Fuentes Históricas sobre Puerto Rico (octubre 1929)

Page 1

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Históricas Sobre Puerto Rico

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ato Rico .. $2.00 al año. jero . . $2.50 al año.

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Ditección Postal

535, Rio Piedras, P. R.

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REZA LRD

e

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SON .

rn

Fuentes Históricas

ag

. mos artículos, cuyos asuntos necesitan probarse, después relacionarlos unos a

isla, y aquel cacique gue tantole cau -

tivaron,

_ Otros, de lo que resultan robustecidos, para últimamente

la Española “desde la

qual el Capitán Johan Ponce se volvió á Sant Johan y llevó allá á su mujer é

hacerlos concurrir á

hijas.” (1)

la prueba que ha de «darnos el conven-

cimiento de que Colón mera vez á Guayanilla.

deja

e

»

llegó por pri-

He

|

aquí

cómo

un

aumento -de ve- :

_Cinos se une á los dejados anteriormente y el pueblo está formado. mó

IL. PRIMERA POBLACION EN SAN | JUAN. IV: PROGRESOS DEL NUEVO PUE. ns

-.

En las inmediaciones del pueblo en . que residía Agueybana, próximo al lu-

gar

donde

se conservan los depósitos

N de detritus del pueblo que dió hospeda-

León,

á

la

Española

encuentra destruídos

de

los casti-*

- los que levantó con la protección de Ovando, á quien encuentra sustituido

por el Almirante don Diego Colón y so- «metido al juicio de residencia.

_.

El

nombramiento

hecho

en

don

Cristóbal de Sotomayor para Goberna-

dor

de

San Juan, quitó á Ponce de

León toda esperanza por entonces. Cre-

yendo más conforme con sus inclinaciones é intereses no abandonar aquella-.

para

los dos.

Para

limar

atar. la fácil

“>

todo

'

motivo

conquista,

:

SS

lazos

A

fubgdado con algunos chripstianos, co-.

para Ponce

A

IL ENGROSAMIENTO DEL NU. 'CLEO DE LA PRIMERA POBLA. CION Pa

se conservan los restos de la primera población sn San Juan. a ¿Cuál fux el nombre dé estas dos poblaciones? XSUAYDIA, el mismo

pi

mo

PA

je á Ponce de León; donde se levantó el pueblo de ese mismo Ponce de León,

Esos “algunos chripstianos,” fueron el núcleo de la primera población de los españoles. | Po

Vuelto

Pue

hacienda.

NN

-

para

te

- cuyo jefe fué tan bien acogido; no den, otros, que de los del pueblo de Aguey-

de empleados

AA

tre los cuales desembarcó Ponce d León; no de otros, que de aquellos po

consiguiente

.

es HI

No de otros, que de aquellos en

quito

la curia, para la administración, para la

de impre-

sión desagradable a! juzgar homónimas

las dos poblaciones, la indiay: la española, haré esta reflexión: ' A Guaydía es nombre indio. En ¿u. composición entra la raíz guay que en. páginas anteriores encontramos comKA

(1)

a

—Bibliografía histórica de Puerto Rico, pág.

S

19.

(2) —Bibliografía histórica de Puerto Rico, «pág. 19.

Ñ

indios habla aquí Ovie-

de alta graduación con el sé-

.

do?

qué

f pleados

e.

¿De

- rrollo de la colonia. Ayer una familia con criados y servicios: hoy dos em-

Psa

la de Sant Johan algunos chripstianos muy en paz é amistad con los indios.”

Oviedo nos va indicando el desa-

LA

de

_León volvió á la Española '“dexando en

(2)

ma

Ponce

niente ó alcalde mayor á Johan Cerón, _ é por alguacil mayor á Miguel Díaz.”

be

llevaba gran muestra

“El Almirante envió allá por su te-

A

abundaba aquel ambicionado metal de

BRO.

CTRA CINAARO

pepitas de oro encontradas en los cauces del Manatuabón y Cebuco, conocidos los otros muchos placeres en que

que

|

y tentadoras

Amino

hermosas

||

Recogidas


- Fuentes Históricas. .. En 1510 á Guánica.

poniendo los nombres Guay-bana, río; .

A mayor. Un ojo observador ve un escalona-

al nombre de su origen se

miento estratégico. De esa cadena, el -primer eslabón es el más importante:

nombrase su residencia favorita Guaydía? a Era costumbre de los conquistadoTes poner nombres del calendario rela- .

Es=/

Guaydía, que estaba en el corazón del

que

pueblos

dría Ponce de León cometer esa falta

bargo, en este caso dan: nombre indio al

A

-mientos, conserva ese nombre en el uso

cumento oficial comolo era la carta del.

tiao.

desde los ci-

ordinario y lo encontramos

en un do-

Guaydía es auténtica por los hechos, es auténtica ¡por las necesidades

Rey don Fernando á Cerón y Díaz en que se refiere á la matanza de algunos cristianos en Guaydía. (3).

estrechas de la defensa; es auténtica por las necesidades diplomáticas: de la

. V. SE DESATA UNA OBJECION. No

es

paz que era necesario sostener, interín

las raíces de la colonización se fortalecían.

especiosa sino fundada, la

objeción que á la explicación anterior puede hacerse por falta de enlace entre la población cristiana de Guaydía y el '

puerto

a

de

Guayanilla, como entre la

Guaydía cristiana y la población del caa

«cique. -

Se sabe que Ponce de León dese

RIA

barcó dondé residía Agueybana;

y

Se sabe que con éste quedaron'unos ó á la españoles cuando de aquí ret

Española;

/

-

Se sabe que Ponce (Acón volvió 4 San Juan con su fan/áa. ¿A dónde

iría á vivir? Donde vivían los que quedaron con el cácique.

y

o o

.

Mas

/

MISMA MATE. RIA

|

|

A

Prueba de lo anteriormente dicho, que confirma la importancia que Ponce de León dió á Guaydia, es que en la división de mando que hizo, dejó á don

Cristóbal Sotomayor en ella con dominio fué era

sobre Agueybana segundo que le o adjudicado. (4) El debía estar en otra parte, pero necesario otro que tuviera en sus

manos

las

cádenas

que sujetaban al

rey esclavo.

.

“VIL CONTINUA LA MATERIA AN-

¿ón á vivir sino donde vivía Pon| e de León? Ahora bien, descartado Ponce de

Una de Mis principales necesidades

León

-

VI. CONTINUA

- Se sabe gue vinieron Cerón y Díaz

con su cortejo de empleados.

po

el momento en que Ponce

Desde

de León dejó con Agueybana sus: castellanos, ya pudo considerarse el cacique pacíficamente prisionero del Guay-

que levantado

pueblo

¿A dón-

del gobernador Cerón y del Al-

| guacil Díaz, funda, En 1506 á Guaydía. - En 1509 á-Caparra.

-

de estrategia y de diplomacia?

Sin em-

fundaban.

¿Po-

enemigo común, no se abandona.

.cionados con recuerdos de la Patria á los

En

.. El mismo año, á sus fines,á. Soto»

A-guey-bana, cacique. .¿Qué más natural que con relación al nombre del

dueño .y.

--

|

TERIOR.

_ que siente el sucesor de Agueybana es

deshacerse de los invasores de su patria.. Los caciques lo reconocen como rey, y él se encuentra esclavo.

'¡Cuán-

(4) —Quizás éste fué el acto que más

comprometió la paz de la colonia.

:


Fuentes Históricas

a? e

o

E .

AS

:

to escarnio! La primera venganza que "consuma su macana es la muerte de

destruir en uri segundola creencia sus-

tentada por cuatro siglos y asigna á Aguada la honra que nos pertenece, y

trata de arrebatarnos la gloria con que.

se envanecé-Mayagúiez.

bras

de

:

nuestra: primitiva .

.

.

si

El .

-

E

. se

E

AA

la justicia con que

_,esos

A

E

se otorgaban á Aguada los laureles de la victoria. Pero si esas pruebas, si documentos, si esas reliquias no ¿serán personales

desvanecer las Otros escritores?

bastantes de

un

las

'suposi-

escritor

para

que han sustentado Si en vez de Aguada,

A

existen, ciones

.

DAA

J

A

- y sería la primera en confesar sus errores, y en reconocer

las dudas que puedan abrigarse de*g

G

cabeza ante la realidad de los hechos,

- EN PUERTO RICO? -

La prensa local, recogiendo los ecos la opinión, ha lanzado á los vientos la publicidad el tema que sirve de e grafe á estas' líneas, para desvane

..

«do de las profundidades de la tierra, nos” iniciasen en los secretos del ayer, Mayagúez, aunque con pesar, inclinaría la

COLON

puesto á discusión en estos días. (5 a

historia;

indiscutibles, y acordó le- '

OS

AURA CAACLIIMRARNS EA 24 den

ri ne

4

hechos

4

mo

e

(5) —Septiembre de 1893. |

mn >

el señor - ca el autor, sin darse tiempo para de- : purarlas en el crisol de la verdad, aco-gió las indicaciones del señor Brau co-

Brau, en sus investigaciones críticas so-

A

Pero

a q

puertorriqueño,

”.

+

DA

ilustrado

pular que acepta las nuevas ideas co. fruición, ya por la novedad que ofrecen, ya por las simpatías que le merez-

a CIR

un

A pesar de esto, el entusias.-9, po-

Ar

gue siendo la opinión general.

RA

se desprende que en la rada de esta ciu-.

- dad anclaron las naves de Colón el 19 - de Noviembre de 1493. Esta era y si-

A

hubiese querido justificar el señor Brau fueron nuestras «playas las primeras -que fué otro de los puertos de Occidonde Colón posó su planta, gloria * - dente el visitado por las naves del Alque intenta arrebatársenos, estando de ' mirante, hubiera presentado, para pronuestra parte el derecho, la razón y la márnoslo, los mismos argumentos que justicia. ES hox, aduce, y ésto basta para destruir Si es verdad que los obscuros do“por :11 base todas sus afirmaciones. Los cumentos del tiempo de la conquista, hechos Ne la historia sólo se destruyen no dicen termirantemente que fuera con hect.'s positivos, porque si éstos Mayagúiiez la que honró con su visita el pudieran atymodarse á distintas époAlmirante, de las relaciones de su viacas, á distintoj lugares, á distintas cirje, de las deducciones de hombres pencunstancias, cadeautor los interpretasadores que han consagrado su vida á ría según su criteriv,y el libro inmorestos hermosos estudios, y de las afirtal se convertiría en intrincado laberin- maciones de reputados comentadores, to lleno de obscuridades y “de sombras.

4

y el Monumento

importantísimo asunto se h

...

perdidas reliquias del pasado, strgien-

—1894. —Págs. 3 4 18.)

1 —Un

— AS

- hasta hoy desconocido, viniese á arrojar alguna luz sobre las espesas som--

del Culebrinas”, por Manuel M. Sama.

DESEMBARCO

a

sus palabras algunas

_de esas pruebas que no dejan lugar á dudas; si el hallazgo de un documento,

(Fragmento de “El Desembarco de Co-

¿DONDE

apoyasen

A AA

Si

A

argolla en su cuello. s Ponce de León y el cacique piensan del mismo modo. o , | Todo enlaza las dos poblaciones, india y española; todo las emplaza en el puerto de Guayanilla. Rico

s

bre Puerto Rico y su historia, pretende

su amo. El primer teatro en que desa- rrolla su coraje, es la destrucción de Guaydía. Esa población era como la

lón en Puerto

E

E


or

RENQUE,

Cda

bocadura del

río

sucede, y el monuménto

se fabrica y

hace referenciá 4 hecho tan importan-

se designa el sitio en que debe elevarse, Mayagúez, volviendo por los fueros

- que la impaciencia de Colón era gran-*

gua

Y mieptras esto

|

a

loo

$

se trata de erigir:á orillas del Culebri-

- da vez que su pensamiento estaba re-

nas.

IL Tres son los principales argu- - mentos que se presentan por los defen-

sembarcó Colón.

IN

,

habiendo - hecho

Culebrinas, y 30. —Que no pudo tomar

to en Mayagiez,

-

dl

|

“Sospechamos que aquellas islas eran lás de Caribe,

- de la Guadalupe, dice:

que son habitadas de gentes que comien

ierto, había enderezado el camino por pacicubrirlas, porque estaban más cer-

río

E

arrastraba el deber y la humanidad? El mismo doctor Chanca, hablando

Aguada dió por concluída su explooe 0

usd en el citado punto, dió este nombre á las riberas que baña el

Ed:

en otro punto, al cual le

lo. —Que después de medir a | Almirantela longitud de la isla mi-

—Que

do

concentrado

carne humana, porque el Almirante, ipor las señas qúe le habían dado del itio destas islas, el otro camino, los in-

dió la latitud, y por eso al llegará

po

de

contrario: todos convienen en

cuperar el timbre de honor que quiere arrebátársele, y hace patentes, á la vez,

sores de las nuevas ideas, para querer probar que fué en Aguada donde de-

j

te; al

por llegar á la Española, y que buscaba, para conseguirlo, el camino más corto. Siendo esto así, ¿iba á detenerse á medir expresamente una isla * que no tenía para él interés alguno, to-

los derechos que le asisten para ostentar en sus playas la-Cruz de piedra que

'

o

k

márgenes donde posó su planta el ilus-

eternamente pre

de la justicia, levanta su voz para re-

que ternía por aque-.

para re-

- tre marino genovés,

-—

costa corrimos todo :

la banda 30 leguas.” : Ninguno de los cronistas de Indias, i ninguno de los historiadores de Colón . o

cordar

y

cuya

dos para él.

cá y también porque por allí se hacía. el camino derecho para venir á la isla

Española, donde antes había dejado la gente, á las cuales por la bondad de Dios é por el buen saber del Almiran"te, venimos tan derechos como si por * camino sabido ó seguido viniéramos.” ¿Puede afirmarse en buena lógica que Colón se entretuviese en medir la - latitud de la isla, cuando á pesar de sos- pechar que variando el rumbo' encon-

porque lo

y

dios de las islas que antes había descu-

A

_traría extensas tierras, no quiso hacerE

[o

ER bl

iERo

Hot

es Éx El primer, Éstremo. mentei

Si Colón hubiese me-

ancho de la isla, el doctor Chan-

_ SA

cronista

de este viaje, lo hubiese

hecho constar en sus memorias,

este |

cto¿

completa-

pues

dato revestía “verdadera importan-

cia para dejarlo pasar desapercibido. El doctor Chanca dice solamente: '“An-

_dovimos por

esta

costa lo mas déste

día, hasta: otro día en la tarde que lle-

EN

á vista ee sa isla rada BU-

lo, como indica el referido cronista, “porque se nos hacía rodeos para la vía que traíamos?” No; de ninguna

manera. El padre

: Iñigo,

al ocuparse en la e

Historia de Puerto Rico del desembar- . "co de Colón, escribe: “No sabemos qué puerto de la isla fuese éste, en que

dis fondo dl Almirante Colón con oéa: flota, - pero - siendo

regular, según el

rumbo de Sánto, Domingo:

costease á

|


5

Fuentes Históricas | z , Para persuadirnos' fué en el puerto de

33

gran cantidad, porque la isla es rica en manantiales. Así lo'afirma el conde

A

Puerto Rico por el Norte, hay motivos

A

visitó el Almirante, nace

_Únicamente de la errónea creencia de

_Qque

Colón

costeó nuestra isla por el

Norte; pero como este hecho está su-

|

ficientemente aclarado; como hoy to_ dos los historiadores, incluso el señor

u, convienen en que hizo su viaje

por el Sur, y este punto no deja lugar á dudas de ninguna clase, las suposicio-

nes de Fray Iñigo quedan destruídas en absoluto, pues sólo. haciendo el viaje.

por el Norte pudo tocar en Aguada la

flota del Almirante.

¿Hizo

esta

O

la Aguada, que está al Norte de la is- | _Roselly de Lorgues en su historia de la.” | ] la vida y viajes de Cristóbal Colón: La consecuencia de que fué Aguada - "Mientra s tanto”, dice, “mandaba el el punto que - Almirante proveer de leña, hacer aguada y lavar las ropas de. las tripulacio-

nes.”

10 Cruz res que

Si de la Guadalupe salieron el

de Noviembre, tocaron en Santa el 14, y el 19 anclarón en los maborinqueños, * ¿puede imaginarse en los pocos días transcurridos tu-

viesen

necesidad

de

volver á hacer

aguada estando ya á las puertas de la ' Española, (término de : su viaje), y cuando la que tomaron eñ Canarias les duró más de un mes? Este particular

ho resiste el examen de la crít y por aguada en el Culebri-* /) eso no insistiremos más en él. ica, —

nas? Mal pudo hacerla no habiendo lle- JUL —Se dice que Colón no pudo á sus orillas, pero aceptándolo (| - dar fondo en la ensenada de Mayagiiez, por un moment

gado

días, tomaron agua en

tas.

