4 minute read

Inakayal vuelve, bordar el genocidio mapuche

INAKAYAL VUELVE: BORDAR EL GENOCIDIO MAPUCHE

Las lamngen y los peñi que pasaron cautivos por el Museo de Ciencias Naturales de La Plata no pudieron negarse a las fotografías. Habían perdido su libertad muy cerca del río Chubut o a unos cuantos pasos del Chimehuin… No contentos con disponer de sus tierras y cuerpos, sus captores les sometieron a nuevas humillaciones. Inakayal, Foyel y Sayweke no llevaban el mismo corte de pelo. Ninguna de las crónicas del siglo XIX describe que mapuche o gününa küna deambularan usualmente con el torso desnudo. Esas descripciones tampoco comentan la cicatriz en los rostros de Margarita Foyel o Chagallo, ni los ojos hundidos en tantos pómulos salientes, de hambre… En blanco y negro, buena parte de las fotos que revive Sebastián Hacher en “Inakayal vuelve: Bordar el genocidio mapuche”, circulan de manera corriente. Las miradas de aquellos longko de leyenda observaron decenas de movilizaciones desde pancartas o pequeños carteles. Las mejillas de sus compañeras e hijas nos conmueven desde siempre, hasta las lágrimas… Las preguntas por el destino de esos niños no dejan de lacerar espíritus. Son apenas dos o tres generaciones las que nos separan de sus padecimientos.

Advertisement

Al colorearlas, la angustia que transmiten no se disipa pero empieza a poner contra las cuerdas uno de los latiguillos: eso fue hace mucho… Se tornan vívidas las arrugas en el semblante de Inakayal, su mirada de desdén profundiza el desafío. Los ojos de Foyel se oscurecen todavía más al ya no ver las rugosidades infinitas de la estepa o, por las noches, los caudales infinitos del Wenu Leufu… Trukel amenaza con doblar en cualquier esquina del Alto y las trenzas de sus primas, brillar entre las nuevas oscuridades del siglo XXI. Probablemente, los peñi shipibo no sepan de aquellas marchas de la muerte ni del genocidio que terminó con la vida de tantos mapuche y gününa küna aunque de seguro, deben llevar consigo sus propias heridas. Los invasores españoles no pudieron con el Wallmapu y tampoco con sus selvas. Alrededor de 6.000 kilómetros median entre el Ucayali y Limay pero se esfuman ante los bordados que Hacher hizo viajar, tanto en el espacio como en el tiempo, para sanar.

Liberar la memoria

N. del E: el proyecto “Inakayal Vuelve” retoma las fotografías realizadas durante el cautiverio de los Lonko Inakayal, Sayweke, Foyel, Chagallo y muchos de sus familiares, en el Museo de Ciencias Naturales de La Plata. La propuesta consistió en intervenir las imágenes: “iluminar” las fotos, y luego bordarlas, en muchos casos, colectivamente. A través de la propuesta de Adrián Moyano, el Espacio de Articulación El último viaje de Inakayal y su familia fue el más penoso: desde el fortín Villegas (Chubut) hasta el campo de concentración de Valcheta, desde allí hasta el campo de concentración de Chichinales, desde allí hasta Retiro y Tigre, desde allí hasta el más tenebroso de los museos y desde allí, hacia sus vitrinas obscenas. El longko dejó de existir el 24 de septiembre de 1888. Entonces, 130 años después de su mala muerte, procuramos liberar aunque más no sea, su memoria. Con ese cometido, Hacher recorrió parte de los caminos que supieron transitar los jinetes mapuche y gününa küna como grandes ñampulkafe y wapakanank que fueron. Y con él, al detenerse en cada etapa, bordaron las imágenes de sus mayores pillankuze y jóvenes kona, veteranos de mil batallas y loncos de hoy. Manos diestras y torpes, puntadas certeras y otras vacilantes. En la cordillera y en la meseta, cerca de lagos pero también entre coirones…

Porque si Inakayal vuelve son dos los pueblos que vuelven, porque bordar el genocidio implica no sólo reconocerlo, sino empezar a repararlo. Porque a fin de cuentas, aquello de petü mongeleiñ no es sólo una consigna. Es una realidad que palpita en centenares de miles de latidos, a uno y otro lado de la cordillera.

Entonces, la angustia no se disipa, pero aprende a convivir con la alegría que deriva de la dignidad. Entonces, se hace belleza.

Lamngen es hermana cuando quien habla es un varón. Peñi es hermano. Gününa küna es el nombre que se dan a sí mismos los tehuelches del norte. Wenu Leufu es el Río del Cielo, la Vía Láctea.Wallmapu es el Territorio Mapuche. Longko es literalmente “cabeza”. Persona con responsabilidades de conducción política. Ñampulkafe es viajero en mapuzungun, idioma mapuche. Wapakanank también es viajero pero en gününa yajüch, el idioma de los gününa küna. Pillankuze es una anciana depositaria de sabiduría. Kona es un joven servidor de la comunidad o del longko. Petü mongeleiñ significa Todavía estamos vivos.

Adrián Moyano.

Mapuche ideó, organizó e impulsó buena parte el proyecto junto a Sebastián Hacher y muchas personas que bordaron colectivamente los retratos de Inakayal, en Viedma, Los Menucos, Ingeniero Jacobacci y Bariloche, entre otras localidades.

This article is from: