LA ÚLTIMA ESCALA DEL VALBANERA

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PAGINA CUATRO

E L DI A

LA ISLA Y LOS BARCOS

Miércoles, 20 de Agosto de

ACE 50 ANOS

E AGOSTO DE 1919 ZARPO DE NUESTRO PUERTO CON RUMBO A SANTA CRUZ DE IA PALMA Y SANTIAGO DE CUBA Llegó a Santa Cruz con 724 pasajeros a su bordo. Aquí embarcaron 212 y en el puerto palmero lo hicieron otros 106 w Anocfoe, a las once, entró en este .puerto, procedente de la Península, el vapor de la Compañía de Pitillos "Valban-era", e<n el cual se han embaTeado con destino a La Habana y Santiago d« Cuba numerosos emigrantes". Esto decía el diado **La Pírensa" en su edición correspondiente al 19 de agosto de 1919, Con el "Valsanera" ocuparon el puerto en aquella fecha —preludio de otras más tristes— los también trasatlánticos españoles "Manuel Cairo" y <eMa»nuel L. Villaverde" que, igualmente, con rumbo a La Habana el primero, y de Cádiz el seguido, sestearon en la bahía mientras carboneaban y hacían la aguada, En el muelle Sur operaban los cargueros "sGlenñnlas", M *DÍ!ctator y el vapor correo "Rema Victoria", mientras que, cerca de la playa de San Antonio, permanecían fondeados los fruteros "Tacáronte","tkia-ttche", "Águila de uro" y "Taoro". En la ^marquesina", cerca de los "viveros" de altas arboladuras, se encontraba la goleta española "Nati" que, eon carga en tránsito, había llegado por la mañana de acribada forzosa. El "Valbanera" se preparaba para, 'sin saberlo, cruzar el Atiá-ntico por última vez, para dejar su estela efímera sobre las azules huertas de la mar y —al mismo tiempo— el luto y la tristeza en centenares de del ArcháDÍélagO V la

Por Juan Antonio Padrón Albornoz guañadora esperaba el momento de actuar, mientras, poco a poco, el negro penacho del "Valbanera" se borraba lentamente en el horizonte,

Historia de una naviera El "Valbanera" lucía en su chimenea, negra, la cruz roja de San Jorge sobre blanco que, aún, es distintivo de la vieja naviera. Las actividades marítimas de la empresa comenzaron en Cádiz a mediados del pasado siglo. Fueron primero veleros, escualos y cuchillos, los que navegaron bajo lonas tensas y repletas de viento y luz. América y Filipinas eran por entonces las metas de la marina mercante española. Y allá fueron los espléndidos, silenciosos veleros —con la roja níatrícula de Cádiz a tope— hasta que, en 1887, se registró oficialmente la Pinillos, Saenz y Compañía. El mismo año, Isa naviera adquirió su primer vapor, el inglés "Lamperts" —de la Pyman, Bell and Co.— que, rebautizado "Apolo", se incorporó seguidamente a servicio. Era éste, barco de 2,020 tonela das que, construido en 1878 en los astilleros de la W. Gray and Co., sólo se mantuvo en la flota de la flamante naviera

Tras el "üigutl M. Pinillos'1 se adquirieron nuevas barcos, ya estos para el transporte de pasajeros en la línea de América y Filipinas. Con una excep ción —el noruego "Olora" que fue rebautizado "Pío IX"— los demás, "Conde Wifredo", "Mar tín Saenz"? "Catalina" Barcelo na" "Cádiz" y "Manila", fueron barcos todos de nueva construc ción y, también todos, procedentes de las gradas de la C. Connell and Co.? de Port Glas gow. Después de la guerra con Es tados Unidos, las navieras espa ñolas sufrieron lógica crisis en cuanto a fletes respecta. También decreció el número d*e pasajeros y, por tanto, Pini líos vendió sus mejores unida des a la espera de tiempos más propicios para el negocio marí timo. Los "Barcelona" y "Cá diz" fueron adquiridos por el Gobierno argentino y, con los nuevos nombres de "Pampa" y "Chaco" fueron agregados co mo transportes a la Marina de guerra. El "Manila'*, gemelo de los anteriores, fue comprado por la naviera inglesa Donaldson Line, de Glasgow y, rebautiza do "Salada", pasó a la linea del Canadá. La Pinillos quedó solamente con los "Miguel M. Pinillos", "Pío IX", "Conde Wifredo", "Martín Saenz" y "Catalina".

Estas dos unidades fueron el canto del cisne de la navie ra pero, de todas maneras, sig nficaron un reto a la Trasa tlántica Española que? también mantenía línea similar, si bien con escalas en nuestro puerto. Los "liners" sostuvieron bien la rivalidad de los horarios de la línea y la competencia de la emigración, el pasaje de lujo y la carga. Eran cuatro los tra satlánticos españoles que, es pléndidos todos, hacían la línea Brasil—Plata. Los de la Trasa tlántica iban de un solo golpe de hélice desde Santa Cruz a Montevideo mientras que los de la línea Pinillos tenían que escalar, tanto a la ida como a la vuelta, en puertos brasile ños.

