Entre nosotros, nº 5, abril 2018

Page 1

ENTRE NOSOTROS PROYECTO DE ACOMPAÑAMIENTO “SAN NICOLÁS” PUBLICACIÓN TRIMESTRAL • NÚMERO 5 • ABRIL DE 2018

Este trimestre...

Diocesana de Zaragoza Proyecto de acompañamiento San Nicolás

PROYECTO DE ACOMPAÑAMIENTO “SAN NICOLÁS” C/ Universidad, 11 • 976 399 227 • 50001 Zaragoza

Este trimestre nuestro tema de reflexión y trabajo ha sido la comunicación. Después de recopilar y analizar frases de nuestro refranero popular hemos fijado como lema del trimestre el siguiente: “De la comunicación viene el entendimiento”. Con este lema expresamos que gracias a la relación que nos permiten los medios de comunicación nos acercamos al saber y la cultura de los demás. Y así entendemos más sobre la vida, la ciencia y las cosas de nuestra historia. Pero, sobre todo, que gracias a la comunicación con las personas con las que convivimos tendemos puentes para conocer, respetar y apreciar más a los demás. Porque “hablando se entiende la gente”. Para mejorar nuestras herramientas en función de este objetivo, los lunes hemos trabajado las “habilidades sociales”. Gracias a las sesiones preparadas por Ana y Azucena hemos trabajado actitudes importantes para mejorar nuestra comunicación: escucha activa, autoestima, sentimientos y emociones, asertividad, empatía... No sólo teoría sino, sobre todo, sesiones muy dinámicas a base de ejercicios prácticos. Una sesión especialmente entretenida fue la que nos ofrecieron Teresa y Pilar. De su mano conocimos a “Mari Puri”. Con la ayuda de este personaje ficticio nos enseñaron cómo presentarnos y comunicarnos en distintas situaciones de nuestra vida: parada del autobús, vecinos/as, amigos/as, médico, INAEM... Aprendimos que el contexto de la relación hace que la forma de la comunicación revista matices y coloridos diferentes. ¡Gracias por vuestra creatividad! Una bella forma de comunicarse dicen que es la expresión artística. Dicen... porque, hasta ahora, nosotros de eso ¡ni idea! Pero José Luis ha conseguido que seamos capaces de expresarnos, también, con arte. Simplemente poniendo unos pinceles en nuestras manos y diciendo: “Crea tu obra de arte”. Bueno, no, que antes nos explicó qué es una paleta de colores, el volumen, la perspectiva, la luz y las sombras... Y, sobre todo, con sabiduría y paciencia, nos ha animado y apoyado en nuestra tarea. Estamos muy orgullosos de lo conseguido.Y felices de que nuestros trabajos sirvan para dar color y vida a los pasillos de nuestro lugar de encuentro y trabajo. ¡Parecen verdaderas obras de arte! A lo mejor es que, sin darnos cuenta, nos hemos inspirado de los grandes maestros con las visitas culturales que hemos realizado. Sobre todo Goya, al que hemos visitado tanto en CaixaForum como en el Museo Goya.Y en La Lonja hemos visto la exposición “Paseando la mirada. Historias ilustradas de Zaragoza”. También la cocina ha sido un ejercicio de comunicación. Durante este trimestre hemos sido cada uno de nosotros, por turno, los que hemos dirigido la sesión. Hemos tenido que elegir un plato de nuestra especialidad. Preparar la receta correspondiente: ingredientes con sus cantidades, utensilios, proceso de elaboración, manera de presentarlo... Y con todo eso, y los “nervios del directo”, ser capaces de explicarlo al resto del grupo. Todos

