Junio 2017. Separata de Cáritas Diocesana de Zaragoza

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Diocesana de Zaragoza Suplemento semestral de Iglesia en Aragón

Junio 2017

Llamados a ser comunidad En la fiesta del Corpus Christi, Cáritas invita a crecer como comunidad de hermanos y a participar en la eucaristía, sacramento de comunión con Dios y con nuestros semejantes. De este modo, cuantos comemos de un mismo pan no sólo somos invitados a formar un solo cuerpo, sino a crecer en la espiritualidad de comunión que dé sentido y anime nuestro compromiso social en favor de los que sufren. (Mensaje de la Comisión Episcopal de Pastoral Social) El día del Corpus Christi celebramos el amor fraterno, la presencia real de Jesús en la eucaristía. Cáritas nos recuerda que aún queda mucho por hacer, que esa llamada a ser en común debe mover nuestro corazón y nuestros pies para acercarnos a los hermanos y hermanas que nos necesitan. La comunión se hace visible en la medida en que construimos un mundo más justo y humano. Los agentes de Cáritas trabajamos por la justicia, pero la caridad trasciende la justicia. Se nos pide dar a cada uno lo “suyo” y dar también de lo “nuestro” para compartir con el otro lo que tenemos y somos. Un mundo más humano no se promueve solo con relaciones de derechos y deberes, sino antes, y más aún, con relaciones de gratuidad, de misericordia y de comunión. El amor —caritas—

siempre será necesario, incluso en la sociedad más justa, tal como señaló Benedicto XVI en Caritas in veritate. Frente al individualismo creciente, al anonimato, a la indiferencia ante la realidad del otro, Cáritas nos llama a sentirnos comunidad porque nada de lo humano debe sernos indiferente. Todos somos responsables de todos. El papa Francisco dice que “la comunidad parroquial es y está llamada a ser comunidad de comunidades, santuario donde los sedientos van a beber para seguir caminando (…), ámbito de viva comunión y participación”. Si así es Cáritas, como expresión organizada de la caridad de la Iglesia, también está llamada a generar comunidad y a promover la comunión y la participación. La comunidad es el espacio donde creemos que podemos acompañar y ser acompañados, donde quien necesita consuelo

encuentra acogida y cariño. Desde este espacio privilegiado es posible soñar un mundo diferente, una sociedad donde el bien común se convierte en promesa, esperanza del Reino que asienta sus raíces. Contribuir a mejorar la calidad de vida significa reorientar los fines que dirigen la vida personal y la convivencia colectiva hacia cotas de un nivel superior de dignidad personal y desarrollo social. Habrá comunidad humana cuando los ciudadanos respetemos los derechos ajenos y cumplamos las obligaciones propias; cuando nos movamos por el amor de tal manera que sintamos como nuestras las necesidades del prójimo y hagamos a los demás partícipes de nuestros bienes. Reconocer el derecho al desarrollo integral y solidario es tan solo un primer paso para realizar el sueño de Dios, que requiere un ejercicio de

conversión personal: “Dios ha destinado la tierra y todo lo que en ella se contiene para uso de todos los hombres y de todos los pueblos, de modo que los bienes creados deben llegar a todos en forma justa, según la regla de la justicia, inseparable de la caridad”, tal como el Concilio Vaticano II nos recordó. Esto nos lleva a ampliar la mirada e incidir con nuestra acción no solo en nuestro territorio, sino más allá de nuestras fronteras, haciendo que las injustas relaciones internacionales y el consiguiente sufrimiento de las personas de otros países sea también el nuestro. Tengamos presente que Laudato Si’ nos llama a cultivar y custodiar con responsabilidad la creación, prestando especial atención a los más pobres, que son los que más sufren las consecuencias de los daños ambientales. Jaime Sanaú Villarroya Director-Delegado Episcopal


