracasan drásticamente a la hora de las responsabilidades. Trabajar activamente para que nuestros movimientos sean más inclusivos, no nos convierte sólo en un movimiento más grande, sino que además ofrece espacio para más perspectivas y experiencias y nos hace más creativos y efectivos en nuestro trabajo contra el militarismo.”27 La combinación de las perspectivas noviolentas, antimilitaristas, y queer nos puede ayudar en esta tarea de la construcción de un otro mundo mas justo, de paz y – claro – queer.

25 26 27

Michael Warner: The Trouble with Normal. Sex, Politics, and the Ethics of Queer Life. Harvard University Press, Cambridge, Mass, 2000 Miles Tanhira: ¿Por qué es la resistencia a la guerra parte central e importante de la lucha queer? El Fusil Roto no 93, agosto de 2012, http://wri-irg.org/es/node/20377 Alvine Andersson: Ocho razones por las cuales el antimilitarismo necesita el queer, en: El fusil roto no 93, agosto de 2012, http://wri-irg.org/es/node/20342


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