Los preludio de la tragedia Las tierras americanas, tan to como las del Sur como las del Caribe ardiente y huraca nado, fueron siempre —lo son aún™ imán para el isleño an sioso de trabajar para, al cabo de los años, volver a su isla. Entonces el tinteneo de los au reos centenes tentaba a lo«? olí**1 emprendían la aventura amen cana pero, sobre todo, a los ca narios que —de antiguo, casi por tradición familiar— ponían su vista en los campos de Cu ba. \

y, además, la mar les había aba tído sobre tierra. Iban, sin sa berlo, rumbo a la muerte. El "Príncipe", lanzado a 18 nudos por sus dos poderosas alternativas, se acercaba a la tierra. En una aclarada, se vio la luz a un cable y a mucha al tura. No había tiempo de caer a babor y zafarse de peligrosa baja que, por estribor, les des trozó muchos metros de costu ra en el plancha je. Material mente se estrellaron y, sólo 143 personas se salvaron del triste naufragio. El 5 de diciembre del mismo año, en ruta de Nueva Orleans a Barcelona, el "Pío IX" se en contró con un fuerte temporal y, durante él, comenzó a correr se la carga en las bodegas. Con una fuerte escora a babor, el ve terano solicitó auxilio por ra dio y fue el "Buenos Aires" —de la Trasatlántica Españo la— el que, cerca de su posi ción, viró en redondo y puso proa, a la máxima, hacia él. Pero pese a todos los esfuer zo$ por parte de la dotación del "liner", el "Pío IX" se fue acostando sobre las olas coro nadas de espuma y, poco a po co desapareció con 40 hombres entre pasajeros y tripulantes

El trasatlántico español "Valbanera" que, con 488 pasajeros a su bordo, naufragó en septiem bre de 1919 en ruta de Santia go de Cuba a La Habana.

ees, el recién creado Comité del Tráfico Marítimo había re quisado la flota de Pinillos» con excepción del "Infanta Isabel" para el transporte de trigo de Buenos Aires a Canarias y la Península. Mientras, el "Infanta Isabel" establecía una escala en Bur déos y, en todos los viajes de ida, tomaba a su bordo un mi llar de soldados americanos —pertenecientes a las fuerzas destacadas en Europa— que luego eran desembarcados en Nueva York. Eran los tiempos de la cele bre "gripe española" y la Pren sa de entonces se hizo eco d-e los viajes realizados a Cuba por los "Cádiz" y Barcelona" que, con enfermos a su bordo, llegaron a Santiago y obligaron a una serie de medidas s-anita para evitar la/extensión de Los años de mar del lariasepidemia. "Valbanera" La "gripe española" fue tam bien causa de que el capitán Dura ¿líe I4&8 la primera gu-e don Ramón Martín Cordero, de rra mundial el "Valbanera" na 34 años de edad, dejase el man vegó en la línea de América do del "Balines" —antes había Central. mandado el "Martín Sáenz"— El 3 de enero de 1919, apro- y se hiciese cargo del "Valba

Leoncio Rodríguez publicaba en su tercera página el siguien te telegrama: "Dicen de Cádiz que circulan allí rumores de haber naufragado el "Valbane ra", en la travesía de Puerto Ri co a La Habana. Espéranse con ansiedad noticias de lo ocurrí do" El rumor se confirmó al día siguiente cuando desde Madrid nuevos telegramas agregaban que se desconocía el paradero del trasatlántico y que, con to do fundamento, se temía hubie se sido sorprendido por un tem poral en el Golfo de Méjico. Pero de La Habana vino la confirmación de la triste nue va cuando, en la sede de la na viera en Cádiz, se recibió una comunicación del Gobierno cu baño anunciando que habían re gresado los cañoneros "Cuba" y "Patria" que, con un destruc tor americano, habían realizado, sin resultado alguno, un am plio reconocimiento en la zona eonr'pr elidida er**r« las is1;^ Tortugas y los cayos de Laha ma, Comenzaba a tomar fuerza el presentimiento de una trage

bañera, don Ramón Martín Cor dero. Con su hija, de tres me ses, había hecho viaje con su esposo desde Cádiz y aquí pasa ba una temporada con unos fa miliares. Desde Santa Cruz de la Palma escribió a su esposa una carta en la que, al mismo tiempo que le rogaba enviase una foto de la niña a La Haba na, decía que, "de no perder la vida en este viaje", en el de vuelta tendría el placer de abrazar a su hija. Ya entonces la pérdida del "Valbanera" era noticia de pri mera en los periódicos que ante la duda, la habían relegado pri meramente a páginas interio res.. Entrevistada la esposa del capitán, cuando citó este parra fo de la carta añadió: "No pare ce sino que mi marido tenía el presentimiento de una des gracia". Y desgracia fue la pérdida para muchos, muchísimos hoga res de Canarias, CmJidfi el "Y«u>a-ie-.:a"' Mm escala en Las Palmas, ya lleva ba a su bordo 573 pasajeros; allí embarcó 251, de los cuales 169 se dirigían a La Habana y los 82 restantes a Santiago d<e Cuba.


goleta española "Nati" que, !* con carga en tránsito, había El mismo año, la naviera llegado por la mañan'a de arri- adquirió su primer vapor, el bada forzosa, inglés "Lamperts" —de la PyEl "Valbanera" se prepara- man, Bell and Co.— que, reba para, sin saberlo, cruzar el bautizado "Apolo", se incorpoAtiáíitico por última vez, para ró seguidamente a servicio. dejar su estela efímera sobre Era éste, barco de 2.020 tonela las azules huertas de la mar y das que, construido en 1878 en —a»l mismo tiempo— el luto y los astilleros de la W. Gray la tristeza en centenares de and Co., sólo se mantuvo en hogares del Archipiélago y la la flota de la flamante naviera dos años. El 2 de febrero de Pená&su'la. Los momentos estelares ri- 1885 zarpó de Newpprt con gen los destinos de los hom- cargamento de carbón con bres y de los barcos. Y son rumbo a España y, sin rastro instantes decisivos que presi- alguno, desapareció durante la den nuestras vidas en los rum- travesía. Poco después de la desapabos opuesto» de sus horas. Brujirlas y timones se salvan rición del "Apolo", la Piniilos, Saenz y Cía-, adquirió el "Barcon ellos o se hunden. Los cronómetros señalan con celona" a la Trasatlántica Esfjrecrso movimiento el paso de pañola y, al mismo tiempo, se las horas. Pero más que por el hacía cargo en los astillero- de tiempo —por ese tiempo que la J. Lain®, de Sunderland, del roe, pule y mata— sus agujas primer barco construido ex va*i orientadas con su marca presamente para ella: el "Miprecisa de minutos y segundos guel M. Piniilos". El "Barcelona", de 2.304 tocon otra mueca, exacta y fantasmal, que no es de este neladas, había sido construido en 1876 con ©1 nombre de Todos los barcos en el mar, "Kent". Durante cuatro años «obre la belleza siempre cam- navegó bajo la contraseña de biante de las olas? son como la Money, Wigram and Co.. de féretros gigantes que llevan, Londres, y, posteriormente, constantemente, a la guadaña- pasó a la flota del marqués de dora de la vida rondándoles Campo. Rebautizado "Barceloen silencio, rondándoles en na", conservó este nombre cuando» en 1883, lo adquirió la paciente espera.