No

CERRO Na: ] a , MIA

a Ñ

viajes que estaban

zi

era, pues, la falta de

grandes bajeles en puertos espa-

.

fáciles

os

y

,

ocho

tos

.

| cieron.

:

.

Z

N

——Enla Guadalupe, donde permane-

_ acostumbrados á hacer por las cos-

mes.

ic a

bajeles eran acomodados á los cor-

lr ts

mer viaje, observa el Dr. Robertson, que en el décimo quinto siglo, el casco y construcción de los

LARA

“Al notar la/pequeñez de.los hu:prisu n Coló ques con que hizo

depósitos podían llevar mayor

cantidad que la que necesitaban en un

TALA

copiamos de Wáshingto. Irving:

PD

A ,

TRI

en sus

- (6) —Para que se veia pequeños eran los barcos u "rajo Colón,

e

agua no les había faltado: es decir, que

convenientes tue se ofrecían á las moderriías embarcarviones. (6) La sonda

FR

saron las tierras del Nuevo Mundo, el

tiguos búcues disminuía ó anulaba es. tos peligros, salvaba loss grandes grand in-

]

bre, y cuando el 3 de Noviembre divi-

Poñotra parte: el calado de los an-

¿

samente á nuestra isla para hacer agua:

da, porque no la necesitaba. Las 17 na. ves que 'traía se abastecieron del pree -cioso líquido en Canarias, de Cuyo puerto salieron á principios de Octu-

Aa

5

Pero Colón no pudo arribar expre-

|

.

lebrinas, las que ostentasen la Cruz de piedra que ha acordado erigir la Junta del Centenario. E

queel nuestro.

4

- márgenes del Aguada y no las del Cu-:

gue recorrió las Lucayas, y que más de a vez tomó puerto en fondeaderos. presentaban mayores dificultades

a

suministrado agua á los buques del Al. mirante, lógico parece que fuesen lás

del Almirante. Pero se olvidan, los que ' | hacen tal afirmación,que éste llevó sus naves á costas erizadas de obstáculos,

%

entre los cuales estuvo ya un pueblo: ” amado Sotomayor.” Si el río debe su nombre (que luego pasó á la villa que hoy existe) á la circunstancia de haber

debía evitar la prudencia

S

ríos, así como el Aguada é Culebrinás,

peligro que

A

en la misma costa de poniente hay otro

porque los bajos que la rodean eran un

ON

o, surge una duda imLeemos en Oviedo: “Y

Be

portantísima.


34 $

1

bajos y- escollos sobre los cuales pasa-

en manos hábiles, y

siempre

estaba

nunca el Almirante se lanzó á costas

desconocidas sin enviar antes, para ex-

_ques de gran calado, y hoy son, sin embargo, un peligro hasta para embar-

plorar el camino, á embarcaciones peque

queñas,

dibujaban

su estela

con

. - sendas seguras para las otras naves de a

su flota. .

Pero hay un argumento más pode-

rose-aún.

hs

- ban antes con seguridad completa bu-» '

caciones menores.

|

- Hace 400 años el mar ha debido cu - brir una vastísima extensión de lo que es hoy nuestra ciudad; y esos peligros

Entre los indios que Colón

que

que la sonda los denuncia

antes

hoy el ojo experto del marino, proba-

recogía á su paso había hombres prác-

blemente en aquella remota época se escaparían á la penetración del segun-

ticos, conocedores de nuestros mares, y ellos le enseñaban, según aseveran

si la primera no le advirtiese su do, los cronistas, el trayecto más rápido y : ¡A tal profundidad se enexistencia. seguro para llegar á la Española y las E entradas de los puertos que recorría, - contrarían! Refutados los tres argumentos que < — y desde luego le indicarían también las se presentan en favor de Aguada, veaentradas de nuestra bahía pará salvar | mos otros que vienen á robustecer la —. los bajos y los escollos.

creencia sustentada de que fué Mayagiiez el punto de la isla que honró el. i Almirante con su visita.

¿Y existirían esos bajos de arena ; esos arrecifes, hace 400 años, tales co-

mo hoy existen?

Afirmamos rotunda-

Tomamos del doctor Chanca: “Llegamos á vista de otra isla llamada BU- . "RENQUEN, cuya costa (Sur) corri-

mente que no, sin, temor de ser des| , mentidos. - Que nuestro mar se va alejando de

En un puerto desta la orilla de un modo palpable, es un P, “mos todos un día. dias.” isla estuvimos dos hecho que está á la vista de todos;

De Herrera: “Llegó á otra grande que llamó San Juan Bautista. Halláronse en una bahía de ella, al Poniente,

. donde hoy se levantan hermosos edi

.cios, no hace muchos años que se£x-

IN

tendían las olas, y nuestro muellof' de-

o diversas especies de pescados.” vió “Luego que De Fray Iñigo:

EAS

- bido á este fenómeno, tiene ques rolon_garse periódicamente para 25 quedar sobre un lecho de arenas./-

-

las costas de ésta, le dió el nombre de

“San Juan Bautista, y fondeó en una ba| hía de ella hacia el Poniente.” De don Juan Bautista Muñoz: “Costeó la isla por el lado meridional extendido Leste Oeste cosa de 40 le-. .

ejamiento del causa de este, mar, han quedado alys scubierto ciertos A

- ñoles la cayó de ser los de Colón

tan

-

peoӎnos.

El los considera-

guas, y surgió al de Ponienteen una

ba-“as adaptados para viajes de '

- _sescubrimientóo

por

requerir

* cala muy abundante de pesca.”

poca

De Waáshington Irving:

profundidad de agua, y poder, por

7

y

más

segura y fácilmente

costa

al

o

A

> K

:

,

ce

' jes eran de esta ligera y frágil - construcción, y poco mejores que

+ las pequeñas barcas que en el día > trafican por los ríos y las costas.”

(Sur)

anclaron al extremo

occi-

dental de una bahía abundante en pes-

explorar ríos y bahías. Los más de los buques en que emprendió Colón sus largos y peligrosos. via-

e

“Después- .

de seguir por todo un díala hermosa

lo tánto, costear playas desconocidas,

|

.De Otto Neussel, eminente geógra-

fo: “El 16 y-18 de Noviembre navegaba por la parte Sur de Puerto Rico, . 19 de Noviembre en Maya-

tocó el

--

glez.

:

.

:

A

a

5


Y

Fuentes Históricas Julián Acosta, ¡ilustrado

la) é la otra de BURIQUEN parecía. de

| Mayagiiez.” | _Chanca no indica dónde ge. detuvieron las naves, de Colón, pero la unani.midad de los otros escritores así como de cuantos se hann ocupado de los viajes. del Almirante, - dicen claramente que fué en un puerto del Oeste, y Navarrete, Neussel y Acosta determinan que fué en la ensenada de Mayagúez. Aguada se encuentra al N. O. de la i is-.

¿on sus

tas líneas:

.

en Aguada las naves del Almirante, y que viene á probar que esa honra le. . ¡perteñece á Mayagiiez.

Dice el doctor

US

que Me brindaba la rada abierta de Aguad para obtener agua á poca cos-. ta; y 30.3 “que para llegar en 13 horas. á la tierra 1. 3 próxima de Santo DoColón

han

tenido

precisimente

po

- de

Engaño, las naves O

mingo, ó sea «+! cabo

que

AA,

ID

“salir del puerto de Aguadilla. | - El primer extremo ya lo-hemos destruído en nuestros a.*ículos anteriores, y á ellos nos referimos. -No hace muchos años encalló en nueyo puerto un buque de travesía en un ba. jo que no estaba marcado en ninguna carta marítima, porque ese bajo, hasta ese desgraciado momento, era total. “mente desconocido. Esto prueba que esos bajos no existían hace 400 años' tales como hoy aparecen, y que han ido . surgiendo á la superficie á medida que

E

Hay á más otro dato muy valioso

que anula la creencia de que fondearon

eo

e las. naves fondearon en el Culebrisin duda por las fatilidades con

para la vía que traían.

y

x

hacía rodeo

en Aguada

>

seguido viniesen, y porque así no se les

puerto

Le ELAINE

aguas le facilitaban el trayecto que iba á recorrer: porque solamente siguien_ do'viaje desde Mayagiiez,. y no desde Aguada, venían tan derechos, según el cronista, como si por camino sabido é

.

ice

nuestras

.

Ñ

y cogiendo

"e...

En tres débiles puntos, se ) UpOYa el señor Montojo en su carta, para probar.

de lejos (ésto lo dicen los marinos), es *

- eran - favorables,

e...

, no en Mayagiiez: el lo.: que cierran. uestra bahía bajos y peligros; el 2o.:

que vista des-

una de las más hermosas de la isla,y . eh ella fondearon sus naves. ¿Y por qué eligió este puerto? Por- que los vientos que desde Aguada le hubieran hecho perder tiempo para llegar á la Española, desde Mayagiiez le

ella. es también la de comen-..

que Colón tomó

aguas embravecidas, y era imposible que se detuviese allí. Luego halló la .

ye

tenece, y nuestra voz de aliento no ha

de faltarle, ni nuestra pluma permanecer ociosa. Nuestra opinión va en es-

(Espa 16 4.18 de la obra del Sr. Sama.2)

to, en el más inmediato que se le presentó en la costa Occidental. Al do - *blar la extremidad de la isla encontré |

de Mayagiiez,

me para defender la gloria que lé per-

talentoá describir los viajes del inmortal genovés, . ei

la, detuvo sus naves-en el primer puer-

ensenada

sólo saliendo “de o

Mayagiiez hubiera surgido á sus miradas para saludarla á su paso. Hemos terminado este ligerísimo d trabajo. Mayagiiez se levanta unáni-

tadores ilustres, historiadores y hom-bres de ciencia, que han consagrado su

la, y su situación no corresponde con - la fijada por todos los historiadores. Por otra parte: de las opiniones citadas se desprende que después de re-. correr Colón toda la parte Surde la is-

con sus morrillos,

hubiera podido verla:

A

lejos otra aunque no era grande." Esta isla es la Mona. Si Colón hubiera salido del puerto de Aguada no

- mismo tomó puerto én la ensenada de

_Cabo-Rojo,

o

j Chanca; “Entre esta isla: (la Españo-.

comentador de Fray Iñigo: “Vió por primera vez á Puerto Rico el 16 de Noviembre por la tarde, costeó por el -S. y O. los días 17 y 18, y el 19 del

A

José

2.35

NOTA

"De

As

de

ra

:


| _ ge

se va alejando de muenas e

e...»

Por otra parte: si Colón tenía necesidad de tomar Sfua ¿puede acep-

ROS CUIT NTC

tarse en buena lógica que despreciase el primer puerto franco que encontra-

men nor

se en su derrotero, toda vez que no po-

día

presumir que, alejándóse de éste,

iba á encontrar otro de mejores condiacc

ciones?

e...

...

...

....

e...

...

....o

...o..o

..

e.

a At,

el talento del autor, pero no logra convencernos de que fuera Aguada el sitio

visitado por Colón, porque es imposible llevar á nuestro ánimo el convenci-. miento de lo que no ha sucedido, por ¡fmás que, para conseguirlo, se empleen Vas frases más hermosas y los más ga208 conceptos. Al contrario: -las

A

o

Pasando al tercer extremo en que / pruebas deleznables que el señor Brau see apoya el señor Montojo, sólo nos to-/ presenta, han venido á robustecer las ca preguntar: ¿no está Mayagiiez tay” - ideas que sustentamos de que á Maya- cerca de Santo Domingo como gúez corresponde esa honra, y tratareLa

diferencia que existe á

cl

ANA

da?

Aguada, 13 horas pudo em a

...o. oras

....

Ss

AMAS OA HATILLO

ii

As

| , |

|

do

de nuestra bahía, y

Por lo tanto, viene á

:

más

la firmísima c y

tar salieneyZ¡ argumento,

Austecer Y cia

que

más

y

Bráu, le suplicamos nos aclare una duda que sólo él puede resolver. - Todos los «cronistas convienen en que Colón fondeó en un puerto del O., ¿está Aguada: al Oeste de la isla?

¿Cree el señor Montojo que los com- pañeros del Almirante y los que escrió . Al N--.—bieron sobre sus viajes, inspirándose «en

he notas de su ¿e y

'

mos de justificarlo en el curso de estos escritos, sin que nos guíe otro móvil que el amor á la justicia, ni nos impul-

- se otro deseo que el de contribuir con nuestra escasísima inteligencia

aá que se

.:

restablezca la verdad histórica. a

susten-

que tiene bl compe tenci>,como dice con justicia el señor

NP

...e

Refiriéndonos al segundo punto, también hemos (Págs. idea indi: Sama.) que si Colón costeó la isla por el Sur, en lo que están contextes todos los historiadores—-así IMPUGNACION A LAS.ss, INVEST como el señor Brau y el mismos+señor GACIONES CI - Montojo——no pudo tocar en la Aguada, BRAU SOBRE ELEL DESEMBARCO *. porque este rodeo dilataba: su llegada DE COLON EN PUERTO RICO A 'á la Española, que era su ansia más vehemente, y su más constante deseo. La I. —Con la atención que requiere - todo asunto importante, hemos leído | imperiosa necesidad de hacer aguada las investigaciones críticas del señor no pudo decidir á Colón á costear nues_Brau, referentes al punto de nuestra tra isla por el O, porque los depósitos de sus naves estaban provistos del preisla en que tomaron puerto las naves cioso líquido, según hemos demostrado . del Almirante, el 19 de Noviembre de anteriormente. . 1493. Si ese trabajo algo prueba, es

iban á asignar á

"Para «qué nn vés : que únño: dr 8 .rebatimos todos los argumentos del se-' ñor Brau, reproducimos de su obra el siguiente pátrafo, en que están aquéllos

relacionados, y se verá así la huena fe. con que procedemos.

Dice

este “escritor:

se

“Ahí, en esa

- bahía, muy abundante de pesca, que comprende hoy las dos poblaciones de

-

Aguada y Aguadilla, ha de fijarse por la investigación - crítica el fondeadero

dela flota expedicionaria, aceptando la

Versión tradicional. *; Concuerdas e.

E e

N. oh


a

EN A

| cs versión el número de leguas costea-

tal de la isla, único modo como pudo.

porla flota y el anclaje de ésta en

llegar á Aguada, porque de aceptar es-

el último ángulo de la costa Occidental; el rumbo impreso por el Almiran-

to, habría que aceptar también que cos- * teó todo el Este, loe es absolutamen- -

te á sus buques, por necesidad; la in-

te imposible, dado el rumbo que traía.

mediación del puerto visitado á las cos. -

Al contrario: de sus palabras se dedu-

la distanciaá que se

ce que costeada la isla por el Sur, y lle-

la vuelta de Ponce

gando

Colón repesca atricircunstanen aquella el cacique

Brau, de la llegada á Aguada de las na-

- ves de Colón, porque “la isla de Puerto Rico,/ dice, “según los datos geográficos más comunes, «alcanza una extensión aproximada de treinta y una leguasen su mayor longitud, y de al- .

_pado del segundo viaje del Almirante,

han tenido por precisión que recurrir,

concediéndole gran autoridad, á la car-

; go más de once

ta que el doctor Chanca escribió á la py ciudad de Sevilla, por ser éste el único 18 mientos, y porque en su relato se ajus- i |

ta siempre á la verdad y no se contras,

-

una

SRA O

O

ER

A e Ap

o

reicie NS At

yo

é

,

escribía en

(1753) en que la geografía de las An-

ls

Vaugondy, que

NN,

otros mu-

ia

también

ES

cometido

chos. Las posiciones dadas por F ray - Iñigo han sido copiadas de Roberto de

A

ha

(1720)

muchos erro- Fe

.

-Si Jefferys ha rectificado res,

y 1697).

Keulen

.

(1657

Van

Mercator Br

(1703),

de

4

de

las cartas

> =

dice, ni podía decirlo, -

en

Samson

.

Jaillot

o

_ que Colón costeó toda la parte occiden-

lo sabremos.

NN

do

Pronto

Ñ

Ep

e

recorrida por la flota del >

>

no

.

irante?.

