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Cómo caminar juntos

"Sinodalidad: caminar juntos" es aquella actud que se ve reflejada en los discípulos de Emaús y en cómo Jesús se relacionaba con ellos. En este camino cada uno comparte sus vivencias, senmientos e interpretaciones de los hechos, y las palabras de uno se alojan en el corazón de los demás. De esta forma, juntos van acomodando los ritmos de sus pasos y les van otorgando un nuevo sendo.

"Sinodalidad" es una palabra que ene historia, y cuyo significado también lo ene, pero que ha sido redescubierto recientemente. En los úlmos empos la Iglesia ha puesto este concepto sobre la mesa nuevamente, con la intención de reflexionar sobre ella, lo que implica, y ponerla en prácca en todos los ámbitos eclesiales.

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No basta con simplemente decidir vivir la sinodalidad para comenzar a hacer, no es un cambio que pueda realizarse de manera tan inmediata. Vivir la sinodalidad, el discernimiento en conjunto, es un camino interior que requiere que culvemos algunas actudes.

En primer lugar es importante culvar la escucha acva, dando lugar a la diversidad de opiniones y perspecvas. Es necesario desembocar en un diálogo sincero, donde haya una apertura personal y grupal a los aportes de los demás. Escuchar a los demás nos ayuda a ver las cosas desde una mirada diferente, a descubrir nuevas formas de pensar y a comprender mejor la realidad.

Otra actud fundamental en la sinodalidad es el sendo de corresponsabilidad. De la colaboración de todos depende realizar un buen discernimiento. Si uno solo no habla o si no se le da voz a algún miembro del grupo, se está acallando una palabra del Espíritu. Es esencial comprender que cada uno ene algo valioso que aportar al discernimiento, que todos somos importantes.

El discernimiento en conjunto implica también una actud de confianza en el Espíritu Santo. Creer que Él está presente en el diálogo y que nos guía hacia la verdad. Debemos tener la confianza de que si nos abrimos a los demás y escuchamos su voz, podre­ mos descubrir los signos de Dios en la historia y nos conducirá hacia lo que es mejor para todos.

El proverbio africano que afirma "si quieres ir rápido, camina solo; si quieres llegar lejos, camina acompañado" es cierto en muchos aspectos. La vida no se trata de correr hacia una meta lejana, sino de vivir cada momento con profundidad y significado. Y para lograr eso, es necesario caminar junto con otros. A veces esto significa reducir la velocidad para poder apreciar la belleza de la vida y contemplar a Dios en la historia. ¿Estás dispuesto a disminuir tu ritmo y acompasarlo con los demás para descubrir una comprensión comparda del mundo que nos rodea?

Mariana Valle en el Capítulo Inspectorial