guerra. El "Manila", gemelo de los anteriores, fue comprado por la naviera inglesa Donaldson Line, de Glasgow y, rebautiza do "Salada", pasó a la linea del Canadá. La Piniilos quedó solamente con los "Miguel M. Piniilos", "Pío IX", "Conde Wifredo". "Martín Saenz" y "Catalina".

Renace la naviera PiniHos En 1904 mejoraron sensible mente las condiciones en que venían desarrollándose las co municaciones y, con buenos fletes en perspectiva, la Pinillos se lanzó a modernizar la flota. Como en anteriores ocasiones los astilleros de la firma C. Con nell fueron los elegidos y, ya en 19065 estos entregan el "Val bañera", y, dos años más tarde los nuevos "Barcelona" y "Cá dz", barcos gemelos, de muy similares características al pri meramente entregado, si bien de menor tonelaje, velocidad y capacidad. Al mismo tiempo se adquirió a la Foleh, de Barcelona el "José Gallart" —antiguo "Montclair" de la Eider Demps ter— que, con el nuevo nom

n "'!::;;ií'v Calmes" -—antiguo "Montclair" de la Eider Dempster— cuyo mando dejó el capitán Martín Cordero para tomar el del "Valbanera"» ""Ayer tarde fue despachado para Santiago de Cuba y La Habana, el vapor de la Compañía Piniilos "Valbanera", que lleva en tránsito 573 pasajeros y carga general. En este puerto se embarcó gran número de emigrantes". Así decía "La Prensa" en su edición del 20 de agosto de 1919, Eli "Valbanera", después de aquel despedir con blancos pañuelos, iba devanando millas y arrojando bocanadas de humo mientras su roda, adornada con blanco bigote de espuma, perseguía las tangencias inaleatebles en las singladuras, leios, may lejos aún, la

Trasatlántica Españok que, dos años más tarde, lo vendió a la antes citada empresa gaditana, U-na vez más cambió de nombre y, como el "Martín Saenz", navegó durante los dos siguientes años bajo la contraseña de Piniilos. Luego, cuando se adquirieron nuevas unidades, fue puesto en venta y, adquirido po>r la naviera Verrier et Monjardín, de Marsella, tomé un nuevo nombre: "Ocean". El 21 de febrero de 1896, cuando navegaba de Dunkerque & la isla de Reunión, se declaró un incendio y, embarrancando en Lahon, se ¡pexéié totalmente.

bre de "Balmes" pasó a la lí nea americana con las nuevas unidades y las que, después de la venta de parte de la flota en 1898, mantenían un espora dico servicio. No terminó así la etapa de ex pansión de la empresa que, por cierto, desde 1896 venía de nominándose oficalmente Pini líos, Izquierdo y Compañía Para la línea de Buenos Ai res se encargaron a la Russel and Co., de Port Glasgow, dos espléndidos y rápidos "liners" que, con los nombres de "In fanta Isabel" y "Príncipe de Asturias", fueron entregados en 1912 y 1914 respectivamente, ° ^ ¿*ÍJk|

