Artes y Letras (dic. 1958)

Page 1

les vieras 2da. EPOCA

MENSUARIO

DE

CULTURA

SAN JUAN, PUERTO

RICO

- DICIEMBRE

1958

EN ESTE NUMERO PERSPECTIVA, NUESTRO

columna mensual de Enrique A. Laguerre.

MENSAJE

LUZ DE NAVIDAD, Lloréns.

JULIA

DE

DE NAVIDAD. cuento

BURGOS,

Arregui.

FLORILEGIO

DE

puertorriqueño

por

Washington

Criatura del Agua, por Josefina

POESIA

PUERTORRIQUEÑA,

Romo

que

incluye

poemas de: Luis Lloréns Torres, Luis Palés Matos, F. Manrique Cabrera, Luis Hernández Aquino, José P. H. Hernández,

Clara Lair, M. Joglar Cacho, Nimia Vicéns, Samuel Lugo, Julia de Burgos, Juan Antonio Corretjer, Evaristo Ribera Chevremont, Julio Soto Ramos, José S. Alegría, Félix Franco Op.

penheimer, Jorge Pastor, Eugenio Fernández Méndez, Carmen Alicia Cadilla, Ramón Zapata Acosta, Joaquín López López, Obdulio Jorge

Bauzá,

Violeta López

Luis Suárez,

Joaquín

Suria, José

Caminero

Portala, José A. Balseiro, Carmen de

Trigo y Juan

EL

HUESPED,

LA

CONDICION dez Ballester.

EL

REGALO

EL

SECRETO

LIBROS

DE

César

Padilla, Abdallah

Chiesa de Pérez, Patria Tió

Bautista Pagán.

Drama

DE

o

Milán,

en un Acto de Pedro

HUMANA,

LOS LA

columna

Juan Soto.

mensual

de Manuel

REYES. POESIA,

por William

H.

Montalvo.

Y REVISTAS.

FELICIDADES

43M57

Mén-


PERSPECTIVA Por |wujue ARBOLES

NUESTROS COLABORADORES

A ie ZA

ENRIQUE A. LAGUERRE, nuestro mejor novelista, escribe esta columna mensualmente para .nosotros.

Y MONUMENTOS

$

Se

ven

feas esas

líneasde pinos

calles de San

chamuscados.

En

Juan, una

desnudas

ciudad

que

de

árboles,

se hace

cosmopolita y que adquiere cada vez más importancia

cada

con

sus

vez más

turística eso llama

la atención.

ER

y mucha

tica y crítica

E

PAN

noches

pasadas

vi que

aguien

desganchaba

un

árbol

en

plena

Avenida Roosevelt. La ciudadanía hace eso por su cuenta. Creo que los muchos clubs cívicos que hay en Puerto Rico podrían iniciar una campaña en favor del árbol, en favor de una .ciudad más sombreada, de más parques, de más bo“ques, Nada hay tan deprimente como la erosión. Eso se observa en las zonas del tabaco y la caña en Puerto Rico, más que en la zona del cafetal. En la del tabaco es sencillamente dolorosa: es que ni la caña: ni el tabaco necesitan del árbol para crecer; el café sí. San Juan es una ciudad sin parques. La gente no tiene dónde ir a

divertirse.

Hasta su playa —parque

natural—

está cercenada

en varios

sitios y el hombre no ha hecho .nada por poner en ella lo que falta Otros sitios de recreo se empezaron hace tiempo y no.se terminaron, como, por ejemplo, el Parque Barbosa. Recientemente se anunció que habría de ser terminado. Ojalá sea esto una realidad. Conviene no olvidar, sin embargo, que se reabrió el. Parque Convalescencia en Río Piedras. Se ha anusciado, reiteradamente, que se harán porques en el lugar ocupado por La Perla, alrededor del Puente Consti-

tución, en el área entre Puerto Nuevo y Río Piedras, —Parque Las AméricaS—, pero aún

no se ha: hecho

nada,

,

Se me figura que el Gobierno desearía fomentar el establecimiento de un amplio parque en esa preciosa zona de Boca de Cangrejos, con límites desde la playa, en Torrecilas, incluyendo la zona de manglares y la Laguna Torrecillas, el lugar del Boca de Cangrejos Yatch Club y los jardines submarinos. Sería un parque estupendo, con un gran número de atractivos naturales. Así el hombre no tendría que poner gran cosa. Y si la empresa privada construye un sitio de diversión, estilo Coney Island —como se ha dicho— en los alrededores, el conjunto de atractivos sería mayor. A esto hay que agregar la presencia del aeropuerto en las

cercanías y una buena

playa

de baño.

En suma, la zona de Boca de Cangrejos sería un parque excepcional. Estaría situado a la entrada del viejo camino de Loíza, del que se habla desde los primeros días de la colonización. Además, a: la vista está ese precioo litorak que incluye Vaciatalega. Tiene valor histórico desde los

ataques

de caribes

e ing eses.

Debería

reconstruirse

el ataque

de Aber-

cromby en 1797, por medio de mapas y maquetas. Conviene no olvidar que es esa una magnífica zona para navegar botes de remos y hasta botes de motor porque ahí abundan los caños y las lagunas. Se podría estimular la presencia de grandes bandadas de garzas africanas si se le proporciona alimento. Sería el parque más concurr.do de Puerto Rico si se establece. El Plan Regu'ador de San Juan y su zona metropolitana prevé la necesidad del establecimiento de parques a lo largo de los caños y en la periferia de las lagunas. No es proyecto de pocos años porque esas son tierras pantanosas. Cuando la empresa privada, como los constructores de! Reparto Los Angeles, ayudan a sanear esos terrenos, gana mucho con ello la ciudad de San Juan. Por fortuna, el viejo San Juan está situado en un islote. Eso lo protegió de la despiadada destrucciós del hombre. El modo irreflexivo con que mucha gente se ha enfrentado a la situación histórica de la Iglesia (Pasa a la página 8)

mag-

literaria, *

JASEFINA

critora

Por mucho que crea uno razonable ver brigadas de obreros que cortan los árboles para proteger las alambradas del teléfono o la luz, es desagradable. No se puede evitar pensar así.

En

E

lástima verlos destruir.

*

LLORENS,

nífico cuentista puertorriqueño, autor de varios libros sobre lingúís-

Se me figura que deben haber leyes muy estrictas en beneficio de la conservación de Jos árboes. Me produce mucha satisfacción sembrar-

los

>

WASHINGTON

.

2

ROMO

y poetisa

ARREGUI,

española,

es-

actual-

mente Catedrática del City College de Nueva York, que ha dedicado largo tiempo al estudio de la poe-

tisa Jul:a mo

de

de Burgos.

Arregui,

una

es

editorial

publicado libros rriqueños. -

La Dra. Ro-

además

miembro

española, de

que

autores

*

ha

puerto-

*

PEDRO JUAN SOTO, dramaturgo joven, cuentista que viene señalándose como una de nue:tras grandes figuras del futuro, trabaja actualmente para la División de Educación de la Comunidad. Ha publicado un libro de cuentos, SPIKS, que la crítica recibió con grandes y merecidos elogios. +*

+

*

MANUEL MENDEZ BALLESTER, uno de nuestros mejores dramaturgos de hoy y de siempre, quien con el número pasado reinició la publicación de su conocida columna LA CONDICION HUMANA que continuará mes por mes en nuestras páginas. Es autor también de la celebrada novela “LA ISLA CERRERA” que lleva ya doce ediciones.

En nuestro próximo

número

En nuestro próximo número ofreceremos a nuestros lectores los síguientes trabajos: HOSTOS: UBICACION FILOSOFICA DE AMERICA, por J. Paniagua Seracante; ENTREVISTA

Juan

CON

Bautista

de Diana

HOSTOS,

Pagán;

Ramírez

por

POEMAS

de Arel'ano;

EL

TRAGICO

DESCONOCIMIENTO

DE

EN

HOSTOS

PUERTO

RICO,

Editorial; UNA PAGINA INMORTAL de Eugenio María de Hostos; CRONOLOGIA DE HOSTOS, la Columna PERSPECTIVA de Enrique A. Laguerre; LA CONDICION HUMANA, columna de Manuel Méndez Ballester y la Sección LIBROS Y REVISTAS que inicia Josemilio González para nosotros.


artes, lelras MENSUARIO

DE

PAGAN CONSEJEROS

Nilita Vientós Gastón

Margot Arce de Vázquez Josemilio González Fernando Sierra Berdecía Manuel García Cabrera —SUSCRIPCION—

Toda

colaboración

será

San

CULTURA

Avilés

solicitada.

Ramón NOTA:

Ruiz

CORRESPONSALES

an

Dirija

EN

1333

Esta Revista agradece a su publicación.

la

NUEVA

Quinta Avenida Nueva York cooperación

del

torriqueños

correspondencia

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MIA

NUESTRO

MENSAJE

DE

NAVIDAD

Dedicamos fervorosamente nuestro Mensaje de Navidad de 20

A e pa

este año, al anhelo de una paz permanente para el mundo, y a la comprensión más intensa de todos los pueblos de la tierra,

3 Y

de que la guerra y el exterminio a nada conducen sino a la muerte total de la Humanidad en todos los términos imagina-

MlZ

bles y reales.

ARTES Y LETRAS, humilde trinchera de la cultura puer-

torriqueña, que cumple regocijadamente otro año de existencia, (llevamos ya tres), una y otra vez cuando la ocasión ha sido propicia para ello, ha levantado su voz también en aras de la

E

17

paz mundial e identificándose con la voz de admonición

que

E

han lanzado al mundo en esta hora de confusión y desasosiego, eminencias como Shwitzer, Casals, Rusell, Einstein, el fenecido

Papa Pío XII, y ahora S.S. Juan

XXIII, y tantos otros,

para

que las naciones detengan sus pruebas nucleares y hasta pro-

- hiban

la fabricación de armas

entero en contínuo

atómicas

que tienen al mundo

temor y tensión, ha dicho su palabra de es-

A

peranza y de fe en el espíritu cristiano de todos los hombres. Particularmente,

hemos

de prometer

a nuestros

suscripto-

AT

res y lectores en general, que no importa el. poco aliento que recibamos

o

los sinsabores

que ya

acostumbramos

sufrir

en

nuestra tarea, seguiremos adelante con la ayuda de Dios, mejorando en lo posible la publicación y trabajando porque nuestra

cultura ensanche sus medios, su desarrollo

9100

y su vida.

Al cerrar el año, reciban nuestros anunciantes, y las personas que han cooperado con sus estímulos y sus medios económicos

al mantenimiento

gratitud.

Les exhortamos

de

la

revista, nuestra

a que continúen

valiosa aportación, para los fines ya expuestos. Instituto de Cultura Puertorriqueña ración económica

Y

y

'

E,

tan

nos ofrece su coope-

para nuestro sostenimiento,

el reconocimiento

Nuevo.

Y ojalá que nuestras ansias de paz ayuden algo en la conquista de la misma que anhelamos también los puertorriqueños con

más que sobrados motivos y por nuestra indiscutible tradición

004

"y

profunda

Queda para el

más hondo y el más grande agradecimiento. Felicidades para todos en estas Navidades y Año

3 3 -

que

más

ofreciéndonos

cristiana.


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Un cuento puertorriqueño

LUZ

DE

NAVIDAD

Por WASHINTON

Había una vez una viejecita que vivía muy lindamente en Boston con dos o tres millones de pesos y una docena de gatos por añadidura. Y digo que vivía muy lindamente porque poseía, como es natural, un bello palacio y hermosas tierras y exuberantes jardines. Pero la pobre viejecita rica vivía entre tanto esplendor y abundancia más

aburrida

que

una

ostra,

sin

otra compañía que la de sus criados y sin más amor que el tibio y egoísta de sus felinos amigos. Pero además del aburrimiento ya mentado, la viejecita tenía un recuerdo como cualquier hijo de vecino, y el recuerdo llenaba su vida, Es verdad que era lejano y tenue como una nubecilla, p:zro con ser lejano y tenue no dejaba de animar la débil llamita de su vida como tengo ya dicho. Algo tenía que ver con una bella islita del Caribe y unas montañas azules y una “quebrada” de aguas mansas y... un novio. Pues tiene bastante «substancia el recuerdo, me dirán ustedes. Sí que la tiene... pero, como era tan viejo. Sí que era viejo, pero en llegando que llegaban las Navidades florecía que era un encanto. Y digo que florecía no a humo de pajas, sino con mi cuenta y razón, porque en realidad le nacían flores de flamboyán, tantas, que parecía mismamente una llamarada. Y era también agridulce como la vida,

porque

si alegres

eran

las

por no decir en años, aunque lo último era la pura verdad. Muy em-

que

pingorotada

—Pues si es como usted la pinta, ¿por qué no nos damos un paseíto por su tierra, que según sus palabras parece la de María Santísi-

los

flamboyanes

que

tan sola y aburrida

—Llevo ya más de cincuenta años

consabidos

del

y del

servía

lo de-

diablo...

la viejecita metida

en es-

tos recuerdos y otros tales, pero, a pesar de todo, no se curaba del aburrimiento. Y en esto llegó la vecina con cara de Santa Claus. Era una dama de rancia estirpe bostoniana, muy entrada en días,

Bells”.

Ganas

de trullas, de pasteles y de almojábanas

1Y

Estaba

cosa

“Jingle

hartarme de Navidad como Dios me dan de irme a mi tierra para manda. Y tanto habló de aguinaldos, de Nacimientos, de los Santos Reyes,

WN

fué

por

de “Merry Christmas” y de arbolitos de Navidad y de Santa Claus y me tienen hasta la coronilla los

epílogo. Cosas de la tierra, de la sangre, de hombres machos... Rica la doncella; pobre el galán... Algo puso más

y yo ando

americana:

de

la maledicencia y el orgullo;

le habló

el mismo camino si es que no he llegado ya, me parece muy puesto en razón que echemos una canita al aire durante las fiestas de Navidad que se avecinan. Mentarle la Natividad a doña María fué como avivarle la llama de los recuerdos. Después de saborearlos a su gusto, le contestó a la

monta-

le

y encopetada

así a su amiga de Puerto Rico (en inglés, por supuesto, pues no le enseñaron otra lengua y no le gustaba la. viperina): —Doña María, ya que usted está

ñas y fragantes los cafetales que le servían de marco al recuerdo, trágica era la escena en la quebrada

de

LLORÉNS

mismisimo

Niño

Jesús,

a la

gringa

se

le hizo

la

boca

agua y se le despertó la curiosidad.

ma...?

—Pues no es la de María Santísima precisamente, sino la de San-

ta

Rosa,

que

para

el

caso

da

lo

mismo... Y como el movimiento se demuestra andando, andando andando nos vamos... o volando

Y dicho

y hecho

Y vieron después de algunos días cielos tan limpios que parecían recién lavados, y después de mucho cielo y mucho mar y poca tierra, llegaron a la finca de los muy ilustres y muy aristócratas Ramirez, que si no eran de Arellano muy poco les faltaba. —Ya verá usted— decía doña María mientras se acercaban al viejo

caserón

de los Ramírez—

lo que es

la Navidad en esta bendita tierra. Qué ingenuidad la de los jibaros, qué loca alegría la de los chiquillos, qué hondo sentido religioso el de grandes y chicos... Y como apenas le había hablado


Y

a la americana de la poca famila que tenía en Puerto Rico, continuó: —Mi prima Manuela vive en el caserón con su marido y su hija Pilar. Me parece que andan tan llenos de orgullo como vacíos de dineros. Y me barrunto además que Pilarcita está metida en camisas de once varas por lo que entreleo en las cartas. Lo que quiere decir que hay novio pobre y humilde... Y como yo sé lo que esto significa por la cuenta que me tiene... Por la mente de doña María cruzó una sombra y vió a pesar del tiempo y la distancia el cuerpo de su novio desangrándose en la “quebrada” de los flamboyanes y la mancha de sangre sobre la piedra blanca. Y después de un breve silencio musitó: ' —Si así andan las cosas, me parece que le voy a jugar una mala pasada a mi prima y al bobalicón

de su marido.

Esto

se

desilusión

mo

estuve

es, si el galán

las

de

reirse

a

pero

en vez de

tan poco

bostonia-

na, se guardó

el regocijo

y la soca-

rronería

mejor

reírre en forma para

ocasión.

Por-

que sepan ustedes que no había tales aguinaldos, ni tales Nacimientos, ni siquiera un lozano Niño Je-

sús,

sino

un

exhuberante

árbol

de

Navidad, fragante e hinchado y con más miriñaques y zarandajas que altar de Fiesta de Cruz. Y en llegando la Navidad fué puro y sano el regocijo, pero al son irreverznte de “jingle bells”... con el inevitable “White Christmas”, cuando

todo

por

aquellos

andurria-

les era tam verde que hacía daño la

vista,

verde,

sino

no

precisamente

por

la rabiosa

por

a

la

rabia

punto

más

asunto

tenía gato enel padre de la más malas innaturaalmente de bruto. Andersón, la

Boston,

y otras

le iban

y le

cosa mayor,

re-

de

“ponerle”

un

Nacimiento a: la vieja... Ay bendito... pero cualquiera deja a Pilarcita sin su “Christmas tree”. Bien se le alcanzaba a Manuela que a la vieja tenía que dolerle el cambio de costumbres, el olvido de

za de que Pilarcita tre saco, y don Paco, acongojada doncella, tenciones de las que cabían en su cabeza Motivo tuvo Miss

de

y

no podía hacer

tierra.

batiente,

éstas

ventaba disimuladamente los frágiles globos de cristal que colgaban del árbol de Navidad como frutos exóticos. La prima le notó el enojo en el rabillo del ojo y como era taimads2 dijo para su capote: “en mala coyuntura y en peor sazón se me ocurrió comprar el arbolito... y yo que

regocijo, doña María tuvo la certe-

mandíbula

con

venían a doña María de contínuo. Y cuando le venía la última, y co-

lo merece y la sobrina también. Tan pronto llegaron al caserón, y una vez entibiadas las señales de

americana

consoló

razones por el estilo, a pesar de que el tal arbolito, puesto allí en medio de la candente campiña tropical, le parecía punto menos que herejía. Lo cierto es que la alegría y la

a lo

lumino-

sidad que caía de los cielos azules como una bendición, Tragóse la desilusión doña María como mejor pudo, pero a pesar de todo le bailaba la alegría por los

recovecos más apartados del alma (o por las moradas, como decía la Santa de Avila). Qué más daba árbol de Navidad que Nacimiento de Niño Jesús, si el mismo espíritu animaba a ambos... Bueno, el que no se consuela es porque no quiere... :

viejas De

tradiciones

todos

modos

cosa mayor,

no

de

la

era

el

ya que el espí-

ritu de la Natividad rondaba la casa y ponía como-una divina luz sobre todas las cosas que Dios creó. Pero, mientras más vueltas le daba a sus pensamientos, con mayor desasosiego pensaba en el Nacimiento de marras. Tanta falta que les hacía el dinero de la vieja para enviar a Pilarcita lejos de aquel mandulete de Fermín, el novio de la banda allá de la “quebrada”... Y venir a ella a esas alturas con arbolitos importados. De pronto se le vino a la mente que la vieja había andado en trotes parecidos a los de su Pilarcita, y el recuerdo de la tragedia interrum-

pió

el curso

Estando

las

de sus pensamientos. cosas

como

tengo

di-

cho, llegó el mandadero de don Fermín y entre arisco y curioso y casi sin resuello, dijo: —Manda a decir mi amo que por alá por la su casa hay jaleo de Nochebuena y que se sentirá muy honrao con la presencia de los señores,

Y a pesar del rencor y de las medio incubadas malas intenciones del jefe de la familia, se fueron to-

dos a la montaña;

la

madre

refun-

fuñando, la hija hecha unas Pascuas; el padre disimulando sus arrechuchos; la vieja tramando sus trapisondas. Aunque la antigua casona de don

Fermín

estaba como

quien

dice “al

cantío de ur gallo” los viajeros tar-

daron una buena media hora en llegar a ella. —Cómo que don Fermín está echando la casa por las ventanas— exclamó Pilarcita.