(1625),

teó la isla por el lado meridional exten- ' - dido este oeste cosa de cuarenta' leguas, - y surgió al poniente en una cala. abun-

Muñoz

extensión

reconocerla

Nuevo Mundo” “que el Almirante cos-

-

A

:

IL. —¿De dóndi ha tomado Muñoz

€ e

|

indica en su “Historia del

dante de pesca.”

A

EA

sin consig-

|

se

ñoz, para indicar las 40 leguas recorria:x, ha tenido que traer á la vista el mapade Puerto Rico y las más exactas info aciones geodésicas, único modo como: día partir de una ba-: se sólida. Peró=.esos mapas estaban - llenos de errores,“ “anto, que dice de - ellos Mr. Ledru, el s=bio naturalista que nos visitó en 1797: “Ua isla de Puerto Rico está muy mal repro “enta- da, ó por mejor decirlo, no es posible: <Ñ

Pero el argumento en que se apoya _ el señor Brau es el testimoio de Muque

s

"

un

+ la costa Sur de la isla hubiese recorrido toda la Occidental, no se concibe—y esto ya lo hemos dicho en otra ocasión—cómo hubiesé podido dejar pasar desapercibido el doctor Chanca- un

.ñoz,

.ñoz.

0%

todo

dia: juzgábase que ternia por aquella banda 30 leguas.” | A Si después de recorrer Colón toda

narlo. en sus memorias. .

el trayecto indicado por Mu-

4

(

á vista de otra isla llamada BUREN-

dato de tanta importancia,

de con

deste dia - y Suida á demostrar.

hasta otro dia en la tarde que llegamos costa. corrimos

uniendo

A "primera vista parece que esta AI prueba es concluyente, % sin embargo, -' nada es tan falso, como pasamos ense-

dice, lo que es de tenerse en cuenta. El doctor Chanca escribe: MN

cuya

en su latitud:

estas dos dimensiones se obtiene un. total de 42 leguas, cifra que correspon-

testigo presencial de aquellos aconteci- e

QUEN,

detuvo sus naves

en el primer puerto que se le presentó. Lá medida indicada por Muñoz es un sólido fundamento para el señor

Aymamón.” o | Todos los escritores que se han ocu-

“vimos por esta costa lo mas

al Poniente,

OA

de León al mismo sitio que conociera; la abundancia de «buída al fondeadero, y las - cias de hallarse establecida : playa la tribu presidida por

!

tas de la Española;

divisara la Mona;

.

S

das


SADO:

Pi a

cl

Ln

A

A,

o

E

|

:

el

A

,

[HERE

i

A

tillas era muy _incierta, y por esó hé. creído que no debía citarlas.'”” y

, No hacemos mención de la carta de

Puerto Rico, la mejor sin duda de las López, y que vió la luz en 1791, por-

$

que en esa época estaba escrita ya la obra de Muñoz, y no pudo, por consiguiente, cóhsultarla.

Veamos ahora si en aquel tiempo

la extensión de nuestra isla era conoci-

da con exactitud, único modo como podrían,

nes

correspondiendo

las

con

sus dimensio- -

actuales, sacarsé lógicas |

deducciones.

Estiman que tiene Puerto Rico:

TARA

“e

pei AO N RA

a

publicadas, que se debe á don Tomás

Como se vé,

$

Latitud

40leguas 40 leguas

20 y 18 18

40

edru

leguas

15

en la época en que Mu-

navegue dichas 40 leguas, “surgiendo

luego al poniente en úna cala abundante en pesca.” Lo a Este argumento)

nuestro sentir,

uñoz no podía no puede destruirse, partir de la base de que tuviese la isla boririgueñá una extensión aproxima-

da de 31 leguas de largo y 11 de ancho, porque esto se sabe hoy, .pero no en aquel tiempo: entonces asegu la ciencia+que estas dimensiones eran de 40 y 18 leguas respectivamente, y

Muñoz tuvo que ceñirse á ellas, incu- :

rriendo en el error que la ciencia pre- gonaba como verdad. Pero ya que el señor Brau concede (tanta autoridad á Muñoz (y la tiene . indudablemente), ¿cómo no se ha fija-

lo en que éste asegura que las naves le

Colón

fondearon

en una CALA,

ue, según el diccionario, es una EN-

ENADA PEQUEÑA que hace el mar,

.

¿Cómo dice trándose en la tierra? Mundo se asignaba á nuestra isla una . Vel señor Brau que en esa “BAHIA que longitud de 40 leguas,es decir, que se comprende hoy las dos poblaciones de le suponía mayor extensión de la qu Aguada y Aguadilla ña de fijarse por. tiene en realidad, á no ser que las: la investigación crítica el fondeadero guas á que se refieren os aut de la flota expedicionaria,” cuando bacomo sospecha Acosta) sseár' de sÁucha hía es entrada de mar en la costa y DE

escribió su

ñoz

POT

La

NARA

AAN

DANS

P. Torres Vargas Fray Iñigo

Longitud

metido por Chanca, hace quela flota

menor

longitud

que

A

conocidas.

-

y

las actÁlmente /

Pero de uno ú otro yXodo, Muñoz no podía conocer otras ¿Aedidas que las que en su tiempo/Z ¡ indicaban como exactas, y. ellas *¿vieron que servirle de base parp-“«jar el trayecto récorrido ' por Coló-—: NN y 2

ms

del Nuevo.

Historia

escribir

su obra

tuvo

nécesaria-

¿mente que referirse á la carta del doctor'Chanca, y encontró en ella qúe recorrió la flota del Almirante toda la costa Sur de la isla, juzgando que ten-

dría por aquella banda 30, leguas. Desde luego Muñoz creyó ver en esta medida un error de diez leguas, toda vez

ga

la creencia admitida entonces era

la de quela isla tenía40 leguas de lar-. o, y pensando que salvaba el yerro co-

GRAN

EXTENSION

que - resguarda

las embarcaciones, y Colón, según Mu-

ñoz, llevó sus naves á una CALA y no ¿O es que el señor a una BAHIA? Brau acepta de este autor las 40 legua

porque le conviene para allegar prue-

bas que corroboren sus afirmaciones, y

“rechaza el sitio,que aquél indica como fondeadero de la

flóta, porque este sitio

no corresponde con el plan que se ha

trazado?

A

Así como las 40 leguas fijadas por

Muñoz quedan sin valor alguno en la

argumentación del señor Brau,-—antes

por el contrario, vienen á robustecer la

idea de que no fué en Aguada donde el Almirante—-la indicación de legó

a , -que fué en una cala y no en una bahípor n naves, echa dondese detuvierolas


ad A : ; ANS ii A o

a a ac

que con respecto á este autor escribe el mismo Wáshington Irving, que más

de una vez le ha seguido en su Historia .

111. —Asegura que dice Pedro Már-y viajes de Colón: “Las Casas dice tir Anglería: “Por no detenerse pasaque se le debe gran crédito respecto á ron de largo esta isla (Borinquen); peaquellos viajes de Colón, aunque sus ro en 'su último ángulo de Occidente _ décadas” contienen nas inexactitubajaron á tierra unos pocos sólo para : des, relativas 4 los sucesos posteriores tomar agua, donde encontraron una de las Indias. Muñoz le da gran crécasa grande, etc., etc.” ! - dito corno autor contemporáneo, graEste, realmente, sería un argumenve, bien cultivado, instruído en los he-

América, único modo como podrían te ner apariencia de validez á los ojos d

la crítica imparcial. ] j No es que pretendamos que se cÓn., sideren como

inciertos

todos

que deje de consignar Chanca,

lós datos

porque

esto sería ridículo, y sabido es que éste

. cometió omisiones que luego han sal-. vado los historiadores que le sucedieron.

Un ejemplo de ello lo tenemos en

el pueblecillo que hallaron los expedi-

cionarios á orillas de la playa. ca

no hace

Chan-

mención de él, y sin em-

bargo confirman su existencia diversos escritores, y esta unanimidad

ceres

prueba

la verdadde

de pare- . la afirma-

ción, y la aceptamos sin titubear. Pero el dato que suministra Pedro Mártir no ha sido repetido por nadie y no puede, por consiguiente, merecernos crédito absoluto. Es verdad que Wáshington

naves

Irving

ha

dicho que

las

de- Colón anclaron al extremo

occidental, pero Irving, que se inspiró

en Mártir, no se atrevió á decir en el. último ángulo, por falta de: pruebas

justificativas. ¿Debemos,

| : pues, aceptar los escri-

tores,

compuestos

momento,

relatan

cunstancias

carecer

empero,

que

de

que sus escri-

en la. excitación del .

con frecuencia cir- -

se han

fundamento;

composición

visto después

que

*

es la

descuidada y sin método,

con repetidas equivocaciones de sucesos y fechas, y así debe leerse con ma-

-durezy pulso.”

Ad

Igual criterio sostiene Irving al ocuparse, en el apéndice de la referida obra, de las cartas de aquel autor. “En.

211530,” dice, ''se publicó una colección : Ne cartas de Pedro Mártir, bajo el títu-

A, >

de las cosas de/

Observa,

laide OPUS EPISTOLARIUM PETRI ¿-M-RTYRIISFANGLERI!: Está. dividida

“en

treinta

y ocho

libros,

A

conte-

niendo ¿$ cartas de un año. La misma objecr'u se ha hecho á sus cartas

Ad ENANA

-

se han ocupado

dad.

que á sus déc das; pero también tienen éstas el sello de 'brobidad, candor y pro- :

fundos conocimie. tos.” Navarrete,

LECCION

0,

en su famosa

DE LOS

CUBRIMIENTOS:

VIAJES QUE

+0

CA

después

chos de que trata, y de entera probi-

ARS

to sólido que podría presentarse en fa-

vor de Aguada, si las palabras de Pedro Mártir estuviesen consignadas en la carta del doctor Chanca, testigo presencial de los hechos que se relatan. Pero la indicación de aquel escritor no y está confirmada por ninguno de los que

..'

obra CO-.

Y :DES-

AAA

_ofrecé el señor Brau, pasemos á examinar las siguientes. | e

.'CIERON

POR MAR LOS ESPAÑOLE: DES- - ,

DE FINES DEL

SIGLO

XV, obra

nulr*

ca bastante alabada, reproduce íntegra la carta del doctor Chanca á la ciudad de Sevilla, cuya carta lleva el siguiente preámbulo: “Esta segunda navegación

escribió

> '

a RAM

Rebatida la primera prueba que nos

tos de Pedro Mártir coni entera confian-za? De ninguna manera. Veamos lo-

« En

pr.

.

Pedro Mártir en latín á:

Roma, y porque un doctor Chanca llamado, natural de Sevilla, fué en esteviaje

y armada por mandato de los :ca--

:

-—

que á' Aguada quiere

39

Sl

la gloria

- asignársele.

ES E

E

tierra

mas,

rm e Ad

Fuentes Históricas


tólicos reyes,

dende allá escribió á los

señoresdel cabildo de Sevilla lo que les acaeció y lo que vió, pongo

naves en un puerto del Oeste?

o

tras esto el

- veraz

. de - su carta, aunque todo se

afirmación

fundamento.

viene á uno; pero el uno lo cuenta como lo oyó, y el de Sevilla como lo vió,

tan desprovista de

: De aceptar las palabras de Pedro. | Mártir, habría que aceptar también que +. Colón no pisó la tierra borinqueña, - Si Pedro Mártir se contradice, coporque sólo unos pocos de los que tri- | mo afirman Navarrete, Chartón en su :' . pulaban las naves vinieron á tierra paobra VIAJEROS MODERNOS, y ra tomar agua, como dice Mártir, y du-

otros escritores; si las Casas dice que . incurre en inexactitudes; si Muñoz repite que relata con frecuencia circunstaricias que se han visto después carecer de fundamento, con repetidas equivocaciones de sucesos y fechas y recomienda que se lea con madurez y pulso; si Wáshington Irving indica que : iguales objeciones

se han

ro se nos hace creer que entre esos pocos viniese el Almirante para desempeñar una humildísima ocupación, indigna de su cargo y de su jerarquía. TV. —Que el rumbo impreso por Colón á sus buques le hizo llegar por necesidad, á los mares de Aguada, ni lo: comprendemos, «ni nos lo explica-

hecho á sus

mos.

cartas que á sus décadas, ¿pueden dar-

ayor,

sobre todo cuando no se han visto con-

presenta

La afirmación de Pedro Mártir, las observacj es

la circunstancia

de estar

/ | Samaná llegar al citado cabo?

¿Puede

concebirse que sea necesario costear toda nuestra parte Occidental, cuando las corrientes marinas son contrarias á

otra parte, no tiene visos de vero Val litud, porque es imposible que sy ha-

ber hecho Colón

óÓ

Para hacer rumbo directo:á la Es- «anola nada “obligaba á Colóná dirigir//se á la punta de San Francisco, que no ” conocía. ¿Es indispensable para ir á

el señor

Brau, no debe ni puede admitirse como. verdad incontrovertible.

-

guada en el mismo camino que debía guir. el Almirante.

firmadas después? ¿Debemos aceptar _ cuanto diga, sólo porque él lo dijo? La _ lógica dice que no, y por eso el único nos

necesidad pudo haberle he-

Nicho tocar en aquel punto, ó una fuerza.

se por ciertas. todas sus afirmaciones,

. argumento que

Por

ne-

;

los buques, y cuando reinan en Noviembre en estas latitudes, vientos del

Norte, que tenían que ser adversos á el último ángulo

d

tal. Si Colón lo $

-*

rr

2 resultado de su viaje, lo que prueba que también dijo á los reyes el'punto exacto en que fondeó. en todas las

cualquier piloto de nuestros dias”—di-

>

si Colón, lo dijo así, re-

petimos, ¿cómo se explica el silencio. que hán guardado los cronistas sobre

- Anta tan importante, y se concretan á .

6 ic ES

solamente que aquel eto

Coloquemos á

ce el señor Brau—“en la costa Sur de Puerto Rico y obliguémosle- desde allí

á emprender viaje á Monte-Cristi; de . seguro que, sin vacilaciones, ' dobla el Cabo-Rojo, bordea la costa Occidental, Sa

islas que encontró á su paso, lo que es -

A

e RO

al fuerte de Navidad?

señor Bra» o dijo públicamente, nada meno»"que al darle cuenta á los reyes

A A

costa occiden-

así (y conste que

según ha mapisGtado recientemente el

inadmisible),

UA

la flota, y que, por consiguiente, retardaban en véz de a la llegada ” :

-

remonta el cabo Engaño, avista á Samaná, y da por fin término éá su q.

ta.”

dos

hear que esto no 1 es del

a

todo cierto, Colóquense dos brques de ——

sus e de iguales era

frente al puerto, de

Y. Pé

ER Gia

|

5

Qe


i e

K x E

S so A pl

NS

1 -

A

Pl

|

'do cón la lógica y con».la, verdad:

.

no lo decimos

lo dicen pilotos prácticos á -

quienes hemos consultado, que son los

y emitir un informe decisivo. .

Ningún piloto que venga por el Sur de la isla bordea toda nuestra costa Oc-

isla

si el Almirante persiste siempre, como

- dice Brau, en su rumbo N. O., que era.

el único con el que conseguía llegar á la Española * como si ¿Por camino sabi- do é seguido viniesen”, como afirma el Sy cronista, no se explica que para hacerle ;

tocar en Aguada, le obligue Brau (á pesar de aceptar aquel rumbo), á- ha//

é aquel día,

an-

era la Española, en la cual agora estala

su primer

viaje

bahía de Samaná, á la que

bautizó con el nombre de “las flechas,” e ¿cómo

_ de manifestarle las indias que le acom'pañaban que la tierra que veía era la Española? No la reconoció porque inprimero

las cos-

A A

SERES y AAA ATA. 0 AAA ,.". .. / :

A: CAN

A EARRON E " TRALI

A

NARA

4 a

e Ñ

.

las palabras de

h

y

una carta de

dea Poene bd Lo A CS Los

Domingo,

vista

,

Santo

á la

IRE

Tráigase

ALCA

agora estamos.

*

lo que está reñi-

AA

Aoc,

que no dee Actas

A

$

dobló lue-

:

Rico),

Dei

de Higiiey (que son las que quedan ás cerca de Puerto

a.

E

A

]

Ne

divisó

i

dudablemente

E

'

no haberla reconocido, á pesar

A

peto que nos merece ese autor, recha-

AE

conocía

“gel cabo Engaño, 1pasó por el golfo de Samná, y llegó por último á Monte ——dilla. Christy Pero el señor Brau. se fija en que Y gubresto es así lo prueba el doc" - "Colón zarpó de Borinquen el día 22 tor Chanca, que relató este viaje en la de Noviembre por la madrugada, y que “siguiente for. “Desque llegamos á dió vista á las costas de la. Española, esta Española, par el comienzo de ella en el golfo de Samaná, el mismo día era tierra baja é nm Hana, del cono-- . _ antes de anochecer, lo que prueba que s cimiento de la cual aus «estaban dubdopara realizar esa travesía en tan breve 'sos si fuese la que es, po: tiempo, preciso debió ser que partiera _ parte nin el Almirante ni los ovas que el convoy del fondeadero de nuestra con él vinieron habían visto, é agua “isla más inmediato á las costas quisisla como es grande es nombrada por Pero ¿dónde consta que queyanas.”” provincias, é á esta parte que primero - avistara Colón el golfo de Samaná el llegamos llaman Haytí, y luego á la mismo día de su salida de Puerto Rico? . - otra provincia junta con esta llaman Lo indica Muñoz; pero á pesar del resXamaná, éá la otra Bohío, en la cual zamos su aserción por imposible, por-

IAE

> da

imposible que haya entrado por nece+ sidad en la bahía de Aguada y Agua-

parti-

..

(que es el correcto), es á todas luces

Rico)

tes que fuese noche, hobimos vista de tierra, la. cual tampoco era conocida de ninguno de los que habían venido el otro viaje; pero por las nuevas de las _indias que traíamos sospechamos que

Colón

el E. de la Español a para que tropie

Si Colón persiste en su rumbo N. O.

(Puerto

una .madrugada,

Si desde

* cerle doblar al N. para recorrer el O . cidente de Puerto Rico, y luego busc:

fo de Samaná.

sobredicha

.

“De esta

Dice el doctor Chanca:

mos

y

con el cabo Engaño, haciéndolo eng” enseguida nada menos que en el go

salien-

4 MI

- .Cidental para ir á Santo Domingo;

no puede,

o

cuestión

modernos,

do de madrugada del punto más próxi-

mo de nuestra isla, divisar por la tarde el golfo de Samaná.

únicos que pueden dar su voto en esta

|

época, sino uno de nuestros actuales buques donde se han reunido todos los progresos

Í-

y

nosotros:

Esto

]

.

que el segundo.

como los de aquella

eN

llegará á su destino antes

condiciones

A

N

- el primero

mas

AN

o

el otro busca el cabo de San Francisco para hacer el mismo rumbo directo, y

_No ya un buque de velas de pá

x

Mayagilez; dirijeso uno á caboo Engaño, > haciendo proa á dicho punto, mientras

A

A

Fuentes Históricas


/

V. —Tócanos ahora examinar si es

Chanca se verán confirmadas: frente rd

de HiMayagiiez 'se verán las tierras

- gliey; en su'extremo al cabo Engaño; luego aa y después Monte-Chris-

ty:

Esta opinión está robustecida por. Herrera, que escribe: “Como los ve-

cinos - indios de aquella provincia deHigiley:eran los más cercanos de la is.la de San Juan, porque no había sino doce ó quince leguas, cada día se iban en su canoa los de la Española á San ¿Juan y los de San Juan á la Española.” Este dato lo hemos visto prácticamente confirmado. No una, sino repe'tidas veces, :individuos . que

se han

si aun faltasen pruebas para .

justificar que Colón no pudo ver el - golfo de Samaná el mismo día que sade

Puerto

Rico,

extractamos

Aguada

PRA rd “ECOR

marinero

un

ep-aéntro

Pero

los naturales

en

2 viaje.” Es decir que la flota llegó - primero al extremo oriental de la Española,

rodeó después

lentamente

la

costa, lo que indica que dobló entonces el cabo Engaño, y sólo después de na- vegar considerable trecho llegó. al golfo de Samaná, viniendo todos estos datos ir los argumentos que nos pre-

dejemos

la- palabra al señor

en que se apoya, sinó las deducciones que saca, paraíque se vea la honradez

'

con que procedemos, y pueda estimarse, en lo que vale, la puros que presenta.”

Dice Brau: “He manifestado ya, al exponer todos los datos sobre la ve- * nida del Capitán del Higiiey, que don-

de desembarcó dicho caudillo fué en Aguada. Para dar mayof fuerza á esa afirmación,

reproduciré ahora parte

Mie un documento oficial/ que antes he. nido ocasión de mencionar y que. aún . a de prestarme mayores servicios.

sitraigo á la RELACION O DES. CRIPCION .DE PUERTO RICO que,

Y de orden de Felipe Il, dispuso formar

def

el

conquistador de nuestra

- Brau, copiando no sólo el. documento *

en 1582 el capitán Melgarejo, gobernador de la isla, comisionando para ello al abogado Santa Clara y al Presbítero

Ponce de León, personas de confianza y experimentadas en la materia. Dice así el capítulo 2o. . .EL DESCUBRIDOR Y CONQUISTADOR DE ESTA ISLA: FUE JUAN PONCE DE LEON. .PARTIO PARA ESTE EFETO DE LA ISLA DE SANTO DOMINGO DEL PUERTO DEL 'HIGUEY EL

vizcaíno, , “deseoso de llegar á “Navidad, conti-. nuó su rumbo. _»Wespués de navegar considerable ttr 740 llegó al golfo de las - Flechas, el-21smo en que había tenido con

del

isla.

Wáshington Irving: - "El 22 de Ny” viembre llegó la flota á una gran j que no tardó en reconocer como " tremidad oriental de Haití.” un

poderoso, toda vez que no

deja lugar á dudas el desembarco por

en menos de doce horas?

“Por , ló

argumento

fu-

gado de Mayagiiez en botes de velas, han llegado en una noche á las costas orientales de Santo Domingo, ó sea á las costas de Higiiey. ¿Sabe el señor Brau de alguno que en-iguales condi“ciones, saliendo ' de la punta de San Francisco, haya llegado al golfo de Samaná

“cierto que Ponce de León desembarcó * en el mismo punto de la isla que visitó Colón, porque, realmente, éste sería un

VIEJO, DE UN LUGAR

QUE LLA-

MABAN SALVALEON. LA PRIME-

RA - VEZ QUE VINO AL. DICHO - EFETO TOMO PUERTO EN UNA PUNTA DE ESTA ISLA QUE LLAMAN EL AGUADA... Y ALLI TO-

- MO

CIERTOS

HIZO AMISTAD.”

-

INDIOS CON QUE —..

Léase sin prevención. algura el an-

terior documento, medítese con calma, | e Es como irrefombles al señor Brau. E Y RON có si a so

|


IT

Fommted: le la siguiente deducción que saca el se-

que desembarcó éste en 1493 no puede ser otro que el de Aguada, ó sea el mis-

A a

que Colón, el puerto en

e

sitio

43

la isla, y agregan: “y allí tomó ciertos indios con que hizo amistad,” y sabido es que los expedicionarios no encon-traron indio alguno en nuestra isla, por-

“De modo que si Ponce de ñor Brau: León pisó tierra en Puerto Rico en el

mismo

Históricas

que todos huyeron á la llegada de la flota.

rio. que la tradición oral ha venido y

Se refiere, pues, el escrito que

que vino á dicho efeto tomó puerto una punta de esta isla que llaman Aguada” son claras y terminantes, no se prestan á interpretaciones. Si guno, torturando la frase, . quisiera * dicar que podrían referirse á cuando

en el y alinvi-

- no con Colón, el 19 de Noviembre de 1493, los redactores del documento lo

_convencerían de su error, puesto que dicen claro “la primera vez que vino á dicho. eléto,” es decir, para colonizar

porque

ADA

te-

ían motivos para no ignorar esta cirabundindia de pesca atri-

buída” sal fondeadero donde se detuvo Colón, un argumento que, francamente,

no “ale la pena de refutarse. Si

tuviera gral. impertancia la población de Aguada y . puerto fuera visitado con

frecuencia

- barcaciones,

pi*. toda

clase de

em-

E

E e63 3 % Y 3%

de: seg."ro. que los peces

hubieran huído de sus co.*as, buscando sitios más

limpios y más

ES

prou, os para.

$$

la reproducción. ¿Sabe el señor PD +au «de algún puerto donde haya movimien- > to de naves, que sea rico en pesca? * Nosotros no lo conocemos. Si en la. bahía que comprende las dos poblacio_ nes de Aguada y Aguadilla, apenas lle-

gan cuatro barcos cada mes, ¿cómo no

O

—La

.

mr 2wr A 1

NI

|

A

stancia.

'|-

ha de haber pesca y. pesca abundante? K - Toda nuestra costa era rica en pe-; e ÓS

ERES

Aun las. palabras: “la primera vez

en su trabajo,

.

| rosímiles, y consecuencias que no tie| . nen razón de ser. Por más que se desmenucen las fra-— ses del documento citado, nada prueba en él, ni incidentalmente siquiera, que de León desembarcara en el Ponce mismo punto que el Almirante.

consignado

RT

-está escrito, sacando deducciones inve-

N

EE

éste, pues, se refiere exclu |

ACIENDO

A

sivamente el párrafo, y no se concibe cómo el señor Brau ha podido ofuscarse hasta el extremo de leer lo que'no

A A LIRA A LME

León.”

Pono-

AU

esta isla fué Juán

de

Ponce de León hubie- :

ra reconocido enseguida el punto de su primer desembarco, y los comisionados reales, entre los cuales había un pariente del conquistador, lo hubieran

IANEPLORAS E

dor

tó el Almirante.

y conquisj'

es

“El descubridor

se lee:

A

haber. descubierto áá Puerto Rico..

THEY

hemos reproducido, al primer viaje que - viene aún asignando á despecho de inhizo Juan Ponce de León como condicaciones opuestas.” quistador y como colonizador de Puer-. to Rico. Pero ¿dónde se dice en ese documento que Ponce de León desembarcó Seguramente estas serían las! pala-. No - bras (colonizador y conquistador) que en el mismo punto que Colón? acertamos a comprenderlo, y creemos se leerían en ese documento, y un error que no lo comprenderá nadie. En esas de copia ha hecho decir descubridor y líneas se habla de una sola persona, no conquistador, pues no se concibe cóhay un solo verbo que no esté en sinmo dos personas experimentadas en la gular, y si algo prueba aquel compro-. materia, han podido incurrir en error bante es que el abogado Santa Clara y de tal bulto, ó dar pritbes de tan crasa el Presbítero Ponce de León se han per-; ignorancia. | : “mitido falsear la verdad histórica, Ese atestado, viene, por el. contraasignar á Juan Ponce de León la ho rio, á confirmar nuestra creencia de ra que correspondía. al Almirante que no fué Aguada el puerto que visi-: .


mo

que

asegurar, y perdónesenos la

vulgaridad de la comparación, que un

calvo no ha tenido nuñca pelos por el hecho de no tenerlos entonces.

Y

Otro

E —

de los argumentos del señor

'Brau en favor de la Aguada, es la cir-

Po.

—cunstancia

E,

de

hallarse establecida en

aquella playa la tribu presidida por el - cacique AÁymamón.

o E

Cualquiera, .

mación,

ante tan rotunda

creerá que

este

punto

afir-

impor-

:

tantísimo - debe estar suficientemente

E

esclarecido por los historiadores, en los cuales ha tenido que inspirarse el señor

k

Brau, pues no de otra manera se con-

cibe, que pueda asegurar de modo tan absoluto la existencia de un cacique en el sitio visitado por el Almirante, y hasta indicár su/nombre,

tase ree

vista,

O

OO

LE

de los cuales poseyese una

]

dE 2

A

A an

aquélla . la A (caso de que fuese tal), habiendo. estado sobre el terreno, y que el señor Brau, 'ateniéndose sólo, no: á los datos ' de testigos de referencia, porque éstos nada dicen, sino á sus particulares interpretaciones, pueda afirmar hoy, des-

pués de cuatro siglos, que allí habitaba el cacique Aymamón. De aceptar esta extraña teoría, habría que dar más va-

lor á las palabras de los modernos es-

critores, que á las palabras del mismo

Almirante y de sus cronistas.

¿Cómo?

|

Colón llega á la isla, ve

la aldea, está dos días en ella viaje sin adivinar ni sos

y sigue

siquie-

_ra que había estado en la residencia de un cacique, y lo mismo le sucede á tolos los expedicionarios; ocupándose

historiadores de este segundo viaje, os, testigos presenciales. de los héos que relatan, otros, amigos de Colos

más

testigos de referencia, y

Uno solo 'emite la duda de que la ta haya llegado á los dominios de

Todos indican (menos Chanca) que 0 Aymamón, y el señor Brau se atreve, había un pueblecito de doce bohíos re-. 7 sin embargo»á afirmar, sin salvedad de -_gulares, con otro de mayor Mmagnitu ninguna clase? lo que nadie ha visto y y “alguno como Muñoz (citado _p% lo que nadié ha sompechaco! Esto es - Brau para corroborar su aserto), -¿reinadmisible. ga que sería casa de campo pa Aa re- Los indios que con Colón venían creación de algún señor en as es-. - debieron indicarle que “allí vivía uno de los jefes borinqueños, porque esto es lo * el silencio natural y lo lógico; pero aun suponiene Chanca en este p-ificular, porque do que no hubiera sucedido así, Colón ' seguramente el y ¿“blecito que halla-

ron .aquí los-<xpedicionarios, sería igual á los-<1eé encontrarían en las demás ¡slís que visitaron, y no hallando

MNAE

com

10)

p

y

hechos que han pasadoá su

¿Qué dicen esos historiadores? -

E

|

ó

si se tra- '

prueba palmaria.

|

4

de

como

sus

“él nada de notable, no tenía para “qué hacer constar su existencia. Pero"

no hubiera sucedido lo mismo si nada menos que un cacique hubiera residido

argón de su viaje .

.

.

.

Ne: puedo. indmnitiros que Calón y >

no podían confun-

dir una simple aldea con la tribu de un cacique y. sobre todo de uño de los

principales de lá. isla.

Es verdad que

los indios huyeron á la vista de los españoles, pero algún signo exterior, al-

gunas

en ésa aldea, por ya que era ésta una _nota de gran vale r y de gran resonan> .

cia, que tenía sitio de honor en la: des-

y- sus compañeros

armas, algunos utensilios han -

debido denunciar la jerarquía del que residía en aquel poblado. Y di como _ha afirmado reciente

mente el señor Brau, Colón dijo á los. : :

reyes

católicos, al regrso

de su e

via-

Ar

con em Mempo dela load, ade indican los cronista sin excepción s,alguna: neg estaar verdad, serí lo a mis-


- realmente

un cacique, lo que era

importante?

:

Pero téngase presente que el señor. Brau se.apoya en la suposición de Mu-

ñoz de que aquella casa, notable por

+ su artificio

y magnitud, al fin sería ca-

sa de campo para la recreación de algún

señor

en ciertas estaciones,

y la

afirmación de Brau se verá caer por su propio peso; porque si esa casá era pa-

ra

recrearse - algún señor, y para re-

crearse en ciertas estaciones, no se” concibe ni puede concebirse, por más.')

no era grande.”

E, A

EEÓ

Que la isla que divisaron los expe- E

dicionarios, - no

cuando venían

Puerto Rico sino en el

para

viaje de Puer-

to Ricoá la Española,. era la Mona, lo. ES dicen todos los historiadores, y en es-

. to está conforme

el señor Brau, quien

advierte sólo, que “la isla se divisaba á

lo lejos, y que

dada su situación

geo-'

gráfica, si la armada española hubo de. dirigirse á Santo Domingo desde Ma.

io

de

Buriquen parecía de lejos otra, aunque

|

A

residencia

Entre esta isla é la otra de

condc EUADA

mo nó les dijo que habían estado en la.

estamos.

y

-

ba bierr poco á los católicos reyes, ¿có-

sospechamos

que era la Española, en la cual agora

oi

qué no necesitaban, dato que importa-

vista de tierra.....

REPARA

esta isla, sólo para hacer aguada... a

aquel dia, antes que fuese noche, hobimos

A,

(), que habían fondeado en el úl-

-. timo ángulo de la costa occidental de

a

je

p

yagiez no pudo ser de lejos que divi-

saran los expedicionarios dicha isla, sino por el contrario bastante cerca, co- -

que se esfuerce la imaginación, que fo mo la divis an hoy todos los que tienen fuese la residencia de un cacique qu / que seguir la misma ruta.” debía vivir constantemente en med Si la Mona fuese una isla alta y elede su tribu.

E

co de dicha isla, sería irrebatiblela ar-

perabundancia de pesca. | Sólo nos resta examinar uno de los puntos tratados por Brau;

la distancia

á que se divisarala Mona; pero expre-

samente lo hemos dejado para último término, y nos ocuparemos de él en el

próximo

ta, d

número.