nado, fueron siempre •—lo son entre pasajeros y tripulantes llegaron a Santiago y obligaron oano anunciando que ua-uiau ¿ ^ aún-— imán para el isleño an a una serie de medidas sanita gresado los cañoneros "Cuba" sioso de trabajar para, al cabo Los años de mar del rias para evitar la/extensión de y "Patria" que, con un destruc tor americano, habían realizade los años, volver a su isla. la epidemia, 11 do, sin resultado alguno, un am "Vaibanera La "gripe española" fue tam plio reconocimiento en la zona Entonces el tinteneo de los au bien causa de que el capitán reos centenes tentaba a lo*- ÜIK Durante tuda la primera gue don Bamon Martín Cordero, de eorríprendida en^re las isl.m emprendían la aventura amer; rra mundial el "Valbanera" na 34 años cíe edad, dejase el man Tortugas y los cayos de Laha cana pero, sobre todo, a los ca vegó en la línea de América do del "Balnies" —antes había ma, narios que —de antiguo, casi Comenzaba a tomar fuerza Central. mandado el "Martín Sáenz"— por tradición familiar-— ponían El 3 de enero de 1919, apro- y se hiciese cargo del "Valba el presentimiento de una trage su vista en los campos de Cu ba. Los barcos de Piniilos eonti nuaron, después de aquella eta pa de depresión sus líneas americanas y —era lógiconunca descuidaron la de puer tos canarios con Santiago y La Habana. Y allá fue el "Valbanera" cuando, nueva, flamante y re cien entregado, abría con su proa anchos surcos en la mar. Como ya antes indicamos, fue este barco el que inició la etapa de expansión de la navie ra después de los años en que, con visión, ésta restringió sus servicios a los indispensables para mantenerse y esperar tiempos de mejores fletes y perspectivas. En 1906 lo entregó la C. Con nell. De 5.099 toneladas brutas y 3,291 netas, eran sus princi pales dimensiones 119.85 me tros de eslora por 14,16 de man ga y 8,60 de puntal. El aparato motor estaba com puesto por dos alternativas tri El "Principe de Asturias", también de la Pinillcs, que el 16 de marzo cíe 1316, pies, productos de la Dunsse hundió en Punta do Boi. muir and Jackson, de Glasgow que, sobre dos hélices, le daban rimadamente a las 4 de la tar ñera" que, po,r entonces, había dia pues, como decía "La Pren 12 nudos a régimen normal. | de, la campana de la atalaya realizado una triste travesía sa" sólo de T-enerife había a Durante muchos años estuvo \ del castillo de San Cristóbal con numerosos enfermos a su su bordo 200 emigrantes mien al mando de un capitán tinerfe I señala la presencia de "barco bordo. tras que, otros 300, pertenecían ño, don Leopoldo Benítez que ! de abajo" y tras la Punta de De todas formas, primero se a las restantes islas del Arehi luego pasó a mandar el magní j San Francisco, apareció mo piélago. Y terminaba con pala fico "Infanta Isabel", por en mentos después su estampa ma fueron normalizando los servi bras de esperanza, la que nun cios y, al mismo tiempo, remi tonces el "crack ship" de la na | riñera. ca se pierde, para los angustia viera. Y en él permaneció has I Procedía de Buenos Aires tió la virulencia de la enferme dos familiares: "Hacemos fer dad. Y, ya en la edición de "La ta que, cuando se le tenía pre '• y, requisado por el Gobierno Prensa" correspondiente al 24 vientes votos porque noticias visto para tomar el mando del ! español, conducía un cargamen tan adversas no se confirmen "Príncipe de Asturias", abap ! to de cereales en tránsito. Fon de junio de 1919 se insertaba y renazca la tranquilidad en el siguiente anuncio: "El mo donó la mar y pasó a ostentar ¡ deado en la dársena exterior los hogares, hoy consternados la presidencia de la Asociación | el "Valbanera" permaneció en derno y rápido vapor de dos ante el temor de una inmensa hélices y 8.000 toneladas, "Val 1 de Marinos, nuestras aguas sólo tres horas bañera" pasará por esta puer y terrible desgracia para to La primera guerra mundial las suficientes para tomar a su to con destino a los de Sanüa dos". causó dos bajas en la naviera, bordo cinco pasajeros y 843 go de Cuba y Habana en la pri Hubo un atisbo de esperan ambas acompañadas de gran nú "huacales" de plátanos. mera quincena de julio próxi za cuando, el 22, un telegrama mero de vícitimas. La primera Luego, ya listo, se hizo a la mo, admitiendo pasajeros y car procedente de La Habana, se ocurrió cuando, el 5 de marzo mar con rumbo a Cádiz y Bar- ga; debiendo dirigirse las soli gún el cual se desmentía la per de 1916, el trasatlántico "Prín celona. citudes de hueco con la o por dida del "Valbanera". Pero, an cipe de Asturias" se fue sobre En marzo del mismo año, no tunidad debida, el Agente de tes de cerrar la edición ya "La Punta do Boi y, con 445 vícti ticias de La Habana decían que, la Compañía Piniilos en esta Prensa" añadía que Londres mas, se cerró el trágico balan según la firma Santamaría y plaza", confirmaba la pérdida y que, ce del naufragio, Cía. —consignatarios de Pinia unas 300 millas de Cayo Hue Este ocurrió a las 3 de la ma líos— esta naviera había acor Viaje a la eternidad so, un grupo de buzos habían drugada, cuando el "Príncipe" dado reforzar sus servicios en localizado al "Valbanera". Y, iba a todo régimen con rumbo tre España y Cuba "con escala En aquel 19 de agosto, el añadía: "No hay vertigios de a Santos y, con subditos ale en Canarias, para el próximo "Valbanera" zarpó de Santa sus 400 pasajeros". manes a su bordo, navegaba verano, destinando cinco de sus Cruz y puso proa a Santa Cruz El Archipiélago todo se con aterrado para escapar a la po mejores trasatlánticos para de la Palma, puerto donde em movió. ¿Cuántos pasajeros de sible detención por parte del atender a las grandes deman barco más pasajeros y carga. sembarcaron en Santiago y así crucero inglés "Glasgow" que das de pasaje que hay de Cuba Luego se hizo de nuevo a la lograron escapar al destino, tris estaba por las cercanías. La no para la Península Ibérica, para mar y, hasta el 20 de septiem te del barco? ¿Cuántos conti che se había cerrado en ni-e la referida temporada. Según bre, no volvió a sonar su nom nuaron en él hacia La Haba bla y, bien fuese por un des ha comunicado la Gerencia de bre en la Prensa isleña. na? vio sobre tierra ,bien por no la citada Compañía, son los bu En la fecha citada, el perió En Santa Cruz se encontraba haberle dado buen resguardo ques destinados a este servicio dioo que en 1910 fundó don la esposa del capitán del "Val o —que también pudo haber el lujoso palacio flotante "In ocurrido— al no ver Punta de fanta Isabel", el "Cádiz"5 el Boi y referirse sólo a la estima "Barcelona" el "Valbanera ' y Reproducciones de la corredera no habían podi el "Conde Wifredo". Estos bu do marcar ningún lucero, en el ques conducirán, además gran fotográficas puente se encontraban todos in des cargamentos de mercan tranquilos. cías". A las 3, cuando estimaron Sin embargo, estos proyectos tenían remontada la luz, cáye no pudieron llevarse por com ron a estribor. No moderaron píete a cabo ya que, por enton

JUAN HERNÁNDEZ

el presentimiento de una des gracia". Y desgracia fue la pérdida para muchos, muchísimos hoga res de Canarias. Cuando- el "y-^-'Sarvera"' hiro escala en Las Palmas, ya lleva ba a su bordo 573 pasajeros; allí embarcó 251, de los cuales 169 se dirigían a La Habana y los 82 restantes a Santiago de Cuba, En nuestro puerto embarcó 212 y, en Santa Cruz de la Pal nía, otros 106. O sea que con tando sus 94 tripulantes, el bar co llegó a Santiago con 1.236 personas a su bordo, pero, vol vía el interrogante ¿cuántas de sembarcaron y cuántas siguie ron viaje? Entre la tripulación del bar co figuraba el joven marino don José González Ramírez que recién terminado sus estudios en la Escuela de Náutica de Santa Cruz, embarcó aquí como agr-egado. Aún había esperanzas entre los familiares. Todo estaba su peditado, a la escala en Santia go de Cuba y, era lógico ante la tragedia, se pensó inmediata mente en organizar funciones benéficas y una suscripción que, apenas apuntada la idea, enea bezo Mr. Stiles, cónsul esta dounidense en Santa Cruz.

