Separata de Caritas, junio, 2015

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DICIEMBRE 2014

n Campaña del Día de Caridad: ¿Quién es mi hermano? n La doble misión de Cáritas

¿quién es mi hermano? Sin dignidad no hay justicia. Sin justicia no hay dignidad. Envueltos en la indignidad y en la injusticia se encuentran miles de personas que sufren las consecuencias de un sistema económico que les ha sumido en la pobreza y en un continuo desasosiego personal y familiar. A lo largo del año dos mil catorce, en sus ciento dieciocho puntos de acogida y servicios especializados, Cáritas Zaragoza, desde su labor silenciosa y con la colaboración de socios, trabajadores y voluntarios, ha contribuido en la tarea evangélica de ser altavoz del clamor de los excluidos procurando, en paralelo a su labor de ayuda inmediata, educar en valores a través de actividades en centros educativos o por medio de la tienda solidaria La Artesa, o haciendo visible la injusticia denunciando proféticamente, en solitario o junto a otras entidades, todos aquellos aspectos que atentan contra la dignidad de las personas. Por eso Cáritas en su campaña de Caridad nos anima a preguntarnos dónde se encuentra el hermano necesitado y, lo que es más importante, a acercarnos a él. No podemos vivir ajenos al drama de los que no tienen trabajo, de las

familias con todos sus miembros en paro, de la pobreza, de los jóvenes excluidos del mercado de trabajo, de los desahuciados. Ni podemos pasar indiferentes ante el empeoramiento de las condiciones de vida. En el ámbito europeo e internacional son continuas las llamadas de Cáritas Europa y Cáritas Internacional insistiendo en que los pobres siguen pagando por una crisis que no provocaron. Es más, se señala que los problemas sociales generados van a tener un impacto duradero en este sector de población, esto es, que la pobreza va a cronificarse. Pero tampoco debemos olvidar la realidad sangrante de las muertes de cientos y cientos de personas en nuestro Mar Mediterráneo frente a las costas de Libia o ante las costas italianas y españolas. Personas que necesitan de nuestro apoyo y de nuestra acción. La respuesta a la pregunta de la Campaña de Caridad del presente año ¿quién es mi hermano? queda abierta y solicita la respuesta de nuestros corazones. JAime Sanaú Villarroya Director de Cáritas Diocesana de Zaragoza


La Doble Misión de Cáritas La misión de Cáritas es la de acoger y atender a las personas necesitadas, haciéndolas artífices de su propio desarrollo, levantarlas de la cuneta de la vida, ponerlas en pie y acompañarlas. Pero además, y al mismo nivel, hacer una denuncia concreta de la opresión, la violación de los derechos humanos, las causas de la pobreza. Esto nos cuesta hacerlo y nos justificamos en que no hemos de herir a nadie, ni romper las buenas relaciones que hemos de tener con la autoridad. Sin embargo, traicionaríamos la identidad de Cáritas y el papel que como cristianos hemos de tener en la sociedad, de la que también formamos parte. Y como el papa Francisco ha escrito en su exhortación “El gozo del Evangelio”, hemos de denunciar “la economía de la exclusión” que sigue produciendo más muertos que todas las guerras y terrorismo actuales, una economía en la que es más importante una caída de dos puntos en la bolsa que millones de personas pasen con menos de un euro al día. También hemos de denunciar “la cultura del descarte” por la que muchas personas son tratadas como desechos, sobrantes. No se busca una economía que integre a todos, y se da por aceptado que siempre tendrá que haber excluidos y marginados. Asimismo también es denunciable “la idolatría del dinero” que nos lleva a ponerlo por encima del ser humano, en contra de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI). Es la adoración del becerro de oro que nos lleva a una economía sin rostro, con una autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera, que pone en la calle, de un día para otro a miles de trabajadores. En los mismos planos de denuncia hemos de situar la corrupción y la evasión fiscal causantes de que los recursos no lleguen a los ciudadanos, pasando a engordar las cuentas corrientes de los privilegiados y ricos de la sociedad en paraísos fiscales. O la situación de hambre generada por la injusta distribución de los bienes y por el desperdicio de los alimentos, cuando no su destrucción para mantener los precios. Se derrocha en el Norte a costa de las materias primas y de los precios bajos y miseria del sur. Se favorece así un clima que genera violencia y que tarde o temprano provocará su explosión. Hoy ya cientos de miles de personas presionan en las fronteras de los países ricos. Finalmente la denuncia debería también centrarse en mostrar la conculcación de los derechos humanos, comenzando por el de la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, que incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestarla, tanto individual como colectivamente, tanto en público como en privado. Cáritas, que somos la Iglesia, nunca podrá renunciar ni a la denuncia, con alternativas y propuestas, ni a la defensa de los derechos humanos, porque sería traicionar su propia esencia. Gonzalo Gonzalvo Ezquerra Consiliario Diocesano de Cáritas

