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A fondo CONGRESO INTERNACIONAL DEDICADO A DON PABLO ALBERA EN EL CENTENARIO DE SU FALLECIMIENTO

Congreso Internacional dedicado a Don Pablo Albera en el centenario de su fallecimiento

A finales de octubre se celebró este Congreso Internacional dedicado al segundo sucesor de Don Bosco, don Pablo Albera, quien dirigió la Congregación Salesiana como Rector Mayor y del que se cumple en 2021 el primer centenario de su fallecimiento.

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En el diccionario de la Real Academia, ‘sendero’, significa ‘camino’. En algunas otras especificaciones aparece como camino pequeño, igual o menor de dos metros, no asfaltado y transitado irregularmente. Junto a ello el verbo ‘senderear’, hace referencia al hecho de trazar o abrir nuevos senderos en lugares desconocidos. Eso es lo que ha pretendido el Congreso Internacional sobre don Pablo Albera, segundo Rector Mayor de los Salesianos, promovido por el actual Rector Mayor, Ángel Fernández Artime, y organizado por el Instituto Histórico Salesiano con la colaboración de varias instituciones salesianas (Salesianos, Universidad Pontificia Salesiana y su Facultad de Ciencias de la Comunicación Social), celebrado el fin de semana del 30 y 31 de octubre de 2021 en Roma. Coordinando todo el tema técnico Fabio Pasqualetti, decano de la Facultad de Comunicación Social, y su equipo de especialistas y el grupo de traductores Selvaraj Dominic Hendry, miembro del Instituto Histórico, y un equipo de salesianos de lengua inglesa.

El Congreso contó con la presencia del Vicario del Rector Mayor, Stefano Martoglio, el Visitador de Santa María sede de la Sabiduría, Maria Arockiam,

Don Pablo Albera, de copiloto, montado en un coche de la época.

Sor Piera Cavagliá (FMA) y unas 40 personas presencialmente y otros 200 participantes unidos vía on-line desde todos los rincones del mundo.

Dos días intensos

El evento contó con dos jornadas de estudio. Durante la primera, moderada por el profesor Angelo Giuseppe Dibisceglia, se comenzó con una presentación del Congreso por parte de Pedro Ruz. Las conferencias –tras una presentación del contexto histórico general llevada a cabo por Thomas Anchukandam– analizaron principalmente las líneas operativas y los resultados de la acción de gobierno de don Albera como Rector Mayor, con respecto a la congregación. Stanislaw Zimniak, Francesco Motto y Grazia Loparco fueron los encargados de estas conferencias, además de la impartida por Ariel Fresia centrada en la mirada de don Albera a la vida de las casas salesianas de América visitadas por él a comienzos del siglo XX. El segundo día, moderado por la profesora Maria Lupi, se dedicó a la presentación de las orientaciones espirituales que don Albera dio a los salesianos en su época –encargados de desarrollarlo a Joseph Boenzi y Aldo Giraudo– y a las Hijas de María Auxiliadora –desarrollado por Eliane Petri–, a la recepción del nuevo código de derecho canónico en las Constituciones salesianas –a Jesu Pudumai Doss– y a la imagen de don Albera que divulgó el Boletín Salesiano –expuesto por Giovenale Dotta–. En la recta final, se dio espacio a momentos prácticos sobre las fuentes de y sobre don Albera conservadas en el Archivo Salesiano Central –explicado por Petr Zelinka– y una interesante comparación entre algunas fotografías de Don Bosco y don Albera y el mensaje que transmiten. Esta charla fue desarrollada por Paolo Vaschetto.

Una figura aún desconocida

Indudablemente don Albera carece todavía de una biografía crítica y son escasas las publicaciones sobre él basadas en un examen minucioso de los documentos que se encuentran en el Archivo Central Salesiano, en otros archivos de la Congregación Salesiana, en el Archivo Central de las Hijas de María Auxiliadora y obviamente también en otros lugares. Las razones de esta modesta literatura científica pueden ser variadas, incluida la del hecho de encontrarse cronológicamente entre dos Rectores mayores señalados como beatos por la Iglesia, Miguel Rua y Felipe Rinaldi.