-

VII. —Para partir de una base cier-

copiemos

las palabras del doctor

anca, en que hace referencia á la Mona. “De esta isla sobredicha (Bo-

rinquen)

"partimos

una

madrugada,

é

(2) —Ahora resulta que-no fué Colón 3

sino un capitán de la flota, quien se lo dijo á Pedro Mártir.

salida

de

Mayagiiez,

y no

>

saliendo desde Aguada, y mi siguiendo el derrotero trazado por el ¿> " , ñor Brau y confirmado por el Croqu] is. QS *

¡Je las islas Antillas que de dicha obra.

forma parte

Tráigase á la vista el

expresado croquis, y, sin necesidad de

ser marino,

se comprenderá

fácilmen-

te que las naves de Colón han tenido que pasar de la Mona á una gran Xi.

tancia,

muchísimo

mayor

de seis le-; a

aer e ANI

que se encuentre allí, actualmente, su-

DS

de Aguada y Aguadilla, por más

e

nes

an

- afirmarse de un modo absoluto que aquellas naves no llegaron á la bahía que comprende hoy las dos poblacio-

pero co-

DA

la residencia de ningún cacique, puede

gumentación del señor Brau;

_mo el Almirante tuvo que hacer rumbo al N. O. para llegar á las costas del igúey, doblar después el cabo Enganexy seguir viaje por el Norte de la Espeñola, y como la Mona “es una isla casimulana, poco elevada, y sin ninguna pro. WNinencia, y que solamente ES - VISIBLE2 SEIS LEGUAS DE DISTANCIA,” stqún el Derrotero de las Antillas publica: apor la Dirección de Hidrografía en 18Colón tuvo que ver desde lejos la isla

AA RAT

rante en las playas borinqueñas no era

CACL

nt

residía el cacique Aymamón, y el p - blecillo que encontró la flotadel Almi

A

vada; si Colón para ir á la Española hubiese buscado el N. O. ó el E. fran-

Si en Aguada, según el señor Bra/


e

.: ¿Cómo puede invocarse' ésa tradi

guas, y que ni aún ayudados de pade-

ción cuando hastá en las mismas obras

roso catalejo, han podido ver ni de cer- | ca ni.de lejosla expresada isla.

de texto en que aprenden nuestros 'hijos se les dice: “Mayagiiez es célebre

No creemos que el señor Brau, que

en la Historia de Puerto Rico, por -ha-

recusó la opinión. del eminente geógrafo Otto Neussel, por el hecho de ser

ber

extranjero, recuse ahora á la Dirección

Hemos refutado uno por uno todos los argumentos presentados por el señor Brau. Ahora bien: que Colón tomó puerto al Oeste de la isla, está justificado “con todos los que se han ocupado de sus viajes. Sólo en Aguada ó en Mayagiiez que presentan al navegante amplia bahía y seguro fondeadero, pudo detener sus naves; y co-. no queda probado que es de todo punimposible que haya visitado el prier punto, queda en pie y robustecida

te, ella bastaría para convencernos del

ANA OACI

error sustentado por unos pocos, de que fué aquel puerto el visitado por las naves de Colón. - En vano es, para dar más validez á sus palabras, que invoque el señor que tradición es el hecho que se trasmi- —

te de padres á hijos, y esto no puede

'

aplicarse en el presente caso. Sin la obra de Fray Iñigo, que fué el primero. en indicar el puerto de la Aguada co

como

su

cAin

Oviembre en la vastísima ensenada de / “Wayagiiez.

REA

A

errónea de que éste hizo su viaje por

Hemos concluído nuestro trabajo.

. el N. de Puerto Rico), nadie hubiera repetido sus palabras, porque no ha un solo dato que pueda invocarse favor de Aguada. Más aún: no hay un crop” toriador, ni geógrafo quy”-asigne á Aguada esa honra, y en / mbio noso- * tros presentamos al ¡ca bien pon-

DESEMBARCO DE COLON EN . PUERTO RICO

—Por el Dr. D. Manuel Zeno Gandía— - Aquéllos que en Puerto Rico aplaudiendo con efusión las conquistas del presente y soñando con ardor hermosos ' ideales para el porvenir, no miran con

derado Navarrete, al /¿ustre Acosta, al Otto

N-ússel, que dicen de

un modo terr-inánte que el desembarco de

desdén las huellasde nuestro pasado, no

Co'ín tuvo lugar en Mayagiiez. nde

Pa

está 'esaE tradición

que

olvidan el registrar las sombras de - otras edades, no hallan ocioso el, fijar la mirada en las imensas lejanías del

se

_S£éá voca, toda vez que nuestros profesoY”

res

nos

enseñaron que

Mayagiiez Colón

fué donde

cuando

visitó

O)

“á la rada de .

llegó

ayer, habrán sin duda pensado

Cristóbal

la isla el

(9)

19 de

(8) ——Catecismo histórico ” geográfi-

dy"to de España y Puerto Rico, por 0 Julio L. de Vizcarrondo.

respetables, la creencia

e siempre hemos sustentado, de que

(y eso partiendo de la base

eminente

opiniones

Hota de Colón tomó puerto el 19 de

el honrado por el Almirante con

visita

el'punto de desembarco de

Colón, en su segunda expedición á América, verificada el año 1493"> (Y)...

hidrográfica española, porque de ella viene aquel dato valiosísimo el cual basta por sí solo para destruir todas sus argumentaciones en favor de Aguada. Si esta prueba existiese únicamen-

- Brau una tradición que no existe, por-,

sido

—Elementos

de

mil vé-

Cosmografía

y

Geografía particular de la isla de |

Puerto

Rico, por Felipe Janer y

-. Soler. Obra declarada de texto y premiada en ¡la Exposición Uni-

- versal de París.

E

e


Fuentes" Históricas de Puerto-Rico, permítanos la fráanqueoza de decirle, que pasó distraído por lugares que "debieron atraer poderosamente su atención. A no ser así, sumando el resultado de profundas meditaciones á centenares de datos con extrema delicadeza recogidos,. no hubiera sido simple compilador, y á más

-ces en lo mismo qué hoy pone la pluma en nuestra mano. Problemas hay que basta su enunciación para despertar interés; asúntos en la historia que convidan regaladamente á entregarse á los deleitables esparcimientos de la hipótesis; temas que dan abundante labor á las inteligencias pensadoras; cuestiones que estimulan la curiosidad beneficio directo

de la

misma ciencia y de tal suerte son fe- . cundos estos estudios, de tal manera prodigan valiosas conclusiones, de modo tal ilustran los nuevos pasos en los “modernos senderos del saber, que, problemas, asuntos, ' temas yj cuestiones

vienen á constituir para nosotros faenas que nos legó el pasado y que he- .

"mos de entregar, llevándolas á término, /

/

en brazos del porvenir. -

En-

publicóse en Madrid Y

1788

HISTORIA GEOGRAFICO, CIVIL * : POLITICA DE LA ISLA DE SA JUAN BAUTISTA DE PUERTO.! CO; en 1830 Don Pedro Tomás

al meditar sobre el desembarco de.Cris-

Es tóbal Colón en nuestras playas. posible que nos tache alguno de triviales al ocuparnos de esta parte de estamos

pero

nuestra” historia,

. :

seguros

de ser absueltos de tal dictado con sólo seguirnos en nuestra excursión reasunto está de Nuestro lleno dentro de las condiciones que el discernimiento en historia requiere;. es decir: es importante, útil, capital; “tiene

” trospectiva.

esos

de

la trascendencia

4

en

cul-

hechos

minantes que deciden, que cambian de una manera imperiosa el enlace de los

e

científica

hubiera alcanzado su pericia. -Tales consideraciones nos asaltaron

Deslin--

sucesos de que van seguidos.

sin

im-

primir á la obra ese carácter analítico con el cual los acontecimietos narra-

dos llevan un sello de veracidad incues-

tionable. No

es

por cierto el Sr. Acosta de

aquellos escritores que, como dice con oportunidad

Luciano,

trasladan

desde

abandona

palpitaciones.

al

ARCA A

Pd

que una verdad quede velada entre los detalles fantásticos de úna tradición; por más

que se oculte bajo la grosera de un ídolo;

arquitectura

- se guarde

en la profunda

por más

mansión

que

el

misterioso

indecisas

recinto de un

fósil;

.

de

' más que se esconda vagamente

la Historia

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Nada muere, y por más

tinguidas condiciones, para los trabajos al escribir

$

finitos años, inequívocas sen... =8 de sus

- un estratus; por más que se-refugie en

pero

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á su tránsito, « través de in-

la Siria á la Mesopotamia la ciudad de Samosata; es indudable que posee dishistóricos,

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No hay época mi edad que no deje sus recuerdos: la v.¿Sa de los pueblos

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ción. Esto constituye todo nuestro arsenal histórico. [Nuestro país no ha teotros historiadores y éstos, por nido más que sean sus esfuerzos dignos del mayor encomio, no han sido en rigor sino meros compiladores, no han hecho más que archivar hechos, no todos

la pyurte de la Isla que fué antes ocuel retiro donde replegaron sus pada, “us caciques, los primeros cafuerzas

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do este libro, dió de él una tercera edi-

,

Córdova reprodujo la edición primera % ¡y - dar con certeza el sitio por donde dede esta obra, sin mejora ni adición; f- h sembarcó, por primera vez, en este sue“No amado, el inmortal navegante, es ma-' 1866 Don José Julián _nalmente en ia utilísima para poner en claro Acosta y Calvo, anotando y comentan-

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_roso catalejo, han podido ver ni de cerca ni. de lejosla expresada isla. No creemos que el señor Brau, que

recusó la opinión. del eminente geógrafo

Otto

Neussel,

por el hecho de ser

extranjero, recuse ahora á la Dirección hidrográfica española, porque de ella

-viene

aquel

dato valiosísimo el cual

basta por sí solo para destruir todas sus argumentaciones en favor de Aguada. Si esta prueba existiese únicamen-

te, ella bastaría para convencernos del error sustentado por unos pócos, de que fué aquel puerto el de por las _ haves de Colón. jo”

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enseñaron que

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Noviembre de 1493”? (8)

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un solo dato que pueda

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aplicarse en el presente caso. Sin la cbra de Fray Iñigo, que fué el prime-

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(8) ——Catecismo

histórico y geográfi-

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A

Julio L. de Vizcarrondo.

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invocarse esa tradi-

ción cuando hasta en las mismas obras

de texto en que aprenden nuestros “hi-

jos se les dice: '“Mayagiiez es célebre en la Historia de Puerto Rico, por ha-

ber sido el punto de desembarco de Colón, en su segunda expedición á América, verificada el año 1493"”> (9).

Hemos refutado uno por uno todos . los. argumentos presentados por el señor Brau. Ahora bien: que Colón tomó puerto al Oeste de la isla, está

justificado

con

todos los que se han

ocupado de sus viajes. Sólo en Aguada ó en Mayagilez que presentan al navegante amplia bahía y seguro fon-.

pJdeadero, pudo detener sus naves; y co-. o queda probado que es de todo punimposible que haya visitado el prier punto, queda en pie y robustecida cfin opiniones respetables, la creencia e siempre hemos sustentado, de que Nota de Colón tomó puerto el 19 de oviembre en la vastísima ensenada de

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Mayagiez.

Hemos concluído nuestro trabajo..

DESEMBARCO DE COLON EN -— PUERTO RICO — —Por el Dr. D. Manuel Zeno Gandía— - Aquéllos que en Puerto Rico aplau- .

diendo con efusión las conquistas del presente y soñando con ardor hermosos '

ideales para el porvenir, no miran con

desdén las huellas de nuestro pasado, no -olvidan el registrar las sombras de otras edades, no hallan ocioso el. fijar la mirada en las imensas lejanías del ayer, habrán sin duda pensado mil ve-

-(9)

—Elementos de Cosmografía y Geografía particular de la isla de Puerto Rico, por Felipe Janer y

Soler. Obra declarada de texto y premiada en la Exposición Uni- |

-* vetsal de París.

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Fuentes Históricas

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primir á la obra ese carácter analítico con

el cual

los

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narra-

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Nada muere, y por más

que una verdad quede velada entre los detalles fantásticos de una tradición; -

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_por más que se oculte bajo la grosera No es por cierto el Sr. Acosta de arquitectura de úun ídolo; por más que “aquellos escritores que, como dice con oportunidad Luciano, trasladan desde ser guarde en la profunda mansión de la Siria á la Mesopotamia la ciudad de - un estratus; por más que se refugie en el misterioso récinto de un fósil; por Samosata; es indudable que posee dis' más que se esconda vagamente en Tas tinguidas condiciones, para los trabajos indecisas líneas de una escultura; por. históricos, pero al escribir la Historia.

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discernimiento en historia requiere; es decir: es importante, útil, capital; tiene

- do este libro, dió de él una tercera edi-

no han sido en rigor

re-

nuestra excursión

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en brazos del porvenir. 1788 publicóse en Madrid XL En HISTORIA CEOGRAFICO, CIVIL LA ISLA DE SA; DE - POLITICA JUAN BAUTISTA DE PUERTO.” en 1830 Don Pedro Tomás de CO; Córdova reprodujo la edición primera de esta obra, sin mejora ni adición; fi_nalmente en 1866 Don José Julián Acosta y Calvo, anotando y comentan-

encomio,

séguros

asunto «está de trospectiva. ' Nuestro. “lleno dentro de las condiciones que el.

mos de entregar, |llevándolas á término,

mayor

estamos

vi

lo seguirnos en

nas que nos legó el pasado y que he-

más que sean sus esfuerzos dignos del

pero

de ser absueltos de tal dictado con só-

fae-

ción. Esto constituye todo nuestro arsenal histórico. Nuestro país no ha tenido otros” historiadores y 'éstos, por

historia,

de esta parte de.

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fe-

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hubiera alcanzado su pericia. Tales consideraciones nos asaltaron.

y cuestiones

asuntos, - temas

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biera sido. simple compilador,

prodigan valiosas conclusiones, de modo tal ilustran los nuevos pasos en los modernos senderos del saber, que, problemas,

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ser. así,

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y de tal suerte

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profundas

ditaciones á centenares de datos con extrema delicadeza recogidos, no hu-

de la

hipótesis; temas que dan abundante labor á las inteligencias pensadoras; cuestiones que estimulan la curiosidad científica en beneficio directo de la misma ciencia

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el resultado de

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á los deleitables esparcimientos

su atención.

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regaladamente

mente

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tar interés; asuntos en la historia que

o

que basta su enunciación para desperconvidan

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de Puerto Rico, permítanos la franqueza de decirle, que pasó distraído por lu-gares que debieron atraer poderosa-

ces en lo mismo que hoy pone la pluma en nuestra mano. Problemas hay


más que se grabe para siempre en el ingranito de un altar druí-

dico; y que una vegetación la cubra de

en los labios, 4 Gda nubvoaeL sur- gía del Océa no una nueva ninfa pro-

arrancando á las soledades del mar. Su

. siempre, ante el poderoso espíritu de _ investigación del hombre, acaba por ' llegar á nuestras manos y surge y resucita respla y ndece. Un fragmento óseo

y poco á poco íbanse grabando en su memoria los deliciosos paisajes de la

raciones

la

cu

con sus huesos,

pone á Cuvier en vía de hallar el nombre de aquel resto abandonado á la eter-

. nidad

de

los tiempos;

el mismo,

le

- basta para forjárselo en la mente con

la” completa conformación anatómica;

" sobre él, cimenta el condrosidesmo y lo

relaciona

así

de detalle en detalle, de

.- región en región, y forma un esqueleto; con el mismo fragmento, deduce la

navegación exploradora era detenidaá cada paso por nuevos descubrimien: | tos: caminaba de sorpresa en sorpresa

incomparable América. ¡Qué mejor descubridor para el más gigante de los países, que la más gigante de las inteligencias!

_Hállase por fin en las Islas Vírge-

nes y el 10 de Noviembre de 1493, 4

los 100

un

monstruo

antidiluviano;

historia del Mammouth, del Ictiosaureo

y de otros seres que acabaron para siem : pré. ¡Milagrosa obra de Cuvier, Qvátrefages y Figuier! ¿Cuál es el to? Sólo consiste en indigar, una vez to pues deducir,

»/¿re-

recursos del 'análisiz$ con la cooperación de la lógic ¿ácilmente se llega convencidos de que el asun- .

