Separata Cáritas Zaragoza, junio 2014

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JUNIO 2014

■ CAMPAÑA DEL DÍA DE CARIDAD: Construyendo espacios de esperanza

■ LA COMPASIÓN: el modo de ser de Dios

■ LOS POBRES NOS LIBERAN: Lectura teológica de la realidad de la pobreza

CONSTRUYENDO JUNTOS La Campaña Institucional de Cáritas nos apela a sembrar la esperanza en un mundo marcado por la incertidumbre, la impotencia y la desesperación y en el que muchos hermanos viven con dureza la pobreza y la exclusión. Las últimas campañas de Cáritas nos han invitado a vivir un estilo de vida sencillo y, en esta ocasión en particular, nos recuerdan que el Papa Francisco nos ha instado a buscar y a encontrar la manera de que “todos puedan beneficiarse de los frutos de la tierra”. Parece que hablamos desde la superficialidad o la falta de profundidad, pero no es así. Hablamos de una esperanza cristiana que tiene la fuerza que nace del Espíritu de Dios. Una esperanza que nos hace creer y confiar en que no estamos solos. No en el sentido mesiánico de los antiguos, del “Dios está con nosotros”, sino en el de una esperanza comprometida y responsabilizadora. La falta de certidumbre en nuestros días está ligada, aunque no exclusivamente, a la elevadísima destrucción de puestos de trabajo, pérdida que ha ido acompañada del empobrecimiento de la sociedad española, el incremento en la desigualdad social y el hundimiento de las rentas más bajas por las limitaciones de las políticas sociales. Se trata de un conjunto de factores que abocan a muchos a la impotencia y a no vislumbrar soluciones. Por eso,

desde Cáritas queremos lanzar el mensaje de que Dios quiere intervenir en el mundo con nosotros, desde nuestras manos, cabezas y corazón. Y nosotros, con la seguridad de que actuaremos con la fuerza del mismo Dios, nos sentimos esperanzados para llevarlo a cabo y luchar por un mundo más justo, desde la humildad del amor y la comprensión. En Cáritas percibimos muchos signos de esperanza que transmitimos a la comunidad cristiana y a la sociedad en general. Seguimos recibiendo nuevos voluntarios, cuyos talentos son siempre necesarios, la generosidad de las colectas y de socios y donantes, así como legados (procedentes de personas altruistas que dejan sus bienes y derechos a Cáritas Zaragoza). Los medios financieros recibidos y el trabajo de voluntarios y técnicos han permitido mejorar y ampliar la actividad que realizamos a través de los proyectos especializados y la atención a las familias, así como la sensibilización, la animación comunitaria y la denuncia profética. Poco a poco y entre todos conseguiremos ir construyendo ESPACIOS DE ESPERANZA cada vez mejores y mayores. Jaime Sanaú Director de Cáritas Diocesana de Zaragoza


LOS POBRES NOS LIBERAN

LA COMPASIÓN: EL MODO DE SER DE DIOS

Lectura teológica de la realidad de la pobreza

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os pobres desde la perspectiva bíblica y desde la sabiduría de la Tradición de la Iglesia no son sólo un fenómeno económico, social, político, son también una realidad teológica, es decir, un “misterio de fe y de liberación”. Comprendemos que Dios se preocupe de los pobres, haciéndoles objeto de sus favores. También comprendemos que debamos hacer cosas en favor suyo, ayudarles, defenderlos como exigencia de la fe y de la caridad, lo que no comprendemos tan fácilmente es que el colectivo de los oprimidos, los excluidos, los rechazados, olvidados son elegidos por Dios para desempeñar un papel profético en el mundo; se conviertan en voz interpelante para traer la verdadera justicia a la humanidad. No cabe duda que son un signo profético amargo de recibir, pero muy sanativo y liberador, ya que a través de ellos Dios nos está diciendo algo de nuestra sociedad y del sistema; algo de lo que necesitamos ser liberados. “La Iglesia debe escuchar con oídos de fe ese grito de los pobres, oyendo en su clamor la voz del Siervo de Yahvé”. En estos últimos años ha ido cobrando especial relevancia el concepto teológico del pobre. El problema de los pobres y su interpelación no es sólo, como ya se ha dicho, un fenómeno socio-económico, sino que es también una realidad teologal: yo me relaciono con Dios en la medida en que me relaciono con los pobres, pues, “Jesús nos dejó como dos sacramentos de su presencia: uno, sacramental, al interior de la comunidad: la Eucaristía; el otro, existencial, en el barrio y el pueblo marginado, en los inmigrantes, en los desvalidos etc.”. Por tanto, así como no hay fe y vida cristiana sin la Eucaristía, tampoco la hay sin relación con los pobres, le faltaría a la comunidad el gran signo mesiánico (Lc. 4, 18-19; 7, 18-23). Jesús se ha identificado con el pobre, con el hambriento, con el encarcelado… y los ha convertido en lugar privilegiado de su presencia, y seremos juzgados de acuerdo a como nos hayamos relacionado con ellos. En esta misma línea se sitúa la Tradición de la Iglesia al afirmar: “Los pobres representan a Cristo; son vicarios de Cristo”. Una gran aportación de Caritas a la misión evangelizadora de la Iglesia es hacer que aflore la realidad sangrante de los pobres, siendo vigía permanente de que se cumpla el mandato del Señor, a través de la encomienda de Pedro y Juan a Pablo: “No os olvidéis de los pobres”. Félix Felipe Consiliario Emérito de Cáritas Diocesana