A lo que

contestó

doña

María:

—Pues le sobran ventanas para ello y a juzgar por lo que vemos y especialmente por lo que oímos, no le falta voluntad... Si don Fermín era pobre, lo disimulaba muy b.en. Era sí, medio rústico y algo “bragao” por más señas, cuando era menester. Pero lo de rústico no le impedía demostrar muy a las claras la nobleza que manaba de su corazón y como se veía y se deseaba para obsequiar a los invitados, le hizo muy buena impresión a doña María. Sépase, a mayor abundamiento, que don Fermín parecía bonachón, sencillo y servicial y en efecto era las ir:s cosas a la vez. De rústico tenía nada el hijo. Se González a secas y zález junior, dicho la verdad. (Después

personajes

de

en

muy poco o casi llamaba Fermín no Fermín Gonsea en honor de

meter

un

a

viejo

todos

los

caserón

el

cuentista tiene que recobrar el resuello y conf.esa que no las tiene todas consigo. Pasiones encontradas las había allí en abundancia y en cualquier momento se podía armar

la

marimorena.

Y paso

a decir

después

de reco-

brar el resuello, como ya tengo dicho entre paréntesis, que en un 'incón de la sala, sobre el “sobe-

rao”

de

madera

del

país,

yacia

el

Nacimiento dé los González, digo, del Niño Jesús. Y qué bello era el Niño rechoncho y mofletudo y qué majestuosa la Virgen María de amplia túnica azul que los santeros de la región habían labrado para la ocasión. La escena del pesebre, de una belleza primitiva, ponía en la

sala rústica una

nota

de paz.

Los jíbaros llegaban de contínuo, muy apuestos y tiesos en sus almidonados trajes de cristianar y de fiestas de guardar. Y después de saludar respetuosamente a los dueños de la casa y a los señores, como era de rigor, se iban derechitos al Nacimiento. Era de notarse la admiración casi infantil que les brotaba del alma, a pesar de que se sabían de memoria los más peque-

ños

detalles

de

aquella

biblica

es-

cena de cartón y de yeso. Ya admirado y “requeteadmirado” el Nacimiento, los jíbaros decían para sí:


Cómo que tenemos Noche Buena; ya se lo decía yo a la comae, este don Fermín sabe hacer las cosas como Dios manda. Y después se iban sin más etiqueta a la cocina de la casa que era el sitio donde según ellos rei-naba auténtica alegría de Navidad. Pus razones no les faltaban, porque la tal alegría estallaba allí ruidosamente en los enormes calderos donde se freían las almojábanas y salía con invitador glu glu del preñado pipote del ron de multa. Y no se diga nada del olor-

trató de («ngañarse a sí misma. Después de todo, pensó, Pilarcita no tiene la culpa del desprecio que sienten sus mayores por las más bellas trad:ciones de su tierra. Pero, ya se encargará Fermín, a poco que se empeñe en ello, de meterle en la sesera lo que se tiene tan olvidado. Y para rematar el asunto se dijo con la mayor frescura: “belleza, fragancia, y esplendor no le faltan al árbol de Navidad y sirve para lo

veso chisporroteo de la hoguera donde se asaba el lechón bañado en ajilimójili. Y allí era el pellizcar a la cocinera, el echarle pullas de subido

y el empinar

el codo

discre-

tamente. Y después de disfrutar a sus anchas de cuanto allí había, que no era poco, volvían a la sala del Nacimiento como unas Pascuas y secándose los labios con la manga de la camisa, Y no digo nada de las garridas jíbaras, porque éstas, un tanto amoscadas por la presencia de los señores, no sabían dónde pararse ni qué hacer con las manos. Des-

pués

de

papel

sus

todo,

con

ardientes

trajes mente

de

no

sus

hacían

cintas

tan

mal

amarillas

amapolas

y

y

aquellos

largos que cubrían discretalas pantorrillas, casi todas

muy

buen

'año,

dicho

sea

de

Pues yo lo llamo

que Los

pecho

y sus

ojos

negros,

la de

acu-

lá por sus claveles reventones y par su cara de mosquita muerta. Doña María no cabía en sí de puro gozo. Venirle a ella con arbolitos de Navidad. Nacimiento era lo que andaba buscando, y Nacimiento tenía con todas las de la ley. Y tan pronto vió a Miss Anderson, le dijo con orgullo: —No es posible Navidad sin Na-

cimiento,

amiguita

mía.

Y Miss

Anderson

se dijo a lo su-

cusumucu:

“vieja

más

hipócrita...

Y pensar que su árbol de Navidad era siempre el mejor de Boston...” Como si adivinara los pensamientos de la americana, doña María

bailar.

se le clavaron

al padre

de Pilarcita

en

el

como

más

vale la Virgen

que

todas

las

flores...

Después de oír reverentemente este aguinaldo, don Fermín exclamó con grandes muestras de rego-

que an-

cijo:

—Dentren

todos,

que

esta

noche

dan por ahí dando vueltas como unos condenados... en el paraíso.

es Noche

No le gustó la gracia a doña Manuela, ni disimuló la poca gracia que le hacía. La americana de Boston andaba

"Y mientras entraban en la casa los de la trulla, con gran alharaca seguían cantando:

muy

a

su

gusto

con

don

Fermín.

jo no

mascullaba

—Bomba,

el inglés

Pilarcita

y

ni

ella

ojos negros:

: dice digo

se

Fermín,

mete

esos

ni

tan

buenas

con

desenfado:

está

jalda

recitó

casa

que nació esta noche El Niño Mesías. estrellita

luce

de los cerros de

madrugada

hoy nació

ni tan-

razones,

de

enflorecía,

el lucero.

Jasta aquí llegamos pisando el rocío, y viene el estógamo bastante aflegío.

tiene la tierra un sol

lo mismo que

La

pues casos.

Cantemos toitos Con tiples y giiireros

y el lucero la acompaña,

Menos

aguinaldo cariño

Desde el seboruco hasta el empeirao venimos cantando el aguinaldo.

detrás

que no necesitaba

tas

Hoy

en

mi

aquel

con que se lo dieron los reyes al Niño.

La

el tocaor bombazo!

qué una niña como yo no

con

Fermín...

Y ella, muy dispuesta, sofocada y ruborosa al mismo tiempo, dijo mientras le brillaban sus hermosos

¡Bomba y lo le

Buena.

Denme

chapurreaba el español, se entendían a las mil maravillas. De pronto cesó el baile y todos, cogiéndose de las manos, formaron rueda. Alguien gritó:

rojo

a

Naranjas y limas, limas y limones,

quién menos,

una no-

aplausos

va

nació el rey del cielo.

“Interesting, interesting.” —decía a cada momento. Y aunque el vie-

todas ponían

el seis

lucero

Aquí está la trulla del año pasado, que viene a pediros le den su aguinaldo, A la media noche y al rigor del yelo, entre humildes pajas

paso. Jíbaras más guapas no se encontraban ni de encargo en diez leguas a la redonda. Quién más, ta pintoresca en aquella casa de suyo pintoresca: cuál por coloradota y fresca, tal por tímida y recatada, ésta por su hermoso collar de peronías, la de allá por su pelo

el

otros tantos puñales. Y en empezando de nuevo el baile, empezó a cantar en el batey la trulla de la Guardarraya:

cosas de

la raza, de la sangre. Y si no lo digan tu hija y Fermín, que

contestó:

siga la música

Mientras doña María andaba en éstas, el gúiro dijo: “chis qui chis” que era ni más ni menos que hacerle cosquillas al jíbaro. En un periquete desapareció la timidez de las mujeres, aunque algunas se hacian de rogar con mucho lujo de melindres y aspavientos, las muy ladinas... Y bomba va y bomba viene, empezó el bureo, digo, cl seis chorreao. —Esos jíbaros — dijo Manuela acercandose a su prima— todavía tienen cosas de viejos. Y la vieja se encandiló: —Y llamas a eso cosas de viejos... Y lo otro será entonces cosas de jó-

venes...

Pilarcita

Palabras, de enamorao se suele el viento llevar;

mismo.”

cito caliente y salado de los vasteles de arroz y de masa...ni del tra-

color

licia,

de

que a mí la niña

mis

brazos

se

agarra.

-

ruborosa y con mayor ma-

al Sol que ha nasío que

alumbra

los Cielos.


sa

del

toda da.

Gallo”,

remate

Nochebuena

Con

enormes

obligado

como jachos

Dios

«le

main-

para

alum-

cio...

cantaban un acullá reía y

en éstas y otras,

ante

borraré

buenas

sabía a ciencia cierta. Aquella noche oyó un nervioso relincho. Luego una detonación, después silencon

Su padre regresó muy

la

capa

mojada

cias de barro. ron

bromeaba la gente joven. Y sobre hombres, bestias y árboles, la dorada luz de las estrellas mojadas...

[Andando

—Juro

que

ella dijo tu

la

como una diingenuamente

divina

presencia

mancha

acciones,

con

mis

y allí mismo

deci-

dió lo que verá el lector si lee con pesar de las lluvias, de los años... alguna paciencia y mayor benevo—¿Quién mató al apuesto mulencia lo que sigue. chacho que tanto la amaba? No lo

brar el camino, se formó la trulla grande de jíbaros y señores... La escena era digna de nuestro Campeche. Aquí un jíbaro rasgueaba la guitarra; allí otro le hacia cos-

quillas al giiiro; acá rosario las ancianas;

descendía sobre vina gracia, le al Niño Jesús:

te las aguas cristalinas... y la mancha negra como alas de cuervo. Pero, ¿era en verdad una mancha de sangre? No podía ser; no dura tanto la sangre. La razón decía que no; el corazón decía que sí. Lo cierto era que la mancha estaba allí a

Y así, entre villancicos y aguinaldos y seis chorreaos con su miajita de inocentes tomaduras de pelo y su poco de cuentos de “aparesíos”, llegó a la hora de partir “pa la Mi-

los

brada

flamboyanes

y la sangre

Doña

ron a la quebrada de los flamboya“nes y mientras la cruzaban, doña María vio la piedra, la enorme piedra blanca que lamían mansamen-

sobre

muerta

si volviera

María

Cruz. Y durante

su-

Al otro día florecie-

de rojo como

llega-

tarde

y las botas

hizo la

que-

a la vida.

la señal

Misa

mo si cumpliera dada por mucho

la

se pintó

del

de

Gallo,

la co-

Pues en llegando al caserón de los Ramírez y después de despedirse de Fermín, doña María habló de esta suerte sin andarse en remilgos: —Desde este momento, Fermín es mi apoderado. Y mejor, ni de encargo, porque el muchacho es fuerte, honrado y trabajador por añadidura. Y por encima de estas virtudes, que no son pocas, ama a su tierra y respeta sus tradiciones

más

una promesa olvitiempo, y mientras

nobles.

La casa

rez tiene demasiado pocos Fermines.

de los Ramíorgullo

y muy

Y a ti, Pilarcita, te doy una de

de

la página

Es extraordinario

1897 no haya

que

el derribo

servido de lección.

recen no tener una justa es que hoy día ninguna

2)

de las murallas

de

San

Juan

Pero es que los líderes de Yabucoa

en

pa-

dimensión de la historia de su país. La verdad persona con sentido histórico piensa bien de

quienes influyeron para que se derribasen las murallas que iban desde San Cristóbal a la Marina. En todas partes del mundo —en Estados Unidos, con todo su poder, en Ghana: y en cualquier otro lugar— se aprecia

el monumento

Es una y que

San

gran Juan

histórico.

fortuna haya

que

aún

conservado

atención de nuestros huéspedes. tros escolares. de Cultura se actualidad se El Mundo interesante de el Morro. Por

excursiones mismo

de más

nos queden su

fisonomía

San

Cristóbal y el Morro

histórica.

Esto

atrae

la

Ya está atrayendo la atención de nues-

El valor de San Juan crece con el tiempo. El Instituto ha tomado el interés de planear su restauración. En la llevan a cabo, parcialmente, esos p'anes de restauración. del 27 de agosto de 1958 trae un informe estadístico muy cómo ha aumentado el número de personas que va a ver ejemplo, :de enero 1 a agosto 25 de 1957 los vis tantes en

guiadas

período

de 33%.

en

el Castillo

de 1958 el número

En ju'io de 1955

del

Morro

llegaron

a 63,245;

en

el

de visitantes llegó a 84,717, un aumento

(cuando

de

pesos,

dote

contan-

que te cases con Fermín, pues bien a la vista está que te bebes los ai- res por él.

de Yabucoa, es un buen signo de lo que le hubiera pasado a San Juan si no hubiera estado en un islote y si no se hubiese expandido hacia Santurce.

millón

tes y sonantes, con la condición de

PERSPECTIVA (Viene

medio

no hay

escolares)

3,635 per-

sonas participaron de esas excursiones guiadas. En 1956 hubo 6,266; en 1957, 9,275 y en el mismo mes de 1958, hubo 14,295. Esto es en verdad sorprendente. Indica bien a las claras que ha habido un notable aumento de turistas en el período de verano y qué a esa gente les interesa el San Juan histórico. > .

en

Pilarcita miró a su padre espera de una catástrofe;

como doña

Manuela a doña María. doña María a don Paco; y ninguno dijo esta boca es mía. Don Paco no miró a nadie por la mucha afición que le

tenía...

al dinero de la vieja y pa-

ra que no le conocieran los pensamientos, aunque se le salían a la cara los deseos de decir dos o tres

tacos muy

gordos.

Después

aunque

de

un

largo

silencio

y

la niña sabía lo que le an-

daba por dentro a sus padres, dijo, sin poderse contener, y mal disimulando la alegría: —Miel sobre hojuelas, tía María...

Y

la

muy

bobalicona

se

echó

a

llorar a moco suelto. A todo esto Miss Anderson, que no entendía palabra de lo que se

decía,

pero

que saltaba

sospechaba

más

de

lo

a la vista, pensó en pu-

rísimo inglés, lo que en viejo castellano está escrito en La Celestina: “face la vieja sus hechizos; después fácese de nuevas”...

Doña

María

como

que

barruntó

Aunque aprecio el establecimiento de hoteles, la verdad es que las facilidades hoteleras de por sí no resuelven el problema de los turistas. La gente que viene de fuera desea ver algo distinto: las playas bien acondicionadas ayudan mucho. Sin embargo, nada hay que impresione más

lo que rumiaba la muy ladina y como no cabía hacer cosas mayor,

en Puerto Rico que ese San Juan histórico. Nuestra capital está situada en uno de

mas”

y se retiró a sus habitaciones

muy

tiesa y seriota por fuera y he-

mundo. ficios de lagunas nos dio y

. los más

bellos

lugares

del

Hace falta que el hombre se esfuerce por aprovechar los benela belleza: natural. Nada más que la presencia de unas cuantas son contribuciones más conscientes de lo que la naturaleza de lo que en el pasado construyó el hombre. Eso nos estimulará

a seguir construyendo y embelleciendo.

soltó un irreverente

“Merrí

Christ-

cha unas Pascuas por dentro. Cuentan los viejos del lugar que aquella noche quedó limpia de toda mancha la piedra maldita,

Y “colorín colorao, este cuento se ha

acabao”...


LA CRUZ AZUL DE PUERTO RICO >

-—ASOCIACION

|

SIN

FINES

PECUNIARIOS-—

Sirviendo a la Comunidad Puertorriqueña po 15 Años a EN ESTA EPOCA TRADICIONAL DE NAVIDADES Y AÑO NUEVO, LA JUNTA DE REGENTES, SU DIRECTOR EJECUTIVO OFICIALES Y EMPLEADOS DE LA CRUZ AZUL DE PUERTO RICO, SE COMPLACEN EN EXTENDER A TODOS SUS SUSCRIPTORES Y ALA COMUNIDAD PUERTORRIQUEÑA, UNA CORDIAL FELICITACION CON SUS MAS FERVIENTES DESEOS DE SALUD, PAZ Y PROSPERIDAD PARA EL AÑO 1959.

SAN

JUAN:

Ave.

Fonce

Parada

de León

PONCE: 450

7%

Puertade Tierra, Puerto Rico Tel. 3-2359

C+lle Marina,

Esquina

Aurora

Ponce Puerto Rico Tel. 2-0325

i

E ps ¡


CRITICO

ENSAYO

JULIA DE BURGOS: Criatura del Aqua Por JOSEFINA

Tal vez os habreis preguntado

ROMO

ARREGUI

el porqué de ser yo,

precisamente —y no uno de los muchos destacados intlectuales puertorriqueños que podrían hacerlo— la: que os vengo a hablar esta noche de Julia de Burgos. Pero la razón es obvia. Durante muchos años en mi labor de Profesora de Literatura de !a Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid no olvidé que mi cátedra no sólo era de Literatura E-paño'a sino también de Literatura Hispanoamericana y estudié con interés esta materia sobre todo en el campo de mi más querida especialización; la poesía. Naturalmente la figura señera de la lírica puertorriqueña no podía faltar en mis estudios, a pesar de que muy pocos comparten en España mi conocimiento de Julia de Burgos. Porque yo he entendido siempre la abor del profesor de Literatura e historiador de la misma como una obligada y perspicaz investigación de los valores autén'icos, y no, esperar el que lleguen a nosotros por casualidad o por información de segundas o terceras fuentes. Es muy cómodo el historiar literatura contemporánea de esta manera, pero el que Jo hace se expone, tarde o temprano, al despre

tigio

de

encontrarse

con

figuras

cumbres

de

síl

propia L teratura conocidas hasta lejos de sus fronteras y por él ignoradas. Afortunadamente, no siendo esta mi manera de actuar tengo 'a oportunidad de encontrarme con un público en su mayoría puertorri-

queño hace

al que

puedo

tirmpo

decir

a vuertra

suerte

de

conocerla

en mi gloria

camino como he de Puerto Rico,

Arellano, sobre

que

todos

prologué

orgullo: de

y estudié

No

tuve

la

de encontrármela

tenido la de coincidir con otra la geniaT Diana Ramírez de

otros

posee

su primer

Leí

Burgos.

personalmente,

entre

e'los,

con

Julia

extraordinarios

el

don

libro

-de

la

“Albatros

talentos,

poesía.

sobre

Yo

y que

el alma”

y

que acabo de editar ese sensacional monumento a Puerto Rico: “Angeles de Ceniza” os digo esta noche, y sé que el tiempo me dará la razón, como me la dió con la gran poeta española Alfonsa de la Torre (a quien prologué también su primer libro y de la que más tarde el posta y académico Gerardo Diego decía

en

primera

plana

de

los

grandes

genios

A.B.C.

de

Madrid

contemporáneos

que

como

solo

T.

S.

con Elliot

se la podía comparar y que estaba por encima de Gabriela

digo

en

en

suerte

Julia

su

invención

esta de

de

tiempo

dar

noche: a

la

Burgos, la

y

sabiduría);

pues

puertorriqueños lengua

otra

vez

castellana

en

tan

bien

yo

que

tuvisteis

un

poeta

breve

la

como

de

Ramírez

de

encontrarme inevitablemente con Tres caminos me llevaban a su

Juen-

os

señala

con

Diana

muy

Y en tercer y no último

pocos

Burgos, pero no voy culpable ignorancia;

conocen

en

España

lugar, mi a

Julia

a dar una explcación por y de otras indiferencias

de

esta más

vocación de poeta yo misma. Como profesora, como crítica literaria y como poeta, tenía que encontrarme con” Julia de Burgos, porque Ju'ia es una de las grandes poetisas de Hi"panoamérica que ningún profesor de es.a materia puede dejar de enseñar; porque la

poesía de Julia es de tal calidad que atrae la atención de la crítica literaria más

exigente;

y porque

poeta nada más sugestivo que la extraña rica de lo: poemas de Julia de Burgos.

para

un

tensión

lí-

Quisiera, pues, aunque sea muy brevemente tocar

estos tres puntos

y dar una

valoración

de la figura

rica de Julia, una síntesis crítica, apoyada

lí-

en su úl-

timo libro “El mar y tú”, y por último como poeta yo misma lrero un poema que dediqué a la gran poetisa muerta.

Arellano.

lia

Pocos

Os

espacio

fortuna

crita por mujeres.

Tenía que de Burgos.

VALORACION

cuentro. En primer lugar y ya le he explicado con más detalle, el ser profesora de Literatura de la Uni-

Quisiera preguntaros. ¿Por qué no ha corrido Julia en el aprecio de la crítica contemporánea, la mis-

vorsidad

ma

Central

de Madrid.

En segundo

mi condición

de crítica literaria, especialmente dedicada al «estudio de la poesía y aún más especialmente a la poesía es-

suerte

que

Delmira,

Juana,

Alfonsina

o Gabriela?