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a Campaña de Caridad del presente año se nos presenta bajo un imperativo: Ama y vive la justicia y a continuación se nos señala un camino de reflexión bajo la pregunta ¿Quién es mi hermano?, segunda parte lógica de la inquietante pregunta de Dios a Caín en el Génesis sobre la que giró la pasada campaña de Navidad: ¿Qué has hecho con tu hermano? Amor y justicia. Un binomio interdependiente. Y a continuación, el enfoque hacia el hermano: una invitación a la reflexión. ¿Hacia quién? ¿Quién es el hermano que necesita de mi? ¿Quién es el hermano que carece de derechos y de dignidad porque de ambas cosas se le ha privado injustamente? He aquí la labor de discernimiento que nos señala la campaña. La caridad requiere discernimiento. Benedicto XVI en su encíclica Caritas in veritate nos señalaba que “la caridad no excluye el saber, más bien lo exige, lo promueve y lo anima desde dentro. El saber nunca es sólo obra de la inteligencia. Ciertamente, puede reducirse a cálculo y experimentación, pero si quiere ser sabiduría capaz de orientar al hombre a la luz de los primeros principios y de su fin último, ha de ser sazonada con la sal de la caridad. Sin el saber, el hacer es ciego y el saber es estéril sin el amor. No existe la inteligencia y después el amor, existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor”


Campaña 2015

¿Quién es mi Hermano? invitación al discernimiento

El discernimiento es el amor inteligente o la inteligencia movida por el amor. Caminar en el discernimiento supone preguntarse desde nuestra condición humana y, en una perspectiva de fe, desde la verdad de Dios, qué puedo y debo hacer aquí y ahora, en el contexto concreto sociopolítico que me ha correspondido vivir. El contexto en el que estamos inmersos ciertamente es difícil y muy complejo. Nos sentimos abrumados y en ocasiones hasta sobrepasados por los acontecimientos: los planes de ajustes, los recortes, los desahucios, las tragedias de los inmigrantes ante nuestras fronteras o en el Mar Mediterráneo, los jóvenes sin futuro, las familias en continuos desasosiegos ante la falta de perspectivas económicas y laborales, la pérdida de valores que originan conductas egoístas marcadas un día sí y otro también porla corrupción y la insolidaridad. Ante todo ello, nos sentimos perplejos y desorientados. No cabe duda que estamos viviendo unos momentos históricos cargados de desconcierto en todos los órdenes. Pero si hay algo seguro desde una perspectiva de fe es que la acción caritativa y social son hoy absolutamente imprescindibles. Pero ¿de qué manera, bajo qué premisas? Ante esta situación son fundamentales las actitudes de escucha y discernimiento. La Conferencia Episcopal Española en el documento “La Caridad de Cristo nos apremia” publicado en el año 2004, señalaba que “sin escucha y discernimiento, la caridad eclesial no responderá a la historia cambiante de un mundo cada vez más complejo, plural y globalizado”. Estas palabras resuenan con más fuerza en estos momentos de crisis social y económica. La respuesta hoy a la pregunta ¿Quién es mi hermano? debe comportar referencias permanentes a la Palabra de Dios y a la Doctrina Social de la Iglesia. La fe nos da principios y criterios de acción, pero nos advertía Benedicto XVI en su encíclica