Se conocen más detalles Según pasaban los días se iban conociendo, aunque muy distanciados de unos a otros detalles de la tragedia y nom bres y más nombres de los de saparecidos. Desde luego la tri puíación, se sabía concretamen te, había perecido toda. Pero el interrogante iba poco a po co aclarando nombres y5 unos de los primeros que se confir marón, fueron los de don José Acosta y Alba que, acompaña do de su esposa e hija, regre saba a La Habana después de una temporada en Santa Cruz su ciudad natal, a la que había vuelto tras muchos años de au sencia. Don José Rodríguez Benítez, director del "Mercurio" de La Habana, que ya había sufrido la pérdida de algunos de sus familiares en el naufragio del "Príncipe de Asturias", vio des aparecer en el del "Vaíbanera" a los pocos que le quedaban en estas Islas. El diario "La Provincia**, de Las Palmas, incluía igualmente amplia información sobre la tragedia y, en particular, se ha cía eco de la desaparición de una familia que habitaba en la calle del Terrero, y que había eiiiDarcado en el "Valbanera**. Esta familia estaba compues ta por doña Paula Zumalave de Pérez que, con sus cuatro pe queños hijos, marchaba a La Habana para allí reunirse con su esposo. Anita, de sólo cinco años, no quería embarcar y, a la fuerza casi, tuvieron que su birla al barco mientras lloraba (Pasa a la página SIGUIENTE)


I

Mérceles, 2H de Agosto

can tra (Tiene de la pég. ANTERIOR) so comunicado sobre las ridades que el barco ofrecía y repetía: "Yo no quiero ir; yo y, al mismo tiempo, lo que se no me embarco en ese barco. suponía había sido causa de su Ese vapor se va a pique". naufragio. En la noche del 26 de sep "Supónese —-decía el comu tiembre, el alcalde de Santa nicado— que si bien las condi Cruz recibió el siguiente tele ciones marineras del "V'albane grama, procedente de Barcelo ra" eran más que suficientes na: "Radiogramas publicados para resistir una tromba, po periódicos sobre llegada náufra dría muy bien ser que una ave

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cuando se dirigían, a La Habana, En el interior del puerto de la capital cubana, todos los bar eos reforzaron amarras pero, así y todo, el americano "HilLs borough Country", rompió las suyas y fue lanzado por el tem poral sobre la playa de Varad-e ro, en la cual quedaba en seco a marea baja.

das rebasaban ampliamente el medio millón. En La Habana, el mar rom pió los diques e, impulsado por el ciclón, inundó la Casa de Sa lud "La Internacional" de la Asociación Canaria. Los enfer mos fueron trasladados a los hospitales "Calixto García", "Las Animas" y "Mercedes" así como a las Casas de Salud de los Centros de Dependientes y Gallego.

Informe del comandel "Yara"

El "Barcelona", primer trasatlántico de Pinillos que llegó a nuestro puerto —procedente de La Habana— después de la tragedia del "Valbanera". gos a La Habana desgraciada ría, en las máquinas o timón le mente carecen de fundamento hubiese dejado sin gobierno en Algunos pasajeros destinados medio del temporal y que un a La Habana desembarcaron golpe de mar le hubiese des en Santiago de Cuba. Para de \ truído la instalación d-e telegra talles pregunten Gerencia Pini fía sin hilos, impidiéndole pedir líos en Cádiz. Rómulo Bosch". socorro ni dar cuenta de su si El 28 llegó a Santa Cruz el tuación comprometida, yendo "Barcelona" procedente de La a chocar contra uno de los nú Habana. Había expectación pe merosos arrecifes que existen ro el capitán y oficiales sólo en aquellos mares. sabían lo que habían captado Se da par verosímil esta su por radiotelegrafía. Un oficial posición puesto que en esta declaró: "La única noticia que época del año suelen desarro sabemos es la que ya desgracia liarse en el mar de las Antillas damente no es nueva: ei * 4 Vai \ f uer te,s ciclones que ponen en bañera" se hundió en la trave grave apr j e to las embarcado sía de Santiago de Cuba á La \ n.es más sólidas". Habana . j OLra ^ lag notjcias que ¡j€ Ai da siguiente se recibió en ¡ ffalwl ^ 1ia p,p n [ nslI i a H era la

PAGINA CINCO

1 L B IA

En Key West, según tekgra ma cursado a La Habana, los daños fueron terribles y se es timaba pasaban de tres millo nes en lo referente a intereses y firmas particulares pues sólo en la estación naval, las perdí

La Marina cuibana se movilizó en busca del "Valbanera o, en su caso, supervivientes o restos que permitiesen llegar a una conclusión definitiva. A su llegada a Isabela de Sagua, ei comandante del caño ñero "Yara", capitán de corbe ta Díaz de Gallego, escribió lo siguiente: "Sin noticias del "Valbanera", al amanecer re corrí todo el cantil del banco de Sur a Norte llamando sin ce sar al buque y prestando aten ción a los despojos que la mar sin cesar arroja siempre hacia la playa; pero nada indicaba la existencia de algún desas tre. En consecuencia, me dirigí al faro de Cayo Eldow al NO del banco, con intención de comu mearme con el Semáforo por el internacional; pero no bien me arrimé un poco al Cayo, cuan do notó que venía un bote en dirección a nosotros, haciendo sin cesar señales de llamada* a pesar de ver nuestra direc ción puesta hacia ellos. Tan pronto estuvimos cerca empezaron a pedir agua en in

