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Semblanza Antonio Ruiz Soler “Antonio

Antonio, centenario de un genio (1921-2021)

Por Isabel Pérez y Emilio Martí

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Rosario y Antonio. Colección privada de Francisco Ruiz Musulen (sobrino nieto de Antonio y heredero) y Teresa Maizal (sobrina política de Antonio) Antonio junto a Rosario en el cuadro de baile del maestro Realito. Fotos tomadas en el Cenador de Carlos V del Alcázar de Sevilla (Cenador de la Alcoba) ca. 1929. Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital, 2020

Escena de «La embriaguez de la gloria». Rosario y Antonio en centro MUNDO GRÁFICO. REVISTA POPULAR ILUSTRADA (29-08-1934) Pag. 25. Biblioteca Nacional de España. Hemeroteca Digital, 2020 Rosario junto a su madre Julia y Antonio. Colección privada de Francisco Ruiz Musulen (sobrino nieto de Antonio y heredero) y Teresa Maizal (sobrina política de Antonio)

La figura de Antonio Ruiz Soler (Sevilla, 1921 – Madrid, 1996), conocido artísticamente como Antonio “El Bailarín” o simplemente “Antonio”, constituye sin lugar a dudas, una pieza fundamental para entender la historia de la danza española escénica, durante los dos últmos tercios del siglo XX, siendo uno de los grandes pilares de la danza en España.

Hablar de Antonio es hablar de danza en estado supremo, porque en él se concentra la más pura expresión del arte de Terpsícore. Él marcó un antes y un después en la historia de la danza, forjó un camino que en la actualidad, 100 años después de su nacimiento, sigue siendo un referente indispensable para las nuevas generaciones.

Si algo caracteriza la figura de Antonio es sin duda alguna su forma de interpretar la danza española en todos sus estilos y formas (Folklore, Escuela Bolera, Flamenco y Danza Estilizada), resaltando aspectos como: fuerza, nervio, brío, ímpetu, energía, versatilidad, virtuosismo, creatividad, fuerte carácter y el temperamento. Estos son sólo algunos adjetivos para describir una forma de transmitir la danza española y el baile flamenco, de una manera tan sublime que ha marcado historia. Todo esto le hizo convertirse en el bailarín más completo de España y con mayor proyección internacional entre los años cuarenta y setenta del pasado siglo XX. Su carrera artística fue muy extensa, primero como bailarín durante 50 años (debut 1928-retirada 1978), para continuar como director y coreógrafo hasta el fin de sus días. Sería imposible resumir una trayectoria tan amplia en este artículo, pero de forma abreviada y cronológica, haremos una segmentación en cinco etapas (en este artículo mostraremos las tres primeras etapas):

Antecedentes: Los Chavalillos Sevillanos (1928-1937) El periplo americano (1937-1948) Regreso a España 1949 Ballet Español de Antonio (1953-1978) Director y coreautor (1980-1996)

PRIMERA ETAPA “Antecedentes: Los Chavalillos Sevillanos” (1928-1937)

Antonio Ruiz Soler nació el 4 de noviembre de 1921 en Sevilla y con cinco años lo inscriben en la academia del Maestro Realito. Debuta profesionalmente junto a Rosario en un espectáculo de Ópera Flamenca en 1928, en el Teatro Duque de Sevilla, y reciben su primer nombre artístco: «Los petits sevillanitos», completando su formación con Manolo Otero (baile clásico español), Ángel Pericet Carmona (técnica bolera con sus correspondientes bailes de repertorio tradicional, y algunas danzas folclóricas), Francisco León “Frasquillo”(flamenco) Pepito Mezquita (bailes de estilo internacional: ingleses, franceses y claqué) para estudiar posteriormente en 1936 con Paco Reyes en Barcelona, del que incluyen sus primeras coreografías clásicas (Bolero de Maurice Ravel, Danza V de Enrique Granados y algunos paisajes de las zarzuelas La leyenda del beso de Reveriano Soutullo y Juan Vert, y de Los claveles de José Serrano). En 1929 actúan en la Exposición Iberoamericana de Sevilla, cambiando su nombre artístico por «Los Chavalillos Sevillanos». Bailan en la Exposición Internacional de Lieja (Bélgica) de 1930.

Rosario y Antonio en « Hollywood Canteen». 1944. Colección privada de Francisco Ruiz Musulen (sobrino nieto de Antonio y heredero) y Teresa Maizal (sobrina política de Antonio) Rosario y Antonio 1939. Colección privada de Francisco Ruiz Musulen (sobrino nieto de Antonio y heredero) y Teresa Maizal (sobrina política de Antonio)

En 1933 debutan en el Teatro Fuencarral de Madrid con la Compañía de la Niña de los Peines y Pepe Pinto. Continúan sus actuaciones en la capital de España en salas de fiesta y espectáculos de Ópera Flamenca, compartiendo escenario con grandes figuras de la escena, hasta que en 1936 se trasladan a Barcelona. Realizan un tour por el sur de Francia que finaliza en Avignon y de aquí marchan a Marsella. El empresario de variedades Marquesi les ofrece un contrato para trabajar en Argentina y una tournée por Sudamérica. Julia Padilla (madre de Rosario) jugó un papel muy importante en la carrera de Roario y Antonio, acompañándoles en todo momento, haciendo las veces de madre y representante de la pareja.

Esta primera etapa de formación, sumada a la experiencia artística compartiendo escenario con artistas de la talla de La Malena, La Macarrona, La Niña de los Peines y Pepe Pinto, Angelillo, Niño de Utrera, Niño Ricardo, Guerrita, etc., fueron los pilares para afrontar el periplo americano que sigue a continuación y las bases que forjaron su propio estilo.

