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Cosmac se vistió de fiesta

Cosmac se vistió

de FIESTA

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Cosmac única entidad que asocia ferreteros en el país, sacó sus mejores galas para celebrar su feria, en sus instalaciones en Santa Rosa de Santo Domingo.

Con ferreteros socios de todo el país, esta entidad mostró lo mejor de las marcas que representa y distribuye en el mercado nacional, en un fin de semana de noviembre. Los ferreteros que se hicieron presentes pudieron disfrutar de varias sorpresas, además de los descuentos aún más pronunciados en todas las marcas que la entidad representa. Aquí un extracto de lo que se vivió en esta feria.

Soldadoras eléctricas inverter vrs soldadoras convencionales o normales

Cuando un cliente quiere comprar una herramienta siempre trata de buscar el costo - beneficio de la misma. La idea de conseguir un buen equipo es que tenga las prestaciones adecuadas para elegir correctamente.

Al soldar una pieza, se reqquiere primeramente de energía, un suministro que nos permita utilizar esa corriente para crear ese proceso de soldar. Básicamente al utilizar electricidad en un equipo de soldadora eléctrica, este crea el arco voltaico necesario para fundir las piezas. Pero por efectos de seguridad, ese voltaje no es el apropiado para soldar. Hay que ajustar ese voltaje, y para hacerlo requerimos de un aparato que transforme esa energía. Así se crearon las primeras soldadoras eléctricas tradicionales, se les colocó un transformador, que es un dispositivo que permite convertir la energía del suministro eléctrico en un voltaje mucho menor para poder trabajar. Muchas soldadoras de este tipo simplemente se llamaban soldadoras eléctricas con transformador. La desventaja de ellos es que al sólo tener el transformado nada me decía que podía trabajar tranquilamente porque el voltaje fluctuaba, los puntos de soldadura no eran tan precisos, se pegaban los electrodos, el consumo era alto, en fin, muchos factores hicieron que este aparato tuviese modificaciones, por eso se fabricó la soldadora eléctrica con transformador / rectificador. Primero transforma el voltaje y luego rectifica la energía, que de cierta manera la haga más estable, esto se hacía de manera análoga. Entonces, se rectifica la corriente alterna (CA) en corriente continua (CC). Esto adapta al final un voltaje entre 7 V y 44 V, y una intensidad o amperaje entre 30 A y 1500 A. Ya con estas características se hacía más fácil el trabajo, sin embargo, no era lo más óptimo.

problemas debido a la tecnología que utilizan:

Contras de las soldadoras convencionales • No se pueden utilizar diferentes clases de electrodos (por lo mismo que dijimos sobre el rectificador) • Más importante, hay cierta dificultad en estabilizar ese arco eléctrico, lo que a veces sucede en que se peguen los electrodos a las piezas metálicas y no se haga un trabajo pulido • Son equipos demasiado grandes y pesados (al contener transformador / rectificador) • Para rectificar, utiliza diodos que son costosos de mantener, además de refrigerar.

Ventajas de las soldadoras convencionales Podemos hablar de unas pequeñas ventajas de estos equipos, que a la postre no son tan útiles comparadas con la nueva tecnología: • La calidad de estos equipos es excelente, superada sólo por muy buenos equipos de soldadoras Inverter. • Son más fáciles de reparar y menos costosas. • Se pueden conseguir equipos con 30 años de uso y en excelentes condiciones Si hablamos de estos equipos en temas de

prestaciones, la verdad, siempre salen perdiendo, empezando porque su estabilidad para soldar no es muy técnica, si no se es profesional, de seguro soldar con este tipo de equipos será todo un reto. La tecnología transformador / rectificador suplía las necesidades pero no era lo ideal. Aquí es donde surgió la idea de transformar la energía y rectificarla pero por medio de un simple circuito integrado o chip, hacerlo de manera digital no análoga. Por eso, cuando mencionábamos las características de los equipos de soldadoras eléctricas, se dijo: • Posibilidad de trabajos con acabados presentables. Cosa que con una soldadora eléctrica Inverter es seguro. Ya que será un acabado más fino, no es una posibilidad, es fijo. • Relativamente es más fácil de transportar. Cosa más fácil con una soldadora inverter, aunque en una soldadora eléctrica tradicional el transporte se ejerce sobre unas ruedas, no es lo mismo transportar un aproximado de 32 Kg que 3,2 Kg al hombro con una soldadora eléctrica inverter, incluso algunas convencionales ni ruedas tenían.