Está el dolor en nosotros y está en nosotros la pena, y en muchos ojos queridos amargas lágrimas tiemblan, que el Destino con un golpe de esos que hasta el alma llegan, nos han robado la dicha y lia traído la tristeza. Fue muy lejos de nosotros allá en los mares de América, donde mil seres queridos

glés: se les dio agua con hielo y una copa de ron y después de "dispararse" —porque eso no era beber™ cuatro vasos del precioso líquido, nos dije ron que desde el ciclón no be bían agua dulce y sólo se hume decían la boca con agua sala da así como que para comer tenían primero que pescar y re coger caracoles en la playa, pues el ciclón les llevó y destro zó la casa, teniendo que guare cerse en el faro, cuyas puertas y ventanas destrozó el viento también, y la otra casita que quedó la amarraron a la torre con un cable de alambre. Me enseñó el torrero las ano taciones barométricas después de haberle prometido que les daría agua y víveres. También me habló de sitó siete mucha chos y la mujer, siendo el ma yor de los hijos de once años todos los cuales padecían hambre y sed". En los últimos días de octu bre, llegó a Cádiz don Alvaro Trigo, representante de la Pini líos en San Juan de Puerto Ri co. Afirmó que el casco del "Valbanera" se encontraba en Rebecca Shoals, en la isla de Tortuga. Según dicho señor, el "Valbanera" tenía el casco desgarrado por estribor y con un enorme boquete en la proa, Cer ca del "Ihier" español, yacía el casco de un velero ameri cano, de 4.000 toneladas que, también con la proa destrozada habia sin duda embestido al "Valbanera" durante el ciclón. ¿Era cierta la versión? ¿Era de las tantas suposiciones e in ventivas que entonces circula ron? Era, lógicamente, una supo sieión más*

Los Pinillos comunicó en di ciembre que estaba en tratos con una empresa de salvamen to —establecida en Jamaica— para qué se llevasen a cabo es tudios con vistas a la puesta a flote del barco o, caso de que esto fuese imposible, rescatar los cadáveres que se encentra sen en su interior para su poste ñor traslado a La Habana, lu gar donde se llevaría a cabo la sepultura. Sin embargo no se llegó a un acuerdo, como tam poco con otras empresas ame ricanas y, finalmente, se em prendieron conversaciones con la Compaña Cubana de Salva mentos. Ya entonces los Pini líos declaraba que no le intere s>aba el salvamento del barco y sí el de los restos de sus pa sajeros y tripulantes. Tampoco dieron resultado y, finalmente una empresa es panela solicitó llevar a cabo los trabajos, previo un deteni do reconocimiento del casco pero, como en los anteriores ca sos, no se llegó a un acuerdo y, poco a poco el "Valbanera" dejó de ser noticia, si bien nunca un triste recuerdo y, también un hito en la historia del Archipiélago todo.

Lo que pudo haber ocurrido El "Valbanera" llegó a San tiago de Cuba y allí desembar carón, no sólo los pasajeros des tinados a dicho puerto, sino también muchos de los que iban hacia La Habana. Uno de ellos declaró que el barco había cruzado el Atlán tico con una pronunciada esoo ra a estribor y, por ello, había

decidido desembarcar en San tiago y no continuar viaje. Al parecer, el capitán estaba informado de que en el Gol fo de Méjico se fraguaba un vórtice de mucha traslación e intensidad. Debió medir bien todas las circunstancias y, sin duda alguna, lo hizo de acaer do con las predicciones del observatorio de La Habana. ¿Debió salir de Santiago o, por el contrario, quedarse en puerto? Por lo visto, ed capitán don Ramón Martín Cordero calcu lo que tenía tiempo suficiente para llegar al puerto habanero antes de que el vórtice entra se por la costa Norte de la Gran Antilla. Entonces se hizo el "Valba ñera a la mar con 488 personas a su bordo, entre pasajeros y tripulantes. Lo hizo con una gran reserva en la flotación y a media carga, o sea, en las me jores condiciones de navega ción y de seguridad para el breve viaje. Se le vio navegar hacia el Oeste por la costa septentrio nal de Cuba, después de haber remontado Punta Maisí. Iba fuerte y apretando fuegos pa ra meterse cuanto antes en La Habana, Pero el ciclón corrió más, sea porque hubo un pequeño errar en la predicción meteoro lógica, sea porque el "Valbane ra" no hubiese dado toda la ve locidad que se esperaba de sus dos alternativas. Ya la mar co menzaba a escorarlo y, según el capitán de un correo inglés que pudo ganar La Habana, cuando lo cruzó en las costas de Caibarién, el ciclón se le he chacha encima al "Valbanera"

que, muy tumbado, forzaba J seguía a la máxima para alean zar el Morro al anochecer. Era noche cerrada cuando las luces de un barco se avis taron desde el castillo del Mo rro. Ya las luces de prohibí ción señalaban que el puerto se encontraba cerrado a la na vegación y, por morse, así se le transmitió la noticia el barco. Este no comunicó por radio y, también por morse contestó que trataría de correr el ciclón mar afuera, sobre la mar que, ya entonces, era un verdaderío hervidero. ¿Era el "Valbanera" el baroo que s£ aoercó a La Habana? No &e sabe ni se sabrá nun ca, Al menos así lo confirma ron los pasajeros del "Montevi deo" a su llegada a Nueva York. Sólo hay una verdad conocí da por todos: su casco yace en Rebecca Shoals y, en jti inte rior —gigantesco ataúd— los restos de las 488 personas que en él viajaban. Pasó el ciclón, Pero el "Val bañera" no volvió jamás de la mar. El Destino no lo quiso. Queda el recuerdo en los co razones que lloraron la desgra cía y, sobre mi mesa de traba jo. uno de aquellos romances que los ciegos cantaban por las calles, de Santa Cruz, El buen amigo Alfonso Borges —hom bre que ama el viejo Santa Cruz— ha tenido la amabilí dad de enviármelo y, seguro estoy, su reproducción hallará ecos en todos los que, allá en sus años niños, escucharon la triste relación, ingenua y erré nea de la gran tragedia."

