LA VIDA MARINERA DE LA CORBETA NAUTILUS BUQUE-ESCUELA DE LA MARINA DE GUERRA ESPAÑOLA (II)

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«Franqueada salida, dos tarde; fresco Nordeste, buena mar. ¡Adiós!— ViilarniU. Así decía e! telegrama que, ei 30 de noviembre de 1892, el comandante de la «Nautiius» envió a don Antonio Peña y Goñi, quien luego prolongó el libro del ilustre marino, aquel «Viaje de Circunnavegación de \& corbeta «Nautilus» que, en 1895, fue editado por Sucesores de Rivadeneyra —impresores de la Real Casa— en sus talleres del madrileño Paseo de San Vicente. Días antes, don Fernando VIliamil había dicho a Peña y Goñi: «Voy a hacer entrañas de marino arando la mar». Cuando el «clipper» esbelto ¿arpó tras las exclamaciones oe rigor, la tripulación estaba compuesta por su comandante, fel segundo y seis oficiales, médico, capellán y contador, 40 guardiamarinas, 90 aprendices ce contramaestre, 85 marineros, cinco contramaestres y te maestranza correspondiente a un velero. justo a virar!... ¡Larga escota de foque! [Ailá va con Dios! ¡En buenahora sea la vuelta! Ya en franquía, el viento del NO. roló al So., que era aproximadamente el rumbo que debía hacerse para las Canarias, Dos días duró este viento que hizo ganar a la «Nautilus» unas 200 millas -—«no hacia el S., como se proponía, sino hacia el NO.»— pero pronto encontró el propicio para continuar sus singladuras. La «Nautilos» se mostró velero rápido pues, en varias ocasiones, los otros «sailing ships» avistados por la proa a! amanecer, ya por la tarde sólo deíaban asomar —allá en la línea lejana del horizonte y por la popa— los juanetes altos y sobrejsjsnetes. Con respecto a la escala en Las Palmas, Vülamii dice textualmente en su libro: «Debo manifestar sinceramente que en ningún punto de España hallan los marinos de todas las naciones la hospitalidad que es propia de Santa Cruz de tenerife y Las Palmas». Fiestas y agasajos a los made la «Nautiius», fiestas

EL DÍA

Miúrccües, 23 de enero de 18Ü

'El 30 de de al mando de don Viliamil, zarpó de E! Ferrol en su viaje de ai mondo ES 16 de de dio en San Sebastián, donde fue recibida por la Reina Regente AItía don el 13 de de por última vez al puerto de Santa Cruz de Tenerife de 7 a 8 üiclembre rio a otro, ios 24° y

nudos-— ya eí 30 de E! 1 de enero, la isla de Fer- Amsterdam, quedaron por ba- todo eí trapo y arrumbó al Ca pasó de un hemisfe- nando Noronha se dejó ver en- bor, bo Farewelf y ? e! 3 de julio, da cortando la Línea por tie la bruma que cerraba e! hoSI no se cuentan los días em105 de longitud, «lle- rizonte y, en la tarde del 5, la pleados en remontar el Cabo deela?udar'a la oía""" "*" ' " " " " "

corbeta «Nautilos», buque-escuela de la Armada española, cuando iniciaba uno.de sus viajes de instrucción,

Huí'

Por Juan Antonio Padrón Albornoz

La corbeta «Náuíilus» cusndo, con todo el trapo largo, arrumbaba a San Ssbastlán. En primer térsnkio, la embarcaclcn en la cual la Reina Regente se dirigía al buque-escuela. vando ya desde los 4 de latitud f «Ñautilus» dio fondo en ía Bahía !a brisa del SE. que hallamos, i cíe Todos los Santos, o sea, a sin que mediase más que unas j ¡as tres semanas justas de hacios horas de caima, después de ber dejado por la popa las aguas aejar ía del NE. de Canarias, i -se einorlarliirae ría Isi

—aquellos de vientos de proa y temporal— en sólo veinte días la corbeta española cruzó el Indico a una media de 8 nudos, sí bien en ocasiones alcanzó y sostuvo los 12. En la nnr.he de! 15 se obser- ¡

