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Luchando hasta el Supremo por los derechos de los migrantes

El Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) ha presentado en Madrid su bianual Informe Frontera Sur, en el que evalúa la situación del flujo migratorio desde África hasta España a través de la valla de Melilla, siendo ya el sexto estudio de este tipo realizado por la entidad. “Donde habita el olvido” es el título del estudio que denuncia que, “en la Frontera Sur, la voluntad de eficacia en el control deja en el olvido al Derecho y a los derechos humanos”, y es que no se puede “proteger la frontera a costa de vulnerar derechos”.

El autor del texto, Josep Buades, ha denunciado que la embajada y los consulados de España en Marruecos “eluden” tramitar solicitudes de asilo a ciudadanos de cualquier país a pesar de lo que establece la ley, según el Tribunal Supremo. Por ello, propone que “dada la imposibilidad práctica de acceder a las oficinas de asilo en las dependencias policiales de los puestos fronterizos, es preciso regular la formación de corredores humanitarios en territorio marroquí para canalizar el acceso seguro”. Tanto es así que desde el SJM se está luchando en el alto tribunal por el cumplimiento de los acuerdos y resoluciones nacionales e internacionales sobre este particular.

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En el informe se muestra la preocupación por “los testimonios de violencia policial en los rechazos en frontera practicados desde las vallas (desde 2021) y de devoluciones sumarias en las aguas contiguas a Melilla”, a lo que hay que sumar las heridas provocadas por las concertinas en las vallas marroquíes, descalabros por apedreamiento o secuelas de los gases lanzados.

De un vistaz

Buenos maestros  El maestro del colegio marista de León, Luis Gutiérrez Marín, ha obtenido el Premio a Mejor Docente de España 2022 tras imponerse a las más de 1.300 candidaturas. Desde el Ministerio de Educación también han reconocido la labor de otro profesor de la escuela católica. Sergio Mata Pardo, del Colegio Diocesano Cardenal Herrera Oria de Málaga, obtuvo el primer Premio Nacional a Experiencias Educativas Inspiradoras para el aprendizaje.

Comunicando valores  La Conferencia Episcopal Española ha fallado sus Premios ¡Bravo! 2022 de comunicación. Los galardones, que se entregarán el próximo 1 de febrero, reconocen los valores humanos y evangélicos de personas como el cantante Manuel Carrasco, los periodistas César Lumbreras de la cadena COPE, Almudena Ariza de TVE o Jorge Bustos, columnista de El Mundo. También se ha premiado la labor de la Fundación VIII Centenario de la catedral de Burgos.

Alumnos discriminados  La Comisión Episcopal para la Educación y Cultura ha mostrado su preocupación por la “discriminación” que sufre la asignatura de Religión en función de las diferentes comunidades autónomas, algo que genera que “se penaliza al alumnado”. Para los obispos, si bien “se aprecia una mejora en la percepción de algunas administraciones educativas sobre la aportación” de la clase, existe “una posible discriminación ilegal de los alumnos y alumnas que eligen Religión”.

Las lágrimas del apóstol

La fragilidad en ningún momento es debilidad sino sintonía, empatía, asunción de la vida del otro. Esto es lo que hemos visto en la Plaza de España de Roma, un Papa que se emociona al contem- plar a la Inmaculada y no haber podido presentarle el “olivo de la paz”, sino la barbarie de los humanos que siguen repitiendo tragedias, realizando desastres y horrores impensables en este siglo XXI.

No es la primera vez que llora Francisco, lo ha hecho en otras ocasiones: ante la muerte del atentado en Kabul revindicado por el Isis, ante el acto de terrorismo en Munich (Alemania) realizado por un joven desequilibrado en el que murieron numerosas personas inocentes. A través de las lágrimas ha manifestado su fortaleza y amor a las personas. Lo sorprendente es que esta vez, era tan fuerte el dolor que llevaba en el corazón que, en un acto público, refiriéndose a la martirizada tierra ucraniana, no ha podido contenerse. Por sus mejillas caían las lágrimas. Impresionaba el silencio de la multitud que se unía a su llanto provocado, tal vez, ante la impotencia de dar respuesta a tantos inocentes que gritan: basta con esta guerra injusta.

En el Año Nuevo que hemos iniciado, esperamos que nadie tenga que ver de nuevo las lágrimas del Papa, ni la de los padres y madres, ni de los educadores, ni de los niños y jóvenes, ni de los ancianos, porque se han creado espacios favorables al diálogo y al cese de las armas. Creemos y esperamos que la paz es posible.

Nuevos propósitos para Año Nuevo, muchos. Uno de ellos es el de disfrutar del regalo de la vida con seres queridos y amigos, evitando ciertas expresiones a modo de excusas, como la consabida “tengo que…”.