que arrastran con fuerza al buque que va de La Habana lejos luchando sin un socorro contra el mar, que es un infierno; el barco corre extenuado y cerca de Cayo Hueso, que es un puerto americaúc de la Florida al extremo, e! "Valbanera" vacila y bajo el oscuro cielo las olas abren su abismo y arrojan al buque dentro,


ro el capitán y oficíales sólo | en aquellos mares. sabían lo que habían captado | Se da par verosímil esta su por radiot-eLegrafía. Un oficial i posición puesto que en esta declaró; "La única noticia que í época del año suelen desarro sabemos es la que ya desgracia I liarse en el mar de las Antillas damente no es nueva: el "Val ! fuertes ciclones que ponen en bañera" se hundió en la ir ave grave aprieto las embarcacio sía de Santiago de Cuba a' La I ii'es más sólidas". Habana". noticias que lie Al da siguiente se recibió en | Otra dedelalasPenínsula era la Santa Cruz el primer te egra j! garon de que, a Cádiz s€ había fcrasla ma de lo.s desembarcados en dado una familia completa —un Santiago, Venía firmado por Jo con siete hijos™ sé Ramos, Zoilo Zamorano, Jo matrimonio el propósito de embarcar sé González y Manuel Ledesma. con La Habana en el "Valba Fechado en Ciego de Avila, ve para na dirigido a don Cristóbal Ra ñera". Allí les robaron todo su ca mos, en Valle Guerra. Al da siguiente, Nueva York pital, 10,000 pesetas en efecti confirmó la situación del cas vo, y por ello no pudieron ad co del "Valbanera": se encon quiríri ios pasajes. Conocedor traba hundido en Rebecea de la triste situación en que se Shoals, a unos 300 kilómetros encontraba aquella familia, el marqués de Comillas les conce de Cayo Hueso, Poco a poco iban llegando a dio pasaje gratuito en el "Ma puerto barcos sorprendidos por nuel Calvo" trasatlántico que zarpó de Santa Cruz el mismo el mismo ciclón que hundió al "Valbanera", La corbeta $<J. día qu-e el "Valbanera" lo hacía C. Llusá", de la matrícula de para Santa Cruz de la Palma Barcelona, arribó a La Habana y Santiago de Cuba. con el aparejo en mal estado y Los pasajeros de 1 "Mo^te^' con otras averías en el casco deo", amarrado en La Habana y, a la espera de más noticias durante el ciclón, cíe; el día 10 de octubre se celebra a su llegada a Nueva York eue ron en la iglesia de la Concep en la noche d-el día 9 se había ción los solemnes funerales por oído el bramido de la sirena de las víctimas del siniestro. un vapor a la entrada del puer Asistieron a estos el alcalde to, Se divisaron con dificultad señor Maridillo; secretario del sus luces pero, según ellos, to Ayuntamiento don Ángel Cro do hacía suponer se trataba del sa; secretario del Gobierno Ci "Valbanera" pues entonces no vil, señor Pérez Alcalde; jefe se esperaba la llegada de nin de Sanidad Exterior, señor Pas gún barco en el puerto de la tor; inspector de Emigración, capital cubana. señor Ordóñez; jefe de Puerto Los prácticos no pudieron ha Franco, señor Moran; cónsul de cerse a la mar y, por morse. se la Argentina, señor Martínez le comunicó que el puerto esta Déniz; cónsul del Perú, señor ba cerrado y, al mismo tiempo Ruiz de Salas; segundo coman recomendó corriese el temporal dante de Marina, señor Calvo; mar afuera hasta que éstp amai contador, señor Mellado; juez ñas e. instructor de la Comandancia Pero no fue solo el "Valbane de Marina, señor Arriaga, y los la vetima del terrible ci consignatarios de Pinülos en ra" esta plaza, señores Cabrera de clon. En los bancos de la Fio rida estaba embarrancado el las Casas y Siliuto. En representación del capi vapor americano "El Mar" de tan general asistió su ayudante, la Southern Pacific mientras teniente coronel señqr Guinea que, en Cayo Sombrero, estaba y,. e,n nombre del gobernador un petrolero de la Standard Oü militar, el capitán señor Da y, en la costa una draga cu yos catorce tripulantes fueron vid. Ofició el arcediano de la Ca salvados por un marino espa tedral? doctor don Santiago ñol. Jesús Pita, con grave ries B-eyro quien, aún se recuerda, go de su vida, Los trasatlánticos americanos pronunció una elocuente y sentida oración fúnebre en la ^Monterrey" y "México", ambos que, con aquella su maestría de la Ward Line, sufrieron gra plasmó el sentido y significa ves averías mientras que otro barco de esta naviera, el "Codo del acto religioso. rydon", se hundió con 27 de tripulantes. Igual suerte co Suposiciones y otras sus rrieron ios "Lake Lodaner" y víctimas de! ciclón "Lake Duval" mientras que dos petroleros ingleses —"War Mo La central de Pinillos en Bar gu'l" y "War Jando!!"-— recicelo'na dio a conocer un exte\ i bí&ron averías de consideración