¿u dirigí mis pasos desde el muelle a la casa-paiacio de Lord Glasgow, que era entonces Gobernador General de la colonia. Fue recibido con extremada cortesía y afabilidad, ma-

frase de la gente de proa. E! Muchas fueron las atencioviento cargaba duro y traía em- nes con los marinos españoles peño especial en dar trabajo al —lanío por parte de las autorimaestro velero, rifando o lle- dades chilenas como de la nuvándose más lona de la que ha- merosa colonia hispana que allí bíamos pendido desde nuestra residía— y, cuando de nuevo salida de España, La noche del se hizo a la vela, de acuerdo 11 de septiembre se presentó con las instrucciones recibidas fea, y no contento el tiempo con oe Madrid, arrumbó directamendespedazar las mayores, una te al Cabo de Hornos para, de gavia y un foque, la mar, que al!¡ ( seguir a Montevideo. A su arbolaba corno si no fuese la de bordo, la «Nautilos» había emun Pacífico, abordó a la «Nauti- barcado dos guardiamarinas lus» s llevándose la canoa que chilenos —Green y Hyat— de estaba suspendida de los pes- acuerdo con los deseos de las cantes de popa». autoridades navales de aquel El día 25, mientras realizaba país a las que, telegráficamenuna maniobra en ¡a verga de te, se accedió desde Madrid. La salida fue emocionante: trinquete, —todo e!ío durante un fuerte temporal del SE.—• «Un remolcador del Gobierno cayó a cubierta el cabo de mar! nos puso en franquía, sacándoEsteban L.etamendía. Tan graves nos desde lo proximidad del fueron sus heridas que falleció muelle circular y diques flotanai día siguiente y, con las for- tes, por entre las dos líneas malidades de rigor, fue sepulta- que formaban en sus fondeaderos los cruceros «Pinto» y do en la mar, cazatorpe d e r o s Tras 37 días cíe mar —de ellos ! «Errazuruz», 22 ciñendo, incluso de vuelta y «Lynch» y «Conde!!*, y Jos acovuelta— la «Nautilos» dio fon- razados «Cochrane» y «Prat», I oo en Valparaíso tras saludar a j cuyas dotaciones,, encaramadas j ía plaza y ai acorazado «Capí-! en lo más alto de las bordas, afectuosamente a la i tan Prat». j saludaban ü6.; buque que, durante varias Fueron días de descanso y. j semanas, había permanecido en a¡ mismo tiempo, da instrucción j en tierra para los 'tramos es-í pañoles. A su llagada, el comandante de la «Nautiliís» recí-j bio del Gobierno chileno un cc-j La «Nautilos» amarró a la borr.unicado que, textualmente, co-jyi destinada ai buque de la Mamenzaba así: «El Presidente delnna de Guerra española que, Id República considera que de-! por entonces, estaba destinado

puerto» siendo objsto de tantas y tan cariñosas atenciones», En quince singladuras la «Nautilus» cruzó a Cabo Pilares y, en plena Pascua de Na* viciad, emprendió la operación ae montar el Cabo de Hornos, £ 28, con mar gruesa y chubascos, se recaló sobre la isla de D'ego Ramírez y, al día siguiente ei Cabo estaba a la vista. La despedida del año fue señalada pues, poco después, se desencadenó un fuerte témpora1 y, por vez primera durante e! -viaje, hubo que llamar a la auardía franca. Viento, granizo y chubascos, —todo ello acompañado por el sordo retumba? de los truenos— mientras, con pbricía, la «Nautllus» era gobernada y, sin perder nada, subía por ¡a costa de Patagonia ^¡¡entras poco a poco aumenta» bo la temperatura y cedían ios temporales. Sufrió los efectos de un «pampero» frente al Golfo de San Matías y, a las -iiez de la noche del 13 de ener o. desde el mayor se cantó te íuz del faro del.--cerro de-Mor* < U-YILÍGO, puarto donde " l a corbeta dio fondo al amanecer ; '-del-: c* f a siguiente. . -: .. : U j

De nu'avo en si Atlántico para que rn&n beta

España los guardiarnannas debían presentarse a exay, e! 12 de febrero, la corzarpó río abajo —hacia