Oy nos ocupa no es detalle seS<ndario, sino algo que debemos sacar la penumbra, y en tal concepto abor-

damos la cuestión. Ya no eran para Colón .aquellos días

interminables

yy melancólicos en

que en un horizonte sin fin tomaba co-

., Mienzo otro aun

más infinito:

éranse

“=dé68 otros en que más feliz, con el broblema resuelto y.la sonrisa del triun3.

el nombre de San Juan Rico y fondeó

“—... “No

sabemos

en

. '

qué puerto de

sla fuese éste, en que dió fondo el Anirante Colón con su flota, pero sienJo regular segúnel rumbo de Santo

Domingo, costease á Puerto Rico por el Norte, hay motivos de persuadirnos fué en el puerto de la Aguada que es- * | tá al N. O. de la Isla”... Ñ Y. aquí” comenzaremos á no estar de acuerdo. Positivamente y partienN. de nuestro país el rumbo, apropiado

con el apoyo de la obser

:.

que vió las costas de

do de las Islas Vírgenes, no es la costa

' faena, con los principios

de

.dió

a bahía hacia el poniente.”....

da

he ahí la

le

utista de Puerto

culación, teje la urdimbre nerviosa, de-

carácter, expresión, fisonomía; y final“mente, de aquella reliquia, casi polvoá la más ligera presión de los dedos, crea

—... “luego

sta

reparte los fecundantes vasos de la cir-

A?

10” de latitud septentrional,

descubrió la Isla Borinquen y... hable Iñigo Abbad.

- mecánica articular, inserta el músculo, línea el perfil, imagina el contorno,

|

vidente, -hermosísimas tierras que iba

follage,y que un 'nuevo cataclismo la hunda en una sima, y que cien gene-

FÉ e

fo

para

dirigirse

otro lado,

y

mares

á Santo Domingo; de fuertes, vientos duros

poderosas corrientes, son abonados

enemigos de los navegantes y más aún de aquellos que no llevan una ruta fi-

ja y van haciendo en su camino explo- . raciones que requieren mejores condiciones de mar y atmósfera. Añadiremos que desde Santa Ursula navegah-

- do al O. Y siguiendo el mismo paralelo,

- debierori forzosamente avistar la costa S. Basta situarse imaginativamente en

las

Vírgenes, buscar ayudados por la

brújula á Santo Domingo y veremos que una línea marina trazada de uno á

Í 1


Mi

By

Fuentes Históricas

bo

oblícuo para costear por el N. de

Borinquen; no se aventuró á pasar los, peligrosos lugares que existen entre te / ta y Vieques, y sí llevado plácidameny/; por mansas corrientes y por favorabls brisas, llegó cerca de la costa S. y vegó en sus riberas hasta encon]

- dén buenos

de Muñoz, y la que se deduce del Dr: - Chanca, debemos recordar que todo marino anota imprescindiblemente en sus cuadernos

todo cambio

de rumbo.

¿Porqué, pues, tal cambio no aparece, - si para verificar el desembarco en Aguada

debieron

forzosamente realizarlo?

¿Porqué no se anotó la variación del

y o

asilos y tal vez agradables

poblaciones, doblar á gtra costa, é ir á buscar un puerto lejano y que los des-_viaba del rumbo á Santo Domingo, no nos parece, ciertamente, probable itinerario para aquellas aventureras. gen-

_tes, ávidas

de descubrimientos

y con-

quistas. Avistar una costa llena de encantos, había de ser para ellos una bendita sorpresa:

¿cómo

no

sentirse

pues,

llenos de impaciencia por pisar una tieuna cala. a rra que desde el horizonte descubrían Convencidos firmemente de A sonriéndoles con las más poéticas pers- aserto, hallamos consignadas en nuespectivas?> ¡Y pasar navegando por Al ko frente las ensenadas de Arroyo, Salinas tra historia notorias inexactitudes. -precisar el sitio que eligió Colón para Ny Ponce, y pasar indiferentes por Tala- su primer desembarco, vemos que Fray N :0a, Guayanilla, Guánica,, Mayagiez, Iñigo designa el de Aguada, y Muñoz . ete; etc., y dar en la inexplicable hu-' y el Sr. Acosta, en sus testimonios, el more *a de amarrarse en Aguada, puerde Mayagiiez. Ambas opiniones á toto, que. “wunque bueno, tiene que envidas luces inexactas. diar á mu hos de los citados! a - ¿Porqué no fué por Aguada? conformamos con esPero e En primer lugar el fundamento de tas razones: o.xamosal Dr. Chanca y. - esta opinión privada de Iñigo es solajuzgan hasta qué punto es .podremos mente el nombre de Guadilla con que, de Fray Iñigo. inexacta la aseveraci en su tiempo, se nombró á un puerto El Dr. Chanca era médico" de Colón, le de aquella costa. Sin oponer á tan déacompañaba á bordo y servíai) al mis-. bil argumento las opiniones contrarias

E

la exuberancia

a

NUE-

por

mo

tiempo,

natural

que

de cronista.

concedamos

Parece, | bu38,

á tan

impor->

tante personaje discreción y buen sentido bastantes para tener fijezas en sus citas y ser verídico en sus narraciones.

El, pues, corisignó en sus notas las si- > ...“que llegamos guientes palabras:

_á vista de otra Isla llamada de BURFNQUEN, cuya

costa

corrimos todo

un |

wr”

=

DEL

atraídos

Ka DA A

en su HISTORIA

VO MUNDO. Es, pues, indudable - que la flota de Colón no tamó un rum-

sentirse

- con que, desde tierra, les brindaBan los - fecundos campos del S., mirar con des- '

NN

mismo suceso hace Don Juan Bautista

Muñoz

mienzo de ésta en Mala Pascua hasta la ensenada de Guadilla? Recorrer todo el S. de la Isla, pasar por los más seguros y hermosos puertos de ella, no

AN

_ guna, y de la descripción que sobre -el

no hay muchas más, desde el co-

E

Válese el Sr. Acosta del testimonio del Dr. Chanca, poderoso sin duda al-

so

0

sla

tomar para llegar á Aguada?" ¿No dice el Dr. Chanca que fueron recorridas 30 leguas de la costa? ¿Pues aca-

RT

—”*.. .este itinerario que trae Fray Iñigo es exacto en las fechas, pero no en el rumbo que siguió el almirante * Don Cristóbal Colón. Costeó á Puerto Pod no por el N., sino por el S. de la

rumbo O. que desde Sta. Ursula traían _conel N. franco que hubiera tenido que

eno

prueba atendamos á lo que, muy en lo cierto, dice el Sr. Acosta en sus Notas:

,

le

otro punto pasa inevitablemente por la costa S. y después de esta última

A


:

so

? Fuentes Hfiicas á

tenía por aquella

concepto de Iñigo al suponer fué por

Según este irre-

Aguada el desembarco. Creemos, pues,

cusable testimonio, aquella costa tenía

que con bastantes elementos puede afir-

treinta leguas, es decir que este cálcu-

marse la equivocación de nuestro his- ' toriador, y si esto es cierto, ¡feliz una y mil veces el instante en que un error.

díaz j ibaccane banda 30 leguas...”

lo, si no exacto, por lo menos muy cer-

cano á la verdad dadas las condiciones del

anotador,

sobre

demostrarnos

evi-

dentemente que fué la costa S. la reco- rrida

primero,

nos

indica

una

ma-

nera indudable que después de navegar treinta leguas llegaron á un puerto. - de buénas condiciones para hacer arri-

á 18E

bada.

É

¡

Y preguntamos ahora: ¿corresponde el puerto de Aguada á esas 30 leguas? ¿avistando la Isla hacia el N. y navegando 90 millas hacia el Oeste,

damos

con la

¿cómo

ensenada de Guadilla?

explicarhos

que

siguiendo tal

que, 1

repetimos una vez

a

Y

más, no podemos

ner en: duda, apa-

E

recieran

- itinerario

las

gentes

de Colón

* se desvanece para dar paso á una ver- dad!

Al anotar : el Sr. Acosta la obira á que nos venimos refiriendo dice: .... “vió por primera vez á Borinquen el 16 de Noviembre por la tarde, costeó por el S. y el O. los días 17 y 18 y el 19 del mismo mes tomó tierra en la ensenada de Mayagúez. .

Analizando un

a

E E

Y

4

de

Po Dr

TO

CODI

AE 3 A

2 E

a

4E

camino

exenta de peligros?

No titubeamos en

consignar que anduvo Fray Iñigo harto ligero al describir el desembarco del -gran descubridor. Fáltanos

también

transcribir,

contra de las narraciones de Iñi de Muñoz, si bien más adelant

G

E z h

a

“la opinión de este último.

cionado Muñoz: grande

Isla BORI

mirante la honró

....

e

Áce Y el men-

p»/eció luego la ., el AL

cr'el nombre de San

Juan Bautista72 Puérto Rico, costeóla por el la+7” meridional extendido de Este 4 Oeste, cosa de 40 leguas y sur-

E

al poniente en una cala muy abun-

A “dante en pesca....5 En virtud de esta descripción y (aunque no se precisa en ella de un _modo claro) deduciendo que ese sitio

del Poniente pudo haber sido, en opi. nión

es

de

Muñoz, el puerto de Maya-

vemos

una vez más refutado el

de esta Isla estuvimos

dos -

¿Una nota que dice “ensenada de Ma-

giez.”

en un

una línea irregular y no

puerto

ías....”- llama la atención del lector'

¿Qué razones han servido al Sr. osta para emitir esta opinión? ¿En.

ta de tener treinta leguas y trazando en

su

del

Dr. Chanca, cuando éste dice .... en

puerto del Oeste, en otra costa que dis-

después la carta

““d de qué datos dedujo fué Maya«ez el lugar del desembarco?

¿Le han

/oastado los indicios que deja entrever " Muñoz en sus descripciones de que fué por aquel paraje? ¿No se há fijado en que tal opinión queda destruída, en que ése soñado puerto del Poniente deja de ser el hospedaje primero del genovés, con sólo meditar y analizar la carta del Dr. Chanca? Y si en esta úl-

.tima se ha fijado con toda la atención que merece, no la cree más convincen-

te,

como de testigo presencial, que los

relatos de un historiador que no estaba en las mismas circunstancias? Y si la carta del Dr. Chanca le indujo á creer que fué Mayagiez el puerto en cues-

tión,

¿por qué extraño espejismo de-

ducimos nosotros del mismo códice di-

ferentes consecuencias? Ello es que tal disparidad no es de difícil demostra-

ción.

En primer lugar debemos advertir ' que es tradicional que en el sitio denominado Mayagiiez, imperaba por aque-

>


51.

Fuentes Históricas

que

otra

es lógico suponer

la singladura, pa Ss sen aquellas gentes,

:

de la altura de Mála Pascua, á las cos-

“tas de Mayagiiez. Así mismo -recorda. mos ahora lo qué en contra de la opi_nión de Iñigo decíamos: ¿por qué no

se anotó

que Ponce

el cambio de rumbo si para

desembarcar

desembarcó por el mismo sitio que Colón, puesto que no habría aquel nave-. 'gante de seguir otra ruta y buscar otros asilos que la ya encontrada y los ya

hacerlo?

flota

en Mayagiiez

- Nada

navegó

llarlo,

se nos dice de esto: da

buscando

ningún

forzoso era

asilo y

al ha-

indicio nos demuestra

que se torció el rumbo para arribar á

designados y descritos por su inmortal

Na

llos tiempos el cacique Mayagoez (10). Unamos á -esta advertencia otras dos la una, que Ponce de importantes: León desembarcó (tiempos después) donde reinaba Agueynaba y la por

ron fondo los navíos. Y

índole nos asaltan.

exploración (que tuvo forzosamente que ser lento y con frecuentes interrup-. ciones, ya para hacer observaciones, ya

para buscar un, seguro puerto), es poco probable, repetimos, que en una so-

(10) —Véanse las obras de Tapia. —

(M. Z. G.). Véase lo que sobre este particular dice el Sr. Brau. Ram.

IA A A RV

ADAN

ANO

diaria, otra cosa que

'

PORRA

Mas ¡ah! no así iempos y en otras edades. Cuando el huxbre tenía que descolgar su alimento dol.encumbrado monte; fuertes;

cuando

que cubrir su. tenía

desnudez cón pieles cada una = las cuales simbolizaba una lucha; cuando, tenía que

establecer

su vivac: á' la in-

" temperie, sin más techumbre que los, árboles del bosque, ni más suelo que el

húmedo de la tierra; cuando tenía co-¡

mo sola defensa el cayado, único patronato, único amparo,- tal vez únic- moral de la desvalida prole; cuando » LI

:

cuando tenía que U'=butarle el sustento á las fieras Ó á otro: hombres más

CITI

- en aquel entonces, con los malos me- dios de navegación de que disponían y sobre todo, tratándose de un viaje de

Mecánica

lag

ce el testigo) y es poco probable que

-

dela naturaleza. En la vida común to"No lo hacemos con cierta inconciencia dado que nos rodea, pues, en verdad; cesitamos, para el cumplimiento

le-

guas fueron navegadas en una singladura (“recorrimos todo un dia”... di-

modo,

*

e

esas

en cierto

A

que

nos aleja,

AA

vez,

alcanzamos

RS

nuestra

Debemos confesar

que en nuestros días la civilización que

LU

á

pes

racaaíin

pudieron equivocarse en la medición de responderedistancia, | pero .esa

diversa

A

esto es, á mayor distancia de esas 30 leguás. Podrá tal vez objetársenos que

Y

de

.

dice el Dr. Chanca, y Mayagúiiez se e cuentra en el mismo caso que Aguada,

mos,

razónamientos

.

corridas 30 leguasde esta costa...

otros

¿An

“fuerón

:

hr, VIRTTCTT IAE pl. E ANAIS GA ei

la distancia recorrida....

TL

sitio, no fué en aquel puerto donde die-

otrasfiira-

zones, tales como las que se refier

EA

SA

Agueynaba y Mayagoez en el mismo

- tio que Agueynaba, rey de la Isla. Unamos á esta deducción

rr

un puerto del Oeste. Mayagúez se hadecir, pues, que Quiere predecesor. lla pues, más allá de las treinta leguas . Ponce de León, desembarcando por el mismo sitio que Colón, pisó tierra por | navegadas por los descubridores, se en- ; cuentra fuera del rumbo que estos sila misma parte de la Isla en que reina-guieron, su situación hace que un na-, así pues, si en Mayaba Agueynaba: - -'-. to Domingo San á ija dir se que die deduce nt se ga ez, ve Mayago giiez reinaba por el S. de Puerto Rico tenga que tor| punto este por fué no que ente rectam cer su derrotero si quiere arribar á aquel | el desembarco, á menos que demos puerto y finalmente: nos patentiza, que la suposición imposible de que el ca siendo incompatibles los mandos de que Mayagoez mandaba en el mism


52 nía que recorrer, r jornada tras jornada, _el interminable . trayecto entre una y otra

región,

sin más ayuda que sus propias fuerzas, sin más ventajas que las zarzas del sendero ó las aristas del : pedregal; cuando tenía sumados sobre

el aniquilado organismo, la enfermiza

lluvia, el ardor caliginoso del sol, las bruscas transiciones crepuscu el azote de los vientos, la implacable. ac-

ción de los miasmas y el frío de las noches, ¡ah! entonces, el instinto despertaba facultades nuevas. su oído el más leve rumor, adivinaba la fiera en el crujir de unas hojas; aprendía á discernir entre la yerba venenosa

y la raiz suculenta; elastizaba sus fuer-

_caminar cerca, de dia buscar canales | que diesen franco acceso, lugares de abrigo seguro, sitios aptos para abun-

dante aguada y provisión de leña y sal,

recinto de condiciones hospi para fiarle la integridad de las naves. ¿Propondrían estos indígenas al nave-

gante el puerto de Mayagiiez con pre-

ferencia á otros, antes hallados al pa-

/80?

” ánimo la convicción de que no fué Ma-

yagúez, el lugar del primer desembarco

¿por dónde se verificó éste? Tenemos la seguridad de que en nuestro suelo existen signos que pondrían en claro este punto: falta buscarlos. |

zas y lograba trepar hasta donde se mecía tentadora la sabrosa fruta; descubría el temporal asolador-en una nube-

FRAGMENTO

cilla lejana y de una manera fatal, obligado por sus apetitos y necesidades, enriquecía su inteligencia con percepciones, prácticas, conocimientos, hoy girones de ciencias perdidas, que le robustecían y le daban arsenal bastante pata las fatigas y las luchas eternas de >

la vida.