Si te relacionas, creas comunidad La mesa hace comunidad y la comunidad se fortalece en torno a la mesa. Ése es precisamente el sentido de la eucaristía que los cristianos celebramos. La comida compartida forma parte de gran número de celebraciones en muchas y variadas culturas, incluso en los duelos. La familia se ha reunido siempre en torno a la mesa para comer; se invitaba a aquellos a los que se quería honrar. Compartir la mesa era un signo de amistad; de ahí que los “buenos” le echaran en cara a Jesús que se sentara con pecadores. Leí hace años en una revista que la mejor forma de acabar con la familia era hacer que ésta no comiera junta. La publicación databa de comienzos del siglo veinte, de los tiempos de la revolución rusa. Recuerdo que esta reflexión me impactó. En cuanto a la sociedad, podemos afirmar que si no se relacionan las personas se destruye el tejido social y es más fácil dominarla.

Y es que la comida invita a la relación y lleva a la sobremesa, un momento relajado, de paz, donde se da una atmósfera especial de intimidad. Nadie puede ser feliz aislado, lo refiere muy poéticamente Antoine de Saint-Exupéry, en su libro El Principito. “Si tú te acercas, tendremos necesidad uno del otro”. Tú ya no me serás indiferente, sino que seré capaz de ponerte rostro y nombre. Si te relacionas, creas comunidad, y así se va tejiendo una trama que nos une y donde puede ir naciendo la solidaridad y el amor fraterno. Y el primer aprendizaje y los primeros pasos se dan en la familia, es lo natural. Aunque a veces las relaciones no sean fáciles. Mentalidades diferentes entre padres e hijos, conflictos de intereses, problemas de relación, generacionales… la convivencia continua genera roces que hay que engrasar con el aceite del diálogo, el respeto, la comprensión y la ternura. A continuación vendría la relación en los diversos lugares

Curso de iniciación al voluntariado de Cáritas Diocesana de Zaragoza

donde se desarrolla nuestra vida: colegio, trabajo, ocio, pandilla… Después vendría la relación con los vecinos, que en la ciudad, a veces no existe. No se conoce al que vive en nuestra misma escalera, incluso en el mismo rellano. Así, difícilmente se puede construir una sociedad dialogante y pacífica que busque por encima de todo el bien común, más que los intereses personales y egoístas. Incluso será difícil, sin esta relación, construir una comunidad entre afines de ideas religiosas, políticas, de intereses comunes, si no hay

relación y cuando vivimos de espaldas al “cercano”. Los animales se aproximan y se relacionan entre ellos, y a veces, es verdad, también se agreden. Pero nosotros, ni siquiera nos aproximamos… Futuro difícil para esta sociedad occidental y “avanzada”, pero individualista y cerrada. Los cristianos hemos de actuar y abrir las puertas para acoger y salir, para encontrarnos, tejiendo redes que amparen a todos. Porque si te relacionas, creas comunidad. Gonzalo Gonzalvo Ezquerra Consiliario


De nuevo llamados a ser comunidad “Llamados a ser comunidad” es el lema que resuena en nuestras mentes desde la pasada Campaña de Navidad y se nos hace de nuevo presente en la Campaña de Caridad. Si queremos sobrevivir como humanidad, estamos llamados a ser comunidad, a vivir formando comunidad fraterna. Éste es el núcleo central de la Campaña. Nuestro sueño era y es hacer realidad que «otro mundo posible» sea «casa común» para todos. Hicimos y hacemos además una llamada al compromiso, a establecer signos y realidades de cambios en nuestras personas, en nuestras familias, en nuestras comunidades y parroquias y en la propia institución, como testimonio y ejemplo de cambio. Ahora vamos a celebrar el Día de Caridad, el momento por antonomasia de sentirnos y ser comunidad. Nuestra fiesta grande. Un momento especial y único para celebrar el Amor que se entrega, de modo especial, a los preferidos de Dios, a los que viven en pobreza, a los que sufren la desigualdad, a los excluidos... Si estamos “LLAMADOS A SER COMUNIDAD” hay que contar también con ellos. Es el momento de derribar barreras, de destruir muros, de desinstalar alambradas. Algunas materiales,

visibles y desdichadamente toleradas cuando no aplaudidas y hasta votadas. Otras inmateriales, surgidas en el interior de nuestros corazones endurecidos e indiferentes ante las necesidades de los demás.