¿Por qué si su voz tiene la tensión lírica casi milagrosa de De'mira Agustini -—temperamento el más pró-


ximo al suyo. ¿Por qué si Juana no escribió nada más bello en su frenesí panteista que el Río Grande de Loíza? ¿Por qué si la atormentada y amorosa Alfon-

sina

hubiera

hecho

suyo

con

gusto

y acaso

los hizo

con sa muer e aquellos versos de la genial boricua ¿Qué a donde voy con esas caras tristes y un borbotón de venas heridas en mi frente? Voy a despedir rosas al mar a deshacerm2 en olas más altas que los pájaros a quitarme caminos que ya andaban en mi como raíces. Pero acaso es que Julia hecha de múltiples soledades, no tuvo el poder de empujar el coro que levantara su fama hasta la altura que le correponde. Acaso también aún esta muy próxima a nosotros su muerte. Y. en su vida, por sola y desolada, andaba: tan c¿rca de lo humano, tan intima y sencilla, tan pareja alnuestro dolor E “E”:e corazón mío, tan abierto y tan simp!e es ya casi una fuente debajo de mi llanto. Es un dolor sentado más allá de la muerte... que no pasaba por la imaginación el levantarla trono como cosa única, como ser aparte tocado por el divino y t:rrible don. Y la pobre y divina Julia . Era una rama verde la inmensa soledad. De ella salían nidos buscando ruiseñores pies aplastando pétalos

y

rubios

cementerios

inclinándose

a!

cielo.

culpables ya dijo con la palabra rotunda y la sinceridad insobornable que le caracterizan lo que tenía que decir el poeta y crítico puertorriqueño Josemilio González, cito: “Hay

un

aire

de

epitaflo

haciendo

desde

voluntad

de 'vamos

ceremonias

que

que

en

nos

todo

llegó

a enterrar

nos permitan

lo que

hemos

la noticia. a Julita”

estado

Una con

como

todas

las

desplegar nuestros

oro-

peles literarios. ¡Qué oportunidad magnífica para que nue tra vanidad exhiba su oronda importancia en la liturgia de la muerte! ¿Acaso con ello no estamos tra ando de apaciguar nuestras conciencias; de arran-

carnos

sin

mucho

porque

fuimos

dolor

la

negligentes

espina

que

y olvidadizos

nos con

lastima ella?

No

es desde la oquedad de una preocupación post-mortem que

podemos

dono

comenzar

y soledad

a

en que

resarcirnos

la dejamos,

de

tanto

sino desde

aban-

el acto

decisivo que engendra el cocmos de amor, de justicia y de pureza por ella concebido. Hay que cruzar la raya que separa la desidia de la inquietud buceadora en e! sentido profundo de la: realidad, para iniciar la vi-

da y

auténtica a

la

que

“Solo der

que

su

Julia

poesía

desde

siempre

este

el salvamento

de Burgos nos

genuino

de

nuestro

espera estuvo

de nosotros convocando.”

latir podemos ser.

empren-

Confesémoslo.

So-

mos todos en parte culpables de la muerte de Julia. En

la medida

ridad,

«n

en que

que

mos

no

abroquelamos

cerrándol> las puertas

que

dejamos

la injusticia

correr y en

cumplimos

un

cada

deber

uno

a la comunicación

la mirada

que

que

en su yó

se violen

en

sobre impu-

nemente los va!ores de la libertad, la verdad y la belleza...” Hasta aquí el gran crítico puertorriqueño, su após-

troff' lanzado en el Ateneo

Puertorriqueño

casos.

Yo

apenas

hubiese podido hacer una cita o releer a Ju-

la

si

misma

no

hubiese

tesorera

de

Sólo

quiero

hacer

biográficos

ella.

suyos

que

arse

to

de

os

ella

una

decía y

la

Madrid

de

doña

la

Ada

vice-

Morales

que

realmente

una

enorme

los

que

a una

vivió

uruguaya que come

Hace

afinidad

datos

por

tra-

un momen-

existía

poetisa

entre

uruguaya

Delmira uno de sus abuelos todo y esta es coincidencia Delmira

distancia

esta

de dos

atención

ma'ograda

estremecedora,

6 de julo

aquí

mi

coincidencia.

Delmira Agostini, como era germánico, y sobre un

que por no concernir al esta noche, no he podiJulia no soy yo la llapersonas que la conocieun absurdo ocuparme de

mención

:rágicamente

última;

y

Julia

de años

parece

murieron

que

como

eran

casi

la

gran

si

“la flor o estirpe de una especia oscura / l'agas y que bebe llanto”, que dijo ella mis-

ma,

soñase

ver

su

desde

estirpe

la sangre

estéril.

de

su muerte

Y así

vino

violenta

Julia

que

de San

el si'encio

de Julia, según POEMA

ella misma

PARA

anheló.(1)

MI MUERTE

Ante un anhelo Mor r conmigo misma, abandonada y sola, en ia más densa roca de una: isla desierta,

En y

el instante un en

el paisaje

ansia

un

suprema

trágico

de claveles,

horizonte

de

piedra.

Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos eomo niños, viendo perder la nube

y mi

razón

poblada

de sábanas

inmensas.

Mis pálidos afectos retornando al silencio —hasta el amor, hermano derretido en mi senda—

Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis

manos,

crispándose

Incorporarme

el último,

y ofrecerme.a

dob'ar

luego

para

darme

a las yerbas.

y bajar Que

sin

nadie

ni me

el integral minuto,

los campos

la hoja sonrisa,

me

arropen

ni

testigo

profane

por

fiera

que

buscar

limpieza

alegría

con

estrella

inercia.

con

sollozos,

inocente

tierra:

me dejen libremente

libertad

del planeta.

comenzarán por

de

sencilla,

a la

la muerte

siempre

la única

ventanitas

con

de mi carne

que en el libre momento

a

ante-

no

“golpeó

moribunda y reverdeció feroz” hasta que otro 6 de julio cuarenta años después del que mirara la agonía de Delmira bajo la bala homicida amaneció sobre

Con

y promesas

de

amabilidad

llamaron

extraña

TU”,

aciertos

za

biblioteca

entidad

cartas inéditas de la poetisa, aspecto de Julia que yo trato do utilizar. La biografía de mada a glosarla hay tantas ron personalmente que sería

de

sus

por

mi

Torruclla que me prestó el material preciso para mi charla y hasta me proporcionó la ocasión de conocer

disponer

de

sido

de

esta ilustre

Juan el 8 de septiembre de 1953 en ocasión del homenaje a Julia de Burgos creemos sirvió de acicate y así, se publicó póstumamente su libro genial “EL MAR Y

confirmación

—lejos

ca-

humana,

impasiblemente

permitimos

de

riores “Poema en veinte surcos” y “Canción de la verdad s:ncilla”. Sin embargo las antologías y literaturas puertorriqueñas todavía no la dedican más espacio que a otros muchos poetas de segunda fila y desde luego bastante menos del que se reserva para sí el autor de la correspondiente antología o literatura. Aun tampoco se ha iniciado la idea de la publicación de sus obras completas, difíciles de hallar en muchos

la

carne

mis huesos morena


y yo, a

la

dándome,

dándome,

intemperie

¿Quién

podrá

y

con

jetivo

y libremente

rompiéndome

detenerme

cuando mi alma haciendo de mis

para

sola

feroz

una fica

cadenas.

ensueños

inúti'es

que tocará

ca'a

MAR

Y

TU

a un estudio

estilístico.

Trabajos

de es-

ta clase, iniciados ya por mi sobre la poesía de Julia de Burgos se publicarán alguna vez. Básteme pues ahora destacar los felices momentos que nos hacen admirar y catalogar de magnífica la poesía de Julia. Su personalísima compenetración con la natura'eza y absorbente concepto del amor. Amor y naturaleza

son de

en ella una Julia

de

conseguida

sola cosa.

Burgos

en

El contenido

tiene

dos

una

planos

de la poesía

dimensión

diferentes:

belleza c'ásico y dolor romántico

bi-espacial

sentido

de

la

de la realidad vital.

Profundamente clásico es su antropomorfismo, campea en toda su obra esta necesidad de dar dimensiones humanas a los seres naturales que le hace ser orsade de las montañas, oríada de los borsques y entregarse al río como mítica náyade. Ya no se me diga que el concepto clásico, que parece sinónimo de equilibrio, se aviene poco con su intentidad. Josemilio González nos dice de el'a “Si se me pregunta “cuál fue la nota que selló característicamente aquel existir, me atrevería a contestar: la intensidad...”

y más

adelante

“Su

rostro

siempre

interesante

era

como la intensa concentración de todos los núcleos espirituales.” Y es os digo yo, que el clasicismo de Julia no descansaba en los anchos escalones marmóreos del equilibrio apolíneo, sino en la furiosa embriaguez del ritmo dionisíaco, en el que el ser se entusiasma, llega la en-theos, y en este 'levar al dios den-

tro hay

como

acuciadora

necesidad

del grito

su

poesía

y

de

la

que

solo

a; él, es la

se

libera

poético,

en su expresión,

con

la naturaleza,

bro y que produjo el magistral poema Loíza”,

que la dio a conocer,

poema

“Río Grande

que

por otra

profundamente Ella

misma

romántica

la clasifica

con

en un

suad-

de

par-

no demasiado

experta en poesía, definición de la poé-

te tiene

muchos

jetivo El

Mar

otros

desentrañar, y Tú

que

símbolos

se hace es,

sin

tica de Julia y exigente señarla

poeta

de

una

vez

se merece.

que

total

aquí no

balbuceos

apremio

el puesto

“El Mar

de

ob-

libro,

juventud

a todos

primeríimo

y Tú”

es mi

en su último

nosotros que

aún

de

la gran

es un libro conside-

rable en la poesía de lengua castellana. El idealismo de Julia es tan fuerte en esta última obra publicada, que no puede dejar transitar el amor humano por su senda de ceniza y dando el salto totalmente romántico lo quiere libre de imperfecciones. Pocas veces Julia huidiza siempre de la directa expresión es tan definitivamente concreta como aquí: Vuélvete la caricia. No quiero que limites tus ojos en mi cuerpo. Mi senda es el espacio. Recorrerme es huirse de todos los senderos... Soy el desequilibrio danzante de los astros.

Román'ica

es también

la poesía

de

Julia

por

su

“en pie” de rebeldía, su pregón de un credo irredentísta, su sincera capacidad de indignación ante la injusticia humana, su grito viril de libertad para su pueblo. Y por último romántico es el nihilismo que se acusa en su obra, aunque desde otro punto de vista

al escribirle y su actitud en él es un tanto Ironía por otra parte muy dentro del cuadro

término,

desde

el menudo arroyo naciente a la estrella difícil. El amado se confunde con la naturaleza siguiendo esta escala; hombre-naturaleza-amor-dios. Y a veces también; Hombre-amor-naturaleza-dios. Este idealismo pan: eísta que se marca en su obra desde su primer li-

En

soledad.

esJu-

El idealismo de su poesía, actitud también romántica, es palpab'e hasta en poemas que podrían encuadrarse cn el plano clásico. No hay un solo poema en que cante el amor o el dolor de amar desde una dimen ión de realidad a la manera de Juana de Ibarbourou, Alfonsina Storni, y sobre todo Gabriela Mistral. Por eso tiene que identificarlo o identificarse

nos haría cial, como

primer

en

moribundo, el alma de

de delirio y entrega a la naturaleza con panteísta plenitud. El toro plano que la poesía de Julia de Burgos desarro!la ante nosotros es el intenso romanticismo de su actitud vital trasvasado íntegramente a sus versos, Tantos y tantos aspectos delicados o furiosamente románticos se plasman en la poesía de Julia que se me hace imposible enumerarlos todos en breve espacio. desolada

y

de su panteiísta frenesí,

Soledad, sepulcros, sollozos, amor romántica que recorre ágilmente

ella misma No es lugar oportuno de una crítica, una conferencia ni una charla, confrontaciones y citas se pierden y fatigan y menos oportuno aún nada que quiera

aproximarse

poéticas,

de su sentir: la cali“Y ese sentirse aparte

“Llovizna caída gota a gota para mirar sepulcros. ¡Quién no dijera, viento! ¡Quién aupara mis brazos sobre la soledad hasta dejarme quieta como ausente reflejo, allá donde no es nada, no habita la nostalgia, ni solloza el adiós de un amor moribundo...

Y así la llamamos y así tiene que ser, una de las grandes poetisas de América con Delmira, con Juana, con Alfonsina, con Gabriela... DEL

de sugestiones

lia:

Delmira murió el 6 de julio de 1914 Julia murió el 6 de julio de 1953

CRITICA

de

los vitales momentos

a mi puerta?

¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clave! interpuesto entre el viento y mi sombra hijo mío y'de la muerte, me llamará poeta.

SINTESIS

hallazgo

que la rodea, ese no pertenecer

constante

Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, acaso irán mis labios a nutrir azucenas.

(1)

es un

del mundo

comienza a cumplir su tarea, sueños un amasijo fértil

el frágil gusano

que

muestra de la intensidad de desenfrenada soledad.

encuadrarla dentro de la poesía “existentambién en otro aspécto, la poería social a

la manera de Neruda podría contarla en sus filas. En su primer libro “Poema en veinte surcos” publicó un poema titulado “Nada”. Muy significador su

título fue elogiado por Lloréns Torres, ha sido considerado poco menos losofía. Pero no

que como una obra maestra de ficreo que Julia l'evase esa intención

irónica. román-


En el tico también. tú” dice más humana “Ya

ni

no

poema “Retorno” de “El mar y con menos juego filosófico: hay

ni

y

espigas remotas;

no hay naufragios; no hay ecos; ni siquiera una angustia ¡hasta el silencio ha muerto! Tras este ligerísimo recuento de los dos aspectos contrapuestos, el clásico y el romántico de la poesía de Julia, quisiera añadir que estos dos planos no van paralelos, sino entrecruzados en intersecciones múltiples, y esta singular característica es la que da dimensión, corporeidad y personalidad a la poesía de la extraordinaria lírica. Muestra de mi aserción es el poema “Presencia de amor en la isla”, bellísimo logro y que por su brevedad me permito leeros: PRESENCIA

DE

AMOR EN LA ISLA (En Trinidad, Cuba)

Aquí mi corazón dice “te amo”... en la desenfrenada soledad de la isla saliéndose en los ojos tranquilos del paisaje. El mar Es allá

asciende a veces la lápida del monte. cielo verde, como queriendo auparse (hasta mis manos. La loma no ha crecido más alto que una espiga. La tierra mira y crece, Van detrás de los trinos, saludando lo pájaros, aquí mi corazón dice “te amo” en el verde (lenguaje de los bosques.

Recueráo de

un

algo

que

rincón

así como

“como

un

me

hablaron

enterrado,

sin

un mundo

trino

una

vez

mirada

detenido

extraviado,

como

un

en

las

estrellas

y sin

defiende

tasma”

de Pablo

viaje,

corazón,

desandándose

dice

“te

amo”

la sombra

Para

mirarnos

cuatro

siglos

en

auroras

sin

frenada

de un romántico

soledad

de

legendaria

del

valle.

al paisaje.

Esta sustancia

“te amo”...

en la desen-

la isla.

poética

tan

manera del

Amado

poema

de

“Fan-

“cuidado-

Aunque del

pudiera

flojear.

rica y compleja,

en

Sin

el manejo

asomarse

esta última

verso

en

a grandes

lo que

novedades

con libertad pero con disciplina, su oído mucho más fino que el de Gabriela y su sentido vertiginoso del ritmo y el movimiento hacen su creación más ligera y

transparente

que las de la chilena, pero sin la impre-

sionante perfección en cuanto a lo que se ha dado en llamar “dominio del verso” de la uruguaya, Alfonsina Storni. Pero no caigamos én ei error tan frecuente de confundir en dominio del verso y su música, ya sea libre, ya medida por pies o sílabas o fijada por acento, rima o estrofa—con el dominio de la forma. La forma poética reside en las cualidades del lenguaje, pureza y selección de la palabra por un lado, maestría en el manejo de la comparación, la metáfora, la imagen. En este aspecto Julia es deslumbradora. La riqueza de su invención, la brillantez de las comparaciones y sobre todo el opulento despliegue de la imagen es de rara maestría. Siguió con acierto las lecciones de Lloréns Torres, magistral de lenguaje y rico

en imágenes poéticas, pero supo dejar al maestro bien lejos en su modernismo y asimilar las nuevas técnicas de aproximación de valores distantes de las palabras

para

crear

nes múltiples. original

y

una

imagen

novísima

La

adjetivación

poco

recargada;

que

a

“agotada

partir

sobre

en

de

sugestio-

la poesía

y

de Julia

“temblor

espumado”,

y turbia espiga”. todo

de

la

Las

celebración

Julia

nos la entregó en cuanto a la forma, sin difíciles técnicas, ni laboriosos virtuosismos. Sin embargo su verso no es como el de Gabriela Mistral tan duro de oído, tan descuidado a veces. Gerardo Diego defiende a Gabriela de estas desigualdades en un artículo titulado “Imperfección y albricia”, llamándolas anor-

auténtico

del lenguaje

poético

de Julia

de

Burgos, he aquí algunas: como un trino extraviado, como un ala sin ave.. y mis pasos se tumban como muertos, al aire... como una sensación de golondrina... como un ave, cazando horizontes y estrellas... como los ojos abiertos de los bosques... y esta bellísima: Pareces una espiga debajo de mi alma

y yo pleamar

tendida

bajo

tu corazón

Con un manejo sensacional de las imágenes se completa el cuadro de los valores extrínsecos de la poesía de Julia. En realidad toda la poesía suya es una imagen continuada, ese plano de idealidad de que hablé antes así se lo exige. Su mundo interior está regido por estos aletazos deslumbradores de sus imágenes.

Allí entre ellas se movía muy

lejos de todo lo podrido

del mundo que aborrecía, con esa dualidad de su ser que tan admirablemente supo expresar en sus poemas dedicados “A Julia de Burgos”.

En

“El mar

*

en 1927 han sido el olor, la íntima sustancia de la

poesía llamada de Tos treinta en España y fuera de ella, de la que se buena muestra García Lorca, son sorteadas con sabiduría en este último libro de Julia, prefiere en la mayoría de los casos la menos encumbrada comparación, lo que da a su verso un tono más íntimo; es tal su riqueza y espontaneidad que son el

Con que sencilla belleza enlaza todas las posibilidades de su inspiración. Su alma de driada habla en el verde lenguaje de los bosques, el cielo, verde también, se le sube a las manos, y en los ojos tranquilos del paisaje, en este mundo de equilibrada paganía, surge el rincón enterrado, la mirada ausente, el trino

extraviado

misma

calificándolas

del centenario de Góngora el color y el sabor y hasta

ave.

el tiempo,

tirándose

Neruda

es precisamente

metáforas

sube sus pupilas insomnes, de

la

a pesar de todas sus debilidades.

valor más mi

de

irregularidades

“Calles desarropadas”,

Aquí quieren palomas detenerme el camino... centinelas ardientes de un pasado inviolable. Una paz retraída me columpia el espíritu, y mis pasos se tumban, como muertos, al aire. Entre el viento y el mar, por escala de estirpe, ¡Trinidad de leyenda me saludan tus calles!

Aquí

las

no

es

su historia, ala

necesarias;

Alonso

so descuido” del poeta. Yo creo por mi parte, que no es necesario estas invenciones de “anormalidades necesarias”, ni “cuidadosos descuidos” para justificar en los grandes poetas lo que en otros no sería perdonable. Pablo y Gabriela, como ahora es el caso de Julia son grandes poetas por sus formidables aciertos y

voz,

lágrimas,

no hay

malidades

y tú” encontramos

también

por últi-

.


gran poeta de Puerto Rico, Diana Ramírez de Arellano, por eso esta noche Julia está con nosotros viva y perdurable porque su muerte como dijo Diana es ¡Oh muerte de los ánge!es, segura de su triunfo!