Entonces el hombre de la. sel-

va conocía detalle por detalle, la comarba

ca que habitaba y nuestros indige

mente, y á su modo

rudy4entario,

análisis' de aquellas

al

y/és generacio-

” no es atrevido nes y en tal conce suponer que dos ip/ígenas ¡ que á bordo

llevaba nuestros

rios

B s

qa or

-

l

AA A

PETT

IIIRA AOATTRIANIAYORS DI

ll ip

que-esta vida primitiva hacían, an conocedores de las montañas, ) y las llanuras y de las costas. Los py” 4gros y las ventajas no se esca - cierta-

eran

co

ores de

os. Y si es aceptable esición ¿no es acaso creíble que

hombres

fueron escuchados

por Colón? ¿que animados del vehemente deseo de pisar sus playas infor-

masen al navegante de las escabrosidades del camino? Ellos indudablemente debieron intervenir en la elección de

_ puerto, y con el concurso de aquellos aIgénas peon los descubridores

-Si todos estos indicios llevan al

DE “COLON

EN

|

| Por el Dr. C. Coll y Toste.

le

|

7-16. Puerto Rico. 1893.— El 25 de septiembre, á la ho-

4 del alba, zarpó la escuadra de la banía de Cádiz,

con derrotero á las islas

” Canarias, por llévar intención de tomar

en ellas refresco de los bastimentos necesarios, y evitar los mares vecinos á los cabos portugueses y á los archipié-

lagos dependientes

de Portugal (11);

á los tres días de navegación visitaron . las naves tórtolas y pajarillos, que pasaban á invernar á Africa desde is- a

las Azores; el 2 de octubre (12) llegaron los expedicionarios á la gran Canaria, y á la media noche alzaron velas

para ir á la Gomera donde: arribaron el

sábado 5 de octubre, ordenando el Almirante se acopiara prontamente lo que necesitara la escuadra; recolectando de nuevo semillas, aves de corral y ocho -

puercas.

Se reparó una ñao que hacía

(11) —Enmilio Castelar. —Historia del .

- descubrimiento

de América.

1892.

X412) —Fernando Colón. —Historia del Almirante.

1892,

* '

"


o

«que les hizo creer, , de súbito, fuese de hierro, por el color que había tomado la arcilla cocida.

Pero todo fué respe-

mada fondeada hasta la mañana del lu-

tado, y se volvieron los viajeros á las carabelas. Al día siguiente—martes 5

- á ella el mismo día, la. intituló el Almi-

_ á tierras para ver si podía capturar un indígena, que le diera nuevas del país. Regresó cada embarcación con un mo-

criaturas,

en cuyos

brazos

ataron

cas-

cabeles para atraer á los padres el si- | guiente día. Les llamó la atención mu- : chas aves blanco-rojizas (17) y verdes - (18), unas calabazas (19), y la odoríf ra ananás (20), q. por su similitud

_el fruto del pino le llamaron los ;

hechas

de

redes (hamacas), y m:zavillóles sobre 2

rro lucidísima,

(17) —TFaos hipochondriacus Pápagayo.

»

(18)

——Chrysotis vittatus,

Bryant.

Boddaest.

Cotorra.

(19) —Auyama

de los indígenas, dis- |

tinta de la de Castilla.

(203 q

—Bromelia ananas. L. Según el

nombre indígena de la piña es ya-

yamá.

.embarcaron y fueron á

cen e E IArn A

las

y

se

ALI

naos; pero el Almirante ordenó agasa-

SAM

_Jarlas con cascabeles y sartas de vidrio, y llevarlas de nuevo á tierra. " Colón :

quería atraerse á los indígenas; pero los.

indómitos CARIBES despojaron á las Y mujeres de las brujerías; y las mismas

jindias, cuando Nhacer

leña

volvieron las barcas á

y aguada,

se entraron en

1as embarcaciones y rogaron, por señas; a

los »

marineros -

..

las

2,

llevasen

a

á

los ,

na-

-

.

víos, manifestándoles, en su mímicolenguaje, que los naturales de Guada-

lupe comían hombres, y las tenían á - ellas cautivas. Los marineros recogie-. ron un garzón y dos criatufas más, llevando á bordo á aquella gente, que aceptaba

algodón y á, a

_ manera una tartera

mente

A

divisaba en la playa; la hallaron desierta de adultos y encontraron algunas

con ellos seis indias, las que voluntaria-

.

cado, fueron á tierra lós expedicionarios á reconocer una aldehuela que se '

y que los habi- .

tantes de SIBUQUEIRA (Guadalupe) eran CARIBES. Retornaron n_las bar- cas á buscar unos cristiános,aque ha-. - bían quedado en tierra, y encontraron

A

Guadalupe divisaron los viajeros una roca altísima (la SOUFRIERE), que terminaba en punta, de la cual salía al parecer un grueso chorro de agua, que - por su limpidez algunos decían ser veta blanca en la roca. Surtas las naves, . á la caída de la tarde, en puerto rebus-

eran

AN

leguas antes de arribar á

dijeron,

mejor

entregarse

Y

— Tres

garzones

ellos de BORIQUEN,

A

rio.

zo indio, y los

Colón dos barcas

MAR

rante: SANTA MARIA DE GUADALUPE, por devoción y ruegos de los monges de aquella. casa, en Extremadura, á los cuales había ofrecido poner - á alguna isla el nombre de su monaste-

de noviembre—enyió

á seres ex-

A

_ nes 4, que zarpó, la vuelta al norte, hacia otra grande isla divisada; llegados

_ traños, vistos por vez primera, á que- ' darse en tierra de los terribles enemigos, que se habían comido á sus hijos . y maridos. Por una de aquellas indígenas

boriquenses

supo el Almirante

que hacia el Mediodía había muchas islas, y que de SIBUQUEIRA

había sa-

lido una expedición de trescientos caribes, en diez grandes canoas, á piratear en: las a”, vecinas tierras: y á capturar o gente. Aunque el Almirante traía su carta náutica, trazada en el primer viaje, interrogó. á las indias hacia dónde quedaba la Española para confirmar sus

te! a Ae? me

del Rey é la Reina, acta notarial de la -toma de posesión. Permaneció la ar-

==

ANAL

E

a

xD

A

ms

rn

menor

NEIRA

Peñalosa, escribano de Cámara

o de

z

-go de

- « Fuentos.listóricas

i

ea


nía que recorrer, jornada tras. jornada,

el

interminable

otra

región,

_.cami cerca nar de tierra, buscar canales

trayecto entre una y

que

sin más ayuda que sus

recinto de condiciones hospitalarias para fiarle la integridad de las naves. ¿Propondrían estos indígenas al nave-

. pedregal; cuando tenía sumados sobre

el aniquilado organismo, la enfermiza Po

el

ardor caliginoso del sol, las

bruscas transiciones azote de los vientos,

gante el puerto de Mayagiiez con pre-

crepusculares, el la implacable ac-

ferencia á otros, antes hallados al pa-

,so? Si todos estos indicios llevan al - ánimo la convicción de que no fué Ma-

_ción de los miasmas y el frío de las no.

Che»,

¡ah! entonces, el instinto desper-

- yagiiez, el lugar del primer desembarco ¿por dónde se verificó éste? Tenemos

taba facultades nuevas. Alarmaba su - oído el más leve rumor, adivinaba la

la seguridad

fiera en el crujir de unas hojas; aprendía á discernir entre la yerba venenosa

de que en nuestro suelo

- existen signos que pondrían en claro este punto: falta buscarlos.

y la raiz suculenta; elastizaba sus fuer-.

zas y lograba trepar hasta donde se mecía tentadora la sabrosa fruta; descu-

FRAGMENTO DE “COLON PUERTO RICO”

«bría el temporal asolador en una nubecilla lejana y de una manera fatal, obligado

franco acceso, lugares de

abrigo seguro, sitios aptos para abundante aguada y provisión de leña y sal,

propias fuerzas, sin más ventajas que las zarzas del sendero ó las aristas del

lluvia,

diesen

Por el Dr. C. Coll y Toste.

por sus apetitos y necesidades,

enriquecía su inteligencia con percepciones, prácticas, conocimientos, hoy

Ágs.

7-16.

Puerto

Rico.

EN e

|

1893.—

. El 25 de septiembre, á la ho-

s del alba, zarpó la escuadra de la ba-

toncéd

4

nía de Cádiz, con derrotero á las islas - Canarias, por llevar intención de tomar

el hombre de la sel-

va conocía detalle por detalle, la comar-

/.

en ellas refresco de los bastimentos ne-

ga

ca que habitaba y nuestros indige que esta vida primitiva hacían,

TRA IDYTTAYAD DOOI tt e

conocedores

de

las

cesarios, y evitar los mares vecinos á los cabos portugueses y á los archipiélagos dependientes de Portugal (11); á los tres días de navegación visitaron las naves tórtolas y pajarillos, que pa. saban á invernar á Africa desde las is- . las Azores; el 2 de octubre (12) llega-

montañas,

Es

1

pa

y

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Q 0

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hada

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El

lanuras y de las costas. Los

BORRARTE

yes

ron los expedicionarios

do

ria, y á la media noche alzaron velas para ir á la Gomera donde: arribaron 'el sábado 5 de octubre, ordenando el Almirante se acopiara prontamente lo que - necesitara la escuadra; recolectando de nuevo semillas, aves de corral y ocho puercas. Se reparó una ñao que hacía

de

Y si es aceptable es-

ición ¿no es acaso creíble que í

ta pros hombres fueron escuchados E por Colón? ¿que animados del vehe,

mente deseo de pisar sus playas infor- masen al navegante de las escabrosidades del camino? Ellos indudablemente debieron intervenir en la elección de

puerto, y con el concurso de aquellos.

áá la gran Cana-

-

(11) —Emilio Castelar. —Historia del | descubrimiento de América. 1892.

12) —Fernando Colón. —Historia del Almirante.

1892.

*


. » .

.

Fuertes Elistáricas

,

O,

Y

¿54

manera una tartera, Ze

barro lucidísima,

(17) —T-10s hipochondriacus. Bryant. Pápagayo. . “(18) —Chrysotis vittatus. Boddaest. | Cotorra. :

(19) —Auyama

de los indígenas, dis.

tinta de la de Castilla.

(20) ¿

—Bromelia ananas. L. Según el nombre indígena de la piña es yayamá.

,

AA % .

e E A

O —

acer leña. y aguada, se. entraron en 1a8 embarcaciones y rogaron, por señas, á los marineros las llevasen á los na- víos, manifestándoles, en su mímico

AAA

lenguaje, que los naturales de Guadalupe comían hombres, y las tenían á ellas cautivas. Los marineros recogieron un garzón y dos criaturas más, llevando á bordo'á aquella gente, que aceptaba mejor entregarse á seres extraños,

vistos

_ darse en

por

vez

primera,

á que-

tierra de los terribles enemi-

_gos, que se habían comido á sus hijos y maridos. “Por una de aquellas indí-

- genas boriquenses supo el Almirante que hacia el Mediodía había muchas islas, y que de SIBUQUEIRA había sa- * lido una expedición de trescientos caribes, en diez grandes canoas, á piratear en las vecinas tierras y á capturar

gente.

Aunque

el Almirante traía su

carta náutica, trazada en el primer via-

Ni

er

i

á

]

las barcas

-

volvieron

.

cuando

y las mismas

A

mujeres de las brujerías;

A

quería atraerse á los indígenas; pero los indómitos CARIBES despojaron á las

Notas.

A AA

tierra. ¿ Colón

e

de nuevo á

A

y” llevarlas

r

a

Y "e.

mente se embarcaron y fueron á las. naos; pero el Almirante ordenó agasa-: jarlas con cascabeles y sartas de vidrio,

e

sobre.

con ellos seis indias, las que voluntaria-

redes (hamacas), y snpvillles

las bar-

OVER A

ra ananás. (20), q. por su similitud el fruto del pino le llamaron los y ros piña. Observaron tambiéz, os arcos y las flechas,y k hechas de algodón y 3/s é aia de

Retornaron

AAA

guiente día. Les llamó la atención muchas aves blanco-rojizas (17) y verdes (18), unas calabazas (19), y la odoríf

CARIBES.

cas á buscar unos cristianos, que habían quedado en tierra, y encontraron

q

criaturas, en cuyos brazos ataron cascabeles para atraer á los padres el si-

eran

An

rios á reconocer una aldehuela que se divisaba en la playa; la hállaron desierta de adultos y encontraron algunas

y que los habi-

tantes de SIBUQUEIRA (Guadalupe)

OO

terminaba en punta, de la cual salía al parecer un grueso chorro de agua, que - por su limpidez algunos decían ser veta blanca en la roca. Surtas las naves, á la caída de la tarde, en puerto rebuscado, fueron á tierra los expediciona-

eran

br

que

garzones dijeron,

ellos de BORIQUEN,

|

(la SOUFRIERE),

y los

A>

altísima

zo indio,

A

_roca

indígena, que le diera nuevas del país. Regresó cada embarcación con un mo-

e

rio. Tres leguas antes de arribar á - Guadalupe divisaron los viajeros una

. de noviembre—enyió Colón dos barcas

- á tierras para ver si podía capturar un

DS

á alguna isla el nombre de su monaste-

tado, y se volvieron los viajeros á las ' carabelas. Al día siguiente—martes 5

o

cia otra grande isla divisada; llegados á ella el mismo día, la intituló el Almirante: SANTA MARIA DE GUADALUPE, por devoción y ruegos de los monges de aquell sa, en Extremadura, á los cuales había ofrecido poner

hierro, por el color que había tomado - la arcilla cocida. Pero todo fué respe-

y

nes 4, que zarpó, la vuelta al norte, ha-

«que les hizo creer, de.súbito, fuese de

o.

-go de Peñalosa, rcribáno de Cámara del Rey. é la Reina, acta notarial de la -toma de posesión. Permaneció la armada fondeada hasta la mañana del lu-


Ni A

nía que recorrer, jornada tras jornada, el

interminable

otra

región,

báinar cerca, de tierra, buscar canales

que

trayecto entréruna y |

sin más ayuda que sus

abrigo

propias fuerzas, sin más ventajas que las zarzas del sendero ó las aristas del pedregal; cuando tenía sumados sobre el aniquilado organismo, la enfermiza

lluvia, bruscas

crepusculares,

ra

la

*

- FRAGMENTO DE “'COLON EN PUERTO RICO”:

:

. A

» A

y

. Cierta-

entario, al generacio-

A A 7

en ellas refresco de los bastimentos necesarios, y evitar los mares vecinos á los cabos portugueses y. á los archipiélagos dependientes de Portugal (a M; á los tres días de navegación visitaron las naves tórtolas y pajarillos, que pa-. ron los expedicionarios áá la gran Canaria, y á la media noche alzaron velas

para ir á la Gomera donde arribaronel

Y si es aceptable es-

sábado 5 de octubre, ordenando el Almirante se acopiara prontamente lo que

ta

a

nía de Cádiz, con derrotero á las islas Canarias, por llevar intención de tomar '

las Azores; el 2 de octubre (12) llega-

Coló», "eran conofedores de

ición ¿no es acaso creíble que sellos hombres fueron escuchados - por Colón? ¿que animados del vehemente deseo de pisar sus playas infor-

necesitara la escuadra; recolectando de nuevo semillas, aves de corral y ocho : puercas. Se reparó uná ñao que hacía

masen al navegante de las escabrosidades del camino? Ellos indudablemente debieron intervenir en la elección de

(11) —Emilio Castelar. —Historia del descubrimiento de América.

1892.

412) —Fernando Colón. —Historia del

. puertó, y con el concurso de aquellos . los descubridores

.El 25 de septiembre; á la ho4 del alba, zarpó la escuadra de la ba-

saban á invernar á Africa desde las is-

en tal concep, no es atrevido

Bebleros

que pondrían en claro

'ágs. 7-16. Puerto Rico. 1893. —

suponer que los ipigenas que á bordo

uN

de que en nuestro suelo

Por el Dr. C. Coll y Toste.

la vida. Entonces el hombre de la selva conocía detalle por detalle, la comar- /'

nuestros »<értos.

signos

Tenemos

este punto: falta buscarlos.

para las fatigas y las luchas eternas de

llevaba

la integridad de las naves.

seguridad

existen

gado por sus apetitos y necesidades, enriquecía su inteligencia con percepciones, prácticas, conocimientos, hoy girones de ciencias perdidas, que le robustecian y le daban arsenal bastante

y

fiarle

- ¿por dónde se verificó éste?

cilla lejana y de una manera fatal, obli-

nes

abun-

yagúez, el lugar del primer desembarco

día á discernir entre la yerba venenosa y la raiz suculenta; elastizaba sus fuerzas y lograba trepar hasta donde se mecía tentadora la sabrosa fruta; descubría el temporal asolador en una nube-

análisis de aquellas

para

ferencia á otros, antes hallados al pa,so? Si todos estos indicios llevan al ánimo la convicción de que no fué Ma-

oído el más leve rumor, adivinaba la fiera en el crujir de unas hojas; apren-

las ventajas no se esca mente, y á su modo rud;

aptos

gante el puerto de Mayagiiez con pre- -

el

ches, ¡ah! entonces, el instinto despertaba facultades nuevas. Alarmaba su

y nuestros indige primitiva hacían, las montañas, ? costas. sr

seguro, sitios

¿Propondrían estos indígenas al nave-

azote de los vientos, la implacable acción de los miasmas y el frío de las no-

ca que habitaba que esta vida conocedores de llanuras y de las

franco acceso, lugares de

dante aguada y provisión de leña y sal, recinto de condiciones hospitalarias pa-

el ardor caliginoso del sol, las transiciones

diesen

.