Las soldadoras inverter Todo esto hizo que surgieran los equipos soldadores eléctricos inverter. Estos equipos cuentan con un sistema electrónico o chip que permite ser las veces de un transformador / rectificador con una ventaja en muchos aspectos.

Ventajas de las soldadoras inverter Para aclararlo mejor, revisemos las ventajas de las Soldadoras Inverter. Así nació la tecnología inverter para los equipos soldadores eléctricos inverter. Algunos beneficios que ya hemos ido tocando: • Equipos fáciles de transportar (los hay desde 3 Kg). • Una gran cantidad de posibilidades a la hora de soldar (TIG, MIG/MAG, MMA), es decir son polivalentes o multifuncionales, no hay necesidad de cambiar una soldadora para realizar otras soldaduras. • Menor consumo eléctrico. • Soldadura con mayor precisión, y presentable estéticamente. • Ciclos de trabajo más eficientes. Esto significa que podemos soldar más tiempo de manera precisa y no hay que esperar. Algunos equipos pueden soldar a 160 A con el 100% de trabajo. • El arranque o inicio del arco se hace de manera inmediata. • El precio es muy razonable comparado con viejos equipos.

Contras de las Soldadoras Inverter Una de las contras o grandes diferencias como todo lo que existe hoy es: • Costo de reparación o mantenimiento, ya que al ser digital es más costoso en sus piezas. Por eso hay que escoger muy bien la marca a comprar, la calidad.

Diferencias entre las soldadoras tradicionales y las soldadoras inverter ¿Qué es lo que diferencia una soldadora Inverter de una tradicional? A continuación, veremos una comparativa de diversos puntos clave con sus diferencias

Peso y Tamaño: Se han encontrado soldadoras de más de 80 Kg, siendo para su época fijas o transportadas con montacargas. Como se dijo esto se debía al tamaño del transformador y la potencia que debían manejar. Hoy existen soldadoras de tan solo 3 Kg, que serían las soldadoras Inverter. En cuanto al tamaño es lo mismo, las soldadoras convencionales podían medir hasta 150 cm, haciéndolas voluminosas y por eso había que transportarlas con montacargas.

maneras. Las Soldadoras Inverter pueden llevarse sobre el hombro o en un maletín. • Aparatos para transporte vrs equipos portátiles

Reparación: Como se habló anteriormente, los equipos análogos, en este caso las soldadoras convencionales son un tanto más económicas. En cambio, las soldadoras inverter vienen siendo más costosas porque manejan tecnología digital. No es lo mismo reparar un carro mecánico de los años 80, que uno mecánico de modelo reciente. Esto dependerá mucho de la calidad de la soldadora que se compre. Si se compra una soldadora inverter de marcas reconocidas y con respaldo, no hay inconveniente alguno. Al final, el costo / beneficio vale la pena al comprar una soldadora inverter. Y por otro lado, la reparación de una soldadora inverter es menos compleja, ya que sólo habría que reemplazar el circuito integrado que está fallando, es más rápido y fácil. • Reparación más lenta vrs Reparación más rápida y sencilla.

Calidad: Se han encontrado soldadoras convencionales viejas oxidadas y con buen funcionamiento, pero sus prestaciones no son iguales, no vale la pena comprar una soldadura usada convencional, por un lado en tema de repuestos por la marca, no serán fáciles de conseguir, y por otro, la calidad de una soldadora inverter dependerá de la marca que se elija. Como en todo, si se compra un equipo demasiado económico con ningún respaldo y que parece casi desechable, obviamente no será la mejor experiencia. Fuerza / Potencia: En esto la variación es imperceptible, en ambos equipos, existen desde 55 A pasando por los 150 A hasta más de los 250 A. La ventaja es que esta potencia sigue siendo portátil en un equipo inverter, mientras que puede haber equipos convencionales más grandes para más potencia.

¡Ding - Dong… Hola

bienvenid os!

Trabajar en un comercio suele ser problemático, más aún cuando tenes que hacer las veces de multiusos, ventas, cotizaciones, recepción de pedidos, encargos, atención a proveedores, etc. Soy un humilde comerciante de productos ferreteros que, por cuestiones de crisis y demás, debió rescindir de los servicios de sus empleados, los cuales hacían de mi trabajo un poco más llevadero y liviano, ahora sin ellos, más agotador y tal vez estresante.

