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Misiones Salesianas “¿SABES SILBAR?” LA MÚSICA UNA SEÑA DE IDENTIDAD SALESIANA

“¿Sabes silbar?” La música, una seña de identidad salesiana

Para San Juan Bosco, la música era una pieza clave en su sistema educativo. Una herramienta valiosísima que fue y sigue siendo seña de identidad de las presencias salesianas en el mundo.

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El 8 de diciembre de 1841, día de la Inmaculada, Don Bosco comenzó su obra educativa y pastoral con el joven huérfano y analfabeto Bartolomé Garelli. Fue su primer alumno en la sacristía de la iglesia de San Francisco de Asís de Turín. Con la sencilla pregunta “¿sabes silbar?” y con el rezo de un avemaría el santo de los jóvenes comenzó a ganarse el corazón de los menores gracias a una nueva pedagogía con el lema No con golpes, sino con amor.

La obra educativa que empezó aquel día y que se ha extendido por más de 130 países continúa siendo un sueño hecho realidad plasmado en el Sistema Preventivo, que pone al joven en el centro y busca el desarrollo de su bondad y de sus capacidades. Y en todo ese proceso, la música siempre ha tenido un papel esencial. Don Bosco la consideró una herramienta fundamental en la educación integral de los menores y continúa presente en todos los ambientes salesianos.

Don Bosco y la música

El joven sacerdote Juan Bosco tenía muy claro que la música conseguía animar a los chicos, la mayoría huérfanos y todos analfabetos, fomentaba su alegría, los mantenía entretenidos y alejados de los malos hábitos y educaba su sensibilidad. Al principio la música fue el reclamo perfecto para atraer a los jóvenes al Oratorio y para que pudieran participar en las celebraciones religiosas con el canto. Sin embargo, la razón pedagógica que Don Bosco atribuía a la música era la eficacia sobre el corazón y sobre la imaginación de los menores para transformarlos en mejores personas.

Según las Memorias Biográficas, el fundador de los Salesianos sabía tocar bien el violín y se defendía con el órgano y el piano, además de haber aprendido canto gregoriano en Castelnuovo. En 1842 Don Bosco comenzó a impartir clases de música a sus primeros chi-

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cos del Oratorio y hasta compuso un sencillo villancico que se conserva. En los siguientes años se preocupó de conseguir instrumentos y de que los alumnos más destacados continuasen aprendiendo junto a profesores de prestigio.

Tal fue la importancia que Don Bosco otorgó a la música en la educación que llegó a decir que “un oratorio sin música es como un cuerpo sin alma”. Se convirtió en el latido alegre en la vida de los jóvenes y en la seña de identidad de las obras salesianas que comenzaron a surgir. También el Padre y Maestro de la Juventud solía decir que “amen aquello que aman los jóvenes y ellos aprenderán a amar lo que ustedes quieren que amen”, como clave del éxito para ganarse el corazón de los jóvenes.

La música continúa siendo un elemento clave en la educación en valores y en el desarrollo integral de los menores que acuden a las obras salesianas en cualquier país. Las misiones salesianas son una fuente de vida y de alegría gracias a la música, que también ayuda a superar las dificultades. En América, por ejemplo, son famosas las orquestas y agrupaciones musicales salesianas, algunas de las cuales viajan a otros países por su gran calidad. En África la música representa un elemento cultural integrador que fomenta la identidad de los menores y jóvenes en los centros salesianos. Y así podíamos hablar de las bandas y de los musicales en los centros educativos salesianos de Europa o de los festivales salesianos en Asia. Concierto benéfico

Desde Misiones Salesianas también queremos contribuir a esa fuerza que tiene la música para combatir las desigualdades y las injusticias y transformarlas en educación y en futuro para los menores más desfavorecidos del mundo.

Por ello, hemos organizado el Concierto de Navidad Misiones Salesianas por un mundo mejor, que tendrá lugar el día 22 de diciembre a las 19:30 horas en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional de Madrid. En él se interpretará la Sinfonía nº1 por un mundo mejor, del compositor, pianista y director de orquesta Juan Antonio Simarro. La obra, en cuatro movimientos, ha sido elegida por la Unesco para el concierto de su 75 aniversario, y ya se pueden adquirir las entradas en auditorionacional.mcu. es o colaborar con la Fila 0.

Los fondos recaudados en este concierto benéfico serán destinados a la campaña Inocencia entre rejas, que ayuda a los menores de edad que atienden los misioneros salesianos en el mundo y que se encuentran encarcelados en prisiones de adultos.

Juntos, ese día, podremos desearnos feliz Navidad y un año nuevo cargado de buenas noticias.

Alberto López Herrero

Pon a Jesús en el corazón

Nos acercamos a la Navidad y todos decimos que el “Tiempo de Navidad” es un tiempo muy singular. Efectivamente, el Espíritu de la Navidad penetra en las cuerdas más sensibles de nuestro corazón y nos abre a una serie de valores y actitudes hermosos.

La Nav idad es un “tiempo de gracia”. Un tiempo donde nos animamos a soñar, sonreímos más fácilmente, nos ilusiona estar juntos, somos capaces de perdonar, nos volvemos más reflexivos, nos regalamos muchas cosas… Este tiempo nos ayuda a salir de la tensión del ajetreo de cada día y a experimentar lo que es la paz y alegría.

En la Navidad afianzamos el espíritu de la solidaridad. La generosidad del Niño Jesús que nace para regalarnos la salvación, la Obra de Beneficencia de San Nicolás para ayudar a los niños pobres, expresada en la figura de Santa Claus, y los múltiples regalos de los Reyes Magos son el origen de todos los obsequios que nos hacemos en este tiempo.

Socialmente, la Navidad se ha convertido en una celebración donde Jesús, que es el protagonista de este acontecimiento, no ha sido invitado.

Solamente, cuando celebramos a Jesús en la Navidad, la celebración se convierte en una fiesta que se siente sobre todo en el interior de cada uno y que la compartimos con la familia, amigos y comunidad, una fiesta que no sólo dura un mes, sino que la continuamos durante toda la vida.

Juan Linares, sdb