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La importancia de la autonomía en los niños

Los niños están completamente capacitados para ser autónomos en los diferentes momentos de su desarrollo. Padres y referentes deben ser facilitadores, guías en este proceso del aprendizaje.

La autonomía del niño se logra a partir de que los padres les dan el espacio y el tiempo para que lo consiga. Hay dejar que ellos hagan, que se equivoquen si es necesario

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¿Cómo es el mejor modo de acompañarlos?

A través de la educación, con la presencia, la escucha, reflexionando junto a ellos sobre cómo lograr lo que desean y dejando que pidan ayuda. Ninguna situación que puedan contar es menor, todas hacen a ¨su mundo infantil¨.

¿Cómo entramos su ¨mundo infantil¨?

A partir del juego, uno de los pilares en el desarrollo de la independencia. Algunos juegos que pueden poner en práctica con sus hijos.

Los juguetes de exploración: no requieren la guía de un adulto, lo que afianza la confianza en sí mismos.

Muñecos: hace que los movilicen, los hagan funcionar para ganar confianza y seguridad en lo que están aprendiendo de su entorno.

Juguetes interactivos: poseen música, ruidos, luces. Los niños entienden que hay una causa frente a un estímulo; y finalmente, una consecuencia.

El juego ¨los buscadores de Quintum¨: explora las sus emociones y les da la posibilidad de tomar una postura frente a las situaciones planteadas.

Los rompecabezas: ideales para compartir, pero no deben hacerlos los adultos sino impulsarlos a ubicar las piezas como un desafío.

Las tareas escolares: marcan una rutina y los hábitos responsables. No es rol del adulto hacer la tarea, sino acompañar.

Hábitos cotidianos donde podemos potenciar su autonomía

La vestimenta: elegir lo que ellos puedan colocarse sin ayuda: zapatillas con abrojos, pantalones con elásticos.

La higiene: comprar contenedores de shampoo que puedan manipular libremente; también, pequeños jabones.

Área de juego: organizar espacios con cajones donde guardar luego del juego, los juguetes, pinturas, libros. También, marcar cuáles son los lugares de juego de niños y los lugares que son de los adultos.

Alimentación: cortarles las porciones de comida para que puedan ingerirlas sin inconvenientes y manipularlas con las manos. Son útiles los cubiertos de plástico.

El cuarto: al levantarse los niños pueden ordenar sus camas; y todas las noches, dejar ordenado lo que utilizaron durante el día.

Las buenas costumbres: enseñarles a pedir las cosas por favor y dar gracias.

Clr. Marcela Peña

Terapia centrada en la persona