id uuoi,a uc; i ro rápido pues, en varias ocaI fueron sus heridas que talleció «nuuiit: uií ornen y u¡'^uoo iiuiditsiones, los otros «sailing ships» j si día siguiente y, con las for- tes, por entre las dos líneas reentras poco a poco aumentaavistados por la proa al ama| rnalídades de rigor, fue sepulta- que formaban en sus fondeade- ba la temperatura y cedían los I ros los cruceros «Pinto» y temporales. Sufrió los efectos necer» ya por la tarde sólo deí do en la mar. al íaban asomar —alia en la líne Tras 37 días de mar ~~de eüod ! **™Htns?*' _ 55?f,tor?e ,d_ e r. ° de un «pampero» frente lejana del horizonte y por la poJ 22 ciñondo, incluso de vuelta y Lynch» y «Conde!!», y los acó-¡Golfo ríe San Matías y, a las p¿*— los juanetes altos y sobrej vuelta—- la «Nautilus» dio fon- razados «Cochrane» y «Prat»,j ¡rliez de la noche del 13 de enedocío 08 íuanetes. ao en Valparaíso tras saludar a " •««*••«*» :o. desde el mayor se cantó N Con respecto a la escala en j ia plaza y al acorazado «Cap ; _ ¡ en lo más alto de las bordas, fu¿ del faro del cerro de MOIVJ ¡ sanjdaban afectuosamente a la Icvídso, puerto donde Sa corbeLas Palmas, Villamii dice texi tan Prat». J ae¡ buquo que, durante varías ta ¿Ho fondo al amanecer • del; La corbeta «Nauíilus» cuando, con todo e! trapo largo, arrumbaba a Sssi Sebastián. Esi primer término, la embarcación en ía tualmente en su libro: «Debo Fueron días cíe descanso | semanas, había permanecido en c* f a siguiente, - .. ; cual la Reina Regente se dirigía al buque-escueta. manifestar sinceramente que a» mismo tiempo, de instrucción en ningún punto de España ha- vando ya desde los 4 de latitud en tierra para ios trinóos es-j •Naiitilús» dio fondo en ía Bahía —aquellos de vientos de proa y Zü dirigí mis pasos desde el llan los marinos de todas las .a brisa del SE. que hallamos, ce Todos los Santos, o sea, a témpora!-— en sólo veinte días muelle a la casa-palaclo de pañoles. A su llagada, el co-j naciones la hospitalidad que es bm que mediase más que unas propia de Santa Cruz de Teneri- dos horas de calma, después de ¡as tres semanas justas de ha- la corbeta española cruzó el In- Lord Glasgow, que era enton- mandante de la «Nauíilus» recí-j ber dejado por la popa las aguas dico a una media de 8 nudos, ces Gobernador General de la bio da! Gobierno chileno un GG-; La «Nauíilus» amarró a ía bo- para España los guardiamarlnas fe y Las Palmas». cejar la del NE.» de Canarias, si bien en ocasiones alcanzó y colonia. Fue recibido con extre- nr.unicado que, textualmente, co- y* destinada ai buque de la Ma- que debían presentarse a exaFiestas y agasajos a los ma» menzaba así: «E! Presidente de de Guerra española que,men y, el 12 de febrero, la corsostuvo ios 12, rtfx>s de la «NautiSus», fiestas mada cortesía y afabilidad, ma- id República considera que de- por entonces, estaba destinado beta zarpó río abajo —hacia En la noche dei 15 se obsery agasajos una incluyeron una vó una aurora boreal, fenómeno •lachada» que fue del máximo agrado de Viilamii que dijo al En el viaje hasta Ciudad del habían permanecido atracados interesantísimo que duró ocho horas y que quedó reflejada en respecto: «Excuso decir que Cabo, la «Nautilus» se mantu- junto a ella. eí Cuaderno de bitácora con todesde el primer momento me vo voltejeando cerca de la isla A las dos de la tarde se lar- do detalle por los oficiales que sentía apasionado por esta cla- 06 Tristán de Acunha mientras, gó todo el trapo y, dice Villa-i se de sport, en que el hombre en dos botes, varios de sus tri- mil; «Recuerdo que la insisten- tuvieron a su cargo las guardias demuestra su destreza, fuerza pulantes se dirigieron a tierra cia de algunos de a bordo en de noche, muscular y coraje para e! com- y volvieron con la sorprenden- mirar hacia ía ciudad, que queEsto, y !a pesca de bonitos, j bate cuerpo a cuerpo». noticia de que —-según un Ofcba por la popa ,me hizo fijar —hubo días en que se capturaCuando llegó