hemos pasado la experiencia con satisfacción... Sesiones especiales han sido las que nos ha regalado Miguel para señalar dos momentos importantes: churros como regalo en la fiesta de los Reyes Magos, torrijas con motivo de la Semana Santa. Hemos seguido nuestro trabajo en el huerto. Labores típicas de la época. Y atender a las muchas visitas que se interesan por esta actividad. La gran novedad es la que estamos haciendo ahora mismo. Estamos poniendo un sistema de riego por goteo. Un trabajo que nos permite sentirnos ingenieros ya que supone toda una innovación que hay que planificar y desarrollar para que todo quede perfecto. Gracias que contamos con la experta dirección de Mariano. De cara al verano esto facilitará nuestra labor y se notará en la mejora del producto. Los viernes culturales nos han ilustrado sobre las particularidades de cada uno de los medios de comunicación y de las diferentes maneras de expresión que tenemos. Empezamos trazando, entre todos, la “línea del tiempo de la comunicación” y terminamos sintiendo cómo las cofradías expresan su mensaje de Semana Santa a través del color, el sonido, la imagen, la emoción... e, incluso, con el silencio. De paso, descubrimos mucha historia antigua de nuestra ciudad que sigue actual en muchas obras de solidaridad. El colofón del trimestre fue la “actividad conjunta”. Con distintas actividades jugamos y dimos vida a lo trabajado durante estos meses. Especial interés, dada su dificultad, fue la experiencia de explicar a un marciano, qué cosa es eso de un partido de fútbol. Tampoco estuvo mal representar un mensaje, en grupo, mediante expresión corporal. O guasapear entre nosotros, pero sin móvil. Y más, mucho más... Tres acontecimientos significativos podemos destacar durante este tiempo. La bendición de nuestros nuevos locales por el Sr Arzobispo, don Vicente, que nos impresionó por su cercanía y sencillez. La visita al proyecto por parte del Sr Alcalde de la ciudad y parte de su equipo. Y nuestra participación en el vídeo producido por TVE, “El corazón de Zaragoza”, sobre la acción de Cáritas y que se pudo ver dentro del programa “Pueblo de Dios”.


te transparente. Tenemos el don de la palabra para aclarar dudas y completar lo que haga falta. Lo mejor es comunicarse desde el corazón. De esa manera se nos asegura lo fundamental: que haya veracidad en la comunicación, que se mide más que por la cantidad de palabras por su calidad y calidez. Y, por eso, dos personas que ya han compartido mucho en sus vidas necesitan pocas palabras en su caminar juntos.

Comunicar es...

L

as personas no somos perfectas. Ni completas. Que somos más personas cuando nos enriquecemos en el encuentro con los demás. Porque no somos islas necesitamos la comunicación con nuestros semejantes para hacernos mejores personas. Solamente así desarrollamos la mente, la imaginación, los sentimientos... Por eso, desde las cavernas, el ser humano ha sentido la necesidad de comunicarse. Te puedes comunicar con la gente para compartir una conversación, para trabajar, para tener una amistad... Porque es verdad que las máquinas algún día nos dominarán en rapidez y eficacia. Pero, esperamos que nunca en la cercanía, la sensibilidad y la emoción que solamente podemos encontrar en las personas con las que vivimos. Nuestro cuerpo nos proporciona muchos medios para comunicarnos. Porque mandamos mensajes con el hablar, pero también con el mirar, escuchar, tocar, oír... Y con nuestro estado de ánimo, con la emoción del gesto, con nuestra postura corporal. No hacen falta palabras para decir lo que queremos. Que, a veces, únicamente con un gesto y una expresión corporal podemos comunicar sentimientos y emociones que no logramos encerrar en palabras. Es la comunicación no verbal que nos informa de muchas cosas. Pero que, a veces, puede ser incompleta y engañosa. Porque no existe la comunicación perfectamen-

Tenemos que tener en cuenta que el diálogo entre nosotros tiene sus normas que hay que conocer y respetar. No hay que gritar más alto para hablar mejor. Al que más grita se le entiende menos. Si hablas con claridad se te entiende mejor. No hay que hablar con rodeos sino con sencillez, cara a cara. Hay que saber hablar, pero, también ¡saber escuchar! Lo más importante de la comunicación es saber escuchar. Para entender a otro hay que escucharle. Comunica mejor el que mejor escucha. Necesitamos paciencia para escuchar atentamente sin precipitar juicios o condenas. Escuchando aprendemos lo que no sabemos y comprendemos mejor a los demás. Por fin, que no lo menos importante, está el respeto a la persona y sus opiniones. Con respeto y humildad se va a todas partes. Si no tienes respeto y humildad pierdes la razón y rompes todos los puentes de la comunicación. Porque no se trata de estar de acuerdo con lo que el otro dice. Sino de entender que su opinión es tan sagrada como su persona.