Sin embargo, como se documentó en el Congreso, don Albera no fue una figura secundaria en la Congregación Salesiana. Ocupó cargos de responsabilidad durante 50 años: director durante 10 años en Génova (1871-1881), primer provincial de Francia durante 11 años (1881-1892), director espiritual de la Congregación Salesiana durante 18 años (1892-1910), Rector Mayor durante 11 años (de 1910 hasta su muerte, el 24 de octubre de 1921).

Uno de los grupos intervinientes en el Congreso Internacional de Don Pablo Albera

Una labor complicada

En cuanto fue nombrado Inspector en Marsella corrió el riesgo de ver cerradas todas las casas francesas, momento que llegó cuando era director espiritual. A principios de siglo conoció de primera mano los éxitos, pero también las dificultades de la Congregación en América y, posteriormente, en las numerosas casas y provincias que visitó; en 1907 compartió con don Rua los sufrimientos por los “hechos de Varazze”; al inicio de su mandato como Rector Mayor no pudo evitar la supresión de las casas salesianas en Portugal y el exilio de los salesianos, lo mismo que en Turquía, donde se sumó una grave crisis interna en esta zona. Durante la Primera Guerra Mundial tuvo que presenciar impotente la destrucción, la requisa y los daños de decenas de casas salesianas, el reclutamiento forzoso de más de mil salesianos, de los cuales alrededor de un centenar murieron o fueron gravemente mutilados. Los últimos años de su rectorado tampoco fueron pacíficos para él, que presenció la gran reconstrucción de posguerra, pero agravada por una profunda crisis económica que golpeó a Italia y al conjunto de Europa. Finalidad del Congreso

El Instituto Histórico Salesiano, más que hacer una memoria de un personaje significativo de la historia salesiana, trazando eventualmente un retrato fiel, ha intentado, con este Congreso, presentar la figura de don Albera bajo dos puntos de vista específicos: como hombre de gobierno de una Congregación, cabeza de una nueva familia espiritual en desarrollo, y en búsqueda de un nuevo equilibrio institucional con el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora y como maestro de espíritu de miles de salesianos, en un contexto histórico particularmente difícil.

Para la conclusión del Congreso, se contó con la brillante intervención del prestigioso historiador, Andrea Riccardi, fundador de la comunidad de San Egidio. Riccardi subrayó la importancia de la continuidad que representó para esta joven Congragación que todos los primeros sucesores de Don Bosco habían sido educados por él y habían sido formados en los mismos principios fundacionales y carismáticos, adaptándolos a situaciones y escenarios diversos, geográficamente hablando.

Despidió el encuentro Andrea Bozzolo, flamante Rector de la Universidad Pontificia Salesiana, poniendo en prospectiva teológica todo el camino realizado y agradeciendo sinceramente a todos el esfuerzo y la ilusión derramada en el mismo. Se terminó con unas palabras de don Motto recordando todo lo que se ha hecho, desde 1988, el camino que queda por recorrer y la publicación de estos trabajos. Emplazó para la preparación y celebración del próximo Congreso centrado en el Rector Mayor Felipe Rinaldi.

ANS

Algunas conclusiones

Como es fácil de intuir, al concluir el Congreso, salieron a la luz numerosos resultados de investigación apenas esbozados o no tratados dado su interés local y menos general; otros nuevos que han quedado por explorar, como por ejemplo sus numerosos viajes; la edición crítica de fuentes que aún esperan ser puestas al servicio de los estudios; su relación con los cooperadores, la Archicofradía, los antiguos alumnos, bienhechores... Por tanto, este Congreso, apenas clausurado, es sólo el inicio de un camino historiográfico serio, en buena parte todavía por recorrer y transitar. Los senderos salesianos se alargan de nuevo.