Almirante. 1892.

|


mucha agua, y molestados por falta de

llándolo,

viento tardaron algunos días en llegar á

“la isla de Hierro, de donde partió e] €rucero, el 13 de

la

jeros en el mar de sargazos (13) y visi-

escuadra

anotan si

RIQUEN.

-

A

que en medio del Atlántico hay un

espacio

triangular,

comprendido

entre las Canarias, las Azores y las islas de Cabo Verde, el cual es-

tá cubierto por la vegetación de la alga flotando fucus natans: debi-

do

este

fenómeno

á que

los cir-

cuitos de las dos grandes arterias _del Gulf Stream producen en ese espacio triangular la inmovilidad de las aguas marinas.

( 14) —Fernando Colón. —-Ob. cit.

A

A a a

partes, islas y tierras donde entra-

La DOMINICA por la parte visitada era. inaccesible, la corrióel crucero una legua buscando surgidero, y no ha-

Griedo le llamó

el Diario del Almirante en su pri-: mer viaje: “Viernes 16 de Noviembre. —Porque en todas las

A

NICA, en obsequio al día de arribada / ella... Y desde aquel momento empezo, el bojeo del Archipiélago antillano, Ñ despertando en el ánimo de aquellos *;

de queel piadoso marino, en las tierras que descubría, era el primero en entrar y ordenar la erección: del símbolo cristiano. Dice

A

alta y montuosa, á la cual puso DOM]

a

Sus Opiniones, viendo al Oeste, siete le-

.guas distantes de los buques, una isl,

exigen la repeticiónde estos

detalles en los Cronistas, les probaremos con una cita del mismo don Cristóbal Colón la realidad,

ba

- |

dejaba

siempre puesta

una

cuz, entró en la barca y fué á la boc. de aquellos puertos, y en una punta lde la tierra halló dos made-

ros mu) grandes,

uno más

largo

.

que el otr...y el uno sobre el otro ao

hechos una Cxzz, que diz quecun

carpintero más

aquella _mismos

de.'”

no

“Nos pudiera poner '

proporcionaacux

cruz mandó .

.maderos

Habiendo

HEN A

justificadas

BO-

Dad, LAN

que

|

en

Pero á los incrédulos,

a

te hiciese buena guardia aquella no_Che (14), y al amanecer del otro día—3

desembarcara

AO

coger velas, y ordenó que toda la gen-

A

lón, dicen que el Almirante saltó en. tierra, en esta isla, pero no refieren el hecho de poner cruces, ni

cielo y estado de mar y viento, hizo re-

praderas de hierba. * Sabemos por - Maury (Geografía física del mar)

IA

El sábado 2 de

tár próximo á tierra por el aspecto del

(13) —El historiador

el Al-

(15). Juan de la Cosa. —Carta náuti- ca del 2o. viaje. —1500. (16) —Alvarez Chancay Fernando Co

consideró el Almirante es-

aventureros argonautas sublimes ambiciones.

Descendió

mirante á tierra, plantó el signo de la redención cristiana (16), y levantó Die-

se cantaron letanías y oraciones, teniendo al subsiguiente día de San Vicente

noviembre—<quedaron

cara-

á otra isla avistada, á la

la caída de la tarde.

tó una golondrina la armada. El sábado 26 por la noche vieron los intrépidos viajeros el fuego de San Telmo en las gavias, y hubo lluvia y tronada, y

de

que una

cual puso en obsequio á la MARIGALANTE,la nao capitana, SANTA MARIA GALANTE (15), llegando á ella á

-bonancible y rumbo al Oeste. El jueves 24, del mismo mes, estaban los via-

noviembre

Colón

_bela la reconociera, é hizo rumbo con

octúbre, con tiempo

mal tiempo también.

ordenó

y

adorada

hac»r_de

una

o

muy

los 4

gran-

estado en Puerto -

Rico dos días, lógico es suponer, por deducción analógica,el desembarco del pío Almirante. la erección del emblema de la Redención cristiana, . ... y el Salve Regi-

na de la piadosá tripulación en la playa... > |

ER


54

IRA

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ENANA AEREA

AENA

UAT DR ll

a

ANA

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.— Eo. ¿

co:

as AAAARO

go de Peñalosa, escribano de Cámara . del Rey é la Reina, acta notarial de la toma de posesión. Permaneció la ar- | mada fondeada hasta la mañana del lunes 4, que zarpó, la vuelta al norte, hacia otra grande isla divisada; llegados á ella el mismo día, la intituló el Almirante: SANTA MARIA DE GUADA-

.que les hizo creer, de súbito, fuese de hierro, por el color que había tomado

la arcilla cocida. Pero todo fué respetado, y se volvieron los viajeros á las. carabelas.. Al día siguiente—martes 5 de noviembre—enyió Colón dos barcas

á tierras para. ver si podía capturar un

indígena, que le diera nuevas del país. Regresó cada embarcación con un mozo indio, y los garzones dijeron, eran

LUPE, por' devoción y ruegos de los monges de aquella casa, en Extremadura, á los cuales había ofrecido poner * á alguna isla el nombre de su monaste-

ellos

de BORIQUEN,

y que

los habi-

.

tantes de SIBUQUEIRA (Guadalupe)

eran CARIBES.

Retornaron las bar-

rio. Tres leguas antes de arribar á Guadalupe divisaron los viajeros una roca altísima (la SOUFRIERE), que

cas á buscar unos cristianos, que habían quedado. en tierra, y encontraron

terminaba en punta, de la cual salía al

con ellos seis indias, las que voluntaria-

parecer un grueso chorro de agua, que '

mente

se

embarcaron y fueron á las

por su limpidez algunos decían ser ve-

naos; pero el Almirante ordenó agasa-

ta blanca en la roca. Surtas las naves, á la caída de la tarde, en puerto rebuscado, fueron á tierra los expediciona-

jarlas con cascabeles y sartas de vidrio, y

rios á reconocer una aldehuela que se

indómitos CARIBES

llevarlas

de

nuevo

á tierra.

Colón

quería atraerse á los indígenas; pero los

despojaron á las

divisaba en la playa; la hallaron de-mujeres de las brujerías; y las mismas sierta de adultos y encontraron algunas indias, cuando volvieron las barcas á criaturas, en cuyos brazos ataron casacer leña y aguada, se entraron en . cabeles para atraer á los padres el si_1a8 embarcaciones y rogaron, por señas, * guiente día. Les llamó la atención mu- : “ 4 los marineros las llevasen á los nachas aves blanco-rojizas (17) y verdes, víos, manifestándoles, en su mímico (18), unas calabazas (19), y la odoríf lenguaje, que los naturales de Guadara ananás (20), q. por su similitud lupe comían hombres, y las tenían á, ellas cautivas. - Los matineros recogieel fruto del pino le llamaron los ron un garzón y dos criaturas más, lleros piña. vando á bordo á aquella gente, que cos y las flechas,y las camp”. aceptaba mejor entregarse á seres exhechas de algodón y á /¡émejanza de traños, vistos por vez primera, á queredes (hamacas), y //avillóles sobre darse en tierra de los terribles enemigos, que se habían comido á sus hijos manera una tartera Ze barro lucidísima, y maridos. Por una de aquellas indíAQ genas boriquenses supo el Almirante

(17) —T00s hipochondriacus. Bryant. Pápagayo.

ca (18)

—Chrysotis

| vittatus. Boddaest.

Cotorra.

(19) (20)

—Auyama de los indígenas, dis tinta de la de Castilla. —Bromelia ananas. L. Según el | nombre indígena de la piña es yayamá,

que hacia el Mediodía había muchas islas, y quede SIBUQUEIRA había sa-

lido una expedición de trescientos ca-. ribes, en diez grandes canoas, á piratear en las vecinas tierras y á capturar

gente.

Aunque el Almirante traía, su

carta náutica, trazada en el primer viaje, interrogó á las indias hacia dónde

quedaba la fapañola para coulirmar sus


A

«Fuentes Históricas

bían perdido con. la espesura de los bosques. El Almirante puso en la barra al capitán. En esta isla se encontró mucho algodón hilado, y por hilar, en algunos bohíos reconocidos; telares pahombres

del

(24)

- cacique GUACANAGARI y su tribu,. cuando le avisaron, que el capitán Die-

FABULA DE (1884), niega

'

con ocho hombres, antes de

de. Guadalupe gos, y afirma,

amanecer, sin licencia, y que no había

El Almi-

los

- rante dispuso, que Alonso de Ojeda con cuarenta hombres y trompetas y

nación;

sin ha-

llar á los perdidos expedicionarios;

e

trajeron maíz, aloes, sándald;

- cambio

noviembre, (21)

viajeros

regresaron

manifestando,

el 8 /

que se' lr,

_nistas

KM Xx

primer viaje. Lo prueba lo dicho en su Diario de navegación, remi'“También,

"%.

se-

ñores Príncipes, allende de escri-. bir cada noche lo que el día pasare, y el día lo que:la noche navepropósito de hacer tengo gare, carta nueva de navegar, en la cual situaré toda la mar y tierras del mar Océano en sus propios lugares debajo su viento, y más, componer un libro,y poner todo por tud del equinocial y longitud del - Occidente, y sobre todo, cumple mucho que yo olvide el sueño y tiente mucho el navegar, porque las cuales serán gran

trabajo.” (22) —Fernando Colón. Ob. cit.

. (23) —Fernando Colón. Ob. cit:

ir

e

E

de

e.

mara

los

fueron

que

Dice

Goha-

(Historia de las Indias)

blando de los caribes, con motivo. de la: conquista de Santa Marta ; por

Rodrigo

de Bastidas:

“Ca-

-«ponan los niños, porque enternezcen pára comer; comen carne huma.>. fresca y acecinada,

hincan

las car izas de los que matan y sacrifican Í las puertas por memoria y traen lo: dientes al cuello por

>

el semejante por pintura, por lati-

así cumplo,

aseveran,

caribes antropófagos.

—Colón traía carta náutica de su y

tido á los Reyes:

calumnia.”

carne.” El. señor Armas rompe lanzas con los Cronistas y con la. Filosofía de la Historia. Los Cro-

gengibre, incienso, odoríferas maderas, efLos algodón y algunas aves. (23) traviados

urna

“No había, al llegar Colón, un solo estómago en las Antillas, ni aun” en toda la América, fisiológicamente organizado para digerir la

pero ésta y otras

á las náos

luego una aluci-

A

regresaron

después

al principio un

AO

partidas

fué

.

compañeros;

viados

fueran antropófaque “la fábula de

error geográfico;

fueran al ojeo de sus extra- -

arcabuces

caribes

LOS CARIBES que los naturales

A

carabelas.

-

A z

las

LA

z

á

retornado

su obra

ONIS

tierra

saltado

había

en

bravosidad, y “ierto, ellos son bra-

vos, bélicos y cr: eles.” Dice Pe-dro Mártir de Angleric al conde de “En- Borromeo, Carta CXLI:

“contró Colón hombres que se .!i- . mentan de carne humana: sus ve-".

cinos les llaman canibales, y van desnudos como toda aquella gen-

-

ART UA A

a

el Veedor,

Armas

te.”

Y en la Década

bro V. cap. II dice:

tercera,

O

Márquez,

de

EA

go

nacio

'

li-:

“dijimos que

la isla de San Juan está próxima á la Española, y que los indígenas

tri

-

—El erudito cubano don Juan lg-

et

hospitalidad

á la dudosa

(24)

EN

confiados

cestos llenos de -

y

colgados

huesos humanos.

y

MARÍA,

la perdida SANTA

:

y muchas cabezas de

s

ve hombres, pertrechados de la artillería de

trabajarlo;

ra

..

y por otra parte tenía vivo interés en llegar al improvisado fuerte de Navidad, donde había dejado treinta y nue-

III

(22),

oePOSSITTET >A

riosidad de conocer á los caribes

y e a IS ri PV ADA

anotaciones (21). Iba á hacer rumbo ha cia'ella, pues había satisfecho ya su cu-


BASSE TERRE)

para ir á la Española.

vieron los viajeros, á:su izquierda, una isla, y por su altura lla-

frente á una de ellas, que llamó el Almira

DE MONSERRAT en obsequio al cé-

cisamente corresponde

traía doce sacerdotes al Nuevo Mundo;

nombre.

dios traidos á bordo, había sido despo-

áncoras, sacando pedazos. de coral pegad

móla el Almirante,

SANTA

MARIA

lebre monasterio catalán, de cuyo seno

_esta isla, según aseveración de los in-

blada'por los caribes, comiéndose á su

gente.

El mismo día, por la tarde, di-

visaron otra isla, también á la izquier-

da, tan redonda y lisa, que la llamó el - Almirante SANTA MARIA LA RE.. DONDA, por figurársele la islilla la cúpula de una catedral. Por temor á los bajos“y restingas dispuso el gran Nave-

gante

dar anclaje á la escuadra.

A la

mañana siguiente, 11 de noviembre, arribó á SANTA MARIA LA ANTI

GUA, cuyo nombre puso el Almirante

á esta isla en remembranza de la igle-

sia más veneranda de Valladolid. ¡Quién le hubiera dicho al famoso mareante é ilustre descubridor, que al de

dicar un recuerdo á la vieja parroqy%

castellana, ella se lo devolvería, ay /lan-

do el tiempo, á su cadáver,

cyvádo en

pobre ataúd y abandonado/¿£ todo el

-mundo,lo condujeron á

la

veneranda

oraciones turgia

e

iglesi ara

y sentid44 Salmos

católica! ¿Siguiendo

recibir las

de la liel crucero

Cuén-

“ ' tase, que en nuestros tiempos se han llevado de ella, para comérse-

:

'

/4 puertas de

la Mlamaban BORIQUEN.

rm»,

islas, sit

dasá la parte del norte, y corriente uas al noroeste, todas muy altas, dan do fon-.

los, más de cinco mil hombres, só-

lo

desde las

islas próximas que

ellos habitan, como Santa Cruz, quese llamaba Ay-Ay, y Guada-

===> lupe, que le decían Sibuqueira.”-

nte SAN MARTIN, porque pre-

to

obispo

El

ese día al san-

y confesor, que lleva ese A

12 de noviembre la armada lev ó

os a ellas, lo que alegró á los tripulantes y viajeros, despertando grandes esperanzas; pero el Almirante no . quiso detenerse, porque se acentuaba n

sus deseos de llegar á la Española. Soplaron

vientos

contrarios

y el Crucero,

entorpecido en su marcha, tuvo que lle-

gar

de

arribada

forzosa

á SANTA -

CRUZ, donde surgió el jueves 14 de oviembre, á mediodía. Dispuso el Imirante la captura de algún indígena e AY-AY (Santa Cruz),: para saber ónde se encontraba y habiendo ido ca á tierra apresaron cuatro in- . as y tres niños. Regresando á las 'naos encontró la barca una canoa en que iban cuatro indios y una india, los

cuales viendo no podían huir bogando, hicieron uso de sus arcos y flechas, hi-

riendo dos cristianos.

Las flechas eran

arrojadas con tanta fuerza y destreza, que la india pasó de parte á parte un' broquel.. La barca, entonces, embistió

impetuosamente á la canoa y la volcó;

pero los caribes nadando y haciendo pie en los bajos continuaron s$u defensa hasta que fueron capturados por los veinte y cinco hombres de la embarca-

ción. .

CRUZ,

Partió la escuadra de SANTA el

mismo

-

día 14, con rumbo.

otra vez al noroeste en busca de la Española, inclinando, luego, el derrotero

al norte, y entorpecido por un archipié-

lago de islillas se detuvo frente á VIR-

- GEN GORDA, donde llegó de noche. (25) —Fernando Colón. —Ob. cit. |

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