Un buen día, ya cansado de andar como “maleta e’ loco” para todos lados, me dije a mi mismo: “Necesito un relax, y repensar las cuestiones comerciales”. Deje a mis viejos atendiendo el negocio, ellos ya son grandes y con sus 60 décadas ya están como quien diría curtidos sobre la materia. Fui a tomar un café al centro de Luján de Cuyo, solo eso, como para despejar un poco. Ojo, si pudiera, me voy a la bosta de Crucero por el Atlántico, o dos meses de vacaciones a Nueva York, pero como sale carísimo, con un feca estamos más que bien. Descansé una hora deleitándome con una delicia cafeinesca de origen colombiano que el dueño de la cafetería había incorporado hacía poco tiempo, y unas medialunas rellenas de dulce de naranja, un deleite, fue espectacular, quería otro más, pero decidí dejarlo para después. Caminando por la vereda, luego de retirarme del café, noté un comercio de limpieza, automáticamente recordé que necesitaba un desodorante de ambientes para mi negocio. Entré al local, me llevé terrible cagazo:

“DING-DONG ¡HOLA! ¡BIENVENIDOS!”

—¡La concha de la lora! — Dije del susto —Uy, perdón señor no fue adrede. — Aclaré al hombre que atendía el negocio. —No hay problema joven, buen día. ¿En que lo puedo servir? – Respondió el hombre. —Si, necesito un desodorante en aerosol marca Mabel, Campos Verdes de Atacama por favor. – Respondí. Entretanto el hombre buscaba el aerosol, yo observaba una especie de sensor en la puerta de entrada, el que me había dado la bienvenida de una manera un tanto brusca pero servicial con acento a chino.

—Aquí tiene joven, ¿Algo más? – exclamó el hombre —No nada más, bah, una consulta, ¿Dónde consiguió ese timbre con sensor? —Respondí. —Ah, no, yo no lo compré, mi hijo me lo trajo. Pasa que cuando estoy en el fondo a veces no escucho si entró alguien. – Contesto. Agradecí su respuesta y después de haber pagado el aerosol me retiré. En el camino a casa pensaba que si conseguía uno de esos timbres tal vez me alivianaban los labores. Y es que hay cosas que no pueden hacerse en el mostrador, llámense orden de papelería, control de stock, revisión de depósito, pesar el alambre. Son esas cosas que solo las podes hacer entre las estanterías, la oficina o en el depósito que está lejos del mostrador. “Ya fue, lo mando a pedir con alguno de los que trabajan artículos electrónicos, mal no me va a venir” Pensé. Lo hice, lo encargué a mi amigo Lucca el cual distribuye esos artículos. El me mostró tres calidades, mas yo opté por la versión económica, aunque debería haber elegido la más cara según consejo del mismo Lucca. Al llegar el envió de mercadería abrimos la caja y, ordenando todo el pedido, encontré el timbre. Lo desembalamos y armamos, batería y cargador, soporte de pared, impecable. Lo colocamos en la entrada, elegimos el tono de “¡Hola, Bienvenidos!”. Así aguardamos a que llegara un cliente para probarlo, efectivamente funcionó. Cuando se puso flojo el día aprovechamos para pesar el alambre en rollos de a kilo. No alcanzamos a pesar ni dos kilos que sonó “¡Hola, Bienvenidos!” Fuimos a atender, nadie. Nos asombramos, pensábamos que alguien había pasado y se había escondido para hacernos una broma, pero revisamos y no, nada de nada. Seguimos con lo nuestro, “¡Hola, Bienvenidos!”, otra vez. Ahora si había alguien, mientras lo atendíamos sonó otra vez, y otra vez, y adivinen qué… —Eric, es una pija lo que compraste. — Dijo mi viejo. —“¡Hola, Bienvenidos!” — Dijo el hinchapelotas aparato. —¿Ves? La concha de la lora, ¡Saca esa cagada de acá! —Bueno pap. – Fui interrumpido. —“¡Hola, Bienvenidos!” — Ya fue lo voy a sacar, le desconecto el transformador y listo — Mencioné mientras lo hacía. Lo deje en el mostrador, entretanto limpiaba el mismo venían llegando clientes. —¡Buenos días! ¿En que lo puedo ayudar? —Hola, necesito una arand.. — “¡Hola, Bienvenidos!” —La puta madre. – Dije extenuado. —¿Cómo dice? – Mencionó el cliente. —No, perdón no es a usted a quien le digo, es otra cosa. – Respondí, mientras guardaba el timbre en una caja cerrada. —Bueno necesito unas arandelas de vuelo ancho. – Contestó. —Perfecto, de qué medida. – Pregunté. —“¡Hola, Bienvenidos!” —La concha de mi vieja. – Exclamé con un tono de enojo supremo — ¿Pero cómo puede sonar? Si lo desconecté y además lo metí en una caja cerrada y oscura. —¡Eh! Viejo, aflójale a las puteadas. Deja, no me vendas nada me voy. – Dijo el cliente. —¡No! Es que no es a usted.. —“¡Hola, Bienvenidos!” El cliente que estaba atendiendo se fue al carajo dejándome sumido en una vergüenza de proporciones astronómicas, los demás clientes haciéndose los boludos se fueron rajando despacito para no levantar sospechas ante mí que estaba profundamente sacado por la porquería electrónica de timbre mierdero que fui a comprar. ¿Por qué sonaba aun si lo había desconectado? De boludo me olvide de sacarle las pilas. Solo restaba hacer una cosa, ya que me había tomado la molestia de mal gastar, debía hacer de eso algo que realmente sirviera, y eso hice. Lo coloqué dentro de la heladera en casa, y me senté en la mesa a esperar que alguien abriera para cagarme de la risa. Y así es como de esta manera aprendí que con gastarme unos mangos más obtengo lo que realmente necesito, y que las baratijas, aunque no funcionen como esperábamos y nos dejen echando puteadas universales, siempre pueden sacarnos una sonrisa… o un infarto en el caso de mi vieja al abrir la heladera.

