Hoja dominical (21-08-16)

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hoja

dominical Arzobispado de Tarragona

21 de agosto de 2016

XXI Domingo del tiempo ordinario

www.arqtgn.cat n. 3.467

..... a los 4 vientos Perdonar las ofensas

S

iendo San Antonio María Claret obispo de Cuba, en febrero de 1856, durante una visita pastoral acudió a la población de Holguín, donde pronunció un largo sermón. Al salir de la iglesia para dirigirse a la casa en la que se hospedaba, mucha gente le saludaba desde ambos lados de la calle. En cierto momento, un hombre se adelantó haciendo el gesto de besarle el anillo, pero de repente sacó un cuchillo y quiso clavárselo en el cuello. Le hirió en la oreja, en la mejilla izquierda y en un brazo. Fueron heridas profundas y la sangre le brotaba hasta que fue socorrido en una farmacia y pudieron detener la hemorragia. Cuando el Santo se repuso, supo que su agresor había sido detenido y condenado a muerte. Le perdonó y pidió su indulto. Es más, sabiendo que era de Tenerife, le pagó un billete a las Canarias para que volviera con su familia.

No esperemos una disculpa, una humillación, para entonces perdonar

Este suceso nos recuerda a otro más cercano que aún nos emociona: el atentado a Juan Pablo II. El Papa Wojtyla estuvo entre la vida y la muerte y sus primeras palabras desde la ventana del hospital fueron: «Perdono al hermano que me ha herido.» Tiempo después le visitó en la cárcel para asegurarle su perdón personalmente, pese a que se llevó un disgusto al comprobar que Ali Agca no manifestó arrepentimiento. Pocas veces la vida depara ofrecer perdón en circunstancias semejantes, pero encontraremos muchas ocasiones menores de cumplir la obra de misericordia que es perdonar las ofensas.

Recordemos que en el Padrenuestro pedimos a Dios que nos perdone «como nosotros perdonamos a quienes nos ofenden». Es la oración que nos enseñó Jesucristo, por tanto la primera y más importante, y en ella repetimos esta disposición a disculpar a los demás cuando somos ofendidos. La mayoría de ofensas proceden de gestos o de palabras. Hemos de ser delicados al hablar y al actuar para no herir a nuestros hermanos, y a la vez lo suficiente cristianos para perdonar lo que hacen y pueda molestarnos. Motivos para la queja no nos faltarán, pero por encima de ellos está la posibilidad de ofrecer estas pequeñas mortificaciones al Señor, como actos de un Cirineo dispuesto a ayudarle a llevar la cruz. No esperemos una disculpa, una humillación, para entonces perdonar. Los dos santos mencionados al principio no esperaron. Hemos de adelantarnos a perdonar, conscientes de que Dios nos ha perdonado mucho a nosotros.

† Jaume Pujol Balcells

Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado

El padre misericordioso […] La palabra de Jesús nos alienta a no desesperar jamás. Pienso en las madres y en los padres preocupados cuando ven a los hijos alejarse siguiendo caminos peligrosos. Pienso en los párrocos y catequistas que a veces se preguntan si su trabajo ha sido en vano. Pero pienso también en quien se encuentra en la cárcel, y le parece que su vida se haya acabado; en quienes han hecho elecciones equivocadas y no logran mirar hacia el futuro; en todos aquellos que tienen hambre de misericordia y de perdón y creen no merecerlo... En cualquier situación de la vida, no debo olvidar que no dejaré nunca de ser hijo de Dios, ser hijo de un Padre que me ama y espera mi regreso. Incluso en la situación más fea de la vida, Dios me espera, Dios quiere abrazarme, Dios me espera. De la catequesis del Papa Francisco del 11 de mayo de 2016