Con la profemo su trágica confirmación de poeta. cía que es don de los elegidos, vaticina su muerte. No Hace mucho que la va rondando, que la acosa. antes, leí os que sólo es el “Poema para mi muerte”

son los “Poemas

mecedora humanidad y una penetrante poesía. suyo que puede decirnos:

Y

Todos de estre-

para un naufragio”.

como humanísimos llenos de Tan trágico cansancio era el

ESTELA A Por

“En la ribera de la muerte, hay algo alguna voz, alguna vela a punto de partir, alguna tumba libre que me enamora el alma...” más adelante en ese impresionante “DADME

MI

consumido

en

NUMERO”

la sombra

donde

quede

no

ni

de una

mi

Colgada

ti PDATR 7 ARIAS A A A

abrazar

del

sombra,

aún

de ternura

a

la humanidad entera, partía perpetuamente desde el tallo amoroso de su espíritu en ondas de caridad y gracia. Centrada en el amor como la experiencia rai-

gal de su presencia

en el mundo

Julita lo vivió en su

dirección íntima con la tremenda intensidad de quien con él arriesga su destino.” Su amor la señalaba un destino de muerte, era un ala cortada en pleno vuelo, una criatura de agua movediza, transparente y tumultuosa. No podía, ni sabía vivir. Yo nada sé concretamente de su abandono y soledad. Sólo conozco lo que su corazón legó al mundo en sus poemas, pero me basta saberla eterna en ellos, Julia de Burgos fue uno de esos seres ex-

traordinarios

dotados

del

terrible

Aquí en esta más perfecto

“isla sin tierra” fué de esos “ángeles de

don

de

BURGOS

ROMO

ARREGUI

blanca paisaje

mar

que

tú eras.

visitabas

su pie frutal

antigua

que

una

los

huertos

en las orillas vez

nombraste.

Que mi tierra sin mar, la que navega el cerámico azul del firmamento, tiene un camino el agua misteriosa que al Lacio puso nombre; un nombre posesivo, porque entonces

estrella?

en su círculo

del

que humedecen

Y aquí al oírla decir que amor es para ella “unido sueño que la sigue” es preciso decir que toda su obra es un gran poema de amor, pero un amor como dice el ya citado poeta y crítico Josemilio González: “Esa ola extensa de amor que fué la más universal de sus

para

JOSEFINA

extrañamente

Casi no puedo con el mundo que azota entero mi conciencia... ¡Dadme mi número! No quiero que hasta el amor se me desprenda... (Unido sueño que me sigue como a mis pasos va la huella.) ¡Dadme mi número, porque si no, me moriré después de muerta!

irradiaciones

DE

CASTILLA

De mi tierra sin mar, soñadora de verdes océanos en los adustos pinos que vigilan campanas y rebaños, vengo para decirte: pequeño ser de nube sobre la ancha pupila del viento azul que empuja islas, he oído el aleteo en mis chopos tranquilos, de aquella golondrina

mis. arterias?

¿Quieren

JULIA

EN

Torrente, río, lluvia, crecido mar en pleamares, tú llevabas el húmedo reflejo de todos los rocíos de la tierra. Corona tuya, el hielo transparente de la nostalgia y tu precioso manto el río de tus hombros desprendido para anegar tu verso.

¿No me llaman? ¿Qué es lo que esperan? yerbas, las entre ¿Me han olvidado mis camaradas más sencillos, todos los muertos de la tierra? ¿Por qué no suenan sus campanas? Ya para el salto estoy dispuesta. ¿Acaso quieren más cadáveres de sueños muertos de inocencia? ¿Acaso quieren más escombros de más goteadas primaveras, más ojos secos en las nubes, más rostro herido en las tormentas? ¿Quieren el féretro del viento agazapado entre mis greñas? ¿Quieren el ansia del arroyo muerta en mi muerte de poeta? ¿Quieren el sol desmantelado, ya

FUNEBRE

la poesía.

uno más, acaso. el ceniza” de la otra

no sabía que

todo mar

es tuyo;

profundo mar que comenzara en ti y que contigo fuera por siempre el lento corazón del llanto, el llanto subterráneo que llevaba a la cumbre del don y de la muerte. ¡Criatura del agua! tu mejilla — nenúfar con raíz de permanencia y cárdeno color de sueño y llaga— sobre el duro cemento desprendida en la isla sin tierra que no sabe hendirse al ruego de semilla pura ni florecer espigas de retorno. Si la montaña acoge el gran cansancio

de tus huesos

errantes

y dolidos,

tu levísima sombra, sombra de agua, transitada de agrestes gaviotas, duerme sobre las verdes algas húmedas. Por tu voz, que espesa soledad traspasa, se Oye eterna en el río poseído; torrente, arroyo y lluvia nos la crean; eres presencia permanente, eres en el gesto de todo lo que amaste. Y en el tapial de soledades mías, en mi tierra sin mar, tu voz de agua vive en el gozo breve de la tarde, vive en el lirio denso de la noche... Mi corazón, isla con voz, te ofrece la miel, el vino fúnebre, el canto,

y una

estela

coronada

de

de mármol azul

silencioso

innumerable.


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Hacia él vuela mi alma buscándote en el vacío

Tan puertorriqueño

Si también de tu bohío lo estuvieras tú mirando ahora se estarían

besando

como

tu pensamiento y el mío.”

Llorens

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DE POESIA

PUERTORRIQUEÑA


GUIRO

11 Por

F. MANRIQUE

Si os dijeren giiiro quietaos las sandalias

que pisáis tierra santa. Canal seco y jugoso

por donde a

llega un

'

CABRERA

¿Fué en la ciudad de Segovi a? ¿O fué acaso por La Mancha ?

Sólo sé que todavía

del alma,

escucho

su

chorro

mi poema.

de sangre

voz

“Adiós,

que

que

ya

india

de

Tenéis arpas Pero

Agua,

la tierra de melodías

mós

exóticas.

Y abro las alas de su chequequ eteque, ché querequetequ e

abris ¡os ojos hambrientos

de verdad,

nunca

apagó

como un proyecto de hojas de yagrumo; nuestra risa antigua como el perfume del Areito - y el hogar de la Yyautía; nuestra risa clara, como el chas de la quebrada ; nuestra risa joven, descalza, jíbara, olorosa a montaña. Reímos con nuestros ojos frescos, hambrientos de remotos hori zontes. Reímos como trinos nuestra risa melancólica y triste. hospitalaria a tu alegría. Reímos, reímos mi gúícharo y yo, auténticos jíbaros amigos. Reímos nuestro chequequeteq ue, chéquerequeteque, Y tú te sientas reverberar de montaña y cantar. A mí arpitas y liras... Yo tengo mi giiiro.

Si os dijeran giiiro

CANTARES

CASTELLANOS

AQUINO

1

Era pura de Castilla Avila

y

Guadarrama—

murallas, torres y sombra, también cielo y luz dorada.

la sed

A orillas de

un

olvidar

pude oír otro cantar

que

recuerdo

Se van

todavía :

las aguas al mar,

al viento la pena mia, al viento la pena mía, y hasta que amanezca soñar, mi vida, soñar.

ACASO

Por

UN

Lurs

el día,

POCO

TRISTE

HERNÁNDEZ

AQUINO

Dame

tu luz esplendorosa, Esp aña; que caiga tierna en esta arcilla mía, como

cayó una tarde, en otro día, a un álamo gris que el Tajo baña. Desde el trópico azul no suene extraña esta junto

voz dolorida, que sentía ser raíz en tu tierra, amor que ardía

en

tu ser y voz

viva de

tu entraña. En mi ancha soledad aho ra te evoco con tu cielo y tu aire, mar avilla que desde aquí con mi mem oria toco. Ahora

estarás

en

verde

y amarilla

por el trigo y la luz, y acas o un poco triste también por tierras de Castilla.

SILENCIO

Por

alma

Por Luis HERNÁNDEZ

—entre

el agua

IV

ancha

quitáos las sandalias del que pisáis tierra santa.

fresquita

,

y sentís un cosquilleo “inmenso subir por las paredes de vuestra alma, y vuestros pies arrancan temblorosos, como potritos jóvenes, y escucháis un rumor de Cosa s frescas besar vuestras entrañas, Y sentís la comezón de cantar, ¡Ah! Entonces mi gúiro y yo reimos la mañana Y Os perdonamos. Reímos nuestra risa amarilla como el pan de la flor de la majagua; risa

¡qué

que sentía por tu boca.

Sólo cuando yo llego con mi giiiro

nuestra

el alba”.

que venía de Lozoya!,

y liras

os dormís

repite:

viene TI

Ásta antigua y solemne del cantar

de madrugada

fina

José

P. H. HERNÁNDEZ

Cielo gris. Y garzas blancas y el silencio que se duerme sobre el valle. Y el lamento que acoquina y que conmue ve de una tórtola afligida que prorrumpe en misereres ...

Silencio

que

te

has

sobre el valle, como

dormido un leve

ssupiro de mansedumbre: duerme tu sueño solemne, que pronto ha de despertar te

—como

una

alondra

doliente-—

el clamor hondo y -amargo —en marejada perenne— de otro silencio: ¡el profun do

silencio

de

mis

ayeres!...


LAGARTO

SALMOS

Por

TORRES

LLORÉNS

Luis

PALÉSs

MATOS

Olvidar es romper los lazos del ayer y pegar un gran salto y en lo ignoto caer.

El Condesito de la Limonada, juguetón, pequeñin... _Una monada rodando, pequeñin y juguetón, por los salones de Cristobalón, Su alegre rostro de titi a todos dice: —Si. —Sí, Madame Cafolé, Monsiur Haiti, por allí, por aqui.

Olvidar es salirse del vaso, y preferir, a lo cierto gozado, lo incierto por veir.

pasan

No lo fugaz lloremos del veleidable amor, que

así

en

sabe

Que y

amar

en

es dicha,

después

del

lo sabe

Y

nido.

rama,

una

la

de

reposo,

flor.

de anidar.

sabe

que

es ave su

una

como

breve

todo,

es

la vida

El corazón Y

olvidar.

del vuelo

rama

reposar,

por Vedle

al clavel,

Seamos cual la ola voluble de la mar, que a la roca que moja no la vuelve a mojar.

LLORÉNS

del húmedo

pañuelo

de algún lejano adiós. Raudo volar de aves raya el azul color. Y bajo la laguna bosqueja un corazón. ¡Qué novia está la tarde!... ¿No la siente tu amor? ¿No

la

sientes

que

escarba

por

Cafolé,

en

Haiti,

Monsiur

aquií—

el rigodón,

en ei minué...

Y allá va el Conde de la Limonada, con la roja casaca alborotada y la fiera quijada rígida en epiléptica tensión... Allá va, entre grotescos ademanes, multiplicando los orangutanes en los espejos de Cristobalón.

TORRES

¡Qué novia está la tarde!... La tarde es toda amor. Su ala de plumas de oro moja en la noche el sol. Blanca nube remota esfuma la emoción

nobleza,

¡Ah, pero ante Su Alteza jamás oséis decir lagarto verde, pues perdiendo al instante la cabeza todo el fino aristócrata se pierde!

No más hosca tortura de invariable elixir que cierra los camios del loco ir y venir.

Luis

de

Nadie en la Corte de Cristobalón lleva con tanta gracia el casacón ni con tanto donaire mueve el pie. Su fórmula social es: ¡oh, pardón! Su palabra elegante:. ¡volupté!

Lo mismo que en los astros, la sabia evolución rige en los sentimientos hondos del corazón.

Por

allí,

miradle

El más fino deleite que nos brinda el placer es el beso que nace y que muere al nacer.

TARDE

negros

—Sí, Madame

¡Qué feliz es la roca de la orilla del mar, que la ola que la besa no la vuelve a besar!

LA

cocomacos

de

el Conde, pequeñin y juguetón, es un fluido de delicadeza que llena de finuras el salón.

volar.

¿Por qué ha de estar la abeja condenada cuando todos los cálices están llenos de miel?

armados

solemnemente

macacos

aristócratas

los

Mientras

Vivir es adorar, con más ansia y más fe, al ave que vendrá, que al ave que se fué.

4.

Luis

OLOR

A TABACO

. Por

Luis

PALÉS

MatTos

Es la siesta. Arde el suelo bajo la Sube un hervor de gérmenes de la y un aroma potente y embriagador del monte, de la huerta, del surco y Es un olor tan recio circula por la sangre,

pica cáusticamente y arde

sobre

los

que enerva rompe por

sobre

globos

los sentidos, los oídos,

los labios

oscuros

de

resolana. siembra cercana, se exhala de la tala.

rojos los

ojos.

en tu carne de flor y te muerde los labios y se enrosca en tu olor?

El Trópico, el gran Trópico caliente y vibrador, vuela ,sobre la onda profunda de este olor. lumbre, color, frangacia, Aquí está todo entero:

En

tierras

esta

opaca

hora

del desmayo del sol, ¿no adviertes que mis

cambian

aves

de dirección

y en rumbo hacia ti vuelan en lírica aviactón? Es la tarde que te ama. Y la tarde soy yo.

rojas, sol duro,

tremenda

exuberancia,

sordas lujurias, negras pasiones que fermentan y como rosas ásperas y llameantes revientan...

Todo el bravío espectáculo de luz y de color palpita, salta, quema desde este denso olor, que a la hora de la siesta sensualmente se exhala del monte, de la huerta, del surco y de la tala.

+.

Por

VERDE


Ved el agua: ¡ligera! En su boca la espuma anuncia la inquietud que siente eWa por no perder la gloria del instante

NOCTURNOS (Del amor y la muerte) Por

¡Quién

mirando

CLARA

a una

LAIR

en

estrella

la noche

de (mi muerte pensará: qué se ha hecho, dónde está, y qué mano luminosa y fantástica la ha recogido. inerte y la impulsa reviva al vuelo sobrehumano...! ¡Quién mirando a la luna recordará la pálida faz, el mirar desolado... y el alma siempre llena de ansiedad de crisálida, aleteando inconforme en el vivir claustrado! voz, mi mano, mis primicias; a su casa súbitamente serio,

¡esa

la hembra

no

Junto

a

cada

¡el ángel

que

alegremente

sabrá

de

>

ventana

amanecida

madruga

en

cada

cosa

vuela!

PRESAGIO

caricias!

Por

Quizás tú, torvo amante, despiadado y perverso, que rocé como a rosas y cual puñal me heriste... por la gloria insoñada de quedar en mi verso serás en esa noche un poco bueno y triste... Y pasarán Tus ojos y De noche por raspar

ascienda.

el cementerio

evocará mi y tornando

noche

el ángel

Hasta la honda raíz ya cifra su faena en. levantar un tallo, y por el tallo eleva al ángel de la espiga.

mA

Y cuál de los que amé, mirando

que

En

un

los años y se habrá muerto todo... mis ojos serán polvo en los yesos, las estrellas arañarán el lodo, fuegos fatuos de tus huesos...

NimiIa

VICÉNS

mi verso se afina

lullaby

de llamas...

Las estrellas bajaron para cantarlo: Sueño de amor no es sueño tan afinado Pasión de amor no viva en tan fina llama

De mi quedarán versos... De ti quedará un hijo... Quizás un hombre manso, de paz, rutina y calma, un hombre en quien tan sólo esté tu nombre fijo, ¡con nada de tu cuerpo y nada de tu alma!

En hilo tembloroso mecido el frío

Pasarán los amantes bordeando el cementerio hacia el sitio ce mar, de luna y de palmeras, donde tu ardor prendiera mi selva de misterio del fondo de mis pies al fin de mis ojeras...

Claves de soles buscan los pentagramas

Estarás muerto... muerto... Ningún cuerpo lascivo buscará tus palabras, tus besos ni tus risas y sólo por los versos que esta noche te escribo alguna mujer triste amará tus cenizas.

Lloviznada la hamaca

de luces ahumada

La

soledad

más

en

las

sola

alboradas

Mécete que te mece mi pena larga... JUNTO

A

CADA

Por

VENTANA

M.

JOGLAR

AMANECIDA

Las estrellas se sobre mi falda

CACHO

Junto a cada ventana amanecida que entreabre la tierra, vel ángel que madruga en cada cosa ha colgado su túnica más bella, y está blanco de luz y ágil de alas, presto a iniciar el vuelo hacia la estrella.

Ved

el árbol:

han

llamado

a

la

nube

y

suplican:

Ved

sus

Por

SAMUEL

Luco

“¡aguarda!”

a la orilla del camino

Ved la piedra: petrificando sueños afanes

MORENO

ramas

viajera

para hallarse más cerca cuando se eleve el ángel.

y

La ausencia primorosa que arde en mis llamas.

OCTUBRE

la yerba:

ha salido

lloran

en

ascenso.

Negra, perezosa y honda la nube está amenazando Ruge

Juién

en

el trueno

pudiera

y no

romperse

sobre.el

paisaje.

cae.

derramarla,

que se está ahogando

la tarde.

El pasto se está quemando sobre la tierra cocida. Cruza por él ahora un pájaro y la abanica un costado vue agoniza.


Quemazón

del hormiguero escarba

y

No

El falcón ronda en el aire; y en los tostados terrones huye el reptil que rastrea haciendo sonar las hojas con granos de tierra seca.

sentada

pájaro

un

Tiene ahora en una mano para distraer el tedio.

de

me

ha

el

moreno.

DEL

ni

campo

Tu

Por

JULIA

de opulencia, cuerpo;

mi

apoyaron

orientales

los

de

sencillez

redonda

la

en

dualidad

perenne

parecías

al

mi y

vientos.

sed

ávida.

discreto.

mis horarios perdidos. como el sol en los pétalos.

tu

de de

ingenua

tristeza

la

la marcó resonante

la brisa

en

caminé

tu vida era en inmenso

RESTAURADA

mar,

ti fuí pasando mí te seguiste

Sobre Sobre

Y

ALMA

revuelo.

en

bondad

pesados

buques

cargaron

me

alfombras

con VOZ

sociales,

ceremonias

No pesé la armonía de ambiciones triviales que prometía tu mano colmada de destellos: sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil el trágico abandono que ocultaba tu gesto.

se espulga

que

suelo.

antojado

puerte.

tu

hacia

el viaje

mi

a los aires

No

silbando

Eriai de la tierra rota; oscuro más todavía por el borrón del otoño que te suena sus barriles en el trueno; por el color que padeces, hoy a mis ojos, octubre se

BURGOS

encima de los buques mi rostro aparecía

los huesos.

Allá la muerte en el árbol. Acá la sed en la tierra como también en mis labios; y allá pájaros negros que vuelan de cuando en cuando como abanicando a flor

DE

lúbricas

anunciaron

me

que soltaba

seco.

árbol

un

en

sonar

a ratos

le hace

aire caliente

Un

muerte

la

tostando

está

se

JULIA

ni las sordas campanas de ancestrales reflejos; mi ruta era la música salvaje de los pájaros

del cielo

la brasa

Bajo

Por

CALLADA

el trópico

tamborileara

y quemado.

está triste

Todo

MAS

Yo fuí la más callada de todas las que hicieron

Qué alegría si mis ojos vieran cuando la tierra se chupara el primer trago de agua que le cayera.

Parece que en la hojarasca alrededor de una hoguera.

LA

tierra,

la

de

sol

el

sacar

quisiera

si

cual

FUI

esponja

la

montones

a

alza

morena

hormiga

la

mientras

YO

de las raíces,

dolor

caído

saberme

en

cierto:

lo

un profundo batir de inquietas fuentes río blanco corriendo hacia el desierto.

DE BURGOS

¡Voz de mi nuevo amanece?, herida y aterrada!

Todas mis horas tristes a los vientos estallan. Están sueltos los ríos crecidos de mi dolor. Soy una desenfrenada marea augigantada de lágrimas. +

*

*

¿Por qué no vienen, extasiados pétalos de mi hora feliz? ¿Por qué no os arrancáis las alas para mi alma, golondrinas maravillosas, conocidas del sol? ¿Por qué esta loca necesidad de tus pupilas, y de tus manos núbiles como senos de estrella, o amor en forma tibia de caricias y cuerpo? *

*

*

Un día, por las playas amarillas de histeria, muchas caras ocultas de ambición te siguieron; por tu oleaje de lágrimas arrancadas al cosmos se colaron las voces sin cruzar tu misterio... Yo fui la más callada. La voz casi sin eco. La conciencia tendida en sílaba de desparramada y tierna, por todos

angustia, los silencios.

Yo fui la más callada. La que saltó la tierra sin más arma que ¡Y aquí me véis, estrellas, desparramada y tierna, con su amor en

un

verso.

mi

pecho!