Siempre joviales los hermanos Brenes, conocidos como Lucas y Tito, se declaran ferreteros apasionados. De hecho, instan a otros empresarios a unirse y no buscar ni hacer tanta guerra.

Lucas cumplió

3 décadas Inversiones Ferreteras Lucas, un negocio ferretero en Cartago, sigue tan fuerte como hace 30 años desde que abrió sus puertas.

Paraíso, Costa Rica.- A veces la vida nos pone de frente con sus confabulaciones, tretas y obras, y que si se le busca explicación, de lo que menos se trata es de casualidad. Esa mañana de diciembre llegamos temprano a Paraíso de Cartago, y que de haber llegado 30 años antes, habríamos sido testigos de la apertura de Ferretería Lucas… O bien, Inversiones Ferreteras Lucas. Fue cuando desde dentro, nos gritó aquella voz inconfundible: “diay patrón... un toquecito, ya voy”. Era Lucas, sí Lucas, que es menos conocido como Gerardo Brenes su

nombre de pila. Lucas nació en Paraíso y ahí se quedó y junto con Tito, su hermano Alfredo conforman los fundadores de este negocio de tres décadas. Siempre se han caracterizado por tener la ferretería bien presentada y cumplir con las premisas de iluminación, orden y buen ambiente. “Los tiempos han estado duros, nadie se escapa, pero los clientes no nos han abandonado.

Nos ven como el negocio del pueblo y nosotros tratamos de devolver la confianza a base de buenos productos”, dice Lucas. Es por eso, que en un pequeño aposento, se les ocurrió instalar una cafetería con todas las de la ley, como dicen, no solo para que los clientes disfruten de un café mientras esperan a que les carguen algún camión, les buscan un producto o esperan ser atendidos cuando el negocio está muy lleno. “Nos gusta que la gente esté contenta, y un cafecito ayuda para que el cliente no se desespere y si a eso le agregamos que la cafetería sea un lugar placentero, nos ha dado buenos resultados”. Ambos hermanos son fieles creyentes de los productos de calidad, algo que debe estar siempre por encima del precio. “Al cliente hay que hacerle entender que para cualquier proyecto lo que más conviene es realizarlo con productos de calidad y ahora en el mercado, andan algunos productos que ya parecen de farmacia, como los genéricos y la verdad es un riesgo apostarles”.

Siempre fuertes Alfredo agrega que para llegar a estos 30 años, no habría sido posible sin el apoyo del pueblo de Paraíso. “Tenemos muchos clientes que son fieles al esfuerzo de su propia gente y nos han apoyado desde siempre. Nos hemos convertido en el negocio del pueblo”. Sobre la competencia, Lucas dice que siempre es fuerte y se necesita para que el sector sea más dinámico. “Todos hemos pasado tiempos duros y difíciles, pero los ferreteros debemos echar para adelante y no “guerrearnos” como hacen muchos”. El negocio apoya el ciclismo de la zona, tiene un equipo con la idea de acercar los jóvenes al deporte. “Hay mucha droga y para nosotros apoyar al ciclismo es devolver a la comunidad acciones que combatan el flagelo de las drogas. Tenemos mayoristas que nos apoyan, nos ha costado mucho, pero no vamos a aflojar jamás con ese proyecto”.

Ambos hermanos consideran que aún queda mucho por hacer en el mercado, y dicen tener todavia “gasolina” para otros 30 años o más...