Actos Previstos

Al mismo tiempo, Cáritas lanza la propuesta de aprender a vivir en común como un hecho necesario y urgente para salvar nuestra supervivencia. Compartimos espacio y territorio, una misma casa común, nuestra Tierra, que hemos puesto en riesgo de habitabilidad por nuestros excesos a todos los niveles, lo que está produciendo un cambio climático en todo el planeta, desórdenes y situaciones de caos que provocan en nuestros semejantes pobreza, aislamiento y rechazo. Todo esto ha generado, además, un tsunami de movilidad humana buscando alimento, paz y seguridad. Son reflexiones y constataciones que el papa Francisco nos recalca y subraya en su encíclica Laudato Si´.

14 de junio, 19:00 h. Casa de la Iglesia (Pza de La Seo, 6).

Y, entonces… ¿Nos atrevemos? ¿Nos sentimos llamados? ¿Nos comportamos como verdadera comunidad? Ramón Sabaté Ibarz Voluntario responsable de Animación Comunitaria

Horarios de las acogidas de verano Durante julio y agosto las acogidas de Cáritas se realizarán en los siguientes centros: Servicios generales Paseo Echegaray y Caballero, 100. De 8:00 a 15:00 h. Parroquia de la Presentación de la Virgen C/ Teresa de Calcuta, 2 (esquina con C/Juan Carlos I). De 9:00 a 13:30 h.

Acto público en la calle del Gesto Diocesano 2017

Parroquia de San Francisco de Asís C/ Venecia, 1 (esquina con Avenida de América). De 9:00 a 13:30 horas. Teléfono de información: 976 294 730

CONFERENCIA

Fidel Aizpurúa: “El sueño de una comunidad humana que cuida de la Tierra”. EUCARISTÍA 15 de junio, 19:00 h. Parroquia de San Ignacio Clemente Delgado (Pza. Mary Poppins, 1). Preside la celebración don Vicente Jiménez Zamora, arzobispo de Zaragoza.


¿Cómo puedo colaborar con Cáritas? Participando como voluntario en los equipos de Cáritas parroquiales, programas o proyectos, compartiendo tu tiempo y habilidades junto a otras personas en favor de los últimos. Inscribiéndote como socio, aportando una cuota mensual, trimestral o anual. Gracias a sus socios Cáritas puede desarrollar y sostener proyectos con compromiso de continuidad en el tiempo. Colaborando como punto selecto al ofrecer información

publicitaria de Cáritas en tu empresa u oficina.

contenedores rojos distribuidos

Colaborando puntualmente con aportaciones económicas en colectas parroquiales, en la sede de Cáritas o con ingreso en la cuenta corriente.

Más información y listado

Disponiendo de testamento en forma de legado y/o donando en vida parte de tus bienes o derechos para el sostenimiento de las actuaciones de Cáritas. Colaborando con A TODO TRAPO Zaragoza con la entrega de ropa usada en los

solidarios de LA ARTESA

a lo largo de toda la diócesis.

de contenedores en: www.fundacioncaritaszgz.es

Regalando solidaridad: adquiriendo productos y publicitándolos entre nuestras familias y amistades. Comprando en la tienda LATIDO VERDE ejercerás un consumo responsable y apostarás por la inserción laboral.

Creando conciencia: leer, escuchar, participar y compartir en tu círculo cercano y a través de las redes sociales, el mensaje y las actividades de Cáritas.

«Les agradezco tanto, en nombre de toda la Iglesia, lo que hacen por los últimos. Los aliento a proseguir en esta misión. (…) Confiando en el poder del Evangelio podemos contribuir verdaderamente a cambiar las cosas o al menos a mejorarlas. Podemos reafirmar la dignidad de cuantos esperan una señal de nuestro amor y proteger y construir juntos “nuestra casa común”». MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO, DEL 17 DE NOVIEMBRE A LAS CÁRITAS DE TODO EL MUNDO


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