“Caritas in veritate” que la fe debe estar relacionada y complementada con la mediación de las ciencias sociales para determinar el necesario discernimiento de aquello que es mejor en el servicio al ser humano. Discernir a través de análisis y diagnósticos para saber qué sucede y por qué sucede lo que sucede y aplicar criterios evangélicos en el momento de buscar soluciones y alternativas posibles. Y en la línea de las soluciones discernir si lo que proponemos respeta la dignidad de las personas a las que queremos ayudar, es decir, saber identificar al hermano necesitado y estar a su lado convirtiendo nuestra existencia en receptividad y donación, huyendo de todo tipo de protagonismos. El Espíritu ha propiciado que recientemente la Conferencia Episcopal Epañola hiciera público, a finales del pasado mes de Abril, el documento IGLESIA, SERVIDORA DE LOS POBRES. Un documento necesario para realizar un ajustado discernimiento: “En los últimos años, especialmente desde que estalló la crisis, somos testigos del grave sufrimiento que aflige a muchos en nuestro pueblo motivado por la pobreza y la exclusión social; sufrimiento que ha afectado a las personas, a las familias y a la misma Iglesia. Un sufrimiento que no se debe únicamente a factores económicos, sino que tiene su raíz, también, en factores morales y sociales”. Al mismo tiempo se subraya que en este período de crisis se han ido acrecentando las desigualdades sociales, debilitando las bases de una sociedad justa. Esta realidad nos está señalando la tarea: nuestro objetivo ha de ser “vencer las causas estructurales de las desigualdades y de la pobreza”, como pide el papa Francisco. La crisis no ha sido igual para todos. De hecho, dicen los Obispos, para algunos apenas han cambiado las cosas. Todos los datos oficiales muestran el aumento de la desigualdad y de la exclusión social, lo que representa sin duda una seria amenaza a largo plazo. Las brechas

de las desigualdades sociales están más abiertas que nunca y no se vislumbran ni siquiera caminos de acercamiento. El documento episcopal es meridianamente claro al hablar del paro juvenil, de la infancia que vive en la pobreza, de la situación de los ancianos, de un mercado laboral con creación de puestos de trabajo precarios e indignos, de las mujeres que viven en la penuria económica (se cita explícitamnte la “feminización” de la pobreza”), de la pobreza en el mundo rural y de los hombres y mujeres de la mar, de la emigración como nueva forma de pobreza poniendo de manifiesto en este último aspecto que son necesarios programas que vayan más allá de la protección de fronteras, así como el compromiso por parte de los responsables de la Unión Europea, de cuyo territorio somos una frontera más. Exhortamos a las autoridades a ser generosas en la acogida y en la cooperación con los países de origen en orden a lograr unas sociedades más humanas y más justas. El modelo principal de discernimiento es Jesús de Nazaret. El Espíritu condujo a Jesús hasta el desierto antes de comenzar el anuncio de la buena nueva y allí, en la soledad, en la meditación y en el silencio llegó a discernir a la luz de la Palabra cuáles debían ser sus opciones y los caminos a seguir para ser Buena Noticia para los pobres. El camino del discernimiento quedaba señalado y clarificado. Ramón Sabaté Responsable voluntario de Animación Comunitaria de Cáritas Diocesana


CÁRITAS CON NEPAL Tras los tristes acontecimientos ocurridos en el Continente Asiático, Cáritas Diocesana de Zaragoza se ha unido la Campaña de #CáritasConNepal promovida en España desde Cáritas Española. La red internacional de Cáritas (y con ella todas las diocesanas) hemos movilizado todas las estructuras de respuesta a las emergencias para apoyar la operación puesta en marcha por Cáritas Nepal para prestar auxilio a los damnificados por el terremoto de magnitud 7,9 que afectó el pasado sábado a Katmandú y Pokhara, las dos principales ciudades del país, y que ha causado también importantes daños en las zonas fronterizas de Tíbet y el norte de la India. Contamos con toda la comunidad diocesana para ayudar a nuestros hermanos nepalíes e hindúes ya sea en formato de oración o de forma económica.

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CÁRITAS CON LOS INMIGRANTES Cáritas Zaragoza se suma al comunicado emitido por Cáritas Española ante las trágicas desapariciones de inmigrantes en el Mediterráneo. Cada uno de estos centenares de personas ahogadas - entre las que hay menores de edad, muchos de los cuales viajaban solos-, tienen un rostro, un nombre, tienen familia. Eran seres humanos únicos e irrepetibles y, desde nuestra perspectiva creyente, eran y son hermanos nuestros. Ninguno de los fallecidos había tomado libremente la decisión de embarcar hacia Europa. La mayoría huía de la guerra, de las matanzas, de la miseria… El Papa Francisco, que desde los primeros meses de su pontificado expresó su denuncia al respecto manifestando públicamente: Que a nadie la falte el socorro necesario”. Cáritas Zaragoza invita a toda la comunidad eclesial y sociedad en general a unirse en oración por tantas vidas perdidas y quiere expresar su dolor, su solidaridad y su condolencia a sus familias. Al mismo tiempo hace una llamada a mantener viva la sensibilidad, a no dejar de padecer-con todos esos hombres, mujeres y niños que asumen riesgos porque quieren simplemente vivir con dignidad y en libertad.


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