el momento de oficia! de la Marina francesa-— en los destellos que desde una ron catorce, con un peso medio la partida, la «Nautiius» se hi- &n la pequeña isla de Ni-ghtinga- de las azoteas se dirigían hacia ce 30 libras— rompió un tanto zo a ia vela y contestó a los íe, el año anterior había sido nosotros. Indagué y supe que monotonía de las singladuras ] honores con que le saludaron avistado un náufrago, de nacio- ocho días de permanencia en el >'• •' 1 de abni' ,la corbeta dio otros buques de guerra en puer- nalidad española, que no quiso Cabo habían sido tiempo suf¡-! :onao en Port Adela1-1to, La fragata francesa «Melpo- aceptar la oferta de protección cíente para que algunos de los la «Nautilus» —dice Vi-s mene» —con la que años des- ofrecida. primer buque con ! muchos jóvenes que iban a bor- iiamil-— pués coincidiría más de una En las aguas de Ciudad del c«c interesaran más de un cora- bandera española que había j vez en aguas de Santa Cruz de Cabo, ía «Nautiius» sesteó unos zón de las hermosas inglesas fondeado en las aguas de esta | Tenerife— formó la guardia en cías y, durante ellos, la tripu- cue habían visitado ía «Nauti- ccionía, tanto, que hasta des- j el castillo y, mientras su banda lación repasó la jarcia y arbo- ius», las cuales, por medio de pues de amarrados nos creían j de música batía marcha, la do- ladura, tarea que alternó con vi- espejos bien combinados, en- ai-siríacos, por la semejanza de j tación, con el comandante a la scas a la ciudad y excursiones viaban, en rayos de africano so!, colores de ¡as banderas naciócabeza, saludó al velero espa- a! interior. un último adiós a sus amigos», ñol. Victoria, Melbourne y Sydney «Para llegar a Australia por E! Cabo despidió a la «NautlIgual hizo el acorazado H.M.S. fueron las siguientes metas del 1 «Narcissus», de ia Roya! Navy, la ruta que seguimos, hay que iüs»> con seis días de vientos peripío de la «Nautiius», cuya 1 fondeado entonces en aguas del dejar atrás este extremo del Q6 proa y, a! séptimo» estalló tripulación fue siempre bien re-j puerto grancanario. La «Nauti- África, poner proa a Oriente y e¡ temporal con toda su furia. c-bida y homenajeada en todos ius», en frase de Villamíl, «al navegar 6,000 millas sin inte- Pasada ia tormenta, la corbeta os puertos. hallarse frente a frente de cada rrupción, es decir, sin escala arrumbó a Port Adeiaide y, para ello, atravesó en su derrota el En Newcastle, e! comandante uno de ellos arría sus sobres, a.guna». Esto escribió don Fernando indico Sur, tangenteando en va- de ía «Nautiius» tuvo ocasión como si quisiera indicar, a! suprimir las veías más altas, que Viiiamil, comandante de la «Nau- rios puntos el límite de las de visitar una fragata de cuaEspaña descubre la cabeza y la tiius» cuando, arranchada a son bancas de hielo en la estación tro palos que, con 4.000 toneinclina llena de reconocimiento de mar, la corbeta española que corría. El viento favoreció ití&as de carbón, se preparaba —en la estela de un remolca- ía marcha de la «Nautilus» en para hacerse a ia vela rumbo ante tan valioso homenaje». Rumbo al Sur, ¡a «Nauíilus» dor-— abandonaba las aguas de Us inmediaciones de ías Cro- a Chile, «Salió el mismo día que inició la primera de sus singla- Ciudad del Cabo al mediodía del zei— antes había dejado por es- nosotros para Wellington y, de duras hacia Bahía, su siguiente 13 de febrero y cambiaba las tribor los archipiélagos desier- su capitán recibí noticias acerseñales de despedida y corte- tos de Príncipe Eduardo y Ma- ca del Estrecho de Cook». escala, El 21 de junio, la «Nautilus» A remolque del «Hércules», la «Nauíilus» —con e! aparejo cargado y aferrado— hace su entrada e«n El Ferrol, donde dio por «Creíamos que la flojedad de sía con dos buques de guerra, non— y cruzó entre las Kergueterminado su viaje de vuelta al mundo. *••• la brisa nos obligaría a fondear aiemán uno y ruso el otro, que len y San Pablo que, con las zarpó y, ya en franquía, largó o voltejear sobre aquella costa, n.festándome en los primeros be aprovecharse ía llegada a B la Estación Nava! de América Montevideo, donde desembarv pero no sucedió así. Con el sol momentos que, habiendo perté- aguas chilenas de! buque-es- as. Sur. Cerca se encontraba caria e! práctico— y, ya en la tomó más fuerza el viento, y necido a la Marina Real ingie- cíela «Nautilus» de la ^.Marina una fuerza naval brasileña que, aita y libre, dio todo el tra* muy luego la «Nautiius» se sej sa, en la que había servido has- a e Guerra española para demos- oí mando de! almirante Gosal- mar po y a San Juan ds paró de la tierra a fin de evitar | ta alcanzar el empleo de capi- trar a esta nación, y en espe- vez, estaba compuesta por eí Puerto arrumbó Rico, su abrigo; y archivando cada tán dé navio, conocía a España cias a su Marina, nuestro reco- uucero «Tiradentes», e! moniEl 25 de marzo de 1894, mienuno de sus tripulantes, allá en y a sus antiguas posesiones de nocimiento por fas espontáneas tor «Bahía» y dos transportes lo más recóndito de su corazón, Ultramar, y por lo tanto tenía y generosas manifestaciones armados, así como un vapor de tras ía -ciudad celebraba la Pascua de Resurrección, Sa «Nautl* un recuerdo de su estancia en vo dos motivos para parecería ce que han sido objetos los bu- íe. Armada uruguaya. iüs» entró en puerto y f al prelas Canarias, todos pusieron sus Simpático: ser marino español, ores de la Armada chilena en De Montevideo, la corbeta esojos en ese punto que la ¡ma-¡ y ser Comandante del primer ocasiones en que han tocado en pañola siguió a Buenos Aires sentarse a ías autoridades, el gmacíón finge y coloca en el buque de guerra que allí daba puertos españoles. En conse- uonde, después a la plaza y a ccmandaníe Viüamil supo que horizonte; punto que entonces & conocer nuestra bandera». cuencia, se procederá a ofrecer los buques ds guerra allí basa- re habían recibido órdenes para era Bahía, que será Australia! Los marinos de la «Nautilus» a« Comandante de dicha nave ccs. dio fondo y atracó en una qut la «Nautiius» esperase allr después, para convertirse luego! pi dieron contemplar durante tvdos los elementos que nece- aársena cercana a la Plaza de lo llegada ds¡ vapor correo de en el querido hogar que ya que-! sus excursiones el monte Eg- site, y si éstos no se encontra- ¡e Vicíona. El recibimiento fue Ja Trasatlántica Española. Preda por la popa. íViont, el mismo que, según 'el sen en ios arsenales, queda V.S. magnífico y, entré agasajos y vio acuerdo con Montojo, co Aquella misma tarde pudimos I capitán Cook, más se asemeja —Comandante Genera! de Ma- excursiones, la tripulación de maridante de Marina en Puerto ver el famoso Pico de Teide a nuestro Teide. r.na— autorizado para adquirír- ía «Nautilus» pasó su estancia R?co f y con e! jefe de la. Comimostrando su cumbre por encik'S en plaza». Al mismo tiempo, en el puerto de la capital argenCPasa a ía página 8) ma de las nubes. Era la última ét jefe de la Marina chilena re- tina. tierra española que veíamos, y cibió órdenes de poner a disEl comandante Viiiamil fue inera también la que más se leposición de los marinos españo- stado a visitar y pasar un día $$&£^^ vantó sobre eJ nivel de! mar». les cuantos elementos necesí- en eí crucero «9 de Julio» que, REPRODUCCIONES La «Nautiius» arrumbó a pasar De nuevo en ía mar, la «Náu- tosen y, más tarde el presiden- recientemente adquirido en FOTOGRÁFICAS: a unas 80 millas al Oeste de tas íiiv.s» arrumbó a Valparaíso. «A te Montt —-que como capitán G^an Bretaña, era entonces la islas de Cabo Verde y, despuésj ios tres días de dejar el puerto ce navio pasó por Santa Cruz nías moderna unidad en aguas ée entrar en plena zona de los no cabíamos en la mar, según 06 Tenerife— recibió a don Fer- e América del Sur. En e! traia zarpa- dei puerto de La Habana efe innumerables embarcaciones. alisios —Adonde dio una medial nando Viiiamil. ¿ satlántico «Cádiz» embarcaron,

Da nuevo en e! Atlántico

Las singladuras de ta "Nautilus"

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En aguas del Pacífico

Joan HERNÁNDEZ


PAGINA OCHO

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Miércoles, 23 de enero de 1974

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¥ (Viene efe ¡a página 4}

rezca especia! mención, si bien | las numerosas escalas, figuró ¡ guesa, así como el transporte pudimos apreciar la completa or- ¡ una en la base naval de Crons- «Salto», de la Armada urugua sión Hidrográfica, Sos guardam?.- ganización de prácticas para tandt. Su comandante, eí citado nnas de ía corbeta comenzaron manejar los torpederos, a los capitán de fragata Rodríguez y ya. La «Nautilus» —que venía de e¡ levantamiento de planos de que diariamente veíamos manio- Marvan, fue recibido por el Zar Funohal— cruzó ante ¡a proa del la cosía y, además del servicio brar, y el procedimiento rápido y, tras realizar visitas oficiales «Ceramic», el célebre «cuatro reglamentarlo, visitaron y estu- para que un buque de la impor- en otros puertos, la corbeta re- palos» de la White Star Line, y dio fondo en la dársena. Tras diaron las fortificaciones de ¡a tancia del «Latouche-Tréviíie» pa- gresó a España. ella lo hizo el citado «Üner» infsja. sase de la situación de armaVuelve a nuestro puerto a fiA mediados de abrí!, la cor- mento a la de pruebas, resulta- nes de 1900 y, mientras izaba glés —que con numerosos pabeta se hizo de nuevo a ¡a ve- do de los cuales me fue fácil un bote, falló uno de los apare- sajeros procedía de Australia, Ciudad del Cabo— y, más ía y, tras cinco días de buen enterarme, por ser su Coman- jos y dicha embarcación cayó vía tarde, llegaron los «Delfín», navegar, quedó encalmada cerca dante antiguo amigo mío». en cubierta. Resultó alcanzado «Águila», «Pacuare» «León y Cas oe 48 horas y, ya el 26 f se metió Cinco días permaneció la el guard¡amariña Roig que, lue- tillo», «Esperanza» y «Tacáronce ¡Seno en la corriente del Gol- «Nautilus» en Cherburgo y, con go, falleció en el Hospital Mili- te». fo y, a la una de la tarde del viento favorable, se hizo de nue- tar de ía plaza y fue sepultado Cuando el día 20 la «Nautir ¿?, recaló sobre el faro del Ca- vo a la vela «con la cariñosa en eí cementerio de San Rafaei lus» se hizo a la vela con rumbo Barnegat. Tomó práctico y, despedida que expresaba por y San Roque. bo a Dakar, de vuelta encontraa! anochecer, fondeó cerca del medio de señales hechas con Nuevos comandantes —Azcá- da se cruzó con los trasatlántifuerte Lafayette para, al día si- banderas la fragata «Iphigénie», cos españoles «San Carlos» e guiente, hacer su entrada en y después de navegar unas cuan- rate Méndez, Quevedo, Márquez «Infanta Isabel» que, con el friy Moreno Eliza— y, con éste úlNueva York. tas horas en medio del hervidemarchó a La Habana a ios gorífico inglés «Pakeha» —el Con el cónsul de España ro formado por las fuertes co- timo, diez años de la guerra. Fue apa- mismo que se disfrazó de acora—don Arturo Baldasano y Tope- rrientes, quedamos en caima, teósico el recibimiento, y otro zado durante la segunda guerra te— el comandante Villamil ocu- preparándonos para soportar Las tanto ocurrió cuando la corbeta mundial— se dirigían a tomar ía pó lug-ar preferente cuando se contrariedades que son consi- se hizo a la vela con rumbo a bocana del puerto. ERMITA SAN CRISTÓBAL descubrió e! monumento a Cris- guientes a estas cortas trave- España. Así, con despedida de «Üners» tóbal Colón en eí Central Park sías». Los camandantes Núñez, Dugallardos, se fue de la mar sanVIVIENDAS DE UNO, DOS Y TRES DORMITORIOS. SALON-ESTAR - COCINA - BAÑO - TE Nueva escala, Brest en esta yf más tarde, fue invitado a viran, Barrera y Magaz la tuvieron sitar el Arsenal de Brooklyn, io ocasión, —allí se encontraban, a su cargo hasta 1914 y, des- tacrucera la corbeta «Nautiius», BRAZA * ASCENSORES, LOCALES COMERCIALES Y PLAZAS DE GARAJES. cual también hicieron luego los entre otros, los acorazados «Du- pués de maridaría don Santiago aquejla que, a su llegada a El oficiales y gu-ardamarinas de la puy de Lome» y «Charles Mar- Méndez y don Antonio Trulién- Ferrol el 30 de septiembre, queDE ÍNTERES PARA VD. SI ES: Inversionista, padre de estudiante o de familia poco numerosa dó allí y -—pocos meses más tarteíl»—- donde, con tres veleroscorbeta. que, se hizo cargo de ella don de™ fue dada de baja. DesarmaSITUACIÓN: 200 metros UNIVERSIDAD. Facilidades de pago, Grata fue la estancia —-entre escuela, estaba la célebre fra- Antonio Mendívil, su último colas excursiones figuró una a las gata «Borda», en la cual se lle- mandante y primero que luego da, la «Nautilus» esperó el desINFORMA Y VENDE EN EXCLUSIVA guace y, convertida su estampa Cataratas del Niágara™ y, des- vaban a cabo los exámenes de tuvo el actual «Juan Sebastián en informe maderamen, se fue pués de tres semanas en Nue los aspirantes para la Marina de Elcano*. de la mar uno de los pocos va York, la corbeta española Guerra. Al mando de Mendívii, »a «clippers» que entonces, como El día 13, al mediodía, la «Nauarranchó a son de mar y, e! día «Nautilus» llegó a Santa Cruz de 26 de mayo, se hizo a la vela tilus» zarpó y, con todo el apa- Tenerife el 13 de mayo dé 1922, piezas de museo, sobre ella flotaban. Subastada en 1932 —se rejo largo, arrumbó a las coscon rumbo a Plymouth. tas españolas. En la noche del Entonces se encontraba en puer- pagaron 15.000 pesetas por ella General Franco, 47-1° izquierda (Edificio Cine Agüere). Tras fargas la estacha del reto el célebre «Vasco de Gama», — la «Nautilus» fue desmantelamolcador, la «Nautilus» —que 15 se reconoció la luz de Machi- de la Marina de Guerra pórtu- da seguidamente en La Grana. Teléfono: 25-07-51.—LA LAGUNA. chaco y, a la mañana siguiente, zarpó junto con «cinco o seis estaba cerca de la Concha de de los grandes trasatlánticos»— San Sebastián de acuerdo con comenzó sus singladuras. Y de- las instrucciones que el prácticía Villamii: «Viendo esos bu- co entregó a Villamil. ques, que representan un peso E\ comandante escribió en su de diez a doce mil toneladas, movidos con una velocidad de Diario: «Cuando me cercioré por 18 a 20 millas por hora, aterra mis propios ojos de que S.M, la la Idea de un choque al navegar, Reina Regente con sus Auguscomo navegan a veces, días y tos hijos venía en la trainera días envueltos en la espesa nie- que se acercaba a nosotros, orbla, tan frecuente en determina- dené el saludo de ordenanza, dos puntos de este Océano. An- arriando sobre y petifoques, que te tal cálculo, no se explica que volvieron a izarse al estallar e! haya quien, por mero capricho último de los 21 cañonazos, prede viajar, se exponga a arros- parando en seguida la gente a trar los terribles peligros que la banda de estribor para saluson consiguientes a una coli- dar a la voz, en cuanto dismisión. Varios vapores .pasaron por nuyese la distancia. Así se hizo nuestro costado mientras ven- momentos después, notando que cíamos la distancia entre el en mi voz y en la de todos vipuerto propiamente dicho y San- braba como nunca el sentimiendy-Hook, donde quedamos a mer- to del amor por la patria y e! no ced del poco viento que reinaba, menos grandes de agradecidos ciñendo para separarnos de es- corazones hacia la genuina retos lugares tan a propósito para presentación de ésta. Se empezaban a cargar soque un pobre velero sea pasado por ojo, en cuanto la niebla fa- bres, juanetes y mayores en los vorezca con su denso velo ¡a momentos en que SS.MM. y AA. consecución de estos sinies- RR., ,al costado mismo de ia «Nautilus», mostraban deseos tros». El comandante Vi¡!Iarnil llevó de subir a bordo, para lo cual i su barco lejos de las derrotas mandé arriar la escala y deseen- i seguidas por los témpanos de di por ella para recibir el más ¡ hielo y, a su llegada a Plymouth, valioso cargamento que puede supo que días antes había arri- entrar en un buque de guerra». Así, con ía visita real, Siego bado un «liner» de la Anchor Line quef a medía travesía, em- a España ía «Nautiíus» después que, sobre todos los bistió a una de estas bancas flo- de un viaje . de*\ miinrín Aurñ \i~>in*e*