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y está en nosotros la pena, y en muchos ojos queridos amargas lágrimas tiemblan, que el Destino con un golpe de esos que hasta el alma llegan, nos han robado la dicha y ha traído la tristeza. Fue muy lejos de nosotros allá en los mares de América, donde mil seres queridos ahogados perecieran, víctimas de esas catástrofes que, en medio de las tinieblas, sólo tienen por testigos de su macabra grandeza: "las olas infatigables" y alguna pálida estrella, Casi a fines de septiembre, con rumbo a lejanas tierras, partió desde Santa Cruz un vapor: el "Valbanera", con más de mil pasajeros. ¡Ignoran que una tragedia al cabo de varios días, les quitara la existencia! Casi todos emigrantes jóvenes y fuertes eran; los unos de la Península y los otros de esta tierra que, a Cuba, alegres marchaban esperando con certeza hallar en aquella isla lo que aquí, a veces, no encuentran, donde ganar el sustento y ahorrar alguna perra, ¿Cómo olvidarnos los hombres, que hay en la Naturaleza fuerzas con que exterminarnos y que cuando el viento arrecía y la mar embravecida se agita indómita y fiera, una débil navecilla es un cascarón, apenas, con que las furiosas olas y los huracanes juegan? Pero el hombre olvida todo y no duda ni escarmienta y cuando iluso y confiado en dichas futuras sueña, deja mirar al cielo para mirar a la tierra, ¡Navegante que por mares enfurecidos navegas, no eches en olvido nunca la Divina Providencia, no olvides las oraciones que de tu madre aprendieran y al marchar sobre las olas: reza, navegante, reza!

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Él» **« y otras tantas que embarcaban de la Palma, la Gomera, Tenerife y Gran Canaria y además los tripulantes» ¡La muerte los esperaba y ellos, marchaban confiados, para caer en sus garrasAbara cuentan los periódicos que en la ciudad de Las Palmas una pobre niña coja a quien su madre llevara con otras tres hermaniías a embarcar para La Habana al verse ante el "Valbaneraff la niñita sollozaba diciendo que no quería irse, que no se embarcaba pues sabía de seguro que aquel bar^o naufragaba, ¡Ay» si se hubieran llevado por sus sinceras palabras, que quizás por su inocencia JDios mismo la iluminara, si la hubiera escuchado en sus ruegos y en sus lágrimas ay, entonces, cuántas vidas, cuántas vidas se salvaran!

Allá corre el "Valbanera'? a las Antillas lejanas con su carga de emigrantes, los nobles hijos de España: x los hijos de la Península y los hijos de Canarias, peregrinación inmensa que va de la madre patria a encontrar los dulces brazos de Cuba, la isla hermana. 1 Allá, corre el "Valbanera' , la frágil nave cargada con mil doscientas personas que a la América marchaban» quinientas de la Península

Desde estas Islas Canarias hasta Cuba hubo buen tiempo, y el "Valbanera*' seguía

su viaje, seguro y recto sin encontrar un escolio, sin pasar un contratiempo; estaba la mar tranquila y estaba muy claro el cielo, y en el vapor todos iban muy confiados y contentos, ansiando llegar a Cuba para hallar trabajo presto y escribir a sus familias mandándole algv-'os pesos, Llegó a Santiago de Cuba, el vapor, último puerto que su abrigo e prestara al "Valbanera'' siniestro; dicen que desembarcaron allí, ochenta pasajeros» y de nuevo emprendió la marcha el buque yendo directo hasta La Habana, pero antes / de que llegara a este puerto la Muerte que lo esperaba agazapada, en acecho, lanzó contra el pobre buque los furiosos elementos y el huracán se desata y arrojan las nubes fuego y las olas son montañas y silba lúgubre el viento» que hay peligrosas corrientes y remolinos inmensos

que arrasaran con mei*a «i UUH« que va de La Habana lejos luchando sin un socorro contra el mar, que es un infierno; el barco corre extenuado y cerca de Cayo Hueso, que es un puerto americano de la Florida al extremo, el "Valbanera" vacila y bajo el oscuro cielo las olas abren su abismo y arrojan al buque dentro, al buque, débil juguete que lleva mil pasajeros y que a todos los sepulta del mar en el frío seno. Así acabó el "Valbanera" su destino era siniestro y el pobre buque descansa como un cascarón deshecho, allá, a más de treinta millas del puerto de Cayo Hueso. Los buzos que han trabajado en el lugar del siniestro a cierta profundidad han encontrado los restos del buque, y muchos cadáveres de los que allí perecieron metidos en sus literas. ¡Tal vez los pobres quisieron ignorar su triste suerte hasta el último momento! Hasta ahora se investiga y no se sabe de cierto si hay algún superviviente o si todos habrán muerto. El Gobierno continúa trabajando acerca de esto, y, Dios quiera, que sepamos prontamente a que atenernos; pues la incertidumbre mata y en mil hogares los pechos alimentan esperanzas que van terminando luego; y la duda muchas veces es el más grande tormento; quizás, desgraciadamente, de todos los pasajeros que llevaba el "Valbanera** ni uno se escapara, al tremendo naufragio, que en estos días ha causado tanto duelo. ¡Pobres hermanos, la pena un profundo surco ha abierto, y en todos los corazones vivirá vuestro recuerdo! Lectores, si este naufragio os ha movido a tristeza, volved todos vuestros ojos a esas familias deshechas por la horrorosa catástrofe, hacia aquellos que perdieron al padre, al hijo, al hermano, a esos pobres que lamentan pérdidas irreparables a esos que lloran su pena llevadles vuestro consuelo con las palabras más tiernas, y a los otros que han quedado sumidos en la pobreza llevadles vuestras limosnas. Dios os premiará por ellas. y sobre todo lectores elevad al cielo vuestras piadosas plegarias pidiendo a Dios que conceda descanso eterno a las pobres víctimas del "Valbanera".

mam

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