Nada... Yo sola en mi silencio, herida y aterrada, de

¡Voz

has

nuevo

mi

amanece?.

para

el mundo

dominado

herirlo

alas!

en mis

PICTOGRAFIA

*

*

*

¿Por qué me voy pasando de todas sin espera, sin sangre ya de humanos?

las distancias, Por

JUAN

ANTONIO

CORRETJER

Lloro

el entrañado

llanto

la sangre,

de

Caía

Se desenlazan los sollozos en mi camino contenido que ya quiere ser pájaro. Quiero ser pájaro con mi camino, No más golpes de hierro por mi rara soledad (petrificada.

Me

abriré

con

esta

y arrastrará la mano

con

que

tenue

la mano me

veinticuatro

que

hará

negada

crecer

a mi

la

de vanidad

sol

todo

Borinquen

sobre

descubierta.

me acerqué en silencio, conmovido, hasta esa hipnosis que grabó una estrella, no sé en qué ardiente areyto de presagio que

esta

mañana

se

leyera,

ola

sendero,

—Recoge

en

en esta luz que se ha tornado pétrea. Ni sol, ni lluvia, ni traición, ni nada, podrá borrar lo que se ha escrito en

hiere

horas

Yo

un frente

para

la conciencia lluvia

mi

un

día

de (soberbia.

tu

Destino,

Borincano,

piedra!—


LEVE Por

Te

ATADURA

CARMEN

esperaré

ALICIA

en

LA LUNA Por

CADILLA

pájaros,

con el olor aún vivo del rocío en la yerba, en el goce perfecto de

que

tendrás

colmada Tú me los

de

donde

podrás

un

cariño ovillos

y habré

una

mn”

RAMÓN

ZAPATA

y cuando

casa limpia

lo decidas,

ya

¡Acércate, no me esquives, no debes tener miedo!

a

tus

besos.

Las estrellas por el cielo en órbita desvelada buscan mi centro en su Mar, nube y árbol sonoro bordan con mano de viento en las entrañas su coro.

cantando

jinete azul, encendido,

cruzando?

—Mirando en el corazón y viendo volar figuras ondeadas de emoción.—

conmigo

a las lomas

la madrina de tus juegos. VIAJEROS Por

Vamos

por

OBpuLio

BAUZA

los caminos.

A veces no sabemos qué ciuaad nos aguarda. Pero vamos soñando con cosas que ya vimos en los oscuros sueños de los años primeros.

¿De dónde viene ese río que sabe a roca y metales y lleva verde navío?

primavera

una

donde canta el arroyuelo, que ayer dijeron los naipes, que sería con el tiempo la luna puertorriqueña

que llega y luego se va por caminos agoreros de sueño y soledad?

la

blanca

despacio

¿Por dónde viene, de lejos, la caravana de rostros pintada en largos espejos,

dice

la luna

iré

vente

¿De dónde dulces campanas bailando sobre los sueños en candorosas mañanas?

dice,

tarde

ACOSTA

Mirando en el corazón y viendo volar figuras ondeadas de emoción:

¿Qué

ver

la

trigueños,

Yo me quedaré conforme repasando tu recuerdo,

nueva.

DENTRO

Por

quiebre

Pídele un cuento a la luna y ella te contará un cuento, pídele lo que tú quieras menos un novio del pueblo.

esencias,

de destrenzarlo

mirada

se

¡Acércate, no me esquives por Dios, no me tengas miedo que no han de tocar tu traje ni las yemas de mis dedos!

para atarte a mi vida con la leve atadura de

arroyuelo!

y a la puerta un compañero que con cariño y coraje ha de velar por. tu sueño.

tuya,

virgen de

el

Tendrás

vividos

Te esperaré en la ruta de los primeros pájaros

con

LÓPEZ

como se sube a los cerros.

en la palabra inédita, y subiré en la escala de tus frases queridas hasta el lejano monte que mi ansia presintiera,

hecho

canta

Cuando

dirás de todos

esa emoción

LóPEzZ

en los cristales

alma

belleza.

milagros

con

el

Joaquín

¡Acércate, no me esquives, por Dios, no me tengas miedo vente cenmigo a las lomas

la ruta

de los primeros

SERA TU MADRINA

Partimos por el mundo en busca de senderos que nos libren del tedio y el dolor de vivir. vuelo.

Y las gentes que ahondan en nuestras almas dicen: “—Por ahí van los viajeros, van buscando caminos,

no saben que la vida es

un

solo

sendero

que comienza y termina en el hondo sentir.” -


DESTINO

Partimos. Y a lo lejos el humo va dejando fantasmas

que

Por

entrevimos

en la remota infancia. Mientras tanto los coches alertas van ganando . contra el tiempo y las horas una inútil batalla.

creemos

que

un

sol nuevo

renace

su su

Su rumbo será el rumbo de lo incierto; desvelo, las cosas dolorsas; eterno afán, el consabido entuerto... Y en

alguien

pañuelos.

—“El

Y al fin del viaje: Sólo

sombras

en

Padilla, Cordialmente

La escena universal será su estrado; el alma de los hombres su guarida; la conciencia será su única brida y su tizona, el verso iluminado.

Luego, nos van llamando de nuevo los caminos. Y buscamos andenes para dejar los bultos y recuerdos que quedan

humildes

DÁVILA

Por aquí va a pasar un alocado de esos que viven fuera de la vida; él conoce su mal y ve la herida que ha de abrirle el destino en el costado.

sólo para nosotros.

como

ANTONIO

A. C. Orama

La estación nos aguarda. Andenes y antesalas se iluminan y torpes, ilusos nos

JosÉ

¡nada!

tardes

misteriosas

dirá de él después

de muerto:

una

de

siempre

esas

estaba

hablando

PORFIRIO

luto.

Por

JORGE

BARBA LUIS

esas

de

cosas.. —

JACOB SUÁREZ

A J. B. Jaramillo Meza, Poeta y Escritor a cuya pluma debo mi conocimiento del gran bardo colombiano, cordialmente. 18 (1)

¿ Por

E

VIOLETA

LÓPEZ

SURIA

3 a

j '

Í ! | ;

ceci. di DG cd

irc

izo

|

Abajo ya muy lejos machacan almendras. Sube el cuadro de agua. No están. Abajo, los hicacos llorando,

se

fueron

Un chirrido de hamaca me viene y no lo oigo. ¿Está? A la barquilla sin caja ni vainilla.

Con

la

Gigante en tu mundano paroxismo, de amor y de cariños infecundo; te vislumbre sin tierra, moribundo, con la sola ternura de ti mismo. Barba-Jacob, Osorio y Arenales, tres nombres —umna vida de murales— ¡para saciar mi sed de peregrino! Hoy vine a conocerte. ¡Fuiste En mis decires vagará tu nombre y tu verso de luz en mi destino.

enterraron

un

hombre!

HERALDO Por

JOAQUÍN

CAMINERO

MILÁN

nardos.

El mortero murió. No le prendieron cirios, suena a las doce, suena. Frambuesa: ya

no

Ni Ni Ni

tú, lluvia. tú, sol. yo.

(1)

Bienvenido, poeta, a mi mutismo. Sentí tus cantos de dolor profundo que regalaste, incomprendido, al mundo, patria y madre lanzándote al abismo.

eres

como

eras.

Este raro poemita es de su libro “Unas cuantas estrellas en mi cuarto” y aparece como los demás, sencillamente numerado.

Yo no vengo en las rosas ni en el viento, mi en el zafiro cielo a enamorarte; vengo en el barro y vengo desde adentro del alma en claridad a encadenarte. Vengo tardío sin canción ni acento y sin mentida luz en que anegarte. Yo vengo así de piedra y de contento, sin palpitar de espada ni estandarte. Vengo en el cardo, el polvo y la esperanza, a procurar tu voz que no me alcanza. Vengo a estampar tu gracia deliciosa en el aura fugaz de una quimera. Vengo a despetalar todas las rosas de tu jardín: otoño en primavera.


NOCTAMBULO

Por

CÉSAR

(Adaptación

ABDALLAH

del inglés

PORTALA

de Robert

LLUVIA Frost)

He sido siempre amigo de la noche. Salí con lluvia y regresé con lluvia, Recorrí los lugares más sombríos. Fui más allá del último farol. Cerca pasé del centinela en ronda rehuyendo su mirada y su pregunta. He silenciado el ruido de mis pasos cuando por los tejados me alcanzaba desde otra calle un grito interrumpido, mas no para llamarme o despedirme...

En

la torre

el reloj

JosÉ

A. B.ALSEIRO

Lluvia recién caída lavó las montañas. ¡Qué

olor a tierra mojada!

De pronto, el alma se llena toda de patria.

En el maizal, con el alba, canta la moza tan clara como el agua que ha lavado las montañas! (El paisaje, azul y niño,. se amamanta en la mañana.)

distante

luminoso

proclamaba

la breve

permanencia

He

siempre

sido

Por

de

amigo

la hora. de

la

noche.

El arroyo jugando barranca abajo con la luz de los plátanos y los naranjos. La moza cantaba un canto como el agiita de fresco. A

EL

DORADO (De

Por

CÉSAR

Poe)

ABDALLAH

A Don

PORTALA

Benjamín

mi

ladito

la traje:

¡nos sobró tanto sendero! El sol daba besos de oro al fondo del agua. _(Más hondos fueron mis que le llegaron al alma.)

besos

Cohen.

El sol jugó con la: arena haciendo Ricamente engalanado un apuesto caballero día y noche ha caminado

entonando

.

una

estrellitas

(Tembló más dorados

áureas.

luz en sus ojos

de amor

y lágrimas.)

canción

buscando por el sendero del Eldorado la región.

Bebió esencias el jilguero entre las flores.

Pero han pasado los años yéel galán —ya envejecido— lleno está de desengaños... En vano buscando ha ido con ingenuo corazón

(No lo envidié: bebí besos en sus ¿abios pobres.)

del Eldorado

El aire se embalsamó de

nísperos

y ciruelas.

la región. (Yo con la fruta de su mano

Cuando apenas le quedó aliento para seguir a una sombra preguntó: “¿Me podrás, sombra, decir por ventura, si has estado en el edén de Eldorado?” “Tras los montes de la luna, al fin de un valle silente que cubre niebla importuna. ¡Galopa incesantemente si buscas en tu ilusión de Eldorado la región!”

leve, tímida Tarde

y morena.)

puertorriqueña

—cielo dormido— tierra que espera.

miel

y

Hora de siesta, brisas marinas, Los cafetales cuajando néctar para mi isla.

En el panal de los valles se vuelve

azúcar

la tierra.

esmalte, E


PLEGARIA

La noche despliega el manto de su misterio: fiestas de astros, ojos sin sueño.

Por

Una

décima

a los lejos:

Olor

a

los

tierra

Lléname dulce el alma. Que de mi adentro surjan caballitos que vuelen

mojada;

toda

de

EL

luceros

BAUTISTA

que

tambores

patria!

me

que

guiñen,

no

PAGÁN

haz

de

todo

una

persona

mi

DIARIAMENTE Por

Con

el látigo

Con

de

impacto

Sabes

la carne.

de las dudas.

Este es el hombre. La luz, su razón Por caminos que ciegan sus pisadas. Por anchuras de cielos sin estrellas. Este

En En

es

el

hombre.

Pulmón

sus

plena.

ataduras.

el carro redondo de sus ansias. el obscuro abismo de sus nuncas,

Este es el hombre.. Tentadas van sus Las locuras amargas que le siguen. Las intensas hogueras que le cercan.

huellas.

Este es el hombre. Veréis sus armaduras. Tiene para el miraje su violencia. Tiene para el estar sus manos juntas. Este es el hombre. Aquí sus estamentos. Para la acción el verbo aniquilante. Para cantar honores sus ensueños. Este es el hombre. Maduro de esperanzas. Cruza el vasto sinfín de sus ideas: La confusión del mundo que lo arrastra.

CR

APR

(RC

EPA

PALANCA

ac

Este es el hombre. Criatura triste y sola. Más sola en este mundo tan a solas. Pleno de soledades y entre sombras.

a

Este

EUGENIO

FERNÁNDEZ

MÉNDEZ

Fulgor sus espesuras.

eterno

el tremendo

interprete

ser

auténtica.

Este es el hombre. Aquí la maravilla. Bajo los ecos de siglos tras su muerte. Bajo el único signo de la vida,

Este es el hombre.

angustien.

Haz de mi vida un cuento; haz de mis ojos ún rayo que

HOMBRE

Por Juan

DE PÉREZ

campos.

¡de pronto, el alma se llena

CHIESA

Toma mi carne, maestro, y amásala muy suave; transfórmame en un verso o en ronda de campanas o en música de alas.

Entre albahaca y romero, senderitosde tabaco. consuelito de Distancia...

CARMEN

es el hombre.

¿Habrá

nacido

acaso?

que

eres

cosmos,

como los peces, las noches, y las constelaciones. Que también tienes tiempo y espacio y más que carne y apariencia. Sonrisas, lámparas, libros, cruces, cosas que fluyen hacia algún incidente forzado; estructurándose en: puede ser, ha sido. Y esa multitud maraña fibras de cualidades inherentes, manifiesta en esta gesta volante proyectora en deseo de eternizante, aconteciendo futura. La idea es: Aquí estás clavada indefectiblemente donde nadie existe, tú, lugar y hora intersectados. La noche, trae una pequeña muerte adjetivada especificamente en lo indefenso. El sonido del amor sonámbulo, la cimera de un pájaro exótico, la chicharra, el grillo, una ola ordenándose, para volverse a dar. Las cosas, asociándose violentamente, formándote en pedazos en el tránsito, cayendo trremediablemente en ti como submarinos hundidos o pájaros muertos. Cada día, naces y mueres como los peces, las noches, y las constelaciones. Cada crepúsculo, hunde en ti algo desconocido.


BAJO

TUS

ARCOS

Por

JosÉ

TRIUNFALES

S,

CUANDO

CALLAMOS

POR

DENTRO

ALEGRÍA

Yo tengo un bandolin sonoro y terso Y un enjambre de abejas rumorosas Que les hurtan las mieles a las rosas Para hacer los panales de mi verso.

Para

Anagilda

Por

Garrastegui

JORGE

PASTOR

Con mi curvado bandolín sonoro Y con la sed de tu piedad humana, He venido hasta ti, Samaritana, A beber en tu cántaro de oro,

Algo queda en el aire que la voz no presiente

Tú alfombrarás con rosas mi camino Y harás brotar las aguas cristalinas Para saciar mi sed de peregrino;

Cauce de música, aliento de las rosas cruzando bajo el signo misterioso del agua, mientras tienden los árboles su clamor a las nubes.

¡Y cuán feliz seré si tú me dejas Descansar al calor de tus pupilas Bajo los negros arcos de tus cejas...!

HOTEL

Es una sensación desnuda. Vínculo de perfume, vocación de susurro. El júbilo del beso cuando la luz entrega su cáliz a la brisa. El mirar que no vemos y nos ata, Palabras de sabor oculto, proferidas al pie de la conciencia, bajo una dulce realidad de sueño.

VILLA

La Parguera (Anteriormente GUEST Frente

De la quietud emerge otra quietud más honda. Enmudece la llama fingida sobre el mármol. Las manos sólo esperan un racimo de ángeles para besar la aurora.

PARGUERA

HOUSE) bahía

de

la Parguera, al Sur-Oeste Puerto Rico

de

Un

a la preciosa

encantador paraje para espíritu, el descanso, la quietud, el ensueño.

Se siente el alma caminar entre espejos dormidos a preguntas, galerías por donde el sueño huye

hacia tierras sembradas de adioses y laúdes.

el

SOLEDAD

DE

LA

MUERTE

PESCA BAHIA

FOSFORESCENTE

Por

FÉLIx

FRANCO

OPPENHEIMER

PISCINA Todo

¡Oh fría interminable soledad de los muertos, fiera desesperante soledad de la muerte! Y nacer y vivir y morir, y estar solos en mortal lucha golpeando muros sin-ecos. ¡Oh sorda voz, quieta en hórreas landas sin términos, blanda soledad umbría, de arcoiris ciegos,

moderno, cómodo, tranquilo.

Atendido por Pura

personalmente los

esposos

y Carlos

£

sin canción

Quiñones

To

Box Lajas,

405

- Teléfono

Puerto

Rico

heladas

de

los cirios,

voz que oímos, jamás dará otra vez su acento,

Villa Parguera P.O.

en las lenguas

fría ardentía incinerando acordes angustias. ¡Oh infinita distancia que ya mira infinito aquel lazo de Dios que era llaga de vida; y ahora, ni la presencia resignada, y ahora, sólo la soledad, sin labios ni palabras, —hielos desgarradores en inmóviles aguas— como estatua lacustre flotando insomne, trágico, fijo en la soledad de la candente orilla. ¡Cómo es sañudo el suelo que pisamos! Aquella

34

un insondable muro la cercará por siempre. ¡Oh soledad! Y estar en nuestro propio espacio, sin voz y sin imagen, perdidos en el polvo,

para

seguir

como

un

en

sueño

marcha acordado

de cascada que

renace

sonámbula y se olvida.


CUATRO NUEVAS SECCIONES EN “ARTES Y LETRAS”

KRESTO Y

DENIA

Comenzando el próximo número, ARTES Y LETRAS ofrecerá a sus lectores cuatro nuevas secciones. Son ellas: CRUCIGRAMA CULTURAL, nuevo,

distinto,

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13—Miguel

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San Juan,

RO

13—Ernesto

A Lc

12—Ernesto Juan Fonfrías—GUASIMA—cuadros jíbaros—Premio Instituto de Literatura, Editorial Intercontinental—México.

een cetia

3—Washington

»s-

Y

A

Nieves—-TIERRA

irradia nt

Rosa

-— ensayos — Editorial Intercontinental —

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EL

HUESPED

es

Drama

“De qué noche despierto a esta desnuda noche larga y cruel noche qua ya no es nocne” —Xavier Villaurrutia PERSONAJES: Victoria Lucía Irma LUGAR DE LA ACCIÓN: EPoca: Actual

(Apartamiento

de

El

escenario

estará

dividido en dos secciones, con una pared de por medio. Izquierda y derecha del actor. A la derecha, un cuarto pequeño y pobremente iluminado. A la izquierda, la sala más clara y cuidada. (En el cuarto hay un camastro plegadizo recostado contra la pared de la extrema derecha. Junto a la cabecera hay una mesa con frascos de medicina líquida y sólida de distintos colores, un vaso a medio llenar de agua, algunos periódicos viejos y un. relojdespertador que marca unos minutos antes de las tres. Arriba de la mesa, una ventana con el cristal bajo, sin cortinajes, su cortina de rollo izada casi por completo, da a la escalera de salvamento y a un trozo de cielo gris. . (A los pies del camastro, la puerta abierta del armario empotrado en la pared deja ver las mangas de dos camisas de hombre y un gabán que cuelgan; en el interior. Otra casima ajada cubre el espaldar de la silla frente al armario. (La pared contraria está completamente desnuda

y un

poco

descascarada.

En

primer

término,

el ra-

diador; al centro, la puerta que da a la sala. (A ambos extremos de esta puerta, en la sala, hay dos mesas pequeñas adornadas con flores artificiales y chucherías de porcelana y cristal. (En la pared del fondo, dos ventanas anchas con sus cristales también bajos y sus cortinas de rollo izadas poco más que a medias; las adornan cortinajes de motivos verdes que contrastan con las fachadas oscuras de los edificios al otro lado de la calle y el gris devaído del cielo. (Entre ambas ventanas, el televisor. Frente a él, sobre un linóleo algo descolorido, dos butacas y un sofá ladeado en el centro, una mesita baja sobre la cual hay ceniceros y un retrato de Victoria y su marido. (De la pared de la izquierda cuelgan algunos retratos de familia alrededor de un enorme cuadro de baratillo que muestra a unos flamencos patialzados en un lago. La pared de la izquierda se divide para dar cabida a un pasillo —el cual conduce a la cocina y al otro dormitorio no vistos— y a la: puerta de entrada, A la derecha del pasillo hay otro radiador. (Al subir el telón, una mujer gruesa, vestida en una bata casera bajo la cual se adivina un cuerpo fofo, mira a la calle a través de la ventana de la izquierda. Está de espaldas, cruzada -de brazos, y de vez en cuando limpia el cristal con el puño. Esta es Victoria, una mujer enérgica pero amargada. Tiene

treintipico de años (En

el cuarto

de hastío duerme

un

y malhumor. anciano

enteco

un

Soto

acto

frazadas del camastro, de cara a la pared. Viste pantalón arrugado, camiseta pringosa, y medias. Sus Zapatos sobresalen bajo el camastro.

