Félix Méndez Correa: “Fue un orgullo servir a los venezolanos en Madeira durante 16 años”

Sergio Ferreira Soares

El próximo jueves 30 de marzo culminarán las funciones del Embajador Félix Méndez Correa como Cónsul General de la República Bolivariana de Venezuela en la ciudad de Funchal, Región Autónoma de Madeira, luego de 16 años ininterrumpidos ocupando el cargo. El funcionario, de carrera diplomática, regresará al servicio interno del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores, a la orden de una nueva misión; decisión tomada por el Presidente Nicolás Maduro Moros, a quien le corresponde nombrar a los diplomáticos en el exterior.

Méndez Correa tiene 50 años en la administración pública, de los cuales 37 han sido en el ministerio.

También fue Oficial del Ejército, con rango de Capitán, y asistente parlamentario de Calixto Ortega en la Asamblea Nacional.

Su carrera diplomática lo ha llevado por Boavista (1983) y Belem (1992), en Brasil; Georgetown, en Guyana; Puerto Inírida (1986), Bogotá (1996) y Puerto Carreño (1998), en Colombia. También pasó por la Dirección de Fronteras, en el servicio interno del ministerio, y en 2003 fue trasladado como Encargado de Negocios de la Embajada venezolana en Guatemala, para finalmente asumir el Consulado criollo en Funchal en el año 2006, por orden del ex-fallecido presidente Hugo Chávez Frías.

“Es momento de darle paso a un nuevo rostro y de refrescar la imagen del Consulado con un nuevo funcionario, que será alguien con el más alto rango diplomático, dada la gran importancia que Venezuela le atribuye a la Región Autónoma de Madeira. Estoy convencido de que este nuevo funcionario le dará continuidad al trabajo que hemos venido realizando todos estos años. Mientras tanto, quedará encargada como Cónsul Interina la Cónsul General de Primera,

Naelys Jiménez. Nuestro consulado no dejará de trabajar” explicó Félix Méndez.

El diplomático de carrera entrega el cargo con solvencia. “El Consulado en Funchal está totalmente al día a nivel contractual: personal, local, seguridad social, alquiler de oficina y cualquier otra responsabilidad asumida. Me voy satisfecho de no dejar nada pendiente. El 01 de abril, cuando la Cónsul Interina asuma el cargo, encontrará todo al día y en orden” asegura.

Félix Méndez Correa se siente orgulloso de la gestión realizada durante 16 años de servicio en la Región Autónoma. “La función consular no tiene carácter de representación, ya que el único representante de un país ante otra nación es el Embajador. Nosotros como cónsules somos servidores públicos, con el deber de atender a nuestros ciudadanos, quienes con sus aranceles pagan nuestro sueldo. Somos un registro y una notaría venezolana en el Estado receptor donde nos encontremos. La misión consular no es política, sino que cumple una función de atender, aproximar e integrar, sin distinción. Nunca he sido político, ya que soy un funcionario de carrera diplomática. Mi objetivo siempre fue buscar soluciones a problemas de nuestros coterráneos e intentar integrar a las personas. En este sentido, me voy con total orgullo del trabajo que hicimos con mucha dedicación y empeño en pro de nuestra gente” explica el hasta ahora Cónsul.

“Para mí, estar aquí fue una bendición. Desde pequeño fui testigo de la relación de proximidad entre los portugueses y los venezolanos. Eran los ellos, dueños de abastos y bodegas, quienes daban el primer crédito familiar de alimentación. Tenían siempre un lápiz en la oreja y anotaban todo en su libreta, e iban tachando a medida que se les pagaba. Se sentían más venezolanos que quienes lo eran de nacimiento. Es por ello que cuando me nominaron para Funchal, me sentí muy emocionado de saber que iba a conocer la tierra de tantos comerciantes y empresarios que han aportado muchísimo al desarrollo de Vene-

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Una vez que llegó a la isla, el Embajador se percató enseguida de los vínculos entre la Región y su tierra natal. “Queriendo practicar el portugués, que había aprendido en Brasil, fue al supermercado y pedí un ‘frango’. Mi sorpresa fue cuando el muchacho que atendía me respondió en español: ‘¿cómo quieres el pollo?’ Bastó ese instante para entender que en Madeira había fuerte presencia de venezolanos. Luego, con el paso de los días, hablé con muchos madeirenses y todos tenían familia en Venezuela” cuenta el diplomático.

En aquel entonces, el Consulado General de Venezuela en Funchal quedaba al lado de la Catedral de la ciudad. Félix Méndez llegó a la isla el 29 de noviembre y tomó posesión del cargo al día siguiente.

Su sorpresa fue cuando, el 1 de diciembre, los alrededores de la sede consular estaban repletos de música, barraquitas, cantos, iluminación y algarabía. “Mi esposa se había quedado en Guatemala, arreglando todo para venirse. Un día por teléfono me preguntó cómo era el ambiente y yo, viendo todo esto a mi alrededor, le respondí que me sentía en Disney” recuerda entre risas.

Desde que asumió el cargo, en compañía de la cónsul adjunta Mariela de Gouveia, Méndez implementó una política de “puertas abiertas”, con la intención de aproximar a los venezolanos a su servicio. “Conseguimos un acercamiento maravilloso a través de actividades culturales, deportivas y sociales. En ese entonces, Venezuela no tenía el bloqueo internacional y contábamos con recursos que nos permitieron impulsar varias iniciativas como el Festival Gastronómico y Musical en Riberia Brava; siete cohortes del curso de lengua castellana con una profesora egresada el Instituto Pedagógico de Caracas; los cursos de Gastronomía Venezolana dictados por mi esposa, Gladys Peña de Méndez, en el Consulado y cuatro concejos de la isla; las entregas de juguetes llamadas “Niño Jesús Venezolano”; la inauguración de la Plaza Simón Bolívar en Cámara de Lobos y de la Plaza Francisco de Miranda en Calheta. También organizamos y apoyamos el beisbol en Madeira, donándoles equipos de guantes, pelotas y uniformes de calidad”, enumeró Correa. El Cónsul General saliente no duda que el éxito de la labor desempeñada se debe al equipo de trabajo con el que cuenta. “Nuestras funcionarias son el alma y el motor de este Consulado. Ellas tienen la sensibilidad para atender al público, escuchando sus problemas y dándoles recomendaciones de qué hacer según cada caso concreto. Me siento orgulloso de ellas, ya que demuestran que tienen un corazón muy fuerte, al atender con sensibilidad, afecto, cariño y una sonrisa a todos quienes nos visitan, manteniendo el orden, la disciplina y la moral que deben regir en una institución como ésta” asevera Méndez Correa.

SEXTA-FEIRA 17 DE MARÇO DE 2023

CORREIO DA VENEZUELA / #921