Un trío muy

DINÁM ICo

Grupo Boston, desde la Zona Sur del país, se tiende como una empresa fuerte que engloba varios negocios en acabados, ferretería y mayoreo.

Michael Morales (de blanco), Gerente Comercial, Fernando Ruiz (centro), Gerente General y Steven Oviedo, Proveedor, de Grupo Boston, conforman un trío empresarial que ha puesto el negocio entre los preferidos de la zona y más allá.

Barrio Boston, Pérez Zeledón, Costa Rica.- Lo que antes se conocía solo como Ferretería Boston, hoy es todo un grupo, al que llaman Grupo Boston y que conforma la misma tienda ferretera, Nikofer que es la empresa mayorista de productos para la construcción y Acabados Boston, que comprende todo un departamento de acabados. Fernando Ruiz es la cabeza del grupo, y se ha hecho acompañar de gente de confianza que día a día busca cifrar con éxito el objetivo de vender más. Y a qué deben esta predilección de pueblo pesetero que los mantiene en crecimiento, y además, y la llegada de Nikofer como una empresa mayorista en crecimiento que ya llega a más de un centenar de ferreterías con sus productos, y a otras industrias.

Precisamente, entre la gente de confianza del grupo están Steven Vega, que es el Proveedor y que día a día debe atinar con los mayoristas, para mantener el equilibrio entre las compras y las ventas. Por otro lado, también está Michael Morales, Gerente Comercial del Grupo, y quien con más de 11 años de experiencia, fue el que le dio impulso a lo que hoy es Nikofer. Ese sábado por la mañana, llegamos casi temprano, antes del mediodía, y el “hormigueo” de clientes era imparable, por eso Morales

atina al indicar que en promedio todos los días atienden cerca de 500 compradores. Advierte que apoyados por Plycem y Cemex fue que arrancó Nikofer. “Nos dijeron que nos encargáramos de la parte sur del país y arrancamos con eso y un contenedor de cerámica que importamos desde Brasil”. Aparte de comercializar los productos entre las emrpesas del grupo, hoy Nikofer le vende a cerca de 140 puntos ferreteros y otras tiendas de acabados. “Estamos en Nosara, en Nicoya, Limón. Tenemos operación en Occidente con Grupo Ferremax, contamos con clientes en San José”. Manifiesta que uno de los factores que le ha dado crecimiento a Nikofer y al resto de las empresas del grupo, ha sido el orden y ese es un valor que siempre les han inculcado los dueños. “Despacito porque precisa, pero hemos cuidado mucho el orden para impulsar el crecimiento”.

Transparencia Agrega que también, en la parte de mayoreo han conseguido venderles a otras ferreterías que son competencia de Ferretería Boston, gracias a la transparencia con que desarrollan los negocios. “Para Nikofer, Ferretería Boston es un cliente más. A todos los tratamos por igual y con la misma honestidad. Si por ejemplo, Ferretería Boston va a hacer un lanzamiento de alguna oferta o producto, le ofrecemos el mismo producto con las mismas condiciones o bien, uno diferente para que pueda sacar provecho de las ventas”. Nikofer maneja todo lo que es línea de acabados y material pesado, y Morales sostiene que otro de los valores que les ha dado aceptación es la inmediatez para hacer llegar las mercaderías a los negocios de los clientes. Manejar todo un grupo de empresas a nivel ferretero no es tarea fácil, y para Michael mucho del éxito radica en el orden financiero. “Cuando se tiene eso, permite hacer inversiones, permite tener crecimiento, y tener un equipo humano competitivo, pero también hay que estar innovando, hay que estar atento al mercado y sobre todo hay que reinventarse”. Dice que no todo ha sido color de rosa porque para tener una buena empresa también se cometen sus errores… “Nadie nace aprendido ni se puede asegurar nada, al principio fue mucho de prueba y error, pero es la manera de darse cuenta dónde verdaderamente se encuentra el potencial para crecer y hacerlo bien”. Crisis en Boston y Pérez Zeledón es una palabra muy fuerte. “Sabemos que la economía ha caído, pero en la zona no hemos sentido alguna baja. Aquí lo más importante es no sentarse a esperar ni cruzarse de brazos”. “No importa si es ferretería, o si son acabados o mayoreo, a cada negocio hay que ponerle ganas, tener objetivos y metas claras de crecimiento. Lo que sí le puedo decir con certeza es que tenemos pasión y seguimos creyendo que nuestra fortaleza es el recurso humano, además que a los clientes siempre les decimos la verdad”. Su idea, no muy lejana, está en tener una bodega de Nikofer en el Valle Central.

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