(Hállase Victoria puliendo el cristal de la ventana

ESCENA

UNICO

Victoria.

en

Juan

cuando tocan a la puerta de entrada, Victoria vuelve la cabeza con desgano y, al oír tocar por segunda vez, va a abrir.)

Anciano Hombre Doña Antonia Harlem, Nueva York ACTO

Pedro

sobre

las

1

VICTORIA (abriendo la puerta, a alguien que no se deja ver todavía): Caramba, ya yo creía que no iban a venir... (Lucía, una mujer atractiva, coqueta, vestida con cierto gusto que realza sus dotes físicos, entra parsimoniosamente. Victoria se asoma a la puerta.) ¿Irma no vino contigo? LUCIA (que se ha acercado a la butaca del fondo y ahora pone su cartera sobre la mesa del centro):

Yo no la he visto.

,

VICTORIA: Pero si yo la llamé temprano... (Cierra la puerta y camina hacia Lucia.) Le dije que pasara por tu apartamiento y así se venían juntas. LUCIA (quitándose el abrigo para ponerlo sobre el sofá): Tú sabes que a ella no le gusta visitarme. Se cree que le voy a pegar algo. (Vuelve a la mesa, recoge la cartera y saca fósforos y cigarrillos.) Ya vendrá... si no le coge miedo al frío. (Pausa.) ¿Y papá? VICTORIA (recogiendo el abrigo y la cartera): Ahí durmiendo. (Desaparece por el pasillo mientras Lucía enciende un cigarrillo y contempla la puerta del cuarto. Se vuelve cuando oye entrar de nuevo a Victoria, que palpa el radiador.) Yo no sé qué es lo que se cree este super... (Se quita un zapato y golpea levemente la armazón.) Borracho debe andar por

ahí... no

y uno

aquí muriéndose

LUCIA (sentándose en siento ningún frío...

VICTORIA:

Oh,

claro.

la

de frío.” butaca

eres

del

fondo) :

especial.

Yo

Si yo

tuviera esa calentura tuya entre las patas, tampoco sentiría na. (Vuelve a golpear la armazón mientras

Lucía ríe, y por fin se pone

el zapato.)

LUCIA: Bueno, ¿ pa qué es que tú nos quieres ver? Cuando me llamaste estaba en el quinto sueño. VICTORIA (yendo hacia la ventana de la izquierda): ¿A las once de la mañana? LUCIA: ¿Y qué? El domingo se hizo pa descansar. Yo, en verdad, no pensaba salir en to el día.. (Alza los brazos y se estira en la butaca.) ¡Estoy mueeerta! VICTORIA (mirando por la ventana) : De fiestar, “supongo. El día en que tú te cases y tengas una obli“gación... LUCIA: ¡Ay, deja eso! Los bobos na más se ca-

san. VICTORIA (observándola de reojo): Tú lo dijiste. LUCIA (viendo que su hermana sigue más atenta a la calle, abajo, que a ella): Bueno, acaba y dí de qué se trata. VICTORIA (puliendo el cristal) : Cuando venga Irma.

LUCIA: Ah, family reunion! (Victoria no le responde y Lucía se levanta para encender el televisor.) Pero las Navidades ya pasaron hace rato.


VICTORIA (corriendo para apagar el televisor al mismo tiempo que echa a Lucía a un lado y cuchichea): ¡Mira que vas a despertar a papá!

LUCIA:

¡Está

bien,

chica!

(Se

arregla

la ropa

que Victoria parece haberle descompuesto y vuelve a la butaca un tanto incomodada. Después de un momento, viendo que Victoria ha vuelto a atisbar por la ventana, lanza un bostezo.) Si llego a saber esto, me

quedo

en la cama.

VICTORIA prano... LUCIA:

Tengo

(Sin

bastante

mirarla):

-Si

sueño te

atrasao.

acostaras

anoche,

(con

sonrisa

¿también

maliciosa):

durmió

Y

el que

te

contigo?

Me

alegro.

A ver si ahora

acabamos

li-

gero

y yo me voy de nuevo pa mi cama. VICTORIA (Deja la puerta abierta y regresa adonde Lucía): Pues no será tan temprano como tú te crees, porque tenemos que hablar largo y tendido. LUCIA: Pero ¿qué es lo que tú te traes entre manos? ¿Te piensas divorciar?

VICTORIA:

(mirando

la

puerta

entreabierta,

mientras afuera se oyen unos pasos lentos en las escaleras): Eso yo no lo tendría que hablar con ustedes. IRMA (apareciendo en la puerta. Pequeña, paliducha, prematuramente vieja, viste abrigo negro y trae un pañuelo también negro en la cabeza). Buenas... (Cobrando aliento mientras se acerca a sus hermanas. Está encogida por el frío) Ay, Vicky, a ti nada más se te ocurre que yo salga con el frío que

hace.

¿No me podías haber

querías? pañuelo,

dicho por teléfono lo que

(Pone la cartera en la mesa y se quita el que cubre unas trenzas atadas en círculo

arriba de la cabeza.) VICTORIA: Por IRMA

(quitándose

traje negro):

revuelve

en

el camastro,

se frota

teléfono

no

el abrigo,

podíamos bajo

¿Le pasa algo a papá?

el cual

hablar, viste

un

Descuidá '

los brazos

estira. Luego se sienta en la cama para las frazadas y volverse de nuevo de cara

IRMA

(viniendo

frío._A

del

ti no te dan

a subir.

y los

cubrirse con a la pared.)

pasillo):

Oye,

“steam”?

(Toca

el radiador

está

empezando

VICTORIA: ¿Está caliente? IRMA: Parece que ahora es que

Vicky,

aquí

:

VICTORIA: ¿Y de qué te quejas? Horita estaba como la pata de un muerto. : IRMA (se sienta en una esquina del sofá): En casa, yo tengo que abrir las ventanas... de tanto

“steam”

que dan.

LUCIA veníamos?

(a

:

Victoria):

VICTORIA:

" LUCIA: Eso no te importa a ti. Mientras no sea tu marido... : VICTORIA (la mira con desaire y vuelve a la ventana): Si lo quieres, te lo regalo. A mí ya no me hace falta ningún hombre. LUCIA (sonríe y apaga el cigarrillo en el cenicero.): Ah, no. Entonces ya tú estás pa que te entierren. VICTORIA (Se separa de la ventana para ir a abrir la puerta): Ahí viene Irma.

LUCIA:

Se

y quita la DADO rápidamente.)

maw...

voy acompañá. VICTORIA

(encogiéndose de hombros):

que es. ¿Tú te crees que si mi marido.me abandona yo me dejo poner así? Ahora que le ha dao con los espíritus... (En el cuarto, el anciano comienza a despertarse.

hace

Yes,

tres años...

VICTORIA

tem-

VICTORIA: Tú te crees que no hay baile que pueda acabar sin ti... (Se vuelve hacia Lucía.) ¿En dónde estabas anoche? LUCIA (bostezando): En el Palladium. VICTORIA: Con la crema de la suciedad. “Gigolos” y muchachitas que no pueden vivir sin el meneíto... LUCIA: Yo no ando con esa gente. Yo siempre

llevó

le lleyo

Yo

no.

¿Tú

le

Después

dijiste

que

a papá

que

hablemos

nos-

otras, lo despertamos... si es que lo quieren ver. Anóche le dimos unas pastillas pa dormir y todavía debe estar endrogao. El viernes tuvimos que llevarlo al médico porque se la pasaba cuju-cuju con esa tos del aiablo y no nos dejaba pegar los ojos. LUCIA (extrañada): ¿Y eso fue lo único que le recetó el médico? ¿Píldoras pa dormir?.

VICTORIA.

No.

Esas las conseguí

yo misma

ahí

en la botica pa ver si se estaba quieto. Ramón fue el que me dijo que era mejor llevarlo a un médico... y lo llevamos. Entonces le recetaron unos jarabes y unas cosas... y con eso y las pastillas va mejor. ¿Us-

tedes

saben

cuánto

gasté

yo

en

la receta

na

más?

Doce treintiocho... En la receta na más. Luego siete pesos al médico. IRMA: Bendito, es que cuando se llega a esa edad... > : VICTORIA (dando con el puño en la butaca, pero ahogando la voz): ¡Es que a esa edad no se debe llegar! Yo prefiero pegarme un tiro, ¿saben? IRMA: Ay, no hables así. (El anciano ha estado escuchando las voces en la sala y ahora se da vuelta para meter un brazo bajo

la almohada cuarto.) VICTORIA

y quedarse

contemplando

(gesticulando

y

la puerta

cuchicheando):

del E Pues

por mi madre que estoy a punto de hacerlo. Miren pa acá. (Se levanta la carne de un brazo y la enseña.) No como bien, no duermo bien, no vivo tranquila. ¿Ustedes saben las libras que yo he rebajao? No, hombre, no. Esta no es vida, la que yo llevo, LUCIA (inconmovible): Pero ¿qué es lo que pasa?

VICTORIA

(alterándose):

¿Cómo

que

qué

es

lo

que pasa? (Gesticulando.) Que estoy cansá de atenVICTORIA (sentándose en la otra butaca): No, der a papá. Que necesito que una de ustedes se lo lleve ahora y me dejen descansar. a él no le pasa na. A mí es. LUCIA: Debí haberme imaginao eso. Que el ' LUCIA (sin inmutarse, como si no comprendiera asunto era con papá. (Sonriendo.) ¿Qué hizo? ¿Te aún la irritación de Victoria): Pero ¿no habíamos botó de tu casa? (Sigue sonriendo ante la mirada quedao en que él estaba mejor aquí... con ustedes? ceñuda y malhumorada de Victoria.) VICTORIA (más violenta, pero sin abandonar el IRMA (mirando el abrigo y el pañuelo que sostiecuchicheo): Sí, pero nunca se me dijo que él se iba . ne): ¿Dónde pongo esto? a quedar con nosotros dos pa siempre. Yo tuve que VICTORIA (señalando el pasillo): En mi cuarto, botar el bordante, que muy buenos chavos me pagaba encima de la cama. (Irma recoge también su cartera por ese cuarto, pa meterlo a él aquí. Desde entonces y sale por la izquierda.) no he hecho más que llenarme de trabajo. (Contando LUCIA (inclinándose hacia Victoria): ¡Ave Macon los dedos.) Le lavo la ropa, se la plancho, le coría! ¡Irma está cada día peor! Nadie diría que yo cino, le compro las medicinas y se las doy... ¡Es te-


versación.) VICTORIA

rrible! Y encima de eso, cuando tiene malas noches es levantándose a cada rato. Que si le duele la cabeza. ¡CrisQue si los huesos... Que si no puede respirar.

Santa

Lucía.

sorna):

Lucía

(Cuchicheando,

(con

tensa.)

la

preocupada.

¡Lo

que

te

pa-

la butaca.) Cuando lo mandamos a buscar, dijimos que lo íbamos a cuidar entre las tres. No una sola. IRMA: Tú parece que te estás quejando, más que na, por los gastos que tienes. Pere tú sabes que nosotras te dijimos que cuando necesitaras... VICTORIA (interrumpiendo): Que cuando necePero también ¿qué espesitara, le pidiera a ustedes. raban? ¿Que yo me la pasara pa arriba y pa abajo detrás de las dos? ¡No me vengan con eso! Así no se hacen las cosas. (Inclinándose hacia ellas.) Ustedes cobran su buen sueldo semanalmente. Pues haberme

sa a ti es que no quieres que él se entere de la vida que llevas! ¡Quién te visita, con quién te emborrachas...! IRMA: Ay, por Dios. LUCIA (Alterándose, pero también consciente de que las paredes oyen): ¡Mira, Victoria, te vuelvo a decir que no te metas en lo que no te importa! ¡Yo vivo como a mí me da la real gana! ¡Lo que a tí te molesta es que yo no cobre por eso y no te pueda dar más dinero! IRMA (cuchicheando): ¡Oigan! ¡Oigan! ¿Por qué no se van al “rufo” y lo gritan a los cuatro vien-

dicho

tos?

que

ni

tiano,

lo

semanalmente:

“Mira,

Victoria,

en

acomoda

(Se

yo!

parido

hubiera

aquí

está

esto

VICTORIA

¡Eso es lo que debieron hapa lo que papá necesite.” cer desde el principio! (Se recuesta del espaldar otra Ramón nunca se ha quejao de Y que conste: vez.) que estamos gastando mucho. El no, El siempre paga lo que hay que pagar y lo alcahuetea muchísimo. Pero el deber no es de él. El no es más que el yerno. LUCIA (en tono de reproche): Está bien, muchacha. Pa eso no tienes que hablar tanto. La semana que viene, tan pronto yo cobre, te daré algo. IRMA: Yo estoy de deudas hasta aquí, pero... VICTORIA (interrumpiendo): No, pero si la cues-

tión

no

es ésa.

La

cuestión

que llevar a papá. Yo ya Tres meses que no voy al que no salgo con Ramón, tarme tranquila a mirar

está

jeringando.

Se

es que

me

-.sienta

al

lao

y empieza

en

palomares.

Que

voluntad. Miren, pa

nosotros

nos

vinimos

pa

a

¿Quién

limpiarla

trece.

aguata

(El anciano

en

LUCIA

se levanta

por

(sacudiendo

Pero

serviileta.

del camastro

cha.)

la

cabeza):

Pues

que vivo

sola

si

los labios.

No

lo en-

ciende; lo enarbola a través de su conversación.) No es lo mismo que lo atienda un familiar, que un particular. Entonces yo voy a ser la que no va a estar

tranquila en la factoría. (El anciano vuelve a la borde, encorvándose

cama

y se sienta

en

esta

y que

ir a Nueva to el que

IRMA

pu-

y trabajo

fuera. No tengo a quién dejar con él. Tú, por lo menos, puedes quedarte en la casa. No tienes que venir corriendo a cocinar y a limpiar. Además, yo vivo en un quinto piso... y sin ascensor. ¿Cómo va a estar papá subiendo y bajando esas escaleras? VICTORIA: Pero ¿qué excusa más tonta es ésa? Si papá no sale a ningún sitio... Si desde que llegó, siempre ha estao chabao con el asma y con las cataratas. Es cuestión na más que de llevárselo y tenerle cuidao. Eso es to. ¿Yo LUCIA: ¿Sí? ¿Y a mí quién me mantiene? dejo de trabajar y tú pagas toas mis deudas? VICTORIA: Pero si es que no tienes que dejar el trabajo... Cada una de nosotras da cierta cantidad y se alquila un mujer para que lo atienda por el día. LUCIA: Ah, no, eso sí que no. (Saca un ciga-

rrillo del paquete y lo lleva a

II

escena,

el anciano

seguirá

a nosotras

se nos haría

más

York

va

allá

no hay es pa

(Se interrumpe

que

ser rico.

mejorar.

para

Titi

escuchar

Al Rosa

al pa-

dre y luego, aparentemente cansada por la perorata del hombre, suspira y comienza a pasear la vista por la pared de enfrente.)

ponerse

yo,

toda

y Titi Pepita...

el ojo de la cerradura.)

tú bien sabes

Pa

contrario,

¡Díganme! para

un solo

fácil estudiar... (Escucha al padre.) Pero si eso no quiere decir que nos vayamos de la Isla pa siempre. Miremos cómo es aquello y si no nos gusta... (EScu-

tanto?

cuclillas y mirar

diera...

una

Durante

allá to está mejor

acá

Que mi marido gasta mucho en no seguir contándoles, ¿saben lo

con

tengo

mirando al piso.) VICTORIA (enseñando un sobre que trae en la mano): Papi, Titi,Rosa y Titi Pepita le escribieron a mamá diciéndole que nos vayamos pal Norte. Que

que hizo esta mañana en la mesa? Ramón y yo no habíamos terminao de desayunarnos y —¡fíjense!— se sacó las cajas y se puso allí mismo, delante de nosotros,

la sobrecoge):

¡Yo

(Mientras la sala se Oscurece y las mujeres siguen la mímica de la conversación, por la puerta del armario en el cuarto entran tres adolescentes: Victoria, de dieciocho años; Lucía, de dieciséis; e Irma, de

a

como

la ira que

tu dinero, Lucía!

ESCENA

tú o tú se tiene

a la lengua. Que no sabe por qué nos gusta New York. Que aquí se vive encerrao y trepao

(controlando

no necesito

macho, pero ése me lo da to! ¡Lo que me da que sentir es que a nosotras nos crean igual que tú! LUCIA (Tensa también, cuchicheando y manoteando): ¡Te he dicho que a mí no me importa lo que diga la gente!

llevo tres meses en este tajo. cine, que no visito a nadie, y que ni siquiera puedo sentelevisión porque él siempre

darle tanto

contra su juegos...

¡Yo

el

para mirar el piso y seguir la con-

(implorante):

Pero

bendito,

allá podías tener un cafetín mejor. LUCIA: Lo único que se necesita

papi,

si hasta

pa ir a las es-

cuelas de allá es saber inglés, y nosotras sabemos. (Hay una pausa breve mientras las tres escuchan al padre. Lucía se impacienta, intenta interrumpir al padre, pero él parece no darle oportunidad.) IRMA (casi con un chillido): ¿Y por qué... y por qué tú dices que Nueva York no sirve, si tú nunca has estao allá? : VICTORIA (interrumpiendo la explicación del padre): Está bien... Sí, así dicen, Pero mira... Mán-

danos

a nosotras

LUCIA:

IRMA

aunque

Ahora

(haciendo

que

sea

de paseo.

estamos

de

vacaciones,

un gesto de fastidio):

viene ni año que viene! LUCIA: Pero si nosotras podemos cuidar a Irma...

¿Qué

año

que

VICTORIA

(muy

serena,

dos

ya

como

somos

si

grandes

apelara

a

y

un

tribunal de niños desde su adultez): Papi, atiende a esto. Mira... ¡Ay, Dios, pero si no me dejas hablar! Atiende. Hazlo como un. favor especial para nosotras. No te volveremos a pedir nada más. Complácenos con esto : IRMA (casi al borde de las lágrimas, sacudiendo


la cabeza mientras escucha): El año que viene vas a decir lo mismo. ¡Lo que pasa es que no quieres darnos ese gusto! ¡Nunca nos complaces! ESCENA

III

(Se oye el llanto de Irma y los reproches de Lucia y Victoria mientras el cuarto se oscurece. La sala vuelve a iluminarse ahora gradualmente. Una voz se ilumina por completo, se ve a Victoria gesticulándole. a Lucía. Se ilumina también el cuarto, donde el anciano ha vuelto a quedar solo. Mientras Sus hijas converzan, éste se incorpora del camastro, se frota los brazos y camina hacia la silla para recoger la camisa y ponérsela, Se abotona, pero se deja la faldeta por fuera, y vuelve a sentarse en el borde del camastro al mismo tiempo que se frota los brazos y se sobrecoge de frío.) VICTORIA (a Lucía): Bueno, mira, tú sigue como vas. Ahora, cuando te veas en cualquier aprieto,

adonde

mí no vengas.

LUCIA (sonriente, encendiendo un cigarrillo): No te preocupes que no vendré a molestarte. VICTORIA (a Irma): Bueno, y tú ¿qué excusa tienes pa no llevártelo? ] IRMA (ofendida): Yo no tengo ninguna excusa. Si yo hubiera podido, tan pronto él llegó le hubiera ofrecido mi casa. Pero yo no estoy bien de salud. No tengo más que trabajar y trabajar. Sin embargo, a ninguna de ustedes les vengo con mis quejas, ¿verdad? Paso sufrimientos y necesidades que a nadie le cuento porque nunca me ha gustao. Siempre me la paso con un nudo aquí en la garganta y no digo na. Así es que está de más que tú me vengas a hablar en esa forma. Pero to esto que yo me siento no es na.

Yo

me

llevó

cuidar

bien.

cuando

a papá pero

haré

los nervios

pal manicomio

si ustedes lo que

me

quieren.

pueda.

ahoguen,

y a él pa

una

de

Lo

a mí esas

No

le podré

único

me

es que

mandarán

casas...

de vie-

VICTORIA

bien!

LUCIA: Ay, Desde que Tony

chica, se te

miquis.

(Sonriendo.)