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CONVOCATORIA

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De conformidad con : fóV dispuesto en nuestro Reglamento, se convoca <a Junta General Ordinaria a los señores socios propietarios, que habrá de celebrarse eí día 26 de Sos corrientes en su loca! social, a las diecinueve horas en primera convocatoria y media hora después, cualquiera que sea eí número de asistentes con arreglo al^ siguiente '-'7/1 ORDEN DEL DÍA J 1,—Lectura y aprobación^ sí procediera, del acta de la sesión anterior. ;^| 2.—lectura de la Memoria Reglamentaria, 3.—Presentación de cuentas y su aprobación si procede. U4.— Presupuestos generales para el año entrante y sü&aprobación si procediera. - ":J 5.-—Elección de los puestos directivos vacantes que hubiere a la fecha de esta Junta, 6.—Ratificación por parte de la Junte General del aumento de la cuota mensual acordada en la última Junta General, 7.—-Ruegos y preguntas./ Pasma, a veintiuno de enero de 1974.—-P. A. de ¡a J. D.—EJ Secretario,-—Vto. B.no.-—. El Presidente. ....',


ciamos la distancia entre ei puerto propiamente dicho y Sandy-Hook, donde quedamos a merced de! poco viento que reinaba, ciñendo para separarnos de estos lugares tan a propósito para que un pobre veiero sea pasado por ojo, en cuanto ia niebla favorezca con su denso velo la consecución de estos siniestros». El comandante Vil lamí! llevó su barco lejos de las derrotas seguidas por los témpanos de hielo y, a su llegada a PSymouth, supo que días antes había arribado un «liner» de la Anchor Line que, a media travesía, embistió a una de estas bancas flotantes y resultó con la proa destrozada. La «Nautíkis» recaló sobre el faro de Land's End y, tras reconocer el Cabo Lizard, arrumbó en busca de la luz de Eddystone y, al amanecer del 18 de junio, su proa apuntó a la bocana dei puerto de Píymouth. Saludó a la plaza y al acorazado «Benbow» y, mientras recibía las salvas reglamentarias, dio fondo cerca del Arsenal. El comandante VJilamil visitó e las autoridades —entre ellas al almirante Sir Algernon Lyons — y, mientras el vicecónsui tíe España, el señor Beilamy, atendía a los marinos españoles, ios Jefes del Arsenal pasaron una invitación para que los aficiales y guardarnannas visitasen dicho es tableci m lento nava I. Con el jefe de la Comisión Naval española en Londres —entonces desempeñada por el almirante Cervera— el comandante de la «Nautílus» visitó el Arsenal de Devonport, Londres, los principales astilleros y factorías navales y, tras cinco días de estancia, el velero se preparó para hacerse a la mar con j&rm'bo a Cherburgo.

Rumbo a España Ya en el citado puerto gafo, la «Nautilus» fondeó cerca de la fragata «Iphigénie», buque-escuela de la Marina de Guerra francesa con la que, en alguna ocasión, coincidió en aguas de Santa Cruz de Tenerife, ocasión en la que, para completar ei cuadro de la mar pintada de Darcos, también se encontraba la «Nautilus» holandesa. Tras las visitas protocolarlas —una de ellas a! vicealmirante Cuverville, jefe del Departamento Marítimo— se organizaron excursiones a París y, también, al Arsenal y buques de ia Marina gala surtos en el puerta. «Dos días consecutivos se emplearon en recorrer las diferentes dependencias del Arsenal, en el cual nada vimos que me-

braba como nunca el sentimiento del amor por la patria y e! no menos grandes de agradecidos corazones hacia la genuin-a representación de ésta. Se empezaban a cargar sobres, juanetes y mayores en los momentos en que SS.MM. y AA. RFL, ,al costado mismo de ia «Nautilus», mostraban deseos de subir a bordo, para lo cual mandé arriar la escala y descendí por ella para recibir el más j valioso cargamento que puede entrar en un buque de guerra», 1 Así, con la visita real, íiegó' a España la «Nautilus» después de un viaje que, sobre todos los océanos del mundo, duró veinte meses, viaje que finalizó cuando —a las ocho de la mañana del 11 de agosto de 1894— dio fondo en aguas de El Ferrol.

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La vida marinera de la "Nautilus" Tras un recorrido completo de casco y aparejo, la «Nautüus» volvió a ser arranchada a son de mar para un nuevo crucero de instrucción y, al mando dei capitán de fragata don Julio del Río Díaz, el 13 de octubre zarpó de El Ferrol y, después de tocar en Marín, Cádiz y Las Palmas, llegó a Santa Cruz de Tenerife. Tras varios días de estancia zarpó rumbo a San Juan de Puerto Rico, Santiago de Cuba, La Habana y Punta Delgada, puerto de donde regresó al Ferrol. En noviembre de 1895 vino al mando del capitán de fragata don Alberto Balseyro y Casajús y, al año siguiente —con el mismo comandante— volvió cuando, en crucero de instrucción, nave gaba de San Vicente de Cabo Verde a Fuñona I, Lisboa y El Ferro!. En noviembre de 1897 —al mando del capitán de fragata don José Romero y Guerrero— zar pó de La Carraca y, tras hacer escala en nuestro puerto, siguió a Río de Janeiro, Ciudad del Cabo, Santa Elena y Funchal. Estaba programada la visita a alyu nos puertos del Caribe pero, ante la guerra con Estados Unidos, el comandante Romero recibió órdenes para, desde Santa Elena, regresase a España. En 1898 y año siguiente llevó a cabo sus cruceros de instrucción por aguas de la Península y Mediterráneo —llegó rvasta Alejandría— y, ya en el viaje siguiente, al mando del capitán de fragata don Gabriel Rodríguez y Marvan, volvió a ¿anta Cruz de Tenerife, de donde siguió a Montevideo. Al año siguiente, la «Nautilus» marchó al Báltico y, entre

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