L

iturgia

Lecturas XXI Domingo del tiempo ordinario

Ciclo C Liturgia de la Horas: Semana I

Jesús se dirige hacia Jerusalén

Jesús se dirige a Jerusalén para cumplir la voluntad del Padre. Tiene prisa para anunciar la Buena Nueva. La gente le hace preguntas. «Señor, ¿son pocos los que se salvan?» La respuesta no es ni SÍ ni NO. Hace una advertencia. Hay que entrar por la puerta estrecha. Que también se nos puede cerrar. Conocer a Jesús, comporta un compromiso de estilo de vida, de autenticidad, de sinceridad, de desprendimiento y de responsabilidad. Si no se le ha conocido, no será tan exigente, pero si conociéndolo, hemos sido desidiosos, puede serlo. Quién se salvará es un misterio. Me remito al texto de San Pablo en 1Co 15, 24: «Entonces llegará el fin [...] y (Cristo) pondrá el Reino en manos de Dios, el Padre.» Y en el capítulo 15, 28 dice: «Así Dios será todo en todos». Todos, querrá decir TODOS, ¿verdad? Me cuesta mucho pensar que el Padre de Jesús deje perder a algún hijo. Joan Costa Pregonas, pbro. Lectura del libro de Isaías (66, 18-21) Esto dice el Señor: «Yo, conociendo sus obras y sus pensamientos, vendré para reunir las naciones de toda lengua; vendrán para ver mi gloria. Les daré una señal, y de entre ellos enviaré supervivientes a las naciones: a Tarsis, Libia y Lidia (tiradores de arco), Túbal y Grecia, a las costas lejanas que nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todas las naciones, como ofrenda al Señor, traerán a todos vuestros hermanos, a caballo y en carros y en literas, en mulos y dromedarios, hasta mi santa montaña de Jerusalén –dice el Señor–, así como los hijos de Israel traen ofrendas, en vasos purificados, al templo del Señor. También de entre ellos escogeré sacerdotes y levitas – dice el Señor–». Salmo responsorial [Sal 116, 1.2 (R.:Mc 16, 15)] Alabad al Señor todas las naciones, aclamadlo todos los pueblos. R. Id al mundo entero y proclamad el Evangelio O bien: R. Aleluya Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre. R.

de la semana

Lectura de la carta a los Hebreos (12, 5-7.11-13) Hermanos: Habéis olvidado la exhortación paternal que os dieron: «Hijo mío, no rechaces la corrección del Señor, ni te desanimes por su reprensión; porque el Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos preferidos». Soportáis la prueba para vuestra corrección, porque Dios os trata como a hijos, pues ¿qué padre no corrige a sus hijos? Ninguna corrección resulta agradable, en el momento, sino que duele; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así el pie cojo, no se retuerce, sino que se cura. Lectura del santo Evangelio según san Lucas (13, 22-30) En aquel tiempo, Jesús pasaba por ciudades y aldeas enseñando y se encaminaba hacia Jerusalén. Uno le preguntó: «Señor, ¿son pocos los que se salvan?». Él les dijo: «Esforzaos en entrar por la puerta estrecha, pues os digo que muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y llamaréis a la puerta diciendo: “Señor, ábrenos”; pero él os

Domingo, 21: XXI Domingo del tiempo ordinario [Is 66, 18-21; Salmo 116, 1-2; Heb 12, 5-7.11-13; Lc 13, 22-30 (LE/LH propias)] Lunes, 22: Santa María Virgen, Reina (MO) [2Tes 1,1-5.11b-12; Salmo 95, 1-2a.2b-3.4-5; Mt 23,13-22] Martes, 23: [2Tes 2, 1-3a.14-17; Salmo 95, 10.11-12.13; Mt 23, 23-26] Santa Rosa de Lima, virgen (ML) Miércoles, 24: San Bartolomé, apóstol (F) [Ap 21, 9b-14; Salmo 144, 10-11.12-13ab.17-18; Jn 1,45-51 (LE/LH propias)] Jueves, 25: [1Cor 1,1-9; Salmo 144, 2-3.4-5.6-7; Mt 24, 42-51] San Luis de Francia (ML); o San José de Calasanz, presbítero (ML) Viernes, 26: Santa Teresa de Jesús Jornet, virgen, patrona de la ancianidad (MO) [1Cor 1, 17-25; Salmo 32, 1-2.4-5.10ab y 11; Mt 25, 1-13] Sábado, 27: Santa Mónica (MO) [1Cor 1, 26-31; Salmo 32,12-13.1819.20-21; Mt 25, 14-30] Domingo, 28: XXII Domingo del tiempo ordinario [Eclo 3, 1718.20.28-29; Salmo 67, 4-5ac.67ab.10-11; Heb 12, 18-19.22-24a; Lc 14, 1.7-14 (LE/LH propias)]

dirá: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a decir: “Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Pero él os dirá: “No sé de dónde sois. Alejaos de mí todos los que obráis la iniquidad”. Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán, a Isaac y a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, pero vosotros os veáis arrojados fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y primeros que serán últimos».

Edita: Arzobispado de Tarragona · Redacción y administración: Pla de Palau, 2 - 43003 Tarragona Directora: Anna Robert · Consejo de redacción: Mn. Joaquim Fortuny, Mn. Francisco Giménez y Santi Grimau Secretaria: Montse Sabaté ·Teléfono: 977 233 412 · Web: www.arqtgn.cat · E-mail: publicacions@arqtgn.cat Imprime: Torrell S.A. · D.L.: T-519-01


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