Palabras que hieren... Hay palabras y palabras. Hay palabras que matan, hieren, dañan, engañan, deshacen, confunden. Es triste constatar cuántas veces las palabras no sirven a las personas para entenderse sino para distanciarse. Palabras que hieren en lo más profundo de la dignidad personal. Hay personas que sin conocerte lanzan bulos y rumores que no son verdad y te hacen mucho daño. Son palabras que bloquean todo intento de comunicación. Me duelen en el alma estas palabras que mienten y engañan. Hay palabras que te rompen por dentro. Son las palabras de rechazo. O los gestos con los que te sientes ignorado. En esos momentos me siento como el viejo elefante que se aparta de la manada para buscar la soledad donde morir en paz. Personas que se sienten superiores a los demás y con sus palabras agresivas dañan los sentimientos de las personas. Palabras llenas de ironía que sólo pretenden ofender. Como cuando te confundes en algo y te dicen: “¿eres tonto o qué?”; “hala, ya, venga, esto lo sabe hasta el más tonto de...”; “eres más simple que el mecanismo de un chupete”... Las palabras despectivas son las más hirientes y dañinas. Te dejan con la sensación de inferioridad e impotencia. Por ejemplo cuando te dicen: “no vales para nada”; ¿”por qué no te reciclas?”; ¿te convendría ir al sicólogo”; ¿por qué no te pierdes?”; “no quiero ni verte”; “eres una completa nulidad”... Personas que sólo buscan la ocasión para humillar o resaltar el fallo. Como cuando cocinas con cariño y ni siquiera te dan las gracias, sino que dicen: “pues... está un poco soso”; “a ver si lo mejoras”... O en otras situaciones: “¡si es que te no enteras de nada!”; “¿estamos sordos o qué?”; “deja de hacer el payaso y céntrate” Hay palabras que denotan poca paciencia y tolerancia: “Si no te gusta.... ¡puerta!”; “no estoy para perder el tiempo contigo”; “las reglas son éstas y no hay más que hablar”... Hay palabras que duelen profundamente en el alma. Como cuando te dan los resultados sobre la enfermedad de un ser querido que acaba en desenlace fatal. Y no se puede hacer nada. Aceptar la vida como viene. No queda otra. Habría que borrar de nuestro diccionario personal palabras como “imposible”, “no puedo”, “incapaz”... Porque son barreras imaginarias que nos impiden realizar cosas que de otro modo sí podríamos, por lo menos, intentarlas. En definitiva. Que hay palabras que no vale la pena decir. Palabras con las que no ganamos nada. Sino que perdemos el objetivo de la palabra: tender puentes entre las personas.

Palabras que dan vida Hay palabras y palabras. Hay palabras que resucitan, construyen, crean, mejoran la vida.... Palabras que tocan el alma y la animan. Palabras llenas de vida y que te llenan de vida. Son las palabras cargadas de amor que, en definitiva, es el verdadero camino hacia la salvación y la felicidad.

Hay personas que te alegran la vida y con sus palabras y actitudes hacen fácil la convivencia. Palabras que te dan moral para seguir viviendo. Palabras que te ayudan a seguir adelante a pesar de las dificultades. Palabras que te dan muchos ánimos. Y es tan sencillo. Como cuando sin más motivo te dicen: “Mamá/papá, te quiero”. O el amigo que te da un abrazo y te dice: “amigo mío, te quiero porque sí y porque me da la gana”... Palabras que expresan la confianza que tienen en tus posibilidades: “te daría la vida, pero has de hacerlo por ti mismo para que mejores tus actitudes”; “creo que con un poco más de tiempo llegarás lejos y mejorarás”; “¿me das pan?.... no, no te daré pan; te daré harina y agua y tú harás tu propio pan”... Palabras cargadas de esperanza de que ante la nada hay siempre un después: “no te veo todavía preparado, pero, ¿por qué no insistes en mejorar este aspecto y luego vemos, de nuevo, si has mejorado...?“; “con un poco más de constancia lo conseguirás”... Hay palabras cargadas de cariño que te llenan de satisfacción de vivir. Como cuando la familia te da las gracias por esa comida que has preparado: “qué bien te ha salido”. O en otras ocasiones: “¡te queda genial!”, “¡qué guapo/a estás”; “¡cuánto sabes!”; ”¡cuánto tengo que aprender de ti”; “qué bien haces eso”.... A mi me motiva cuando aprendes algo y te alaban por el esfuerzo realizado. Todos nos sentimos bien cuando en casa se dicen palabras de cariño. Hay palabras de consuelo que te ayudan en momentos duros. Te ayudan a entender que la vida sigue y que hay que acatarla como viene. La palabra “gracias” siempre está llena de buenos sentimientos. Sirve para reconocer a otra persona lo bueno que ha hecho. El agradecimiento es la primera lección de una buena relación. La palabra “perdón” es curativa de las relaciones entre las personas. Exige humildad y reconocimiento del mal hecho. Ayuda a que las distancias del rencor no se hagan insoportables. En definitiva, que tenemos que emplear más palabras para “bendecir” y menos para “maldecir”. Seguro que seríamos más felices.


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.