5 minute read

Jóvenes figuras para el siglo XXI

Jóvenes figuras para el siglo XXI Damián Torío, un madrileño en el Sodre de Uruguay

Por Charo Yubero

Advertisement

Damián Torío

Damián Torío, nacido en Madrid, comienza su formación en 2005 en el Real Conservatorio Profesional de Danza Mariemma, donde se graduó con mención de honor en el 2012. Durante su formación como bailarín, participó en varios cursillos de verano, entre ellos The School of the American Ballet Summer Course. Formó parte del cuerpo de baile de la compañía Barcelona Ballet, dirigida por Ángel Corella. En 2013, con 19 años, llegó a Montevideo para sumarse al Ballet Nacional del Sodre en Uruguay, donde integró primero el cuerpo de baile y ahora es uno de los solistas. En el 2019 fue presentado como bailarín principal de la compañía. Desde entonces ha participado en todas las producciones de la compañía, tanto en roles solistas como principales. En estos años ha trabajado bajo las órdenes de Julio Bocca, Igor Yebra y en la actualidad de María Noel Riccetto.

Ser bailarín es una de las profesiones más duras que existen, ¿por qué decidiste ser bailarín?

Cuando empecé a bailar, empecé aprendiendo baile moderno, y era lo más divertido que había hecho. Me encantó desde la primera clase que fui a ver. Después mi profesora me dijo que tenía condiciones para presentarme a la audición del conservatorio para estudiar danza profesionalmente, y aunque lo tuve que pensar, decidí ir, y de a poco me convertí en bailarín. No fue algo que decidí de la noche a la mañana, pero según iba aprendiendo y mejorando, con el tiempo me di cuenta de que ésta era mi vocación.

¿Te habías imaginado que algún día llegarías a ser bailarín, o tenías otras metas?

Como cualquier niño, no tenía claro nada de nada. La vida era un juego, y aunque a parte del colegio iba a una academia de música, al empezar en el conservatorio de danza las demás actividades dejaron de interesarme. La idea principal era ser bailarín, pero supongo que si no hubiera podido darse la oportunidad, cualquier otra meta habría estado relacionada con las artes.

¿Tu familia ha puesto algún impedimento por que quisieras ser bailarín de ballet?

No, nunca. Mis padres siempre fueron muy abiertos en darme la libertad y el apoyo de ser quien soy, y orgullosos de haber llegado a donde estoy ahora.

Tras tu formación y tus primeros años profesionales en España, ¿qué es lo que te decidió para salir a trabajar fuera?

De siempre en el conservatorio nos enseñan que para vivir de la danza lo más seguro es que vayamos a tener que salir de nuestro país. Tuve la suerte de trabajar en Barcelona con Ángel Corella, aunque por poco tiempo. Cada compañía tiene un director con gustos diferentes, y en cada compañía hay un repertorio distinto que puede gustarte a ti o no, entonces hay que probar en muchos sitios y para eso hay que salir de España por desgracia.

Primero fue Barcelona, ahora estás en Uruguay, ¿dónde te imaginas en un futuro?

Ya llevo ocho años en Uruguay, y con la pandemia y todo lo que iba pensando cada vez que viajaba para visitar a mi familia en estos años no sé muy bien donde, pero seguro en Europa. El poder viajar en cualquier momento del año, aunque sea durante dos días a España, ya sería un gran regalo, asi que cualquier lugar que me dé eso estará bastante bien.

Todos tenemos ídolos que nos inspiran cada día, ¿puedes decirnos cuales son los tuyos?

No tengo ningún referente, ya que me gusta bailar siendo yo y dando lo mejor de mí mismo. Pero te diría que soy fan de todos los coreógrafos y repositores, por la pasión con la que consiguen sacar lo mejor de todos los bailarines.

Damián Torío en Carmina Burana

Damián Torío en Lankedem de El Corsario

¿Qué es lo que más te gusta de ser bailarín profesional?

Ésta es una pregunta difícil, pero te diría, que lo que más me gusta de mi profesión, es cuando sucede ese momento mágico en el que te toca bailar algo que te encanta y los ensayos para esa obra suman para mejor y todo termina siendo un éxito, en el sentido en el que toda esa temporada es fantástica y no hay ningún altibajo ni bajón, todo es para arriba, y la satisfacción de que todo fue bueno y uno lo dio todo, te llena.

¿Cómo es el día a día de un bailarín profesional? ¿Cuál es tu día más duro de la semana?

Es una rutina como otra cualquiera. Tenemos un horario que empieza con un calentamiento, luego ensayos, una pausa para el almuerzo y después más ensayos. Incluso la época de funciones se termina convirtiendo en rutina.

No sabría decirte cual es mi día más duro de la semana, depende de muchas cosas, de los ensayos que tenga en ese día, del gimnasio, de la clase de calentamiento, de si tengo que hacer otras cosas en ese día, no sé, te podría decir que el lunes porque cuesta arrancar de vuelta, pero todo depende.

Aunque estás todavía iniciando tu carrera profesional, habrás tenido mejores y peores momentos en los escenarios. ¿Cuál ha sido tu momento más feliz?

No sé si hubo alguno así como el más feliz, pero disfruto mucho cuando bailo con amigos cercanos, con los que tengo confianza, y si la obra lo permite, poder hacer un poco el “tonto” para pasarlo mejor en el escenario y tener luego anécdotas para recordar de las funciones.

¿Qué rol es el que más te ha gustado interpretar hasta el momento?

No te puedo decir solo uno, son muy distintos todos. El primer rol que me dejó huella fue Paul de Hamlet Ruso, pero también me encanto Lankendem en El Corsario, Romeo de Romeo y Julieta y des Grieux de Manon. Los luché, pero terminé disfrutando mucho de ellos.

¿Cómo te describirías a ti mismo en una sola frase?

Diciendo un poco de todo, creo que soy bastante profesional en mi trabajo, me considero perfeccionista y ordenado, sarcástico, un poco quejica, y por supuesto tengo una personalidad que muchos consideran difícil, así que soy de tener pocos amigos, pero los que tengo son de lo mejor.

La carrera profesional de un bailarín suele ser bastante corta. ¿Te has planteado hacia dónde vas a enfocar tu carrera después?

No lo he pensado, pero me gustaría seguir en el mundo de la danza. Soy bastante meticuloso, así que seguramente de repositor o ensayador me podría interesar mucho.

¿Algo que quieras añadir y que se nos haya pasado por alto?

Y mandar un saludo a todos los que lean esto y otro en especial a mis padres, mi hermano y a mis maestras Rosa Naranjo y Marisa Martínez que sin ellos no estaría donde estoy ahora.