“No puedo

me

eso!

falte

IRMA

llevarme

a papá

no): me

IV

Se

...Y todavía no me has dicho na del traje. veo

distinta?

tiendas y me no

estaba

Rosa

hicieron comprar

a la moda.

Que

(Escucha al marido.) Mientras

y Pepita

viva

¿Cómo

aquí,

en

este

la pena que me lo ponga... de

aquí.

viaje

Nos

iremos

vestida

mirando

así.

al piso.)

tenido

un

taste diciendo

que no...

del marido.)

cuenta

llevaron

este.

Decían

veía

mal,

Pero

pueblo

las

que yo.

más

vieja:

asqueroso,

no

vale

Pero nosotros saldremos y yo

al

podré

marido,

(Como

No

hacer

que

He-

la taci-

¿verdad?

Ya

allá y tú también

tú mismo.

Al principio

el

sigue

ahora.

temiendo

nos iremos,

se acostumbraron

que en este

¿No a

que dónde voy a lucirlo?

verano

gastos.

Fíjate

diste

nos

Oh, no en seguida.

muchos

acostumbrarás.

turnidad

me

(Contempla

¡Tú dejarás de ser vulgar

vivo en un quinto

En la sala y el cuartorla luz ha ido decayendo.

¡Cará!

(cuchicheando):

está

¿Qué

oscurace el escenario pero en scguida se ilumina el cuarto. Entonces se verá a Doña Antonia luciendo su ropa chic delante del ma:ido. Doña Antonia es cuarentona, flácida, y viste traje sastre y guantes; usa zapatos de taco alto. E! moño del entrecano permanece ajeno al sombrero de ala grande, la cartera inmensa cuelga del brazo que ella ha estirado mientras da vueltas delante del anciano. Es una pueblerina que, al parecer, ha comprado un maniquí vestido para usar su ropa. No es, sin embargo, una caricatura. Ha tenido cierto reparo en el vestir, pero su cuerpo entero rechaza la indumentaria.)' DOÑA ANTONIA (dando vueltas frente al ancia-

las muchachas

nunca

porque

ESCENA

dramática. un tiquis-

a

bien,

piso...y no hay ascensor.” LUCIA (apagando el cigarri lo): Bueno, si a ti te parece que eso-no le va a hacer daño, pues... (Hace una pausa y mira a sus hermanas.) ...allá tú.

no te pongas tan fue, estás hecha

¡Ojalá

¡Está

hacemos con papá? LUCIA (muy casualmente): Pegarle un tiro. (Irma y Victoria la miran anonadadas. Lucía se encoge de hombros.) Pueees... Como le molesta tanto a Victoria:.. Victoria: ¿Y tú? (Caricaturizándola.)

mos

jos.

(impacientemente):

Vamos a lo otro, que es más importante.

te

te ma-

que no iban.

Pero al fin te

pueblo

vida.

no

hay

Que

en

y mal pensá cuando te mueras na más! VICTORIA (a Irma): Muchacha no le hagas caso. Tú sabes que ella no puede hablar de otra cosa. IRMA (a Lucía): ¡A papá se le partiría el alma si supiera lo sinvergúenza y lo perdida que eres! Tú... (Se confunde.) You are nothing but a tramp! LUCIA (cantando, de Cole Porter): That's why

la Isla entera no hay vida.

the lady is a tramp!

al anciano.) Tanto tiempo juntos y de pronto... tú por un lao y yo por otro. (Se sienta junto a él, pone

(Mira a Irma y se sonríe.)

Está

_Bien. Lo que tú digas. Pero antes de criticarme, por lo menos aprende a vestir bien. Yo nunca me tiraría a la calle en esa facha. ' IRMA (exasperada): Yo todavía le guardo luto a mamá. LUCIA: O a otra cosita que aquí nosotras sabemos, ¿eh? IRMA: Ninguna de ustedes le ha guardao tanto luto como yo. LUCIA: El luto se guarda en el corazón. VICTORIA: Yo estuve vistiendo de negro por seis meses. Nadie me diga que eso no es bastante. (A Irma) Lo tuyo ya es exageración. ¿Y pa qué? ¿Cuál zas que le gastaste a mamá y los meses que te pasabas sin escribirle? (a punto de llorar, tensa, cuchicheando) :

¡Yo quise

a mamá

más

que toas ustedes!

Que hay que salir a bus-

car esa vida. Si no te hubieras das cuenta, ninguna de tus hijas te hubiera convencido. (Escucha al marido.) Oh, a mí también me harán falta. Claro, todavía no porque las llevé yo misma y me pasé un mes allá pa ver si se acostumbraban. Quien me hacía falta eras tú. (Le pasa uma mano por la cabeza

la cartera a un lado, y. comienza a quitarse los guantes.) Pero allá es muy bueno. Aunque las echemos de menos, hay que resignarse. No es decir que haigan muerto. To este tiempo te han estao escribiendo, vear-

dad?

Y yo también

les leí la cartilla antes de venir-

me. Se los dije. Que se ocupen de saber como está uno y de dejarnos saber cómo anda to por allá Que dejen que se les enfríen los sentimientos. (Mira y

escucha

al marido.)

¡Claro que están

contentas!

Si

allá tienen de to. Allá vive contento cua'quiera. Tanto sitio adonde ir. Tantas cosas buenas... Lo único que hay alguna gente que no habla español. Pero ese Harlem está cundío de gente que yo conozco. AMá me encontré con Candita. ¿Te acuerdas de ella? Sí, hombre, la hermana de Maripepa. Maripepa vive en

New

Jersey.

Casá

lo

más

bien.

Por

eso

te

digo:


vámonos pa allá.

Los pasajes cada día están más ba-

(Mira al anciano y lo escucha con una exratos... presión de contrariedad en el rostro.) ¿Que me vaya Pero ¿qué es lo que te tiene amarrao a este yo sola? pueblo? Ahí tienes. Tú mismo no sabes. Sin embargo, pretendes seguir amarrao a to esto y que me

amarre

yo también

a este sitio donde

uno

ni siquiera

(Escucha y lo interrumpe sabe que está respirando. alzando la voz.) No... no es que unc se envicie. Es aquí. que uno se da cuenta que la cosa no termina Que allá sí se está bien. Y si otros se han tirao a probar eso, ¿por qué no yo y por qué no tú? (Recoge la cartera y los guantes y se levanta del camastro.) ¡Lo que te pasa a ti es que no tienes espíritu! ¡No le(Cuando va a salir, algo que .él dice vantas cabeza! la detiene.) ¿Y qué tiene que ver que nos estemos poniendo viejos? ¿Acaso no tenemos derecho a la vida? (Sacude la cabeza mientras escucha al marido.) ¡Eres un egoísta! ¡Esa es la verdad! ¡Tus hijas no te interesan! ¡Ni yo tampoco! ¡Tú piensas en ti nada más! > (Sale precipitadamente por la puerta del armario, hablando entre dientes. El anciano alza la vista y contempla la puerta que da a la sala. Se levanta

y camina

hacia

la ventana.

Contempla

la calle,

nosear

a una.

VICTORIA

y mira

que

atenderlo

es

una

cosa

bastante seria. No lo poes sobrellevarlo.

Pero lo que hay que hacer demos meter en una de esas casas, 2n un asilo, porque qué dirá la gente que nos conoce. Tampoco puede volver a Puerto Rico porque ¿quién lo va a cuidar allá? Mamá era la única y ya tú ves.. No podemos tampoco... VICTORIA (interrumpiéndola): Sí, sigue abrien-

do y cerrando puertas.

Sigue con tu “no podemos”...

(Hace

en

una

pausa,

se dispone cuenta.

como

a responder.

Lo

pero

que

esperas.

pasa

es

Fíjate

seguida

) Tú que

lo

tú no

tie-

nerviosamente

la puerta

dei

cuarto.)

IRMA:

¿Con

LUCIA: Después de

quién?

¿Por qué no? Ellas son sus hermanas... to, ellas también tienen obligación. ESDENA

VI

(Mientras las mujeres prosiguen el cuarto como la sala se oscurecen.

cuarto, un

la s:lla frente

hombre

Panamá. las

vestido

Está

patas

al armario

de

silla,

cuchilla mientras

con

por en

la

y tocado

ocupada

de perfil al público, balanceándose de

kaki

estará

sombrero

traseras

de

la charla, tanto Al iluminarse el

fimpiándose

el anciano

las

uñas

permanece

corta

siempre las

cosas

que

te

lo

que

Irma

tomas

todo

nunca

te

pasó

con

en

salen

Tony.

(Caricaturizando.) “No, si Tony e. un ser débil, Siempre ha estao dependiendo de mi pa to lo que hace. Lo que pasa es que, como yo le he estao enseñando a ser limpio, se ha enojao y se ha ido de la casa. Pero ya verán ustedes como vuelve con el rabo entre las patas. Y entonces yo soy la que lo voy a dejar.” (Asintiendo con la cabeza y riendo ligeramente.) ¡Fíjate qué bien volvió! ¿Y a qué iba a volver? ¿A que tú lo siguieras molestando a diario con tu “¡Límpiate esos pies!” y “¡No me pases por ahí, que acabo de lavar el piso!” ¿Tú te crees que un hombre no se cansa de eso? IRMA (cuchicheando airadamente): ¿Por qué no te miras la viga en tu ojo antes de ponerte a hablar? ¿Tú te crees que tienes un marido modelo? (Señalando la puerta de la sala.) Un hombre que bebe, que juega, que sabe Dios si a estas horas te andará pegando cuernos... corazón que no VICTORIA: Ojos que no ven, siente. IRMA: Horita vendrá por ahí, borracho, a ma-

lo

en el camastro.) HOMBRE (limpiándose las uñas): que le ofrezco por el cafetín no es

ten-

dido

V

IRMA (conso!ladoramente): Mira, Vicky, toas nosotras sabemos que papá no está muy bien, que diga-

Y

sabes que

IRMA (cuchicheando): ¡Mira que lo vas a despertar! (Victoria se levanta y camina hacia la puerta del cuarto, El anciano, oyéndola acercarse, se da vuelta contra la pared.) VICTORIA (tocando a la puerta): Papá... (Mira a las hermanas y luego abre poco a poco la puerta.) Papá... (Entra al cuarto para ver si el anciano duerme; sale luego en puntillas, cerrando la puerta.) Todavía está durmiendo, pero a las cinco lo voy a tener que despertar pa darle uno de esos jarabes. ? LUCIA: Victoria, lo mejor que podemos hacer es dejar las cosas como están por un par de semanas. Hasta que yo hable con Titi Rosa y Titi Pepita.

con una

mos.

las

azoteas, el cielo nublado. Está de espaldas, con las manos cogidas atrás como si estuviera maniatado. Los hombros se le van al piso, la joroba se le pronuncia, la cabeza está gacha ahora que vuelve a mirar la calle. La sala vuelve a iluminarse y el anciano reegresa a tenderse en el camastro.) ESCENA

(sonriendo):

nes na que a él le guste manosear. (A Lucía le brota una carcajada, pero se tapa la boca inmediatamente

también

fíjese que

esto no

es na más

Sí, yo sé que mucho. Pero

que

un

cajon-

cito. (Mira el cielo raso y las paredes.) Esto horita se viene abajo. Como negocio usted mismo sabe que nunca ha sido gran cosa. Y sabe que mi interés en esto no es el de un comerciante. Ese cuarto que le quiero tirar a la casa no he podido hacerlo porque

siempre a las mejor

ha

estao

el

cafetín

aquí

atrás.

(Volviendo

uñas.) Ahora que Doña Antonia ha pasao a vida y que sus hijas están empeñás en que us-

ted se vaya pa Niu Yol, yo le hago esa oferta. Comprenda también que yo no soy rico. Que si le ofrezco tan poco es. por mi situación. (Escucha el anciano.) Ah, pero yo no me puedo comparar con Torres. Ese es un hombre rico, al lao mío. Y él si quiere esto pa negocio. Además de los otros dos que tiene ya. Yo no. Yo lo que busco es un huequito pa acomodar la familia. Los muchachos están creciendo

y la nena ya necesita un cuarto pa ella sola... Desde luego,

usted

yo comprendo

será

el

que

decida.

sus razones

(Escucha.)

pa no ir pa allá.

No,

si

Usted es

un hombre de edad y sería igual que arrancarlo con raices y tó de aquí. Pero, por otro lao, sus hijas son parte suya y están allá. Dése cuenta que ellas lo pueden necesitar, que deben estar locas por verlo.

Cuando en

taba

hacer

usted

vió

el viaje

destiná

a no

bien pa

mala

a Doña

complacerla.

levantarse

más.

Antonia,

Claro,

ya

pensó ella

(Escucha.)

es-

No,

no es que yo lo critique. Yo no tengo ningún derecho. Lo que le quiero decir es que usted pensó diferente entonces. Y ahora ha vuelto a cambiar de idea. De-

cídase de una vez. Dése aunque sea un paseíto. (Escucha.) Ligao a la tierra, dice usted. Está bien. Pe-' ro uno puede seguir ligao a la tierra lo mismo aquí, que a un montón de millas de aquí. Toa esa gente qu anda por allá no ha dejao de quererla. ¡Qué va!


a las

uñas,

se

detiene,

mira

al anciano.)

IRMA:

Es

piense

que

usted

estuvo

tan

mal.

Digo...

uno tiene su orgullo, ¿verdad? ¡(Escucha.) ¡Pues claro que usted tiene ganas de verlas! Eso se sabe. Aquí, ¿qué clase de vida va a llevar? La de un perro realengo. (Escucha.) Pero que Doña Antonia esté en-

terrá aquí es lo de menos. tos queridos unos siempre

Eso no quita. los lleva aqui

golpe

y pruebe.

en

el pecho).

pérdida

de Doña

Vaya

Antonia

la desquita

casamiento? vide. se va

A los muer(dándose un

Ya

verá

con

que

Sandín

pa lo

de las

la ganan-

escrituras.

(Escucha.)

Muy bien, muy bien. (Va a salir, pero se detiene.) Y oiga... No se preocupe, que este pueblo siempre es-

tará aquí. ta

Nadie se lo va a llevar,

del armario

manoteando

un

ESCENA

A una

completo

otra

tiene

la sala misma

público y con me parece tan

cierto

punto

sor-

artritis.

los brazos cruzados): Irma, a mala la idea. - Con ellas, hasta

estará mejor

que

con

nadie.

Siempre

tendrán de qué hablar. Pueden pasarse las muertas hablando de lo que les duele hoy y de seguramente les va a doler mañana,

IRMA: en de

Vicky,

horas lo que

please...

vino

hace

Yo

(interrumpiendo):

Sammy

no

El

un

mes

digo de

Sammy. Puerto

Rico

está

otro... a

El

VICTORIA: colegio...

Yo

de esta anciano

pesadilla. destapa

Eso,

el fras-

estudiar

Echate-

puedes

contrarte

él estaba

que

en

el

camino

y seguir

juntos.

(El anciano pone el vaso y se vira contra la pared. del

camastro

y comienza

muy

.Acuéstate

en la mesa, Se El rayo llega al lentamente

a

ex-

(La

sala

se

ilumina

y el cuarto

sufre

un

apagón

TORIA: IRMA:

Pero

Un Asilo sería mejor pa él. ¿Tú

no entiendes

que

eso se ve mal?

Tú parece que no tienes corazón.

IRMA: No vivimos allá, pero hay que ver eso. A ti no te importa porque tú no tienes vergilenza...

medi-

él viviera

interno

de esta manera.

súbito.)

Pero

Nunca

mana ni sabía

salvarlas

las a la boca y no pienses más. El anciano obedece. Luego devuelve el frasco a la mesa, coge el vaso y bebe.) Así. El resto no es nada. El resto será yo en-

la has tenido.

Victoria

creía que

(El

que

¿Ernestito? Yo

salida

error.

cía se recuesta

IRMA: Ese mimo. LUCIA: ¡Adiós, cará! con ellas.

otra

el

en

cina...

LUCIA:

veo

a la muerte.

VICTORIA: ¿Corazón? Eso es lo que me sobra. si sigo en esta lucha no voy a poder gozar de él. LUCIA (encendiendo un cigarrillo): ¿Y si lo mandáramos de nuevo pa Puerto Rico? Allí se le podría pagar a alguien pa que lo atendiera. IRMA (gesticulando airadamente y cuchicheando): ¿Y cómo nos pondrán a nosotras en el pueblo? LUCIA: Nosotras no vivimos allá.

ejército.

IRMA:

ol-

frente

más en por esa de este

borde

Ya les dije que si ustedes le hacían frena mí me sucediera... (interrumpiendo): Here we go again! Y que papá vaya a vivir con sus hermanas, mal, Ellas mismas están pa que las atienotro sobrino de ellas...

VICTORIA

se

pandirse hasta anegar el cuarto.) ESCENA IX

él,

IRMA: te a lo que LUCIA: IRMA: me parece dan. Este

que

Acaba de una vez. Ven conmigo y no pienses ellas. Que limpien luego lo sucio. Que tiren ventana lo que no sirve. Que se den cuenta

ahora. acuesta

LUCIA (a Irma): Ay, chica, tú coges la vida muy serio. IRMA: Es que no se debe hablar así. Después to, es nuestro pai. — VICTORIA: Sí, pero tú no estás dispuesta a car-

gar con

las tías,

Pero otros lo han logrado. A cada rato, una noticia en los .periódicos... Y tú no tienes ya nada aquí

VICTORIA (que ahora está sentada de lado, con los pies colgando del brazo de la butaca que da ha-' cia el mí no

con

Pero siempre hay el riesgo de abrir los ojos y darse cuenta que las paredes siguen siendo las mismas y el dolor el mismo y que están ellas al lado de la cama, sabiendo lo que tú quisiste hacer. Te abochornarías, entonces. (El anciano mira la puerta del cuarto.)

VII

le falta bien poco pa quedarse y-la

viva

co y vacía dos o tres píldoras en la palma de la mano.)

saludo.)

LUCIA: Claro. Y además, ellas son personas más o menos de su misma edad. IRMA ísacudiendo la cabeza): A mí no me convencen. ¿Qué pueden hacer Titi Rosa y Titi Pepita por

Sí, no

Despertar

posición.)

da

Mientras

Porque ninguna mujer con dos dedos de a echar encima esas dos vie... señoras.

co.)

(Sale por la puer-

(El cuarto permanece iluminado mientras también se ilumina. El anciano sigue en la

por papá?

ni de ir a

ESCENA VIII (Mientras se oscurece la sala, el anciano se yergue en el camastro y mira los frascos de medicina. Toma un frasco de pildoras y las contempla. Un rayo de luz azul cae sobre la puerta del armario y, mientras la voz de Doña Antonia se deja oír, se mueve poco a poco en dirección del anciano.) DOÑA ANTONIA (desde la puerta del armario): ¿Qué ha hecho cambiar tanto a tus hijas? Nunca han estado tan lejos de ti... y de mí. Es como si ya no les quedara mi memoria. Se han ido. Ahora es que veo que se han ido. Y tú lo sabías desde hace tiempo... o lo adivinabas. Quizás por eso aquel recelo tuyo... (Viendo al anciano ensimismado en el fras-

la

cia de sus hijas. (Guarda silencio por un instante, mientras se limpia las uñas; luego mira al anciano.) Bueno, ¿qué dice? Se ha quedao io más pensativo. Yo sé que pa usted no es fácil decir: —¡vamos pa alante! Usted siempre ha sido... (Se interrumpe, deja caer las patas delanteras de la silla, se alboroza.) ¡Así se habla hombre! ¡Vaya a ver cómo es to aquello que to el mundo tanto alaba! (Se levanta, cierra y guarda la cuchilla.) Entonces, mañana temprano ha-

blo con

No se ocupan

a las tías. VICTORIA: Eso es verdad. Y yo que tengo tanto tiempo pa visitar. o IRMA: Pues Ernestito ya tiene novia y parece que eso va en serio. Una americanita lo más mona... Pero ¿ustedes s2 creen que él puede hacer planes de

je, pues págueselo usted mismo. Con lo que yo le doy, por lo menos tiene pal pasaje y pa comprarse alguna ropa y algunos regalitos pa ellas mismas. Cuestión

que nadie

Fíjense pa allá.

ver

ya

(Vuelve

más, si usted no quiere que sus hijas le paguen el via-

en

el

cruza

en las

(Comienza

su butaca piernas

con desinterés.)

es fiestar

y vestir bien

a bajar el telón.

y fuma

y mira

a una

A ti lo único que y andar

pa

Lu-

plácidamente.

arriba

y

otra

her-

te preocupa y pa

del brazo de to esos “gigolos” y complacerlos te pidan lo que te pidan y... TELON

abajo

cuando


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El Secreto de la Poesía

HOSPITAL PRESBITERIANO SANTURCE,

(Viene de la página 60) y perdido ese amado nunca.

