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2020 CARTA DEL PAPA FRANCISCO A LOS JÓVENES

QUÉ LUGAR OCUPAN LOS JÓVENES EN LA SAGRADA ESCRITURA Al disponerse a redactar la Exhortación apostólica, “Cristo vive”, no cabe duda alguna de que el papa Francisco conocía perfectamente el texto del Documento Final del Sínodo, que no alude en ningún momento a una cuestión aparentemente irrelevante: el lugar que ocupan los jóvenes en la Sagrada Escritura. Por ello, quizá nos ha sorprendido observar que Francisco haya querido dedicar el capítulo primero de su Exhortación postsinodal a fijar la mirada en algunos jóvenes que han jugado un papel importante en los libros sagrados, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Es interesante que valoremos esta decisión del Papa, que es muy significativa. Veámoslo.

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LA SAGRADA ESCRITURA MUESTRA CÓMO DIOS SIEMPRE SALE AL ENCUENTRO DE LOS JÓVENES

Nunca ha habido un mundo sin jóvenes, como no hay ni habrá nunca una Iglesia sin jóvenes.

El papa Francisco ha querido poner de manifiesto que, desde siempre, los ojos de Dios se han fijado en los jóvenes para hacerles protagonistas de la historia, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. Y ello por una razón evidente: nunca ha habido un mundo sin jóvenes, como no hay ni habrá nunca una Iglesia sin jóvenes. Repasemos algunos de los recuerdos históricos que Francisco ha descrito en su Exhortación apostólica Cristo vive.

Jóvenes en el Antiguo Testamento

«En una época en que los jóvenes despertaban muy poco interés, algunos textos muestran que Dios los mira de modo distinto» (6).

• «José, hijo de Jacob, era el más joven de la familia; sin embargo, Dios le comunicaba cosas admirables en sus sueños» (6).

• «En Gedeón descubrimos la sinceridad que caracteriza a los jóvenes, que no suelen disimular la realidad. Cuando se le dijo que el Señor estaba con él, respondió “Si el Señor está con nosotros, ¿por qué nos suceden tantos males?» (7).

• «Samuel era todavía un adolescente inseguro, pero el Señor le hablaba por la noche. […] Sabemos el resultado: Samuel fue un gran profeta que intervino en momentos muy críticos de la historia de su país» (8). • «El rey Saúl también era muy joven cuando el Señor le llamó para que realizara la noble misión que él le iba a confiar» (8).

• «El rey David fue elegido por Dios cuando era un muchacho muy joven. […] La riqueza de la juventud está en el corazón, y no tanto en la fuerza física o en la impresión que provoca en los demás» (9). • «Cuando Salomón tuvo que suceder a su padre David, se sintió perdido y dijo a Dios: “Soy un joven muchacho y no sé en absoluto cómo debo actuar”» (10).

• «Algo semejante le ocurrió al profeta Jeremías, llamado a liberar a su pueblo a pesar de su juventud» (10). • «Una muchachita judía, que estaba al servicio del militar extranjero Naamán, intervino con fe, y así le ayudó a curarse de su enfermedad» (11).

• «La joven Rut fue un ejemplo de generosidad al quedarse con su suegra caída en desgracia; y, además, mostró audacia para afrontar la vida sin temor» (11).

En los Evangelios leemos narraciones y parábolas en las que Jesús nos invita a prestar atención a los jóvenes. Francisco saca de ellas algunas consecuencias muy interesantes.

He aquí unos ejemplos. • En la parábola del padre misericordioso, «Jesús elogia al joven pecador que retoma el buen camino, y no tanto al hermano que se consideró fiel y no fue capaz de mostrar ningún tipo de amor y misericordia» (12).

• «Jesús, eternamente joven, quiere regalarnos un corazón que se mantenga siempre joven. […] La verdadera juventud consiste en tener un corazón capaz de amar a todos sin di stinción, mientras que todo lo que nos separa de los demás hace que nuestra alma envejezca» (13). • «A Jesús no le caían nada bien las personas adultas que miraban despectivamente a los más jóvenes o los utilizaran de manera despótica. Él insistía en que “el mayor entre vosotros sea como el más joven”» (14).

• «Los jóvenes no deben acobardarse; lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo, aceptar los desafíos y aportar lo mejor de sí mismos para construir algo mejor» (15).

Jóvenes en el Nuevo Testamento

• «A los jóvenes también se les recomienda que acepten la autoridad de los ancianos. […] Un joven sabio se abre al futuro, y siempre es capaz de aprender de la experiencia de los demás» (16). • «No debemos arrepentirnos de gastar nuestra juventud siend o buenos, abriendo el corazón al Señor y viviendo de modo distinto. Nada de eso nos aleja de nuestra juventud, sino que la fortalece y la renueva» (17).

• «Un joven se acerca a Jesús y le pregunta si él puede hacer algo más; con ello muestra aquella mentalidad abierta de los jóvenes que buscan nuevos horizontes y grandes desafíos. […] Cuando Jesús le pidió que fuera generoso y repartiera sus bienes, se percató de que era incapaz de desprenderse de lo que tenía. No se sentía libre para de cidir. […] Había renunciado a su juventud» (18). • «Si tú has perdido la fortaleza interior, tus sueños, tu entusiasmo, tu optimismo y tu generosidad, Jesús se presenta ante ti como un día se presentó ante el féretro del hijo de la viuda; y ahora, con todo el poder de su resurrección, te interpela: “Joven, a ti te digo, ¡levántate”» (20).

Invitación a la reflexión y al debate:

• «En una época en que los jóvenes despertaban muy poco interés, algunos textos muestran que Dios los mira de modo distinto» (6). ¿Cómo me imagino la mirada de Dios sobre mí? ¿La he sentido alguna vez? ¿Me da miedo o suscita mi confianza? ¿He aprendido a mirar a los demás como los mira Dios? ¿En qué debo cambiar para asemejarme un poco más a Jesús? • «Es propio de los corazones jóvenes estar dispuestos para el cambio, para echar marcha atrás, para mirar hacia delante y aprender de la vida» (12). ¿Tengo motivos para pensar que mi corazón se mantiene joven? En la parábola del sembrador, ¿con cuál de los dos hermanos me identifico? ¿Con el mayor que tenía un corazón envejecido, o con el menor que reconoce haberse equivocado?

• «Jesús, eternamente joven, quiere regalarnos un corazón que se mantenga siempre joven. La Palabra de Dios nos pide que “prescindamos de la levadura vieja para lograr una masa nueva”» (13). ¿Cómo debe ser un corazón eternamente joven? ¿Conozco personas adultas con un corazón joven? ¿Quiénes son? ¿Cómo han logrado mantenerse siempre jóvenes? • «Los jóvenes no deben acobardarse; lo suyo es soñar cosas grandes, buscar horizontes amplios, atreverse a más, querer comerse el mundo, aceptar los desafíos y aportar lo mejor de sí mismos para construir algo mejor» (15). ¿Conozco a jóvenes que reúnen estas características? ¿Soy uno de ellos? ¿Puedo descubrir en mí algunos rasgos que indican que he perdido algunos de los valores propios de la juventud? ¿Qué puedo hacer para recuperarlos? ¿Me siento capaz de aprender de la experiencia de los demás? ¿O quizá debo reconocer que ya he abandonado el mundo de los jóvenes?

Francesc Riu, sdb