SEGUNDA ETAPA “El periplo americano” (1937-1948)

Desde la llegada de Rosario y Antonio en 1937 a Argentina, donde se incorporan a la compañía de Carmen Amaya en el Teatro Maravillas de Buenos Aires, con el espectáculo “Las maravillas del Maravillas”, comienzan los éxitos, ofreciendo a continuación su primer recital de danza española en el Teatro Ateneo de Buenos Aires para continuar durante dos años con una gira por Chile, Uruguay, Ecuador, Bogotá, Caracas, Cuba, México, Río de Janeiro, para continuar en el Waldorf Astoria de Nueva York, cambiando el nombre artístico por “Rosario y Antonio”.

Su participación junto a Rosario en cuatro películas de Hollywood sería otro de los triunfos: Ziegfeld Girl (1941), Sing another chorus (1941), Hollywood Canteen (1944) y Pan-Americana (1945). Estas intervenciones cinematográficas junto a las que hicieron en musicales como Sons o'Fun de Broadway (Nueva York 1941), sumadas a la gran intuición y creatividad de Antonio, fueron caldo de cultivo para conocer e integrar elementos procedentes de aquellas corrientes artísticas, de un país que contaba con una potentísima infraesctructura del espectáculo musical de aquella época, sumado al apoyo intelectual de un grupo compuesto por eruditos, críticos e investigadores que trabajaban en torno a la danza.

Trabajaron en los más importantes espacios escénicos del continente americano como: En los teatros Maravillas, Ateneo y Metropolitan de Buenos Aires (Argentina), La Comedia y Municipal de Santiago de Chile, Bolivar de Quito (Ecuador), Colón de Bogotá, Municipal San Pablo de Caracas (Venezuela), State de Nueva York, Chicago de Chicago, Winter Garden de Nueva York-Broadway, Ford de Baltimore, National Theater de Washington, Loew's State-National y Orchestra Hall de Nueva York – Washington – California – Florida y Tejas, Ziegfeld Theater de Nueva York-Broadway, Adelphi de Nueva York y América de Chile - Perú y La Habana (Cuba).

En importantes salas de fiesta de lujosos hoteles como el Hotel Mark Hopkins de San Francisco, Hotel Pierre de Nueva York – Washington, Hotel Baltimore de Nueva York, Hotel Waldorf Astoria en sus salas “Sert Room” “Empire Room” “Starlight Roof” “Wedgewood Room” de Nueva York, Hotel Palmer House en su sala Empire Room de Chicago y el Hotel Plaza en su sala “Persian Room” de Nueva York.

En salas de concierto como Carnegie Hall de Nueva York, Orchestra Hall de Michigan, Concert Hall de Philadelfia, Constitution Hall de Washington, Odgen Hall de Hamptom, Jordan Hall de Boston.

Rosario y Antonio “Esquire * The magazine for men“ Enero 1944. Fuente C.A.D.F.

En auditorios como Auditorio Sodre de Uruguay (Montevideo), Theresa L. Kauffman Auditory de Nueva York, Philharmonic Auditorium de Los Ángeles, Public Auditorium de Cleveland y City Auditorium de Galvelston. En teatros de Ópera como el Cosmopolitan Opera House de Nueva York, el Civic Opera House de Chicago, el The Lyric Opera House de Baltimore y el Metropolitan Opera House de Nueva York.

En prestigiosas salas de fiesta como la Sala El Edén de Santiago de Guayaquil (Ecuador), El Patio de México, Habana-Madrid de Broadway o Casino Copacabana de Río de Janeiro (Brasil).

En salones de actos de universidades como Occidental College de Los Ángeles o Hunter College, Central High School of Needle Trades y Hunter College Assembly Hall de Nueva York.

En programas de radio con público en directo y a través del sonido como The better half de Nueva York.

En recintos culturales como el Palacio de las Bellas Artes de México, donde Antonio estrena el “Zapateado” sobre música de Pablo Sarasate (coreografía que ha sobrevivido hasta la actualidad), siendo interpretada en las más prestigiosas compañías españolas como el Ballet Español de Antonio, Ballet Nacional de España, Ballet Español de María Rosa y la Compañía Antonio Márquez. En importantes club nocturnos como el Ciro’s Night Club de Nueva York y el Arts Club de Chicago. Además del pabellón Madison Square Garden de Nueva York, la sala music hall Houston Music Hall de Houston y el Teatro-Cine Roxy de Nueva York-Broadway.

Otro testimonio del éxito son las portadas que ocupan en prestigiosas revistas como la neoyorquina “The American Dancer” (1942), la estadounidense “Esquire The magazine for men” (1944) o la europea del Reino Unido de Gran Bretaña “Picture Post” (1945)

Rosario y Antonio “El Rey de Sierra Morena“ 1949. C.A.D.F.

Rosario y Antonio en revista “Picture Post”. Londres 7 julio 1951 / Pag. 22. C.A.D.F.

El empresario Nicolás Mesutti les ofrece un contrato para hacer una tournée por España. Aceptan, firmando otro contrato con la Columbia Concert Artist para realizar a su vuelta el 5º American Concert Tour.

Con tan sólo veintiocho años, Antonio se había convertido en uno de los artistas más relevantes de la escena americana y su triunfo en el continente fue incuestionable. Estos doce años de periplo americano son sin lugar a dudas determinantes para el desarrollo de un artista integral, al tener una incesante actividad artística repleta de grandes éxitos a lo largo y ancho del continente americano.