Foto de archivo CDZ

C

on el tiempo las palabras se desgastan, pierden su significado original, sirven para decir otras cosas. Ejemplos son las palabras: amor, solidaridad, justicia… Sin embargo, la palabra compasión no ha sido todavía muy “manoseada”. Y además toca también un aspecto importante de la persona, los sentimientos, que tienen una función muy importante en toda relación. La compasión es un sentimiento de conmiseración que se tiene hacia quienes sufren penalidades o desgracias. Y este sentimiento, en nosotros, es un reflejo de lo que es Dios, el Dios de Jesús -que se define no por el poder, sino por la compasión- no viene a imponerse ni a dominar, sino que se acerca a nosotros para hacernos dignos y felices. Es lo que Jesús nos comunica en sus parábolas más conmovedoras: la oveja perdida, el hijo pródigo, el buen samaritano… La compasión es el modo de ser de Dios, “su forma de mirar al mundo”, como dice José Antonio Pagola. La compasión de Dios es la que hace a Jesús tan sensible al sufrimiento y a la humillación de las gentes. “Sed compasivos, como vuestro Padre es compasivo” (Lc 6, 36). La compasión es la fuerza que puede mover la historia hacia un futuro más humano. La que nos puede hacer reaccionar y movilizarnos para hacer un mundo más justo y fraterno. Una compasión que para nada se identifica con lo sentimental y moralizante. Ni reducida a asistencia caritativa u obra de misericordia. La compasión activa y solidaria ha de buscar erradicar y aliviar el sufrimiento y sus causas. El samaritano ve al herido, se conmueve y se acerca a él. Los pasos son: mirar atentamente a los que sufren, conmovernos y acercarnos. La compasión no surge del respeto a los derechos humanos, sino que se despierta desde la mirada atenta a los que sufren. Estas palabras de Jesús en la parábola del samaritano nos han de llegar al alma: “Vete y haz tú lo mismo”. Los cristianos estamos ahí por eso, llamados a construir comunidades samaritanas en medio de una sociedad que parece no tener corazón. Gonzalo Gonzalvo Ezquerra Consiliario Diocesano de Cáritas


Campaña del Día de la Caridad

En el marco de la campaña institucional “Vive sencillamente para que otros, sencillamente puedan vivir”, abordamos la campaña de este curso de Cáritas bajo el paraguas de

LA ESPERANZA A lo largo de este año hemos sido convocados a cuidar, cultivar y renovar nuestra esperanza no sólo desde el sentido mismo de la palabra sino desde el compromiso humano llamado a la acción. Una esperanza que nos impulse a abrir vías y caminos nuevos, a construir espacios de novedad, de vida, de justicia y de fraternidad para restaurar los derechos de todas las personas a las que hoy les son negados. Y esa es la invitación de la Campaña de Caridad: ser esperanza con nuestro estilo de vida en medio de un mundo marcado por el desánimo, donde tantos hermanos viven situaciones de desesperanza e impotencia. Generar alternativas que muestren otras prácticas, otras relaciones humanas basadas en valores alternativos que van contracorriente en la sociedad actual. Son ya muchas las iniciativas que han ido surgiendo en esta dirección en el ámbito de la economía, la defensa de derechos, la acogida y acompañamiento a personas en situaciones difíciles… donde personas, grupos y comunidades han generado en su propio entorno, es-

pacios de vida, de novedad, de justicia, que devuelven la esperanza a quienes hoy la han perdido. Son sin duda espacios de esperanza. La grave situación de crisis requiere de personas con una esperanza “profunda”, sólida, creíble. Hablamos de una esperanza capaz de instalarse en nuestros ojos y nuestro corazón y nos permita mirar de forma esperanzada. Que nos ayude a descubrir signos de vida en lo que parece estar muerto, sin salida. Sólo desde esa mirada esperanzada será posible ser esperanza y construir espacios que muestren desde lo sencillo, desde lo cotidiano otras formas de ser y de hacer que visibilicen el mundo que queremos. Pequeñas “zonas liberadas” que generen alternativas humanas reales y beneficiosas para los “últimos”. Cáritas nos pide creer en una esperanza que se refuerza caminando, soñando y haciendo con otros, porque la esperanza se vive y se

Cartel presentado en el Acto de la Campaña de Navidad en Cuarte de Huerva

alimenta en comunidad y nos lanza al compromiso, a la acción y al cambio. Para que entre todos no dejemos nunca de salir al encuentro de nuestros hermanos, porque cada vez que lo hacemos estamos siendo Buena Noticia para un mundo necesitado de señales de esperanza.

Como nos pide el Papa Francisco “No os dejéis robar la esperanza” y como nos dice la Campaña de Caridad de Cáritas “construyamos -entre todos- espacios de esperanza” Curso de Iniciación al Voluntariado en la sede de CDZ


-L A A RTE SA Si apuestas por el Comercio Justo, Cáritas Zaragoza dispone de un canal especial de conexión, la tienda Solidaria “La Artesa” en la que se pueden encontrar productos elaborados principalmente por artesanas de Bolivia, Palestina, Bangladesh y Perú, en madera, textil y cerámica. A través de la compra de estos productos ayudamos a mejorar las condiciones de vida de estas mujeres y sus familias en su país de origen. Colaborar con “La Artesa” es una forma de participar en un proyecto solidario y fraterno y resulta un apoyo fundamental al trabajo que realiza Cáritas en estos países también de transformación social y política. La Artesa se encuentra en la calle San Voto, 9 (esquina Don Jaime I). El horario de atención al público es de lunes a sábado de 10 a 13 y de 17 a 20 horas.


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