P. R.

¿De Reiterando su profundo

agradecimiento a todos los que contribuyeron a

sus obras de expansión recientemente inauguradas y deseándoles las más felices Pascuas y un Año pleno de salud y alegrías. Palabras del Licdo. Carlos J. Torres en el acto de inauguración de estas obras: Señores

Síndicos,

Hoy

es un

día venturoso

tos con que Dios, nuestro

para

Señor,

ha

tenido

Presbiteriano,

a bien

uno

colmarnos,

de

tan-

quizá

re-

conociendo el espíritu que anima esta Institución dede su fundación. Fue con modestia, pero con mucha fe, que los pioneros de esta obra emprendieron su labor cristiana de ofrecer ayuda al enfermo y consuelo al desvalido para que curase de sus males a fin de que pudiese ayudarse a sí mismo. De todos vosotros es conocido el historial del crecimiento del Hospital Presbiteriano. Debo sin embargo decir, que aun no hemos logrado la meta que nos proponemos. Con la inauguración de estos nuevos edificios y la reconstrucción de los viejos, añadimos un eslabón más al logro de nuestros propósitos; realización que debemos a la generosa aportación económica de nuestros muchos simpatizadores con el ideal que los Fundadores de la Institución se propusieron llevar a cabo desde un principio. Aquellos sembraron la: semilla y los que les hemos seguido en la marcha del tiempo cuidaremos de e!lla con amor hasta verla florecer bella y hermosa como luce ahora. Pero la planta necesita de un cuido esmerado hasta lograr verla rendir el máximo de su esplendor cristiano. Esa meta es hacer del Hospital Presbiteriano la Institución más completa en todos sus aspectos, científicos y humanos de esta zona de América, en donde el pudiente y el pobre encuentren por igual, y en la misma

no

qué arte se valen

haber

los poetas

«consiguen embarcarnos en la' nave de sus sueños, en la barca de sus ilusiones? Sus imágenes despiertan en nosotros insospechados sentimientos. Un día de sus versos emocionados estremece las fibras tonces

el Hospital

que

para hacernos amar y soñar? ¿Con qué raro e inescrutable sortilegio

dormidas

y amigos presentes:

amor

de

nuestro

descubrimos

corazón. que

En-

somos

paces de sentir y de amar

ca-

intensa-

mente, capaces de Sufrir y de soñar, de anhelar y de comprender. Pero es con la palabra insinuadora que nos trasportanal mundo de los sueños. La poesía, como todo arte, tiene secretos: el metro, la rima, la cadencia, las figuras retóricas y las imágenes, aparte los in-

finitos arcanos

de la estética.

ro

y,

el

más

más

útil

poderoso

de

sin

Pe-

embargo,

todos

el

es el de la

insinuación, la apenas perceptible facultad de señalar las cosas sin mencionarlas. Si en la pintura el dibujo nos sumerge en meditaciones para adivinar el mensaje que

hay

en

las líneas y los colores,

en

necesita. El Hospital Presbiteriano encarna el principio de dar al necesitado el auxilio que su salud necesita sin exigir otra retribución que la gratitud

la poesía es la palabra insinuadora lo que despierta en nosotros el sueño, la ilusión de adivinar. Según un crítico de arte que escribía en la Revue Hebdomadatire, el poeta nunca debe nombrar el objeto sino insinuarlo, porque nombrarlo es quitar tres cuartas partes al placer de adivinarlo. Ese goce es, en sí mismo, el sueño. Y un arte es

del que lo recibe, y la satisfacción

verdadero

medida,

los auxilios de la ciencia

y el consuelo del espíritu.

Porque

no

olvidemos que todo enfermo, no importa cual sea su mal, sufre al mismo tiempo un mal moral; y es el deber del médico dar su auxi'io a uno

para

que

sane, y consuelo

al otro

para

devolverle

de haber

hecho

la paz

el bien, por

mismo. Este principio sigue inalterable, sin variación aplicación; aunque el tiempo, y el progreso que marcha: pusieron cambios de tácticas, pero no de propósitos. Al

cesario

para

la hospitalización

de

pacientes

espiritual

pudientes,

que

el bien

alguna en su con él, nos imdisponer lo ne-

lo hicimos

para

que el beneficio que ello produjera pudiese aplicarse para beneficio de los pacientes que no pueden pagar; porque no siendo el Hospital Presbiteriano una institución establecida para fines de lucro, lo natural es que aquello de que pueda lucrarse lo pase a los menos afortunados. Por

eso la Institución carece siempre de los medios que necesita para su expansión en la distribución del bien humano, y tiene que recurrir al altruismo de aquellos generosos simpatizadores de su credo, que piensan también que Dios da: a unos para que lo compartan con otros. Si hubiésemos capitalizado beneficios no hubiera sido necesario recurrir a la generosidad de los que tienen.

Yo creo que interpreto el sentir de los Síndicos de este Hospital al dar las más sentidas gracias a todos los que generosamente contribuyeron a la realización

remos

laborando

de esta

hasta

obra;

lograr

pero

nuestra

no

nos

meta.

detendremos

Los

aquí,

segui-

puertorriqueños

ve-

mos en este Hospital un brazo acogedor que nos brinda consuelo cuando lo necesitamos, y queremos hacer ese brazo tan lafgo que nos apriete a

todos por igual sin distingos de religión, raza o posición. remos

con el favor

de Dios.

5 de diciembre de 1958

Y a ello llega-

cuando

nos

hace

soñar;

el arte tiene como aspiración suprema la manifestación de la belleza, pero su fruto es la ensoñación. La

poesía

que

nombra

las

cosas

carece de encanto y de misterio. No enamora, pues que aquello que alcanzamos con facilidad y sin esfuerzo, pierde interés, no despierta nuestro anhelo. El arte poético de

Mallarmé

era su sugestivo

y arro-

bador porque nunca nombraba los objetos. Dejaba al lector el goce de

adivinarlos. La suya era una poesía simbólica, misteriosa, más fina y sugeridora cuanto más nos sumergía en el misterio.

No nombrar nuarlas; la poesía.

las cosas, sólo insi-

ha ahí un gran secreto de :


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EL REGALO DE LOS

REYES MAGOS ORO,

sus

INCIENZO

Los tres regalos que los Reyes Magos trajeron de respectivas tierras para ofrecerlo al Niño-Dios,

¿qué significaban? regalos?

Eran:

En primer lugar, ¿cuáles eran esos

ORO,

ORO,

que

Y MIRRA

INCIENSO

SIMBOLO

Y MIRRA.

DEL

REY

Todos sabemos lo que es el oro: el metal valioso acostumbramos relacionar con la riqueza y el po-

der.

Antiguamente

eran

de

oro.

las

Entonces

esto es, lo que hoy

monedas no

llamamos

de

existía

más

alto

: El uso del incienso como símbolo de adoración a Dios o de respeto a cosas relacionadas con Dios, es una tradición muy antigua, anterior al Cristianismo. El incienso sigue usándose hoy en ceremonias religiosas de varias iglesias cristianas. Lo usan en su liturgia, por ejemplo, la Iglesia Católica Romana, la Iglesia Ortodora Griega, y la Iglesia Anglicana (inglesa). El incienso fué otro regalo simbólico en el pesebre de Belén, Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el cofrecito conteniendo incienso, el segundo sabio de Oriente hubiese dicho: “Te traigo incienso porque reconozco en Ti al que todos han de reconocer como su Dios verdadero”.

valor

el

papel-moneda,

“billete”.

El oro, traído

MIRRA,

SIMBOLO

DE

HOMBRE

al pesebre de Belén fué, pues, un regalo simbólico. Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el co-

frecito con monedas

de oro, el primer sabio de Orien-

te hubiese dicho: “Te traigo oro porque reconozco en Ti al que ha de tener más poder que todos los reyes de la tierra, al que ha de ser Rey de los Reyes”.

La

tiguos

mirra

tenían

de lágrimas

racterísticas

es una

por

sustancia

bálsamo

perfumada

precioso.

y tiene un color rofizo.

que pueden

convertir

Viene

que

en

los an-

forma

He aquí, pues, ca-

la mirra

en símbo-

lo del hombre: el color rojo que representaría la sangre, la forma. de lágrima representaría el dolor. La

mirra INCIENSO,

SIMBOLO

DE

DIOS

El incienso es una resina olorosa que se quema en ceremonias religiosas. Es un producto oriundo de Oriente. (Nosotros tenemos algo parecido: el tabonuco, que usaban los indios de la Isla antes de la llegada de Colón, pero que nunca hemos relacionado con ceremonias religiosas).

simbolizaría

así la sangre

y el dolor del Hom-

bre convirtiéndose en bálsamo para el género humano. ¿No fué Jesús, precisamente, bálsamo para nosotros al sufrir la tortura de la Crucifixión? .La mirra constituye otro regalo simbólico en el pesebre de Belén. Es como si al depositar a los pies del niño Jesús el copón conteniendo mirra, el tercer sabio de Oriente hubiese dicho: “Te traigo mirra porque reconozco en Ti al Hijo del Hombre que ha de sufrir y derramar su sangre por salvar la Humanidad doliente.”


tos, creencias

y La

condición

religiosas,

(música,

REE

arquitectura,

¿Cree usted

puertorriqueña

MENDEZ

B.:

JUAN:

MENDEZ ted

por

crisis

punto

Ballester

E

:

recer

ante

momentos

de

entiende

nuestra

nuestra

el empuje

de

en

nuestra

vi-

manera

da de pueblo. Este mismo momento porque atraviesa Puerto Rico. MENDEZ B.: No discutamos todavía este momento. ¿Qué le parece si ponemos de ejemplo otro mo-

us-

cultura?

cultura

naufragar,

decisivos

está

desapa-

del creciente

mento

histórico:

la Guerra

somos

Hispa-

notación

distinta

hay

entiende JUAN: presente

usted por crisis? Yo entiendo por crisis el momento histórico en que

está

a punto

de

malograrse

¿Qué

nues-

tra manera de ser, MENDEZ B.: ¿Debo entender que para usted crisis significa pérdida, desaparición, destrucción? JUAN: Ni más ni menos. ¿Y para usted? MENDEZ B.: Yo tengo un concepto distinto de la crisis. Para mí, crisis significa cambio,; mutación

notable.

Sin

que

este

cambio

o

mutación “implique la pérdida de eso que usted llama nuestra manera de ser, y que discutiremos más adelante.

JUAN:

No

estamos

de acuerdo.

MENDEZ B.: ¿Lo ve usted? JUAN: Creo que vamo sa estar dialogando largo rato. . MENDEZ B.: Ya era tiempo de dialogar. Pero antes de proseguir convendría seguir aclarando los términos fundamenta'es de este diálogo. ¿Que entiende usted por cultura? JUAN: Por cultura yo entiendo

la actitud

vital de un

pueblo

para

captar ciertos misterios latentes que le permiten trazar su propio rumbo. MENDEZ

B.:

Eso

me

suena

a fi-

losofía especulativa. ¿Qué entiende usted por misterios latentes?

en eso?

:

JUAN: ¿Adónde me quiere usted con esa pregunta?

B.:

A dilucidar

B.:

¿Qué

a

llevar

ser puertorriqueños

aprehender

política.

¿Es

esto

lo

que usted llama misterio? Yo no veo nada misterioso en los factores históricos que determinaron el rumbo de nuestro pueblo en virtud la

Guerra

amigo

mío.

Yo

Hispanoamericana.

¿Y

entonces

por

MENDEZ

B.:

qué

entiende mí

siglos

puertoriqueña es el conjunto de acontecimientos, ideas, costumbres, instrumentos, máquinas y «artefac-

que

he-

los patro-

a lo largo

y medio

manera

de

¿Variable

MENDEZ

B.:

de ser

de

sus

vida

esa

puertorri-

dice

usted?

Variable, como

los

Los norte-

americanos, los argentinos, los rusos, etcétera, no tenemos una conducta fija, invariab'e. JUAN:

una

Yo

sostengo

conducta

que

tenemos

peculiar nuestra.

MENDEZ B.: ¿Qué le parece si discutimos esto en el próximo diálogo? JUAN: De acuerdo.

SER Y SENTIR (Ensayos

usted

la cultura

le pa-

cultura son los que

determinado

cuatro

cultura?

Para

¿No

la hemos

creo

nes de nuestra

Para mi son factores, acaecimientos culturales que determinaron nuestra manera de ser en aquella circunstancia.

JUAN:

venezolanos,

cho nosotros mismos y no nuestros patrones culturales, MENDEZ B.: Todo lo contrario,

han

el tér-

en ciertos momentos. Yo le pongo el caso de la Guerra Hispanoamericana y usted me señala una po-

de

los

MENDEZ B.: Desde luego. Cada pueblo tiene su particular manera de ser porque cada pueblo tiene sus patrones cultura:es. JUAN: Pero nuestra manera de

puertorriqueños,

actitud

decir

:

teriosos

sible

quiere

norteamericanos.

variable queña. - JUAN:

es preciso

puertorri-

ser?

mino cultura, a ponernos de acuerdo en lo que significa este vocablo tan importante. Usted dice que la cultura participa de elementos mis-

que

vida

rece?

bien.

MENDEZ B.: Respeto su criterio político, pero ¿qué misterio latente

MENDEZ

de

distintos

a los

MENDEZ B.: ¿Qué misterios latentes había en aquella circunstancia? ¿Qué misterios debió aprehender nuestro pueblo paar trazar su destino? JUAN: Haberse constituído en país independiente.

a la mía.

la

usted con nuestra peculiar manera de ser? : JUAN: Que. los puertoriqueños

noamericana.

Muy

de

MENDEZ

materialismo industrial. ¿No le parece? MENDEZ B.: No creo en esa teoría, JUAN: ¿Entonces para usted nuestra cultura no está en crisis? MENDEZ B.: Sí, creo que está en crisis. Pero convendría aclarar los términos antes de continuar nuestro diálogo, porque usted le está dando a la palabra crisis una con-

JUAN:

:

queña. JUAN: ¿Quiere usted decir que con su teoría de la cultura puede usted explicarme nuestra peculiar

JUAN: Hombre...yo diría... .ciertos factores imponderables, ciertos

crisis?

¿Y usted?

¿Qué

Que de

en

luego.

B.:

JUAN: a

Sí.

Desde

que la cultu-

está

li-

MENDEZ B.: Lo suficientemente amplio para exrpiicarnos muchos fenómenos

JUAN:

pintura,

nuestro pueblo hasta el presente. JUAN: Es un concepto muy am-

plio.

ra

morales

artísticas

teratura) que poseemos hereditariamente los puertorriqueños desde la conquista y colonización de

DIALOGO SOBRE LA CULTURA PUERTORRIQUEÑA — LA CRISIS —

Por Manuel Méndez

políticas,

expresiones

mo

Mínimos)

Comenzando con el próxtnúmero (enero) nuestro

Director, Juan Bautista Pagán, iniciará la publicación de su libro, con el título mencionado. Cada mes aparecerá

uno en

de estos los que

el

breves

ensayos,

autor

comenta

cuestiones culturales, de tipo filosófico, social, pol'tico y sobre todo, humanas. En la edición

próxima,

Introducción

aparecerá

del libro.

la


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E


carlo Núm.

2 y 3 de

Mardía

1958.

Hemos

recibido

zo;

estos

ros de la publicación ción

de

Graduadas

ofrece

Echevarría,

de

núme-

la: Universi-

y que traen cultural. El

trabajos

(ganador

Ensayo de 1957 vidad); Hans.

dos

de la Asocia-

dad de Puerto Rico interesante material primero,

Gullón;

de José

del

del Festival Meyerhoff;

R.

Premio de NaFran-

cisco Arriví; Eugenio Florit; Armando Rojo León; Hugo Rodríguez Alcalá; Gabriel García Narezo; Alfredo A. Raggiano; Ricardo Gul'ón. En este número reseñan libros José Emilio González, Pedro Juan Soto y María Teresa Babín. En el segundo, ofrecen trabajos Francisco Matos Paoli; José Echevarría (Segunda parte de su ensayo preciado); Manuel Durán; M. Joglar Cacho; Amparo Gastón; J. Lezama Lima; José Luis Cano; Ri-

Es

no

QUE

HAY

Ldis

una

pueda

un mayor critos por

Salazar,

tura poética. Vaya esta sola estrofa:

Babín;

María:

lástima

que

número autores

sin

engrandecemos

SAN JUAN PUERTO RICO

y el agua

toda

sobre

ella,

tanta.

cul-

LA PAZ, Edición Especial, Nov., 1958. Este nuevo periódico que dirige Ramón Díaz Cruz, dedica esta edi-

más

el acervo

¿Por

qué

no

ha-

ción a la memoria

—singular

y

novedoso—

lleno

tores,

de

preciosas imágenes, de Violeta López Suria. Es además una poesía rara, de entronque casi mística, que va a las claras diciendo que la au-

cada

día madura

más

de Federico Jo-

liot-Curie. Trae fotografías de algunos dirigentes políticos del país, y trabajos abogando por la paz mundia!, a la que dicen los direc-

DILUVIO, Imp. Venezuela, 25 págs. poema de Violeta López Suria. Muchos nos gusta este poema

su sol-

dedican

el periódico.

Cola-

bora además en la publicación, Juan Antonio Corretjer, de quien se reproduce Su trabajo “Música contra

Bombas”. tos

Paoli,

También que

Francisco

escribe

un

Ma-

interesan-

-te artículo intitulado “La Paz Puertorriqueña en Peligro de Muerte”.

£l Secreto de la Poesía Por

WILLIAM

Los poetas son los que nos ayudan a amar. (GAsTÓN París) Dotados de imaginación inquisitiva y fina sensibilidad, los poetas descubren verdades que la filosofía no es capaz de intuir. Después, con la palabra precisa, certera, las develan para que las podamos ver y comprender. Platón, celoso de esa extraña facultad, decía que eran unos imitadores de la vida. No ad-

H.

MONTALVO

el poema del Dante o como Rubén Darío a los discipulos de su remozada poesía, por los senderos de la ilusión, la belleza y el sentimiento. Repitiendo a Gastón París, ellos son los que nos ayudan a amar y a soñar, pues que la imagen predilecta de su arte es la mujer, o el amor, que al cabo son una misma cosa. Casi todos han amado.a la mujer y sus encantos; Urbina y P. H, Her-

nández

cantaron

de

teriosa

de

la intuición ni su apasionado amor a la belleza. El amor, el vino, la vida y la muerte, el cielo y el mar, la ausen-

manos

y Mallarmé

cia y la nostalgia, en fin, las cosas

mujer, el amor, da a la vida, como decía Michaelis, apariencia de paraíso. Tan necesario es a nuestra

virtió

Allen, Esq. San José

quieto

alada ya en tu entraña

de trabajos espuertorriqueños,

tural de la is!a. cer el intento?

EN

Campos 2

embargo,

Porque por buenos y en realidad los son casi todos, los trabajos debidos a plumas del extranjero, lo cierto es que no es de ese modo que

USTED

“Tibrería

ejemplo

Y encontrarte de pronto con una claridad de ausubo sólo un arca flotando

ASOMANTE

ofrecernos

como

Cani-

Gonzá'ez.

EN LIBROS

PIENSA

Da-

lo que daría mayor estímulo a los mismos para seguir escribiendo.

DUDA

CUANDO

PIENSA

Teresa

José

tora

NO

Esteban

mián Carlos Bayón. Reseñan libros

y los

yen

en

ellos

sentires

las fuentes

bles de

la gracia

del

mundo

eternas

su inspiración.

divina

constitu-

e inagotaNada

esca-

pa a su sensibilidad y siempre nos llevan de la mano, como Virgilio en

los

a la belleza

ojos,

Verlaine

se

misa

inspiraba

las

a

la vista de una hermosa cabellera. Y es que ese puro sentimiento que nace de la contemplación de una

existencia, con razón lo dijo Tennyson, que más vale haber amado (Pasa a la página 56)


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